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EFICIENCIA EN LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL
Por Cristina Díaz Ramírez
A la fecha, en la historia moderna podemos reconocer cuatro momentos tecnológicos específicos, cada uno concerniente a las grandes revoluciones industriales que han sucedido desde el siglo XVIII y que, desde entonces, han dado puerta a mejores sistemas de producción y aprovechamiento de la materia y de los recursos humanos.
En un resumen casi injusto, podríamos compilar los hechos de la siguiente manera: la primera gran revolución industrial implicó la aplicación de las máquinas de vapor en la industria; la segunda fue hasta el siglo XIX y supuso la entrada y el desarrollo de tecnología con electricidad; la tercera ya se dio en el siglo XX y en esta se impulsó aún más el desarrollo de tecnologías con energía eléctrica, también implicó la ciencia atómica y el desarrollo de lo cibernético; por último, la cuarta gran revolución industrial empezó apenas este siglo, este nuevo milenio, y es llamada Industria 4.0, en ella estamos viviendo la automatización industrial al por mayor, el uso de tecnologías para generar inteligencias artificiales, realidades aumentadas y más, más, todavía falta más porque cada día surgen avances que aún no sabemos hasta qué punto nos podrán llevar.
También, haciendo injusticia a todos los hechos históricos implicados en las cuatro grandes revoluciones industriales que la humanidad ha vivido en los últimos 400 años, podemos concluir que cada una de ellas significó un avance evidente de la humanidad; sin duda, cada revolución supuso un paso más hacia la tecnología que hoy tenemos, y cada una de ellas buscaba algo en común: eficientar procesos, hacer más fácil o más redituable un producto. En esencia, en ese factor común se podría resumir estos hechos.
En ese sentido, nunca hemos dejado de avanzar. Siempre hay tropiezos, sí, pero finalmente se logra dar un paso hacia adelante. Aunque nos cueste reconocerlo y quizá aunque a algunas personas les cueste aceptarlo, en ciertas cuestiones, como en la mejora de la productividad, hemos logrado avanzar. Y mucho. Incluso, hemos recorrido tanto camino, que en realidad ya resulta difícil hacer comparaciones entre la gran primera revolución industrial y esta última que nos tocó inaugurar. La distancia entre ambas es amplísima. Las realidades, bajo ciertas excepciones circunstanciales, son también muy distintas. Todo ha cambiado y lo seguirá haciendo, porque a fin de cuentas, todo lo que el ser humano ha desarrollado ha sido en aras de buscar una mayor comodidad o, visto desde una perspectiva laboral e industrial, una mayor eficiencia y eficacia.
Entonces, sí, lo entendemos, sabemos que las realidades, las tecnologías, los contextos históricos y demográficos son distintos, pero al final de todo, la industria, aunque distinta, sigue hablando el mismo idioma: la eficiencia. Y ese es justo el tema que nos reúne hoy aquí en estas páginas, la eficiencia en la producción industrial, porque a fin de cuentas, las industrias automotrices -por mencionar un ejemplo- ya están transitando el camino en busca de mayor automatización, automatización que ya no requiere tanto de la labor humana en planta, sino más bien de la labor humana en la programación y desarrollo de tecnologías.
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El futuro laboral
Antes de hablar de la producción industrial, sus ventajas y sus nuevos horizontes, tenemos que hablar sobre lo que está sucediendo en el mundo laboral: los tiempos han cambiado y la tecnología cada vez abre más posibilidades a su paso. Así como antes existían trabajos que hoy ya no existen (como los cazadores de ratas, por mencionar un ejemplo vago pero ilustrativo), hoy existen trabajos que muy seguramente no existirán en diez, quince o veinte años. Sí, discutir este tema da miedo, sin embargo, tenemos que hacerlo para definir las nuevas opciones que también surgirán con los cambios tecnológicos.
En el Reporte Futuro del Empleo 2023 (IMCO, 2023), el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la organización internacional ya abordó cuáles son los escenarios próximos inmediatos a enfrentar en el sentido laboral bajo el contexto de la Industria 4.0 y los cambios o posibles cambios que esta supone.
El estudio “tiene el propósito de preparar e informar a los trabajadores, las empresas y los gobiernos de los obstáculos y oportunidades que se avecinan en el mercado laboral, de tal forma que sea una guía para la toma de decisiones que garanticen empleos más competitivos en las economías que participan” (IMCO, 2023).
Es decir, a través de este se pretende que los estados y países puedan crear un camino a través del cual consideren las nuevas tendencias laborales y así nadie salga del mercado de competencia económico internacional.
Los hallazgos en dicha investigación son muy reveladores e incluso pueden llegar a ser impactantes: “para -el- 2027 se transformarán 23% de los puestos de trabajo a nivel global; los empleadores anticipan cambios vigorosos en alrededor de 1 de cada 5 empleos, resultado de la fuerza agregada de creación y destrucción de puestos en industrias específicas” (IMCO, 2023). En palabras más simples, el cambio ya está a la vuelta de la esquina y será fuerte.
Dado el inminente cambio es que los estados deben asegurar crecimiento neto del empleo, pero ahora deberán hacerlo en un contexto de digitalización y desarrollo tecnológico, para que así las personas puedan estar preparadas para las nuevas posibilidades laborales. Si desde el estado o si desde el país no se logra garantizar dicho crecimiento neto del empleo, la desigualdad, por sí misma, volverá a crecer en ese círculo vicioso donde ya se ha gestado históricamente.
El IMCO (2023), institución que colabora con la WEF, advierte que algunos de los roles que ya son necesarios y que en un futuro cercano lo serán, son: especialistas en IA, desarrolladores de aplicaciones y analistas de inteligencia y big data para negocios, así como coordinadores de proyectos. Por otra parte, la organización también reconoce que ya en la actualidad algunas profesiones han tenido un fuerte decrecimiento, y aunque no se espera que desaparezcan (a fin de cuentas, el valor humano no puede desaparecer así de pronto, o al menos eso creemos), sí se han ido debilitando con las nuevas tecnologías, software y programas. Estas son:
Contadores
Auditores
Teneduría de libros
Empleados de entrada de datos
Gerentes de admon. y servicios empresariales
Trabajadores de fábricas e industrias (en el área de ensamble)
Observando cuáles trabajos van en crecimiento y cuáles en decrecimiento, ya resultan evidentes las diferencias entre cada una de ellas, pero, más allá de eso, ya se han detectado cuáles son las habilidades que se necesitarán en un futuro: “Las principales habilidades que son consideradas necesarias en el mundo laboral son las cognitivas (pensamiento analítico y creativo) y las de autoeficacia (motivación, flexibilidad, resiliencia y curiosidad). Según el reporte, estos nuevos requerimientos son el reflejo de la creciente necesidad de adaptación de las empresas y de los trabajadores a condiciones inestables del mercado laboral” (IMCO, 2023). Bueno, entonces ya sabemos qué habilidades desarrollar o en qué aspectos, al menos desde los personal, podemos trabajar.
La industria, la nueva industria
Como ya se mencionó, la industria actual, aunque aún se encasilla en esa misma palabra, es abismalmente distinta a lo que era hace tres siglos. Hemos dejado atrás las máquinas de vapor y ahora usamos energía solar, eólica, eléctrica. La combustión, aunque todavía presente, ya no es la prioridad de ideas en la industria automotriz. Las máquinas ya hacen labores que antes hacían los humanos. Todo, absolutamente todo en la industria ha cambiado, excepto la premisa principal: mejorar, ser más rápidos, ser más eficientes.
Primero, empecemos por eso ¿qué es la eficiencia? En su más sencilla definición, la eficiencia es la capacidad de hacer las cosas bien con los mejores resultados y de la manera más óptima; en otras palabras, hacer más con menos. Y no desde una perspectiva de ocio o de pereza, sino más bien desde una perspectiva que atiende a la creatividad, a la manera de buscar que algo suceda pero que suceda como la opción más rentable para todas y para todos. En esencia, ahí está la eficiencia, en esa creatividad y en ese desarrollo.
Ahora bien, no es tan sencillo como romantizar este concepto en ser creativo. La eficiencia requiere trabajo, dedicación y reconceputalización de los procesos que ya conocemos. Necesita pensar diferente, desde otro punto, para poder revelar las otras posibilidades y así evaluarlas para ver cuál es la mejor.
Pero, más allá de la eficiencia, tenemos que hablar de la eficiencia en la producción y esta “se logra cuando en el proceso de producción las entradas o los input son los menos posibles en proporción a las salidas o output, permitiendo que se alcance el máximo del rendimiento en relación con los recursos empleados” (Quiroa, 2021).
En otras palabras, la eficiencia en la producción “se consigue cuando la economía en general o una empresa utiliza todos los recursos de manera eficiente. Esto, logrando que se produzca el nivel máximo de producción con el uso mínimo de recursos” (Quiroa, 2021). Y sí, de nuevo estamos hablando de optimizar.
Otra definición, un poco más acotada y certera de este concepto es que la eficiencia en la producción “implica poder producir un número determinado de unidades en una industrial con un mínimo coste en función del funcionamiento y el rendimiento de la industria” (Ningenia, 2022).
Ahora, estos conceptos, clásicos e incluso entendidos desde hace cientos de años por sí mismos ya no dicen nada, tenemos que trasladarlos a la realidad. La realidad actual. Ello implica todo este universo tecnológico: la nueva ciencia, las nuevas herramientas digitales, las nuevas máquinas, los robots, las inteligencias artificiales, las realidades aumentadas, las producciones en masa casi automatizadas en un 100%. Ahí es cuando el asunto se pone más interesante.
Recientemente Tesla, la gran industria que produce automóviles eléctricos de Elon Musk, estuvo constantemente en la opinión pública, hecho consecuente al anuncio del gobierno mexicano y de la compañía estadounidense sobre la próxima industria de ensamble que construiría, y cuya sede estará en Nuevo León, una de las tres metrópolis de México.
La noticia causó revuelo: salió a la luz el tema de la escasez del agua, se hizo un compromiso al respecto; también se presumió sobre la derrama económica que esta traería y los trabajos que generaría. El debate era obligado. Las implicaciones y las consecuencias, muchas.
Actualmente la tecnología ha avanzado tanto que, según la agencia Bloomberg, en una de las plantas de ensamblaje de Tesla ya se cuenta con un 95% de automatización en la producción de la carrocería del Model 3, uno de los modelos de la marca Tesla (Soler, 2018). En ese proceso de automatización está implícito el trabajo de robots (sí, así como lo lee, robots) que transportan materiales, de robots que usan esos materiales y los unen y de robots que esculpen.
Esa es la nueva industria. La industria del futuro es ya la industria del presente. En algún momento todas las industrias llegarán a ese punto y quizá ese será el momento en que la gran cuarta revolución -la Industria 4.0- verdaderamente se consolide como un precedente, un parteaguas, un antes y un después, porque para entonces el entorno laboral habrá cambiado, para cuando eso pase la realidad como la conocemos ya será muy distinta y la producción industrial descubrirá otra cara de la moneda: robots e IA. Pero todo gran cambio conlleva una gran responsabilidad. De hecho, desde el 2018 Elon Musk -actualmente el segundo hombre más rico del mundo- reconoció que justamente la producción del Tesla Model 3 había sido muy complicada en ese entonces. La razón: la automatización de la producción y los robots (Álvarez, 2018). En una entrevista el magnate ahora dueño de Twitter admitió explícitamente que la automatización fue el mayor impedimento para tener buenos resultados en la producción del Model 3, o de tener al menos los resultados esperados. Inclusive, esa idea la publicó él mismo en su Twitter: “Yes, excessive automation at Tesla was a mistake. To be precise, my mistake. Humans are underrated” (Sí, la automatización excesiva en Tesla fue un error. Para ser preciso, mi error).
Fue justo esa “excesiva automatización" la responsable de que para aquel año no se haya logrado alcanzar la meta de producir dos mil 500 unidades semanales del Model 3, según planteó Musk. Lo anterior se dio en un contexto donde en realidad se pretendía producir hasta cinco mil unidades a la semana, hecho que además ocasionó retrasos en la entrega de coches previamente pagados (Álvarez, 2018).
Entonces, aunque han pasado cinco años desde entonces, la humanidad está pasando por este proceso de cambio y al menos ya hemos logrado detectar cuáles son los posibles ventajas y desventajas de la automatización de producción industrial:
Ventajas:
Adiós a los errores humanos, se reemplazan por tareas programadas y automáticas.
Ahorro de costos operativos. Producción flexible.
Mejor aprovechamiento de los tiempos de producción. Mejor aprovechamiento del capital humano en el área de las ideas y lo intelectual.
Desventajas:
Es más difícil contratar mano de obra especializada. También es más caro.
Trabajadores pueden quedarse sin empleo por no saber cómo operar máquinas o son sustituidas por robots. Hay riesgo de que el proceso no se complete por alguna falla. Necesita supervisión activa. Inversión fuerte de capital, ese tipo de tecnología es sumamente costosa.
Entonces, estamos en este punto de la historia. La eficiencia en la producción industrial nos ha dado mucho: trabajos, formalidad laboral, relaciones internacionales, economía y la mayor parte de los objetos que usamos diariamente. En algún momento esa industria va a cambiar, pero el objetivo no: todos seguirán buscando la eficiencia, aún cuando se permute a la temida y esperada automatización.
Referencias
+ Álvarez, R. (2018, April 16). Elon Musk: "los problemas de producción en Tesla se deben a la excesiva automatización. Los humanos están infravalorados". Xataka. Retrieved May 3, 2023, from https://www.xataka.com/robotica-e-ia/elon-musk-los-problemas-de-produccion-en-tesla-se-deben-a-la-excesiva-automatizacion-los-humanos-estan-infravalorados
I+ MCO. (2023, May 1). Futuro del empleo 2023. IMCO. Retrieved May 2, 2023, from https://imco.org.mx/futuro-del-empleo-2023/
+ Ningenia. (2022, Septiembre 12). Home. YouTube. Retrieved May 2, 2023, from https://ningenia.com/que-es-la-eficiencia-en-la-produccion-y-como-se-alcanza/
+ Quiroa, M. (2021, December 20). Eficiencia de la producción | 2023. Economipedia. Retrieved May 2, 2023, from https://economipedia.com/definiciones/eficiencia-de-la-produccion.html
+ Soler, A. (2018, June 22). La línea de producción del Tesla Model 3, automatizada en un 95%. Híbridos y Eléctricos. Retrieved May 2, 2023, from https://www.hibridosyelectricos.com/ coches/tesla-model-3-produccion-automatizada-95_19804_102.html