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La transformación urbana de Aguascalientes

Por Fernando del Bosque Alcalá CFO en DB Arquitectos

La ciudad de Aguascalientes es la capital de su estado homólogo y es parte también de las urbes que conforman la región del centro-bajío-occidente del territorio nacional, que han sido sujetas, desde épocas coloniales, al efecto pragmático de las decisiones tomadas desde la capital de la nación y a los grandes fenómenos nacionales e internacionales, bajo los peculiares filtros obtenido por la región a la que se describe.

Parte del escenario de la revolución mexicana en el siglo pasado -al ser la sede de la convención revolucionaria en donde se dieron cita los personajes principales del evento histórico- y tradicionalmente reconocida por su Feria de San Marcos (FNSM), durante las últimas décadas se ha encontrado sujeta a una situación paradójica al formar parte de los grandes movimientos económicos globales por la presencia de la industria automovilística que dio comienzo con la llegada de Nissan, y al mismo tiempo ser escenario de inequidades que han crecido desde su misma fundación y dan forma a una ciudad distribuida por clases sociales y fragmentada por las mismas.

De acuerdo con un informe de Statista (2023) respecto a la cantidad de establecimientos pertenecientes al sector de la construcción en Aguascalientes, por los 511 negocios censados en el estudio, a la entidad le corresponde el lugar 21 entre los 32 estados, siendo Tlaxcala el estado que ocuparía el último lugar con 195 y CDMX el primero con dos mil 380 establecimientos, hasta el periodo de diciembre de 2022.

Si bien la información revela realidades socioeconómicas y demográficas, la información también revela una realidad en el estado que puede no resultar tan evidente: para las proporciones de concentración poblacionales antes citadas, Aguascalientes presenta un florecimiento de porcentualidades considerables que responde más a la actividad económica que a la concentración poblacional. También: la actividad inmobiliaria en el sector, sobre todo hablando de la construcción residencial, ha experimentado un aumento que, si hacemos caso a las voces de distintas ONGs presentes en el estado, puede ir dibujando un escenario un tanto sospechoso.

Detrás del hecho coexiste también una larga tradición y una historia propia, concerniente al estado y a la ciudad capital, que puede y debe remontarse un par de siglos atrás, pues es desde ese punto -y el complejo entramado de desarrollo histórico y social de la entidad, mano a mano con el caminar de la nación entera-, en el que se encuentran las respuestas –algunas urgentes– a los complejos fenómenos y desafíos que nuestra entidad enfrentará en la siguiente década y en el futuro.

Para entender el complejo escenario en el que la ciudad se encuentra en la actualidad es necesario tejer fino: el entramado incluye el efecto de unas tendencias siempre globales que realizan imposiciones al menos arbitrarias sobre una población originariamente rural y en cierto sentido con una capacidad incierta para responder a los movimientos de la revolución industrial y el crecimiento del mercado inmobiliario en el que se ha visto envuelta, sujeta y por los que hasta cierto punto ha sido definida.

Evidencia de lo mismo, tal vez son los remanentes de las épocas industriales, a veces ruinas de adoquín y ladrillo (Barcelata, 2023) que se asoman ahora en parques, avenidas y otros sistemas de mobiliario público como viejos recordatorios de un pasado dominado por un mercado en permanente expansión, que de alguna forma terminó consumiendo el escenario de campiña y viñedos e incluso el clima templado, usualmente nublado bajo el que los viejos habitantes de la ciudad crecieron. Esto ha dado lugar a un paisaje complejo que lo mismo incluye entre sus estratos a los restos de industrias que otrora florecieron en la urbe que a los fantasmas de lo colonial, hacia el centro de la ciudad, seguido por el pragmatismo gris, casi brutalista, de las últimas obras, eternos pasos a desnivel y puentes vehiculares que parecen alzarse incluso con la misma solemnidad que el tótem a una nueva deidad.

La fragmentación de Aguascalientes: problemáticas de sostenibilidad y accesibilidad

El momento de mayor crecimiento de la mancha urbana hidrocálida en la historia del estado y antes de su última expansión, hacia finales del siglo pasado, es también el momento en el que los problemas endémicos de la región se exacerbaron. Con la llegada del ferrocarril, a comienzos del siglo XX, el marcado rasgo de separación de clases sociales, herencia del sistema de castas de siglos anteriores dio inicio al fenómeno de fragmentación urbana que caracteriza el paisaje de la capital hasta la fecha.

El fenómeno responde a un movimiento gradual de las clases sociales más bajas, posicionadas hacia el oriente de la ciudad en correspondencia a pertenecer a una clase obrera principalmente sostenida -cuando económicamente afluente- por la actividad industrial desarrollada por el mismo ferrocarril y en un porcentaje ampliamente considerable por los servicios y actividades necesarios para mantener a Aguascalientes como un estación de paso y mantenimiento para el transporte de conexión internacional.

Aunado a esto, si bien la planificación de la ciudad correspondió a las expectativas y tendencias más internacionales de la época, la planificación de las grandes avenidas funcionó también como un recordatorio y un símbolo de separación de clases, utilizando a las avenidas principales como fronteras entre tipos de asentamiento residenciales y brindando una organización excluyente, partiendo desde el centro de la ciudad y hacia los diferentes puntos cardinales de la ciudad.

En la actualidad, el fenómeno no ha cedido y la tendencia de organización y segregación social continúa: las clases altas se encuentran localizadas tradicionalmente hacia el norte y el poniente de la ciudad, mientras que la gran cantidad de clases sociales con mayores problemas de hacinamiento económico y por ende, más altos índices de criminalidad e inseguridad, se localizan hacia el oriente y parte del sur.

La problemática de la fragmentación ha vuelto patente, también, otras problemáticas que afectan activamente a estos sectores poblacionales, tanto en un nivel colectivo como individual. Si en este momento, alrededor del mundo hay una tendencia hacia priorizar la accesibilidad como el atributo interno de conexión de una ciudad hacia sus áreas verdes, de esparcimiento y entretenimiento, la zona oriente es estadísticamente la que más carece de la posibilidad de acceder libremente a estos derechos urbanos.

En este mismo marco contextual, no puede pasar por alto la crisis hídrica mundial en la que Aguascalientes también está implicada, principalmente, por una inversión históricamente ineficiente para hacer cara a la explosión demográfica de la región presente desde la mitad del siglo XX, donde tradicionalmente la población se alimentaba de pozos termales para resolver sus necesidades principales y la construcción gradual de nuevos acueductos, sistemas de extracción y presas de recolección pluvial resolvieron, temporalmente, la situación, dejando a nuevas administraciones la resolución o parche necesario para mantener mínimos de sostenibilidad. Sintomáticamente, la zona más afectada de la capital es precisamente la oriente, sujeta a tandeos y cortes arbitrarios por parte de la empresa reguladora de este servicio.

El resultado de esta evolución histórica es notable; un mosaico de distintas tendencias globales adaptadas al territorio con la finalidad de resolver problemas inmediatos que quedan, en el mejor de los casos, resueltos a medias.

Las composiciones urbanas, remanentes acumulados de la tendencia difundida de diseñar y edificar espacios monofuncionales, en donde cada zona carece de integralidad, sumado al grave problema de inaccesibilidad a zonas con otras capacidades de la ciudad, implica depender de vehículos privados, ante un transporte público conocidamente deficiente que a su vez se origina en políticas públicas y respuestas gubernamentales que dan por hecho la necesidad del tráfico motorizado y descartan sistemáticamente la existencia del peatón o el ciclista, ha dado como resultado una "estructura urbana que manifiesta una heterogeneidad intrínseca e incrustada que da como resultado diferentes piezas de estructuras morfológicas que siguen sus propio principios y teorías para funcionar. (Martínez, 2022)". Esta misma estructura, en definitiva, merece ser revisada más a fondo bajo la lógica de mejorar el espacio para la población en su conjunto, pero también la vida de los habitantes más afectados por este fenómeno.

En ese sentido, Aguascalientes es también una pregunta abierta: ¿qué hacer para mejorar la calidad de vida de los habitantes?

¿Qué hacer para mejorar los niveles de accesibilidad necesarios para proveer de una vida, incluso emocionalmente más equilibrada, a quién trabajó de sol a sol en las extensas naves industriales presentes hacia el sur de la ciudad? ¿Qué hacer para eliminar las fronteras artificiales, los cambios de color entre una zona de la ciudad y la otra? ¿Qué hacer para compartir el colorido de las zonas económicamente florecientes con las zonas más vulnerables?

Aguascalientes: ¿hacia un escenario de primer mundo?

Luego de un siniestro ocurrido entre una pipa de combustible y una máquina de ferrocarril, el tema del tren cruzando de sur a norte a la urbe vuelve a levantar preguntas que comenzaron hace ya casi un siglo ¿debe el tren atravesar la mitad de la ciudad? 138 años después de la llegada de la infraestructura al estado (Aguilera, 2023), en entrevista con el Sol del Centro Jaime Beltrán, secretario del ayuntamiento, declara que el objetivo es "muy complicado, tendríamos que platicar con Ferromex y la SCT".

La declaración deja ver también un problema que señalamos líneas arriba cuando hablamos sobre la necesidad de un trabajo que trasciende administraciones para ser resuelto. ¿De dónde viene esta tradicional dificultad de facilitar la vida de a pie a los ciudadanos? De cara a la revisión de la literatura disponible, la respuesta se antoja entre las líneas, la relación también tradicional de las administraciones de la ciudad al ritmo y la dirección de las grandes capitales. La preferencia por el vehículo automotriz puede emparentarse con la presencia de la industria automotriz en el estado y la derrama económica que implica.

De la misma forma, la problemática de accesibilidad y sostenibilidad se relacionan con la fragmentación y el mantenimiento de este fenómeno de segregación, se encuentra íntimamente vinculada con la industria inmobiliaria dedicada al desarrollo de áreas resi- denciales de interés social, es decir a las que operan dentro de la zona oriente y sur y ante las que al menos dos organizaciones civiles (Cerbón, 2023) han levantado amparos no más lejos que en febrero de este mismo año, al considerar que el nuevo Código Urbano de Aguascalientes resulta regresivo e inconstitucional, pues el mismo implica la reducción de las áreas de donación en complejos de vivienda, la privatización de dichos espacios y la eliminación de la influencia de las organizaciones civiles durante los procesos de planeación urbana del estado, brindando muchas más facilidades a la industria inmobiliaria; todo, de acuerdo con los especialistas, se encuentra ligado a la especulación del mercado sobre estos mismos espacios.

¿Qué hacer? Un primer esbozo de respuesta se encuentra en la participación y la concientización de los complejos fenómenos de capital, mercado y sociedad por los que la ciudad de Aguascalientes atraviesa y la activación de la participación pública sobre dicho fenómeno. Sin presión externa, las alianzas conformadas por la búsqueda conjunta de capital continuarán aportando un escenario al menos heterogéneo, tal como lo mencionaba Martínez (id), pues, por otro lado, “Aguascalientes puede convertirse en una ciudad que bajo un nuevo esquema de gobernanza y participación activa puede generar cambios en su estructura que posibiliten la inclusión y justicia espacial de las zonas más vulnerables”.

De momento, se ofrecen soluciones que se dirigen a modificar de forma un tanto importante el perfil de la ciudad y no necesariamente a responder a los problemas sociales que se ocultan detrás del mismo: para Rodriguez García, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) en Aguascalientes, el estado debe apostar más bien por mayor vivienda vertical de forma urgente (Rangel, 2022). Esta sería, desde su punto de vista, la única manera en que se podría aprovechar el suelo total y obtener una reducción en el costo de la tierra; lo que coincide con una tendencia actual que no necesariamente implica el reforzamiento de las problemáticas sociales que hemos abordado, pero que tampoco necesariamente las resuelve. Reflexionar sobre la relación íntima entre el rumbo que toma una ciudad incluso a nivel arquitectónico y la calidad de vida de nuestra población parece ser la única ruta funcional para encontrar una solución, tal vez lenta, pero más efectiva.

Referencias

+ https://www.elsoldelcentro.com.mx/local/dificil-sacar-al-tren-de-la-mancha-urbana-9464793.html + https://editorialrestauro.com.mx/procesos-designificacion-en-la-conservacion-del-paisaje-industrial-zona-fundicion-aguascalientes/ + https://piedepagina.mx/organizaciones-civiles-de-aguascalientes-seamparan-contra-codigo-urbano/ + https://investigacion.uaa.mx/RevistaIyC/archivo/revista22/Articulo%206.pdf + https://doi.org/10.24201/hm.v64i3.2999 + https://www.liderempresarial.com/daniel-alcala-architects-apuesta-por-un-formato-urbano-compacto-para-aguascalientes/ + https://issuu.com/agsconstruye/ docs/construye_132_ene_2023-ags + https://inmobiliare.com/vivienda-vertical-es-un-tema-urgente-en-aguascalientes-canadevi/

En marzo del 2020, la pandemia del covid-19 marcó una etapa sin precedentes: cayó el mercado de valores, se aceleró el desempleo, colapsaron distintas industrias, cerraron las escuelas, se desaceleró la actividad del consumidor, hubo una crisis de liquidez en el mercado, se suspendieron todos los eventos culturales, artísticos, deportivos, religiosos, políticos, de entretenimiento y, entre otra larga lista de consecuencias, se desencadenó una ola de incertidumbre dentro de nuestra comunidad.

Derivado de lo anterior y preocupados por la situación de nuestras familias, Bosques International School presentó la iniciativa Programa de Beneficios #WeAreBIS, cuyo objetivo principal es promover el consumo de los productos, servicios y negocios que conforman a esta comunidad, en apoyo justamente a la economía familiar local.

El programa se caracteriza por la implementación de diversas iniciativas para que las familias conozcan, difundan o consuman los productos y servicios que los miembros de la misma comunidad promueven.

Las iniciativas han consistido en:

1. Generación de espacios digitales (catálogos, bazares especializados o de temporadas, directorio de especialistas) en donde todas las familias tienen la oportunidad de presentar su negocio/empresa, sumando productos o servicios para ser promocionados entre la comunidad;

2. Generación de espacios de difusión, de charlas y/o talleres por parte de papás y mamás profesionistas especializados;

3. Celebración de convenios o alianzas con empresas de la comunidad;

4. La participación de un espacio de networking virtual entre mamás, papás y alumnos (exalumnos) para la generación de sinergias entre empresas;

5. Recientemente, se llevó a cabo el bazar BOSQUES FEST, donde distintas familias presentaron sus productos y servicios en una mañana de convivencia familiar.

A partir del ciclo 2019-2020, año con año se ha trabajado con distintas ediciones del programa y seguiremos haciéndolo porque estamos convencidos que los beneficios son muchos, en especial por el impulso de una economía más sostenible, el impacto directo a la generación de empleos locales y por la preservación del sentido de pertenencia de nuestra comunidad.

¡Por una comunidad unida, Bosques International School!

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