esp_aw11_02

Page 1

La anciana y los huevos (Cuento tradicional del Himalaya)



i el chocolate, ni los caramelos, ni los pasteles... Érase una vez una abuela cuyo plato favorito eran los huevos. Le encantaban. No quería comer otra cosa. Le daba igual fritos, cocidos, revueltos o en tortilla: siempre que podía, se comía uno. Pero resulta que la tienda de huevos estaba muy lejos de su casa, y la anciana ya no tenía fuerzas para caminar esa distancia todos los días. Entonces se puso a pensar. Había oído que los huevos los ponían las gallinas, así que, con mucho esfuerzo, ahorró hasta comprarse una. La abuela estaba encantada, ya que cada mañana su gallina ponía un hermoso huevo. Pero también estaba muy sorprendida: nunca antes había visto una gallina, así que pensó que el animal guardaba los huevos en su interior. Hasta que llegó un día en que un huevo no era suficiente para la abuela. La mujer intentó hablar con la gallina. Le explicó que esa mañana le apetecían más huevos y que tenía que poner por lo menos dos o tres. Pero claro, el animal no entendía... Cegada por la avaricia, la anciana cogió un cuchillo y abrió a la pobre gallina, esperando encontrar toda una reserva de huevos. Por supuesto, ahí dentro no había nada. La abuela se había quedado sin huevos y sin gallina. De esta manera, comprendió que cada cosa tiene su ritmo y que no tiene sentido precipitarse.







Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.