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Opinión

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Orgullo UP

Orgullo UP

¿Y LOS ALUMNOSPA’ CUANDO?

Escribe: Bruno Valladares Meneses Fotos: Fiorella Gutierrez

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“No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la miseria.” Dante Alighieri

Nosotros como alumnos dedicamos el tiempo en la universidad ya sea estudiando o hablando con nuestros amigos entre huecos. De hecho, cuando yo ingresé a la UP; si bien los espacios dentro de la misma no eran tan amplios, había otros fuera de ella que servían para desestresarse y entretenerse un rato tras la continua y agitada vida UP.

Por el mismo hecho de que la universidad es relativamente pequeña, los espacios dentro de ella, también lo son. Por ello, no es de sorprenderse que las áreas verdes no sean más de las que están detrás de la canchita o colgadas en forma vertical en las oficinas de algunos administrativos de la universidad. También la placita que explota de gente cuando llega la semana universitaria u otro evento importante por el tamaño limitado que tiene. Por otro lado, hay aspectos que preocupan demasiado, como el hecho de que ya ha transcurrido un tiempo considerable desde que tenemos la nueva casita del estudiante y la reconstrucción de la canchita UP; sin embargo, los resultados en favor de los alumnos han sido desalentadores mientras que los argumentos de la universidad ante nuestra decepción, poco convincentes.

Este artículo, busca ser una voz para muchos estudiantes que sentimos que se ha descuidado los espacios dentro y fuera de la UP; específicamente, los que

ayudan a la integración y permiten tener espacios de distracción para los alumnos. Primero, la canchita UP se encuentra en un estado deplorable, esto afecta no solo a los estudiantes que frecuentamos su uso para jugar entre amigos o por participar de un paracadémico; también, a los seleccionados que ahí practican, como los de vóley y básquet. La cantidad de huecos es impresionante y aumentan conforme transcurre el tiempo. El riesgo de lesión o de contraer un golpe muy duro es latente con el campo en esas condiciones, pues una mala pisada o un despiste te pueden llevar desde la enfermería hasta el hospital. Sin embargo, por el momento la universidad solo se ha pronunciado para comentar que hubo un error en la contratación de los encargados en remodelar el espacio; pero no ha velado por el mantenimiento del área.

Adicionalmente, antes este espacio se podía usar sin la necesidad de un proceso meramente burocrático, que es el hecho de enviar un correo y reservarla. En este punto, estoy de acuerdo con que el proceso ayuda al orden; sin embargo, el nivel de respuestas de los encargados, además de ser lento, no es del todo eficiente. Por ejemplo, en el caso de que ya esté reservada no te brindan opciones para poder usarla en otros horarios y tienes que volver a enviar un correo preguntado lo mismo, así sucesivamente hasta que te cansas de insistir o por fin logras su reserva. Los alumnos extrañamos la canchita UP de loza que podíamos usar en cualquier momento del día, esa canchita donde se organizaban juegos y nadie tenía miedo de caerse o golpearse, pues sí estaba en buen estado. Merecemos que la universidad nos facilite estos espacios de esparcimiento en buenas condiciones al igual que lo hace con los salones de clase.

Por otro lado, la nueva casita del estudiante sí presenta algunos avances en relación a la anterior. Quienes no tuvieron la oportunidad de visitar la versión antigua casita, una breve descripción es que era literalmente una casa con muchísimos cuartos pequeños en los que se desarrollaban los paracadémicos. Además, había un gimnasio, fulbito de mesa y colchones para tirarse mientras no se realizará el paracadémico de palestra.

Ahora, su versión 2.0 tiene espacios más amplios para los paracadémicos, consecuentemente más alumnos pueden acceder a participar de ellos en los diferentes horarios propuestos. Antes había menos horarios por la dificultad de los profesores para realizar todas las actividades que se proponían durante el ciclo, entonces esta expansión permite la mayor comodidad posible.

Otro punto a favor es la ampliación del gimnasio donde quepan más máquinas permitiendo que personas entrenen al mismo tiempo sin problemas. Sin embargo, la frialdad de la nueva casita del estudiante es notoria desde que entras hasta que sales. Los espacios al aire libre son limitados a dos colchonetas, la terraza y la parte trasera en la que están las máquinas expendedoras. Hay tantas oficinas que todavía no me queda claro para qué es cada una de ellas.

En un inicio, cuando fui emocionado a verla me dijeron que serían cubículos

que los alumnos podrían reservar. Hoy parecen haber cambiado esa visión a una más formal que se limita a las reuniones entre administrativos u organizaciones. Incluso, al igual que la anterior casita del estudiante, organizaciones como el CEUP y REUP tienen una oficina para ellos. Esto lleva a confusiones en cuanto a su uso. El punto no es criticar las oficinas porque sí, es analizar por qué hay tantas oficinas y por qué ya no hay mayores espacios de recreación afuera.

Por otro lado, hay un gran estacionamiento que los alumnos no podemos usar y nunca he visto que se llene alguna sola vez. Ahí hay una oportunidad para expandir una pequeña zona de juegos recreativos o constantes ferias como la que se hizo alguna vez en la que invitaban a los alumnos a que conozcan un poco mejor las diferentes organizaciones que hay en la universidad. Esa clase de espacios se han visto crudamente eliminados y la transición de una casita del estudiante a la otra ha traído consigo la progresiva eliminación de los espacios para los cuales íbamos a la casita del estudiante. La nueva ha roto con la familiaridad y comodidad con la que antes se iba para relajarse y pasar un tiempo con amigos. Se tiene un espacio bastante amplio el cual se puede aprovechar mejor.

Para terminar este pequeño artículo, quisiera invitar a cada uno de ustedes a expresarse con la mayor libertad sobre este tema en la página de la universidad, en la revista misma, con algún directivo o entre amigos; no dejemos que este tema sea algo más que con el tiempo vuelve y no se hace nada al respecto. Sé que muchos pueden pensar que la misión principal de la universidad no es darnos espacios de recreación, y tienen razón, no lo es. Pero, si estamos buscando una educación integral en todos los aspectos, la universidad sí puede ayudarnos y facilitarnos estos espacios. Así como los hay de debate y de estudio, también debe haber espacios en los que uno pueda relajarse y sentirse a gusto, un momento para darse una pausa y estar tranquilo.

Con respecto a la canchita UP, sería bueno que nos sintamos seguros como alumnos de poder acceder a espacios de calidad y en los que no corramos algún riesgo innecesario. Y de acuerdo a la casita del estudiante, o pabellón Z, sé que se puede aprovechar mejor los espacios amplios que ahora gozamos. Ahora es momento de hacerlo y esperemos recibir no solo una respuesta alentadora, sino también una abierta a cambios y mejoras constantes que nos permitan seguir mejorando la universidad, tanto de la mano de los alumnos como de los directivos.

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