Bacanal Ene/Feb2012: Elegante sport

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2 3 Mientras la bici se consolida coMo Medio de transporte, con la ciudad coMo escenario cada vez Mas adaptado a la presencia de ciclistas que no la usan por deporte, sino para trasladarse, ir a trabajar o salir de noche, la Moda acoMpaña a esta tendencia de ciclisMo urbano, que rechaza joggins, calzas y zapatillas, a la vez que acepta vestidos, sacos y hasta tacos altos.

texto Silvana Moreno fotos Felix Buzzo, JazMin arellano, Gonzalo alvariñaS, CeCilia Ferraro, arChivo inFoMedia

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ace unos meses, en una fiesta, una economista buena moza y canchera, pero desprevenida, fue invitada a salir en grupo, un domingo de ésos, a pasear en bicicleta. Llegó el día, y el plan era ir desde Las Cañitas hasta la Reserva Ecológica, comer algo y volver. La chica se hizo una colita alta tirada para el costado, se puso un top deportivo con corpiño incorporado, calzas negras de un tejido hi-tech, zapatillas blancas de correr y una campera liviana de trekking. En la cara, protector solar. Se creía impecable. Error. O, más bien, horror. En el punto de encuentro la recibió un grupo de trabajadores del diseño, la gastronomía y la publicidad, con el más estricto elegante sport: camisas de manga corta y estampados naif, jeans, borceguíes, vestidos a cuadros de faldas amplias, shorts de denim sobre medias largas de plumetí, chatitas y algún sombrero. Es que la ropa deportiva ya no es indispensable para pasear en bicicleta. De hecho, en ciertas circunstancias hasta es indeseable. Porque la bicicleta dejó de ser necesariamente una actividad deportiva para pasar a ser un medio de

1. Vestidos mini, permitidos para pedalear. 2. el tweed run de londres organizado por ralph lauren. 3. Maite auzmendi, elegante en su bici moderna.

transporte, con la ciudad cada vez más preparada para eso. Cambió la forma de vestirse para andar en bicicleta, y también cambió la forma de vestirse en general, si es que uno va en bici. Así como el barón rampante un día dejó de pisar el suelo para irse a vivir para siempre a los árboles, con frac verde con faldones, polainas, tricornio, corbata de encaje y pelo empolvado con coleta, últimamente en Buenos Aires cantidad de gente se larga a vivir sobre una bicicleta. Y no se puede vivir en jogging. Porque en bici se va a trabajar, a pasear, a una fiesta o a una reunión con la inmobiliaria. Hoy uno se sube a una bicicleta como se subiría a un colectivo, a un auto… con zapatos, de taco también. Y hasta con saco. “Odio la ropa deportiva”, se sincera Anastasia Meier, vestuarista de teatro que suele desplazarse en su bicicleta rosa flúo con cuadro de carrera. Y sigue: “Yo he andado con mini, con plataformas… con taco chino va como tiro. La ropa para andar en bici se transformó en algo bien personal, como en general en la moda misma. Claro que mientras más cómodo, mejor.

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1 Cuando pienso en qué me voy a poner, no lo hago en función de la bici. Elijo lo que tengo ganas, calzas, jeans, aunque para pedalear son más incómodos que un vestido. Me gustaría encontrar prendas comunes, pero adaptadas a las necesidades para andar en bici. Algo lindo, sexy, femenino. Sería bueno poder ir a una fiesta en bicicleta con un vestido diseñado para ese fin, un vestido de fiesta-bicicleta. Incluso el diseño de la bici de mujer está preparado para ir con pollera”. Aunque a Meier más de una vez se le enganchó la falda: sería porque no usa guardafalda, un dispositivo de género o plástico que se coloca sobre el guardabarros trasero para evitar que la falda se enganche en los rayos o en los frenos. Román Zlotogora conoce al detalle todos esos accesorios. Habla, por ejemplo, de gomitas con réflex y broches diseñados especialmente para ajustar los pantalones al tobillo. “En Buenos Aires hay que ir buscándolos por distintas bicicleterías, aparecen aislados, hasta ahora no venden todo lindo en un solo lugar”, indica el director de arte que en sus ratos libres es ensamblador de bicicletas clásicas para su emprendimiento Polanski World, con un gusto por la mecánica probablemente heredado de su abuelo suizo, mecánico de aviones de Antoine de Saint-Exupéry. Colega de Zlotogora, ahí está Santiago Oliver, que desde su taller Born in Garage recicla bicicletas de época y anima a sus

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1. Martín Churba y olivier Hanocq recorrieron circuitos creativos en bici, salida organizada por el CMD y levi's. 2. paulina trotz pedaleando por palermo junto a la marca orb. 3. sombrero de estilo vietnamita y camisa a cuadros para una salida con el grupo de ciclistas Masita seca. 4. paseo en bicis de época by ralph lauren. 5. la nueva línea para ciclistas levi's Commuter.

La ropa deportiva ya no es indispensable para pasear en bici. De hecho, en ciertas circunstancias hasta es indeseable. La bicicleta dejó de ser necesariamente una actividad deportiva para pasar a ser un medio de transporte, con la ciudad cada vez más preparada para eso. amigos a recorrer la ciudad las noches de martes, en búsqueda de pizzerías, restaurantes peruanos o lugares por el estilo. “Aunque se trate de bicicletas de los años 70 y 80, nosotros no forzamos un estilo para vestirse. A algunos les gusta la ropa de feria americana. Yo, antes que nada, me fijo que los pantalones no sean tan sueltos, sino más chupines, y que sean a la cintura. También varios del grupo tenemos jerseys antiguos para ciclistas de marcas nacionales como Rovi y extranjeras como

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Fornelli”, explica el muchacho, que además es asesor del departamento de ciclismo urbano de Shimano para América Latina, la empresa japonesa de partes de bicicletas. “Voy en bici a todos lados, hasta puedo ir a una fiesta de casamiento, porque tengo distintos modelos y para esas ocasiones tengo mi bici de gala, una de pista de los años 80 que perteneció a Willy De Bosscher”, se enorgullece. cuidado con los cascos El que vaya seguido a Masa Crítica Buenos Aires (el encuentro mensual y multitudinario que cruza la ciudad con bicicletas y ciclistas de todo tipo y factor), se haya cruzado con grupos que no superan la veintena como Masita seca (con Zlotogora como líder, paseos domingueros entre amigos y amigos-de-amigos, generalmente del planeta de la fotografía y la publicidad) y 700 Night Riders (el grupo de Oliver, llamados así por sus modelos clásicos de rodado 700), o simplemente


sea un atento observador callejero, lo habrá notado: los accesorios en ascenso son las bicicletas vintage restauradas, porque todo queda mejor sobre Auroritas, inglesas de paseo o de carrera. Y mejor todavía con canastos con flores (pero ¡cuidado con poner las carteras en los canastos! Son botín de semáforo). Para accesorios de colección, pocos como los hallazgos de Oliver y su pandilla. “En bicicleterías ‘cuevas’, perdidas en las provincias, encontramos cosas de hace 30 años sin uso, increíbles: además de los jerseys, 2 petacas de aluminio para bicicletas, portacaramañolas, y hasta cascos chichoneras”. Esos cascos de cuero acolchados generalmente a rayas de colores, tan pero tan antiguos. Por otro lado, el casco es un accesorio en cuestionable descenso. “No uso casco porque me parece horrible, tanto como ponerse una gorra de baño para nadar”, se defiende Meier. Y, desde un punto de vista estético, es comprensible que nadie quiera calzarse en la cabeza esa especie de semipelota de rugby. Algunas alternativas útiles: cascos de skate (que dejen las orejas descubiertas, para poder escuchar eventuales bocinazos) y cascos de equitación. Tampoco a Zlotogora se lo suele ver con casco, aunque por suerte lo único que le “rompió la cabeza” fueron los modelos con sombrero incorporado que se venden en Europa. Se trata de un casco negro común, pero que puede cubrirse con caps, boinas y más diseñadas en tamaño justo para el casco. Si tiene que elegir un casco que se consiga en Buenos Aires, no duda y recomienda “los de softball que venden en Osvaldo deportes”. ciclismo chic Los europeos, pioneros en el ciclismo urbano, también lo son del ciclismo chic. En Dinamarca, el blog Copenhagen Cycle Chic retrata apasionadamente los estilos locales para andar en bici. En muchas otras ciudades se unieron a la causa (desde Los Ángeles hasta Torino, y desde Moscú hasta Gambia, todos pueden verse en www.copenhagencyclechic.com) y adhieren al manifiesto original de CCC: 1. elijo montar en bici de forma elegante y, en cada oportunidad, elegiré el estilo sobre la velocidad. 2. abrazo mi responsabilidad de contribuir visualmente a un paisaje urbano más agradable estéticamente. 3. soy consciente de que mi mera presencia en dicho paisaje urbano inspirará a otros sin que esto me etiquete

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como “activista de la bicicleta”. 4. Voy a pedalear con gracia, elegancia y dignidad. 5. elegiré una bicicleta que refleje mi personalidad y estilo. 6. sin embargo, la consideraré un medio de transporte y un mero suplemento a mi propio estilo personal. Dejar que mi bicicleta me eclipse es inaceptable. 7. Me aseguraré de que el valor total de la ropa siempre exceda el de mi bicicleta. 8. Voy a personalizar mi bicicleta según las normas de la cultura de la bicicleta y tendré, de ser posible, protector de cadena, pata de cabra, guardabarros, guardafaldas, timbre y canasta. 9. respetaré las leyes de tránsito. 10. Me abstendré de usar y tener cualquier clase de ropa ciclista. la única excepción puede ser un casco, si elijo ejercitar mi libertad de elección personal y usar uno...

Por supuesto, las cosas por allá están mucho más organizadas, con cascos para todos los gustos y bicicletas de la legendaria firma Bianchi con diseño de Gucci. En noviembre, Ralph Lauren organizó en Londres el ya típico Tweed Run: desde 2009, paseo en bicicletas de época donde los participantes usan ropa

tradicional como trajes de tweed, pantalones de golf, sombreros, relojes de bolsillo, suéteres de cashmere, vestidos de organza y tafetán, capas de ciclista y guantes. Siempre, a beneficio de una organización que envía bicicletas a chicos africanos, que las necesitan para ir al colegio. También en Londres, la célebre empresa de asientos Brooks lanzó su marca de ropa, John Boultbee, que reversiona clásicos ciclistas de los años 30. Por estos días llegó el turno de la capa Oxford, recreada por un equipo de diseñadores y ciclistas, con algodón impermeable, tweed y tiras réflex. Acá y allá, Levi’s también pedaleó lejos y propone una línea diseñada especialmente para andar en bici. Se llama Commuter (Viajero). El denim tiene tratamientos que lo hace impermeable, elastizado, más fuerte y hasta más limpios, con una función higiénica llamada Sanitized, que protege contra olores. Los jeans llegan con la cintura más alta (así no se bajan con tanto pedaleo) y las camperas con fuelles ocultos en los hombros y un bolsillo donde entra cómodamente una botella. Y en todos los casos hay tiras réflex por acá y por allá, que lo hacen a uno visible en la noche. Qué suerte que hay todo esto. “Sí, porque es muy desagradable ver a esos hombres en calzas apretadas, no me gusta para nada”, se despide Oliver.

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