La squadra azzurra

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La Sociedad Italiana de Berisso y su historia


Con la llegada de los saladeros a Berisso en 1871, los inmigrantes europeos comenzaron a interesarse en la ciudad. A principios del siglo XX con el nacimiento de los frigoríficos, la inmigración tuvo su auge. Los pueblos, que veían la guerra muy cerca y se empobrecían cada vez más, decidieron probar suerte en este país. Pero al no querer olvidar sus costumbres y a los familiares que dejaron del otro lado del charco, estos nuevos ciudadanos formaron distintas entidades. No solo podían seguir con sus tradiciones sino que también en ellas prestaban ayuda a sus compatriotas. En 1918, no siendo la primera, se fundó la Sociedad Italiana. El primer nombre que recibió, por parte de italianos residentes y sus hijos, fue el de Sociedad Obrera Italiana de Mutuo Socorro de Berisso. La sede inicial de la entidad italiana tuvo lugar en una casa de chapa de la calle Barcelona, luego nombrada Domingo Leveratto en conmemoración del primer Presidente de la sociedad, compartiendo la residencia con los Bomberos Voluntarios de Berisso. A medida que crecía en número esta colectividad, decidieron agrandar su lugar. Compraron dos terrenos, en donde hasta el día de hoy sigue funcionando la sociedad, en la Avenida Montevideo N° 841. En un principio, la ayuda que brindaba este lugar a los italianos eran económica, más precisamente en los gastos de medicamentos o funerarios. Pero luego pasó a ser parte de la rutina diaria de los inmigrantes italianos. Una de las aficiones que tenían los hombres era el juego de bochas, que lo practicaban en la cancha que se encontraba en la parte trasera de la sociedad. Como era costumbre entre los inmigrantes, estas prácticas eran acompañadas con alguna copita de alguna bebida. Con el correr de los años, las familias italianas y sus descendientes siguieron formando parte de la colectividad hasta la actualidad aunque con muchos cambios en las actividades que se realizan. En donde estaba la cancha de bochas construyeron un gimnasio en donde practica el ballet que desfila en la fiesta del inmigrante, con sus bailes típicos. También se dan clases de otros tipos de baile como salsa, bachata, entre otros, se pueden aprender los idiomas italiano y portugués, pintura sobre tela, y formar parte de un coro. Pasaron 98 años de la creación de la colectividad italiana, y solo uno de sus miembros es nativo de Italia, pero las costumbres y tradiciones siguen presentes como el día en que esos primeros inmigrantes bajaron del barco en el puerto.

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La segunda edici贸n de la Copa del Mundo tuvo varios condimentos y muchas particularidades quedaron para el recuerdo.


El mundial de Italia 1934 fue el primero que tuvo eliminatorias para determinarr a los 16 participantes, solo jugaron cuatro seleccionados no europeos, debutó Egipto y se transformó ransformó en el primer equipo africano en participar cipar del certamen, y Uruguay se negó a ser parte arte de la cita mundialista y se convirtió así en el único campeón (se consagró en 1930) que no o ha defendido su título. Quedan muchas cosass más pero no tiene importancia seguir enumerando ando sucesos, porque todo fue tapado y cegado por or el fascismo de Benito Mussolini. Es por eso que este mundial, más ás allá de las connotaciones futbolisticas, de si laa pelota entrara o no a un arco, de la táctica y la estrategia de cada equipo, resalta como uno de los más oscuros de la historia. El régimen totalitario que invadía a Italia por aquellos años os hizo que innumerables irregularidades conducieran ducieran a la victoria al anfitrión. En 1934 se sabía abía quien iba a levantar la copa antes de jugar, ar, el local fue un campeón anunciado. Así, la gloriosa incertidumbre quee hace tan apasionante al deporte de 11 contraa 11 desapareció y fue reemplazada por los deseos del dictador Mussolini. “Señor Pozzo, usted ed es el único responsable del éxito, pero que Dios os lo ayude si llega a fracasar”. Con esas palabras se dirigió el || Duce al entrenador de la Azurra antes ntes de disputar la final ante Checoslovaquia. El régimen fascista se adueñó del fútbol, que ya concentraba a una gran cantidad dee masas en los diversos rincones del mundo, y lo utilizó como vidriera, para hacer propaganda de su política. Los anhelos de Mussolini eran órdenes enes y él mismo se encargó de estar presente en n cada detalle para que su lema se cumpliera: vencer cer o morir.

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La primeraa irr irregularidad rrreg egul ular arid idad a que cometió Italia ad mientras la FI FIFA miraba para IFA F m i ab ir abaa pa ara otro lado fue laa conformación dee un eequipo antirreglamentario q ip qu po aan nti t rreglamentar arrio debido a que conta contaba taaba b con on n ccinco inco in co eextranjeros, x ranjeros,, dee xt los cuales cuatro eran erran a argentinos arggen enti tiino n s (Luis ( uis Mon(L Monnti, Atilio Demaría, Enrique Enrri ri ue Guaita riqu Guai Gu a ta t y Raimundo Raimu aiimu und nd o ndo Orsi) y uno brasileño (Gua (Guarisi). (G Gua uarisi sii). ) En lo que respeta all ccampo a po de am de juego, ju ueg ego o, fue o, fue en en el primer choque entre Esp España Italia por pañ añaa e It Ital alia al ia p or los or os cuartos de final donde se cometió otra descaraó ot o raa d esca es caara rada infracción a favor del anfitrión. El El visitante viisita vis tant ntte se imponía por 1-0, pero antes de final nalizar liizzar la etapa etap et ap pa inicial Giovanni Ferrari marcó el empate em mpa pate a luego lue uego go o de que su compañero Ángelo Schiavio o tomara toma mara raa

claramente al arquero Ricardo Zamora. Laa mano man ano del || Duce ya se empezaba a vislumbrar, y no no iba ib ba a desaparecer nunca de esta Copa del Mundo. Mun ndo o. Luego de igualar en 1, Italia y España se enfrenen nfr frentaron otra vez al día siguiente para determinar deterrminar quién se clasificaba a semifinales. Más allá alllá l del gol de Giuseppe Meazza que le dio el triunfo a laa Azurrra, el juez René Mercet tuvo una labor mu muy uy polémica y contribuyó a la causa de Mussolini.i Por esto, cuando regresó a su país fue expulsado del arbitraje de por vida. El local se encontraba entre los cuatro mejores y sólo faltaban dos pasos para que se decretara


la victoria del fascismo. El primero de ellos fue ante Hungría, selección potencia por aquellos años pero que no pudo con la injusticia: el argentino Guaita marcó el tanto con el que el equipo de Pozzo arribó al partido decisivo luego de que Meazza cargara al arquero Platzer. El claro penal cometido por Monti fue ignorado y el sueco Ivan Eklind se encargó de preteger el triunfo del dueño de casa. El día de la gran final llegó y el estadio del Partido Nacional Fascista de Roma albergó alrededor de 55 mil personas. El nombre del sitio donde se iba a jugar el encuentro ya anunciaba el desenlace, aunque no sólo eso. Amenazas a los integrantes del equipo de Checoslovaquia y, lo más importante, la designación del juez. Eklind, el mismo que había obrado en pos de la victoria italiana en la semifinal, fue el encargado de impartir “justicia” en el juego decisivo. Pese a esto y a un claro penal no apreciado sobre el checo Puc, la apertura del marcador fue para el visitante cuando quedaban 20 minutos. Sin embargo, a nueve del final Orsi anotó el empate y llevó el encuentro al tiempo extra, donde Schiavio puso el 2-1 definitivo en favor de Italia. Así, la Copa del Mundo de 1934 tuvo a un campeón y a un gran perdedor. Fue el triunfo de Mussolini, quien demostró que él y sus deseos eran capaces de burlarse de la pelota. Su lema, vencer o morir, se llevó a cabo a la perfección y pudo ver con sus propios ojos como cada detalle se cumplía a su antojo. El derrotado fue el fútbol, ya que el deporte que llena de emoción y pasión a sus seguidores se rindió a los pies del || Duce y fue manchado por el Fascismo.

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Cuatro años después, en 1938, incumpliendo con la rotación continental, el mundial volvió a disputarse en tierras europeas. En un clima político internacional muy complicado y con un conflicto bélico a las puertas, esta vez la organización estuvo en manos del gobierno de Francia. Los italianos consiguieron llevarse el título mundial a casa por segunda vez consecutiva, tras ganar la final 4 a 2 frente a Hungría bajo el lema “vencer o morir”. Los nubarrones de la guerra se cernían sobre toda Europa y la política dejaba fuera a varias de las principales naciones. El torneo había sido diseñado para ser realizado alternadamente entre Sudamérica y Europa. Sin embargo la FIFA, bajo la influencia de su presidente, el francés Jules Rimet,decidió realizar el evento en su patria natal. Esta situación desató el rechazo de la mayoría de los participantes americanos. Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, los Estados Unidos, la Guayana Neerlandesa, México y hasta el primer campeón del mundo, Uruguay, retiraron sus participaciones. Mientras tanto en Europa la Guerra Civil Española llevó a España a retirarse de las competiciones internacionales. Austria ya clasificada, después de haber sido tomada por la Alemania de Hitler, convirtiéndola en una provincia alemana más, tuvo que declinar su participación. Y en Asia, Japón lo hizo a causa de la Segunda Guerra Sino-japonesa. Italia no era ajena a lo que sucedía en el mundo, Benito Mussolini seguía al mando en tierras italianas y estaba dispuesto a volver a utilizar el fútbol para su política propagandística. Decidió organizar un acto en el Palazzo de Venezia, para despedir personalmente a sus jugadores. Los mismos acudieron con el uniforme fascista y se les encomendó la victoria con un discurso vitoreado por la muchedumbre futbolera.

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En la cancha El mundial se puso en marcha y el equipo italiano dirigido por Vittorio Pozzo, reflejó en el campo de juego el ambiente político que se vivía en Italia. Durante el partido de octavos de final, antes de empezar el encuentro contra Noruega, los italianos realizaron el saludo fascista. Esto desató la ira del público francés, ganándose su enemistad para el resto del campeonato.Pero todo esto tuvo poco que ver con el juego, Italia le ganó a los noruegos en tiempo suplementario por 2 a 1. La contienda política tuvo lugar pocos días después, en el encuentro de cuartos de final entre los italianos y los anfitriones del torneo. Para este partido los italianos usaron indumentarias de color negro, en un supuesto homenaje a los “camisas negras”, la fuerza paramilitar del partido fascista. Se enfrentaban dos formas de interpretar el mundo fuera de la cancha, el fascismo italiano y la república democrática francesa. Los 61.000 espectadores franceses que se dieron cita generaron un clima asfixiante. Cuando los jugadores italianos llegaron al centro del campo de juego volvieron a realizar el saludo fascista, consiguiendo como respuesta los silbidos ensordecedores del público durante todo el partido. A pesar de esta situación los italianos volvieron a quedarse con el triunfo, con una victoria de 3 a 1. Ya en semifinales, después de haber dejado atrás al dueño de casa, el rival a enfrentar fue uno de los favoritos,Brasil. En lo que se consideró una final anticipada, el seleccionador brasileño, Adheniar Pimenta, decidió dejar fuera a dos jugadores clave, uno de ellos el gran goleador Leonidas, apodado como “el Diamante Negro”, conservando a sus mejores jugadores para la final, entendiendo que el rival a ganar, por su buen juego, era Hungría. El mismo Pimenta declaró en aquella época: “Lo conservo para la final”. El conjun-

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to italiano lejos de sentirse intimidado, salió a la cancha como los partidos anteriores y mantuvo su racha victoriosa, ganando el encuentro 2 a 1. De esta forma obtuvo el derecho a defender el título ante el equipo húngaro, que había derrotado a Suecia sin problemas. La gran final: “Vincere o moriré” La final de la Copa se disputó el 19 de junio de 1938, en el en el Estadio Olímpico de París, el público se congregó en un número que alcanzó los45.124. Para este partido el equipo italiano volvió a jugar con las camisetas negras, símbolo de guerra del fascio. Pero no solo en este acto se vería reflejada la sombra del fascismo, antes de comenzar el partido, llegó a la concentración italiana un telegrama personal de parte del presidente Benito Mussolini que rezaba así: “Debemos ser campeones para demostrar lo que es el ideal fascista...”. Y el mensaje de terminaba con un elocuente: “Vincere o moriré”, vencer o morir.


Pero el fútbol siguió siendo fútbol y la final fue una auténtica expresión de fiesta futbolística, de gran nivel y contenido técnico. Los italianos fueron rápidos, de reflejos instantáneos y hábiles para romper la defensa húngara, desplegando un juego limpio y elegante. Hungría jugaba un fútbol fino que buscaba apropiarse de la pelota. Muy rápido el equipo italiano se puso arriba en la pizarra, con el gol sorpresivo de Gino Colaussi (6’), pero casi de inmediato llegó el empate húngaro con PálTitkos (8’). Antes del descanso, los italianos inclinaron el trámite a su favor con las conquistas de Silvio Piola (16’) y de nuevo de Gino Colaussi (35’).Así el primer tiempo terminó con un parcial de 3 a 1. En el segundo tiempo los delanteros húngaros obligaron a la defensa italiana a redoblar sus esfuerzos, con cada una de sus aproximaciones. Llevaron el

partido al suspenso 20´antes del final, cuando Sarosi marcó el gol de descuento. Esto hizo que el público francés se alzara a favor de Hungría, que no se rendía en la búsqueda del empate. Pero esto no alcanzó. A los 82´el centro delantero Piola disparó el balón al arco y este se anidó en la red. Fue el segundo tanto de la cosecha personal de Piola, para consagrar a Italia por segunda vez con un inapelable 4 a 2. Después del partido el entrenador italiano afirmó: “Hemos jugado para ganar la Copa, eliminando de nuestro juego todo lo que no era útil para el fin perseguido y conservando sólo un fútbol estructural”. De esta manera Italia se convirtió en el primer bicampeón del mundo, catapultando al equipo de Pozzo como una de las mejores selecciones nacionales de fútbol de todos los tiempos.

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Contexto político - Social Desde finales de los años sesenta hasta principios de los ochenta se produjo un período de insatisfacción por una situación político-institucional caótica que se tradujo en violencia callejera y lucha armada, actualmente llamado Anni di piombo. Como Años de plomo, se entiende en Italia, el período que coincide grosso modo con la época donde la insatisfacción por la situación político-institucional caótica (gobiernos que duraban apenas unos pocos días), se tradujo en un principio en violencia callejera y sucesivamente en lucha armada, perpetuada por grupos organizados que usaron el terrorismo como arma con el objetivo de crear las condiciones para influenciar o derrocar los órdenes institucional y político italianos. Pero luego de este periodo histórico comenzaría, después de entrado unos años de la década del ’80, una Italia que se presentó como una potencia mundial, principalmente por su carácter industrial. Perteneció, aún en vigencia, a la agrupación del G8 (las ocho potencias industriales del mundo). Fue considerado el productor de vinos

mas importante del planeta y el segundo productor de aceite, las demás actividades agrícolas pasan a tercer plano en los índices de ingreso per cápita. El63% su población desempeñó labores en los procesos industriales. Socialmente la mentalidad de su pueblo se rigió por los parámetros existencialistas, en el que las personas perdían su fe, no creen en una verdad absoluta, existía una perdida de identidad y las personas se dejaron llevar por las masas sin criticar su entorno sus leyes etc. Las personas eran adormecidas por los medios de comunicación masivos que en ese entonces incrementaban exponencialmente su desarrollo y masificación. Una etapa en la que se demuestra al mundo un quiebre de lo establecido, el arte es en este periodo es el encargado de entregar humor y critica a una sociedad posmodernista, conformista y existencialista, se desprende de lo establecido y rompe con todos los cánones que hasta el momento se consideraban como correctos. La cita mundialista, de menor a mayor: Paolo Rossi 11


seleccionado italiano en Espa単a 1982

Zoff, Antognoni, Scirea, Graziani, Collovati y Gentile; Rossi, Conti, Cabrini, Oriali y Tardelli

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Ninguna nación tuvo nunca tanto tiempo para preparar una Copa Mundial. La FIFA nombró a España país anfitrión de la XII Copa Mundial de la FIFA™, en la que participarían 24 equipos en lugar de 16, como había sido el caso anteriormente. Con las nuevas reglas, trece equipos se clasificaban por Europa, tres por Sudamérica, dos por África, dos por Asia/Oceanía y dos por la CONCACAF (América Central y del Norte), a los que había que sumar a España, país organizador, y Argentina, campeón vigente. Además, se introdujeron algunas modificaciones en la organización del torneo. El nuevo formato incorporaba tres fases distintas: una primera ronda con seis grupos de cuatro equipos, de los cuales se clasificaban para la segunda fase los dos primeros; una segunda ronda con cuatro grupos de tres equipos, de los que se clasificaba el primero de cada grupo; y, por último, las semifinales y la final. Italia pasó la primera ronda, gracias a la diferencia de goles. Terminó igualado en segunda posición con Camerún con la misma diferencia (0), pero el elenco azurro había convertido más goles (2) que el conjunto africano (1). Pascual Antonio Carbone, miembro de la Comisión Directica de la Colectividad Italiana en Berisso, recordó aquel momento vivido con mucho sufrimiento: “Fue una primera ronda muy rara ¿no? Italia, a priori, no tendría grandes rivales como para sufrir sobresaltos pero sin embargo se le hizo muy difícil, la técnica de los jugadores de mitad de cancha para adelante no apareció. En fin, se sufrió pero avanzamos”. En la segunda Ronda, Argentina y Brasil fueron los rivales de los italianos. En primer turno, el último campeón del mundo no pudo con los dirigidos por Bearzot, que se impusieron por un tanteador de 2-1. Italia fue mucho mejor en el terreno de juego, además de que le realizaron una marcación muy especial a Diego Maradona, el cual no pudo aparecer durante los 90 minutos. Por último el rival a vencer era el Scratch du Oro. En un partido vibrante de ida y vuelta, con muchas ocasiones de gol, los europeos lograron imponerse con un 3-2 que lo depositó entre los cuatro mejores seleccionados de la competencia. Los continuos ataques de Zico, Sócrates, Falcao y Eder acabarían pa-

sándole factura a Brasil, que perdió un encuentro en el que Paolo Rossi marcó los tres goles. Pascual, nacido en la región de Campobasso tiene presente aquel encuentro contra el equipo de Telê Santana como una verdadera final: “Si lográbamos vencer a este seleccionado brasilero, teníamos grandes oportunidades de alzarnos con la Copa del Mundo. El conjunto sudamericano tenía de mitad de cancha para adelante un equipo preciso y efectivo”. Además el nacido en tierras azurras señaló que el partido se sufrió mucho ya que fue de ida y vuelta, los jugadores ofensivos tanto de una nación como de la otra estaban “en su día”, a tal punto que cualquier ataque propiciaba una ocasión clara de gol. En la semifinal, Italia gracias a dos goles de un renovado Paolo Rossi, demostró ser muy superior a la Polonia de Grzegorz Lato y Zbigniew Boniek, en un encuentro que sólo tuvo un dueño. El seleccionado italiano, se impuso sin dificultades a Alemania Occidental en la final (3-1), gracias a otro gol de Paolo Rossi, dinamizador del equipo. En una final en la que las selecciones acudían con un elenco de talentos en sus filas, con los italianos manejando el contraataque y los alemanes disponiendo más tiempo el balón, pero sin claridad ni precisión, la Squadra Azzurra se impuso en un encuentro discreto. Un nuevo cetro para sus vitrinas que frustró a los germanos, que debieron esperar hasta Italia 90 para consagrarse nuevamente. Dino Zoff, de 40 años y capitán de la selección italiana, recibió el trofeo de manos del rey Juan Carlos de España. Italia se convirtió así, después de Brasil, en el segundo país que lograba tres Copas Mundiales. Pascual – se sonrió- y dijo:” ¿La final de la copa?... Paolo Rossi, desde la segunda ronda hasta la final apareció en todo su esplendor y además de ser el goleador del certamen, llevó a la nazzionale hacia el titulo con su capacidad para ver el fútbol y saber como resolver en cada situación”. Para finalizar, Antonio que reside en la Argentina desde los 6 años, mencionó que el Mundial de España 1982 se festejó con mucha algarabía, pese a la distancia con su país natal, él se sintió parte de esa tercer estrella de la selección italiana de fútbol. 13



A pesar de que muchos miembros de la colectividad de Berisso no le den más importancia al seleccionado de fútbol italiano que al argentino, el mundial de Alemania 2006 es un campeonato que les dio una pequeña alegría por la obtención de la cuarta copa del mundo para el país de sus raíces. Sin embargo Pascual Antonio Carbone, italiano con más experiencia en la colectividad, lo vivió más enérgicamente por cómo se obtuvo el campeonato. El mundial de Fútbol de FIFA 2006 se celebró en Alemania, siendo la segunda vez que este país es anfitrión tras el campeonato 1974 realizado por Alemania Occidental. El evento se realizó entre el 9 de junio y 9 de julio. Italia finalizó en el primer lugar del grupo “E” con 7 puntos. La Squadra Azzurra hizo su debut el 12 de junio con una victoria frente a Ghana por 2 a 0 con goles de Andrea Pirlo y Vincenzo Laquinta. Cinco días más tarde empató 1 a 1 frente a Estados Unidos con un gol de Alberto Gilardino. En la última fecha clasificatoria venció a República Checa 2 a 0 con goles de Marco Materazzi y Filippo Inzaghi. Pascual Perez afirmó: “La primera fase se no hizo un poco fácil después vino lo jodido”. Los dirigidos por Marcello Lippi tuvieron sus puntos fuertes en el despliegue físico para jugar defensivamente y apostar al contrataque. Esta manera de jugar sumando a las características de buen ma-

Pascual Antonio Carbone: “Los penales se hicieron eternos después de que erraron uno. No terminaban más, pero la espera tuvo su fruto”.

nejo de pelota parada y remates de media distancia hicieron que a los rivales se les dificulte la posibilidad de marcar un gol o llegar cómodamente a la posibilidad de uno. “Era un equipo muy aguerrido como los antes” aseguró Carbone. El “Catenaccio” se hizo más fuerte en octavos de final frente a Australia, dónde mantuvo su valla invicta durante el encuentro. apostando al sistema defensivo a pesar de que los “Socceroos” dominaron el partido. Hasta que en el minuto 92 el árbitro español, Luis Medina Cantalejo, sancionó un polémico penal para la Azzurra que el delantero Francesco Totti cambió por gol. Las dos rondas siguientes fueron más accesibles primero goleando a Ucrania 3 a 0 en cuartos de final y ganándole 2 a 0 a Alemania en semifinales. En la final se enfrentó a Francia plagada de figuras y algunos excampeones del mundo como Zinedine Zidane, Thierry Henry y David Trezeguet entre otros. El encuentro comenzó con el pie izquierdo luego de que el árbitro argentino Horacio Elizondo cobrara a los 7 minutos de arrancado el partido un penal para los Galos. La máxima figura del campeonato hasta ese momento, Zinedine Zidane, hizo una obra maestra picando el balón en su ejecución. La respuesta llego diez minutos después ,tras el centro de Pirlo, Materazzi conecta un cabezaso y empata el encuentro. El desarrollo del partido fue tan parejo que tuvieron que definirlo por penales. David Trezeguet, el francoargentino, fue el único que erro un penal y Grosso convirtió el quinto penal dándole la estrella número cuatro a Italia. Pascual Antonio Carbone: “Los penales se hicieron eternos después de que erraron uno. No terminaban más, pero la espera tuvo su fruto”.

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Tras no disputarse los mundiales de 1942 y 1946 por la Segunda Guerra Mundial, la pelota volvía a rodar en Brasil para llevar a cabo la Copa del Mundo de 1950. La FIFA decidió realizar dicha competencia en tierras sudamericanas debido a que los países europeos se encontraban devastados pos las atrocidades sucedidas en dicha guerra. En consecuencia de esto, el torneo tuvo la peculiaridad de que el número de participantes se redujo de 16 a 13. En esta Copa del Mundo, la selección italiana llegaba muy afectada por un accidente que sufrió el plantel en las afueras de Turín. Además, el país estaba en plena transición política que salía de la dictadura para convertirse en la República de Italia. Luego de 12 años sin mundiales, Italia tenía la difícil tarea de defender el título conseguido en 1938. Pero la selección azurra no solo que no con cumplió con su cometido, sino, que su participación resultó –hasta esa fecha- la peor de un equipo defensor del campeonato tras caer eliminada en la fase de grupos. Italia compartió el Grupo C junto a Suecia, vigente campeón Olímpico, y a Paraguay. En su debut, cayó con el equipo sueco –que terminaría siendo el puntero del grupo- por 3 a 2 en la ciudad de San Pablo dejando una pálida imagen. Luego consiguió la victoria por 2-0 frente al equipo guaraní, pero fue solo para las estadísticas ya que Suecia, cosechó un empate con Paraguay y se clasificó a la siguiente fase. De esta manera, Italia terminaba en la séptima posición, mientras que la selección Uruguaya se consagraba campeona en el recordado “Maracanazo” igualando a la squadra azzurra en el palmarés de la competición. Pese a quedarse con las manos vacías, el equipo se po-

día regocijar en ser el único conjunto, junto a Uruguay, en levantar la Copa del Mundo. Luego de cuatro años, Uruguay y Brasil dominaban el fútbol sudamericano, pero aun así la Copa volvió al Viejo Continente a la espera de un nuevo conquistador en Suiza. Esta edición coincidió con el aniversario número 50 de la FIFA, cuya sede se encuentra justamente en la ciudad de Zúrich. En este torneo, Alemania, consagrado campeón, volvió a ser partícipe luego de la prohibición en el Mundial anterior. Por otra parte, el equipo Húngaro deslumbraba al mundo con su magnífica generación de futbolistas llamados “Magiares de Oro” que llegaban como los candidatos a quedarse con el título. Italia quedó eliminada nuevamente en primera ronda, tras compartir el grupo D con el local, Suiza, Inglaterra y Bélgica. En esta ocasión el equipo azzurra debió disputar un desempate junto al local debido a que ambos conjuntos cosecharon 2 puntos en la fase de grupos. En el partido de desempate los suizos fueron amplios dominadores del juego y con un contundente 4-1 dejaron a los italianos eliminados en la primera ronda por segunda vez consecutiva, finalizando en la décima posición. Los malos resultados no terminaron en ese momento, en la edición de Suecia de 1958, Italia no logró superar la clasificación y no pudo disputar ese Mundial. Pero en la siguiendo ocasión, en Chile de 1962, la selección italiana llegaba con muchas ilusiones luego de un global de 10-2 en la clasificación a la Copa frente a Israel. Las ilusiones se vieron frustradas desde el sorteo. Integraron el denominado “Grupo de la Muerte”, junto

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al local, Chile, Alemania Federal y Suiza. En esta participación el equipo, nuevamente, no pudo ir más allá de la fase de grupos. Con una victoria y un empate, se despidió en la novena posición, continuando con la racha negativa. Esta posición se repitió en el Mundial siguiente realizado en Inglaterra, la cuna de fútbol. En esta copa no hubo un solo candidato, los equipos llegaron más igualados que nunca. Brasil, con el título del 62 había igualado a Italia y a Uruguay con 2 copas, España venía de ser campeona de Europa, Alemania, campeona mundial, Portugal, con un joven equipo en riendas de Eusébio, y Hungría, subcampeona del mundo. Finalmente, la copa quedó en manos del local. En la próxima cita jugada en México, Italia recobró la memoria. Se clasificó primera del grupo B por encima de Uruguay, Suecia e Israel, consiguiendo una victoria y dos empates. Tras superar la primera fase luego de 32 años, se cruzó con el anfitrión en los cuartos de final. Los mexicanos se pusieron en ventaja pero la squadra azzurra supo recomponerse dando vuelta el marcado por 4-1. En la semifinal, se enfrentó con la poderosa Alemania Federal. Disputaron un partido apasionante de constantes idas y vueltas, ambos equipos pudieron quedarse con el encuentro, pero finalmente, en el tiempo suplementario, Rivera, puso el definitivo 4-3 y le daba a Italia el pase a la semifinal que no conseguía desde el título conseguido en 1938. En esa final con Brasil, no solo se disputaron ese campeonato, sino que estaba en juego que país sería el equipo con mas palmares de la Copa del Mundo. Finalmente, con un segundo tiempo asombroso, el

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conjunto sudamericano impuso su juego y se llevó su tercera estrella por 4-1. El golpe fue duro, y el equipo lo sintió en la próxima edición del torneo jugada en Alemania. En aquella ocasión Italia finalizó en la décima posición sin superar la fase de grupos. En este Mundial se dieron tres nuevas circunstancias, las más llamativa, fue la participación de dos equipos alemanes, Federal y Democrática. A su vez, se produjo la segunda participación de un equipo africano en la competencia en manos de Zaire. Y por otra parte, apareció la actual versión del Trofeo de la Copa Mundial de fútbol. Cerrando con 28 años de sequía, la selección azzurra viajó a la Argentina en 1978, buscando volver a la senda de los trofeos. Italia debió enfrentar un grupo duro, integrado por el anfitrión, Francia y Hungría. La clasificación parecía una utopía, pero frente a todas las adversidades, los azules aplanaron el Grupo 1 con tres victorias en tres partidos, anotando 6 goles y desplegando un juego majestuoso. En la segunda fase, el equipo finalizó segundo por detrás de Los Países Bajos a solo dos puntos y de esa manera disputó el tercer puesto frente a Brasil. Tras finalizar el primer tiempo con un gol a favor en el marcador, no supo mantener el resultado y los sudamericanos lograron dar vuelta el marcador y llevarse el encuentro por 2-1. Así, la selección Italiana cerró una etapa oscura, sin títulos y con una sola final disputada. Pero en esta última edición de la Copa del Mundo en 1978, mostró una nueva cara, con hambre de victoria y la esperanza de volver a colocarse entre los equipos más ganadores del Mundial.


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Luego del título obtenido en el Mundial de España 82, llegó otra etapa de sequía. Esta vez, sin títulos pero con muy buenas actuaciones de la selección. Durante los años que separan a la Copa del Mundo disputada en España y el próximo logro conseguido en el 2006, Italia siempre pasó la zona de Grupos y jugó una final en la edición del año 1994. Italia llegaba a la Argentina como vigente campeón de la copa del Mundo en 1986. En esta ocasión, el país sudamericano se convertía en el primero en albergar dos veces este campeonato en la historia. La squadra azzurra llegó al torneo de las riendas de su gran figura Alessandro Altobeli, quien no defraudó a la afición y marcó todos los goles del conjunto italiano. La selección integró el grupo A junto al anfitrión, Argentina, Bulgaria y Corea del Sur. En esta fase no cayó en ningún partido cosechando dos empates y una victoria en el partido frente a los asiáticos. De esta manera se clasificó en segunda posición, detrás del local, con cuatro puntos a los 16 mejores de torneo., Allí debería cruzarse con Francia. En aquel partido de octavos de final el equipo galo fue amplio dominador del juego y dejó eliminado al reciente campeón mundial por 2-0. En la siguiente cita de 1990, Italia tuvo el honor de ser por segunda vez la sede de la preciada Copa del Mundo. Esta fue el último Mundial hasta la fecha que reunió a todos los campeones de mundo hasta el momento: Italia, Uruguay, Alemania Federal, Brasil, Inglaterra y Argentina. Italia compartió el grupo A con Checoslovaquia, Austria y Estados Unidos. El equipo europeo fue muy

superior a sus rivales, ganó los tres partidos sin recibir ningún gol en contra. Así consiguió su pase a los octavos de final donde debería enfrentarse a Uruguay. El conjunto sudamericano no fue un oponente complicado, la squadra azzurra lo superó por 2-0 y se encaminaba como candidato a quedarse con el torneo. Luego de superar a Irlanda por 1-0 en los cuartos de final, se encontró con la vigente campeona de mundo y temible Argentina de Diego Armando Maradona. El partido se tuvo que resolver en los penales, donde se lució el arquero argentino Goycochea cerrando la serie 4-3. De esta forma el local debió conformarse con ir en busca del tercer puesto frente a Inglaterra. Finalmente Italia logró superar al equipo inglés 2-1 y así se metió nuevamente en un podio mundialista. El Mundial de 1994 llegó con muchas críticas hacia la FIFA por otorgarle la sede a Estados Unidos, un país con poca cultura e historia en el fútbol. Para callar a las críticas recibidas, Norteamérica, no solo mostró una maravillosa organización, sino que fue la mejor edición en cuanto a infraestructura y asistencia. Italia estuvo encuadrada en el grupo E acompañada de México, Irlanda y Noruega. Fue una zona muy pareja, los equipos no se sacaron ventajas y terminaron la primera fase igualados en 4 puntos, por lo que debió decidirse por diferencia de goles. Por eso se clasificó México con 3 goles a favor, seguido de Irlanda e Italia con 2 goles cada uno, quedando eliminada Noruega. En los 16 mejores, Italia superó a Nigeria por 2-1 y obtuvo el pasaporte para enfrentar a España en la siguiente ronda. Nuevamente, en un partido muy parejo, que podría haber sido para cualquiera, la squadra 21


azzurra se quedó con el partido otra vez por 2-1 y pasó a las semifinales. En busca de la final chocaba con Bulgaria que venía de derrotar a Alemania. Al igual que en los dos encuentros anteriores, Italia ganó con el mismo marcador y pudo jugar nuevamente una final de la Copa del Mundo. Ahora, con el tricampeón Brasil. En ese partido definitorio, los equipos no se sacaron ventajas y finalizaron los 120 minutos empatados en cero. Finalmente, la tanda de penales consagró campeón a Brasil por cuarta vez en su historia, de la mano de un flamante equipo integrado por Claudio Taffarel, Cafú, Mauro Silva, Dunga, Mazinho, y en especial Bebeto y Romário. Para el Mundial de Francia 98, Italia necesitó de un repechaje frente a Rusia para clasificarse. Una vez dentro de la Copa compartió el grupo con Chile, Camerún y Austria. La selección italiana no tuvo mayores dificultades de quedarse con la zona, y pasó a octavos de final con 7 puntos, dos victorias y un empate. En la eliminatoria directa se cruzó con Noruega, a la que eliminó de forma ajustada por 1-0 y lo llevó a enfrentarse con un viejo rival. El local, Francia, comandado por Zinedine Zidane. En aquel encuentro, las selecciones se vieron igualadas y finalizaron el tiempo de alargue con el marcador empatado sin goles. En consecuencia debieron decidir el partido en la suerte de los penales. Allí, siguiendo con la mala fortuna del conjunto italiano en esta definición, el local estuvo más fino y se clasificó a seminales por 4-3. Cuatro años más tarde, fue la primera vez que dos países organizaron este torneo, estos fueron Corea y Japón. En esta edición se dio la particularidad de que 22

Francia, vigente campeona, realizó la peor actuación de un equipo defensor del título en el torneo siguiente, quedando eliminada en primera ronda. Este campeonato fue una tortura para el equipo italiano. En la fase del grupo G, compartido junto a México, Croacia y Ecuador, se le anularon 5 goles en tres partidos (2 ante Croacia, 2 ante México y 1 ante Corea del Sur). Pese a la mala fortuna y malos arbitrajes, la selección pasó a la siguiente ronda en segundo lugar, detrás del equipo azteca con 4 puntos. El mundial se terminaría rápido, en la eliminatoria directa cayó derrotada con el loca Corea del Sur por 2-1 terminando con el sueño de llevar la cuarta corona para Italia. Luego de tomarse revancha en el Mundial del 2006, Italia llegó a Sudáfrica 2010 como flamante campeona del mundo. En esta ocasión formó parte del grupo F. En él empató en el debut en 1 con Paraguay y luego repitió el resultado frente a Nueva Zelanda. Para cerrar con la pésima actuación del equipo, se retiró de la Copa de Mundo cayendo con Eslovaquia por 3-2. Un 26° puesto final indica la mala campaña realizada aquel torneo, dejando certificado de su peor actuación en un campeonato de mundo. En el último Mundial disputado en Brasil en este año, nuevamente la squadra azurra quedó eliminada en la fase de grupos. Italia logró derrotar en el debut a Inglaterra por 2-1, pero luego cayó por 1-0 frente a Uruguay y Costa Rica, quedando así eliminada de esta edición. Estas dos actuaciones dejan en claro que es el momento de un cambio, de una renovación del plantel para que Italia vuelva a estar en lo más alto de los Mundiales como su historia muestra.




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