Ene-Feb 2010 No. 183 AĂąo 32
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Director: Heriberto Herrera Dirección: Colegio Santa Cecilia, Av. Don Bosco, 1-1, Santa Tecla, El Salvador Tel: (503) 2523-8828 Fax: (503) 2228-0464 Correo electrónico: boletinsalesiano.cam@gmail.com herrerah@gmail.com Consejo de administración: Luis Corral, Heriberto Herrera, Mauricio Ponce, Manuel Solano. Consejo editorial: Evelyn Carbajal, Heriberto Herrera, Victoria Mónico, Miguel Pacheco, José Mauricio Ponce. Impresión: Imprenta Ricaldone. Final Av. Hno. Julio Gaitán. Santa Tecla. El Salvador Distribución: Librería Salesiana 23 Calle Pte. y 5ª. Av. Nte. No. 335, San Salvador, El Salvador, C.A. Tel. 2235-3826; 2225-6221 Colaboradores en esta edición: Luis Corral, Sergio Checchi, Rolando Echeverría, Hugo Estrada, Héctor Hernández, Edward de la O, Card. Oscar Rodríguez Maradiaga, Ricardo Rodríguez, Fabricio Vargas.
El Boletín Salesiano se distribuye gratuitamente a la Familia Salesiana y a los Amigos de Don Bosco. El costo de la edición y distribución del Boletín Salesiano se cubre con las contribuciones voluntarias de sus lectores. Ahora es posible depositar estas contribuciones en la siguiente cuenta bancaria accesible en cada país de Centro América: Banco CITIBANK Cuenta número: 43612 DMBANKD-1 Nombre: Asociación Salesiana de Don Bosco - Inspectoría
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Presentación Sacerdotes
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Rector Mayor Cien modos para comunicar
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Sacerdotes San Juan María Vianney Don Bosco, inseparable sacerdote y educador La vida en el seminario Formador de salesianos y sacerdotes Padre Bartolomé Ambrosio Ejemplo de constancia, trabajo y fidelidad P. Isidro González Las confesiones del cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga Un joven salesiano inaugura su sacerdocio Edward De la O Castellón En camino al sacerdocio salesiano Padres de un sacerdote salesiano Test de estima sacerdotal
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Meditación ¿Qué es evangelizar?
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Educar como Don Bosco Educar la creatividad
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En línea
Tú debes ser uno de ellos Me llamo Francisco Javier Rodríguez, conocido por Panchito. Tengo 27 años. Nací en El Salvador. Estudié con los Salesianos en la Ciudad de los Niños y en el Colegio Santa Cecilia. Me hice salesiano para vivir el sueño de Don Bosco y compartir con él la alegría de amar y servir a los jóvenes, como Cristo buen Pastor. Los elementos de la vida salesiana que me amarraron son el espíritu de familia y los campos deportivos. Allí se desplegaron mis dotes de deportista, la alegría y la espontaneidad. Te invito a unirte a Don Bosco y así servir a los jóvenes que más lo necesitan.
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Si tienes interés en la vocación salesiana, puedes dirigirte al salesiano más cercano según tu país de residencia. Guatemala: P. Miguel Alfaro, pmiguelalfaro@hotmail.com / El Salvador: P. Atilio Vásquez, attilioss@gmail.com Honduras: P. Alex Figueroa, alexfi06@yahoo.com / Nicaragua: P. Luis Chinchilla, Tel. 552-3836 Costa Rica: P. Guido Maroto, gamm59@gmail.com / Panamá: P. Carlos Vilanova, vilanovasdb@gmail.com
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Sacerdotes E
l sacerdote ha sido, es y será una figura controvertida. Venerado por unos, despreciado por otros; para algunos, una figura anacrónica. Son incontables los ¨chistes de padres¨, casi siempre de tono denigrante.
Los sacerdotes no caen del cielo. En algún momento de su vida sintieron en su corazón una inquietud, interpretada como llamada de Dios, a optar por un estilo de vida completamente original que implica grandes sacrificios, y así colaborar en nombre de Cristo al cuidado pastoral del pueblo de Dios.
Benedicto XVI ha proclamado el año sacerdotal. La intención del Papa es contribuir a que la comunidad cristiana descubra con mayor nitidez la persona y función de estos hombres llamados por Dios a fungir como cabeza de la misma.
Como hombres, se encuentran en una doble tensión. Por un lado, su dimensión humana seguirá siendo limitada y debilitada por el pecado. Por otro lado, son los representantes de lo divino, con el riesgo de quedar sacralizados en estereotipos irreales.
Es de sobra sabido que una comunidad cristiana sin sacerdote languidece en la fe. Mientras que las comunidades que tienen la suerte de contar con sacerdotes apostólicos crecen en su vigor cristiano.
Este número del Boletín Salesiano quiere unirse al empeño de la iglesia por fijar la mirada en ese enorme número de hombres consagrados por Dios al servicio sacerdotal y que deben cargar con el peso de un trabajo no siempre gratificante.
Presentamos al salesiano sacerdote, una innovación impulsada por Don Bosco dentro de las muchas modalidades de ejercer el sacerdocio en la iglesia católica. El salesiano sacerdote dedicado a atender a los jóvenes, sobre todo a los más necesitados, con una atención total: dimensión terrena y dimensión espiritual. Se presenta las diversas fases del sacerdote: joven seminarista, sacerdote joven, sacerdote de mediana edad, sacerdote anciano. Se nos explica la vida en seminario, con frecuencia poco comprendida, y el rol de los formadores. Los padres de un salesiano sacerdote narran cómo marcó a la familia la vocación del hijo. Es de esperar que la comunidad cristiana crezca en el afecto, apoyo y aprecio hacia sus sacerdotes, quienes tienen la misión de acompañarla en el crecimiento de su fe. Heriberto Herrera
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el rector mayor
Si allí se sitúan los jóvenes, allí debemos situarnos también nosotros, los salesianos.
Cien modos para comunicar La nueva situación de la cultura de la comunicación ofrece inéditas posibilidades de educación y de evangelización. Hoy la comunicación social es el camino obligado para la difusión de la cultura y de los modelos de vida. Es parte significativa de la experiencia juvenil.
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ran forjador de ambientes educativo-evangelizadores, Don Bosco había sabido intuir la bondad y la fuerza de los lenguajes de la comunicación para incidir de modo original y efectivo en los jóvenes. Sabía tocar las fibras del corazón. Era no solo un evangelizador-educador, sino también un comunicador nato. La ecología comunicativa inventada por Don Bosco tenía el claro fin que posteriormente uno de mis predecesores, el P. Egidio Viganó, ha definido en forma lapidaria: educar evangelizando, evangelizar educando, combinación inseparable en la misión salesiana. Don Bosco lograba sacar lo mejor de los
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jóvenes volviéndolos protagonistas de su propia educación, y lo mejor de los educadores-evangelizadores haciendo de ellos los testigos del evangelio y los animadores de la rica epifanía juvenil. En el Oratorio un gran abanico de propuestas comunicativas tocaba la vida de tantos jóvenes “pobres y abandonados” llegados a Turín desde los valles. Casa, escuela, catecismo, misa, trabajo, banda de música, teatro, paseos, juegos, talleres, buenas noches, narraciones de sueños, sermones, palabras al oído, tarjetitas con mensajes personalizados, etc. comunicaban una cultura, un modo de ponerse en relación con Dios, con el mundo y con los demás.
El conjunto abría a la esperanza y a la confianza, daba sentido a la vida, cuando tal vez para algunos todo ello ya se había perdido. El Oratorio, en resumen, representaba una sólida y bien arraigada alternativa cultural. Pero Don Bosco iba más allá. Su genio comunicador se manifiesta en una carta vehemente de la cual cito un breve fragmento: “La difusión de buenos libros es uno de los fines principales de nuestra Congregación. (…) Por esto, entre los libros que hay que divulgar, propongo que demos preferencia a los que tienen fama de ser buenos, moral y religiosamente hablando, especialmente los que salen de nuestras tipogra-
Don Bosco fue por tanto un educador-evangelizador-comunicador. Para los salesianos la comunicación social se fundamenta en la misión misma de la Iglesia y la expresamos en la pasión por Dios, en la pasión por la salvación de los jóvenes, en el “da mihi animas, cetera tolle”: la comunicación social no es algo externo y, mucho menos, extraño a la misión, sino que surge de la misión. Luego el salesiano, como hijo de Don Bosco, es un evangelizador-educador-comunicador por naturaleza. Hoy constatamos que los jóvenes han creado su propio ambiente, el llamado ambiente digital, un hábitat virtual del cual se sienten dueños. El hecho al comienzo fue observado con desconfianza. Pero es justo aceptar que – abandonadas las edades de piedra y cincel, de papel y tinta, de paredes y aulas y escucha pasiva – los jóvenes reclamen lenguajes nuevos, nuevos métodos y nuevos modos de educación y evangelización. Ellos desean ser autores y actores de su espacio, de su lenguaje y de sus contenidos, inventan y vuelven a crear su propia persona, exigen libertad de navegación y diálogo en el cyberespacio. Pues bien, si allí se sitúan ellos, allí debemos situarnos también nosotros: educando, anunciando, dando testimonio. Fuera de estos espacios y lenguajes ya no somos ni vistos ni escuchados ni comprendidos por los jóvenes, no podríamos educar ni incidir evangélicamente en la cultura.
rreríamos el peligro de abandonar a los jóvenes que la habitan; y son, a estas alturas, la enorme mayoría. Allí han nacido, allí viven, allí trabajan, allí se divierten, allí entablan relaciones, allí gozan y allí sufren. Podría hasta decir que muchos allí mueren: basta entrar en las redes sociales, en Second Life, en MySpace, en Facebook, en algún blog, o en Youtube o… Si el Sistema preventivo reclama la presencia del salesiano “en el patio”, entre los muchachos, entonces debemos reflexionar, actualizar y poner en práctica la presencia del salesiano educador-evangelizador en los nuevos patios de la comunicación donde convergen tantos
medios, donde las paredes no son de ladrillo o de cemento, los cables conductores no son únicamente metal o fibras, sino también energía y ondas captadas y lanzadas por satélites a través del espacio. Cierro citando a Papa Benedicto XVI: “Quisiera concluir este mensaje dirigiéndome de manera especial a los jóvenes católicos para exhortarlos a llevar al mundo digital el testimonio de su fe. Amigos, siéntanse comprometidos en sembrar en la cultura de este nuevo ambiente comunicativo e informativo los valores sobre los que se apoya su vida”. Pascual Chávez Villanueva
Los jóvenes han creado su propio ambiente digital, del cual se sienten dueños.
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fías. (…). Con el Boletín Salesiano, entre tantísimos proyectos, tuve también éste: mantener vivos entre los jóvenes, vueltos a sus casas, el amor al espíritu de San Francisco de Sales y a sus normas y hacer de ellos mismos los salvadores de otros jóvenes”.
Esta nueva realidad ni debe asustarnos ni podemos rechazarla: co-
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Tema de Mes
San Juan María Vianney
Llegó a Ars, una pequeña aldea de 230 habitantes, advertido por el Obispo sobre la precaria situación religiosa: “No hay mucho amor de Dios en esa parroquia; usted lo pondrá”. Bien sabía él que tendría que encarnar la presencia de Cristo dando testimonio de la ternura de la salvación: “Dios mío, concédeme la conversión de mi parroquia; acepto sufrir todo lo que quieras durante toda mi vida”. Con esta oración comenzó su misión. El Santo Cura de Ars se dedicó a la conversión de su parroquia con todas sus fuerzas, insistiendo por encima de todo en la formación cristiana del pueblo que le había sido confiado.
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El Santo Cura de Ars enseñaba a sus parroquianos sobre todo con el testimonio de su vida. De su ejemplo aprendían los fieles a orar, acudiendo con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús Eucaristía. “No hay necesidad de hablar mucho para orar bien”, les enseñaba el Cura de Ars. “Sabemos que Jesús está allí, en el sagrario: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su presencia. Ésta es la mejor oración”. Y les persuadía: “Vengan a comulgar, hijos míos, vengan donde Jesús. Vengan a vivir de Él para poder vivir con Él…”. “Es verdad que no son dignos, pero lo necesitan”. Dicha educación de los fieles en la presencia eucarística y en la comunión era particularmente eficaz cuando lo veían celebrar el Santo Sacrificio de la Misa. Los que asistían decían que “no se podía encontrar una figura que expresase mejor la adoración… Contemplaba la Hostia con amor”. Les decía: “Todas las buenas obras juntas no son comparables al Sacrificio de la Misa, porque son obras de hombres, mientras la Santa Misa es obra de Dios”. Estaba convencido de que todo el fervor en la vida de un sacerdote dependía de la Misa: “La causa de la relajación del sacerdote es que descuida la Misa. Dios mío, ¡qué pena el sacerdote que celebra como si estuviese haciendo algo ordinario!”. Siempre que celebraba, tenía la costumbre de ofrecer también la propia vida como sacrificio: “¡Cómo aprovecha a un sacerdote ofrecerse a Dios en sacrificio todas las mañanas!”.
Esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz lo llevaba –con una sola moción interior– del altar al confesonario. Los sacerdotes no deberían resignarse nunca a ver vacíos sus confesonarios ni limitarse a constatar la indiferencia de los fieles hacia este sacramento. En Francia, en tiempos del Santo Cura de Ars, la confesión no era ni más fácil ni más frecuente que en nuestros días, pues el vendaval revolucionario había arrasado desde hacía tiempo la práctica religiosa. Pero él intentó por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística. Supo iniciar así un “círculo virtuoso”. Con su prolongado estar ante el sagrario en la Iglesia, consiguió que los fieles comenzaran a imitarlo, yendo a visitar a Jesús, seguros de que allí encontrarían también a su párroco, disponible para escucharlos y perdonarlos. Al final, una muchedumbre cada vez mayor de penitentes, provenientes de toda Francia, lo retenía en el confesionario hasta 16 horas al día. Se comentaba que Ars se había convertido en “el gran hospital de las almas”. Su primer biógrafo afirma: “La gracia que conseguía [para que los pecadores se convirtiesen] era tan abundante que salía en su búsqueda sin dejarles un momento de tregua”. En este mismo sentido, el Santo Cura de Ars decía: “No es el pecador el que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo quien va tras el pecador y lo hace volver a Él”. “Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes”.
Nino Musio
AÑO SACERDOTAL
Sacerdote-educador. Educador-sacerdote.
Don Bosco, inseparablemente sacerdote y educador Sergio Checchi
Cuando en noviembre de 1831 Juan Bosco, muchacho de 16 años, se puso en camino hacia Chieri para iniciar allí sus estudios de bachillerato, lo acompañó un amigo suyo de la misma edad: Juan Filippello. Mientras caminaban, Bosco contaba al compañero muchas cosas que había aprendido en la escuela, en la iglesia y en la vida, todo salpicado de oportunas reflexiones.
Tras dos horas de andar, se sentaron a descansar un poco, y Bosco seguía contando. A un cierto punto, Filippello lo interrumpió: “¿Vas a estudiar y ya sabes tantas cosas? ¡Pronto llegarás a ser párroco!” Juan Bosco le respondió prontamente: “¿Párroco? No, querido Filippello, yo no seré párroco. Voy a estudiar porque quiero consagrar mi vida a los muchachos”. Sacerdote sí, pero no párroco. Juan Bosco no será párroco, será sacerdote para los jóvenes, sacerdote educador. Pasaron diez años. Don Bosco ya tenía veintiséis, ya era sacerdote. Le ofrecieron diversos empleos: ser profesor en casa de una noble familia genovesa, ser capellán en la aldea de Murialdo, ser vicepárroco de Castelnuovo. Don Bosco no
aceptó ninguno; sentía que no era ésa su vocación. Entró al Colegio Eclesiástico para estudiar Teología Moral y entrenarse en el ministerio sacerdotal. Entre tanto, comenzó la obra del Oratorio. Cuando, pasados tres años allí, tenía que despedirse del Colegio Eclesiástico, lo llamó su director Don Cafasso y le dijo: “Ya ha acabado usted sus estudios; ahora, a trabajar, porque la cosecha es abundante. ¿A qué se siente más inclinado?” Y le indicó tres empleos: “¿Qué elige? ¿No se inclina más a una cosa que a otra?” “Mi inclinación – contestó Don Bosco – es hacia la juventud”. Continuó Don Cafasso: “¿Qué es lo que llena en este momento su corazón, qué da vueltas en su mente?” “En este momento me parece encontrarme en medio de una multitud de muchachos que me piden ayuda”.
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Tema de Mes Y nuevamente rehusó los empleos que le ofrecían; no podía aceptarlos, lo habrían apartado de su dedicación a los jóvenes. Y siguió entregado a su misión educativa entre los muchachos del pueblo. Entre tanto, oficialmente era el director espiritual de las obras sociales de la marquesa Julieta de Barolo. Eso le facilitaba un lugar donde vivir y un cierto sueldo. Pasaron dos años. Un día lo llama la señora marquesa y muy seria le dice: “Estoy muy contenta de usted. Pero me preocupa su salud; usted no puede seguir con la dirección de mis obras y estar al frente de esos muchachos abandonados. Dedíquese a lo que realmente es su obligación y suspenda en absoluto su preocupación por los chicos. ¿Qué me dice a esto?” “Señora marquesa, – contestó Don Bosco –, usted tiene dinero y encontrará fácilmente a otros sacerdotes para sus obras. Pero yo no puedo abandonar a mis muchachos. Mi vida la tengo consagrada al bien de la juventud”.
Sacerdote, pero ¿sacerdote para qué? Cuando a la edad de nueve años tuvo su primer sueño-visión, no se le dijo que sería sacerdote, pero se le indicó el campo en que trabajaría: “No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, ahora mismo a enseñarles la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud”. Cuando a la mañana siguiente contó el sueño, escuchó de sus hermanos diversas interpretaciones; pero la mamá algo intuyó: “¡Quién sabe si un día serás sacerdote!” Sacerdote en medio de aquella multitud de chiquillos que jugaban, peleaban y blasfemaban. Cuando más tarde Juan estaba en Castelnuovo cursando la escuela primaria, a menudo veía pasar al párroco y se le acercaba para saludarlo. El buen sacerdote devolvía el saludo
Desde muy pequeño, Juanito Bosco quería ser sacerdote. Mientras la vaca pastaba, leía y leía. A los amiguitos que lo invitaban a dejar el libro e ir a jugar, les respondió: “Déjenme, porque quiero estudiar y hacerme sacerdote”.
Nino Musio
Y fue despedido. También los colaboradores lo abandonaron. Don Bosco se quedó solo, en la calle y sin sueldo, con sus cuatrocientos muchachos. Solo; pero conservaba su tesoro: los jóvenes.
Sacerdote al servicio de la juventud.
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con seriedad y cortesía, y continuaba su camino, sin decir jamás una palabra afable al muchacho. Juan se sentía mal; después se desahogaba con su mamá: “Si yo fuera sacerdote, haría muy diversamente: me acercaría a los niños, los llamaría a mi lado, les diría una buena palabra, les daría buenos consejos y me entregaría por completo a procurar su eterna salvación”. Juan Bosco entró al Seminario en 1835. Una de sus primeras impresiones fue que los superiores no se acercaban a los alumnos, casi no se les veía; los seminaristas les tenían cierto temor. Recordando aquellos días, escribe Don Bosco: “Esto avivaba en mi corazón los deseos de ser cuanto antes sacerdote para meterme en medio de los jóvenes, estar con ellos y ayudarlos en todo”. Llegados a este punto, nos preguntamos un poco desconcertados: ¿Cuál fue, al fin, la vocación de Don Bosco: la de sacerdote o la de educador? O, al menos, ¿cuál de ellas fue primero? ¿cuál fue la que inspiró toda su vida y su actividad? Porque uno podría sentirse llamado al sacerdocio sin ninguna inclinación por las tareas educativas; otro, por el contrario, podría sentirse atraído por el ideal del educador y nada por la misión sacerdotal. ¿Quién no ha conocido a óptimos párrocos entregados al bien de su rebaño, atendiendo asociaciones y movimientos, pero que no sintonizan con los jóvenes? ¿Y quién no ha conocido a buenos papás y mamás, profesores y maestras, con excelentes cualidades pedagógicas, que no son sacerdotes ni han deseado serlo? Son dos vocaciones distintas, dos misiones.
AÑO SACERDOTAL
En sus sueños Don Bosco siempre se veía como sacerdote en medio de jóvenes en peligro. Su delicia era confesar a los muchachos, predicarles, jugar y dialogar con ellos, aconsejarlos y orientarlos. Nunca se sintió sacerdote “genérico”. Nunca permitió que nada lo alejara o distrajera de los muchachos. Para estar dedicado a ellos, Don Bosco rehusó empleos, cargos y títulos honoríficos. Se los decía: “Yo aquí con ustedes me siento bien, mi vida realmente es estar con ustedes. Yo por ustedes vivo, por ustedes estudio, por ustedes trabajo; por ustedes estoy dispuesto incluso a dar mi vida”. Desde Roma les escribía: “Cerca o lejos, yo pienso siempre en ustedes; ustedes son el único afán de mi corazón. Y el no verlos ni oírlos me causa una pena que no pueden imaginarse. Mi deseo más ardiente es verlos felices aquí en la tierra y en la eternidad”. Don Bosco valoraba la juventud, sabía que es la edad decisiva del hombre, edad hermosa pero frágil, generosa pero expuesta, cuando se toman las grandes decisiones de la vida: “La juventud – escribía – es la porción más delicada y valiosa de la sociedad”. Pero conocía también la triste condición real de los muchachos de las periferias de Turín, muchachos pobres, solos, analfabetos, desarraigados, explotados, expuestos a la delincuencia, potenciales presas de sectas políticas o religiosas. Por eso repitió varias
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Pero en Don Bosco las dos emergieron juntas, las dos se fundieron en una sola vocación: ser sacerdote al servicio de la juventud. Desde muy pequeño quiso ser sacerdote y siempre quiso serlo para los muchachos. Hemos oído lo que Juan contestó a sus compañeritos de pastoreo, a su amigo Filippello, a su mamá Margarita, a su confesor Don Cafasso, a su bienhechora la marquesa Barolo: ¡sacerdote para los jóvenes!
veces: “He prometido a Dios que hasta mi último aliento será para mis pobres jóvenes”.
consigo mismo y con Dios, donde gesta el arrepentimiento y las grandes decisiones.
Pero ¿por qué exactamente sacerdote? ¿No se puede ser buen educador sin ser sacerdote? Ciertamente. Pero Don Bosco miraba en profundidad, miraba más adentro de lo que normalmente hacen los educadores. Para él el muchacho no es solamente cuerpo, no es solamente cerebro, ni solamente necesidad de afecto e inserción social; es también, y sobre todo, imagen de Dios, hijo de Dios, redimido por Cristo, llamado a la eterna amistad con Dios. Don Bosco toma al muchacho en toda su rica complejidad y sabe proporcionarle pan y estudio, juego y capacitación profesional, canto, música y teatro, amistad y clima de familia. Pero también le ofrece el catecismo y la palabra de Dios, el perdón de los pecados y el pan de la Eucaristía, el amor materno de María Santísima y la invitación a la santidad. Cosas todas que la educación iluminista y laicista había olvidado, con grave mutilación de las necesidades y anhelos más profundos de los muchachos. Cosas todas que sólo el ministro de Dios puede darles con ese poder divino que tiene de entrar hasta lo más profundo del corazón, allí donde el muchacho se encuentra
Así quiso ser Don Bosco: sacerdoteeducador, educador-sacerdote. Eso fue gratuito don de Dios a Juanito Bosco, pero también lúcida opción de vida del mismo Don Bosco.
L
a experiencia espiritual del salesiano sacerdote prepara las bases para el ejercicio de su ministerio. No se puede ser servidor de la Palabra y de la Eucaristía, inspirados en el modelo de Don Bosco, si no se vive de la lectura orante de la Sagrada Escritura y de la vida Eucarística. La “lectio divina” cotidiana es el ejercicio ineludible para un eficaz ministerio de la predicación; así como la Eucaristía cotidianamente experimentada es la condición para sentir la pasión de conducir los jóvenes y a los laicos a la Eucaristía. María, Mujer de la Palabra y la Eucaristía, nos ayuda a ser salesianos sacerdotes auténticos y creíbles. Francisco Cereda
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Tema de Mes
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televisión los fines de semana. Todo ello se combina con los ensayos de canto y eventualmente del teatro y la música instrumental. La expresión artística tiene un lugar preferente en las celebraciones festivas y en los cumpleaños.
El seminarista salesiano se prepara para ser educador y pastor de los jóvenes.
La vida en el seminario Rolando Echeverría
H
ay gente que pregunta con cierta curiosidad inquisidora: - ¿Ustedes ven televisión en el seminario? Y al escuchar una respuesta afirmativa no dejan de expresar su sorpresa. Se imaginan que la vida en el seminario supone un aislamiento del mundo y de las cosas que hacen habitualmente las personas. En realidad, en ciertos aspectos la vida en el seminario es bastante diferente de la vida en los hogares, pues está organizada a la manera de un internado. Pero tampoco significa un alejamiento de la realidad.
los paseos, el teatro, la convivencia alegre, el espíritu de familia y de alegría grupal.
El seminarista salesiano se prepara para ser educador y pastor de los jóvenes, al estilo de Don Bosco. Dicha finalidad es la que da sentido a toda la organización y hacia esa meta se orientan las distintas actividades. El santo recomendaba “amar lo que aman los jóvenes”, para poder estar cerca de ellos y acercarlos al evangelio. De ahí que en el seminario se trata de crear un ambiente semejante al que Don Bosco supo crear en Turín para la educación de sus muchachos. Es por eso que, además de las clases y los momentos de oración, no pueden faltar el deporte, la música, el canto,
Es por eso que la vida en el seminario se organiza de forma tal, que va forjando una disciplina en el joven que ingresa. El horario incluye la presencia de todos en los tiempos de comida. Cada uno debe contribuir, además, con la limpieza de los ambientes, haciendo uso de escoba y trapeador, así como del machete y la pala en los jardines o en una pequeña huerta. Es una manera de ejercitarse en la humildad del trabajo manual y de sentir la casa como propia. Los momentos de distensión no pueden faltar en una comunidad juvenil, como el deporte diario, el paseo una vez al mes, la
BS Don Bosco en Centroamérica
Los documentos de la Congregación referentes a la formación describen ampliamente el perfil del salesiano y delinean las áreas que deben ser atendidas para que el joven que ingresa al seminario pueda formarse convenientemente para la misión que le espera. La primera de dichas áreas es la humana, básica y fundamental: hay que lograr que se forme, ante todo, como una persona madura.
La hora de levantarse suele ser antes de la salida del sol, comenzando el día en la capilla con la alabanza al Creador. No puede faltar la celebración eucarística al inicio o al final de la jornada, así como el rosario, devoción tan recomendada como reconfortante. La hora santa semanal y el retiro mensual completan el cuadro de una espiritualidad que se vive en torno al ciclo litúrgico, donde el misterio de Cristo es la referencia principal, sin olvidar, por supuesto, las devociones salesianas. El ideal es formar al salesiano para que sea, como Don Bosco, “contemplativo en la acción”. La parte gruesa de cada jornada está dedicada al estudio: clases por la mañana y tiempo dedicado, por la tarde, a la lectura, la investigación, la preparación de trabajos de clase. Hay que hacer lugar también a las reuniones de comunidad o de grupos, para programar y evaluar las distintas actividades que se van desarrollando mes a mes. Muy esperado por todos es el domingo, no por la vacación, sino por ser el día dedicado a la acción apostólica. Divididos en grupos, acompañados por alguno de los formadores, los seminaristas se hacen cargo de atender niños y jóvenes, a quienes ofrecen actividades recreativas y formativas, incluida la catequesis y la celebración eucarística. Con el estilo del oratorio festivo de Valdocco, la obra insigne de Don Bosco, los seminaristas miden sus cualidades y desarrollan aptitudes para hacerse émulos del santo fundador en lo que será su tarea de siempre: educar evangelizando y evangelizar educando.
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AÑO SACERDOTAL
Formador de Salesianos y Sacerdotes Héctor Hernández Espinoza.
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n el contexto de este año dedicado al sacerdocio, quiero comenzar agradeciendo a Dios que, en su bondad, me llamó a este ministerio desde hace 33 años. Sí, se dice fácil: 33 años. Pero ¿qué ha sucedido desde aquel 15 de agosto de 1976 cuando monseñor Miguel Obando me impuso las manos confiriéndome el Orden sacerdotal? Aquel 1976 fue un año especial. Al no más comenzar, un fuerte terremoto sacudió la capital y gran parte del territorio guatemalteco, causando muerte y dolor en incontables hogares. Mi primera experiencia pastoral la realicé en la Parroquia María Auxiliadora de San Salvador en medio de los oratorianos de la Escuela Domingo Savio. Apenas intentaba echar raíces, pues no habían pasado ni dos años, cuando los superiores
vieron no se qué en mí y comenzaron a prepararme para el campo de la formación. De los 33 años, he pasado al menos 20 años de mi sacerdocio en la formación. Tal vez tú me preguntas: ¿No te sientes cansado o aburrido de estar en lo mismo? Lo mismo me pregunto yo. Pero intento darme la respuesta desde dos puntos de vista: la misión y la responsabilidad. Desde la misión, porque entiendo que no estoy realizando un trabajo que a mí se me ha ocurrido, sino una misión que he recibido, que se me ha encomendado. Esto también me ha confortado en los momentos, y no han sido pocos, en los que he sentido mis limitaciones y la poca capacidad para llevar adelante un trabajo tan delicado y comprometedor. Desde la responsabilidad, porque entiendo la formación como una prioridad en la Iglesia y, por lo mismo, en la Congregación. Una tarea, por tanto, nada fácil.
Convencido de que el primer formador es el Espíritu Santo, he comprendido que mi primera tarea es la docilidad a este Espíritu, dejarme conducir por él para conocer la realidad de los formandos, estar cerca de ellos, acompañarlos en el desarrollo de su libertad y de un adecuado discernimiento vocacional. Es un trabajo cansado, pero gratificante porque se trabaja con personas y la persona siempre me enriquece porque es diferente y, sobre todo, porque es un don. Es un trabajo muy delicado porque como salesiano me pregunto con frecuencia si ese acompañamiento formativo va en sintonía con la historia personal del formando y con las exigencias de los jóvenes de nuestros países centroamericanos. Sobre todo, he aprendido que estos años dedicados a la formación han sido para mí el modo de vivir mi sacerdocio en forma plena, sintiéndome educador- pastor de los jóvenes al estilo de Don Bosco.
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Tema de Mes
Padre Bartolomé Ambrosio
Ejemplo de constancia, trabajo y fidelidad Fabricio Vargas
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on sus 92 años, su estilo fraterno y su impecable sotana negra, el “Párroco de Guatemala” nos cuenta parte de su historia.
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El Padre Bartolomé Ambrosio, nacido el 14 de agosto de 1917, en Villanova Mondoví, Italia, llena de entusiasmo la comunidad de La Divina Providencia, en la zona 8 de la ciudad capital de Guatemala. No he hecho nada, debo trabajar hasta la muerte.
Conoció a los salesianos desde muy niño. “Estaba trabajando con una familia y ya tenía en mi mente entrar a un seminario. Yo escogí entrar con los salesianos y ellos me enviaron al aspirantado (seminario menor de los salesianos) en Monferrato, Italia”. A los quince años ya trabajaba fuera de su casa. Fue el hijo número siete de una lista de trece hermanos. Y desde niño había conocido a Don Bosco porque asistía al oratorio salesiano. “Había leído un libro de Don Bosco, y me agradó mucho su vida. Además, en el Santuario de María Auxiliadora, en Turín, mi amor a la Vigen había crecido. Así que se me hizo sencillo entrar con los salesianos”. Hizo su primera profesión como Salesiano de Don Bosco en 1938 a los 21 años. “Hice la petición para ir a las misiones y me escogieron para Centroamérica. Llegué a Ayagualo, El Salvador, a los 19 años. He trabajado casi toda mi vida en Guatemala.”.
Son más de setenta años trabajando por la salvación de las almas. Ante la pregunta de si va a jubilarse, con una agradable sonrisa responde: “No he hecho nada, debo trabajar hasta la muerte. Es más, como dice Don Bosco, nuestra jubilación será en el cielo… Siempre he padecido de mis bronquios, desde patojo
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BS Don Bosco en Centroamérica
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A los 30 años recibió la ordenación sacerdotal y desde esa fecha ha celebrado, con profunda devoción, la Santa Eucaristía. Algunas veces, por necesidad pastoral, ha tenido que presidir hasta cinco misas en un día.
(jovencito) me han molestado, pero para Dios no hay nada imposible y aquí me tiene”. Su caridad fraterna y su celo apostólico no lo dejan decir “no” a una invitación, ya sea para bendecir una casa o visitar un enfermo o asistir a un moribundo. “Siempre que puedo, voy, pero la gente ya casi no me busca, porque saben que estoy mayor. Cuando me invitan, voy porque la gente tiene mucha necesidad y para eso estamos los salesianos. Ante cualquier necesidad uno no se puede negar, debe asistir, por eso cuido de mi salud, para poder seguir trabajando por los demás”. Por eso es conocido como el “Párroco de toda Guatemala”. El padre Ambrosio es ejemplo de entrega, fidelidad y alegría. Los años, en lugar de ocasionarle cansancio y vejez, le dan fortaleza, alegría, fidelidad y amor a Dios y al prójimo.
AÑO SACERDOTAL
P. Isidro González Cincuenta años de sacerdocio: más de dieciocho mil días de vida sacerdotal
N
o soy muy amigo de los aniversarios. Prefiero la celebración de la vivencia existencial día por día.
He venido considerando desde hace mucho tiempo que cada día es el aniversario de mi sacerdocio que el Señor me ha permitido compartir, especialmente con los jóvenes.
Me debo a Dios y a las personas, especialmente a los jóvenes.
Puede ser placentero hasta cierto punto mirar hacia atrás, recrearse en los avatares y vicisitudes del camino recorrido. Pero siempre será más fecundo mirar con optimismo y esperanza el camino por recorrer.
Desde mis años de universidad en Salamanca, recién ordenado, pude acompañar a un numeroso grupo de jóvenes, el Círculo Domingo Savio. Con ellos compartía todas las tardes y los fines de semana. Qué grata sorpresa cuando, después de 48 años, me encontré con uno de ellos en Madrid. El es sacerdote salesiano, Agustín Pacheco, actual director de la Procura de Misiones Salesianas en esa ciudad.
He trabajado permanentemente con jóvenes en colegios salesianos. He procurado sembrar. Otros habrán regado y cuidado. Y Dios ha dado el incremento. Por ello es tan satisfactorio el reencuentro con exalumnos que siguen siendo testimonio de vida cristiana en la familia y en la sociedad. Ante las dificultades de la vida, siempre me ha fortalecido el saber que, como sacerdote y salesiano, me debo a Dios y a las personas, especialmente a los jóvenes. Aún con mis deficiencias, soy un instrumento para hacer llegar a todos el regalo de amor y misericordia de Dios. Doy gracias al Señor, a María Auxiliadora y a todos los que de diversas formas me han ayudado a cumplir esta misión.
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Para que no nos quedemos existencialmente vacíos, comprometiendo con ello la eficacia de nuestro ministerio, debemos preguntarnos constantemente: “¿Estamos realmente impregnados por la palabra de Dios? ¿Es ella en verdad el alimento del que vivimos, más que lo que pueda ser el pan y las cosas de este mundo? ¿La conocemos verdaderamente? ¿La amamos? ¿Nos ocupamos interiormente de esta palabra hasta el punto de que realmente deja una huella en nuestra vida y forma nuestro pensamiento?”. Así como Jesús llamó a los Doce para que estuvieran con Él, y sólo después los mandó a predicar, también en nuestros días los sacerdotes están llamados a asimilar el nuevo estilo de vida que el Señor Jesús inauguró y que los Apóstoles hicieron suyo. Benedico XVI
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s preciso que los sacerdotes, con su vida y obras, se distingan por un vigoroso testimonio evangélico. Pablo VI ha observado oportunamente: “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escucha a los que enseñan, es porque dan testimonio”.
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umerosas situaciones de sufrimiento que aquejan a muchos sacerdotes, porque participan de la experiencia humana del dolor en sus múltiples manifestaciones o por las incomprensiones de los destinatarios mismos de su ministerio: ¿Cómo no recordar tantos sacerdotes ofendidos en su dignidad, obstaculizados en su misión, a veces incluso perseguidos hasta ofrecer el supremo testimonio de la sangre?
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Tema de Mes
Las confesiones
del cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga Zenit (extracto)
“Posteriormente los superiores me destinaron a estudiar Teología Moral en Roma y Psicología Clínica entre Roma e Innsbruck (Austria), luego regresé como prefecto de estudios en el Instituto Teológico Salesiano de Guatemala y posteriormente como rector del Seminario Menor de Filosofía en Guatemala”. “En 1978 fui nombrado obispo auxiliar de Tegucigalpa, ordenado el 8 de diciembre de ese año”, sigue explicando. “Luego fui secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), viviendo cuatro años en Bogotá. Posteriormente fui nombrado arzobispo de Tegucigalpa desde hace ya 16 años y fui creado cardenal por el Papa Juan Pablo II, siervo de Dios, en el consistorio del año 2001. Hace dos años fui elegido presidente de Caritas Internationalis”.
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rzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis cuenta su vocación “Soy un salesiano hondureño nacido hace 66 años en Tegucigalpa”, así comienza sus “confesiones” el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga arzobispo de Tegucigalpa. E inmediatamente después menciona el hecho que cambiaría decisivamente su vida: “Entré a la Congregación Salesiana cuando tenía 16 años y ahí hice todo mi camino como educador, maestro, luego fui ordenado sacerdote en 1970”.
¿Cómo fue su llamado a seguir al Señor? ¿Cómo decidió ser sacerdote? Cardenal Rodríguez Maradiaga: El llamado fue del Señor, a través del padre director del colegio. Yo estaba encantado de la vida salesiana: empecé desde los seis años en la primaria. Me gustaba muchísimo el ambiente, fui acólito, y precisamente regresando de una santa misa del colegio María Auxiliadora con el padre director que fue después arzobispo de Tegucigalpa, me dijo: “¿No te gustaría ser sacerdote?”. Y yo respondí inmediatamente: “Sí”.
Desde ese momento yo ya me sentía en el seminario, pero cuando terminé la primaria, a los doce años, le dije a mi padre que me iba para el seminario menor salesiano, al aspirantado, y me dijo: “usted no va a ningún lado, porque usted no se manda solo. Usted es muy travieso y me lo van a devolver al día siguiente”. Y de hecho, muchas veces pensé después: “tenía razón”. Cuando estaba para terminar el bachillerato, tuvimos unos ejercicios
espirituales. Recuerdo que el predicador nos dijo: “si Dios los llama, no sean cobardes”. Aquello resonó en mi interior y dije: “Dios me llama y yo no quiero ser cobarde”. Por eso me fui al aspirantado, luego al noviciado: ese fue el camino. ¿Hubo alguna persona importante para tomar la decisión de seguir a Dios? CRM: Sí, fue naturalmente el padre director del colegio, así como San Juan Bosco. El año antes de ordenarme sacerdote mi madre me reveló algo que desconocía: yo había nacido prematuro y el doctor decía que no iba a sobrevivir. Entonces ella ofreció rezar todos los días el santo Rosario por mi salud, asegurando que, si Dios me llamaba, ella me ofrecía al Señor. Yo nunca lo supe y ahí tiene usted el resultado. ¿Algunos de los momentos más difíciles? CRM: Entre esos momentos estuvo la muerte de mi padre, apenas cuando yo estaba empezando el camino, en segundo año de filosofía. Tuve también en ocasiones alguna dificultad de salud, padecí de asma varios años, me curó milagrosamente la Virgen, cuando estaba en primer año de Teología. Posteriormente también muchas dificultades a causa de la situación de Centroamérica. Como obispo administrador apostólico estaba en una diócesis de frontera con Guatemala y El Salvador: teníamos refugiados. Eran tiempos de guerrilla y, claro, era bien difícil todo. Otro momento muy triste fue la muerte de Juan Pablo II. ¿Por qué? CRM: Porque yo le quería muchísimo, era prácticamente mi padre, y él siempre me mostró una confianza y un cariño muy grande. Lo veíamos deteriorarse, pero no me imaginé que iba a morir tan pronto. Para mí fue como cuando murió mi padre.
AÑO SACERDOTAL
Un joven salesiano inaugura su sacerdocio
Mi primera comunión marcó un verdadero cambio en mi manera de conocer al Señor. De nuevo me sentí llamado a servirle. Me llamaba poderosamente la atención el grupo juvenil parroquial, al cual nunca fui invitado. En las crisis de la adolescencia me dio por frecuentar un grupo de oración protestante, al cual pertenecían los compañeros más populares del colegio, motivado por la aparente frialdad y falta de motivación de la iglesia católica. Esto puso a mis papas, católicos practicantes, en alerta roja. María Auxiliadora ocupó siempre un lugar importante y destacado en mi familia. A ella acudí en medio de la tempestad y las dudas más profundas. Fue reconfortante el
Poco a poco fui involucrándome en la nueva evangelización, la pastoral social, equipo de liturgia y oración y por supuesto la vivencia de los grupos juveniles, que se convirtieron para mí en la respuesta tan esperada y en la puerta de acceso a la Iglesia.
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Mi educación primaria y secundaria la realicé en el Colegio Bautista de mi ciudad, más por comodidad económica que por opción de fe. Fueron doce años en los cuales llegué a comprender la propuesta cristiana de nuestros otros hermanos. Durante ese tiempo la idea de Dios estaba gestándose poco a poco en mí.
hecho de encontrar en del colegio a jóvenes que pertenecían a un grupo salesiano. La oportunidad de asistir a un retiro de este grupo encendió de nuevo la alegría. El grupo se llamaba “Don Bosco”. Ahí bebí de su espíritu de familia, la espiritualidad juvenil salesiana, la fraternidad y la compañía en la fe, que al final abrieron en mí una nueva forma de vivir la Iglesia.
Por qué no servir al Señor toda la vida?
Después de algunos años de servicio, una noche, mientras adoraba al Señor Sacramentado en un retiro de jóvenes, me pregunté: ¿por qué no servir al Señor para toda la vida, todos los días y todos los años que me quedan por vivir? Fue así como después de un par de años de trabajo de discernimiento y una fuerte experiencia de servicio a los jóvenes y los más necesitados, enfilé mis pasos al prenoviciado decidido a convertirme en un Hijo de Don Bosco y de seguir a Cristo con alegría. No faltaron dificultades, incomprensiones, miedos. Sin embargo, de la mano de María Auxiliadora hice mis primeros votos el 8 de diciembre del año 2000. Fue un momento lleno de profunda alegría, gratitud, paz y fuerza. Ricardo José Rodríguez García. Salesiano salvadoreño, 30 años
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ací el 31 de julio de 1979, en Santa Ana, una simpática ciudad del occidente de El Salvador. Me recibió con alegría una familia unida y alegre, de la cual aprendí el servicio a Dios y a los demás. La guerra civil de El Salvador marcó a mi generación, lo que no me impidió crecer y vivir en un ambiente de amor y esperanza, donde nunca faltó un plato en la mesa para quien quisiera acompañarnos.
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resbíteros que con humildad repiten cada día las palabras y los gestos de Cristo a los fieles cristianos y al mundo entero, identificándose con sus pensamientos, deseos y sentimientos, así como con su estilo de vida. ¿Cómo no destacar sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su caridad que no excluye a nadie? Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de “amigos de Cristo”, llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?
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Edward De La O Castellón
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en medicina y después ponerme al servicio de Dios en la congregación de Don Bosco. Me fascinaba saber que Don Bosco era amigo de niños y jóvenes. Lo había experimentado en la amabilidad de varios salesianos. Lo que más me ha gustado como salesiano es estar disponible para el joven.
Salesiano salvadoreño, médico, último año de seminario
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oy exalumno del Colegio Don Bosco en Soyapango, El Salvador. Allí conocí la simpatía y calidez de los salesianos hacia los jóvenes. Durante los tres años del bachillerato ni pensaba en ser salesiano. Cuando asesinaron a los jesuitas en la guerra fraticida me sentí seriamente interpelado. Al finalizar el bachillerato expresé al director mi proyecto de completar mi estudio universitario
En el proceso de discernimiento vocacional fui acompañado con benevolencia y paciencia por varios salesianos, quienes me ayudaron a superar resistencias interiores. Entré al Prenoviciado el año 2000. Pensaba quedarme sólo tres semanas, pero quedé contagiado del espíritu de familia y la alegría salesiana. En el 2008 realicé la profesión perpetua y recientemente recibí el orden del diaconado. Me enriqueció la experiencia de ser catequista en mi parroquia San Juan Bautista, en Cojutepeque. Pronto me di cuenta de la necesidad de los jóvenes de viernes y sábados por la noche, heridos, alcoholizados,
accidentados, en las salas de emergencia de hospitales, los niños y jóvenes abandonados en los lechos de enfermos. Ojalá ellos tuvieran a alguien que los ayudara a evitar ese estilo de vida. De ahí surgió la pasión por inflamar los corazones, encender las mentes, iluminar, acompañar y querer el bien de los jóvenes. Me sentí llamado y enviado por Dios para esa misión. Lo que más me ha gustado como salesiano es estar disponible para el joven, escucharlo con atención, cuestionando su vida y verlo tomar por sí mismo la responsabilidad de la misma frente a Dios. Mi sueño es hacer todo el bien posible a la juventud de hoy, con Don Bosco. Desde el inicio de mi discernimiento vocacional he pedido a Dios la fe necesaria para disponerme a cumplir su voluntad. Mi petición es una oración por mi vocación para servir con alegría a Dios
En camino al sacerdocio salesiano
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sacerdotal salesiana. Mi historia vocacional es más bien sencilla.
Dios me llamó, yo respondí.
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arvin Mena, joven salvadoreño, traza las líneas sencillas pero misteriosas de la llamada que Dios le hizo y de su respuesta ilusionada para ser, con Don Bosco, un misionero entre los jóvenes. Marvin está comenzando su segundo año de estudios teológicos en Guatemala. No tuve una visión sobrenatural que me impulsara hacia la vocación
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Estudié en el Instituto Técnico Ricaldone, en El Salvador. Allí comencé a involucrarme en las actividades del colegio, sobre todo con los acólitos y en el grupo Iglesia Joven. El servir a los jóvenes, la cercanía con Dios y el acompañamiento espiritual del P. José Coró fomentaron mi apertura a la llamada de Dios. Al terminar mis estudios en el Ricaldone, juzgué que todavía no era tiempo para entrar al seminario. Preferí ingresar a la universidad y estudiar ingeniería eléctrica. Luego me incorporé a la Parroquia María Auxiliadora. Trabajé pastoralmente con los acólitos y en
el oratorio Domingo Savio. Estas experiencias avivaron de nuevo mi inquietud vocacional. Dudas, miedos. Al fin tomé la decisión. Dios me llamó, yo respondí. En el año 2002 ingresé al seminario salesiano. Allí he ido profundizando la llamada. Jesús Buen Pastor fue mi inspiración. Fui afinando mi experiencia de Dios y mi dedicación a los jóvenes según el estilo de Don Bosco. Al mismo tiempo, tomaba conciencia de mi pertenencia a la iglesia y a la comunidad de hermanos salesianos Estoy en la parte alta de mi largo periodo de formación sacerdotal. Me ilusiona ser un incondicional discípulo de Jesucristo y un misionero de los jóvenes.
AÑO SACERDOTAL
Padres de un sacerdote salesiano
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El sacerdocio del hijo como una bendición.
Don Ignacio y doña María Amanda viven casi al fondo de una larga y estrecha calle de Ilobasco (El Salvador). Además de larga y estrecha, el lado derecho está todo ocupado por vehículos estacionados. Pero la casa es un remanso de paz.
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on Ignacio y doña María Amanda son los progenitores del P. René Santos González. Saben de mi llegada y me esperan con una cordialidad apacible. Además de su hijo sacerdote, tienen otras dos hijas. He ido a visitarlos porque quiero saber qué piensan y sienten los padres de un hijo sacerdote y, en este caso, también salesiano. Doña María Amanda se protege con una cálida bufanda del clima lluvioso que le ha provocado un resfriado. Mi primera pregunta tiene el efecto de abrir un surtidor inagotable de recuerdos que ella se deleita en relatarlos. De vez en cuando regaña cariñosamente a su esposo, que ha olvidado varios detalles de la vida de René.
Todo empezó, según me cuenta doña María, cuando a Ilobasco llegó el P. Napoleón Mejía en busca de niños que quisieran ser salesianos. Y los niños, ya se sabe, se encuentran en la escuela. De modo que el P. Napoleón habló con los alumnos de sexto grado. Uno de ellos era René. Al final de la charla motivadora, el P. Napoleón hizo llenar un pequeño formulario a los más entusiastas. Hizo el caso de que la madre del niño René daba clase en el siguiente curso, el séptimo. Curiosa como toda buena mujer, le pidió al P. Napoleón que le permitiera leer las fichas de los candidatos a salesianos. Para su sorpresa, allí estaba la ficha de su hijo. Y lo más sorprendente eran las respuestas: ¿Tienes buena salud? Envidiable. ¿Cuentas con el permiso de tus papás? Están de acuerdo. Pues bien, René padecía de una severa bronquitis crónica y
sus papás nada sabían de esa determinación repentina por ingresar al seminario salesiano. Ya inmerso en el clima de Don Bosco, a René le desaparecieron tanto su bronquitis como un exceso de peso que sus papás pensaban le era connatural. Don Ignacio y doña María Amanda tomaron con cierta distancia la repentina vocación del hijo. Sí, lo secundaron, pero creyeron que pronto regresaría al hogar. Lo cual no sucedió. René se fue afianzando en su opción por Don Bosco. ¿Que si les afectó la opción de René por el sacerdocio? En absoluto. Lo han considerado ambos como algo extraordinario, como una bendición. El sacerdocio del hijo les ha afectado positivamente en su vida espiritual. Dato interesante es que don Ignacio, siendo joven, vivió la experiencia del seminario diocesano, pero no pudo coronar su vocación. ¨Yo no pude llegar, Señor, pero te entregamos a nuestro hijo¨, afirma don Ignacio con mal escondida emoción.
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Test de estima sacerdotal 1. ¿Has rezado últimamente por tu párroco, por tu obispo o por el Papa? a. Ni siquiera sé cómo se llaman. b. En la misa ya se suele pedir por ellos y yo me sumo a esa petición. c. Lo hago todos los días en mi oración personal. 2. ¿Has abierto tu conciencia a un sacerdote, confiando en que pueda ayudarte en tus problemas? a. Cada uno tiene que solucionar sus problemas. b. “Cuatro ojos ven más que dos”... Siempre es conveniente escuchar y acoger los consejos de quien pueda ayudarnos. c. La mayor ayuda que he recibido de un sacerdote ha sido cuando sus consejos venían unidos al perdón de Dios en el sacramento de la confesión.
3. Cuando entre tus amistades escuchas comentarios anticlericales... a. he seguido la corriente, para no quedar mal. b. me he hecho el sordo, como si estuviese a otra cosa. c. he dicho lo que pensaba, dando testimonio de mi fe. 4. En un sacerdote veo... a. una “reliquia” del pasado. b. un “profesional” de la religión. c. un ministro de Dios; “otro Cristo” entre nosotros. 5. ¿Cuántas veces has invitado al párroco a tu casa? a. Al cura se le llama sólo cuando ha muerto alguien. b. Cuando está la abuela con nosotros, suele traer la Comunión. c. Varias veces... Me encantó cuando nos relató en una sobremesa la historia de su vocación. 6. Cuando oyes a un sacerdote predicar... a. Le atiendo dependiendo de sus cualidades oratorias. b. Lo escucho si el tema del que habla me resulta interesante. c. Veo en él un instrumento por el que Dios me habla. 7. Cuando se hace una colecta en favor de los seminarios... a. “Los curas” están siempre pidiendo. b. ¡Se pide para tantas cosas! ¡Una más! c. Colaboro gustosamente, porque pienso que ninguna vocación debería frustrarse por falta de medios económicos. 8. Cuando veo un sacerdote anciano en la Iglesia o por la calle... a. me viene a la cabeza que la iglesia está de capa caída. b. lo importante es que diga la misa rapidito. c. doy gracias a Dios por su fidelidad y por todo el bien que haya podido hacer.
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9. Cuando veo un sacerdote joven en el altar... a. desconfío de su inexperiencia. ¿Qué me va a decir a mí? b. lo observo a ver cómo lo hace, y le “califico”. c. doy gloria a Dios por su vocación y le encomiendo intensamente.
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AÑO SACERDOTAL 10.- ¿Cómo reaccionarías si tu hijo te dijese que quiere ser sacerdote? a. Le preguntaría a ver si se ha vuelto loco, y le recordaría que tenemos que conservar el apellido. b. Le pediría que se lo pensase bien y que primero haga una carrera universitaria. c. Me llevaría una de las alegrías más grandes de mi vida y le apoyaría plenamente. 11.- ¿Le has planteado a algún niño, adolescente, o joven, la posibilidad de ser sacerdote el día de mañana? a. Yo no me meto en líos. Allá cada uno con su vida. b. Soy de la opinión de que hay que valorar todas las vocaciones, aunque sean diferentes a la nuestra. c. Sí que me he fijado en alguien concreto, y rezo por él... Un día de estos se lo “dejaré caer”.
Oración por los sacerdotes Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que non tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida. Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amen
Si la letra “a” aparece en la mayoría de tus respuestas..., me sorprende que este test haya llegado a tus manos; pero le doy gracias a Dios de que así haya sido, para poder decirte como sacerdote que soy, que Dios te quiere con locura y que espera de ti una respuesta de amor. Si a la mayoría de las preguntas has respondido con la “b”, me gustaría decirte que no estás disfrutando de los tesoros que Dios te ofrece por medio del sacerdocio. Pero, si la letra “c” es la tuya... entonces te digo que no dejes de rogar a Dios por la santificación de los sacerdotes y por el aumento de vocaciones sacerdotales, porque estoy segurísimo, de que, a ti, Dios te va a escuchar.
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¿Qué es evangelizar? toca a la puerta y dice: “Mira, estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos” (Ap, 3, 20). Jesús solamente ofrece su salvación. No violenta la puerta. Respeta la libertad humana. El evangelizador es el que, como otro Jesús, lleva la oferta de salvación del Evangelio. No pretende “manipular la conciencia”; no intenta, por medio de técnicas sicológicas, hacer que la otra persona diga que sí. El evangelizador va como heraldo gozoso a compartir con los demás el Evangelio de Salvación. El evangelizador es como Jesús, que busca el método apropiado para comunicar su mensaje. Procura conocer a su interlocutor u oyente, y, luego, le sirve el Evangelio de la manera que lo necesite en ese momento. Un día podrá ser sólo el “kerigma”, lo básico para aceptar a Jesús. Otro día, será una “catequesis” en la que amplíe y detalle la anterior información.
Hugo Estrada Se han dado muchas definiciones de “evangelización”. Por motivos didácticos escojo la definición de David Burt, acerca de Evangelización, que dice: “Evangelizar es la comunicación del Evangelio de Dios, por medio de la Palabra y de la vida, con el poder del Espíritu Santo, para que los hombres se conviertan y reciban a Jesús como Salvador y Señor”.
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La proclamación Evangelizar es “comunicar algo”; por eso mismo se necesita un “lenguaje” adecuado para que el mensaje proclamado pueda llegar al oyente. No hay que confundir “evangelización” con “lavado de cerebro”. El lavado de cerebro es una imposición con violencia. Va contra la voluntad del que es presionado con técnicas psicológicas para decir sí a lo que su opresor le quiere imponer. El retrato de un evangelizador lo presenta el libro del Apocalipsis. Allí se ve a Jesús resucitado que
El evangelio de Dios Evangelio, en griego, significa “buena noticia”. A Jesús se le ha llamado el Evangelio del Padre. Jesús es el gran evangelizador que viene a comunicarnos que Dios es un Padre misericordioso, que tiene un plan de amor para nosotros; que si vivimos según su Evangelio, podemos gozar de una “vida abundante” ya que si aceptamos su plan de amor, esa vida abundante se puede perpetuar para nosotros en la eternidad. El Evangelio, que Jesús nos envía a proclamar, es un “santo depósito”. No es algo que nosotros hayamos inventado o podamos inventar. Además, es un “depósito sagrado”; sólo en santidad podemos llevarlo. Con devoción, con fe. Esta “buena noticia” no es nuestra. Es propiedad de Dios
Fabricio Vargas
Preparar el camino a Jesús para que sea declarado Salvador y Señor. y la coloca en nuestras manos para que hagamos partícipes a los demás de una gracia tan grande. El testimonio El evangelizador es el que se ha sentido salvado por Jesús. Ha podido comprobar que su Evangelio es “un tesoro”, una maravilla. Por eso quiere que toda persona que se le acerca pueda gozar de ese “beneficio”. Por eso evangeliza. Jesús, primero ayudó a sus discípulos a conocer el evangelio del Padre. Los ayudó a vivir ese evangelio. Luego los envió a compartirlo con los demás. Les ordenó: “Vayan a todo el mundo y prediquen el Evangelio” (Mc 16, 15)
Alguien que no haya experimentado en su propia vida la salvación de Jesús, que no se haya encontrado personalmente con él, no puede ser un evangelizador. No podrá gritar con gozo algo que desconoce. Alguien que vive agobiado por sus problemas, que ignora lo que es la vida abundante, que no tiene experiencia del camino de Jesús, no puede ser evangelizador. Evangelizar no es sólo hablar de Jesús, sino testimoniar con la propia vida que el Evangelio de Jesús ha tenido resultado en la propia vida. El antitestimonio, el divorcio entre fe
y vida, el predicar algo y no vivirlo, es uno de los factores que alejan del Evangelio. La gente desconfía. Cree que la pretenden engañar. La vivencia cristiana, el testimonio de la propia vida es un factor decisivo en la Evangelización. Con el Espíritu Santo El evangelizador no va a imponer el Evangelio por medio de técnicas puramente psicológicas, técnicas de mercado. Bien decía San Pablo: “Yo planté, Apolo regó, pero el crecimiento lo da Dios” (1 Cor. 3, 6). En este campo espiritual no se pretende “convencer” a la persona, “sugestionarla”. Lo que se busca es que, ante la Palabra de Dios presentada adecuadamente, se “convierta”, le dé su sí al Señor. Aquí no basta la “pericia humana”. Es indispensable el “poder que viene de lo alto”: el poder del Espíritu Santo.
La evangelización debe llevar a la conversión, a un nuevo nacimiento espiritual, que sólo el Espíritu Santo puede proporcionar. Nadie de nosotros puede convertir a otra persona. Puede “convencerla”, puede “deslumbrarla”; pero la conversión es obra exclusiva de Dios por medio del Espíritu Santo. Un evangelizador que no está “lleno del Espíritu Santo” no puede ser un evangelizador
El evangelizador es como Jesús, que busca el método apropiado para comunicar su mensaje. efectivo. No basta tener el Espíritu Santo por el bautismo. Hay que estar “llenos del Espíritu Santo” para que ese poder de Dios pueda quebrantar corazones y llevar a la conversión por medio de la Palabra de Dios. Jesús Salvador y Señor El evangelizador es el que, con la Biblia en la mano, muestra cómo las vidas de los que llegaron a conocer a Jesús fueron transformadas. Un evangelizador es el que, por medio del Evangelio, como Juan Bautista, le prepara el camino a Jesús para que sea declarado el Salvador y Señor. El evangelizador es el que se industria para llevar a otros a Jesús para que los salve. Muchas veces, tendrá que valerse de la táctica de Felipe. Este apóstol quería llevar a su amigo Natanael a Jesús; el amigo le ponía mucha resistencia; Felipe optó por decirle: “Ven y verás” (Jn, 1,,46). Natanael fue, se encontró con Jesús y nunca más pudo separarse de Él.
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Mantener viva la inteligencia y sensibilidad de niños y niñas.
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Educar la creatividad bruno Ferrero El desafío de la creatividad Los animales se adaptan al ambiente en el que viven. Y si el ambiente cambia, mueren. El hombre hace lo contrario: modifica el ambiente con los instrumentos que inventa. Pero para los seres humanos, el impulso de “crear” no es causado sólo por la necesidad. Es uno de los mayores placeres de la existencia. La niña, el niño goza cuando puede ser cantor, escultor, joyero o inventor de máquinas prodigiosas. Cuando construye, aprende nociones como inventar, proyectar el tiempo, el esfuerzo… ¡y hace todo solo! El placer que experimenta al usar sus propias manos para hacer alguna cosa que ha “visto” sólo en su imaginación, es formidable.
El desafío de los educadores es mantener viva esa inteligencia y esa sensibilidad de los niños y niñas. A pesar nuestro, la escuela genera demasiado rápido una ruptura con
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el mundo creativo y juguetón de la infancia, por lo que la creatividad corre el riesgo de ser una forma de inteligencia “enyesada” y mal comprendida. El creador no es una especie de “geniecito” sorprendente por alguna intuición o capacidad artística, sino el que en todas las circunstancias, incluidas las más dramáticas, es capaz de intuir cuáles pueden ser los medios más adecuadas para invertir, o por lo menos cambiar, la evolución probablemente negativa de una situación. Los padres, madres y la familia El rol de los padres y madres es muy importante: tienen que promover en sus hijos e hijas la capacidad de observar, de imaginar, de crear. Tienen que entusiasmarlos y ayudarlos a desarrollar sus cualidades, porque la creatividad es perfectamente educable.
Sin embargo, deben recordar dos convicciones que han guiado siempre estas páginas: nadie puede guiar
a otro donde nunca ha estado y los niños y niñas aprenden sólo lo que viven. Es decir: la familia tiene que ser creativa y vivir una atmósfera que favorezca esta forma vital de inteligencia, para poder neutralizar así los gérmenes patógenos que rápidamente la pueden “mortificar” -en el sentido etimológico de la palabra-: los celos, el autoritarismo, el no ser escuchados, y sobre todo, la tristeza y la rutina, que son los enemigos declarados de la creatividad. La familia tiene que vivir una creatividad perceptiva, para prestar atención a las señales propias y de los otros que pueden anunciar eventuales crisis; una creatividad analítica, para captar al vuelo lo que no funciona y no confundir los síntomas con las causas; una creatividad productiva, para imaginar soluciones alternativas y no recurrir a “o me sirve o lo tiro”; una creatividad de decisión, para elegir la estrategia y el comportamiento innovador más adaptado a los pro-
pios medios, valores y aspiraciones; y una creatividad aplicada, para poder pasar siempre a la realización y evitar las veleidades. Los niños y adolescentes tienen que encontrar en la familia –como en la escuela, en las asociaciones y en las parroquias- adultos dispuestos a valorar sus fantasías y sus emprendimientos, a secundar sus naturales iniciativas, a creer en las energías positivas que cada persona tiene dentro de sí, y que puede aprender a utilizar para transformar la propia realidad y la de su alrededor. Y como no siempre es posible asegurar que la realidad social va a dar respuesta a esta exigencia de las nuevas generaciones, conviene que por lo menos la familia se esfuerce y colabore para que las hijas e hijos puedan ser generadores de lo inédito. Los padres y madres no pueden anclarse rígidamente en los valores de la tradición, no deben tener miedo al caos que con frecuencia caracteriza las fases más amargas de la creatividad juvenil; tienen que comprometerse valiente y generosamente en sacar a los jóvenes de una rutina que, a menudo, pide adaptación y conformismo.
la familia tiene que ser creativa y vivir una atmósfera que favorezca esta forma vital de inteligencia. las disciplinas, hacer valoraciones más cualitativas que cuantitativas, e integrar todas las dimensiones de la realidad de la persona. Los niños y los adolescentes creativos continúan aprendiendo con placer. Sólo la alegría de aprender mejora la concentración y promueve un desarrollo de las competencias en el plano intelectual. El talento se manifiesta y crece también en la capacidad de relacionarse con los demás. Este tipo de educación exige una comunicación auténtica, donde esté excluida la rivalidad y donde haya real cooperación entre los alumnos, cosa que no se verifica muchas veces en las clases actuales, donde la competencia es precoz y, muy a menudo, valorizada. Hay que tener en cuenta, también, que haya un buen equilibrio psicosomático: juegos, deportes, paseos al aire libre. La intuición y el espíritu de observación no pueden crecer en
la repetición obsesiva de los juegos electrónicos, que tienen tal vez un efecto de constricción hipnótica. También hay que preservar la natural capacidad de maravillarse que tienen los niños y niñas: ellos y ellas saben mirar y descubrir lo que nosotros no vemos. Los padres y madres deberían entusiasmarlos y quizás también seguirlos para poder reencontrar la intuición de la infancia. Einstein decía: “El hombre que ha perdido la capacidad de maravillarse es un hombre muerto”. Por tanto, el talento necesita también un método que fortalezca los objetivos y la necesaria lejanía de las etapas útiles para alcanzarlos. El desorden casi nunca es creativo. Y otro factor clave es también la energía: la fuerza de voluntad para vencer las pasividades, los miedos y las perezas para pasar a la acción.
El talento no es sólo un don llovido del cielo, sino el fruto de una serie de requisitos personales a conquistar y desarrollar. El primero, la curiosidad y la cultura en general, y la científica y artística en particular, para que la intuición y la flexibilidad mental crezcan en el terreno de un buen, real y apasionado conocimiento de las disciplinas escolares. Hay que dejar de considerar a los niños y niñas de manera fraccionada y promoverlos en su globalidad: demoler las barreras entre
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Favorecer la inteligencia creativa Viviendo en un clima de este tipo, es fácil favorecer y educar la inteligencia creativa de los hijos e hijas en sus tres dimensiones: talento, método y energía.
Vivir una creatividad perceptiva.
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Derechos inalienables de las personas y los pueblos.
Desarrollo Humano El desarrollo humano no está reñido con la realización de la persona humana. El desarrollo humano contribuye a que la mujer y el hombre sean imagen de Dios. Cardenal Oscar Rodríguez
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a doctrina y la tradición de la Iglesia nos ofrecen una antropología propia caracterizada por ser una visión global del hombre y de la humanidad. A esta visión le prestó una especial atención Juan Pablo II en la encíclica Redemptor Hominis, en la que se propone profundizar en la verdad sobre el hombre y la mujer. La verdad sobre el hombre se fundamenta en el hecho de haber sido creado “a imagen de Dios”; y este principio básico es el que exige y orienta la verdadera liberación y le da su sentido más profundo. Por
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eso, ante cualquier crisis en la que se ve envuelto el hombre, la Iglesia se siente urgida fundamentalmente a la defensa de la dignidad de la persona. La realidad de la mujer y del hombre como “imagen de Dios” resume y expresa su modo concreto de ser criatura; la totalidad de su ser (y no una parte) es la que participa de esta condición privilegiada. En ella se encierra el sentido de la vocación humana: vivir en constante referencia a Dios en Cristo, sin la cual ningún hombre o mujer puede alcanzar la verdadera plenitud.
Ahora bien, la relación con Dios, que define al ser humano, se actualiza y realiza en su acción en el mundo: “En esta vocación a dominar la tierra, poniéndola a su servicio mediante el trabajo, puede reconocerse un rasgo de la Imagen de Dios” (Instrucción Libertad cristiana y Liberación, 34). Afirmamos, entonces, rotundamente, que el ser humano, tal como lo hemos descrito, es la medida del desarrollo. Nunca el desarrollo ha de determinar la medida de la persona.
Al hombre no se le puede entender en abstracto. La comprensión total de la condición humana pasa necesariamente por su situación en el mundo que le toca vivir. El hombre y la mujer se entienden desde su compromiso con el mundo y con la sociedad. En ellos, y en medio de los cambios y transformaciones que se llevan a cabo en su entorno, ha de encontrar el sentido de su vida, alcanzar su identidad y clarificar el misterio de su existencia. Por eso, desde una antropología cristiana, no es posible reducir al hombre y la mujer, imagen de Dios, al estrecho reducto de parcela del cosmos y de elemento anónimo de la sociedad, o al mero hecho de ser un engranaje más de la máquina del mundo en el que le ha tocado vivir. En su presencia activa en la sociedad, el hombre y la mujer han de ir apropiándose y asimilando el sentido profundo de la Encarnación y Redención. Pues la Iglesia “sabe con toda certeza de la fe, que la Redención ha devuelto definitivamente al hombre y la mujer su dignidad y el sentido de su existencia en el mundo... De esta forma, Cristo es la única vía del hombre y de la Iglesia hacia el Padre y el hombre es el camino por donde pasa necesariamente la misión de la Iglesia, de reunir y salvar a todos los hombres” (Redemptor Hominis,14).
BSCAM
El hombre, camino hacia una misión específica El hombre es persona, lo cual lo constituye en sujeto y fin de toda la vida. En nuestros días, y respecto del tema que nos ocupa, el reconocer esta singularidad esencial cobra una especial importancia por el peligro que representan las soluciones científicas y técnicas al querer sobreponerse a toda consideración personal de la condición humana.
Defender la dignidad de la persona. El desarrollo humano ha de ser una aspiración humana Es nota característica de la condición humana y de nuestro tiempo la conciencia de libertad y dignidad del hombre y la mujer, junto con la afirmación de los derechos inalienables de la persona y de los pueblos.
Esta condición humana, dada la situación real de la existencia del hombre y la mujer en el mundo, se convierte en pura aspiración y en llamada urgente a una acción por parte de la sociedad. Esta tarea tiene su raíz en la viva percepción de los obstáculos que impiden el desarrollo de la libertad y que ofenden la dignidad humana y su acicate en las condiciones que hacen posible el ejercicio de la libertad, que son de orden económico, político y cultural. El hombre está llamado a la libertad, pero ésta a menudo queda herida por el pecado, que surge de querer ser como dioses; pecando el hombre se engaña a sí mismo y se separa de la verdad. Niega a Dios y se niega a
sí mismo cuando busca autonomía y autarquía. La alienación, respecto de la verdad de su ser de criatura amada por Dios, es la raíz de las demás alienaciones. El hombre, negando o intentando negar a Dios, su principio y su fin, altera profundamente su orden y equilibrio interior, el de la sociedad y también el de la Creación visible.
El ser humano, es la medida del desarrollo. Nunca el desarrollo ha de determinar la medida de la persona. BS Don Bosco en Centroamérica
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Francisco Salmeri Bondad y alegría El 15 de agosto de 1977, fiesta de la Asunción, nacía en Milazzo (Sicilia, Italia) Francisco Salmeri, que en breve tiempo demostró ser un niño lleno de alegría, inteligencia y bondad. Francisco aprendió a conocer y a amar a Dios participando asiduamente en la Eucaristía. Efectivamente, cuando apenas tenía siete años, pidió poder servir como monaguillo a aquel Jesús que le gustaba tanto hasta considerarlo su amigo más precioso. El año 1988 estuvo lleno de eventos que se revelaron cruciales también para la vida de Francisco. Fue el año del centenario de la muerte de Don Bosco. Conoció su vida y quedó fascinado por aquel sacerdote que se había entregado a los muchachos, y por su mejor alumno, Domingo Savio, que lograba hacer coincidir la santidad con la alegría. Quiso hacer la prueba él también y tomó el propósito de imitarlo. El Papa proclamó el 1988 año mariano, y así a las intenciones ya claras de Francisco se añadió el amor por la Virgen, a la cual decidió confiar su vida. El año 1988 marcó otra etapa importante: el cuatro de septiembre recibió su primera comunión y se comprometió a vivir ofreciendo al Señor el mismo propósito de Domingo: “Prefiero morir antes que pecar”. Francisco acostumbraba escribir las experiencias más intensas de su vida. De sus escritos desborda un amor que crece y madura con la edad. Después de una experiencia en el seminario el 25 de abril de
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1990, escribió: “Estoy loco por ti, Señor Jesús”. El año siguiente, recibida la confirmación y, deseando asemejarse siempre más al Amigo, escribió en su diario: “Quiero vivir en humildad, caridad y castidad…”. Pero no era un místico alejado del mundo y con la cabeza en otra parte. Le gustaba estar con los amigos y expresar en los momentos de grupo toda su contagiosa alegría. Era un muchacho realmente especial: sencillo y listo, gozoso y meditativo, silencioso y alegre. Tenía momentos de tan alta intensidad que dejaba asombrados a los que lo trataban. Escribe con convicción: “No sé todavía lo que el Señor haya preparado para mí, si la muerte en joven edad como Domingo Savio, o una vida dura y fatigosa vivida para la salvación de las almas. Cualquiera que sea su voluntad, yo la aceptaré. Sólo me preocuparé de vivir apuntando a la perfección, como Don Bosco. Si la muerte viniera de un momento al otro, yo no me debería preocupar por nada”. Poco más de un año antes de la trágica conclusión de su vida, escribió una especie de programa de marcha para sí, pidiendo a María que lo ayudara a hacerse santo. Se trata de intenciones precisas que se empeñaba en respetar como si fuesen mandamientos: • Mantenerme siempre alegre. • Estudiar y rezar con empeño. • Ayudar a los demás, incluso cuando me cueste sacrificio. • Comprender a todos, ver en todos, aún en el más pecador, el rostro de Dios.
Cualquiera que sea su voluntad, yo la aceptaré. • Amar toda criatura de Dios sin despreciarla; y salvarla siempre, incluso si a cambio tuviera que ser castigado yo. • Morir antes que pecar. Francisco vivió concretamente su espiritualidad sirviendo como acólito, proclamando la Palabra de Dios, guiando el rezo de Rosario. En Pascua de 1993 escribió casi proféticamente: “Ahora estoy plenamente convencido de que Dios, en su inmenso amor por mí, me hará morir, pero no pecar. Sí, yo moriré joven o llegaré a ser sacerdote. Es éste mi futuro. Gracias a Él, puedo estar tranquilo: sé que no perderé el camino que conduce al Cielo”. Era el 15 de mayo de 1993. Francisco viajaba en autobús con su mamá para llegar a Milazzo. A un cierto punto el vehículo se ladeó y volcó dando vueltas sobre sí mismo. Murieron los dos. Pocos días antes había escrito: “Toda la eternidad no me bastará para darte gracias por todo lo que tú, Jesús, has hecho y haces por mí. Gracias de veras. Gracias de todo corazón”.
PERFIL
Carmen López de Hernández 1937 - 2009
De izq. a der.: Juan Antonio Ramírez y Arnoldo de Jesús Cubías.
Diáconos: De izq. a der.: Mauricio Dada y Edward de la O.
Una Celebración Ordenación mas bien rara Diaconal No todos los años sucede algo parecido en el Colegio Santa Cecilia. Más bien, parece que es la segunda vez en su historia más que centenaria. El 6 de octubre 2009 dos jóvenes, Arnoldo de Jesús Cubías y Juan Antonio Ramírez, celebraron su consagración definitiva como salesianos. Dedicarán todas sus energías a la educación de los jóvenes.. La ceremonia resultó de alta calidad. El coro de alumnos contagió a los asistentes, quienes cantaron y rezaron con extraordinario calor. El equipo litúrgico funcionó impecable y digno junto a un altar embellecido. Llegaron de Guatemala los salesianos coadjutores que estudian en CRESCO. Entre ellos había representantes de Brasil, Perú, Argentina, México, Bolivia y Antillas. Además, participaron varios salesianos de Guatemala y El Salvador. Delegaciones de alumnos de la Ciudad de los Niños y Ciudadela Don Bosco, parientes, amigos y miembros de la Familia Salesiana se unieron a la celebración. Juan Antonio es exalumno chaleco y se integra a la congregación salesiana como coadjutor. Arnoldo es salvadoreño y vivirá su vocación salesiana como sacerdote.
Mauricio Dada y Edwar de la O, salvadoreños, recibieron la ordenación diaconal, el sábado 10 de octubre de 2009, en el templo anexo al Teologado Salesiano, por imposición de manos de Monseñor Mario Fiandri, salesiano de Don Bosco. En compañía de sus familiares y amigos los dos jóvenes le respondieron a Dios: “Aquí estoy para hacer tu santa voluntad”. Después de nueve años de preparación para la vida salesiana y entrega total al Señor, estos jóvenes reciben el orden diaconal, que les pone en disposición para el servicio y los prepara, de forma inmediata, al Orden Sacerdotal. El superior de los salesianos en Centroamérica, el padre Luis Corral, presentó a los jóvenes al obispo y le solicitó su ordenación Diaconal, dando fe de la formación que han recibido durante todos estos años. Con una participación muy importante, el Santuario María Auxiliadora se llenó de alegría por estos dos nuevos diáconos que la congregación salesiana recibe, en nombre de toda la iglesia.
El pasado 11 de noviembre fue llamada a la casa de Dios Carmen López de Hernández, mamá del padre Francisco Hernández. Doña Carmen murió a los 72 años de edad a causa de una complicación hepática. Originara de Santa Maria Ostuma en el Departamento de La Paz, era madre de diez hijos, entre ellos un sacerdote. Entre las cualidades que se destacan está el valor de la humildad, la prudencia, la entrega total a su hogar e hijos, así como también el servicio y el amor hacia los demás, y sobre todo la devoción hacia Jesús y la virgen María, principios que instruyó desde muy pequeños a sus hijos y vivió con plena conciencia que la voluntad de Dios está por encima de cualquier decisión humana. Procedente de un hogar humilde, fue ejemplo para muchos de laboriosidad, cualidad que la llevo a respetar las decisiones de sus hijos en cuanto a su vocación; así mismo doña Carmen vivió con mucho agrado acontecimientos muy importantes como los triunfos personales y profesionales de sus hijos, así como también celebrar junto a su esposo el señor Isabel Hernández Álvarez las bodas de oro. Aunque ahora físicamente doña Carmen no esté en el seno de su familia deja un legado muy importante para los suyos, y una invitación para seguir sus pasos de madre, esposa, y amiga entregada a su rol familiar y sobre todo la enseñanza que la fe vivida tiene recompensa en lo alto del cielo.
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Del 13 al15 de noviembre de 2009 representantes de Facebook, Wikipedia y YouTube mantuvieron un encuentro con obispos de Europa en el Vaticano.
ás de una cuarta parte del centenar de obispos, sacerdotes y algunos laicos expertos en comunicación tenían un perfil en Facebook. El 97% sabía lo que era Wikipedia y más o menos el 10% ha colaborado en la edición de algún tema. Casi todos han entrado a ver vídeos en Youtube y en torno al 15% ha subido un vídeo a la plataforma. Aproximadamente el 10% de los presentes ha utilizado o ha seguido Twitter. Christophe Muller, director de alianzas de YouTube en Europa del Sur, del Este, Oriente Medio y África, ilustró a los representantes de la Comisión Episcopal Europea para los Medios de Comunicación, que organizó este encuentro, la filosofía
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que ha dado origen y vida a Google, la empresa propietaria del sitio de agregación de vídeos. En particular, alabó la decisión con la que la Santa Sede ha desembarcado en YouTube (www.youtube. com/vatican) Delphine Ménard, tesorera de Wikimedia, Francia, explicó cómo la enciclopedia colaborativa Wikipedia no tiene como criterio dar una visión de la verdad, sino más bien el que todos los puntos de vista puedan estar representados. Por su parte, Christian Hernández, responsable de desarrollo comercial de Facebook, la red social con 300 millones de usuarios registrados, mostró cómo han surgido iniciativas en el mundo católico que van
desde el perfil del Santuario de Lourdes, hasta “Jesus Daily”, un perfil que ofrece una frase diaria del Evangelio con más de un millón de admiradores. Se pudo constatar una clara dificultad de comprensión. Por una parte, los prelados reconocieron los límites de la iglesia católica, que en Internet busca dialogar, pero cuyas páginas son planas. En torno al 70% de los sitios católicos institucionales no ha introducido elementos interactivos de web 2.0. Los representantes de las tres empresas concordaron al afirmar que el “poder” ahora pasa a los usuarios, son ellos los que “controlan” los medios, y podrán buscar más eficazmente la verdad si saben utilizarlos. Zenit
El boletín salesiano
en la web 2.0 Benedicto XVI utiliza YouTube. También Barack Obama y la reina de Inglaterra. Los obispos de Europa se reunieron en el Vaticano para estudiar Facebook, Wikipedia, YouTube.
Las redes sociales de Internet son el nuevo patio de los jóvenes, al que los salesianos deben acudir, si quieren influir evangélicamente en ellos. El Boletín Salesiano de Centro América y Panamá, además de su acostumbrada edición impresa, había saltado para colgarse en la red. En www.boletinsalesiano.info los contenidos de nuestra revista podían ser leídos a nivel mundial. Pero la red evoluciona y crea nuevas plataformas interactivas. Actualmente los internautas no se quedan
en simples consumidores de mensajes expuestos en la web. Ahora todo visitante puede ser consumidor y creador de contenidos. Son sobre todos los jóvenes quienes se mueven con holgura en este mundo fantástico de la red. Es su mundo. Crean espacios, los llenan de contenido: fotos, textos, videos, archivos de voz, música… Sobre todo, crean redes sociales con capacidad ilimitada de interacción, para bien o para mal. El equipo humano del Boletín Salesiano se animó a dar el salto. Su sitio web se reacondicionó para colocarse a la altura de la web 2.0. Ahora nuestros amigos (ya no lectores) tienen la posibilidad de ser creadores de mensajes salesianos. Primero, las noticias: qué está sucediendo en cada sede de los Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxi-
liadora, Hijas del Divino Salvador, Salesianos Cooperadores, Hermanas de la Resurrección, ADMA, Damas Salesianas, Voluntarias de Don Bosco, grupos juveniles. Exalumnos salesianos. Fotos y noticias llegadas de todo Centro América tendrán cabida al momento en nuestro patio común virtual. Ya no habrá que esperar uno o dos meses para enterarnos de dos o tres noticias reportadas. Podemos crear un mosaico impresionante de la vitalidad salesiana centroamericana. En un chat semanal podremos cambiar opiniones sobre los grandes temas del mundo y de la iglesia.
Blogs para discusión Envía tu Galería de fotos Noticias buenas de toda centroamérica Chat semanal los jueves en la noche BS Don Bosco en Centroamérica
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III Congreso de la Asociación de María Auxiliadora ADMA Del 28 de octubre al 1° de noviembre 135 representantes de la asociación de María Auxiliadora procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República de Panamá, celebraron el III Congreso ADMA de Centro América. El congreso fue inaugurado por el P. Pier Luigi Cameroni, sdb, animador espiritual de ADMA de Turín, con la presencia del nuncio apostólico en Panamá, mons. Andrés Carrascosa Coso; el vicario inspectorial de Centro América (CAM) y delegado de la familia salesiana, P. Alejandro Hernández; el asesor espiritual ADMAPanamá, P. Carlos E. Vilanova; la presidenta de ADMA-Panamá, Rosalía de Richa y la coordinadora general del congreso, Xiomara Meneses G. En la inauguración se dio lectura al mensaje del Rector Mayor, P. Pascual Chávez Villanueva, dirigido a los congresistas, quien señaló tres propósitos:
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1. Comprometer a las familias jóvenes en el seno de la Asociación, y recordar el carisma salesiano en la espiritualidad de Don Bosco. 2. Continuar y reforzar el compromiso de los jóvenes en el camino espiritual y apostólico ADMA, siguiendo las líneas indicadas por el Congreso de María Auxiliadora del 2007 en México. 3. Preparar la celebración del próximo Congreso Internacional de María Auxiliadora que se desarrollará en el 2011 en Czestochowa, Polonia.
La asociación en Centro América y Panamá se propone seguir el camino de renovación y compromiso apostólico, eucarístico y mariano como miembros vivos de la Familia Salesiana al servicio del Reino de Dios y la iglesia local, en la escucha de la Palabra de Dios y la “Lectio divina”; reforzar el sentimiento de pertenencia a ADMA, profundizando su conocimiento y su organización en la animación de los consejos locales y nacionales. Este congreso ha reforzado la pertenencia a la familia salesiana y a su misión. Ha sido un momento apropiado para celebrar los 150 años de la fundación de la congregación salesiana, así como los 140 años de ADMA, reconocida canónicamente el 18 abril de 1869.
Panamá - Gracias al programa “Ni un niño sin bautizar”, la Asociación Damas Salesianas bautizó a un grupo considerable de niños en la Comunidad Nueva Esperanza, en Panamá. Desde hace cinco años las Damas Salesianas vienen realizando esta actividad. Ya se han bautizado 145 niños y niñas en esta comunidad donde vive un gran número de indios kunas.
El Salvador - El programa integral juvenil Don Bosco, de FUSALMO, fue premiado en la categoría de desarrollo integral juvenil en el foro regional de las mejores prácticas sobre políticas y programas de juventud en América Latina y el Caribe, llevado a cabo del 4 al 6 de noviembre en Puerto Vallarta, México.
Tegucigalpa, Honduras - El programa ESCOGE del Movimiento Juvenil Salesiano realizó su retiro de iniciación número 35 que se llevó a cabo el pasado 31 de octubre y 1 de noviembre.
Zapote, Costa Rica - Los miembros del programa Encuentro de Jóvenes en el Espíritu (EJE) de las sedes de Zapote, Cartago y CEDES Don Bosco se reunieron en noviembre en el Colegio Salesiano Don Bosco de Zapote para celebrar el segundo encuentro nacional de EJE Costa Rica.
Guatemala - La noche del 31 de octubre no fue de terror sino de alegría salesiana. En el salón principal de la parroquia San Juan Bosco, santuario María Auxiliadora, la pastoral juvenil organizó una fiesta de disfraces con motivos religiosos. Hubo dinámicas, teatro, buena comida, música y un alegre baile.
Managua, Nicaragua - “Cuapa, el amor de Dios manifestado en Nicaragua” es el libro del P. William Argüello, el cual fue lanzado el 7 de noviembre en el Centro Juvenil Don Bosco en Managua. Este libro profundiza sobre las apariciones de la Virgen de Cuapa.
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Italia – P. Chávez es ciudadano de Don Bosco El Consejo Comunal de Turín, el 16 de noviembre voto por unanimidad la moción con la cual se concede la Ciudadanía de Honor al P. Chávez Villanueva, Rector Mayor de los Salesianos.
Además “la ciudadanía es concedida en conmemoración de los 150 años de la Fundación de la Congregación de los salesianos y como estos promueven el conocimiento de Turín, en todos los continentes. ANS España - España – Premio Unicef para el Centro Don Bosco de Goma El Comité Español de Unicef concedió al Centro Don Bosco de Goma – Ngangi, en la República Democrática del Congo, el Premio Internacional “Los niños Primero”. El galardón, que se entregó el día 13 de noviembre en el Caixaforum de Madrid, reconoce el trabajo a favor de los niños y de los jóvenes más necesitados en la región del norte Kivu. En medio de la guerra, las violaciones y la miseria, este centro ha acogido, educado, curado y alimentado a 26.000 niños. Dirigido por el Padre Mario Pérez, el centro tiene 20 maestros, 100 ayudantes, cinco salesianos y ocho voluntarios, para atender a 500 niños que duermen allí y a unos 3.000 que acuden a diario a la escuela y requieren alimentación.
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ANS
El documento de aprobación muestra cómo la “Familia Salesiana ha colaborado siempre con la ciudad NOTICIAS de Turín a favor de los muchachos, muchachas, de los trabajadores, en las escuelas, en los oratorios y en la realización de proyectos de prevención de dificultad juvenil”. El director del centro ha agradecido este reconocimiento “por haber pensado en los niños olvidados de esta parte de África”. El premio, según el padre Pérez, “es un modo para hacer sentir el grito de tantos jóvenes que sufren y hacer todo lo posible para que el grito de sufrimiento se transforme en un grito de esperanza y de vida”. El Centro Don Bosco Ngangi se fundó en 1988 con la idea de desarrollar actividades deportivas y extraescolares con los jóvenes del barrio. Pero la pobreza con un 80% de niños sin escolarizar, hizo que se reorientaran sus funciones y crearon una escuela. Poco después, con el comienzo del conflicto étnico y la guerra en Ruanda, el centro escolar se convirtió en hogar y refugio para muchos menores. ANS. Italia - En carrera para liberar a un niño soldado El 1° noviembre, se realizó la II edición de “La Carrera de los Santos”, manifestación deportiva que pone en relieve el drama de los niños soldados y el trabajo de los salesianos para su recuperación y rehabilitación.
La jornada, iniciada con la celebración eucarística presidida por el Rector Mayor en el altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro, contó con la participación de miles de atletas participantes en la competencia de 10,5 km, y de jóvenes y adultos que participaron en la urbana de 3 km. La manifestación, promovida por la Fundación Don Bosco en el Mundo, fue realizada con la colaboración del CNOS-deporte de Italia y organizada por la asociación deportiva “Carrera de los Santos”. “La Carrera de los Santos” también inauguró la campaña “Libera a un niño soldado” que la Fundación Don Bosco en el Mundo lanzó para recaudar fondos en favor de los Salesianos que trabajan en Sri Lanka. ANS
La vocación de los apóstoles Luis Corral Los primeros discípulos
Mc 1,16-20 Sin haber tenido ningún contacto previo con Jesús, los primeros discípulos, apenas escuchan la voz del Maestro, lo siguen. El primer contacto es el que se establece por la mirada amorosa y penetrante de Jesús. Con una invitación directa, Jesús los invita a seguirlo. El término ‘sígueme’ indica abandonar todo y andar tras Jesús, acompañarlo en sus desplazamientos, hacer vida común con él, ser testigos de sus enseñanzas y de sus obras, y hacer propia su causa colaborando en su misión. Entre Jesús y los que él ha llamado se establece una relación muy estrecha. Tras la pesca milagrosa de Lc 5, 1-11, Pedro se postra a los pies de Jesús con un gesto de humildad, consciente de ser un pecador, llamándolo ‘Señor’. Ante la presencia de lo divino, Simón confiesa la propia indignidad. Gran estupor había causado en el grupo la pesca que habían realizado. Jesús dijo a Simón: ‘No temas: de ahora en adelante serás pescador de hombres’. Y, llevadas las barcas a tierra, dejaron todo y le siguieron. Ser pescadores de hombres indica ganar hombres para el Reino de los Cielos.
Ariy Zimin
Es un hecho que Jesús escogió discípulos durante su vida terrena, los cuales hicieron vida común con él. Jesús se encontró con ellos en su trabajo profesional; los llama sin más en su seguimiento; obtiene de ellos una respuesta incondicionada, entran a vivir con él y participan en su misión mesiánica. Para Lucas, la pronta respuesta a la llamada de Jesús está influenciada por la constatación del milagro. La misión apostólica inicia en el momento mismo de la vocación. El mandato misionero es confiado a hombres frágiles y pecadores que son perdonados y rehabilitados por la divina misericordia. La decidida voluntad de abandonar todo y de dedicar la propia vida a la actividad misionera es un don de la gracia divina. Jn 1,35-51 Juan Bautista presenta a Jesús como el Mesías que inaugura la nueva alianza constituyendo el nuevo Pueblo de Dios y como el Hijo de Dios que quita el pecado del mundo. Es una invitación implícita para que sus propios discípulos sigan a Jesús. La respuesta es positiva e inmediata. A la pregunta de Jesús: ¿Qué buscan?, dicen los discípulos: “Maestro, ¿dónde habitas?” Que es como decir ¿cuál es el misterio de tu persona? Las palabras de Jesús ‘vengan y verán’ son una exhortación a hacer por sí mismos la experiencia de la convivencia de fe con Jesús.
La experiencia que Andrés ha tenido con Jesús lo empuja a hacerse misionero. En primer lugar lleva la noticia al propio hermano. Le transmite la propia fe en el Mesías: “Hemos encontrado al Mesías” Y lo condujo a Jesús. Sin haberlo visto, Jesús conoce a Simón: “Tú eres Simón, hijo de Juan, te llamarás Cefas”. A su vez, Felipe presenta a Jesús ante Natanael. Cuando Jesús muestra a Natanael como un verdadero israelita a quien ha visto debajo de la higuera antes de que le hablara Felipe, entonces Natanael lo confiesa como maestro, Hijo de Dios y rey de Israel. Vemos aquí una vocación que ocurre por medio de la invitación directa de Jesús y otra que se cumple mediante el testimonio de terceros. Ambas se ponen en el mismo plano. En ambas la adhesión a Cristo viene por medio de un acto de fe. Vemos que la llamada supone el descubrimiento del misterio de Jesús e implica la entrada en la comunidad suscitada por Jesús con la mediación de aquellos que ya han creído en él.
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EDUCAR COMO DON BOSCO
Don Bosco en la cárcel
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a primera preocupación de Don Bosco al poner pie en la cárcel era la de conquistarse al cabecilla, porque conquistado ése, no era difícil, y sí en cierta manera fácil, manejar la masa que dependía de él como un ejército del general. Naturalmente no estaba todo en eso. Don Bosco entraba allí acorazado, además de con una fuerte preparación cultural y ascética, también con la oración y la penitencia, persuadido de que en ésta, como en todas las otras obras de Dios, quien actúa en último análisis es Dios, aunque parezca que la aptitud proviene de otras cualidades o de un plan previsto y preordenado. A lo que nunca pudo acostumbrarse Don Bosco fue a la asistencia a los condenados a muerte. Una vez en Alessandria, donde su presencia había sido pedida con insistencia por el mismo condenado, primero palideció y luego se desmayó.
En 1857, sucedió algo curioso. Había sido ajusticiado detrás de la Ciudadela un delincuente por él asistido y preparado y tras el tirón de la cuerda había sido bajado de la viga y colocado en el féretro, fue llevado a la iglesia de San Pedro ad Vincula, donde se acostumbraba sepultar a los condenados a muerte. Cuando he aquí que aquel pobre desgraciado se mueve, lanza un gemido y se incorpora. El capellán y otros más que estaban todavía en la iglesia lo llevaron a una cama. Él nombró a Don Bosco, que fue llamado y acudió a toda prisa. Le prepararon una taza de café y todavía la bebió. Pero Don Bosco conoció que no había esperanza de salvarlo, porque las vértebras del cuello estaban completamente dislocadas. Se apresuró, pues, a excitarlo a contrición; lo absolvió y no se marchó de allí hasta que, al cabo de casi dos horas, los médicos confirmaron que realmente había expirado. 365 Florecillas de Don Bosco
Hace unos días recibimos en la biblioteca del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), un ejemplar de su publicación “Boletín Salesiano” cuyos contenidos nos parecieron muy interesantes. Por tal motivo pongo a su consideración el establecimiento de un convenio de intercambio de publicaciones, entre “Boletín Salesiano” y la revista que publica el IMDOSOC, “Signo de los tiempos”. Se trata de una publicación mensual que editamos desde 1985, en la que aparecen artículos de análisis de la realidad nacional e internacional desde la visión de la doctrina social cristiana. Verónica Morales Gutiérrez Biblioteca “Pedro Velázquez” Canjes. Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana
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Felicidades por la iniciativa y por los logros actuales y los que vienen. Claro que tienen razón para bailar. Ahora nosotros estamos buscando la manera de animar por ese rumbo con identidad y estilo salesiano para no perdernos en una dinámica caótica dentro del universo digital. Un grande abrazo, mi oración y reitero mi felicitación a ti y a todo el equipo. P. Filiberto González Consejero para la Comunicación Social, Casa General de los Salesianos – Roma I have just taken a look at your new ‘info’ site and like it very much! In actual fact I think it might be the first real Web 2.0 Salesian Bulletin site in the world! Others are moving in that direction, but there, in the centre of the world (if Ecuador does not mind me borrowing their special place in the world for Central America instead!) you are making it happen. God bless, Julian
Traducción: Acabo de echarle un vistazo a su nuevo sitio ‘info’ y me gusta mucho. De hecho, creo que es el primer Boletín Salesiano en el mundo funcionando realmente en Web 2.0. Otros están caminando en esa dirección, pero allí, en el centro del mundo (si Ecuador no se molesta por utilizar su puesto especial en el mundo a favor de Centro América) ustedes están logrando que eso suceda. Dios los bendiga. Julian Fox, Departamento de Comunicación Social Casa General de los Salesianos – Roma
CONTENIDO
Director: Heriberto Herrera Dirección: Colegio Santa Cecilia, Av. Don Bosco, 1-1, Santa Tecla, El Salvador Tel: (503) 2523-8828 Fax: (503) 2228-0464 Correo electrónico: boletinsalesiano.cam@gmail.com herrerah@gmail.com Consejo de administración: Luis Corral, Heriberto Herrera, Mauricio Ponce, Manuel Solano. Consejo editorial: Evelyn Carbajal, Heriberto Herrera, Victoria Mónico, Miguel Pacheco, José Mauricio Ponce. Impresión: Imprenta Ricaldone. Final Av. Hno. Julio Gaitán. Santa Tecla. El Salvador Distribución: Librería Salesiana 23 Calle Pte. y 5ª. Av. Nte. No. 335, San Salvador, El Salvador, C.A. Tel. 2235-3826; 2225-6221 Colaboradores en esta edición: Luis Corral, Sergio Checchi, Rolando Echeverría, Hugo Estrada, Héctor Hernández, Edward de la O, Card. Oscar Rodríguez Maradiaga, Ricardo Rodríguez, Fabricio Vargas.
El Boletín Salesiano se distribuye gratuitamente a la Familia Salesiana y a los Amigos de Don Bosco. El costo de la edición y distribución del Boletín Salesiano se cubre con las contribuciones voluntarias de sus lectores. Ahora es posible depositar estas contribuciones en la siguiente cuenta bancaria accesible en cada país de Centro América: Banco CITIBANK Cuenta número: 43612 DMBANKD-1 Nombre: Asociación Salesiana de Don Bosco - Inspectoría
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Presentación Sacerdotes
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Rector Mayor Cien modos para comunicar
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Sacerdotes San Juan María Vianney Don Bosco, inseparable sacerdote y educador La vida en el seminario Formador de salesianos y sacerdotes Padre Bartolomé Ambrosio Ejemplo de constancia, trabajo y fidelidad P. Isidro González Las confesiones del cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga Un joven salesiano inaugura su sacerdocio Edward De la O Castellón En camino al sacerdocio salesiano Padres de un sacerdote salesiano Test de estima sacerdotal
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Meditación ¿Qué es evangelizar?
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Educar como Don Bosco Educar la creatividad
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En línea
Tú debes ser uno de ellos Me llamo Francisco Javier Rodríguez, conocido por Panchito. Tengo 27 años. Nací en El Salvador. Estudié con los Salesianos en la Ciudad de los Niños y en el Colegio Santa Cecilia. Me hice salesiano para vivir el sueño de Don Bosco y compartir con él la alegría de amar y servir a los jóvenes, como Cristo buen Pastor. Los elementos de la vida salesiana que me amarraron son el espíritu de familia y los campos deportivos. Allí se desplegaron mis dotes de deportista, la alegría y la espontaneidad. Te invito a unirte a Don Bosco y así servir a los jóvenes que más lo necesitan.
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Si tienes interés en la vocación salesiana, puedes dirigirte al salesiano más cercano según tu país de residencia. Guatemala: P. Miguel Alfaro, pmiguelalfaro@hotmail.com / El Salvador: P. Atilio Vásquez, attilioss@gmail.com Honduras: P. Alex Figueroa, alexfi06@yahoo.com / Nicaragua: P. Luis Chinchilla, Tel. 552-3836 Costa Rica: P. Guido Maroto, gamm59@gmail.com / Panamá: P. Carlos Vilanova, vilanovasdb@gmail.com
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