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claustración
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IV
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ÚLTIMOS MOMENTOS Y FUNERALES DE UNA MONJA.
Í E S P U ÉS que el Médico expresaba s\x funesto pronóstico y. en la mayor parte de los casos, cuando contestaba afirmativamente la consulta que le hacía la Madre Enfermera, y no pocas veces la enferma misma, sobre la conveniencia ó la necesidad de hacer las últimas disposiciones, la Madre Abadesa ordenaba que se administrasen á ésta los Santos Sacramentos, y esta noticia, cundiendo como chispa eléctrica por todo el convento, ponía en acción la nunca interrumpida actividad de sus diligentes habitadoras, (pie se apresuraban áasearde una manera extraordinaria el i n t e r i or de los claustros, cuyo perímetro, especialmente el del tránsito para la Enfermería, libre hasta del polvo más imperceptible, rogaban con agua, c on fiores y con lágrimas.
A la hora desiguala para esta tierna, solemne y patética ceremonia, toda la Comunidad con excepción de las enfermeras, que permanecían al lado de la enferma, preparándola p a ra recibir el Sagrado Viático - se reunía, con vela en mano, en el Coro bajo, de donde el Santísimo era llevado en procesión, bajo de palio, ])or tres sacerdotes, si la religiosa enferma era Prelada, y ]x>r uno solo en los demás casos, precedido por las monjas, (pie, durante el trayecto, conmovían la atmósfera con harmoniosos, tiernos y conmovedores cantos, que suspendían al llegar á la enfermería, para dejar oir la voz del sacerdote, cuyas preguntas solemnes, en que el alma renueva á la orilla del sepulcro
los votos que en el día del Bautismo fueron hechos á la orilla de la cuna, contestaban todos los labios con el acento de una profunda convicción. Cuando el sacerdote, después de haber dado la Sagrada Comunión á la enferma, cambiaba la Estola blanca por la morada, y se disponía á administrarle el Sacramento de la Extremaunción, la Madre Abadesa entonaba el I salmo Miserere, que era acompañado por to| das las religiosas. Nada particular había después de este acto, hasta (pie se iniciaba la agonía. En este instante supremo, una Religiosa recorría todo el Convento, tocando una campanilla consagrada, que sólo en estos casos sonaba, dando el toque de Credo. Todas las monjas acudían á hacer esta última profesión do Fe á la cabecera de su hermana moribunda ; y mientras éstas entonaban el l ú g u b re canto, las seglares que CONCEPC ION.—CAPILLA INTERIOR! eran las aspirantes, criadas y niñas que vivían en el Convento, elevaban sus procos privadamente en sus celdas respectivas. Cuando la agonizante exhalaba, el último suspiro, el sacerdote presente, ó en su ausencia la Madre Abadesa, rezaba el responso primero con toda la Comunidad; y durante tres horas, el cadáver no se tocaba, quedando velado únicamente por las madres enfermeras. A las tres horas se le vestía con todos los hábitos de Religiosa, con excepción del Man-
to! que sólo se le prendía superficialmente, y se le q u i t a b a, así como el relicario, en el momento de In i n h u m a c i ó n: se le cubría de Hores y asi era conducida por la C o m u n i d ad procesionalmente á la Sala Dr Profiivdis. donde permanecía (res días si hal)ía sido Prelada, y en todo caso, un día y una noche i>or lo menos. A l lí era velada (xjr (odas las monjas que se turnaban cada hora jxir gnqx>s de tres, las que no cesaban de o r a r d u r a n te esfe tiempo ]x>r su hermana d i f u n t a.
El día destinado para el funeral, se celebrabraba éste con toda solemnidad para lo que se permitía la entrada á los filarmónicos que formaban la orquesta bajo la Presidencia del Canónigo (pie nombraba la Sagrada M i t r a, y con asistencia de los capellanes y deniíís sacerdotes invitados; y así éstos, como las monjas y acólitos llevaban un ramo de (lores naturales con un fragante limón |x>r remate.
Terminadas las V i g i l i as se celebraba la M isa y luego los res|x>nsos, para ser conducido luego el cadáver, en liombror.de Sae.ordot.es al Coro Bajo, donde se terminaba el Oficio de d ifuntos y permanecía hasta el momento de la i n h u m a c i ó n.
Esta generalmente tenía lugar en el mismo Coro donde estaban las fosas ó en el panteón; |M'i'o en algunos casos se hacía en una Capilla (pie había en el j a r d í n, especialmente si era contagiosa la enfermedad (pie había determinado la muerte.
V
CONVENTOS DE RELIGIOSAS EXISTENTES EN LA CIUDAD AL EFECTUARSE LA EXCLAUSTRACIÓN.
f l / f ^ S conventos (pie existían en la Capital en « ^' los momentos de la exclaustración eran v e i n t i u n o, de los cuales míos dependían directamente del O r d i n a r i o, ó sea de la autoridad del Arzobispo, y otros de los provinciales de San Francisco y Santo Domingo. Los primeros e r a n: la Concepción. Regina, lia I valiera, Jesús M a r í a. E n c a r n a c i ó n. Santa Inés. Kan José de Gracia. San Bernardo. San Lorenzo. San .Jerónimo. Enseñanza A n t i g u a. E nseñanza Nueva. Santa Brígida. Santa Teresa la A n t i g u a. Santa Teresa la Nueva y C a p u c h inas de San Felipe: los segundos: Santa Clara. San J u an de la Penitencia. Santa Isabel y Capuchinas de Corpus C h r i s t i. (pie dependían del P r o v i n c i al de San Francisco, y Santa Catalina de Sena del de Santo D o m i n g o.
Todos estos conventos comprendían las siguientes Ordenes religiosas:
OoNCKivioxisTAS. l'ua ¡lustre y noble matrona |x>rl.uguesa. Doña Beatriz de Silva, f u ndó esta congregación, movida |x>r su piedad y devoción á la Inmaculada Concepción de M aría. Dirigiéndose para llevar a c a bo sus propósitos al Monasterio de Santo Domingo el Keal.de la ciudad de Toledo, creyó advertir en dos religiosos franciscanos (pie le hablaron en lengua |x>rtuguesa.al Seráfico Padre San Erancisco y á San A n t o n io de Padna. quienes le pronosticaron (pie había de ser madre de m uchas hijas sin lesión de su v i r g i n i d a d.
Treinta años |xTinuucció de seglar en el mencionado .Monasterio, al término de los cuales pasó á habitar los palacios cedidos por la
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EL LIBRO LE MIS RECUERDOS.
Reina Doña Isabel, y que'más farde fueron convertirlos en el Monasterio de Santa Fe. En ellos fijó su reclusión con otras doce doncellas con la imagen de Nuestra. Señora y otro pequeño, adherido al manto sobre el hombro derecho; toca blanca de lienzo, que cubría, la. frente, me-
TEMPLO DE LA CONCEPCIÓN. ,mfí ••.
nobles en 1184, siendo aprobada, en el Papa. Inocencio V I II la institue Orden, que habia comenzado con iil nombre, hábito y oficio de la Concepción. Su primitiva regla fué la, de^Santa Chira: mas no siendo adaptables á ést.;i el hábito y el oficio de la Concepción, cambíeseles aquélla por otra particular, dada por unos frailes menores de la Observancia, de la provincia, de Castilla, y confirmada por el Papa Julio 11 en 151.1. K\ hábito de las religiosas de esta Orden era: túnica y escapulario de estameña blanca, como símbolo de la pureza virginal: manto de color azul de cielo; en el pecho, sobre el escapulario, un gran escudo
1-1Í18 por j jillas y garganta, y sobre aquélla un velo negro, ion de la. ! La cintura debía ceñirse con un cordón de cáñamo ó de otra materia semejante. Los conventos de esta Orden en México, fueron: La Concepción. El venerable Obispo Don Juan de Zumárraga. conforme á las disposiciones de Don Andrés de Tapia, fundó un colegio con cuatro doncellas, hijas de conquistadores, y el cual fué ((rígido en convento en 1530. Las religiosas de este Monasterio, el más antiguo de la ciudad, fueron las fundadoras de otros que se mencionarán en seguida. El convento ocupaba la granCONCEPCIÓN. de extensión de 32,000 varas
LOS MONASTERIOS.
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cuadradas, hallándose limitado al Norte por la calle de la Concepción, al Sur por la de la Puerta Falsa de San Andrés, al Oriente por el callejón de los Dolores y casas particulares, y al Occidente por la calle Rejas de la Concep-
CONCEPCION.—CLAUSTRO Y COCINA
ción y Plazuela de Villainil. Su elegante templo, privado de la hermosa reja de hierro que cerraba su atrio, sigue abierto al culto católi-
LA CONCEPCIÓN,—TANQUE.
co; nias el convento fué destruido en parte para la apertura de una calle que es la prolongación de las del Águila y de los Dolores y sale á la plazuela de Villamil, y parte fué dividido y adjudicado en lotes. Según el Calendario de Ontiveros, de 1856, los bienes que poseía este convento eran los siguientes: 1H2 fincas urbana s cuyo producto anual eran $70,135; capitales activos §189,335 que redituaban $11,340. Su mayordomo era Don Jorge Madrigal.
DESTRUCCIÓN DEL CONVENTO.
Rcijiíia C'œli. — E] convento fué fundado por religiosas de la Concepción en 1570. La extensión superficial del terreno que ocupaba, medía 15,500 va :
ras cuadradas, estando limitado al Norte por la plazuela de Regina, al liste por casas particulares a n tiguamente separadas por un callejón del mismo nombre, al S u r por la calle! del Tornito, y al Oeste por la Estam- ' pa de Regina. El templo permanece abierto al culto c a. t ó 1 i c o : la pa r t e principal REGINA. del convento se transformó en un hermoso líos pital construido á expensas de la Sra, Doña Concepción Béistegui, y el resto fué adjudicado en lotes. S us bienes, según la misma fuente indicada, eran 62 casas que producían $28,757
¡il año y $93,725 de capitales activos cuyos réditos eran $42,2(>0. Su Mayordomo, Don Manuel Bausa.
Jesús Mur'm. En 1580 fué. fundado igualmente por concepcionistas, las que dos años al Oeste, por la de Ohiquis. Bienes con que contaba, 88 casas que producían §37,271 y capitales activos, §1-12,737, cuyo rédito era de §8.781. Su Mayordomo. Don José Ramón Malo. El templo, uno de los más hermosos de Mé-
JESUS MARIA.—CAPILLA INTERIOR.
antes se habían establecido en la casa de la esquinadel callejón de la Santa Veracruz y Maríscala, comprada con el capital que cedió al efecto Don Pedro Tomás Denia. El convento de que se trata ocupaba una área de más de
p—• . . . _ ,
JESUS MARIA.-PATIO Y FUENTE.
xico, continúa.abierto al emito católico, y de los lotes en cjue fué dividido para su adjudicación, dos grandes fueron exceptuados, uno por la calle de C h iquis, donde existí? la Escuela de Artes para Mujeres, y otro por la de la A c o q n i a, que fué destinado p a ra cuartel.
Balvavera, fundado en 1 5 73 por las mismas religiosas Concepc i ón i s t a s, «••• JESUS MARIA. con la advocación, primero de Jesús de la Penitencia, h¡1' biendo sido levantado el templo existente con bienes de la Sra. Doña Beatriz de Miranda. El convento abrazaba 8,000 varas cuadradas ele
14,500 varas cuadradas y estaba limitado al Norte por la calle Estampa de Jesús María ; al Éste, por la de su nombre, al Sur, por la calle dé, la Acequia, antes, el Colegio de Santos, y .
superficie, y lo limitaban al Norte y al Este, las calles de las Rejas y Bajos de Balvanera, al S ur la de este último nombre, y al Oeste edificios .. particulares. P o s e í a f>3 c a s a s, que j d a b a n un producto de $30.499 y capitales activos por valor de $.42.338, que redituaban $2,052. Su M a y o rd o m o, D on Rafael Díaz. E l t e m p lo p e r m a n e ce
PANTEÓN DE LA CONCEPCIÓN. a b i e r t o al
culto católico y el convento distribuido en lotes y adjudicado.
Encarnación— El monasterio fué fundíalo en 1594 por religiosas que siguen las reglas Concepcionistas, y levantado el edificio á expensas, en gran parte, de su patrono Don Alvaro de Lorenzana. El terreno que ocultaba el monasterio medía 12,5(X) varas cuadradas, y se hallaba limitado al Norte por la calle de la Perpetua, al Este por la de Santa Catalina de Sena, al S ur por la de la Encarnación y al Oeste por el edificio de la aduana. Su hermoso templo sigixe abierto al culto católico; la parte más bella y grande de su convento está destinarla á la "Escuela de Derecho" y '"Escuela de Párbulos," y la contigua, no menos extensa, á la "EscuelaNormal de Profesoras." Sólo la casa de la esquina de la Encarnación y Santa Catalina fué adjudicada. BieBALVANERA. nes que poseía la Comunidad: 79 fincas cuyo producto era de $52,897; capitales activos, $452,082, que redituaban $22,828. Su mayordomo, D on Manuel R u íz de Tejada.
Santa Inés.—Religiosas de la Concepción fundaron este convento en 1600, á expensas de los Marqueses de la Cadena. El edificio ocupa
BALVANERA.-PATIO.
ba la extensión de 9,5(X) varas cuadradas, estando limitado al Norte por casas particulares, pertenecientes á las (ralles del Hospicio de San Nicolás, al Este por el callejón de Santa I n é s, al S ur por la de este nombre y al Oeste por ca-
BALVANERA,—CLAUSTRO.
sas particulares de la misma- calle y de la i]tA I n d io Triste. Sti templo, que poseía la torre más esbelta y airosa de la ciudad y que sólo la
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EL LIBRO DE MIS RECUERDOS.
gran inventiva de un arquitecto para la destrucción, pudo hacer desaparecer en pocos mopitales activos que redituaban $1,739. Su Mayordomo, Don Rafael Barberi.
mentos, se halla abierto al culto católico El convento fué adjudicado en lotes. Los bienes
San José de Orada.—Por iniciativa de Don Fr. García Guerra y á expensas de Fernando Villegas, fundóse en 1610 este convento
CLAUSTRO BAJO DE LA ENCARNACIÓN.
de la comunidad consistían en 23 casas quedaban un producto de $12,858 y en $38,582 de ca-
SANTA INES.-PATIO.
con la advocación de Santa Mònica, en el mismo lugar en que estuvo un recogimiento de mu-
LOS
jeres casadas y viudas. Las religiosas fundadoras fueron dos concepcionistas y dos del monasterio de la Encarnación. El terreno en que estaba situado el convento comprendía 14,000
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El templo fué adjudicado á protestantes del culto evangélico; una gran parte del convento se destinó á cuartel y el resto fué vendido.
San Bernardo.—Cinco monjas de Regina,
W- !
SANTA INES.-DESDE EL ATRIO DE CATEDRAL.
r a s cuad/adas y se hallaba limitado al Norte P°r la calle de San José de Gracia, al Oriente y~ e* callejón de la Estampa del mismo nomDre - al Sur por la calle del Corazón de Jesús y accidente por edificios particulares. Consis entre las que se contaban tres hermanas de Don Juan Márquez Orozcp, comerciante rico, fueron las fundadoras del convento en 1636, en la casa que para tal fin legó aquél en su testa-
SANTA INES.-DEMOLICION DE LA TORRE.
tían los bienes del convento en 52 casas cuyos productos eran $27,078 y en $76,803 de capitales activos que redituaban $4,593. Su Mayordomo Don José María Medina.
CONVENTO DE S. BERNARDO.—DEMOLICIÓN.
mento, así como otros bienes, para la fundación de un monasterio de la Orden de Cister. La ampliación del convento y la construcción del templo fueron costeadas más tarde por Don José
Retes de Largache. La área que comprendía las reformas, y de Clarisas, las que continuaera de 8,o00 varas cuadradas hallándose limi- ron sujetas tanto á su primitiva regla como á tado al Norte por la calle de su nombre, al Sur las prescripciones que en su testamento dejó por la de Don Juan Manuel, al Este y al Oeste consignadas la misma Santa, y á las constitupor edificios particulares. La comunidad poseía ciones de la reformadora del instituto clariso, 53 casas que daban un producto de $ 27,663 y Santa Coleta. Los conventos de esta orden fuecapitales a c t i- ron en México vos por valor de los de Santa Cla$186,213, cuyo ra, San J u an de r é d i t o era de la Penitencia y $9,807. P o r el Santa Isabel, tocentro del con- das Urbanistas. vento fué abier- L os conventos ta, después de la que seguían en exclaustració n, México la regla la calle de Oeam- estricta de Sanpo, adjudicánta Clara, tomadose l os lotes ron el" nombre que quedaron á uno y otro lado de ella; el templo, sin su coro y sin la torre, que fué destruida, sigue al servicio del culto católico. SANTA CLARA.- EXTERIOR curo, y, después, po de Capuchinas. El hábito de las r e l i g i o s as fué al principio de toscos lienzos de color gris osr disposición pontificia lo
CLARAS.—A principios del siglo X I II tu- cambiaron por paños de estameña de color azul, vo efecto en la iglesia de San Damián de la como el manto. ciudad de Asís, la fundación de la Segunda Or- Santa, Clara.—En 1570 fué establecido un den de San Francisco por la esclarecida Virgen beaterío sujeto á la regla de Santa Clara, en la Santa Clara, poco tiempo después de ermita de San Cosme, San Damián y haber abrazado el estado monástico en San Amaro, donde hoy existe el temel convento de benedictinas de San Pa- plo de la Santísima. En 1579 el beaterío blo. El seráfico Padre San Francisco se convirtió en convento, en virtud de fué quien impuso el hábito á la Santa, la solemne y pública profesión que hiy dirigió desde el principio á las pri- cieron veintidós señoras ante la madre meras congregantes acudiendo para el Luisa de San Jerónimo, concepciònissustento de éstas á las limosnas. La ta. La estrechez en que vivían en el primera regla dada por el Santo á las antiguo beaterío dio motivo para la religiosas que tomaron el nombre de damia.nistas, encerraba tales principios de austeridad, de disciplina y de pobreza, que fué preciso suavizar por disposición del Papa Urbano IV, algunos de los actos que aquella prescribía, á pesar de la obstinación de la Santa y de sus compañeras para que nose alterasen sus primitivas prácticas. Como los religiosos Franciscanos, las comunidades de Santa Clara se extendieron rápidamente por todo el orbe católico, recibiendo el nombre de Urbanistas las que admitieron CLARA traslación del convento á un lugar más espacioso, como el de Pepetldn, en la esquina de Vergara. Allí levantaron las Claras su casa y templó, que ocuparon hasta el día de su exclaustración. Un incendio que acaeció á las dos de la mañana del día 5 de Abril de 1755, destruyó el templo y parte del convento, hasta el punto de verse las monjas en la necesidad de refugiarse en el convento de Santa Isabel; mas habiéndose apresurado las reparaciones del edificio, volvieron aquellas á su casa el 16 de Mayo inmediato.
LOS MONASTERIOS.
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La extensión superficial qne ocupaba este monasterio, era de 18,000 varas cuadradas, hallándose limitado al Norte por la calle de San-
San Juan de la Penitencia.—Fué fundado en 1593 por cuatro religiosas de Santa Clara. Su hábito, de color gris como el de los an-
ta Clara, desde la esquina de Vergara hasta la del callejón de aquel nombre; al Oriente por este mismo callejón; al Sur y Occidente por edificios de las calles 2 a - de San Francisco y Vergara. colindantes con las tapias del convento. El templo ha seguido dedicado al culto católico, mas sin el coro que fué adjudicado con los demás lotes en que se fraccionó el convento y sin la torre, que fué destruida. Por la huerta de este convento, se abrió el último tramo de la Calle del Cinco de Mayo, frente al Teatro Nacional, (hoy destruido) y es la continuación de la que se había abierto ya por el centro del Oratorio de San Felipe Neri. El Mayordomo de las Claras fué Don Jorge Madrigal.
El único dato respecto á las propiedades que para su subsistencia disfrutaba el convenvento, es el siguiente: 44 fincas por valor de $384,163.
Comparado este dato con los de los demás conventos y noticias anteriores, se viene en conocimiento de que el número de fincas y sus valores, pueden estimarse en una tercera parte más. tiguos franciscanos, les fué cambiado por el de estameña azul, como el de las Claras.—El convento ocupaba una superficie igual á la del
CONVENTO'DE SANTA CLARA.-CLAUSTRO.
anterior y se hallaba situado entre la plaza de San Juan al Este, callejón de San Antonio al Sur, casas de la calle Ancha al Oeste y la ca-
Ile Nueva ó 3 "? del Ayuntamiento al Norte. El convento todo fué adjudicado en lotes, y el templo ha continuado servido por religiosos franciscanos. El número de fincas con que c o n t a b a, conforme a u n cálculo s e m ejante al a n tenor, era: diez y nueve por valor de $104,233,0 bien 25 por valor de $138,977, aume n t a n d o una t e r c e r a parte más. Santa IsaMONJA DE SANTA ISABEL. bel.—El c o nvento de religiosas franciscanas con la advocación de Santa Isabel Reina de Hungría, fué fundado en 1601 por Doña Catarina Peralta, viuda de D. Agustín de Villanueva Cervantes, en la casa de su habitación, con seis religiosas de Santa Clara.—La extensión superficial que ocupaba el convento era de 11,500 varas cuadradas, hallándose comprendido entre el callejón de Santa Isabel por el Norte, la calle del mismo nombre por el Este, casas de las calles del Puente de San Francisco y Santa Isabel por el Sur, y calle del Mirador de la Alameda por el Oes-
• ¡ • • • • • K M l S r * ! ' ':
TEMPLO DE SANTA ISABEL —DESDE SAN FRANCISCO.
te. Véase el plano que acompaña al artículo "México de Noche," Segunda Parte, Capítulo I I.
Fincas que poseía: 18, por valor de $98,198. Su Mayordomo, Don Francisco Escalante.
CAPUCHINAS.—Hemos visto que la primitiva regla de Santa Clara sufrió ciertas reformas admitidas por algunas religiosas, que re-
Calle de S ta. Isabel, antes de ser derribada la manzana en que estuvo el Convento, derrumbe llevado i cabo para convertir el lugar en una gran plaza en la que desemboca la Avenida del Cinco de Mayo. En el grabado se advierten la parte exterior de la nave del templo sin la torre y 1 a
ANTIGUA CALLE DE SANTA" ISABEL.
serie de viviendas que se construy e r o n en el atrio cuando se enajenó el convento en lotes.
En la expresada nave se estableció primero una fábrica de hilados de seda, después la Sociedad Filarmónica Francesa y por último la Librería de Ballezcá y Cía.
L08 MONASTEBIOS.
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cibieron el nombre de Concepcionistas unas, y de Urbanistas otras, en tanto que las que siguieron la reforma de Santa Coleta que vino á poner en vigor la austera severidad de la primera regla de Santa Clara, se denominaron Clarisas. Una de estas religiosas, la Madre María Lorenza Longa, natural de Cataluña y viuda de un italiano, emprendió la institución de la Orden tercera de S an Francisco en Ñapóles, en 1538, con el fin de seguir, á la letra, en los monasterios de mujeres, la estricta regla de Santa Clara, y fundó, además, el monasterio de Santa María de Jerusalén. Las reT¿P0#*" ligiosas tomaron el nombre de Hijas de la PaCAPUCHINA. sión, recibiendo, al fin, el de Capuchinas, al tomar el hábito de los religiosos así llamados, y al vivir bajo la dirección de éstos.
Capuchinas de San Felipe. Este convento fué fundado en virtud de un legado que en 1665 dejó en su testamento, para tal fin, ron trasladadas, con gran pompa, al monasterio que acababa de ser para ellas levantado con la advocación del protomártir mexicano
TEMPLO DE CAPUCHINAS.
San Felipe de Jesús. Ocupaba el monasterio el centro de la manzana limitada por las calles de Tlapaleros y Capuchinas al Norte y Sur.
TEMPLO DE CAPUCHINAS
Doña Isabel de Barrera, viuda del Capitán Don Simón de Haro. Las monjas fundadoras salieron de su convento de Toledo, en España, y llegaron á México en Septiembre del mismo año; se hospedaron en la Concepción, y al año siguiente, 25 de Mayo de 1666, fue-
TEMPLO Y CONVENTO DE CAPUCHINAS. DEMOLICIÓN.—APERTURA DE LA CALLE DE LERDO.
El templo daba á esta última calle, hallándose la parte más retirada del convento hacia la primera de dichas calles, de la que la separaba
una elevadísima tapia, en cuyo frente, que miraba-á la calle de la Palma, cubierto'por cristales y resguardado por un cobertizo de madera, se hallaba un gran lienzo con la efigie, al óleo, de Nuestra Señora del Refugio, imagen
TEMPLO Y ANTIGUA,FUENTE DE C O R P US CRISTI.
que sucesivamente fué trasladada á San Lorenzo, Sagrario y San Bernardo; por el Este y Oeste confinaba el edificio con casas particulares, y ocupaba una área de 4,500 varas cuadradas. El templo y el convento fueron destruidos p a ra la f apertura de lacalie que tiene el nombre de Lerdo, distribuyéndose lo demás en lotes que fueron adjudicados. Las Capuchinas no tenían bienes, y era tal la pobreza en que vivían, que muchas veces se veían en la necesidad de t o c ar una campana para implorar la caridad p ú b l i c a . JERONIMA. Los vecinos, al escuchar aquellos sonidos en horas desusadas, se aprewwaban á enviar á las monjas algunos comestibles.
Capuchinas de Corpus Cristi, frente á la Alameda. El Virrey Marqués de Valero compro por 40,000 pesos el terreno en que fundó el Convento, poniendo la primera piedra el 12 de Septiembre de 1720. Concluido el edificio aposentáronse en él las monjas fundadoras, que salieron de los conventos de Santa Clara, San Juan de la Penitencia y Santa Isabel. Por bula del Papa Benedicto X I I I, de 26 de Junio de 1727, el monasterio fué destinado para indias nobles é hijas de caciques. Hallábase todo el edificio limitado al Norte por la calle de Corpus Cristi, llamada después Avenida Juárez; al Sur , por la calle de Tarasquillo; al Oriente, por casas particulares, y al Occidente por un callejón sin salida. Tampoco tenían vienes y vivían como las demás capuchinas, de la caridad pública.
AGUSTINAS.—Las congregaciones monásticas de esta Regla, cuya existencia se atribuye al mismo San Agustín, se hallan esparcidas con diversas denominaciones en los países católicos, siendo ejemplares las religiosas por la regularidad de su vida monástica y por los servicios prestados á la humanidad, pues se dedicaban al servicio y cuidado de los enfermos y hospitales. Ipona fué el lugar en que estableció el primer monasterio la misma hermana de San Agustín, sucediendo á esta Congregación otras varias. En México, las rigurosamente llamadas Agustinas eran las de Puebla, Oaxaca y Guadalajara y usaban hábito negro con mangas largas, en tanto que las de la Capital, apartándose de la regla general, usaban túnica blanca ceñida con el cinto de San Agustín, largo escapulario de color leonado como la capa, gran rosario, toca blanca y velo negro ( las de San Lorenzo): túnica blanca de manguillos largos, toca blanca y velo negro ondeado sobre la frente, y de cuyos extremos, que caían sobre el pecho, arrancaba el largo escapulario negro (las de San Jerónimo).—Unas y otras usaban sobre el pecho el escudo de metal con alguna imagen sagrada pintada al óleo.
San Jerónimo.—Fué fundado por monjas concepcionistas en 1585. El monasterio ocupaba una manzana entera, cuya superficie era de 15,000 varas cuadradas, y estaba limitado por las calles de San Jerónimo y Rejas del mismo nombre, al Norte y Este; por la calle Verde al Sur, y por la de Monserrate al Oeste. El templo permanece abierto al culto católico ; mas el convento fué dividido en dos grandes fracciones.,
LOS MONASTERIOS. 33
aprovechada una en extenso cuartel, y subdividida la otra en lotes y adjudicada. Las Jerónimas poseían 89 fincas que producían anualmente $34,247, y capitales activos por valor de $119,814 que redituaban $5,991.
San Lorenzo.— Este Convento fué f u n d a do en 1598 por Don Juan Chavarria Valero y Dfia . M\ Zaldívar Mendoza, con cuatro religiosas de S an Jerónimo y dos de Jesús María. Estaba limitado al Norte por un callejón, hoy cerrado; al Este por la calle de la Estampa de San Lorenzo; al Sur por la calle de la Concepción, y al Oeste por casas particulares. La superficie del terreno que ocupaba medía 10,000 varas cuadradas. El templo continúa abierto al culto católico, y en la parte principal del Convento se halla establecida la Escuela de Artes para varones. Las religiosas poseían 60 fincas que producían anualmente $30,057 y $28,300decapitalesactivos,cuyos réditos ascendían á $1,493. El Mayordomo del Convento era Don Francisco del Villar y Bocanegra.
DOMÍNICAS.—Esta orden monástica fué instituida por Santo Domingo de Guzmán en 1206, en Prouille, entre Carcasona y Tolosa, orden que pronto se extendió á otros conventos de Francia y España. Llamáronse á éstas religiosas predicadoras, por ser una de sus principales ocupaciones la instrucción de la niñez. De dicha Congregación nació la célebre institución del Santo Rosario.
Santa Catalina de Sena.—El convento de domínicas de esta advocación, fué fundado por el Provincial de la Orden de Predicadores de Santo Domingo, á solicitud de dos damas llamadas las Felipas, quienes cedieron para el efecto una casa destinada en otro tiempo para el recogimiento llamado de la "Misericordia." Dos fueron las monjas fundadoras que se hicieron venir del convento de Oaxaca. Hallábase situado el de México en la manzana limitada por la calle de la Cerbatana al Norte; por la calle de Santa Catalina, al Oeste; por la de San Ildefonso, al Sur, y por casas particulares al Este. Comprendía una superficie de 13,200 varas cuadradas. El templo permanece abierto al culto católico; una gran parte del convento fué destruida para un amplio cuartel, y el resto adjudicado. Las religiosas usaban el hábito de ios dominicos: túnica, escapulario y toca blancos, velo negro prendido con alfileres y recogido por la espalda con un listón y que en forma de un pequeño escapulario cala por el pecho. Manto negro.
Poseían 60 fincas por valor de $351,000.
El Mayordomo del convento era el Lie. D. Juan Manuel Fernández de Jáuregui.
CARMELITAS.- Algunos historiadores pretenden que la institución de religiosas Carmelitas data desde los primeros siglos de la Iglesia, mas el que verdaderamente aparece como fundador, es el B. Juan Soreth, quien estableció en Francia los primeros Monasterios, en 1452, autori r zado p or la bula del Papa Nicolás V. La i ns titución se propagó rápidamente, con tando en el siguiente sig 1 o muchos conventos en Francia, Alemania, 11 alia, España y P o r t u g a l . T an célebre institu c i ó u cuenta entre sus hijas algunas que por sus virtudes han sido colocadas en los altares como Santa María Magdalena de Pazzis y la virgen admirable Santa Teresa de Jesús, que tomó el hábito de carmelita en el Convento de Avila, conocido con el título de la Encarnación. Mucho ha-
DOMINICA.
CARMELITA.
bía perdido de su austeridad la primitiva regla, y en tal virtud Santa Teresa concibió la idea de su reforma, logrando al fin su objeto en la misma ciudad de Avila, á pesar de los obstáculos y contrariedades que hubo de vencer, y alcanzando la aprobación de aquélla por el Papa Pío IV en 1562. Las religiosas de la Orden de Carmelitas se distinguen en dos clases: las de la primitiva institución y las reformadas ó descalzas, llamadas también teresianas. Conságranse estas religiosas á la vida contemplativa y en su vida monástica se hallan sometidas á un régimen muy austero. Su hábito consiste en túnica y escapulario color de de café, manto blanco como la toca y velo negro.
Los conventos de teresianas que existían en México, eran:
Santa Teresa, la Antigua.—En unas casas de la propiedad de Don J u an Luis de Rivera, legadas por éste en su testamento para la fundación de un Monasterio de Carmelitas descalzas, estableció el jjrimer convento de Santa Teresa el Arzobispo de México Don J u an Pérez de la Serna, quien para obligar á las familias que las habitaban á la pronta desocupación de ellas, improvisó astutamente muy de mañana un altar en un departamento de las mismas viviendas é hizo llamar á misa, á la que concurrieron los vecinos, quienes por tal motivo se vieron estrechados á dar cumplimiento á la orden del Arzobispo. Inmediatamente dieron principiólos trabajos para transformar aquellas casas en monasterio, al que, ya terminado, 1. ° de Marzo de 1616, pasaron dos religiosas del Convento de Jesús María, fundadoras del nuevo y más tarde célebre Convento de Santa Teresa. Dicho convento no era muy extenso, pues apenas contaba 4,000 varas cuadradas de superficie, hallándose limitado al Norte y al Oeste por las calles de su nombre, al Sur por la del Arzobispado y al Este por varias casas particulares. Las religiosas poseían 26 fincas que producían anualmente $14,(X)0 y capitales activos por valor de $27,467 que redituaban $1,806. Tenían por Mayordomo á Don Antonio María Salonio. El tenvplo antiguo, así como la hermosa capilla del Señor de Santa Teresa, permanecen abiertos al culto católico y en la parte principal del convento se halla establecida la Escuela Normal para hombres.
La Capilla del Señor de Santa Teresa es uno de los edificios más notables de la Capital. Sus elevadas bóvedas descansan sobre un rico entablamento, sostenido por columnas jónicas, estilo de Miguel Ángel; sobre los arcos torales se eleva la majestuosa cúpula formada de dos cuerpos que producen un bello efecto, tanto por la parte exterior como por la interior, en la que el cuerpo inferior deja ver, por la interrupción de su bóveda, el casquete esférico que cierra el superior, bellamente iluminado por la luz que recibe de las ventanas ocultas por la interrumpida bóveda del expresado primer cuerpo. Todo el templo se halla bien
CAPILLA DE SANTA TERESA.
decorado, luciendo con profusión mármoles, bronces y pinturas debidas al artista Juan Cordero, unas al temple en la ápside y en la cúpula y otras al oleo, en los altares del crucero, copias de dos hermosos cuadros: La Transfiguración de Rafael, y La Asunción del Ticiano.
La capilla fué dedicada el 17 de Mayo de 1813, interviniendo en su construcción y primitivo decorado tres eminentes artistas, direc-1 tores de sus respectivos ramos, en la Academia de Nobles Artes de San Carlos: Don Antonio Velázquez, arquitecto, Don Manuel Tolsa, escultor y arquitecto y Don Rafael Jimeno, Pintor.
LOS MONASTEEIOS. 35
El terremoto de 7 de Abril de 1845 derribó la atrevida cúpula sostenida por esbeltas columnas, así como la ápside en que se hallaba representada por el pincel de Jimeno la lucha que sostuvieron á mano armada, en 1684, los rancheros de Ixmiquilpan y El Cardonal, oponiéndose á que la imagen del crucificado fuese trasladada del segundo de dichos lugares á la capital de la, entonces, Nueva España. La cúpula actual, obra del arquitecto Don Lorenzo Hidalga sustituyó á la de Velazquez y las pinturas de Cordero, reemplazaron a l as de Jimeno, de quien sólo queda el San Mateo en una de las pechinas. (1)
Santa Teresa la Nueva—El convento de triste y sombrío aspecto fué fundado en 1701, en la parte Oriental de la plazuela de Loreto,
( 1 ) El territorio mexicano que como el de toda la América es, en gran parte de constitución volcánica, ha sido conmovido, frecuentemente, por desastrosos terremotos, pudiendo citarse entre los de mayor intensidad los siguientes: „ , ,„ , .„„„
El llamado de S. Juan de Dios, 8 de Marzo de 1800.
El de la Encarnación, 25 de Marzo de 1806.
El de Santa Mònica, 4 de Mayo de 1820.
El de Santa Cecilia, 30 de Noviembre de 1837.
El que derribó la cúpula de Santa Teresa en 1845.
El de Santa Juliana, 19 de Junio de 1858.
Este ha sido uno de los más terribles que el autor del presente libro ha tenido ocasión de observar. Hallábase en la calzada de Chapultepec, camino para la capital, cuando se hizo sentir un fuerte sacudimiento trepidatorio, á las nueve y cuarto de la mañana; á ese movimiento 'siguieron fuertes oscilaciones, que violentamente cambiaron de dirección transformándose al fin en movimiento ondulatorio. Los campos de la hacienda de la Condesa se hundían y levantaban por tramos alternativamente, haciendo chocar las aguas de las acequias, obligadas á dirigirse en direcciones encontradas, ó á precipitarse en cascada sobre las acequias transversales, á causa del repentino desnivel producido por el terrible é irregular movimiento de la tierra; los árboles de la calzada, se azotaban unos contra otros, produciendo un confuso ruido, con el choque de sus follajes, y la extensa arquería que remataba en el Salto del Agua, adquiría los sinuosos movimientos de una culebra que se arrastra por el suelo, y rompiéndose A la vez, por muchos puntos desprendía abundantes chorros de agua espumosa que abrillantaba la luz del sol, mas á causa del terror que en tales momentos embargaba el ánimo, la belleza del espectáculo sólo servía para acrecentar el pavor.
Los movimientos debieron ser simultáneamente contrarios en la capital y así se explica el efecto mecánico producido, que determinó en las bóvedas de unos templos y en las techumbres de no pocos edificios, anchas y extensas aberturas que se correspondían en una misma dirección. La Iglesia de San Pablo, la Universidad, el Palacio, el Sagrario, Santo Domingo y las casas intermedias, sufrieron los efectos del funesto movimiento.
La ciudad quedó en un estado lastimoso; cerráronse varios templos, entre ellos, los del Sagrario y San Fernando; se apuntalaron innumerables casas; prohibióse el tránsito de carruajes por las talles; la Alameda abrió sus puertas por las noches para dar albergue á los que abandonaban sus hogares que amenazaban ruina. Tal fué el terrible terremoto de 1858, que se hizo sentir en muchos lugares de la República. y abrigaba en su recinto, en 1861, veintiuna religiosas que se sostenín con los productos de 28 fincas cuyo valor ascendía á $ 172,000. El templo, dedicado en 1715 permanece abierto el culto y nada ofrece de notable.
BENEDICTINAS.—Santa Ecolástica, a ejemplo de su hermano San Benito, fundó esta orden de religiosas, y para el efecto, reunió en un sitio llamado Piombarola, en medio de un desierto, y cerca del monte Casino, donde se hallaba la comunidad de aquel santo, varias vírgenes que se entregaron á la vida monástica, bajo la dirección de San Benito y de los estatutos que él mismo les había dado. Esta Orden, que se halla e x t e n d i da en todo el orbe católico, sufrió como las demás a l g unas r e f o rmas, y se le con s i d e r a como la más antigua, fecunda y célebre de la iglesia occidental. S u hábito e ra negro c on manguillo, toca blanca BENEDICTINA. que cubría la cabeza y caía sobre los hombros á manera de muceta.
Enseñanza Antigua. — Con el título de Nuestra Señora del Pilar, fundóse este convento en 1754 por la R. M. Sor María Ignacia Azlor, natural de la hacienda de Patos en Coahuila. Habiendo profesado en España regresó á México con algunas compañeras del convento de Bessieres en Barcelona, á efecto de realizar su anhelada fundación, lo que al fin logró venciendo los mayores contratiempos y dificultades. Las religiosas pertenecen al Instituto de la Compañía de María, que tiene por objeto la enseñanza primaria de las niñas. Su convento de México ocupaba un terreno que medía 8,000 varas cuadradas de supeficie, y se hallaba limitado al Norte por la calle de la En-