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La Sedición
El lunes siguiente, el nuevo guardián cantaba la misa de difuntos, aplicada á todos los religiosos de la Provincia. Antiguamente concurrían las primeras autoridades religiosa y civil á una parte de estas ceremonias : el señor Arzobispo en la tarde del domingo, y el Virrey en la del lunes, siendo costumbre que los electos, además de dar parte oficial de sus nombramientos, hiciesen su visita, de etiqueta á dichas autoridades, pero últimamente sólo se llenaba la primera de esas formalidades.
Para terminar la parte narrativa respecto de la organización monástica de los religiosos de la Orden franciscana, conviene añadir lo que se refiere á la toma de hábito y á la profesión.
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Los ministros generales, los provinciales y los vicarios provinciales, electos por renuncia ó muerte, tenían autoridad para admitir novicios, quienes antes de recibir el hábito eran examinados de gramática y literatura, sobre los motivos de su vocación y demás circunstancias requeridas, previas las informaciones sobre la conducta y cualidades del pretendiente.
Durante el año del noviciado, ocupábase aquél, bajo la dirección del Maestro de novicios, que era nombrado por el definitorio, en aprender el oficio divino, en la oración contemplativa yen humildes ejercicios, sin hablar con seglares ni escribirles, sino en casos de urgente necesidad. Estábale prohibido salir del convento, exceptuándose los casos de procesión general, so pena de descontarle! de su falta, el tiempo del año de su noviciado. Tomábansele tres veces al año sus votos, á los que recaía la aprobación manifestada por medio de habas blancas, con excepción de la última, que era de viva voz, por religiosos que, tuviesen más de cinco años de hábito.
El novicio quedaba excluido de la comunidad si faltaba á la mayor parte de sus votos, teniendo por sospechosa su recepción si ésta se efectuaba á pesar de concurrir en sus faltas la tercera parte de aquéllos, y en tal caso til prelado no podía, por sí solo, decretar la expulsión, sino con el consejo de los discretos y y padres graves del convento.
Para dar el hábito congregábase á toque de campana la comunidad en el coro en medio del cual hallábase tendido el hábito con el cordón. Arrodillábase el pretendiente y dirigía el rostro al prelado, quien le preguntaba: ¿ Que quiere?-- Padre, contestaba aquél, mucho» días ha que deseo servir á Nuestro Señor en esta Sania Religion y asimismo aunque indigno, pido y suplico á V. R. y á todos estos Padres me admitan á su santa, compañía,, en la cual con el divino favor, propongo y pienso perseverar hasta la muerte. Exhortábale el prelado, en seguida y le decía: Si erajiel y católico, de condición libre y no esclavo, de limpio linaje y sin marea infamante; si no tenia deudas y estaba, desligado de matrimonio consumado, si se, presentidla de voluntad y no competido ni violentado; si cataba sano, no afectado de enfermedad, contagiosa, y por último, para què pedia, el hábito, á lo que contestaba: Para el Coro ó para Lego, según el caso. (Los novicios legos eran aquellos que por su edad, ó por otras causas, no se les daba la instrucción para el estado sacerdotal ó de corona).
Acabado el interrogatorio acercábanse al novicio algunos religiosos para desnudar la ropa secular é ir poniendo sucesivamente el hábito y capilla y ceñirle la cuerda, mediante ciertas y adecuadas ceremonias.
Para la profesión se repetían los mismos actos y se le hacían al novicio idénticas preguntas, agregando las siguientes: si perseveraba en su propósito y quería, profesar, procediéndose en seguida á la bendición del habito y cuerda. Acabadas las oraciones conducentes á ese acto, se vestía, al novicio el hábito de profeso y se le ceñía la cuerda. Este se ponía de rodillas cerca del prelado, quien le advertía que la, excelencia, de aquella profesión le restituía á la, gracia del Santo BautismoAl responder aquél afirmativamente á la pregunta que se le hacía sobre si (pieria mudar de nombre, confirmábasele por el prelado el cpie había elegido y se procedía á pronunciar los votos, que eran de dos clases, uno que se refería al juramento de defender la Purísima Concepción de Nuestra Señora y otros relativos á la profesión, en esta forma:
PRIMER VOTO.
Yo, Fray X. (1) j„ro y ¡ia;/0 yofo ,}, jym Nuestro Señor y á la Virgin Santhimn y á X. ]'. San Frai1' (1 ) Fray, contracción de Frater.
LOS MONASTERIOS.
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cisco, y ri tí l'ari re rie. tener y defender torio* lox días ríe mi '''(la: r/ne ht Sacratísima Virgen María Xneutra Señora fné concebida nin la mancha del pecado original, y Jiresereada de ella por Ion mérito* de la pasión de mi Santísimo Hijo, i'n el ¡trimer instante de Su Ser, según se contiene en las {'oiistitnciones Apostólicas, i/ en esjM-eia/ en la de X. Sanlísimo l'adre Alejandro Vil.
VOTOS DE LA PROFESIÓN.
}"", Fr. X. lingo roto y prometo á Dios, y ít la Bienaventurada Siempre Virgen María, y id Bienarentnrado l'adre X. San Francisco y á todos los .Santos, y á tí ¡'adre, í/nardar todo el tiempo de mi eida, la Regla de los Frayles Menores, confirmarla por el Señor Papa Honorio, viniendo en obediencia, sin. propio y en castidad.
A lo que contestaba el Prelado:
"<SÏ tn estas cosan guardares, yo te prometo In rida eterna, en el nmnlire del l'adre, etc." . . . .
Concluida la Profesión, colocábase el nuevo religioso en medio del coro y se entonaba por los cantantes, detrás del fasistol, el himno Veni Creedor y otras oraciones, terminando el acto con las exhortaciones que el Prelado dirigía al profeso. El nuevo religioso recibía la bendición de su Prelado y el abrazo de sus hermanos en el Claustro.
VII
LA SEDICIÓN.
-O0iK/S>-
t^jERROCADA la dictadura de Santa-Anna en 1855. por la triunfante revolución de Ayutla, establecióse el nuevo Gobierno, que con el germen de las ideas ultraliberales preparábase para echar por tierra las antiguas instituciones. El Presidente Coniorifort, que había sustituido al General Alvarez, hubiera sido, por su carácter conciliador, según se ha dicho en otro artículo, un excelente gobernante en épocas menos azarosas, pero en aquella de transición y de exaltaciones políticas era inadecuado. El Presidente no podía apartar de sí, las exigencias de sus partidarios y continuaba siendo, como acontece en todos los trastornos políticos, en vez del Supremo Magistrado de la Nación, el jefe de un partido exaltado que las más veces exige actos contrarios á la equidad y á la justicia.
En tal situación, Comonfort podía obrar encerrado en el limitado círculo de su partido, mas era impotente para establecer la paz, germen fecundo de positivos beneficios; así es que la lucha- renació con sus consiguientes trastornos. Mientras en las capitales en que imperaba la fuerza, se llevaban á cabo actos de rigor, en los campos se levantaban guerrillas y en algunas ciudades, como Puebla, se organizaban fuerzas que amenazaban derrocar el nuevo Gobierno establecido. La situación no podía ser más difícil y com prometida para el Presidente, quien tenía que ejecutar alternativamente, diversos actos que constituían una vida activa de combate, como eran los de acudir á los campos de batalla, sofocar conspiraciones y atender á las exigencias de sus correligionarios, entre los que se habían inscrito muchos á quienes la famosa revolución de Ayutla no debía ni un suspiro.
Además de la lucha militante en esa época aciaga, habíase empeñado y se hallaba en toda
su fuerza otra más terrible aún, la de las conciencias, con motivo du la ley de desamortización. Tal estado de cosas produjo las vacilaciones de Comonfort para atacar, impelido por sus partidarios, y la actitud enérgica del Arzobispo Garza para resistir por análogos motivos.
A los frecuentes avisos que al Gobierno daba la policía sobre la celebración de juntas sospechosas, siguióse el denuncio hecho ¡)or el Mayor del Cuerpo de Independencia de una conspiración (pie decía haber descubierto en el monasterio de San Francisco.
A lloras avanzadas de la, noche del día 14 de Septiembre de 1S;">(>, el expresado jofe Don Vicente Pagaza, á quien acompañaban los capitanes Don Pedro VaJdés. Don Román Salazar, el subayudante Gutiérrez y Don Florencio Ortiz, salió de su cuartel, (pie no era otro que un departamento del mismo convento, que daba á la calle de San Juan de Letrán, edificio marcado hoy con el número 11. lT n grupo de gente que discurría por el atrio del convento, fué notado por aquél á través de la reja de la portada, y conjeturando que allí se tramaba una conspiración, mandó al capitán Valdés por fuerza armada, al expresado cuartel, con la (pie cubrió las avenidas y penetró con parte de ella en el atrio siguiendo los pasos de los sospechosos, que se habían refugiado en el interior del convento, á quienes aprehendió en la celda del Padre Magna Grecia y remitió al repetido cuartel. Los aprehendidos fueron los paisanos Leandro y Agustín Baridón, Luis Rósete, Antonio Reballoso. Gil Vargas, José María Nájera. .fosé Alvarez. Cirilo Pozos y Benigno Serrano. Ocupábase el Mayor en otras pesquisas, cuando los aprehendidos manifestaron (pie no eran culpables, (pie todo estábil descubierto y que era de todo pinito necesaria su presencia en el cuartel; entretanto el oficial que había abandonado su ¡mosto de guardia, salió al encuentro del Mayor, á quien detuvo en la puerta del atrio poniéndole al pecho la pistola al grito de ¡Viva la Religión y muera Comonfort! A pesar de la natural sorpresa- que tal acto causara en el ánimo del Mayor, no perdió éste la sen nidad, y dirigiéndose á los soldados les preguntó con energía si estaban dispuestos á obedecerle. A la respuesta afirmativa de éstos, el oficial de guardia se vio perdido; pero antes de dejarse aprehender, excitó con energía á los paisanos para que volasen á las cuadras á tomar las armas.
Tales son los textuales conceptos del parte rendido por el Mayor Pagaza.
El Diario OJicial, del lñ de Septiembre, con el título de '•Conspiración" publicó una noticia, íx>r la que se hacía saber al público que en la madrugada del día, anterior se había descubierto una conspiración en el convento de San Francisco, complot que era dirigido por los reaccionarios y algunos malos eclesiásticos; que varios religiosos franciscanos, de acuerdo con un oficial del Batallón Independencia, habían introducido á los conspiradores ; pero que al arrojarse éstos sobre el depósito de las armas del Cuerpo, el Mayor Pagaza, con gran presencia de ánimo, resistió el primer empuje y, dando vivas al Supremo Gobierno, logró sofocar en su cuna el movimiento, que hubiera inundado de sangre la capital en el mismo día en que celebraba la Independencia.
La policía continuó las pesquisas durante la noche, y el resultado de ellas fué la aprehensión de seis religiosos franciscanos, un clérigo, algunos mozos del convento, el campanero y el preceptor, todos los cuales fueron remitidos á la Casa municipal.
En la obra "México á través de los siglos" y en otras publicaciones, se asienta que una señora fué la que en la noche del 14 denunció al Gobierno la conspiración con todos sus detalk's. Yo no he encontrado nada oficial á este respecto, como los lie obtenido acerca, de los hechos expresados.
El día 1<> se publicó el decreto siguiente: El ciudadano ](¡nació Comonfort, Presidente substituto de la República. Mexicana, á los habitantes de ella, sabed :
Que en uso de las facultades que me concede el art. ))." del plan de Ayutla, reformado en Acapulco, y con acuerdo unánime de la junta de ministros, he venido en decretar lo siguiente:
Art. 1." Para la mejora y embellecimiento de la capital de la República, en el término de quince días, contados desde la fecha de este decreto, quedará abierta la calle llamada Callejón do Dolores, hasta salir y comunicar con la calle de San Juan de Letrán, y se denominará "Calle de la Independencia."
LOS MONASTEBIOS.
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Art. 2.° Se demolerán los edificios (1) y se ocuparán los terrenos necesarios, por causa de utilidad pública, previa indemnización ajustada con los propietarios.
Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. Palacio del gobierno nacional de México, á los 16 días del mes de Septiembre de 1856. — Ignacio Comonfort.—Al ciudadano Manuel Silíceo."
Como resultado del decreto de 16 de Septiembre inmediatamente el 17 á las diez de la noche, se procedió á la apertura de la calle que Prolongaba el callejón de Dolores para darle salida á la de San Juan de Letrán. Keuniéronse, al efecto, cuatrocientos barreteros, más como todos se resistían á la ejecución de la o b r a , fuéles Preciso álos directores de éstos, animarlos 0011 peroracion e s y haciéndoles escuchar ¡ a canción de í ^ ' C a n g r e J08"queeraco¡tto quien dice 1 a Marsellesa J* los exaltay de aquella éPoca. U n re_ | i d or miembro APERTURA DE LA CALLE DE LA INDEPENDENCIA. (VISTA POR SAN JUAN DE LETRAN,—OCTUBRE DE 1856). ¡* "na antigua «ast!**6 f a m i l i u ' consente benefactora del Mola h °r i°' a r r e b a t° de las manos de un operario lúe- ^ e ^ a y C^0 k*S P r m i e r o s golpea los que i/gubremente repercutieron en el hogar de la h°norable familia. to zó a exaltación de los ánimos subió de punn esta medida, elogiada, como era natural, Por unos. y censurada por otros, tanto que los ^isnios religiosos temieron que el castigo que tnm V m p o i l í a n o quedase limitado á la aper• a d e m i a c a l l e i j o r e l c e n t r o d e s u c o n v e n t o > ro eT* p r o n t o o t r o hecho vino á poner en clalió 4 , l d a í a e n t o de sus recelos. El día 17 sa• ~ - - _ i ^ _ ° ^ d e c r e to del tenor siguiente: ««s ceWfl^,edi£cio , s e r an la enfermería, la bocina, va-
lidas y pa r te d e k h u e r t a de, c o n v e n t a "Ignacio Comonfort, Presidente substituto de la República, Mexicana, á los habitantes de ella, sabed:
Que en uso de las facultades que me concede el art. 3.° del plan de Ayutla, reformado en Acapulco, y en atención á que en la madrugada del 15 del mes actual ha estallado una sedición en el convento de San Francisco de esta ciudad, sorprendiéndose infraganti delito y en los claustros y celdas del mismo convento muchos conspiradores y entre ellos varios religiosos, he venido en decretar, con acuerdo unánime del consejo de ministros, lo siguiente :
Art. 1.° Se suprime el convento de franciscanos de la ciudad de México, y se declaran bienes nacionales los que le han pertenec i do h a s ta aquí, e x c e ptu a n do se la iglesia principal y las capillas, que . con sus vasos sagrados, p a r amentos sacerdotales, r e l iquias é imágenes, se pondrán á d i s posición del Ilustrísimo señor Arzobisl>o, para que sigan destinados al culto divino.
Art. 2.° El Ministerio de Fomento dictará las medidas conducentes al aseguramiento y enajenación de los bienes declarados nacionales en este decreto.
Art. 8? El producto de dichos bienes se repartirá desde luego en el orfanatorio, casas de dementes, hospicio, colegio de educación secundaria para niñas, y escuela de artes y ofi• cios de esta capital.
Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. Palacio del Gobierno-nacional de México, á 17 de Septiembre de 1856.—I. Comonfort, Al C. Ezequiel Montes." -
Estos decretos que imponían pena tan se-
vera á los francisca nos y las disposiciones gubernativas de Traecmis en Puebla, enajenando las fincas rústicas y urbanas de varias corporaciones y obras pías para cubrir el millón de pesos que al clero de la diócesis se le había señalado como contingente, y los discursos de los oradores parlamentarios en los que se lanzaban al clero acusaciones tremendas, marcaban el espíritu que guiaba la política de la épocii. y predecían la suerte que al clero le estaba reservada.
Bastaban para la justificación de las medidas que habían de llevarse á la práctica, algunos hechos, por insignificantes que fuesen, siendo uno de estos la Sedición de San Francisco.
La comunidad que en aquella fecha se componía de cuarenta y dos individuos, abandonó inmediatamente su convento, (1) y entre los religiosos salió humilde y resignado entre las filas de los soldados (pie custodiaban el edificio, el mismo que con su crucifijo en la mano, á imitación de León el Grande en Roma, ante las hordas de Atila, pudo contener en Guanajuato, el 24 de Noviembre de 1810, con su actitud enérgica é impetuosa peroración, los terribles efectos de la cólera vengativa de los realistas que mandaba Calleja.
El Gobierno por conducto de la Secretaría de Justicia, comunicó al Arzobispo la providencia dictada contra los franciscanos, acompañándole el decreto de 17 de Septiembre.
Pocos días después los gobernadores de la Mitra, contestaron en los términos siguientes: "E. S. Hemos recibido el oficio de V. E. en que nos comunica el decreto expedido por
(1) Según el Almanaque franciscano (1858). Los religiosos ¡í que me refiero eran: Kl Provincial Doctor Homedes, que residía con los I'l\ Berra y Águila en la habitación del Tercer Orden; el l*. Madariaga en la de Aranzazu; el P. Vera en la de Burgos; el P. Sosa en la de los Servi tan; el P. Madrid en el Hospital de Terceros; el l'. Arias en el Colegio Militar del que era Capellán; el Y. González y Díaz en Santa Clara; el P. Hidalgo y Melgar en San*Juan de la Penitencia; el P. Villagráñ en Santa Isabel; los PP. Domínguez y Carrasco en Corpus Cliristi; los PP. tirito y Acosta en las Capuchinas de Guadalupe; los PP. León é Iglesias en casas île sus parientes, á causa de enfermedad; por último, el limo. S. D. Fr. ./<«.' Muría <lr Jt'xi'm ¡Mumizarátt, el antiguo religioso al que me he referido, Fr. Amado Montes Guardian, v los PP. Medellín, Rósete, Espinosa, Magna (¡recia, Erazo, Meza, Zedillo, Santillán, Borja, Mota, Chávez, Salamanca, Vergara, Sánchez, Ogazón, Montoya, Molina, Dávalos, Cortázar, Villanueva, Manzano, Leon, Cornejo, tres legos y dos donados, en el Convento. el E. S. Presidente, en 17 del corriente suprimiendo el Convento de Religiosos Franciscanos de esta ciudad y declarando bienes nacionales los epue le han pertenecido hasta aquí, exceptuando la Iglesia principal y las capillas, que con sus vasos sagrados, paramentos sacerdotales, reliquias é insignias quedarán á disposición del Ilustrísimo S. Arzobispo.—Como el asunto es de tanta gravedad, creímos necesario ponerlo en conocimiento del I. S. Arzobispo, no obstante de estar impedido de ocuparse del despacho de los negocios, y S. S. Ilustrísima nos ha prevenido que ocurramos á V. E. con el fin de aclarar algunas dudas con relación al artículo 1.° del citado decreto, y son las siguientes: 1.a Si por parte del Supremo Gobierno habrá inconveniente en que queden al cuidado de las capillas, on sus respectivas habitaciones, los mismos religiosos que actualmente las sirven.—2.a Si la habitación del Padre Sacristán de la Iglesia principal no queda comprendida en la declaración que se ha hecho de ser bienes nacionales el convento y los que le han pertenecido, sobre lo cual llamamos la atención de V. E. puesto que sin esa habitación no habría donde poner al aclesiástico ó eclesiásticos que se designen para el cuidado de esa Iglesia.—3? Si las fundaciones piadosas pertenecientes á la Iglesia están exentas de esa misma declaración, puesto que sin ellas no habría medios de sostener el culto.—4> Si la plata cpie sirve para el ornato y decencia de la misma Iglesia está también exceptuada de esa declaración como lo creemos nosotros y lo espera el Ilustrísimo Sr. Arzobispo.—Sírvase V. E. resolver estos puntos á fin de que su Ilustrísima dicte las providencias necesarias para el arreglo de este negocio. — S. S. Ilustrísima lamenta como nosotros este triste acontecimiento, y "deseara que no se hubiera tocado ese convento que tantos beneficios ha hecho á esta población en el orden moral, y donde han existido tantos y tan ejemplares Religiosos," y no dudamos, por lo mismo, que V. E. se servirá interponer sus respetos para con el E. S.
P. á fin de que mitigue una pena que si bien la hayan merecido algunos Religiosos según lo expresa la parte expositiva, del decreto, no debe recaer sobre toda la comunidad.—Así lo esperamos de V. E., etc."
La Secretaría de Justicia resolvió los pun-
LOR MONASTERIOS.
Ht)
tos consultarlos por los señores (.Toberna dores de la Mitra, en los términos siguientes: respecto del primero, que ¡il arbitrio del señor Arzobispo quedaba determinar lo conveniente, en virtud de la autorización (pie le con ce- ! dia el art. 1'-' del decreto: en cuanto al según- i do, que estaba comprendida en la excepción del ¡ mismo decreto la habitación del P. Sacristán, ¡ pero con las dimensiones que á bien tuviera ¡ señalar la Secretaria de Fomento: respecto del I •>' que niego que se tuviese conocimiento de . «•s fundaciones piadosas, según informe pedi- ! do al expresado Ministerio, se tomaría en con- ! sideración lo consultado, y, por último, (pie la I plata que servía para el ornato de la Tglesia j estaba comprendida en la excepción.
La Secretaría de Fomento nombró á uno | d« sus empleados, el Sr. D. José María Flores I Verdad, para cpie.en representación de la nus- | ron. autorizara la entrega que el K. P. Supe- \ rior de la Provincia del Saldo Evangelio, haría j a' lllmo. señor Arzobispo de la iglesia princi- ! P¡u, capillas, fundaciones, vasos sagrados, pa- I '«mentos, reliquias é imágenes que pertenc- ; dieron al extinguido convento.
Por su parte el señor Arzobispo ordenó al I Provincial Doctor Fr. Buenaventura Home- j tl(-S, honorabilísimo sujeto i>or su saber y vir- i tunes, que procediera á efectuar la entrega de ' todo lo expresado ásus comisionados los Sres. ; íu- Don José María Baldi via. Licenciados D. : A"drés Davis y Don José Juan Victoria, en- j tfega qW; S(, rjtíVD ¿ (Jf(;(..t0) previo inventario ! «le t o d os los objrtOS. | tilico meses después de este acontecimiento; un grupo de liberales elevó al Gobierno la Petición que á continuación se expresa: "Ministerio ele Justicia, Negocios Eclesiástlc os é Instrucción Pública. Sello tercero, cuatro reales : años de 1856 y 18ÍV7. Excmo. Sr.
IJOS cpie suscribimos teneniOH el honor de i Presentarnos á V. E.. al íntegro y justo Magis- i r¡ido que ha sabido hermanar tan sabia y pru- ; ( ''Uteinente la severidad con la clemencia, la ¡ '"ergía con la dulzura, el castigo con el i>er- i tlül », para pedirle haga uso de estas brillantes ¡ Calidades que tan altamete il, en ! n lo distinguí-,.. >-, bivor del Convento de San Francisco de esta- I L«pital. » • E. fué severo, enérgico y justiciero al ¡ l c t a r s u decreto supremo de 17 de Septiem- | bre del año próximo pasado, castigó entonces con mano fuerte un escándalo y salvó de un conflicto á esta hermosa ciudad. Tiempo es ya de (pie resplandezcan, como siempre ha sucedido, las otras virtudes que adornar, el bello carácter de V. E. Pedimos indulgencia y gracia en favor de esa casa religiosa tan querida para los mexicanos, y nos atrevemos á asegurar que la Orden no ha s¡<lo mlpíMt'-, y que ninguno de sus individuos volverá á ser objeto de la justicia de V. E. '•Concédales Y. JO. que vuelvan á ocupar la parte libre de su convento, y á sostener el culto (pie tanto ha brillado en su antiguo templo. Otorgúeles V. E. esta gracia, cuando se propone dispensarlas á todos los mexicanos extraviados, y así dará Y. E. un nuevo y espléndido testimonio de que si se sabe castigar con toda la ¡nflexibilidad de la. justicia, es también indulgente después del escarmiento. ¡Que en este acontecimiento brillen, como siempre, las virtudes de V. E.! "Así lo esperamos, reiterándole á V. E. nuestra súplica, y presentándole los sentimientos de nuestro cordial afecto y profundo respeto.
México,Febrero 17de 1857.-- Excmo. Sr. Mmwlino Castañi'da. Francisco Zarco,— fin Mermo Prieto, ¡¡/navio Reyes. •• Manuel María l'artjas. Antonio Escudero..-• 1 (¡nació Ochoa Sánchez. Pedro ('outreras Elizalde. Rafael María Villatjrán. Pedro de Ravauda. • Pedro Irir/oycH. José Eliaio Muño-.. Pablo Téllcz. Juan de Dios Arias. /Jen it o Quijano. José Mariano Sánchez. - Mariano Ramírez. .José María. Cortés y Esparza. M. Pay no. José ¡le Empavan.
J. Mariano fiadas. José María'del CasHilo Velasco, lieuilo (tómez Farias. Félix Romero. Litis (iitliérrez Correa. José, S. üiierejazn. Manuel Zelina Abail. "Es copia. México, Febrero 20 de 1857. • Ramón- I. Alcaraz."
El resultado de esta petición fué el decreto siguiente: "El C. lanado Comonforl. Presidente sustituto de la República Me.ricana. á los habitantes de ella, sabed :
Que (m uso de las facultades que me concede el art il" del Plan de Ayutla, reformado
ill)
El, LTBRO DE MIS RECUERDOS.
cu Acapulco, he tenido á bien decretar lo que j Sospecho (pic el padre Magna Grecia, á figne: . (p-,ien algunos han tenido por traviesillo, estu-
Art. !'•' He concede á los franciscanos de la. • viese complicado en osa locura del Padre Leciudad de México la gracia de restablecer su ; comí. convento en la parte del mismo edificio que ] Absolutamente no, me contestó la persodesigne el Ministerio de Fomento. • na interpelada. Estaba en su celda muy tran-
Art. !•' La autoridad respectiva sobreseerá ! quilo y tan inadvertido do lo (pie acontecía coen la en usa (pie se estaba Corma ndo á los reli- ruó los demás religiosos. Comprometiéronle giosos del expresado convento. simplemente los que, al ser perseguidos, se
Por tanto, mando se imprima, publique, cir- refugiaron en su habitación. culo y se le dé el debido cumplimiento. Pala- ¿Cómo no, repliqué yo, se refugiaron en cio del Uobiorno Nacional en México á lí) ele otras celdas como en la del docto Provincial Febrero do I N¡V7. lijnuvh Coiuonfort. All!. Homedes, en la del Obispo Belaunzarán ó en José María Iglesias. la del Guardian, el Padre Montos?
Y lo comunico á V. K. pnra su inteligencia En alguna, había de ser, me contestó, y y fines consiguientes. al pobre Magna Grecia le tocó esa desdicha,
Dios y Libertad. México, Febrero lí) de quien perdió esa misma noche sus cortos aho1H;")7. /1/1!r*M ¡<i H . Kxi'iuo. señor Gobernador i rros procedentes de sus misas y cuanto poseía. del Distrito." Sejíuid refiriéndome el acontecimiento,
Los religiosos volvieron á su convento el | Presentáronseel ! , al fin, el (Sobornador del lí> de Mar/o de bS.YT. ocupando la parte que i Distrito, el jefe de policía, un periodista,otros les quedó libre, abierta ya la calle á la (pie se ! individuos y gente armada. El Gobernador, dio el nombro do la IndojM-ndeiicia. j de carácter enérgico dirigió durísimas palabras
Tales son los detalles y resultados de la se- ! al Padre Lecona. (pie había sido sorprendido (lición del convento de San Francisco, según i en su celda, más no fué por la respuesta á Ro.•1 ])¡<ir¡<> Oficial y algunos periódicos d mae la , pues como he manifestado, dicho padre época.
Las numerosas celdas con que contaban los conventos de México permitían á los religiosos dar alojamiento á algunos particulares, mediante ciertas condiciones encaminadas á la observancia del orden en aquellos estableI también era muy vivo de genio. La contienda I fué tul en esos momentos que, al barullo, acu: dieron algunos religiosos de la comunidad y, j entre el los. el Padre Amado Montes, q u e en i aquellos momentos, en que lucían ya los pri. i meros a Inores de la aurora, se disponía á decir oído. El convento de San Francisco era el que ; su misa, y encarándose al Gobernador y á sus más uso hacía de esa prerrogativa, así es que i acompañantes, les dijo en tono severo: en él nunca faltaban íx-rsomis extrañas, gene- ! ¿Quéescándalo es éste y por qué profaralmente estudiantes. Entre; aquéllas hallaba- | liáis estos lugaresV se, en la época de que se trata, un clérigo lia- | Muy hábil sois. Padre para disimular, le mado Lecona. hombre poco reflexivo y dotado ! contestó el Gobernador: mas tened en cuenta de un carácter fogoso. Este era quien traía en- ; que todo está descubierto, tro manos, según se decía, manejos revolució- I A tan violenta salida del Gobernador, el nanos y se añadía, (pie estaba á punto de lie- ! Padre Montes, que aun permanecía ignorante var á cabo un movimiento que derrocara al \ de lo que pasaba, quedó al pronto confuso.
Gobierno creyendo locamente que bastaría pa- i más reponiéndose luego y levantando la voz, m ello echar á vuelo las campanas del templo. | lanzó á aquel una, réplica altiva y severa, ala á cuyo repique extemporáneo habría de levan- ¡ (pie siguieron, por una y otra parte, recriminatarso el pueblo que no estaba en antecedentes. | ciónos y contestaciones agrias y violentas, á 1 mi do tantas personas á quien interpelé ; las que puso fin un incidente, que provino del estrechándole á que me expusiese, sin amba hallazgo de unas hojas viejas de libro tiradas jes, la realidad del hecho, dióme su palabra de •n el suelo, y en las que se creyó encontrar, honor de quo su relación nada falso contendría j tal vez, el hilo de la conjuración y yo me at revi á decirle : | Verlas el Gobernador é inclinarse para co-