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Surrealismo? ¡Puro realismo
¿Surrealismo? ¡Puro realismo!
Aparente surrealismo, es más bien una realidad al estilo mexicano. Es así como podemos señalar la obra de estos fotógrafos que encontraron en el exterior todo un mundo no visto. Un mundo que se manifiesta ante quien tiene la mirada atenta, al que está buscando lo extraño, lo anormal, lo insensato de la vida, para fotografiarlo. Esta era una de las más gustadas vetas de los fotógrafos de fines del siglo xx, pues es mirar lo mirado para descubrir una inconcebible realidad.
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Nacho López, a través de este encuadre oblicuo de una camilla en la morgue y en contrapicada, nos muestra su capacidad de encontrar y reelaborar temas poco convencionales. Con una gran habilidad de sorprendernos con sus temas, objetos, sujetos y composiciones, documenta este cadáver entre los rítmicos refrigeradores, que lo convierten en un referente de vida y muerte de gran calibre. La morgue, México D.F., 1959. NLO-MEX-CMF-001
Adriana Calatayud se ha dedicado a la fotografía de manera rigurosa desde una aproximación conceptual. Irrumpe con sus imágenes en el ámbito del cuerpo con la idea de abordar el género o a la mujer desde una perspectiva icónica. En Cabeza I realiza un corte para presentar el cerebro desde un ángulo de picada, con lo cual las coordenadas de las circunvoluciones quedan expuestas. El trabajo es fino en la impresión de su copia. De la serie Monografías, lugar no identificado, 1995. ACY-MEX-CMF-001
Arturo Rosales ha emprendido una sistemática experimentación de la fotografía desde sus inicios. Aquí una toma del exterior de una ventana, recreando las texturas de la ropa tendida, una escalera, una mesa, una carretilla y un personaje que se observa al fondo. Aprovechando el agua de la lluvia, el autor logró con la luz interna una serie de tonos y medios tonos que le dan una calidez a la imagen de manera oportuna. Sin título, lugar no identificado, ca. 1970. ARO-MEX-CMF-001
Alberto Tovalín, fotógrafo y actual editor destacado de libros de arte fotográfico, realizó esta obra de Ofelia muerta, imagen que deja ver a través de las texturas y los tonos que generan una serie de elementos comestibles —hojas de verduras y una diversidad de pastas italianas— entre los que yace la modelo envuelta. Es un retrato cautivador por su composición y novedosa presencia en el mundo de los objetossujetos. México D.F., 1994. ATO-MEX-CMF-002