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De texturas y sombras

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Objets Trouvés

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De texturas y sombras

Uno de los más recurridos juegos visuales en los años setenta y ochenta fue el uso de texturas, emanadas de un diestro entramado de luces y sombras. Muchas veces se podía sacrificar el rostro, el gesto o la acción en pos de obtener atmósferas claras, penetrantes, o bien texturas en las imágenes que dieran la pauta para subrayar la importancia de una buena exposición, un uso adecuado del equipo y el cuidadoso revelado e impresión en el laboratorio. Así se cerraba el círculo virtuoso de la fotografía.

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Alicia Ahumada Salaíz ha sido una fotógrafa de largo aliento que se convirtió en la mejor impresora de fotografía en el país. Su presencia en Graduación en Otumba (1976) no fue detectada. Con su cámara logró esos medios tonos que le dan realce a la imagen con todo y el contraluz. La otra fotografía, en el hogar para Ancianos Mundet, muestra un juego visual fascinante con formas geométricas, entre luces y sombras que subrayan la soledad del personaje. México D.F., 1977. AAS-MEX-CMF-002 | AAS-MEX-CMF-005

Akram Saab Hassen señaló que la luz es “modeladora de formas, razón de ser de los colores de la perspectiva, develadora de texturas, creadora de perspectivas”. La prueba de ello es esta obra Estudio 4, realizada en la histórica Quinta Gameros, en donde muestra cómo envuelve sus imágenes preñadas de luz, sombras, detalles finos, colores tenues y juegos visuales de gran calidez, que permiten penetrar en esos espacios, que parecen erigirse suave y contundentemente. Chihuahua, 1979. Imagen reproducida del libro Hecho en Latinoamérica 2. Segundo Coloquio Latinoamericano de Fotografía, 1982.

Agustín Estrada desde los años setenta y ochenta inició una serie de experimentaciones visuales, buscando obtener la mayor calidad de la imagen. Con un manejo sobrio de la composición, obtuvo este mini paisaje y su reflejo como un ente continuo, de suaves grises, a todas luces recreado con habilidad, a pesar de las dificultades técnicas que representó. Es un haiku fotográfico, armonioso y sensible al ojo. Sin título, Pátzcuaro, Michoacán, noviembre de 1977. AGE-MEX-CMF-001

Ireri de la Peña nos dejó ver su predilección por las luces y sombras con este evento de pancracio. Es parte de su itinerario visual, pues contiene texturas, formas y un ángulo muy poco usual de la toma. El gran angular le permitió trabajar como entrada a la imagen las cuerdas del ring, y dirigir la mirada desde las botas blancas del primer plano hacia el fondo de la escena. Magistral encuadre que permite comprender la perspectiva del público en la Arena México. Lucha libre, México D.F., 1987. IRP-MEX-CMF-001

José Luis Neyra, miembro fundador y presidente del cmf, fue un convencido fotodocumentalista. Sobre esta fotografía de la serie Indivisible 3, el propio autor comenta: “En la inmensa ciudad, la existencia común es de muchedumbres; no obstante, los seres se comunican casi siempre en forma superficial”. Aquí dos personajes reafirman esa ausencia y su presencia a la distancia. Parque de La Conchita en Coyoacán, México D.F., 1978. Imagen reproducida del libro Hecho en Latinoamérica 2. Segundo Coloquio Latinoamericano de Fotografía, 1982.

Lourdes Almeida gustaba de experimentar con las fotografías de diferentes maneras, sobre todo con la cámara Polaroid, para construir imágenes. Revolucionó la apreciación de este medio que se consideraba sólo para aficionados. Esta imagen es parte de la serie Una escalera al cielo 1, realizada en el edificio Basurto, y muestra un juego de luces y sombras de la penumbra del edificio art déco. México D.F., 1985. LOA-MEX-CMF-006

Juego de espejos, en Besos Armando Cristeto Patiño captó esta imagen de la serie Las noches de reventón, tomada en el mítico Bar El 9, en su aniversario número doce. Naná Mónica, a la izquierda, se besa con otro personaje, mientras Alejandra Bogue mira directo al fotógrafo para mandarle, un beso a modo de guiño. Ambas, mujeres transgénero. Alejandra es la mujer trans viva más afamada e icono lgbtttiq+. México D.F., 1989. RCR-MEX-CMF-009

Pedro Hiriart, fotógrafo de grandes profundidades visuales, realizó entre fines de los setenta y los ochenta estas obras que desataban controversias entre los fotodocumentalistas. En Espuma destaca su habilidad para captar la diversidad de tonos de la piedra en contraste con la espuma de mar y los medios tonos de su pie, en Chamela, Jalisco, 18 de diciembre de 1978. Con Ere, retrato de su pequeña hija, vemos un encuadre de picada en armónica composición. Denota el dominio de la técnica, la toma y las texturas en su obra. México D.F., 16 de abril de 1984. PHI-MEX-CMF-011 | PHI-MEX-CMF-013

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