De texturas y sombras Uno de los más recurridos juegos visuales en los años setenta y ochenta fue el uso de texturas, emanadas de un diestro entramado de luces y sombras. Muchas veces se podía sacrificar el rostro, el gesto o la acción en pos de obtener atmósferas claras, penetrantes, o bien texturas en las imágenes que dieran la pauta para subrayar la importancia de una buena exposición, un uso adecuado del equipo y el cuidadoso revelado e impresión en el laboratorio. Así se cerraba el círculo virtuoso de la fotografía.
Alicia Ahumada Salaíz ha sido una fotógrafa de largo aliento que se convirtió en la mejor impresora de fotografía en el país. Su presencia en Graduación en Otumba (1976) no fue detectada. Con su cámara logró esos medios tonos que le dan realce a la imagen con todo y el contraluz. La otra fotografía, en el hogar para Ancianos Mundet, muestra un juego visual fascinante con formas geométricas, entre luces y sombras que subrayan la soledad del personaje. México D.F., 1977. AAS-MEX-CMF-002 | AAS-MEX-CMF-005
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