Caína Fanzine 3

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fanzine

No. 3

Omar Moreno. Viviana Gonzales. Ariel Ahumada Lumbres. Ángeles Netzahualcóyotl. Paula Barouh. Nahúm Delgado.

Addhemar H.M. Sierralta Núñez. Víctor Hugo Espino Hernández. Margarita Dager-Uscocovich.

revista independiente de libre expresión, verano 2019, san luis potosí, méxico

Martínez. Manuel Raí Ávalos Julian. Víctor Andrés Parra Avellaneda. Diana Jiménez Vivanco. Arisandy Rubio García.

Claudio César. Alicia Digón. Antonio Tercero. Erasmo Wertz Neumann. Michell Alejandro Espinosa

Literatura y artes visuales del margen a la libertad


Editorial Juan Francisco Puente El presunto editor

Estamos aquí, en el camino que empezamos en 2017, y como entonces, con nuestro primer número, seguimos con el mismo objetivo propuesto: editar un acto de libertad, de impulso, de admiración, de inconformismo, proponer una revista literaria que quiere ser un pequeño rincón de claridad, al margen de las linternas que brillan sobre la ciudad y los transeuntes. Este fanzine también quiere ser una invitación personal, una puerta franca, para el sincero entusiasmo de cualquier lector que busque propuestas auténticas, que le interese conocer (y reconocer) a escritores y artistas plásticos que atestiguan cómo las fronteras de nuestra Latinoamérica es posible borrarlas —a través de la intervención del Arte, con la expresión de la Palabra—, a pesar del castigo, o la necesidad, de acompañarnos de legítimas grietas, esas que cruzan la piel de México, Argentina, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, USA, y aquellos países cercanos, lejanos, hermanos. Teníamos unas palabras más que decir, pero mejor ya nos vamos: se nos hace inevitable perseguir vivencias ficticias. Hasta la próxima.

Pensé, entonces, en la mujer de treinta años, símbolo de la antigua y eterna serpiente, y en los hombres que la describieron, y comprendí en ese instante el abismo infranqueable que separa lo vivido de lo impreso: que quienes son capaces, actúan, y aquellos que no lo son y sufren suficientemente por no serlo, escriben sobre ello. W. Faulkner

Este fanzine original es independiente. Se puede copiar y distribuir libremente, sólo se prohíbe su reproducción de modo total o parcial con fines de lucro. Imágenes, viñetas y textos fueron proporcionados por cortesía de los interesados para ser corregidos, editados y publicados a nuestra consideración. El logotipo, monograma, lemas y derechos por el diseño y edición de este fanzine, pertenecen a su papá.

(N.A.) Significa Nota del Artista


PLÁSTICA Antonio Tercero. Pinturas. En portada (Ds) y Págs. 13-16. Artista plástico egresado de la licenciatura de Artes Plásticas de S.L.P. Se ha formado como catedrático en el Centro Universitario de las Artes y en la Licenciatura en Arte Contemporáneo ambas de la UASLP y el Instituto Potosino de Bellas Artes, así como en diferentes instituciones, tomando cursos relacionados a las artes plásticas y visuales, como el Taller de litografía en La Ceiba Gráfica (Jalapa, Veracruz). En 2016 realizó una residencia artística de producción en la fundación Veracruz-ANA, en la Antigua, Veracruz. En 2017 es seleccionado para representar a México y mostrar su trabajo en el FMlJE Sochi 2017, Rusia. Ha obtenido diversas distinciones, seleccionado en la Bienal UNAM Artes Visuales 2016 y en el XXXIV Encuentro Nacional Arte Joven, además de varias menciones honoríficas, de las que se destacan en la Primera Bienal Internacional de Pintura de México 2017 y en la Octava Bienal de Artes Visuales Carlos Olaechea 2017. https://www.youtube.com/watch?v=wCzCBOXoSNw https://www.youtube.com/watch?v=cazDhDwIZDs https://youtu.be/KaZ9cwOT5Zc

Omar Moreno. Pinturas. Págs. 23-26. Artista bogotano. Maestro en Artes Plásti-

cas y Visuales de la Universidad Nacional de Colombia. Especializado en Grabado (2000). Hizo parte del taller de poesía Ruido Ciego de la Universidad Nacional y del taller de cuento fantástico La Pluma Mágica.

Nahúm Delgado. El sueño catracho. Fotografías. Págs. 38-42. San Luis

Potosí, México. 1992. Actualmente cursa la Licenciatura en Arte Contemporáneo de la UASLP. En 2018 participó en la Residencia de Proyectos Interdisciplinares del PADID - CEART, recibió el 3er Lugar en el Premio Estatal de Periodismo de San Luis Potosí en la categoría de video y participó como tallerista en el programa “Barrio Hecho de Arte”, componente del Proyecto “SINDEA Cultura de la legalidad, Juventudes y Derechos Humanos" en colaboración con EDUCIAC, AMEXCID y La Unión Europea. En 2017 participó en el BMW - UASLP Art Project. De 2013 a 2016 estudió Fotografía en el Instituto Potosino de Bellas Artes.

POESÍA Alicia Digón. La mujer de la isla. Pág. 6. Escritora argentina, con varias publica-

ciones como novela, cuento, novela juvenil y poesía. 1er Premio Municipal de Ciudad de Córdoba, categoría cuento. 1er Premio Novela Sociedad Escritores de la Provincia. Y algunas distinciones que preceden a las nombradas.

Ariel Ahumada Lumbres. Voluntades. Pág. 7. San Luis Potosí, México. Aparicio-

nes esporádicas desde 1986. Ha participado en el III festival de poesía Palabrando la Tierra en la ciudad de Querétaro. En el invierno de 2018, junto a otros poetas, des-cubre el Protorrealismo, la experiencia mística simbolizada en las sincronicidades, los sueños, la magia. Integrante del grupo Nahualexia: ensamble de etnopoesía, danza y música experimental con influencia prehispánica.

Ángeles Netzahualcóyotl. Aureolas. Pág. 8. Tlaxcala, México, 1992. Estudió la

licenciatura en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT). Ha participado en diferentes proyectos de la Casa del Escritor, Puebla (CECAP): Taller de redacción, taller de periodismo, taller de hermenéutica. Becaria del Encuentro Regional de Literatura “Desdibujando sin límites” del Festival Interfaz-ISSSTE Cultura, emisión Pachuca-Hidalgo 2017.


Viviana Gonzales. Los ausentes. Pág. 9. La Paz-Bolivia, 1985. Es periodista por la

Universidad Carlos III de Madrid; Máster en Arte por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en Conflictos Armados por la UNED. Escritora de poesía y teatro. Ha trabajado como redactora para blogs nacionales e internacionales, dirigió un centro cultural y es mediadora de lectura; actualmente es antologadora de un libro de cuentos latinoamericanos.

Paula Barouh. Manto negro. Pág. 10. Cantante y compositora chilena. Inició su

carrera musical bajo el nombre Barouh, el año 2007. El 2017 lanza el proyecto experimental de poesía llamado Descargo y Maleficio, cuyo primer álbum fue lanzado en Enero del 2018. Sus poemas han sido publicados en la antología “Donde la Palabra no se Quiebra”, de Revista Abigarrados (México), Revista digital Awtar (de Túnez, África), Revista Littengineer (México/Usa), Revista Monolito y Revista Nocturnario (México). E-Mail: pbarouhclases@gmail.com. Web: www.paulabarouh.com

Manuel Raí Ávalos Julian. Breve óleo de Trujillo después del Huayco. Pág. 11. Nacido en Trujillo, Perú, el 20 de octubre de 1996; encontró vocación por la música y poesía en su adolescencia, ahora se encuentra culminando su primer poemario que posee una retórica callejera y marginal con una voz actualizada a estas décadas de post-globalización intentando realizar un diálogo fructífero entre la cultura docta y cultura popular. Seguirá enviando sus poemas a las convocatorias de poesía que se hagan, por ahora se dedica a reunir el dinero suficiente para publicar su primer libro.

Michell Alejandro Espinosa Martínez. De un bar. Pág. 12. San Luis Potosí, S.L.P. Colaborador y corrector de estilo en la revista Themis de la Facultad de Derecho de la U.A.S.L.P.

CUENTO Víctor Andrés Parra Avellaneda. El final del lenguaje. Pág. 19. De Tepic, Naya-

rit. Estudiante de Biología en CUCBA de la Universidad de Guadalajara (U de G). 2018Publica en la Revista Literaria La Sirena Varada (no. 6, no. 8, no. 14 y anual no.2), Revista Awen (no. 4), Revista Literaria Ibídem (no.3 y 4), Revista literaria Prosa (no.7), Revista literaria Luna (no.4), Revista Literaria Nudo Gordiano (no.3), El Narratorio (no.33 y no.34), Revista Literaria Kaleido (no.6) y El Callejón de las Once esquinas (no.8).

Diana Jiménez Vivanco. [In]dios. Pág. 22. Escritora de Guadalajara, Jalisco, nacida

en 1998, estudiante de la licenciatura en Letras Hispánicas. Dirije Maremoto Fanzine y edita en Revista Incorrecto. Ha publicado en Monolito, Himen, Oajaca y Materia Escrita. A veces escribe.

Erasmo Wertz Neumann. ...wo niemand zuvor gewesen ist. Pág. 27. Autor de narrativa originario de Puebla y productor de radio.

Addhemar H.M. Sierralta Núñez. La mujer frente al mar. Pág. 30. Nació en

Bellavista-Callao, Perú (28/09/1943). Poeta, narrador, ensayista y periodista; escritor costumbrista, galardonado en los concursos de periodismo Grace, Domund y de la Fuerza Aérea del Perú. Ha trabajado para los diarios La Prensa y El Comercio, de Lima, y ha sido Director de Radio Andina en Miami (1990) colaborador de “1/2 de Cambio” y “Gente” en el Perú y otras de EE.UU de N.A y de Colombia. Colabora con los suplementos especiales de Perú en El Nuevo Herald, de Miami, desde el 2003. Ha publicado La ternura de Nadeth (1983 y 2009); el CD Poemario Sierra Alta y Florida en su voz (2004); el CD Alma de Poeta, con su voz y musicalizado por Manolo Palacios (2005) y el poemario El jardín de los insectos (2008). Dirigió la recopilación histórica del XXV aniversario del Colegio Militar Leoncio


Prado (1968). El año 2011 publicó la novela “Una niña desde siempre”, en narrativa “Cuentos ciertos y menos ciertos” y “De leyendas, paisajes y amor”, recopilación poética de su obra. Su libro “La magia del diez en el amor” o “El brillo de tus ojos” (2012) ha sido presentado en Perú y U.S.A. Editó los libros de cuentos “Manantial de amor” (2013) y “Duendes, hadas y sueños” (2016). De poesía “El reverso de mi piel” (2017), de crónicas y cuentos “El camino de la vida” (2018) y de narrativa “Para volver a soñar” (2018). Ha sido considerado en múltiples antologías en su país y en el extranjero.

Arisandy Rubio García. El nacimiento de David Colín. Pág. 32. Originaria del Estado

de México. Lic. en Psicología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana. En la actualidad es parte de las antologías Bathory y Steampunk por la Editorial La Sangre de las Musas. Asimismo, ha sido publicada en revistas digitales y en el segundo número de Caína Fanzine. Algunas de sus obras se pueden encontrar en su página de Facebook: https://www. facebook.com/ARGarcíaCuentos.

Claudio César. Un día de mucho calor. Pág 34. San Luis Potosí, S.L.P. Soy estu-

diante de licenciatura perteneciente a la Honorable UASLP. Tengo un gusto normal por la lectura y me gusta leer entre la alta gama del bufet a mi disposición, de todo. Así como música. No limito mis gustos literarios. Como cualquier escritor busco un espacio para mis textos, es ruin y doloroso escribir sin ojos que critiquen lo que hago. Me esfuerzo en describir los entornos en los que he caminado así como dejar, a futuros lectores, una idea de quiénes éramos. No me gustan las limitaciones ni la ortografía.

ENSAYO Y RESEÑA Víctor Hugo Espino Hernández. Escritura: La inteligencia de la salud. Pág. 17. Licenciado en Filosofía por la UNAM. Ha publicado en el número 11 y 12 de

«La sirena varada, revista literaria»; en la revista electrónica “Symposium”, “Ácido para llevar”, “La barca de los locos”, “Perígrafo”, “Seattle escribe” y en el “Periódico lúdico de transgresión académica” que nació en la FFyL. Tiene aforismos publicados en un compendio intitulado: “I Concurso internacional de aforismos: Encarnación Sánchez Arenas”, editado en España por Playa de Akaba.

Margarita Dager-Uscocovich. Mexamerica. Una Cultura Naciendo. Pág. 28.

Nacida en Guayaquil, Ecuador, es autora de la novela No es tiempo de morir. Se ha dedicado principalmente a la poesía y a los relatos cortos. El pertenecer a culturas distintas del lado paterno y materno, es un gran referente que le permite tener una visualización diversa para comunicar sentimientos y emociones. Escribe mayormente en español. En la actualidad colabora con la revista digital La Nota Latina, Miami. Sus poemas, relatos cortos y micro relatos forman parte de 18 antologías, publicadas en España, México, Argentina, Uruguay y E. U. A., inclusive. Reside en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos. “En tiempos como estos necesitamos el uno del otro, porque cuando te duele el alma, el cuerpo también duele” -Mitra Amorewww.margaritardager.com info@margaritardager.com IG: m.r.dager


La mujer de la isla Alicia Digón A Enrique Molina

La de los cabellos enredados la de pezones erectos la misma que hace girar los días y los pájaros la que se mueve entre alfiles la del extraño brillo en la nuca la que sostiene el deseo con su aliento la que muerde fácilmente peces de mirada de piedra la que recoge música de molinos la misma que con su ausencia deja el aire vacío la que regresa siempre en la madrugada del sueño la que canta la de laberintos perversos justamente la que comete el sacrilegio de volverse maga y desaparecer

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VOLUNTADES Ariel Ahumada Lumbres

La

música reclama la velocidad de la sangre y circula como la magma que ausenta la ceniza. Las piedras lanzadas a la antigua es decir a fuerza de los brazos, surcan acribillando ramajes: un blasfemo contorno, un ídolo vegetal urde designios en el plumaje del ave. La música: la tempestad, la presencia de una manada que gruñe a los vientos; la música muerde el metal que le sujeta y en los cerros el agua se abreva: los pozos de la niebla.

Arte

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Aureolas Ángeles Netzahualcóyotl

Las gaviotas tienen miedo de sentir nuestros cuerpos. Corren en la arena por nuestra desnudes. La memoria de cada una asusta las nubes y olas. La tarde es el pergamino que duerme en plumas de gansos. Nuestra piel toca con besos la espuma del río. Mi espalda se mece con el aire de cada quejido. Sus brazos tocan mis pechos y las tatúa con el canto de las tortugas. Mis labios comen sus pezones como los cangrejos al río. Mientras copulamos, los peces se esconden en las algas marinas. Nuestros cuerpos se unen con el sabor del sexo que sabe a sal viva. Por el sabor de nuestros orgasmos, las perlas se bañan en los brazos del sol. Al salir mi semen de su boca, camina hasta dormir en el muslo de alguna concha. La unión de mi pene con tu vagina es el tiburón que come su presa hambrienta. Tú cuerpo bebe mis pechos, mis muslos lamen tus piernas. Tu cuerpo son escamas, mi cuerpo es el pez que nada en la luz de las olas. Nuestro sexo son aureolas con el sonido del agua.

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Los ausentes Viviana Gonzales

¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada? Jorge Luis Borges Los kallawayas de mi tierra culpan al miedo

aquel que absorbe inunda y engulle sobrepasa cántaros vasijas espacios

solito y huérfano se queda nuestro ajayu en Los Andes el alcohol y la ropa del hombre con miedo bastan para traerlo de regreso a la vida pero ¿aquí? ¿aquí acaso nos los devuelven con vida? a los nuestros a los desaparecidos aquí el alcohol ayuda a quemar cuerpos dejarlos en cenizas ¿qué ropas dicen las madres? cuando todo es ausencia la ausencia de los muertos no basta entonces litros de alcohol para llamarlos por las calles de Sinaloa Ecatepec o Ciudad Juárez se quedan millones de ajayus solitarios ya nadie los llama la presencia de los ausentes en México pasan muchas cosas hay muchos muertos también muchas mujeres y hombres sonrientes ajenos sin miedo la elegía de los caídos en las esquinas de un país sin ajayus sin kallawayas sobran los muertos sobran las tumbas Arte

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MANTO NEGRO Paula Barouh

Hoy

atraje la muerte. Los infiernos en vida. No sé qué hice mal. La intención fue ser olvidado. Embutirme en la angustia de meses sollozados. En una ropa oscura que atrapa la negrura de los feos sentimientos. Agarra más negrura, el vestir de elementos muertos. De fechas con nombre y heridas. Ocultar la realidad de un cuerpo sin preguntas, sin entendimiento. Sin el acecho de un calor ajeno. Los mantos negros de tu herencia llena de piedras y maleficios son un legado adquirido. Vestidura veloz sin esfuerzo ni pudor. Lleva el manto negro los retazos de un antiguo dolor cobijado en esa esquina, donde pacté mi salida… ...y nunca dije adiós.

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Breve óleo de Trujillo después del Huayco Manuel Raí Ávalos Julian

un cuerpo desnudo sin ninguna máscara yace en el suelo mientras la lluvia cae cubre el rocío con su vestido fresco los arboles límpidos y las verdes plantas Es ajeno a esta danza El cuerpo, solo yace Desnudo Sin ninguna Máscara (algunos transeúntes corren apresurados lanzando aullidos de corto-circuito)* Cesará la lluvia brillará el Sol oiremos cantar sutilmente algunas aves con los miembros negros y con un ojo perla en la intemperie el cuerpo desnudo perecerá

*Porque estos hombres no han sido lavados como una fruta desde el parto

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De un bar Michell Alejandro Espinosa Martínez Pero pinche puta sí, yo ya sabía qué pendejo ojalá te mueras o te pase algo bien feo a ver qué tragas yo creo pito si eso te gusta. Chingo mi madre si te hablo, esas pinches piernas las contrato, yo bien estudiado y sin darme cuenta. Mi madre seguro te conocía; sabe leer muy bien los ojos; me advirtió de ti, mejor le fallé a ella, pero ¡hay un Dios! y el karma te va pegar; tarde o temprano te vas a joder y mientras ve chinga tu madre. Luego este cantinero encalmado nomás se hace pendejo, pero ha de querer su propina: la feria, le voy aventar tres pinches pesos por lento. Me dejaste ¡en un puto rincón!, hasta parezco perro, pero yo sí traigo con qué pagar, no tengo que andarlas dando para un taco. Como dijo la canción en otra cantina: la obsesión te precipita y la caída siempre es lo peor.

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Antonio Tercero Su obra pictórica reciente es una mezcla entre la estética plástica personal, a partir de recuerdos y experiencias en su entorno más inmediato, utilizando patrones visuales recurrentes de estructuras arquitectónicas, espectaculares, tipografía publicitaria, etc. (N.A.)

ipba 100x80 cm

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Sadsa


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ESCRITURA: LA INTELIGENCIA DE LA SALUD Víctor Hugo Espino Hernández El límite no está fuera del lenguaje, sino que es su afuera: se compone de visiones y de audiciones no lingüísticas, pero que sólo el lenguaje hace posibles. También existen una pintura y una música propias de la escritura, como existen efectos de colores y de sonoridades que se elevan por encima de las palabras. Vemos y oímos a través de las palabras, entre las palabras. Gilles Deleuze.

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no de los placeres insólitos en la vida es aprender a escribir. Tan difícil y tan impracticable es la escritura que cuando le encontramos sentido se convierte en un eterno acompañante. Muchos escritores cuentan el gran placer que intensifica su existencia al escribir. Sin embargo, ninguno de ellos sabe de dónde surge la escritura, ni para Platón a pesar de que con gran entusiasmo pone en boca de Sócrates el mito de la escritura es plausible del todo. La escritura rebasa la libertad. La escritura implica existencia. Cuando reúno el valor necesario para escribir pequeños fragmentos pienso inmediatamente en que las palabras no se dirigen directamente al lector, sino al alma universal de la comprensión. Escribir claramente es escribir con el alma. ¿Por qué hay confusión en la lectura de un escrito que tiene un sinfín de interpretaciones? ¿Por qué confiar en la escritura como medio indispensable para la expresión humana?

E

s cierto, la escritura es un misterio. Se puede saber cómo escribir, pero no se puede saber cómo tener estilo. El estilo es el alma de la escritura. Por esta razón: escribir claramente es escribir con el alma.

Las palabras contienen diferentes potencias: la potencia del que sufre, la potencia del enfermo, potencia de enfermedad, potencia de sanidad, la potencia de la salud, potencia de alegría, la potencia de la tristeza, etc. Sin embargo, desde la lectura no se puede conocer con seguridad quién escribe, pero se pueden comprender notoriamente las potencias. Dice Gilles Deleuze en su libro “Crítica y clínica”: “la escritura como salud”. Si la escritura no responde a ningún poder o a ninguna valoración humana, ¿por qué devenir mujer en la escritura?

T

ambién a través de la escritura se deviene hombre. No hay dualidad sin contradictorios. El placer de escribir surge del placer de vivir. Por eso la escritura es una potencia, porque toda potencia resucita de lo muerto, de lo que en otro es perecimiento y aniquilamiento. La escritura como salud, la escritura como fuerza. Nada aniquila la fuerza, esta pervive incluso en aquellos que se ven despojados de potencia y poderío: los escritores aún muertos a través de la escritura dejan constancia de su fuerza, en ellos todo se vuelve duro. El Pierre Menard de Borges muestra dureza con el mundo, muestra dureza en contra de aquello que pretende dominio: el Quijote de la Mancha puede escribirse nuevamente, nada está determinado en la escritura. Las palabras vibran como bella sinfonía recorriendo el universo sin pretensión. Es necesario desplegarse o replegarse en la escritura, conviene pensar la escritura como salud, como vida. Nada más increíble que leer un muerto, sin embargo, son palabras de un Arte

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vivo las que se leen, la muerte no rebasa la escritura porque es ajena a la labor del escritor. La escritura lejos de pertenecer al autor pertenece a un espacio-tiempo distinto del hombre temporal. Los salmos bíblicos resultan interesantes porque perduran aún a sabiendas de su autor: David. También David resulta ser un genio cuando se sabe que él fue un pastor de ovejas: genio o no, la musicalidad y la belleza de los salmos bíblicos muestran un espacio distinto y ajeno al hombre, por lo tanto, autor y lector son independientes.

U

no jamás dedica su vida para realizar lo que más desea, es por un golpe de suerte que llegamos a un magnífico destino, en este sentido dedicar la vida a la escritura se convierte en el único don para el ocioso. El destino no es la realización de alguna decisión divina, antes bien es la realización del hombre por el hombre mismo. La escritura transforma. La vida de un borracho a través de la escritura se convierte en la vida de un rey o un mendigo aficionado. Existen transformaciones, mutaciones que rebasan la vida del autor y moldean las acciones hasta convertirlas en palabras. El escritor también funge como taumaturgo de su destino.

E

l escritor también es médico. Uno de los verbos griegos menos usados en la lengua romance es el de “medere” que significa: curar. De ahí que la etimología de médico signifique: el que cura. El escritor siempre se acerca a la medicina. Investiga, analiza, piensa, y por fin, escribe. Disecciona, opera, recorre el cuerpo social y el cuerpo mental, escribe, y cuando lo hace, cura. Ojalá yo eternice las oraciones, profundice en ellas, analice su esencia y convierta el sentido en alegría y jovialidad a través de la escritura. Porque dejando de lado la escritura como medicina, antes debe uno inspeccionar su

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vida, su razón para obrar con recta justicia y en armonía con el sentimiento y con el ser más profundo de uno mismo. Entonces, sólo entonces, podrá uno integrar la escritura como una salud, como un remedio para la enfermedad que le aqueja al ser humano.

L

a realidad es que las palabras no sirven de mucho para explicar los sentimientos. Las actitudes dicen más que un millón, billón de palabras. Cuando alguien usa la indiferencia como rechazo todo está perdido. El desentendido, un loco, quizá, interpretará tal indiferencia como atractivo. Pero, en la obra más conocida de Austen no hay locura. Hay orgullo y prejuicio. ¿Cómo combatirlos?, mejor aún: ¿Cómo evitar enamorarse por obra del misterio? Según el misterio rodea al objeto y lo hace atractivo, tiene algo que ver con el fetiche marxista que no es nada original. En la época más antaña el ser humano deseó guardar la fruta que hizo caer a la humanidad en pecado y en maldad, sin embargo, se pudrió y fue imposible conservarla: ¿cómo pensar en una inteligencia superior al hombre cuando la ciencia no logra conservar una fruta? ¿Acaso no todo vestigio muestra la impotencia de la inteligencia, de cualquier inteligencia?


El final del lenguaje Víctor Andrés Parra Avellaneda Un mundo donde el lenguaje es inconcebible. Digo, que el lenguaje como mecanismo estructurado con el fin de efectuar una comunicación entre dos individuos, no existe. No hay un mecanismo de tal naturaleza ideado por esos entes. No existe pues, aquello conformado por reglas e ideas concebidas y atadas a la merced de la abstracción que la biología permite al organismo interpretar como lo perceptible. Pues, la comunicación existe, y el lenguaje es una extraña faceta que varía incluso de especie en especie, de raza en raza, y de individuo en individuo. Pero la comunicación permanece inmutable, es oculta detrás de la difusa y nebulosa barrera de la razón, y por supuesto, del entendimiento como tal. La comunicación en la Tierra está basada en mecanismos, sí, mecanismos sujetos a complejos procesos, donde existe una emisión de la abstracción de la idea, todo ello por un medio que le permita a dicha abstracción llegar a un receptor. Lo que viaja es la síntesis del mundo, que dentro de la limitada mente tendrá que pasar por complejos procesos, que son otras abstracciones y, por último, ser transformada en una trivial interpretación de la abstracción original; la forma final de la idea no llega a parecerse ni siquiera a la abstracción, sólo es una parte muy pequeña. Claro está que la eficacia y el sentido que se la da al mensaje, van sujetos a diversas y muy estrechas condiciones que lo determinan hasta el más mínimo aspecto, pues, la cultura interfiere indiscutiblemente en la asimilación de la idea a comunicar e interpretar, y posteriormente, a comprender; la cultura, a su vez, está determinada por más incontables factores, como la religión, la geografía, la historia y la ideología, que coexisten simbióticamente con los comunicantes y comunicados. Es en sí, que el mensaje, la idea, pasa por cientos de alteraciones, que de alguna manera deforman su esencia más pura. Los símbolos, los sonidos, las palabras, las letras; todo aquello es en extremo abstracto, son en conjunto los asesinos de la realidad absoluta, y los parteros de una realidad seccionada, erosionada y reducida hasta la más ínfima y simple de sus dimensiones. Esto justamente era lo que el ser pensaba dentro de su compleja mente racional, en una ociosa reflexión que trataba de encontrarle coherencia al extraño objeto que había logrado apreciar con sus sentidos, en aquellas lejanas y ofuscas ruinas, en aquel extraño lugar nunca antes imaginado por su conciencia, en aquel sitio donde se encontraba. Miraba al suelo, miraba al cielo y a los lados. Estaba ante unas calles, sobre unas calles carcomidas por la indiferencia del tiempo. Aquello que veía esparcido sobre este lugar añejo no lo había visto jamás, pero supo, al verlo, lo que era; como si al encajar su vista en aquella arcaica y roída arquitectura le electrificase el presente, como el choque que experimenta la piel al someterse a la frialdad del agua, cuando se zambulle violentamente en ésta. Más familiarmente, supo lo que era y comprendió todo su contexto y su esencia, cual efecto que de un déjà vu. Siguió su desplazamiento por sobre la descarapelada carpeta de asfalto, que desprendía con agobiante lentitud sus granos componedores, pareciendo que una brisa soplase difusa Arte

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entre ahí, pareciendo que el tiempo estuviese en suspenso, sumiso y condenado a la perpetuidad; flotaban las partículas conformadoras de la calle, se deshacían tan funestamente entre el aire al ritmo de una extraña ingravidez melancólica. El objeto que le cautivó seguía ante su vista. Le invadió una descarga anárquica, que erizó su entendimiento y naturaleza fisiológica. Por un momento conectó su mente con el extraño concepto de la individualidad; y aún más extraño, era el toparse con el concepto de lo que es un concepto. En ese instante dejó de ver aquella totalidad como a un ente, como a una unidad; por vez primera su mente fue ocupada por el lenguaje y el razonamiento humano. —Un rectángulo —se expresó el concepto, la abstracción compuesta por etimologías y rodeada de historia, y de la lógica matemática transfigurada, en una palabra. Había invadido fugazmente la mente del observante en el instante de hacer contacto visual con el objeto. —Un rectángulo con volumen —volvió a manifestarse el concepto, la abstracción que se presentaba ante su conciencia como un extraño fenómeno natural. —Un libro —se concluyó a sí misma la posesión cognitiva. Un libro, una extraña extensión del universo, que por obras de la entropía había terminado en aquel compendio de múltiples hojas compuestas de celulosa con tinta plasmada a molde de letras. ¿Qué eran las letras? —Verde —decía en una sección de una oración de una página. Había abierto el viejo tomo de hojas y encontrado esa palabra. Zumbó punzante en su mente la palabra “verde”, retumbó miles de veces con una insistencia terrible. En un principio, el chispazo le permitió encontrarle sentido, pero después de que la fonética de la palabra se reiterara sin pausa alguna, la palabra “verde” perdió su propiedad como transporte de una idea y de un concepto de algo perceptible por los entes que habían inventado la palabra para etiquetar aquello que era un color; el significado se difuminó. Al aparecer la palabra “verde”, ésta se despersonalizaba, se disolvía y se mantenía distante de su espíritu conceptual que había de estar encapsulado en aquellas letras. Verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde… … después de mucho tiempo aquello no tenía sentido, y sus letras, las que componían a esta palabra, también perdían su sentido. El cómo se representaba el sonido, que era el medio de transmisión del lenguaje, todo basado en la permisión de la biología del hablante que ideó este método gráfico, se había esfumado de su coherencia y de su contraste. La letra “A” no era más que un triángulo, una forma absoluta. ¿Cómo se concluía y concebía que aquella forma geométrica había de poseer el sonido que le correspondía? La esencia de la “A” desaparecía, sólo estaba dentro en un cuerpo inerte, estaba un A, sin más. Leyó el libro y lo comprendió, y luego turbó a su conciencia el hecho de que aquella idea, aquel frenesí de inmediato conocimiento que se expresaba en las páginas, se basase en un compendio de limitaciones atípicas de un mundo encapsulado dentro de esos entes gramaticales. Para sí, la calle no era “la calle”, era simplemente eso, sin más. Lo mismo para las ideas complejas, complejas para nosotros. Para estos entes, el sentido de la retórica y la estructuración lineal con que se secuenciaban las ideas eran totalmente primitivos, eran limitantes y lo mantenían a uno dentro de una prisión llena de incertidumbre. Despertó el ente de aquel sueño tan profundo, de aquel mundo onírico tan vívido y, al 20 Caína Fanzine iii


encontrarse con sus semejantes, en un instante todo lo que vio en su sueño, cada porción de detalle de éste fue transmitido inmediatamente a las mentes de sus congéneres. Todo en un momento tan fugaz e imperceptible, otorgando en su transferencia comunicativa el contexto y la experiencia que su ser vivió. A estos entes, les afectó lo que les trasmitió su semejante, el pensamiento llegó como una violenta ola, solamente había que ser el otro para comprender, no había más que sentir lo que el otro sentía para tener clareza de lo que trataba de comunicar, de lo que trataba de expresar. Las palabras, los conceptos, las ideas y todo ello no existían en su conciencia y experiencia, pues esta última (la experiencia) era universal. Pero el lenguaje estructurado de aquella manifestación presente en su experiencia onírica, era tan confuso, era una particularidad mecánica. En esto, entraron en un ciclo infinito aquellos entes, confundidos al tratar de desentrañar la esencia de lo inerte y de lo artificial que era el lenguaje. Un libro tirado, en la nada; un libro que nadie leerá jamás, es un elemento del paisaje; y un paisaje, al no haber alguien que considere aquello que percibe como un “paisaje” o algo separado de la unicidad, no verá más que eso: solamente lo que se ve, sin discriminantes. Como el curioso que ve los caracteres chinos por vez primera, aquello es “eso”, una extensión no individualizada del todo. Cuando sucede esto, al verse el lenguaje, cuando el lenguaje en realidad no existe en la conciencia; los significados, las ideas y sentencias son absolutamente invisibles, y más confusión da el pensar que una especie y un pueblo se basen en algo invisible y tan inconsistente para comunicarse. La eficacia de la empatía y de la evolucionada unicidad social, logra algo que el lenguaje no puede ni podrá: el preservar fielmente la esencia de lo que se piensa, de lo que se ve, de lo que se imagina, de lo que se sueña y de lo que se recuerda. Las palabras y símbolos, y todo lo relacionado a estas dos entidades mecánicas del lenguaje, no logran preservar la idea, no logran preservar la superposición de eventos que dan como resultado final a la experiencia y las emociones. Las palabras se quedan en un precario estado, donde las ideas son abstraídas y reducidas incluso a dimensiones inferiores, sólo están las líneas y los sonidos preestablecidos que puedan darle nombre a lo que, en esencia, no tiene nombre. Aquellos seres no comprendían cómo es que la humanidad pudo sobrevivir al paso de los millones de años. No podían recordar ese momento a través de su memoria genética; sin embargo, se admiraban del hecho de que hace mucho tiempo los ojos de sus ancestros filogenéticos, que era la humanidad, se miraron entre sí para comprender lo que ninguna palabra podría expresarles, al contemplarse unos a otros y entender que los ojos de los otros eran sus ojos mirándose a través de un espejo de millones de años de evolución.

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[IN]DIOS Diana Jiménez Vivanco “… qué cerca está la locura / sácame de dudas / quiero saber / cómo se vive tanta amargura” Café Quijano

Hijos

de su madre. No sabemos si de su padre. Hijos de puta, de la chingada. Cabrones invasores. Mira sus caras, sus pies cansados. Son unos idiotas por saber más de una lengua, llegar a olvidar la materna. Estúpidos por considerar al otro, por cargar sus crías a la espalda. Malditos aquellos que respetan al prójimo (entendieron mejor a Juárez) y viven sumidos -sumisos- en pobreza. Pero no son ellos sino ustedes los deshumanizados. Ustedes son miles y millones que representan la raza equivocada. La que está equivocada. ¿R A Z A? Son ustedes quienes evidencian la perversión del lenguaje. Epítome del arrinconado forzado de miles de “indios”. Han logrado desplazar no sólo geográfica sino semánticamente a pueblos enteros. Porque -indio- dejó de equivaler -de India- e indígena comparte con bárbaro / bruto / estúpido el lugar en el habla. Ellos no entienden. Opinas a tus adentros y pretendes escandalizarte por los tratos dados merecidos, mientras los miras de esa manera. Y sigues de largo. Tú que eres privilegiado en techo y sustento, sigues caminando. Cuentas tus monedas para llegar a casa sin que te sea posible concebir siquiera la vida sin hogar, sin pertenencias o lugar. Pero no, los -i-n-d-i-o-s- son los bárbaros que pelean a diario, los idiotas que se la juegan entre tú y tus amigos por algo de pan, los estúpidos que no saben hacer más que trabajar. Luchar. Ignorar.

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Sin título

Omar Moreno Asegura que la memoria de los objetos y de los seres amados es la puerta para acceder a su pasado. En este sentido, transforma e interviene toda clase de objetos encontrados, como: fotografías, postales, cartas, cuadernos, libros, vidrios, chatarra, sábanas de hospital… (N.A.)


Las historias de siempre


Todos los dĂ­as oĂ­mos historias


Anima fragile

Vivir es esforzarse


...wo niemand zuvor gewesen ist Erasmo Wertz Neumann

Siempre

los creímos superiores a nosotros. Por eso el primer contacto representó un duro golpe a la especulación y la fantasía: antes que a civilizarnos o conquistarnos, venían por nuestra ayuda. Facciones separatistas amenazaban la estabilidad de su sistema solar y, puesto que nos sabían más predispuestos a la violencia y la destrucción que cualquier otra especie, deseaban que restaurásemos el orden por ellos. Tropas y armas terrestres viajaron entonces a sus lejanos mundos. La victoria fue rauda. Pronto la hazaña hizo eco entre las estrellas y, en el transcurso de las décadas siguientes, los seres humanos nos convertimos en los mercenarios favoritos de la galaxia. Al cabo de dos siglos, emprendimos su conquista.

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Mexamerica UNA CULTURA NACIENDO

Feigue Berman. Ediciones Proceso

Margarita Dager-Uscocovich

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l 7 de octubre de 2018, la escritora méxicoamericana Feigue Berman se presentó en la Feria del Libro Hispano de la ciudad de Miami, en el Estado de la Florida, y dio a conocer su libro titulado MEXAMERICA. A través de su participación no sólo como expositora en una de sus intervenciones de panel de invitados, sino como una ciudadana que comparte dos culturas que no sólo tienen sus diferencias debido a diversos y complejos puntos de vista sino que a la vez se complementan gracias a una historia en común que en la actualidad se ha visto negada y vulnerada por la posición de los partidos políticos, las opiniones negativas y la continua persecución de ciertos miembros de las comunidades anglosajonas más influyentes de la Unión Americana, donde el ataque al emigrante es el pan nuestro de cada día, conocimos un tema que escasamente ha sido abordado, y este es el efecto MEXOAMERICANO, como lo aborda Feigue Berman en la introducción.

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l libro es el resultado de un compendio de crónicas que la escritora publica regularmente en revistas, periódicos y suplementos culturales. Ella nos da a conocer a través de sus páginas sobre la vida cultural hispana. La mayoría de los temas abarca al Mexicoamericano en los Estados Unidos, pero resalta de una manera enfática que la comunidad hispana, en general, debe de deshacerse de prejuicios y del sentimiento de discriminación para aprender a estructurarse y a fortalecerse. Buscando respuestas en este difícil paso al cambio, Feigue se ha visto inspirada por las propias historias que ella ha escrito.

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a mayoría de las crónicas en el libro están relacionadas con el arte. Obvio, teniendo una Maestría y un Doctorado en artes de la Universidad de Nueva York y viviendo treinta años en la urbe, lo lógico es que sea por experiencia una embajadora que retrata una identidad multifacética que rompe con la narrativa antigua de que la presencia del hispano en estas tierras extranjeras únicamente trata sobre remesas y trabajos de pisca.

A

quí podemos claramente entender que los hispanoamericanos hacemos a este país. El libro es un retrato animado y burbujeante de los mexicoamericanos, tiene como contribución la postura de la comunidad en los negocios, en la política, en la ciencia y en la música, al contrario de lo que se cree aquí en el norte, donde se considera que se produce sólo deportistas y actrices. Este ejemplar desea romper con la percepción que el anglosajón tiene (todos los mexicanos son iguales) y que vienen de ilegales por los túneles o por el desierto, cuando la verdad es que existe una gran diversidad con proyección internacional.

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n el contexto social, asimismo marca sus diferencias, queriendo mostrar que la experiencia migratoria para el mexicano es dispar. Poniendo un ejemplo: “No es lo mismo el chilango que migra, al mazahua que migra”, porque el entorno y el idioma hacen el éxodo del segundo más confuso y tortuoso. En una conversación íntima acompañada de un agua de limón, Feigue menciona que también, y definitivamente, se experimentan cambios, añoranzas y sentimientos de adaptación para los que emigran legales como para los ilegales; pero, serán desiguales a su vez por obvias razones. Al final, el razonamiento de Berman es que a pesar de que el gringo celebra el folclor mexicano se regocija en estereotiparlo aunque posea una green card o pasaporte azul.

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erman ha querido mostrar la historia de la influencia mexicana y que su presencia está aquí para quedarse. Con su sonrisa franca y su conocimiento del tema menciona que: “Cuando el mexicano va en busca de un lugar con la plena visión de crecer y de desarrollarse, hace que una nación progrese. Los migrantes lo transforman todo y lo enriquecen todo”.

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icho esto, mi consejo es que debemos aprender a ver en estas páginas el no convivir con la soberbia, pero también estar conscientes de que es prudente alimentar nuestra autoestima sana e inteligentemente. Debemos considerarnos dignos de lo que nos ganamos y orgullosos de quienes somos, demostrando por medio de nuestras acciones que somos seres virtuosos y sobresalientes.

L

a conclusión es que el libro Mexamerica no es un libro de teoría, por el contrario, es un claro y hermoso sumario de historias observadas con otros ojos. Su narrativa coloquial y amena, lo vuelve muy interesante porque la Mexicanidad ha vivido en cada barrio del norte y goza de un prestigio. La Mexicanidad habita en Gringolandia. El mexicano y mexicoamericano debe empoderarse como lo deben hacer otras comunidades hispánicas para tener oportunidades tanto aquí como fuera de estas fronteras.

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stas viñetas describen el poder de hacerle frente a todo lo que Estados Unidos no conoce sobre la cara de los mexicoamericanos y de la diversidad de la presencia de México en este país multicultural.

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LA MUJER FRENTE AL MAR Addhemar H. M. Sierralta

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speranza, siempre de blanco, sentada en la orilla del mar esperaba mirando hacia el horizonte. Desde hacía cerca de 10 años, como un ritual sagrado sólo entendido por su mente, a poco de salir el sol llevaba una canasta con una botella de vino, otra de agua mineral y la dotación de pan, jamón y queso para comer durante el día. A veces algunas frutas. Luego al atardecer retornaba a su casa ubicada en el malecón y desde su cama miraba el anochecer hasta quedarse dormida. Decían los más viejos del puerto que ella esperaba el regreso de aquel joven que prometió volver para llevarla a su país. Lo que ocurrió con él nadie lo sabe. Pero Esperanza, al pasar el tiempo, sólo repetía esa rutina diaria de sentarse a mirar el horizonte y cuando alguien le preguntaba…en voz baja decía: “espero a mi amor, vendrá por mí y nos iremos para ser felices”. Yo conocí a la mujer de la esperanza cuasi eterna. Peinaba largos cabellos grises, era delgada y cada arruga en su rostro dibujaba el tiempo como surcos sembrados con semillas de frutos amargos. Una tarde, poco después del mediodía, me acerqué a ella. Le pregunté si podía acompañarla. Asintió con su cabeza y me invitó una mandarina. Agradecí su gesto y traté, de la forma más amable posible, inquirir por su espera. Y me repitió lo mismo: “espero a mi amor,…”. De pronto volteó y me miró fijamente a los ojos…su mirar era como el tuyo y tendría tu edad, me dijo. Por ese entonces yo tenía 25 años. Al verla en los ojos, noté un brillo extraño como que aquellos profundos ojos negros recobraban vida y emoción. Aquella mirada perdida que acusaba desde mucho antes parecía estar cobrando nueva energía…me tomó las manos con ternura y empezó, con dulce voz a compartir los recuerdos guardados…”hace mucho tiempo cuando era joven apareció un día, como un brillante cometa, me iluminó de vida, de esperanza y amor. Me enseñó tantas cosas que tuve miedo seguirlo y no poder ser la pareja que él buscaba, pero tenía que marcharse y decidí que lo hiciera solo. Me prometió regresar para llevarme y hasta hoy lo espero”. Supe que de ese día, hasta la tarde de la conversación, había transcurrido medio siglo. Tanto tiempo de espera y los últimos diez años sentada en la playa frente al mar. Me explicó que estaba segura que vendría del mar…”se fue en un barco grande y retornará por las verdes aguas como sus ojos tiernos”, agregó. Me despedí de ella con un beso en su mejilla, me sonrió, y al alejarme no dejaba de mirarme y hasta con su mano derecha me despedía con movimientos que parecían sincronizados con el batir de las olas.

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Esos días me dediqué a averiguar en la zona todo lo relativo a la historia de Esperanza. Había estado casada y enviudó a temprana edad, como a los 22 o 23 años, su marido —pescador de la zona— se perdió con sus compañeros de pesca en las aguas del océano. Sólo le quedó una hija que fue a estudiar a la capital y nunca se supo más de ella. Esto último ocurrió coincidentemente hacía unos diez años y desde entonces Esperanza se volvió como loca y se aferró a su único deseo…la vuelta de su amado. Por esa época decidí quedarme en el puerto y ayudar a Esperanza. Algo, tal vez sobrenatural me acercaba hacia ella. La acompañaba a menudo en su espera diaria y conversamos de tantas cosas que empecé a darme cuenta de la maravillosa mujer que era. Su inteligencia, su ternura y deseo de amar y ser amada se mantenían intactos, como en sus hermosos veintitantos años. Sólo me preocupaba una cosa…por momentos volvía a su miraba perdida y silencios frente al mar…hasta parecía que no me conociera…en algunas oportunidades con cierta agresividad y frialdad —cuasi metálica— me decía cosas hirientes para luego volver a ser tan cariñosa como antes. Realmente hasta me asustó en una mañana que con gritos me pidió me fuera de su lado, tanto que la gente pensó que le estaba haciendo algo malo. “No me busques más…haré lo que quiera y cuando quiera te encontraré”, gritó. Así también le espetó al muchacho el día en que se fue, me dijo una vecina entrada en años. Hoy, pasado el tiempo, entendí que mentalmente se encontraba afectada y en su cabecita bullían temores y esperanzas, deseos y recuerdos dolorosos. Su fragilidad emocional traicionó a aquella mujer que sumida en sus extraños pensamientos decidió una tarde internarse en el mar para nunca más volver. Pero no fue hasta muchos años después que supe que su galán decidió marcharse por las reacciones de ella. Aquel joven no entendió que la pérdida trágica de su esposo ya había afectado a Esperanza. Su hija, prácticamente huyó de ella y la dejó sumida en su locura. Sobrevivía en su casita frente al malecón y de lo que la gente del puerto le obsequiaba para comer. Ayer regresé al puerto y junto al muro del malecón encontré una inscripción en una piedra blanca: “Desde aquí se marchó Esperanza en busca de su amor. Seguro que lo hallaría en la música del mar”. Mientras las lágrimas corrían por mi cara, elevé una oración por ella y pensé que al fin estaría junto a su amor.

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El nacimiento de David Colín Arisandy Rubio García Reisa Colín dio a luz a un niño de cuarenta y dos centímetros de estatura con dos kilos novecientos gramos de peso. El cordón umbilical se balanceó mientras el médico dictaba cifras y observaciones ininteligibles, pero la mujer pudo entender con claridad cuando definió el estado del bebé como “muerto”. En una noche llena de alcohol y sexo caracterizada por la ausencia de preocupaciones, el endometrio de Reisa acunó un óvulo fecundado que se convirtió en treinta y cinco semanas de incertidumbre, anhelo e impotencia ante la cantaleta de cuan vergonzoso es tener un hijo sin padre. Al pertenecer a una familia grande, conocía la carencia y las privaciones, no obstante, sin importar lo gris que veía el futuro, nunca consideró el aborto. Planeaba trabajar turnos completos como secretaria o emprender un negocio que le permitiera pasar el tiempo suficiente con su hijo. Ya le habían confirmado que sería un varón. Después de meditarlo, decidió que se llamaría David Colín. Aún con la turbación causada por la anestesia, escuchar que su hijo había nacido muerto le provocaba una angustia colosal. Balbuceó que se lo mostraran, quería verlo con sus propios ojos, pero nadie atendió la súplica. El médico suturó la herida y aplicó algunas inyecciones antes de que una enfermera le quitara el uniforme de rigor. “Me voy a casa”, dijo antes de atravesar las puertas del quirófano. Mirando cómo se alejaba aquel hombre, Reisa se quedó dormida. Despertó en una habitación aséptica en la que tuvo que pasar dos días. Su madre gestionó el funeral, le informó la compra de un diminuto ataúd blanco y una lápida adornada con querubines. Días más tarde, en casa, como si nada hubiera ocurrido, la familia volvió a la rutina. Se sintonizaron las mismas estaciones de radio, la televisión se encendió en los horarios habituales y la falta de emociones sembró en Reisa el germen de la duda. Poco a poco sus pensamientos tomaron derroteros catastróficos hasta que concluyó que algo no estaba bien, que indudablemente, algo ocultaban los otros Colín. Veía la falsedad en el rostro de su familia, el esfuerzo por mantener la pantomima, la urgencia de olvidar algo pecaminoso, y en los últimos tiempos, su bebé era lo único que se ajustaba al término. Con el transcurrir de los días notó los talentos de su madre, lo buena que era convenciendo a su descendencia con palabras dulces para hacerla partícipe de una abominable puesta en escena. Cuánta perspicacia descubrió Reisa en sí misma, mantenía un llanto silencioso mientras observaba cada movimiento de la mujer que le otorgó la vida. Hizo una bitácora mental y averiguó que todos se comportaban como parte de un engranaje cuya actividad iniciaba a las siete de la mañana y terminaba a las once de la noche. Al siguiente día volvían a comportarse de la misma forma, con variaciones ordenadas por su madre. Transformada en un mueble más, Reisa no interactuaba con sus hermanos ni sus esposas, mucho menos con los niños. Sin interacciones que la distrajeran, le fue fácil detectar 32 Caína Fanzine iii


momentos en los que la casa se quedaba sola o en los que su madre tomaba una siesta. En esos preciosos minutos, sujetaba su estómago temerosa de que los puntos de la cesárea se rompieran, y se desplazaba por las habitaciones hurgando con cuidado en los roperos, cajones o dentro de las inmaculadas alacenas de la cocina. No localizó nada. Ningún pétalo de las flores usadas en el funeral ni velas sobrantes. Las habitaciones no sugerían la presencia reciente de un bebé. Entre las notas de compra archivadas con escrupulosidad para administrar la economía familiar no vio ninguna sobre un ataúd o una lápida. Reisa saboreaba la mentira, percibía su tufo en la mesa, cuando de forma repentina predominaba el silencio y descubría una decena de ojos fijos en ella. Y ante los nulos resultados, sentía cómo se agotaban sus ánimos. En una última apuesta examinó de nuevo los cajones y estando a punto de abandonar, notó un video fuera de su lugar. Era una cinta antigua, membretada como “Baile familiar”. Guardada con disimulo en un anodino alhajero que había pasado de largo en otras ocasiones. Comprobó la caja donde debía estar y observó las huellas que indicaban su manipulación en los días previos. Le quedaban unos quince minutos hasta que su madre despertara para preparar la cena. Con pasos vacilantes y un ligero temblor en las manos se dirigió al sótano donde conservaban una vieja videocasetera conectada a un televisor de tamaño anticuado. Encendió los aparatos rápidamente y metió la cinta. Un batiburrillo de imágenes saltó en la pantalla. Ubicó a muchos tíos y primos, todos bailaban al compás de los instrumentos de cuerda que un grupo de músicos aporreaba con exiguo talento. Hizo avanzar las escenas. Estaba a punto de apagar la reproducción, pensando que no encontraría más que danzas y paisajes mal enfocados cuando un llanto infantil la paralizó. La música dio paso a la imagen de su madre sosteniendo un bebé por una pierna, tratándolo como un trapo gastado cuyo único destino es la basura. En sus ojos brillaba el desprecio y sus manos lo reafirmaron pellizcando sus tiernas carnes. Manchas moradas plagaron los menudos brazos e impregnaron las piernecillas. Luego envolvió a la criatura con una gruesa manta mientras tarareaba una vieja canción de cuna. El llanto amortiguado se escuchó por varios minutos hasta que comenzó a decaer. Reisa vio cómo su madre se tomaba el tiempo para asegurarse que el crío estaba muerto. En seguida tomó el pequeño fardo y lo arrojó a un cesto. Con la mano libre apagó la cámara y la bulliciosa fiesta volvió a proyectarse. El engaño era ahora un hecho constatado, Reisa lo olió como un sabueso entrenado. Una treta bien trazada, arruinada por la morbosidad de registrar todo lo que ocurría en la familia. David Colín no daría sus primeros pasos, no iría a la escuela ni se graduaría como abogado, en cambio, se pudriría en algún basurero. De rodillas, la mujer que hasta hacía unos días se imaginaba convirtiéndose en madre, sintió el dolor tornándose en locura y colonizando cada recoveco de su cerebro, devorando el arrepentimiento de querer saber la verdad y sepultando la certeza de que hubiese sido mejor no haber visto nada.

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Un día de mucho calor Claudio César

¡Qué

pinche calor hace! Sábado y se siente el intenso golpe del sol sobre mi piel, en las paredes, en las bebidas, en todos putos lados, parece que ha subido el mismísimo infierno. Qué curioso, ahora que lo pienso ¿arderá así o arderá más…, o menos la guarida Luciferina? ¡Qué se yo! Afortunadamente no he muerto para comprobarlo y ni espero que pase pronto. Pero bueno, creo que esa metáfora explica a la perfección cómo siento esta prisión llamada casa, cómo arde el día. Pero no todo es malo, este calor hace perfecto el pretexto para tomar. Empiezo con una pa’ quitarlo, otra porque está regresando, una más porque apenas me estoy enfriando, una última no hace daño, bueno, una más, porque “una no es ninguna”, sólo esta y ya…, y así, entre más destapo, entre más fichas acumulo más pretextos rompen mi resistencia anti-alcohólica. Abro el frigorífico, me percato de la soledad de la última gorda, sólo queda esta, sería una falta de respeto no tomarla. ¡Wow!, tomar solo, suspiro, sentado, ¿qué mierda estoy pensando? Pues…, en nada imbécil, respondo con ironía mientras sorbo la botella, quiero conseguir más cerveza, que empecé a tomar por culpa del puto bochorno y que seguí por…, ammm…, pues…, porque…, ¡me merezco un día de tomar! El plan inicial era solo una, pedir o ir por comida; quizá pizza, o unas alitas, hamburguesas y dormir temprano, sin daño moral ni económico. Pero, si algo he aprendido de la vida, es que todo plan inicial termina en actos improvisados. Ahora, mi plan es: pisto, música, amigos y por qué no, el sabor labial de alguna mujer. Desconozco (si supe cuándo) en qué momento metí en escena música de banda, deseos lascivos y una noche repleta de grados embriagantes. En fin, ahora dentro cantando al son del agua que se resbala por la regadera, con una cerveza en mi mano (es algo incómodo beber y bañarse, pues el jabón se mete en la boca o en la botella) me preparo para irme de rol. Salgo, voy al refri, tomo otra, muerta, pues el calor sigue cagando el palo y refuerza mis ganas de tomar. Subo, seco como puedo mi cuerpo, sin dejar de beber. Trago tras trago de la botella de vidrio. ¡Putos dueños de la fábrica tan más culeros!, sólo 355 ml por botella ¿es neta?, lo que hacen por el pinche dinero, hacer que uno se obsesione en instantes, quiera más y más, disminuyen el dinero al ritmo de la orina que sale, todo para terminar estúpido, con suerte parado, sin ella en alguna esquina tirado, ¡malditas empresas!, cómo puede ser posible que le vendan a uno la estupidez líquida y se hagan ricos a base de ello. Jaja siempre me sale lo…, lo…, …, ya mejor me dejo de pendejadas, ¿Qué vestir?, ¿camisa o playera?, ¿vaquerón o jens? ¿De traje?, naaa vámonos con mezclilla y camisa de manga corta y un suéter. Bueno, me está hablando mi compa, ya estás o qué, espérame, aún hay otra cheve y no pienso dejarla atrás, sería pecado, 34 Caína Fanzine iii


indecencia que no pienso ejercer. Maldita sea, el sol aún ruge y la cabeza ya se montó a un carrusel. Salgo y lo que encuentro, canciones, alcohol, puto destino, por qué intercedes por el vicio y no por la virtud, ¿Adolorido? ¿Quién yo? ¿tener yo un mal de amor? Jaja ¡naaaambre! En este momento no, son estas pinches botellas que ambientan la realidad e imitan el contexto. ¿Fiesta? ¿Antro? ¿Aquí? ¿Allá? ¿Dónde? ¿Qué hacemos?, hay duda entre nosotros, pienso, por extraño que parezca, la escuela debería enseñar a tomar esta clase de decisiones. ¿Cuánto tengo en el bolsillo?, jaja imbécil, lo suficiente para que acabes todo estúpido en el piso, me dice que esa pinche actitud le gusta (ya veremos) y al parecer, cuando a punto de amanecer estaba, no le gustó mi actitud, pues como le prometí al imbécil, acabaría recibiendo el beso del diablo. Hay fiesta en casa de K y hay desvergue chingón, vámonos pues. Traemos las llantas y subimos como si hubiera espacio de camión. ¡Acelera!, que la haga de pedo quien quiera, le partimos su madre, el valor de nosotros aumenta conforme botellas se acaban, es increíble que normalmente no nos comportemos así, pero, en fin. Súbele a esa, repítela, por esta calle, no pendejo por esta, ya te pasaste, mira por ahí regresa, en este retorno, jajaja, e we te acuerdas de la G, sí la de la fiesta, simón esa mera, no we espera, estaba platicando con ella, y bien directo le dije que la quería llevar a un motel, jaja ya sé, yo también pensé que me iba a mandar a la chingada, pero no we, de encorto quiso. Todas estas charlas tan estúpidas que llevamos en el carro, este del tipo hijo de papi que maneja como loco que en un descuido podemos estrellarnos contra los muros de contención, o quizá contra otro carro, nos da igual, el alcohol adormece el sentido de morir, quema la realidad, dejándote en un plano de vulnerabilidad donde todo pasa y omites las consecuencias, pero qué más da, ¿no? Vamos tomados, en excelente ambiente, las preocupaciones y la cordura en este momento simplemente salen sobrando, ya mañana el recuerdo se encargará de decirnos, narrarnos tanta pendejada hecha, solo una frase encuadra en nuestro contexto ¡Písale más! Ya se van acabar, vamos a un oxxo a ver qué armamos, ánimo de a cien putos, sáquenle, como que ya no traes cabrón, si tú eres el que más está tomando, sí we…, ya…, simón…, pues ya qué. Llegamos por fin a la fiesta, vaya que si está chingona. Patio enorme, sillas y mesas ocupadas, un DJ, luces y arriba el cielo despejado, aunque el calor inicial desapareció. Mujeres y botellas por donde gira tu cráneo, no mames ya viste la de allá, no we esa, ¿qué? ¿Apuesta? ¿La que se la tire qué? ¿Una botella? ¡Ánimo chingá! Jaja ¡pon esta canción hijo de la chingada! Bofo wey si se la pedí en buen pedo, oy we, sí la puso, cántale culo si no: Qué Caro Estoy Pagando, Haberme enamorado Tan perdidamente y ese fue el detalle, Yo no me daba cuenta de tus intenciones, Poco a poco mataste mis ilusiones… Arte

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Pásame otra, pásala puto, saludsita de la buena, SSAALLUUDD. Y tú quién eres, jaja no hay falla compa tómale, brindis por... y así iba la noche brindando por cualquier pendejada que saliera de nuestras bocas. Es increíble la capacidad que un borracho tiene para hacer conocidos. Este ambiente ya lo extrañaba ¿cuánto tenía que no tomaba? Le atribuyo al tiempo unas dos semanas, sin salir de peda, que no me ponía una buena, la vida cotidiana se lleva mi tiempo, me deja dinero, pero lo pago con aburrimiento, hoy por suerte hacía calor y me trajo hasta aquí ¿pues qué más da no? Hay que disfrutar lo que hay, tomar y tomar, pues mañana la resaca nos hará pagar, pero mientras llega ese momento de sentirme como el más débil, ahora prefiero sentirme el pinche Superman we, a todo lo que da, ¿¡pues qué chingados tiene!? Pero mira esa belleza de allá, ¿cuánto a que le hablo y la beso? ¿Neta puto? ¿Una botella? Sobres, nomás aguanta deja me tomo dos para el valor, sirve y ella se va empedando más, ánimo, jaja, ¿brindis? Ánimo ¡SSAALLUUDD! Por las que se fueron y se pierden de la buena compañía, la nuestra. Hoy esa rola we, esa me queda. Pues deja ir a ver qué pedo, una botella ¡eh! Ánimo. Me acerco a ella, no sé qué fregados le dije y ni me importa, aceptó venir con su grupo de amigas a donde estamos. Quizá mi cara la convenció, quizá miró el fajo de billetes que aún hay en mi cartera, o quizá, simplemente quiere cerveza gratis, qué importa, si la beso voy a ganar una apuesta, así que me la tengo que rifar. La llevo donde está todo el pisto, agarra lo que quieras, todo es mío, le digo para oírme chingón, y en cuestión de minutos, todo el grupo se encuentra tomando, bailando, platicando, carcajeando, disfrutando la noche, la velada, la vida que tan amena aumenta con grados imbeciladores de sentidos, esta noche te llena más que cualquier cosa. El desmadre te llena más que cualquier cosa. Llevamos una plática tremenda posible solamente con XX, Coronas, y otras cuantas más, pero el mismo alcohol hace que la olvide al día siguiente, mi amigo se queda boquiabierto al ver que efectivamente me debe ya una botella, jaja pobre pendejo se mete con el rrrrey. El alcohol y la plática hace que entre nosotros nazca una especie de ¿cómo llamarla? (calentura) ¿Conexión? Sí quizá eso sea, una conexión, pues ya llevamos..., ni idea, muchos litros de alcohol. La saco a bailar, no lo sé hacer muy bien, pero el alcohol te da dos cualidades; una, creer que cantas bien, y la otras, hacer las cosas sin miedo al ridículo. Bailamos, pegaditos, mano agarrada, como un vals, al son del líquido que resbala por la tráquea y llega al riñón, la música se calienta, el ritmo nos mueve, despacio, como un río meciéndose, nos pegamos, cada nota más cerca, hasta casi darnos un beso, la escena podría verse romántica hasta que…, suena el raggaeton, pero mira nada más cómo se mueve, qué movimientos, qué manera de frotarse y es cuando le digo, sin rodeos y sin más, que vayamos a un cuarto, que fusionemos piel, sin miramientos ni remordimientos y tan placentero que, al día siguiente, tirados en el sillón, sufriendo las consecuencias de tomar como maniáticos, digamos, ¡valió la puta pena del mundo! (ojalá las propuestas fueran así en esos estados). 36 Caína Fanzine iii


Acepta, fuimos al cuarto que el dueño de la casa nos presta, puta madre, no tengo condón, pero ¡wow!, pinche valentía, no se echa para atrás, reconozco sus agallas mezcladas con pendejes pero no la puedo culpar, estamos ebrios y el mundo es nuestro, creo que no le pasa por la mente el peligro de las ets´s pero, bueno, allá ella, por dejada. —Al día siguiente pienso en este suceso y ya no me creo tan genio…— No entra, dónde es, es aquí…, a qui…, más arriba o abajo, a ver mejor tú, sí, ahí es, diablos por qué no entr… ¿Qué? ¿Espera? ¿Neta es tu primera vez? No, la neta mejor no, tiremos a león, ¿por qué? Es que ósea no quiero ser mamón pero pues eso es algo que no me atrevo a quitar en una noche así, neta perdón por parecer algo más que solo un estúpido borracho ligándote, pero la virginidad es algo que no se arrebata en una noche de alcohol y más así, sin más, coger y ya, no mujer, esto se da cuando estés sobria, a quien tú consideres el indicado (todo un gran sermón que se hubiera escuchado tan perrón sin los efectos del alcohol, los movimientos bruscos de los brazos como si arrojara algo y un poco más entendible si no arrastrara tanto las palabras). ¿Joto yo? No mames, todavía que no quiero ser mamón, a chinga ¡vete tú a la chingada! Pues a la chingada, pinche morra, sí, sí, lo que digas. Vuelvo a donde mis amigos, todos esperaban que lo dijera (incluso yo lo quería decir pero no, las mentiras conmigo no van), no amigos, no pasó nada, ¡es virgen! No tiene experiencia, no pienso pasar la noche tratando de romperla, me aburro, tira a león ya, ¿otras o qué? ¡Simón, ánimo! Wey no mames ve quién está! ¡Jessi! De aquí soy we, deja le hablo. Y efectivamente, esa noche, a pesar de que ilusioné a otra pobre mujer, que olvidé su nombre tan pronto desperté al día siguiente, terminé teniendo relaciones con Jessi, y sí, por el hecho que la otra fuera virgen me rehusé. Quizá soy caballeroso, quizá fui pendejo, quizá no quería pasarme la noche tratando de penetrar a una virgen pues en verdad es algo difícil en malas condiciones, da igual, el chiste es que preferí a Jessi porque con ella antes lo había hecho y su experiencia era tan magnífica, tan gloriosa, que, de haber sido posible, hubiese rechazado a cien vírgenes más por tener sexo con alguien con experiencia de sobra. Fue placentero, fue espectacular y desgraciadamente fue sin condón. Ahora, dos meses y medio después, con la prueba de embarazo en mano parada frente a mí, la vida, sardónica e inestable, se ha complicado, todo porque hace tiempo hacía mucho calor. Nerón.

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EL SUEÑO CATRACHO Nahúm Delgado

Juan García, un joven centroamericano, viaja desde Trinidad Santa Bárbara, Honduras, hacia los Estados Unidos de América, sin embargo, descubre el anhelo del Norte en San Luis Potosí, México. (N.A.)






Nuestros números anteriores Margarito Cuéllar Lucas Lucatero Karla E. Medellín Francisco Onarres Gustavo Meléndez Alejandro Briones Mónica Gameros

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Convocatoria abierta Temática Libre

Caína Fanzine está buscando colaboradores Participa en nuestro Cuarto Número, en las categorías de: Narrativa, Poesía, Ensayo: Un documento de 2 cuartillas máximo. Formato Word, Arial 11 puntos. Pintura, Dibujo, Fotografía, Collage: Imágenes en formato JPG, a Color o B/N, orientación vertical (preferente), en alta calidad. Datos: Nombre del autor, ciudad o país de origen, semblanza de 30 a 70 palabras. La presente convocatoria queda abierta a partir de su publicación y se cerrará el día 14 de septiembre de 2019. Recepción de trabajos, solamente vía el correo electrónico: cainafanzine@yahoo.com Dictamen: Se hará en fecha por especificar, considerando la calidad de los trabajos y el formato solicitado como criterio de selección.

recomendación

Dudas y comentarios: Facebook: Caína Fanzine

“...Encontramos cuentos como “El Paciente”, “Cuando el Sol Caía” y “Mariposa Blanco y Negro”, donde como planteaba Berkley, la realidad depende enteramente de la percepción de la misma…es donde podemos ver al autor alcanzar nuestras emociones, convencernos de una realidad, cuestionarnos sobre la luz y la oscuridad, llevarnos través de aparentes desiertos, ponernos la piel de un padre perdido, para después, golpearnos con finales impredecibles, melancólicos, sorprendentes.” ofbooksandsounds


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