Matador

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EL TIEMPO - MIÉRCOLES 5 DE OCTUBRE DE 2016 - www.eltiempo.com

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Presentan robot parlante para acompañar a los humanos. La idea de la firma asiática Toyota, que lo creó, es combatir la soledad.

entrevista

Claro que sí. Supongamos que yo hubiese nacido en Suiza, donde la noticia más berraca es que se volaron 5.000 cabras y taparon una vía. En cambio, mire el día de hoy, todas las noticias que hay, en un día pueden pasar mil cosas. Como decía alguien: aquí todo es grave pero nada es importante. Usted ve las noticias: Claudia Gurisatti dice algo y todos hablan, aquí desayunamos, comemos, cenamos política, o politiquería. Colombia es un paraíso para los caricaturistas. El libro comienza con el capítulo contundente de ‘Mi papá’... Las caricaturas de mi papá crearon mucho revuelo porque fue una batalla que se les ganó al Procurador y a la ‘godarria’ de este país, y obviamente son las que tienen el corazón puesto en ellas porque era mi papá.

Más de 1.000 caricaturas de Julio César González, Matador, fueron compiladas en el libro ‘Matando el tiempo’, de la editorial Intermedio. Archivo EL TIEMPO

El deslenguado Matador habla en vez de dibujar

Una extensa selección de sus caricaturas, muchas inéditas, retratan la historia reciente del país desde su pluma. Esto piensa del exprocurador Ordóñez, de Uribe y de su padre. Carlos Solano Cultura y Entretenimiento

En ocasiones hay caricaturas que no logran hacer su camino completo hacia las páginas editoriales de un periódico. Las razones pueden ser muchas, pero en el caso del caricaturista Matador, la principal parece radicar en su hiperproductividad: dibujar tantos mamarrachos que ni estas páginas ni su blog alcancen para albergarlos todos. Por eso, cuando el equipo de Intermedio Editores se puso a la tarea de escarbar las ‘arcas’ del archivo de Julio César González, Matador, con la idea de publicar en un libro las inéditas o ‘censuradas’, se dio cuenta de que era imposible discernir cuáles se publicaron y cuáles no. Entonces, el autor y la editorial se transaron en seleccionar aquellas que, en la perspectiva de más de 15 años, retratan el panorama de una realidad política, controversial e insólita. Matando el tiempo, el producto de ese ejercicio, de 286 páginas, muestra su agudeza y su pluma ácida, en la que cobran importancia los capítulos dedicados al exprocurador Alejandro Ordóñez, al expresidente Uribe, a Maduro, a Obama, a la economía mundial y, en especial, a su padre, Ovidio González, quien se convirtió en referente de la eutanasia en Colombia. ¿Cómo empezó el proyecto de publicar este libro, ‘Matando el tiempo’? Me lo propuso la gente de Intermedio hace como dos años. La idea arrancó como que fuesen caricaturas de todas las que mando yo, pues muchas no se publican porque conmigo hay más caricaturistas en el periódico, o de pronto porque la coyuntura no era; pero no tiene nada que ver con censura. El libro se iba a llamar originalmente Matador censurado, pero fue tal el volumen de caricaturas

que había que no se podían dejar por fuera. Un chico de Intermedio se dio a la tarea de hacer la selección, y siento que quedó muy equilibrada; siento que la caricatura, a pesar de ser flor de un día, al ver este libro se va entendiendo de qué se trata todo esto si uno está ligeramente enterado del mundo. ¿Cómo se pule un personaje caricatura a caricatura? Yo aprendí algo de Osuna: el caricaturista no crea la caricatura, son los personajes mismos los que se hacen la caricatura. Yo no me inventé los crocs de Uribe, ni los dientes afilados ni las cruces que tiene Ordóñez; el nuevo casco que está usando mi caricatura de Santos no me lo in-

“Si hubiera sido por ese señor (Ordóñez), mi papá habría sufrido meses en una cama”. ‘Quiere reversar la eutanasia’, se tituló esta caricatura tras la muerte de su padre, Ovidio González.

venté: apareció una vez, en una fotografía muy chistosa en el Chocó, en un operativo contra la minería ilegal. Lo que uno va haciendo es sumando esos detalles a los personajes, lo que los va enriqueciendo y van madurando con el tiempo.

‘Vasectomía al referendo’, en alusión al que convocó Álvaro Uribe.

Matador da ‘palo’ en todas las direcciones. En esta, titulada ‘Sin querer queriendo’, criticó en su momento a las Farc y su indecisión.

Hay licencias que parece darse cada caricaturista. Una muy particular suya es cuando le pintó a Uribe la rayita del c... Es que así usted no lo crea, él también tiene c..., caga y tiene mal aliento. La cuestión con la gente que denota poder es que los demás los endiosan y los tienen como figuras casi sobrehumanas, y eso es mentira; lo que hace el caricaturista es colocarlos en el sitio que es: tontos con poder, creería yo, que la mayoría lo son. En Colombia pasamos del profundo pesimismo al tremendo optimismo y de nuevo al pesimismo. Olas de momentos que nos ha traído el conflicto armado. ¿Cómo es este momento para Matador? Primero, muy ‘putiado’ por Twitter, porque la mayoría de caricaturistas íbamos por el ‘Sí’. Estamos muy aporreados por las redes sociales, pero de todas formas hay que seguir con la pluma afilada y en contra de todas esas mentiras que creó el Centro Democrático. Acabo de enviar una caricatura que se llama ‘Paz secuestrada’, porque realmente lo que hizo Uribe fue secuestrar el proceso de paz. Con lo que viene, hay personajes que se reinventan en la política. ¿Cómo se verán desde la pluma? Esto es una tragicomedia y cada uno tiene un papel, una telenovela en la cual uno es bueno un día y al otro es malo. ¿Habría sido diferente ser caricaturista en otro país?

¿Cómo es posible volcar lo íntimo y personal a una escena tan pública? ¿No afecta ello el equilibrio del caricaturista? Esas cosas no se buscan, se dan. En el contexto de la eutanasia de mi papá, nadie sabía que mi papá tenía cáncer y nadie sabía que le iban a practicar la eutanasia. Todo ese ‘mierdero’ vino a estallar porque se la negaron; entonces, la pregunta, sin creerme gran cosa, era “¿cómo ayudo a mi papá con lo que sé hacer, con la difusión que tienen mis caricaturas?”. Entonces, empecé a defenderlo a punta de dibujos. Eso no habría sido nada sin la colaboración de todos los amigos periodistas y los medios que me ayudaron mucho. Teníamos la batalla contra una persona con mucho poder, que era el Procurador. Si hubiera sido por ese señor, mi papá habría sufrido meses tirado en una cama. Creo que cualquier persona en mi lugar habría hecho lo mismo: defender la muerte digna de un ser querido. Algo que se manifestó ahí, y que debe calar en la mente del caricaturista, es lograr cambios que pueden ser inmensos. ¿Qué le da ese poder al caricaturista? No es como antes, que los caricaturistas no tumbaban Gobiernos, pero sí ministros, y con sus denuncias provocaban una investigación. Pero creo que de toda la ‘carreta’ que uno dibuja, algo va quedando. Encuentro gente que me agradece por una caricatura, o por las redes sociales veo que la gente se apersona de los dibujos. Uno de mis blancos en estos últimos 12 años ha sido Álvaro Uribe Vélez, y yo no tengo nada personal contra él. Lo que critico es lo que representa Álvaro Uribe Vélez en el poder, es esa ultraderecha terrateniente del país, excluyente y que ‘pordebajea’ a todo el mundo, pero con el tipo no tengo nada personal. En estos días me enteré de que en su fiera batalla contra el proceso de paz de Santos escogió una caricatura mía y la retuiteó; entonces, la gente me decía: “Usted por qué no se queja”. No, Uribe es un usuario más y el cliente puede retuitear lo que le dé la gana. ¿Ve?, como dice Santos, él puede preguntar lo que le dé la gana, y está bien. He visto que las redes sociales son un catalizador y potenciador de las cosas que uno genera en los medios. La gente hace miles de cosas con los mamarrachos que uno hace, y si algo les queda, me parece genial.


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