FIN DE SEMANA
por la pandemia (hasta el 15 de diciembre; casamuseoperezgaldos. com). Pero Las Palmas le honra a diario. Sus novelas y personajes dan nombre a las calles de la barriada de Schamann; un suburbio precedido por el parque de Don Benito Pérez Galdós. En lugar de grafitis, unas lonas cubren las fachadas de cuatro edificios con ilustraciones de FedeDe la residencia familiar en el barrio rico Viera, Marianela, de Triana al teatro que hoy lleva su el Abuelo y el propio novelista. Las Palmas nombre, escenarios de la ciudad no olvida a su vecino, grancanaria donde nació el novelista igual que él echó tanto de menos a su ciupor GALO MARÍN APARICIO dad que se llevó consigo un saquito de tierra volcánica para su casa de Madrid y su finca de Santander. Fortunata y Madrid le proporcionó a Galdós un personaje, Jacinta en una Las Palmas hizo de su casa un museo. En la fachada de las lonas hay unas palabras del autor: “¿Que de dónde soy? del proyecto Hombre, si eso todo el mundo lo sabe: de Las PalVive Ciudad mas”. Dentro hay un retrato pintado por Joaquín Galdós en Sorolla, los manuscritos de Marianela y Nazarín, su do de campanas se quedó grabado para siempre con una calle del piano; escritos, dibujos y fotos; muebles diseñados unas palabras del novelista en la espadaña: “Su son barrio de por él mismo, galeradas o traducciones de sus obras lo distinguiría entre cien que tocasen a un tiempo”. Schamann, al japonés, al chino y al ruso. También el epistolario Un oído más fino que sus primeros dibujos, poemas obra del galdosiano, que aporta detalles de su vida, obra y y artículos periodísticos firmados en el colegio de artista del contexto social, político y literario de la época. San Agustín. Ejercicios satíricos que se tradujeron Sabotaje al De las cartas entre Galdós y Emilia Pardo Bazán, colega y amante, solo quedan las que le envió la galleen problemas con sus profesores y compañeros. De Montaje. A la ga. La editorial Turner las ha recopilado en un libro, camino al colegio vio cómo avanzaban las obras de derecha, la Miquiño mío. Cartas a Galdós, y narran el inicio de la catedral de Santa Ana, un templo inacabado que le casa museo una relación que pasó de la amistad al romance painspiró para crear al palanquero del órgano protago- del escritor en Las Palmas de nista del cuento Necrología de un prototipo. ra acabar como arrancó. Él nunca se casó, aunque Le cogió el gusto a la pluma y el papel y volvió a Gran Canaria. sí reconoció a una hija, María, fruto de su relación dibujar una tira satírica, esta vez como protesta por DANIEL MARTORELL con Lorenza Cobián. Con menos dinero del que se la ubicación del nuevo teatro Tirso de Molina, en Boesperaba en un novelista de su valía y con el volucabarranco. A orillas del océano, el ruido de las olas al men de su obra, y ya ciego —dictó para acabar los romper contra los guijarros de la playa engulliría las Episodios Nacionales—, murió en Madrid en 1920, voces de los artistas. Finalmente, las autoridades murodeado del calor popular. nicipales levantaron un muro de contención y quitaron los tinglados de pescado de la zona. Tiempo después, en ese mismo emplazamiento se interpretó Océano su obra Electra —que escandalizó a la Iglesia— y fue Atlántico rebautizado como teatro Pérez Galdós. Escribir como testigo de lo que veía en la calle le Parque de Don Benito acarreó enemigos, pero no aminoró el ritmo de su escritura. El prolífico autor firmó más de 100 obras (Marianela, Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, los BARRIADA DE Episodios Nacionales…), que le convierten en uno Su casa SCHAMANN de llo lle Ca Muri de los novelistas españoles más importantes, a pe- museo, con vo Bra sar de quedarse a las puertas del Premio Nobel de Casa-Museo manuscriLas Palmas de BARRIO DE Literatura en 1915. Pérez Galdós
Las Palmas del joven Galdós
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Un callejero muy literario En este año del centenario de su muerte, el centro de los actos conmemorativos es Madrid, donde murió y escribió su obra principal. En su ciudad natal se celebraron varias exposiciones a principios de año, y en septiembre se inauguró en su casa museo la muestra Pérez Galdós. La verdad humana, aplazada en abril
tos, cartas y fotos, celebra el centenario de su muerte con una exposición
Gran Canaria
TRIANA
Teatro Pérez Galdós
Calle del Cano
Parroquia de San Francisco de Asís lle
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Catedral de Santa Ana
VEGUETA
COVA FDEZ.
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or unas calles empedradas y polvorientas, en las que lentamente crecían centros de cultura, educación y progreso, corría y jugaba Benito. Iba de su casa en el número 6 de la calle del Cano, en el barrio de Triana de Las Palmas de Gran Canaria, hasta el Muelle Viejo. En la orillera ermita de San Telmo contemplaba los exvotos en forma de barquitos que colgaban en su interior. Desde este puerto zarpó en 1862 rumbo a Madrid, haciendo escala en Tenerife y Cádiz, a estudiar leyes y acabar siendo novelista. Un viaje de dos semanas que hizo cinco veces en su vida. Diecinueve años pasó Benito Pérez Galdós (18431920) en Las Palmas. Entonces una ciudad encerrada en una muralla, decimonónica, más pía que culta e iluminada por antorchas y faroles de aceite. Sus 15.000 habitantes se repartían entre dos barrios intramuros: Triana, comercial y moderno, y Vegueta, señorial y antiguo. Ambos separados por el barranco de Guiniguada, por el que corría el agua procedente de las cumbres grancanarias hacia el Atlántico, y comunicados por los puentes de Piedra y de Palo. En aquella urbe aislada, repleta de conventos y de sociedad conservadora, se crio y se formó. Los primeros pobladores del barrio de Triana fueron andaluces procedentes del trianero barrio sevillano, del que adoptaron su nombre por nostalgia. A partir del siglo XX lo habitaron comerciantes ingleses e indios. Antes de que llegasen estos últimos se instaló la familia Pérez Galdós en una casona de arquitectura tradicional urbana canaria del siglo XVIII. En vez de timbre, un carrillón anunciaba las visitas, que accedían a un patio previo paso por un estrecho zaguán. En torno al patio interior estaban la cocina, el horno y la despensa, y en el centro había una palmera y un pozo. Una vivienda de tres alturas con espacio suficiente para los padres y los nueve hermanos de Benito. Él, el décimo, fue bautizado en la iglesia de San Francisco de Las Palmas, cuyo tañi-