Londres: cuando el balón entra en escena

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6 DESTINOS

Viernes 20.11.15 SUR

GUÍA Información práctica  Oficina Nacional de

Turismo http://www.visitbritain.com/es/ES/

¿Cómo llegar?  Norwegian vuela a Lon-

dres-Gatwick desde Madrid y Barcelona y desde otros destinos dependiendo de la temporada, a precios económicos y con WiFi a bordo. http://beta.norwegian.com/es/

¿Dónde dormir?  Airbnb.

https://www.airbnb.es/s/Lo ndres

¿Dónde comer?  Byron. cadena de ham-

burguesería repartidas por toda la ciudad. www.byronhamburgers.com

¿Qué hacer?  Fútbol. Ver un partido de

Algo retirada se encuentra la localidad de Greenvich, donde es posible disfrutar desde su parque de unas vistas fantásticas de la ciudad. :: G. MARTÍN

Cuando el balón entra en escena Hay que tener la perspicacia de Sherlock Holmes para dar con los venerados estadios de fútbol y escenarios de teatro desde los cuales Londres expresa sus profundas emociones de manera visceral

GRAN BRETAÑA

LONDRES :: G. MARTÍN

LONDRES. La paciencia es una virtud que se debe cultivar, no solo para dar con estos templos de la cultura londinense, sino cuando sus necesidades fisiológicas sean dramáticas y no encuentre un baño público en esta cínica urbe donde aliviarse. Mientras tanto, pasee y disimule entre tanta distracción turística. Es cuestión de tiempo y de inquietudes re-

correr lugares como Islington, Kings Road, Little Venice, Clerkenwell e incluso toparse con el agazapado The Barbican. No se confunda, gris no es solo el cielo de Londres, también su café y esa manera de prepararlo. Le salva los establecimientos en los que se sirve semejante brebaje; coquetos, agradables y, algunos, decorados con cachivaches que recuerdan a la casa de nuestras abuelas. En la presumida Marylebone High Street los hay, entre restaurantes y librerías. Todo con muy buen gusto. Si hablamos de elegancia y caprichos,

entonces, hay que hacerlo de la zona que se extiende entre las estaciones de tube Knightsbridge y Fulham Broadway. Territorio blue en el que cada quince días sus acérrimos aficionados marchan en procesión a Stamford Bridge a ver jugar al Chelsea, el club con más estilo –a la hora de vestir– de la Premier. Un rincón donde la alta sociedad capitalina hace vida de barrio, pero en vez de usando la Oyster Card, conduciendo desde los clásicos Aston Martin, Jaguar y Rolls-Royce hasta extravagantes deportivos como los Lotus.

Shakespeare’s Globe Menos pomposo pero igual de futbolero es el impostado barrio obrero de Islington, donde la temperatura sube cada vez que juega el Arsenal del célebre ‘gunner’ Nick Hornby (autor de Fiebre en las gradas), aunque ya no lo haga en aquel viejo y acogedor campo de Highbury. Una lástima.

Cruzando el puente de Southwark, procedente del norte de Londres, quizá tenga tiempo de asistir a la obra de las 19.30 horas en el redondo y blanco Shakespeare’s Globe y ver, por cinco libras, de pie, igual que lo hacían en 1599, el drama histórico ‘Ricardo II’. Como me dijo mi guía y actriz «la incomodidad, en este caso, tiene su mística». Amén. Si no está hecho de esta pasta, pero el mundo de la escena le genera curiosidad, The Barbican, en la zona de Smithfield, es su sitio. Siempre y cuando sea capaz de dar con él. Porque así, sin querer, es como el barrio de Clerkenwell se cruza en su paseo. Se trata de otra zona más que ha sucumbido al reiterativo fenómeno de la gentrificación. De centro monástico, balneario, obrero, hogar de comunidades inmigrantes, centro político y revolucionario, hasta convertirse hoy en una de las zonas más cotizadas.

La misma suerte ha corrido Shoreditch y su icónica Brick Lane, un barrio sospechoso de exceso de modernidad y casi tan caro como uno aristocrático. Entonces, igual que los jóvenes huyen de aquí a la hora de buscar alquileres baratos, el forastero toma Kingsland Road. Haga un picnic, si el tiempo lo permite, en el parquecito que precede al Geffrey Museum, después de haber disfrutado del Mercado de las Flores de Columbia Road. Y así, desgastando las suelas de los zapatos, se alcanza Dalston y Hackney, a todas luces inminentes víctimas de la gentrificación. Mientras esto no suceda, déjese caer por el Dalston Garden y tome algo para celebrar que todavía hay tiempo antes de que el lugar se ponga de moda. Desde el patio de butacas que simula Greenwich Park, a orillas de un pronunciado escorzo que hace el Támesis, se divisan tantos edificios de cristal como grúas. Londres, como los épicos partidos de fútbol bajo la lluvia, no de-

Déjese caer por el Dalston Garden antes de que el lugar se ponga de moda y se llene de turistas

fútbol del Arsenal y/o del Chelsea. Otros equipos locales: Tottenham Hotspur, Queens Park Rangers Fulham, West Ham y Crystal Palace  Teatro. Ir a una obra de

teatro en el Shakespeare´s Globe http://www.shakespearesglobe.com O ir a The Barbican http://www.barbican.org.uk berían terminar nunca. Allí, donde la ciudad adopta el nombre de City, ejecutivos de toda índole combinan sus finos trajes con zapatillas de deporte. Unos van o vienen del gimnasio, la mayoría enfilan ese entramado de calles que circundan a Leadenhall Market a dar buena cuenta de la happy hour. En el otro extremo de este competitivo ambiente se encuentra la quietud de la ribera de Little Venice. Una serie de canales, en los que descansan barcos-viviendas, que se extienden al margen del bullicio del centro. Y es que, a pesar de la infinidad de distracciones turísticas que hay fijadas por esta ciudad, que recuerda a una atractiva madrastra, es muy difícil desviar la atención del forastero cuando se sube el telón y el balón interpreta la vida que pensamos. Mientras tanto, no desespere, aguante, en la librería Foyles (109 Charing Cross Road) a cambio de hojear un libro puede usar su cuarto baño. Sin duda, es un buen negocio.


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