Capítulo 1: Huevo Frito. — Ah Una yema de huevo frito cayó en la mesa. — Que desperdicio. Limpié la mesa con un trapo húmedo. — Perdón, se me cayó un poco. Sayu se disculpó por haber tirado la yema y porque se desperdiciaría algo que ella misma había preparado cuando llevaba el desayuno a la mesa, sus ojos parpadeaban por la sorpresa y dejó escapar una risa involuntaria. — Está bien, aparte no fue a propósito. Para ser honestos. Le dije murmurando a Sayu quien separaba hábilmente con los palillos la clara de huevo y la ponía en su boca. Sayu no cortaba la yema de huevo dejándola intacta mientras que se comía la clara sin dejar un ápice. Mi forma de comer un huevo frito es romper rápidamente la yema y mezclarla con la clara, la forma de comer de Sayu tenía algo que era un tanto fresco. — Es el huevo frito preparado por Sayu. De pronto tomé la decisión y dije eso, Sayu dejó de mover sus palillos por un momento e inclinó la cabeza. — ¿Mm? — No, pienso que la yema es bastante blanda. ¿Está medio cocida? — Ah… Sayu asintió de forma ambivalente y volvió a inclinar la cabeza. — Tal vez ¿te desagrada? — No, no, no es eso. Me gusta que este suave. Tampoco me gusta mezclar la yema y la clara porque no tiene buen sabor. — Ya veo, está bien. Si era por algo aparte de la suavidad no me pude dar cuenta por lo que dijo, sentí que era algo simple. — Cuando mi mamá hacía huevo frito siempre dejaba la yema completamente cocida. Era una textura un poco dura. Recuerdo que no me gustaba el huevo frito cuando era niño. — ¿En serio? — Cuando comencé a vivir solo, y traté de prepararlos fue difícil controlar la intensidad del fuego, por lo que los dejaba igual que mi mamá, con la yema completamente cocida. Mientras decía eso, Sayu me estaba viendo con más atención de lo normal y diciendo monosílabos para demostrar que estaba poniendo atención. — Sayu, eres hábil también en la cocina. Pensé que de alguna forma había hecho una buena conversación y la concluí, en ese momento finalmente la expresión en la cara de Sayu cambió. Cuando su mente regresó de donde estaba, sus ojos se contrajeron nerviosamente y de pronto su cara se puso roja.
— Ah, eh… ¿lo crees? Con un poco de vergüenza Sayu asintió varias veces, mientras jugaba con las puntas de su cabello. — ¿Tus padres te enseñaron? — ¿Eh? Cuando pregunté eso, la expresión en la cara de Sayu se volvió firme. Ya estaba hecho y pensé que no podía retirar mis palabras. Había vuelto mencionar a los padres de mi compañera que había huido de casa. El remordimiento corría por mi mente. Sin embargo, Sayu miró para todos lados un poco como si estuviera en problemas, y luego de repente sonrió y negó con la cabeza. — No, porque mi madre era una persona que no cocinaba mucho. En el momento en qué dijo estas palabras Sayu volteó hacia lo que quedaba de huevo frito en su plato. — Prácticamente yo aprendí a cocinar por mi misma. Leyendo libros de cocina o mediante internet. Cociné a prueba y error hasta obtener el sabor que a mí me gustaba. — Ya veo. Hasta ahora nunca había preguntado sobre las circunstancias que había en casa de Sayu, ni tampoco había abordado el tema. Tampoco pensé que fuera necesario hablar sobre el tema en cuestión con ella. A pesar de eso había preguntado demasiado. Yo también me vi tentado a bajar la mirada, me di cuenta de que Sayu echó un vistazo en mi dirección. — Ah, ¡y a pesar de eso! Sayu dio un aplauso y dijo con voz clara: — Cocinar es muy divertido. He cocinado mucho sola. Es algo así como… un pasatiempo. — Ahh Dejé escapar un suspiro. Todavía estaba preocupado. — Estoy agradecido, porque no he dado las gracias por comer todos los días comida tan deliciosa. Cuando dije eso, las mejillas de Sayu se enrojecieron un poco, y mostró una sonrisa espontánea. Se llevó otro bocado de huevo frito a la boca. El sabor del huevo se esparcía por toda la boca y antes de que desapareciera comía arroz blanco. Era un delicioso e irresistible sabor. Por un momento no nos dirigimos la palabra y seguimos comiendo el desayuno, finalmente la clara del huevo frito de Sayu desapareció por completo. Sólo quedó la bonita y redonda yema en el plato. Mientras yo estaba preocupado por saber si se iba a comer la yema, ella casual y despreocupadamente la tomó con sus palillos. Fuertemente y sin romperla, la levantó del plato. Luego, aunque no era habitual que Sayu abriera la boca tan grande al comer, extrañamente lo hizo y se metió la yema completa en la boca. Y, pareciendo feliz, entrecerró los ojos y dejó escapar un suspiro. Sinceramente no acostumbro a ver como comen otras personas, pero estaba tan sorprendido que prácticamente no pude despegar mi vista. Cuando se metió la yema a la boca automáticamente levantamos la mirada y nos vimos a los ojos. Sayu de pronto dejó de masticar y como si se tratara de un hámster, sus mejillas se inflaron e inclinó la cabeza. — ¿Mm? — No, nada. Perdón. Desconcertado, aparté la mirada de Sayu.
— Me sorprendió un poco que te la comieras de un solo mordisco. Dije eso mientras mi mirada vagaba sin rumbo por la superficie de la mesa, Sayu volvió a masticar y de pronto engulló la yema. — Si, es raro… — No, aunque ¿te parece raro? Aunque la voz y la expresión en la cara de Sayu parecían denotar ansiedad ante mi pregunta, yo negué con la cabeza, desconcertado. — Mira, tú normalmente no abres mucho la boca cuando comes. Por lo que me sorprendí un poco. — Ah, ¿en serio? Sayu también estaba viendo para todos lados y de repente se quedó en silencio. Hubo un ambiente indescriptible en la sala. — Yoshida san… Dijo Sayu, cuando la miré, su cara extrañamente se puso roja. — — — — — —
Me sorprende que veas lo que hago. Algunas cosas… ¿eh? No, aparte eso no es de mi incumbencia… Yo no veo como abres la boca cuando comes… usualmente. No, es solo que algunas veces te observo. Indecente. ¡¡¿Por qué?!!
Dijo eso Sayu con un tono de voz áspero, hasta que finalmente soltó una risita y mostró una cara sonriente. En un momento el ambiente extraño regresó a su estado original y me sentí un poco aliviado por ello. — Comer la yema de un solo bocado es delicioso. Después de decir eso Sayu bebió sopa Miso. — El sabor del huevo en la boca explota. — ¿Explota? — Si, lo hace. Sayu dijo eso y se rio nuevamente. — Esta vez Yoshida san debería intentarlo. — Bueno… creo que quiero hacerlo. Cuando dije esto, Sayu se rio traviesamente. — Esta vez seré yo quien vea a Yoshida san mientras abre mucho la boca. — Claro que no, no es bueno que mires. — Solo te respondí con tus propias palabras. Sayu sacudió sus hombros mientras veía para todos lados, y yo relajé un poco mi boca. Las palabras que yo había dicho antes fueron traídas nuevamente a la conversación, aunque fue por un breve momento pude ver un lado de Sayu que no había visto hasta ahora y fue un sentimiento maravilloso. Por alguna razón, la expresión de felicidad en el rostro de Sayu mientras se comía la yema de huevo frito de un solo bocado y entrecerrando los ojos se quedó dando vueltas en mi mente.
Capítulo 2: Manjuu1. — Vale, llévatelos todos. Está bien si te llevas todos los que quieras. En el centro de la oficina, como una montaña, estaban apiladas unas cajas de aspecto similar entre sí. A pesar de que se trataba de cajas de Manjuu que mi jefe Ueda san había comprado en un viaje familiar durante sus vacaciones, la cantidad de éstas me parecía un tanto extraña. Me parece que, para la cantidad que compró, lo correcto sería que cada uno tomara una, pero no había tantas. Me pareció que no era tan excesivo que una persona pudiera llevarse 3 o 4 Manjuu. — Compraste muchas… — Oh, ¿Eres Yoshida? También toma una. Cuando me paré frente a la montaña de cajas, Ueda san me dio una de ellas. — No, naturalmente no puedo aceptar una caja. — En una situación como esta, seguramente quedaran muchos, así que piensa que estás ayudando a alguien. — Quiero decir, ¿Por qué compró una cantidad tan extraña? Pregunté mientras recibía la caja a regañadientes. Ueda san con tranquilidad en su rostro, se cruzó de brazos y respondió: — La dependienta en la tienda de souvenirs era increíblemente hermosa… mientras Kami san estaba comprando otras cosas, tenía tiempo libre así que charlé con ella y me dejé llevar un poco, dije en broma “Entonces, me llevaré todo lo que hay” pero no pude retractarme… — ¿Eres idiota? — Bueno, está bien ser idiota en los viajes. Ueda san se rio sin darle importancia, y me entregó la caja que tenía en su mano. — ¿Quieres otra caja? — No, no, no, no la necesito. No puedo comer tanto. — Vaya… ¡Oye, aquellos chicos que están cerca! ¡Aun no tienen los suyos! Ueda san comenzó a llamar y detener a los empleados que iban pasando y que aún no recibían sus Manjuu. Me quedé desconcertado viendo fijamente la caja de Manjuu que estaba en mi mano. No me desagradan los Manjuu, pero pensaba que una caja era demasiado para que la consumiera toda una sola persona después de todo. — ¿Por qué hay gente reunida ahí? — Ah. Antes de que me diera cuenta, Mishima estaba parada a un lado mío por lo que di un salto ante la sorpresa. — ¿¡También recibiste una caja!? Como Mishima parecía sorprendida al decirlo, le señalé con la barbilla la montaña de cajas que estaban frente a Ueda san. — ¿Tú también viniste por una? 1
Es un popular panecillo tradicional japonés. Hay muchas variedades, pero la mayoría tienen una cubierta hecha con harina, arroz en polvo, trigo sarraceno y están rellenos de frijoles adzuki hervidos y azúcar.
— No, ya la recibí y ya me la comí. — Que rápida. — Estaban ligeramente dulces y deliciosos. Cuando escuché eso, abrí la caja y saqué un par de Manjuu. Y luego le pasé la caja a Mishima. — Esto es más de lo que yo puedo comer, así que toma. Parpadeando varias veces sorprendida, Mishima recibió la caja. Y luego inclinó la cabeza. — Yoshida senpai, ¿No te gusta el azúcar? — No, no es eso, pero… No era que no me gustara el azúcar, los Manjuu me gustaban. Quizá porque a ella también le gustaban, recuerdo que mi madre los ponía para acompañar el té y siempre agarraba algunos. — Bueno, como son tantos, creo que sería mejor compartirlos. Además, a pesar de que dijiste que estaban deliciosos no fuiste por más, supongo que hay una razón por la que no lo hiciste… ¿Por qué pones esa cara? Mientras respondía, volteé a ver a Mishima quien estaba a mi lado y ella me estaba mirando frunciendo el entrecejo y con la cara un poco colorada. — ¿Por qué estás enojada? — No estoy enojada. ¡Ja! En verdad. Mishima estaba claramente enfadada, e indignada, tomó dos Manjuu más de la caja que tenía en mis manos. — — — —
Los acepto. Va, vale. Creo que Yoshida senpai es en verdad malvado. ¿Qué? ¿Por qué?
Cuando le contesté con esta pregunta, Mishima me dio un ligero empujón en un costado con su codo y me sacó la lengua. — Piénsalo por ti mismo por favor. Después de decir esto, Mishima regresó a su escritorio. Tan pronto llegué a mi lugar, saqué un Manjuu de su envoltura y, después de un fuerte resoplido, me lo comí. Con una sonrisa irónica estuve evitando su mirada, pero esta vez mis ojos se encontraron con los de Gotou san quien estaba sentada en un escritorio alejado. No sé por qué, pero es frecuente que después de hablar con Mishima me encuentro con su mirada. Gotou san ladeó un poco la cabeza, sonrió ligeramente y me hizo señas de manera discreta para que me acercara. Una vez habiéndolo hecho no podía ignorarla. Todavía con la caja de panecillos en mi mano, caminé hacia el escritorio de Gotou san. — ¿Qué sucedió? — No, no es por algún asunto en particular. Verás, nuestras miradas se encontraron. Dejó escapar una risita más infantil de lo habitual, y luego miró los panecillos en mi mano. — Yoshida kun, tú también los recibiste ¿verdad? — Eh, si, también me dieron algunos.
Después de que respondí, ella vio que el tamaño de la montaña de souvenirs no se había reducido, por lo que se volvió a reír. Y luego apuntó a su escritorio. — Yo también recibí panecillos, dos cajas. Sobre el escritorio de Gotou san había dos cajas apiladas de Manjuu. — Si tuviera familia estaría bien, pero… — Jajaja, yo estoy igual. Me reí amargamente de la broma un tanto masoquista de Gotu san y respondí de forma breve. No creo que tenga familia, pero quizá tenga pareja, lo pensé, pero no dije nada. No era un buen lugar para decir algo como eso. — ¿Cada caja tiene 10 panecillos? Dos cajas… una sola persona no puede comerse todo eso ¿verdad? — Incluso aunque comas uno diario, tomará 20 días. — Estoy de acuerdo… bueno, es solo cuestión de comer más como ya me lo han dicho. Como Gotou san dijo eso yo incliné la cabeza. — ¿No estás comiendo bien? — Oye… Yoshida kun… Sentí que la mirada de Gotou san se agudizó. ¿Eh? ¿Dije algo que no debía? — Sí como muchos panecillos todos los días, ¿engordaré? — Eh, bueno, así es como es… — Exacto. ¡Esto es algo preocupante para las mujeres! Como dijo eso en voz un poco alta, los empleados que estaban sentados cerca le lanzaron miradas. Mientras escuchaba esa observación por parte de Gotou san de que “¡Es algo preocupante para las mujeres!”, miré de reojo a Mishima que estaba sentada lejos. En ese preciso momento estaba tomando el tercer panecillo. — Mishima san todavía es joven, ¿será por eso por lo que no le preocupa? Quizá siguió mi mirada, porque después de decir esto, Gotou san levantó más la voz. — Eh, ¿Por qué estás molesta? — No lo estoy. Dijo bruscamente con un ligero enojo en su mirada, y luego metió en un cajón los panecillos que estaban sobre el escritorio. — A la hora del almuerzo. — ¿Eh? Después de que dije lo del almuerzo, Gotou san como respondió como si quisiera una explicación. — Durante el almuerzo no tienes que comer solo ensalada, por un tiempo. Ante lo que dije, Gotou se quedó viendo hacia la nada y no respondió. — Ya que los has recibido, debes comerlos de forma apropiada, ¿No crees que deberías comerlos en público? Por otro lado, al imaginarme a Gotou san comiéndose sus panecillos en su escritorio… pienso que es un poco lindo.
Mientras decía esto miraba el reloj en la pared. Como ya casi era hora de empezar a trabajar, quería regresar a mi lugar para comenzar los preparativos. Mientras pensaba en esto, volví a mirar a Gotou san y su rostro estaba asombrosamente rojo y el ligero enojo en su mirada ahora era claramente más evidente que antes. — ¿Eh? ¿Qué pasa…? — ¡Rayos, Yoshida kun! ¡En verdad…! Gotou san se puso de pie y me dio un golpe con determinación. — ¡Vamos, ya está acercándose la hora de empezar a trabajar! ¡Regresa a tu lugar! — Ah, eh, sí, pero ¿Por qué estás enojada? — ¡No lo estoy! Gotou san se veía claramente enfadada mientras decía esto, me tomó de los hombros, hizo que me diera la vuelta a la fuerza y me empujó por la espalda. — — — — — —
¡Vuelve rápido a tu lugar! Va, ¡vale! Y también… ¡Comamos juntos! ¿Sí? ¡Vete rápido! Ah, ¡Sí!
Aunque era algo incomprensible de muchas maneras, como en verdad faltaban algunos pocos minutos para la hora de empezar a trabajar, no podía retrasarme. Cuando regresé a mi asiento, mi mirada se encontró con la mirada de asombro de Mishima. Oye, ¿Por qué pones esa cara? Pensé. Cuando regresé a mi lugar, mientras metía la caja de panecillos, encendí la PC. — Yoshida, en serio al parecer fue un desastre ¿verdad? A pesar de que estaba a un lado de mí, Hashimoto dijo esto como si le estuviera diciendo a alguien más. — ¿Qué pasa? Cuando le pregunté, Hashimoto abrió mucho los ojos y luego se rió. — Hablo de que, tú mismo no sabes porque, pero al parecer fue un desastre. — ¿Qué? Hashimoto se carcajeó mientras tecleaba. Lo miré de perfil, pero estaba concentrado en su trabajo. Tan solo dijo eso y luego me evadió…como yo también había encendido mi PC, me decidí a ponerme a trabajar. Sin embargo, hoy hice enojar desde temprano a Mishima y Gotou san. Además, no tenía muy clara la razón de dicha molestia. — Realmente no entiendo a las mujeres… Quise decirlo en voz tan baja que nadie me escuchara, pero Hashimoto que estaba a un lado mío se echó a reír así que al parecer si lo hizo. Me rasqué la cabeza, y como debía empezar a trabajar, miré con enfado la pantalla de la PC.
Capítulo 3: Comedor de la Compañía. Hoy también Yoshida senpai se defendió hasta el final. Sola, en el comedor de la compañía resoplé ligeramente. Sé que últimamente Gotu san se ha estado aproximando a Yoshida senpai de forma extraña. Al parecer, lo invita a comer a algún lugar fuera de la empresa varias veces a la semana. No sé qué ocurrió para que cambiaran las cosas ni en que está pensando, pero ahora Gotou san es bastante proactiva hacia Yoshida senpai. Soy bastante escéptica con esta historia de “cambio de dirección” en su actitud hacia senpai. Porque, vaya, en lo que al amor se refiere esa mujer debe ser insensible. Aunque este cambio no fuera verdad, tengo la sospecha de que, sin darse cuenta, él se hará ideas erróneas por estas expresiones indirectas por parte de Gotou san. Si es el caso, entonces, ella es un caso serio. Es algo absurdo, pero si no hay un acercamiento no hay forma de saberlo. Para mí, es lo mismo. Es por eso por lo que últimamente la hora de la comida ha tomado gran importancia en dos sentidos. El primero es si puedo pasar tiempo o no con Yoshida senpai y, en segundo lugar, evitar que este solo con Gotou san. Para lograrlo, es esencial invitar a comer a senpai antes de que lo haga ella. Cuando comencé a invitarlo a comer de forma desesperada, al principio Hashimoto senpai quien es muy cercano a él, me veía desconcertado, pero ahora está totalmente acostumbrado a que por supuesto que no me moveré ni un ápice de mi objetivo de que comamos juntos. — Una orden de fideos chinos. Dijo Yoshida senpai, quien estaba a mi lado, al empleado del comedor mientras le entregaba un vale de comida. — ¿Otra vez eso? Nunca te cansas de ellos ¿verdad? Cuando dije eso, él me miró de reojo y gruñó. — ¿Y dices eso tú quien siempre pide el plato de salmón a la parrilla? Cuando lo señaló, me dejó sin palabras. Ciertamente, siempre lo hacía. Por alguna razón, la combinación del sabor del salmón un poco pasado de cocción y el dashi1 que le da un ligero toque de sopa miso, es mi favorito. Tocó un punto doloroso, pero al mismo tiempo me sentí un poco feliz. Porque la palabra “siempre” me pareció un tanto afectuosa. Siempre comíamos juntos. Yoshida sempai siempre me ha visto comer esto. Porque el solo hecho de que haya dicho eso, era un poco especial. Yoshida senpai, Hashimoto senpai y yo recibimos la bandeja con la comida que ordenamos y nos fuimos a la mesa. Hashimoto se puso a comer inmediatamente después de juntar sus manos para rezar, pero Yoshida senpai estaba distraído por alguna razón. Separó lentamente los palillos desechables y luego comenzó a comer despacio. Siempre he pensado que comer fideos tan despacio, da tiempo para que se hagan aguados, pero no dije nada porque no creo que sea buena idea apresurar a otros para que coman. — Por cierto, Koike y Odagiri san saldrán hoy de viaje de trabajo. — Oh, ¿Es hoy? 1
Caldo de pescado muy utilizado en la cocina japonesa. Es uno de los puntos de partida para platos con fideos, así como en la elaboración de la popular sopa de miso japonesa.
Cuando Hashimoto senpai contestó eso, Yoshid senpai asintió varias veces. — ¿Estarán bien? Gifu está lejos. ¿No irá Endo También? — Bueno, a ese tipo no lo importa a donde vaya. De cualquier forma, después de terminar el trabajo irá a buscar algo delicioso para comer. — Oh… sin duda. No es que no estuviera entusiasmada, pero tampoco era como si me estuviera divirtiendo. La conversación entre Yoshida senpai y Hashimoto senpai se estaba llevando a cabo con un entusiasmo y ritmo perfectos. Estaba contenta de escuchar su conversación, aunque no interviniera en ella. Siempre, aunque yo no interviniera, ellos continuaban con su plática, pero hoy Yoshida senpai guardó silencio de inmediato. Mientras veía fijamente el tazón con el ramen, tomaba y sorbía los fideos a un ritmo constante. Cuando Yoshida senpai toma esta actitud, no es que esté distraído, sino que lo más probable es que esté reflexionando, y eso lo aprendí recientemente. Y luego lo supe. La razón por la que se negó a ir a un viaje de negocios era por la chica de preparatoria en su casa, Sayu chan. Últimamente, cuando esta reflexionando seguido sobre algo, creo que es seguramente sobre algo relacionado a esa niña. Yoshida senpai no me ha explicado a detalle el asunto de Sayu chan. Mejor dicho, me parece que en realidad no tiene mucha información como para explicar los pormenores. Recuerdo que él me explicó desesperado que “Se la había encontrado cuando iba de camino a casa” y que “no había hecho absolutamente nada de lo que pudiera arrepentirse”. Todo era increíble, pero creo que Yoshida senpai decía la verdad porque no miró hacia ningún lado mientras daba su explicación. Y supe que Yoshida tampoco tenía sentimientos románticos hacia ella por lo que sucedió en el parque aquella noche después de que fuimos al cine. En aquel momento, se le mirara por donde se le mirara, la expresión en el rostro de senpai era más la de un padre preocupado por su hija que la de un hombre enamorado. Lo sabía. Pero aun así me daban celos. Me di cuenta hace poco… mejor dicho, hasta ahora no había tenido ninguna experiencia en el amor así que no había razón para darme cuenta, pero creo que soy una mujer con un fuerte deseo de exclusividad. Cuando vi que Gotou san llevó a Yoshida senpai a comer fuera, mi pecho se descompuso y no pude hacer nada. No estaba tranquila con el hecho de que Yoshida senpai se había ido con alguien a hacer no sé qué en un lugar desconocido. En ese sentido, pensé a mi conveniencia, que me sentiría más aliviada cuando él regresara a casa. Por supuesto, la razón era que sabía que era libre y vivía solo. Sin embargo, esa premisa estaba ahora destruida. Porque ahora, cuando regresa a casa, come solo junto a Sayu chan. Se que no sucederá nada, pero no puedo dejar de sentirme preocupada al imaginarme la vida de Yoshida senpai junto a otras chicas. Cuando lo vi de repente sus palillos se habían detenido por completo. Lo vi que estaba distraído viendo fijamente el tazón de ramen sin hacer el más mínimo movimiento, por lo que dije sin pensar: — Los fideos se aguadarán si no los comes senpai, por favor come. Después de decir esto, al mismo tiempo en que lo pensé, tomé el tazón y lo puse cerca de mí. ¿Qué estaba haciendo? — Oye.
Respondió Yoshida senpai un tanto desconcertado, pero ya estaba en un punto en el que no podía revertir la situación. Sin que me importara, tomé un poco de fideos chinos con mis palillos y los sorbí. ¿Por qué debía actuar solamente en un momento como este con tal determinación?, pero me sentía avergonzada. Después de todo, los fideos habían absorbido el caldo de la sopa, por lo que estaban bastante suaves. Los fideos podían pasar por la garganta sin dificultades aun sin masticarlos mucho. — Ya están aguados ¿verdad? Así no están muy ricos que digamos. — ¿Te quejas de la comida que tomaste de alguien sin permiso? Con cara de enojado, Yoshida senpai recuperó su tazón. Y luego suspiró de forma antinatural. — Oye… — ¿Sí? — No creo que otras personas estén haciendo cosas como esta ¿verdad? Lo que dijo Yoshida senpai me dejó sorprendida por un momento. — — — —
¿Otras personas? Otras personas son otras personas. Vamos me refiero a jefes, compañeros de trabajo… Bueno, bueno, seguramente no le haces estas cosas a tu jefe. Tratándose de ti, eres capaz de cualquier cosa.
Sentí que me estaban diciendo algo terrible. — No lo hago. De cualquier forma, no hago esto normalmente y, de hecho, no sé cómo reuní el valor para hacerlo ahora. Cuando le respondí, Yoshida senpai estuvo de acuerdo y con una expresión de duda en su rostro dijo: “Está bien”. — ¿Por qué dices que está bien? — Bueno… En ese momento, Yoshida senpai les dio un sorbo a sus fideos chinos y luego masticó. Después de deglutirlo, murmuró: — Si le haces eso a un hombre, creo que algunas personas lo malinterpretarán. — ¿Sí? Ante las palabras de Yoshida senpai grité con voz estúpida. Vio mi reacción y agregó: — Bueno, como dije… me refiero a que ¿No se sentirían algunos hombres interesados en ti si te gusta hacer estas cosas? Será mejor que tengas cuidado. — Pff. Hashimoto senpai que estaba a un lado de Yoshida senpai estalló en risas. Como lo interrumpió, Yoshida senpai miró a Hashimoto senpai con algo de enojo en su cara. — — — — — —
¿Qué sucede? No, no es nada. Te acabas de reír justo ahora. Me acordé de algo que me hizo reír. Eso es absolutamente una mentira. Si tienes algo que decir, dilo ahora de forma clara. No, no, no es nada, de verdad.
Mientras decía esto, los hombros de Hashimoto senpai se sacudían por la risa. Por alguna razón estaba exhausta como para decir algo más. Es cierto, esta persona era una de esas personas. Debí haberme dado cuenta el día que fuimos al cine, pero me lo recuerda periódicamente. Tal vez si me armo de valor y lo beso, este tipo diría algo como: “Detente, porque al hacer algo como eso se podría malinterpretar” ¿no es así?, es preocupante. ¿Soy su hija o algo así? — Yoshida senpai. Cuando le hablé, dejo de ver con enojo a Hashimoto senpai y dirigió su mirada hacia mí. Lo dijé lo más sarcásticamente posible. — Si hay otra mujer además de mi que le hace este tipo de cosas a Yoshida senpai, es posible que esté interesada en ti, así que será mejor que tengas cuidado. — Pff. De nueva cuenta Hashimoto senpai estalló en risas. — Oye, ¿Otra vez te acordaste de algo gracioso? — Sí, así es. Miré a Yoshida senpai, que estaba furioso con Hashimoto senpai mientras me reía. Para ser honesta, no puedo evitar preocuparme por Gotou san ni por Sayu chan, pero, de cualquier forma, es poco lo que puedo hacer así que no me queda más remedio que seguir así. Y entonces, Gotou san y Yoshida senpai, Sayu chan y Yoshida senpai. Así como cada una tiene su propio tiempo, yo también tengo el mío con él. Estoy segura de que he sido la única que ha sorbido sus fideos sin permiso. Me sentí positiva, aunque solo un poco, mientras comía mi salmón un poco pasado de cocción y un poco duro. Porque mientras esté en el comedor de la empresa, nadie puede derrotarme.
Capítulo 4: Parfait. — Wow… Dije sin querer. Yoshida san que estaba acostado en la cama viendo la pantalla de su computadora portátil solo me lanzó una mirada. — ¿Qué pasa? — Nada, me pareció increíble. Cuando le mostré la pantalla de mi Smartphone a Yoshida san, sonreí ligeramente cuando éste me miró enojado. La imagen en la pantalla era la de un Parfait tan increíblemente grande. Al parecer, cerca de una de las estaciones del centro de la ciudad, había una tienda que se especializaba en Parfaits de gran tamaño, y cuando me encontré por casualidad un artículo especial sobre ella en internet; me llamó la atención la foto. En una copa con forma de punta de trompeta tan grande que no me parecía que fuera una, colocaron una base de crema batida y fruta sobre la cual pusieron helado suave, wafles y además crema batida. En la foto, estaba escrito con tipo de letra pop: “¡El postre popular entre las mujeres! Con un peso total de 5kg”. — 5 kg… pesa lo mismo que un paquete de arroz. — Jajaja, es increíble ahora que lo pienso. Yoshida san asombrado, se rio de nuevo mientras hacía su comentario. Apagué la pantalla de mi Smartphone, lo puse sobre la mesa y luego mi mirada colisionó con la de Yoshida san quien me miraba fijamente desde la cama. Un tanto asombrado. — Qué, ¿Qué pasa? — Bueno, es que tu… Cuando se lo pregunté, Yoshida san volteó a ver varias veces mi Smartphone y luego dijo murmurando: — Vamos, eres más o menos una estudiante de preparatoria… ¿Tienes curiosidad por esos Parfaits? — ¿Eh? Respondí con voz estúpida ante la repentina pregunta de Yoshida san. Bueno, encontraba natural la pregunta de que si me daba curiosidad el Parfait o no, pero me sentí un poco incomoda por la premisa de que así era por el hecho de ser “una estudiante de preparatoria”. — ¿Existe una regla que diga que a las estudiantes de preparatoria les gustan los Parfaits? Cuando se lo pregunté, Yoshida san se rascó la nuca y bajó la mirada. — No, no es eso… tenía la idea de que comían Parfaits en restaurantes familiares después de la escuela. — Jajajaj, que gracioso. Me parece que Yoshida san tiene un “estereotipo” bastante definido de una estudiante de preparatoria. Es un concepto rígido y popular que las chicas de preparatoria se comportan básicamente de esa forma. — ¿No te gustan las cosas dulces? — Por supuesto que sí. — Es inesperado, porque casi no te he visto comer cosas dulces. Yoshida san se puso un poco pensativo. De inmediato pensé: lo hice. Sabía que casi siempre, cuando Yoshida san pone esa expresión durante una conversación, era porque tenía la duda de si algo me hizo sentir incomoda.
Y luego me arrepentí al pensar que yo misma lo había provocado. Porque Yoshida san ha sido severo al decir que “me limito”. Como desde hace mucho tiempo he sido reprimida por adultos, no ha sido fácil arreglar eso, pero eso me ha llevado a ser dependiente. Pensaba que era natural hacer un esfuerzo para satisfacer los deseos de Yoshida san tanto como pudiera. — Ciertamente desde que llegué a este lugar casi no he comido dulces… pero es porque no me importaba. Cuando dije eso, Yoshida san murmuró: “Vaya” con un tono que no dejaba en claro si estaba de acuerdo o no. En ese momento nuestra conversación se interrumpió algunos momentos y él volvió a mirar su computadora. Después de un rato, escuché el ruido de las teclas así que me vi tentada inconscientemente a mirar la pantalla. 『Parfait Delicioso Restaurante Familiar』 Cuando vi que estaba escribiendo esas palabras de búsqueda en el navegador de internet, sonreí de forma automática. En verdad, ¿Por qué está persona siempre está pensando en mí? Inmediatamente después de pensar en ello, desde que llegué a este lugar no tenía más que dudas, pero ahora me di cuenta de que me sentía un poco feliz y eso me desconcertó un poco. “Hoy es día de descanso” Esas palabras vinieron a mi mente como un destello de luz. “Por un tiempo, dependeré de él” Esas palabras reverberaron en mi mente como para persuadirme a mí misma, mi boca estaba seca, pero de repente me animé. — Yoshida san. — ¿Mm? Yoshida san dejó de mirar la PC para mirarme a mí. Cuando platicamos, siempre me mira cuando le hablo. Ese aspecto de él también me gustaba porque esto hacía sentir calidez en mi pecho. Desvié la mirada de Yoshida san y miré rápido hacia la mesa. — De alguna forma, cuando lo vi hace rato… por primera vez en mucho tiempo, quise comer un Parfait… Cuando dije eso en voz cada vez más baja, Yoshida san parpadeó varias veces, sonrió y puso su mano sobre su boca. — Oh, ¿Así fue? Entonces, ¿vamos? Diciendo solo estas palabras, Yoshida san se levantó de la cama y se dirigió al baño. No dudaba a la hora de reírse de algo gracioso, pero parecía bastante avergonzado por sonreír por algo que lo hacía feliz. Tal vez por eso había puesto la mano sobre su boca hace unos momentos. Quiere confiar en mí. Yo me siento incomoda confiando en él. Creo que es una relación complicada. Sin embargo, conviviré con Yoshida san hasta que me vaya de aquí. Ya sé que no puedo evitar la compañía de otras personas para siempre. Mientras escuchaba el sonido de la máquina de afeitar que venía desde el baño, yo también, emocionada, me quité mi sudadera y me puse mi uniforme.
*
— Como que… no tiene mucho impacto después de haber visto la foto de hace rato. — Ah, jajaja, tal parece que el Parfait no te ha dejado una fuerte impresión. En el restaurante familiar de la estación de tren más cercana, Yoshida san y yo pedimos Parfaits para cada uno. Yoshida san pidió uno pequeño de plátano con chocolate. Yo pedí el Parfait de frutas más grande del menú. Yo también había dicho que estaba bien con uno pequeño, pero Yoshida san dijo sin consultarme: “No, pide el grande”. — Bueno, ¿Éste no es más chico que el de la foto del menú? — La tomaron de tal forma que se viera más grande. Olvídalo, comamos. Cuando dije eso, Yoshida san se encogió de hombros y luego tomó una cuchara delgada y alargada. Al mismo tiempo, Yoshida san y yo probamos el Parfait. El refrescante aroma de la fruta y la suave dulzura de la crema batida se esparcieron por mi boca y en el momento en el que lo probé dije sin pensar: — Está dulce. — Está dulce. Cuando escuché que los dos dijimos lo mismo, levanté la cara desconcertada y Yoshida san también me estaba viendo con cara de enojado. — Pfft. Los dos nos echamos a reír al mismo tiempo. — Que está delicioso no fue lo primero que dijimos, sino que estaba “dulce”. — Eso es porque está dulce por supuesto. Después de reír por un rato, llevé otro bocado de Parfait a mi boca. Me sorprendió que la primer probada fuera más dulce de lo que había pensado, pero en la segunda, por alguna razón, la dulzura fue más placentera. Yoshida san también sacó el plátano de su Parfai y se lo comió. — Lo supuse, pero… Murmuró Yoshida san. Se quedó viendo fijamente hacia un punto como si recordara algo que sucedió hace mucho y luego continuó: — Es posible que esta sea la primera vez en mi vida que como un Parfait con una estudiante de preparatoria. Como Yoshida san dijo esto con una cara extremadamente seria, me eché a reír de nuevo. — Oye, ¿Por qué te ríes? — Bueno, no importa si has no comido un Parfait con una estudiante de preparatoria ¿o sí? — Eso es cierto, pero… Yoshida san se rascó su cabello despeinado y haciendo un ligero puchero dijo murmurando: — Cuando era estudiante de preparatoria, ir con una chica a un restaurante familiar era un evento que estaba más allá de mi alcance. — Mmm.
Cuando él estaba en la preparatoria… cuando me imaginé al Yoshida san de esa época me pareció que tal vez no era muy diferente a como es ahora. Y, al mismo tiempo, se me vino una pregunta a la mente. Cuando era estudiante, ¿No salió con alguien? — Yoshida san. Le hablé al mismo tiempo en que pensaba en esa pregunta y casi se la hago. — ¿Mmm? Cuando nuestras miradas se encontraron, me sentí un poco desconcertada. Miré rápido hacia otro lado. Si él ha tenido novia o no durante su época de estudiante no tenía nada que ver conmigo, pero no sé porque quería hacerle esa pregunta y estaba un poco avergonzada por pensar que “sería algo bueno si no la hubiera tenido”. Mi mirada vagaba para todos lados, pero su boca atrapó mi atención. — Tienes crema. — ¿Eh? Apunté hacia su boca y él rápidamente se limpió con su pulgar. — Tenías razón. Gracias. — De nada, de nada. Me encogí de hombros y Yoshida san pareciendo un poco avergonzado, se llevó otro bocado de Parfait a su boca. Además, yo también me vi tentada a llevarme otra cucharada a la mía. Con la dulzura desbordándose en mi paladar, me guardé la pregunta de hace rato en mi pecho. Y en cambio dije: — Para mí también... Murmuré. — Para mí también es la primera vez que vengo a comer Parfait con un hombre. Cuando dije eso, Yoshida san puso cara de asombro y cubrió su boca con la mano otra vez. — Vaya. Después de asentir varias veces, sorbió su fluido nasal de forma poco natural. Esa situación me pareció extrañamente adorable por lo que, sonriendo, continué. — — — —
¿Contento? No particularmente. Es mentira, acabas de sonreír. ¡No lo hice!
Me eché a reír y de nueva cuenta, me llevé a la boca otra cuchara del Parfait. Oh, ¿Cómo podía estar tan delicioso?, me pregunté. Miré a Yoshida san quien emitía un aura de cansancio y tenía un ligero brillo en sus ojos mientras comía su Parfait, fue una sensación reconfortante.
Capítulo 5: Lavandería. — Vaya, eres hábil ¿verdad? Dijo Asami que estaba a un lado mío con su libro de texto abierto mientras yo doblaba la ropa que había lavado.
— ¿Eh? — La forma en que doblas de la ropa es rápido y bonito ¿No es genial? — ¿Eh? ¿De verdad? ¿No es algo normal? Incliné la cabeza, Asami se rascó la barbilla y también inclinó la cabeza.
— También te he visto cocinar, y creo que la velocidad a la que hace las tareas domésticas Sayu chan no es normal para una chica de preparatoria. Cuando Asami dijo eso sin pena, miré la ropa limpia que tenía en la mano.
— Bueno, cuando estaba en casa, era buena en las tareas domésticas, tal vez es por eso. — Vaya, eres aplicada ¿no es así? ¿Tal vez Asami perdió la concentración por nuestra plática? Porque puso una nota en la página en la que estaba abierto el libro y luego lo cerró.
— Yo nunca he lavado la ropa. — ¿Qué? ¿Ni una sola vez? — Así es, ni una sola vez. Bastante indiferente por el asunto, Asami asintió apuntando la ropa doblada recién lavada que estaba a mi lado.
— Esas cosas las hace por mí el ama de llaves. — Oh… ama de llaves. — Sí, ama de llaves. Solamente viene a casa dos días, limpia absolutamente todo, y me parece que se lleva la ropa para lavarla. — Sabía que había trabajos así, pero no esperaba que llegase el día en que lo escuchara de una amiga. Expresé sinceramente lo que pensaba, y Asami pareciendo divertida por ello, se carcajeó. — En la escuela en la que voy, hay familias relativamente ricas, pero casi no he escuchado que familias tengan contratada a un ama de llaves. Pero bueno, eso no es la gran cosa. Asami dejó escapar una sonrisa amarga mientras decía eso y señaló la parte superior de un pijama de Yoshida san, que tenía en la mano casi inconscientemente, mientras yo escuchaba lo que ella decía. — Solo para saber de qué se trata, debería intentarlo un poco. — ¿Eh? ¿Qué? Ante mi respuesta, Asami deliberadamente frunció el ceño y volvió a señalar la parte superior del pijama de Yoshida san. — Es por eso que quiero intentarlo. — ¿Eh? ¿Doblar la ropa? — Así es.
Mientras Asami decía eso, tomé rápidamente la camisa del pijama de Yoshida san y la puse en mi regazo. Y luego mostré una cara sonriente. — Aunque dijiste que era algo que nunca habías hecho, es algo en lo que me quieres esforzarte en aprender. — Como dije que era algo que quería hacer ¿Me dejaras hacerlo? Vaya ¿Qué debería hacer? Ignorando mi indiferencia, Asami estaba mostrando una increíble motivación. Sin embargo, realmente no sabía que hacer porque solo me miraba mientras tomaba la parte inferior del pijama. Me debilité ante esos ojos parpadeantes y en ese mismo momento me eché a reír. — Espera ¿de qué te ríes? — De nada… primero, se cambia de lado, y el lado que tiene el cuello se pone de cara al piso y luego se extiende. — Bien. — Y luego doblas ambas mangas hacia el cuerpo principal de la prenda. — El cuerpo principal ¿Cuál es? Le enseñé a doblar la ropa cuidadosamente a Asami quien no tenía ninguna habilidad en sus manos debido a la falta de experiencia. Justo cada vez que terminaba una parte del procedimiento, Asami con una brillante sonrisa preguntaba “¿Qué tal lo hice?”, era algo refrescante ver emanando un aura de adultez en ella quien siempre era ruidosa, fue algo diferente, algo refrescante. — — — —
¡Lo logré! Si ¿verdad? ¿También puedo doblar eso de ahí? Creo que será mejor si me ayudas.
Cuando le pasé varias playeras a Asami, comenzó a doblarlas sin necesidad de ninguna instrucción mía. Al ver eso, sentí que mis mejillas se relajaron nuevamente. Estaba tan inmersa en el doblado de la ropa que comenzó a dejar de lado el lenguaje de las gyaru. Probablemente no lo tiene tan arraigado. Tal vez no se ha dado cuenta, pero cuando se pone seria y se concentra en algo vuelve a hablar normalmente. — ¡Listo! Está perfecto ¿verdad? — Perfecto, perfecto. Asami sonrió mientras mostraba una playera bien doblada. Asentí varias veces ante su logro, Asami se sentó en el suelo con varias playeras, tomó otra y comenzó a doblarla. La miré de reojo y luego, conecté el enchufe de la plancha en el tomacorriente, le puse agua y la coloqué una camisa en la tabla de planchar. Y luego la planché lentamente. Al dividirnos el trabajo, con Asami doblando las playeras y yo a cargo de las camisas, la tarea de doblar la ropa terminó rápidamente. — Gracias, me ayudaste mucho. — No, de nada, fue divertido. Asami estaba muy entusiasmada y después de exhalar por la nariz, sonrió satisfecha. — Es la primera vez que hago esto. Sayu sensei ¿Qué calificación me das? — Mm… 100 puntos de 100… estuvo prefecto. — Un puntaje perfecto. Como era de esperarse de alguien talentosa como yo. Asami asintió con una expresión demasiado entusiasmada en su rostro, por lo que no pude evitar reírme. — ¿Por qué te ríes? — No… es que es la primera vez que veo a una persona tan emocionada por doblar ropa.
— Es divertido hacer cosas que nunca has hecho. Aunque si lo haces muchas veces es probable que no quieras hacerlo más. Asami dijo eso y luego se acostó en el piso de la sala. Y luego continuó hablando en voz baja. — El trabajo de medio tiempo ¿sabes? Tampoco es necesario para mí. — Ah… así parece. La casa de Asami parecía ser de gente adinerada, por decir lo menos. No parece haber una razón en especial para que una estudiante de preparatoria como Asami tenga un trabajo de tiempo parcial, porque me parece que si se lo pedía a sus padres podía obtener suficiente dinero. — Pero, no quiero escuchar lo que dicen mis padres, el color de mi cabello también es una forma de rebelión, pero, aun así, pienso que obtener dinero de mis padres con solo pedirlo sería injusto. Asami se rio como si se estuviera burlándose de sí misma. — Bueno… recibo de mis padres todos los gastos de la escuela, por lo que me gustaría esforzarme más para poder hacerme cargo yo misma. — No es así. Hablé sin pensarlo y luego solo miré a Asami que seguía acostada en el suelo. Como si me lo estuviera pidiendo con la mirada, continué hablando. — Yo no me llevaba bien con mis padres, pero recibía dinero para mis gastos. Es desagradable todo lo que he tenido que hacer hasta ahora. Es por eso que, para mí, es genial que puedas elegir en qué cosas esforzarte y en qué cosas no. Ante mis palabras, la expresión en el rostro de Asami se oscureció por un momento, pero rápidamente levantó una ceja y luego sonrió. — Gracias. Pero, mi caso es un poco diferente… sólo un poco. Asami dijo eso y luego levantó vigorosamente la parte superior de su cuerpo. — Finalmente, yo solo quiero hacer lo que quiero hacer. Dijo Asami golpeteando la pila de ropa doblada. — Es solo que prefiero divertirme con el dinero que me gané yo más que con el que me dan mis padres. Luego, Asami bromeando, sacó su lengua por unos segundos. — Vaya… Sabía que esa no era la verdadera razón, pero me pareció inapropiado decirlo. Después de todo, Asami era fuerte y directa. — Entonces, la próxima vez ¿Quieres intentar con la lavadora? — ¿¡Mm!? ¡Sí, sí! Ante mi sugerencia, Asami saltó hacia mi como si me fuera a morder. Eso hizo que estallara en risas. — La próxima lavada de ropa será dentro de dos días. — ¡Dentro de dos días! Definitivamente vendé. Si lo haces tú sola me enojaré. — Está bien, está bien, no lo haré sola. No era como si me molestara hacerlo.
— Oh… creo que será más divertido. — Le diré a Yoshida san que esa ropa la dobló Asami. — Cuéntame después la reacción de Yoshida chi. Asami mostró una sonrisa que parecía confirmar que se estaba divirtiendo. Sentí que me gustaría aún más lavar la ropa.
— Después de todo, uno quiere ser conquistado por el estómago, ¿no es así? Es una situación suficientemente placentera que tu pareja te prepare la comida por iniciativa propia, pero lo es aún más si el día que lo hace, la comida está deliciosa… ¿cierto? — Jajaja estás enamorado ¿verdad? — Soy tan débil ¿no? En la televisión en ese momento un guapo y famoso actor estaba hablando sobre lo que quería de su pareja. Los “ah” y los “oh”, que expresaban de forma poco natural las personas en el estudio, entre cada palabra que decía, me hicieron sentir un poco incomoda. — Cocinar… se trata de cocinar ¿no? Me llevé a la boca un trozo de queso ahumado que había comprado en una tienda de cosas importadas y lo mastiqué. Antes de que desapareciera de mi boca el sabor del queso, le di un trago a la lata de cerveza Ale 1 con un fuerte olor afrutado. — Mmm… Bebo alcohol y como mis bocadillos favoritos durante el día, lejos del escrutinio público. Es lo bueno de los días de descanso. Dejé escapar ese sonido despreocupadamente. Llevo puestos unos pantalones de tres cuartos, hechos con tela delgada, una camisola y encima una playera holgada. Y estoy sentada en mi sofá favorito. Temblorosa y débil como una gelatina, miraba la pantalla de la televisión. — ¿Qué tipo de comida haría que se acelerara tu corazón? Preguntó la conductora del programa, una mujer famosa, al sonriente actor que había dicho lo de “ser conquistado por el estómago” de hace rato. — Nada especial, cosas bastante comunes como huevo frito, sopa miso, etc.…me gustan las cosas caseras. La comida caliente. — ¡Ya veo…! La conductora asintió de forma bastante notoria ante la respuesta del actor. — Comida casera… comida casera, ¿verdad? Me reí sola irónicamente, cuando repetí murmurando para mí misma la frase que había dicho el actor minutos antes. A pesar de que seguía viendo la televisión, poco a poco dejé de escucharla y mi cerebro captó pocos detalles del sonido y las imágenes. Lo que vino a mi mente fue el rostro de Yoshida kun. Siempre había pensado que Yoshida kun vivía solo, pero dijo que ahora vivía con una estudiante de preparatoria llamada Sayu chan. Y también dijo que ella le prepara la comida todos los días. — Dicen que Gotou san al parecer es buena cocinando. Recuerdo que me dijo esto una vez un compañero de trabajo. — Bueno, ¿Por qué será? Soy normal, lo hago normal. También recuerdo que esto fue lo que contesté. Sentí que mi ceño se frunció fuerte mientras recordaba. 1
Ale es un nombre que abarca a todas las cervezas de fermentación alta, lo que la diferencia de las lagers que son de fermentación baja. Esto quiere decir que, en las ales, el proceso de fermentación ocurre en la superficie del líquido, mientras que en las cervezas lager esta ocurre cerca del fondo. En otras palabras, la levadura que cumple el proceso de fermentación flota en la superficie del líquido durante varios días antes de descender al fondo.
A decir verdad, el hecho de que cocinara “normal” era una absoluta mentira. De hecho, no he cocinado casi nada estos últimos años. Porque no he sentido la necesidad. He estado involucrada en esta empresa emergente desde que empezó, tengo un puesto que no tendría en otra compañía a pesar de mi género y mi edad, así que tengo un buen ingreso. A pesar de que no cocino, frente a la estación del tren hay un restaurante que ofrece comida más rica que la que yo preparo, y cuando no tengo ganas de comer afuera, puedo comprar algo en el supermercado o simplemente puedo cocinar arroz en la arrocera. Así, desde que salí de casa de mis padres no he tenido la obligación de cocinar, ni tengo nadie que lo haga por mí, por lo que de forma más que obvia; tenía una vida poco relacionada con la comida casera. Hace poco, cuando fui a comer con Yoshida kun le pregunté “¿La comida de Sayu chan es más deliciosa?” con la intención de bromear con él. — Bu, bueno… están igual. Solo quería verlo avergonzado, pero su respuesta me desconcertó más de lo que esperaba. Ese día estábamos celebrando que había terminado y podido entregar a tiempo al cliente el proyecto más grande que llevaba en ese momento, por lo que estábamos comiendo en un restaurante un poco más caro de lo habitual. Y pesar de eso, Yoshida kun dijo que la comida de Sayu chan era igual de deliciosa. Sabía muy bien que no era el tipo de persona que decía cosas sin pensar. — Los hombres son débiles ante la palabra “hecho en casa” al parecer. — ¿¡Eh!? ¿Y eso que significa? Esa palabra llegó a mi mente como si estuviera dirigida hacia a mí, y volví a enfocarme en el programa de televisión. Inmediatamente, sintiéndome estúpida, suspiré. Apagué la televisión con el control remoto y me hundí en el sofá. — A partir de ahora… Dije lo que estaba pensando. No es bueno estar sola en casa tanto, ni hablar tanto con una misma. — Me pregunto si Sayu chan está conquistando a Yoshida kun por el estómago… Es una chica muy importante para Yoshida kun, tanto como para ser sobreprotector con ella. Y también… una chica de la cual Yoshida kun no sería raro que se enamorara en algún momento. Después de pensar en ello, de repente, ya no podía estar sentada. Levanté mí cuerpo del sofá de forma vigorosa, poniendo énfasis en el hecho de qué mis pechos son pesados. — Ja…quiero dejar de tener ese peso extra. Me dirigí a la cocina quejándome mientras caminaba, abrí el refrigerador y dentro había un paquete de huevos. La única razón por la que había menos era porque le había puesto algunos al Gyūdon2 que compré el otro día. — Huevo frito…
2
Gyūdon (牛丼?), a menudo traducido como bol de ternera, es un plato de la cocina japonesa que consiste en un cuenco de arroz cubierto con carne de ternera picada y cebollas previamente remojadas en una salsa dulce aderezada con salsa de soja y mirin. A menudo incluye también shirataki. Se trata de un plato muy popular en Japón, se sirve por regla general con beni shōga (jengibre encurtido), shichimi y como acompañamiento de una sopa de miso. Gyū significa "vaca" o "ternera" y don es la abreviación de donburi la palabra japonesa de "bol".
Tomé un huevo y murmuré eso solemnemente. Después de todo, a pesar de dije que desde hacía varios años que no cocinaba, creo que puedo hacer un huevo frito. Con esto en mente, saqué el sartén por primera vez en mucho tiempo y lo puse en la estufa.
* — No puede ser… Me quedé atónita frente a la estufa. No había huevos. A pesar de que no cocinaba y compré un paquete solo para poner encima huevo sobre el gyūdon. En el restaurante se lo podían agregar, pero después de salir se me ocurrió ir al super y comprar un paquete. Por alguna razón, el precio del paquete de 4 huevos de marca reconocida, a pesar de que eran solo 4, sin duda era el mismo que el del paquete de 10, el cual era de 30 yenes y lo compré, aunque no sabía si me los acabaría todos. Usé uno para el gyūdon por lo que debería haber 9 en el paquete. Pero ahora ya no había ninguno. — ¿El huevo frito era tan difícil…? Pensaba que el huevo frito era un platillo básico, pero fue muy difícil intentarlo. Si el fuego era muy fuerte la parte de abajo quedaba quemada y completamente negra y si por el contrario el fuego era muy débil la clara no se cocía y cuando pensaba que la clara estaba cocida, la yema quedaba cocida, pero seca y sin sabor. Si se le agrega el agua en el momento incorrecto, había burbujas en la superficie y la apariencia era peor, y si era demasiado calculado, de nuevo la superficie se quemaba. Lo hice una y otra vez y para cuando me di cuenta los huevos ya se habían acabado. Estaba desanimada, pero no podía tirarlos, así que desde donde estaban apilados en un plato, tomé uno de entre todos los huevos fritos que me salieron mal y, y me llevé un poco a la boca. — ¡Uff! Tomé un poco de clara y no tenía buen sabor. No tenía consistencia, por otra parte, no era fácil de masticar, y se sentía en la boca como si se masticara goma de mascar con agua caliente. — Conquistar por el estómago, lo de hace rato, no lo estoy consiguiendo… Murmuré para mi misma, y me senté en el piso de la cocina. A pesar de que durante mucho tiempo pensé que no necesitaría cocinar por mi misma. — Jajajaja… Me reí sin querer. De hecho, nunca pensé que llegara el día en que sentiría la necesidad de estar aquí. — Está bien, está bien. Murmuré medio desesperada. — Esto también es necesario verlo desde el punto de vista de la resolución de problemas. El trabajo es una resolución de problemas continua. Mejor dicho, se puede decir que lo es el 80 por ciento. Lo he estado repitiendo desde que me integré a la sociedad, por lo que odio decirlo.
— Supongo que lo haré, ¿no? Dicho esto, me levanté con determinación y de nueva cuenta, mis pechos rebotaron por el peso. Sinceramente quería remover dicho peso de mi cuerpo. — Ya tengo su corazón así que sigue conquistar su estómago y quitar todo lo que se interponga en mi camino, ¿no es así? Murmuré esto y luego volví a mirar el plato con los huevos fritos que salieron mal. — De lo contrario… El pecho dolió con fuerza. — Si esta es mi elección… seré rechazada en un abrir y cerrar de ojos. Después de decirlo, se volvió doloroso y éste cada vez aumentaba más. — Supongo que lo haré, ¿no? Volví a repetirlo, y me llené la boca con huevo frito. Mastiqué, mastiqué y tragué. — Sabe horrible… El dolor abrazador y el gran mal sabor de boca hicieron que se me escaparan a gritos estas palabras. El hecho de haber empezado demasiado tarde mi entrenamiento en la cocina tenía un sombrío panorama.
Capítulo 7: Limpieza. Día de descanso. En la habitación con las cortinas cerradas, solo brillaba la pantalla de la televisión delgada y grande que había comprado con un poco de esfuerzo. — El hombre es una criatura que no puede limpiar. Le dijo el protagonista mostrando su enojo a la heroína. — No te hagas ilusiones de un hombre. Despierta. No, no, no es que se haga de ilusiones, lo que está diciendo es que le decepciona que la habitación de un hombre esté sucia. Este protagonista estaba respondiendo de forma un tanto vigorosa. Cuando le di un trago al refresco de cola que había en mi vaso, me dolió la garganta y luego la dulzura se adhirió a la parte posterior de mi lengua. Ni el dolor que ocasionaba el agua carbonatada ni la dulzura me desagradaban. Se trataba de una escena de discusión entre un hombre y una mujer en el contexto de una película de comedia. Sencillamente sus risas no eran tediosas y junto con lo divertido de sus actuaciones, hacían una buena mancuerna; así que pude verla sin demasiada sensación de seriedad. Sin embargo, se pone demasiado énfasis en la alegría y, a veces, me siento un poco incómoda y pienso: “¿Se dirán ese tipo de palabras en una situación como esa?” Por lo que el resultado fue: — Bueno, estuvo regular. Eso fue lo que pensé y dije, después de que terminaron los créditos finales. — Que bueno que no fui a verla al cine. Saqué el Blu-ray del compartimiento de CD’s y suspiré ligeramente. — El hombre es una creatura que no puede hacer la limpieza… Ese dialogo de la película salió de repente de mi boca. La primera vez que la heroína fue a la habitación del protagonista, y señaló la evidente suciedad de su cuarto de forma descortés, éste se enojó y le respondió eso. Después de murmurar esas líneas sin propósito alguno, recordé la conversación que tuve con Yoshida senpai en la empresa. — Mishima tiene una forma desorganizada de priorizar el trabajo. Y eso es porque no puede organizar las ideas en su cabeza. — Lo dice Yoshida senpai, quien no ha puesto en orden ni siquiera su escritorio. — ¿Qué? No estamos hablando de mí. Yoshida senpai puso cara de enojado y Hashimoto senpai quien estaba a su lado, estalló en risas. No se trataba de una conversación de gran importancia, pero extrañamente la recordaba con claridad. ¿No debería haber dicho nada sobre el escritorio de Yoshida senpai? No era que hubiera muchas cosas, pero no se miraba muy limpio. En el escritorio tenía las cosas que necesitaba en el lugar en que las necesitaba, para los demás parecería estar en orden. Los escritorios de Hashimoto senpai y el de Gotou san daban la misma impresión. No estaba usando nada de su escritorio excepto la PC. No había nada especial en ello, pero me pareció que las cosas estaban en ese lugar porque el las puso ahí sin poner atención.
Desde mi punto de vista, era increíble que hiciera un trabajo tan rápido en un escritorio que estaba tan desordenado. A partir de esto, me imaginé que la habitación de Yoshida senpai no estaría muy limpia que digamos. — Ah. En ese punto en mis pensamientos, me acordé de la existencia de Sayu chan. Lo había olvidado. Escuché que ahora es ella quien hace todas las tareas domésticas en su casa. Yoshida senpai dice que todos los días le prepara el desayuno, hace la limpieza y le lava la ropa cada dos días. Era una gran cantidad de trabajo. — Bueno, si yo me quedara en la casa de alguien que me agrada, también lo haría. Después de murmurar eso, de forma automática suspiré por estar en contra de algo tan ridículo. La casa de Yoshida senpai. La casa en la que vive Sayu chan, la casa a la que ha ido Gotou san, y la casa que yo no conozco. Cuando materialicé esa idea en palabras, me enojé muchísimo. No sabía si iría alguna vez, pero si lo hiciera, definitivamente revisaría si su habitación está limpia o no. — Bueno, mejor dicho… Inhalé y exhalé. ¿Acaso no es más realista que yo vaya a casa de Yoshida senpai a que lo invite a la mía?, me pregunté. Por supuesto, pero no podré estar sola con él en la casa en la que se ha ido a meter Sayu chan. Abrí tanto como pude una cortina que estaba cerrada. Era justo pasado el mediodía. La oscuridad de la habitación se hizo pedazos ante la implacable luz del sol y yo entrecerré mis ojos. Luego, volteé hacia la habitación saltando ligeramente dos veces. Cuando entrecerré los ojos de nuevo, gracias a la luz de sol, vi flotar pequeñas partículas de polvo. — No pasé la aspiradora la semana pasada… por lo que se ha acumulado el polvo. Después de murmurar esto, abrí de inmediato la ventana de mi habitación. — ¡A pasar la aspiradora! Después de decir esto casi gritando, fui con demasiado ímpetu por la aspiradora. Pensé que era un día perfecto para hacer limpieza a fondo. Con la respiración agitada, aspiré el piso de la habitación, pasé un trapeador de microfibra cubierto de papel, para limpiar el polvo en los lugares en los que era demasiado estrecho para que pasara la aspiradora, limpié toda la mesa con un trapo húmedo y finalmente puse todas las cosas que estaban por aquí y por allá en su lugar. — Bien. Para empezar, no era del tipo de persona que ensuciaba tanto su habitación, pero después de unas horas de hacerlo a consciencia, estaba tan limpia que yo misma tenía problemas para reconocerla. — Así no habrá quejas. Después de decir esto, asentí varias veces. En caso de que Yoshida senpai entrara a esta habitación. Tuve esa fantasía inútil. Me imaginé a Yoshida sempai quitándose los zapatos en la puerta principal, y después de entrar, mirar por todos los rincones del lugar. — Está sorprendentemente limpio. — Claro, por supuesto. ¿Lo quieres revisar una vez más? — Bueno, un poco más. En ese punto del delirio me sentí un poco relajada.
— Y, bueno… ¿qué te parece? Las mejillas calientes vuelven a su estado original. Las palabras de Yoshida senpai eran tan reales. Y diría algo así como: — Bueno, un poco más. Pero… — La premisa es ridícula… Sentí que la emoción se enfrió, aunque solo un poco. Yoshida senpai no es un tipo tan sensato como para que lo primero que haga al entrar a una habitación sea decir cumplidos. “¿No está bastante limpia la habitación?” ¿No será eso lo primero que me pregunte cuando vea la habitación tan ordenada?, pensé. Bueno, definitivamente sería algo así. En primer lugar, ¿Yoshida senpai vendrá a mi habitación? No, no lo hará. Como en casa de senpai no hay televisión, me parece que la forma más natural de hacerle una invitación sería diciéndole: “Hay un DVD que quiero que veamos juntos…” Sin embargo, aunque dijera algo como eso… — ¿No puedes invitar a otra persona aparte de mí? — Pff Con solo imaginarme a Yoshida senpai respondiendo eso con gran indiferencia, me pareció demasiado apegado a la realidad y me eché a reír. — Definitivamente diría algo como eso. Murmuré eso para mi misma y suspiré. — ¿Y si mejor no invito a Yoshida senpai? Añadí eso y suspiré profundo nuevamente. Cuando regresé a mis sentidos, vi una habitación bastante limpia. ¿Cuántas horas me llevó limpiarla? Y ahora no tenía ningún sentimiento de emoción al respecto, sino que ahora me sentía un poco deprimida. De repente, recordé la película que había visto algunas horas antes. Y las palabras salieron de forma natural de mi boca: — No te hagas ilusiones de Yoshida senpai. Me pareció divertido cuando lo dije. — Abre los ojos. Cuando dije esto, me eché a reír. — Mmm… iré a comprar algo dulce. Tomé mi billetera que estaba en la mesa recién ordenada y me dirigí a la puerta. Es en verdad cansado estar enamorada de un hombre insensible. Y cuando me acordé de este hombre insensible en este día de descanso, e hizo que mi estado de ánimo tuviera altibajos; pensé que yo también era una persona decepcionante.
Capítulo 8: Dashi1. Cuando llegué a casa después del trabajo, olí el ligero aroma de la sopa de miso. — Bienvenido a casa. Sayu asomó su cara desde la sala y me saludó ligeramente con su mano. — Ya volví. Le contesté y me quité los zapatos. — Estoy preparando la comida. — Oh, gracias. En la sala, la mesa ya estaba puesta y además estaba preparando la comida. Últimamente, se ha vuelto una escena cotidiana cada que regreso del trabajo. Cuando terminé de trabajar, le envié un mensaje a Sayu: “Voy a casa” para avisarle, al parecer ella ya sabe a la perfección el tiempo que me toma hacerlo y hace los preparativos para que yo pueda comer tan pronto como llegue. Ha pasado mucho tiempo desde que Sayu llegó a esta casa, nos hemos sentido incomodos el uno con el otro, no obstante, creo que nuestra capacidad de adaptación ha sido demasiado alta. Bueno, eso en sí mismo no debería ser algo malo. Me lavé las manos en el baño, rápido me quité el traje y me puse ropa cómoda, llegué a la mesa, y poco después Sayu se sentó también. — ¡Buen provecho! Como de costumbre, los dos juntamos las palmas de las manos diciendo esto y comenzamos a comer. Me he acostumbrado a la vida junto a Sayu más de lo que imaginaba, y aunque eso me produce un sentimiento indescriptible, de hecho, también de alguna manera me producía un sentimiento reconfortante. Comer con alguien da una sensación agradable. — ¿Mm? Sobrí sopa de miso y cuando lo hice, sentí que tenía un sabor un poco diferente a lo habitual por lo que dije eso sorprendido. Sayu, quien estaba sentada frente mí, inclinó un poco la cabeza me miró y dijo “¿Mm?” así que decidí decirle exactamente lo que pensaba. — Bueno, es que sentí que el sabor de la sopa de miso de hoy era diferente… Cuando dije eso, por alguna razón Sayu puso en su rostro una expresión ligeramente feliz, y luego asintió varias veces. — Eso es porque hoy le agregué un poco de katsuodashi2. — Katsuodashi. Lo que escuché fue que ella misma lo había preparado y, sin embargo, ni siquiera lo había comprado ella. — O quizá debería decir que esta no es la primera vez que se lo agrego… 1 2
El Dashi es una clase de sopa y caldo, considerado fundamental en la cocina japonesa. Caldo de pez bonito seco.
— ¿Eh? ¿Enserio? Ante mi reacción, Sayu se volvió a reír y luego asintió otra vez. — Me preguntaba cuando lo notarías, así que cada vez fui aumentando la cantidad. — ¿Y qué rayos querías con ese experimento? — ¿Qué tal? ¿Está rico? Sayu hizo esta pregunta, ignorando la mía. En cuanto a la pregunta de que, si estaba delicioso o no, estaba delicioso. Mejor dicho, me di cuenta porque estaba delicioso. Después de pensarlo, descubrí de la intención de Sayu. — ¿No sería que lo hiciste porque estabas buscando mi sabor favorito? Cuando se lo pregunté, Sayu dudó un poco y luego dijo que sí con la cabeza. — Pensé que aumentando la cantidad para que notaras la diferencia, me ayudaría a establecer cuál es el sabor que más te agrada. Como Sayu dijo eso con un poco de timidez, por alguna razón yo también me sentí avergonzado, y sin decir nada; sorbí más sopa de miso. Después de todo, estaba deliciosa. Cuando era niño, nunca pensé a profundidad en los condimentos de la comida que me servían mis padres y desde que comencé a vivir solo, apenas y he cocinado por lo que, para ser honesto, era un ignorante de la cocina. — Pensaba que la sopa de miso se obtenía simplemente disolviendo el miso en agua caliente. Cuando dije eso, Sayu se rio y me respondió: — Si solo se hiciera así no queda rico. Pero si le das un pequeño toque, queda más delicioso. Después de decir esto, Sayu sorbió un poco más de sopa. Y luego, murmurando, dijo: — Esto es lo único que puedo hacer… — ¿Mm? ¿Qué pasa? Cuando le pregunté, Sayu dejó lentamente sus palillos en un costado y miró hacia la mesa. — Nada. Me dejas quedarme en esta casa, eres muy amable conmigo… y me parece que a cambio solo puedo hacer que la comida sea deliciosa… Cuando escuché lo que dijo, no pude pensar de inmediato en una respuesta. Siempre es valiente, y busca darle a la sociedad el valor de su existencia, y ahora su autoestima estaba baja. — Bueno. Dije antes de pensar en lo que iba a decir. Pensé que tenía que decir algo. — Mm… eso… oh… Me rasqué la nuca, y también miré hacia la mesa. Sayu estaba sentada frente a mí, mirándome y esperando a que dijera algo. Comí un poco de arroz y luego sorbí algo de sopa miso. — Eso que has dicho que es “lo único que puedes hacer” … para mi habría sido muy difícil tenerlo viviendo solo. Para ser honesto, dije lo que sentía en mi corazón. — De verdad, que siempre he querido agradecértelo.
Cuando dije eso, Sayu se quedó con la boca un poco abierta y con la mirada perdida, lentamente como si hubiera comprendido mis palabras, se comportó de forma sospechosa y se movió ligeramente. Después, riéndose de forma algo tímida, asintió. — Si es así… que bueno. Me sentí un poco aliviado al escucharla decir eso. — ¡Se enfriará, así que comamos! Cuando dije eso, ella asintió y tomó sus palillos. Cuando volvió a comer, le eché un vistazo, y suspiré ligeramente; porque Sayu me ayuda más de lo que ella piensa. Estoy seguro de que ella no sabe lo agradecido que estoy. La presencia de Sayu hace a esta casa más confortable, lo hace “un lugar al cual quiero regresar”. Y tengo el fuerte deseo que, para ella, sea igual. Cuando sorbí la sopa de miso, ésta estaba un poco más fría. — Mm… sigue estando deliciosa. Yo asentí y Sayu sonrió feliz. — Bueno, la próxima vez lo prepararé igual. Dijo ella.
Capítulo 13: Blusa Túnica. — Fue una buena época la de la preparatoria… Dije eso inconscientemente estando sola. Sentí que estuve como 30 minutos yendo y viniendo del espejo al armario. Cuando era estudiante de preparatoria aceptaba sin cuestionar el comentario de mis compañeros de clase que decían: “A Aoi le queda bien la ropa negra ¿verdad?” por lo que siempre me vestía con ropa de ese color. Y luego, cuando estaba en la universidad no me interesaba especialmente la moda, pero aun así compré una revista y me vestí como una modelo que tenía un corte de cabello muy parecido al mío. Por lo tanto, nunca en mi vida me he preocupado por estar a la moda. — Era genial porque si no sabía qué ropa ponerme, bastaba con usar el uniforme. Cuando dije eso pensé en usar un uniforme, no era un pensamiento poco correcto en ese momento, pero cuando lo pensé mejor, recordé que el uniforme estaba en casa de mis padres y para una mujer de 27 años que no era actriz ni modelo, usar un uniforme de preparatoria no era nada razonable. Suspiré y me senté en la cama. Aunque por supuesto que había muchas razones para preocuparse por qué ropa ponerse para salir. Si fuera a salir sola, claramente estaría bien si simplemente usaba algo apropiado de color negro, pero estoy preocupada porque quizá me encuentre con alguien. Además, ese alguien era ni más ni menos que mi primer amor. Disfrutando el día de descanso de repente me di cuenta de que ya era justo después de mediodía, pensé en ir a la tienda de conveniencia para comprar algo para comer, pero mi di cuenta de que había olvidado mi cartera en el trabajo. Una persona que ha vivido cómodamente con sus padres, cuando se convierte en un trabajador que comienza a vivir solo, naturalmente no cocina su propia comida, cuando tenía ganas de cocinar simplemente sabía lo que estaba dentro del refrigerador de mis padres. En otras palabras, me di cuenta en mi segundo día de descanso que no tenía nada que comer, ni billetera y no podía hacer nada al respecto. Casi al mismo tiempo en que me asombré al darme cuenta de lo negligente que era mi estilo de vida, se me ocurrió algo malvado. Usar esto como pretexto, llamar a Yoshida quien era la única persona en la compañía con la que había intercambiado información de contacto y aprovechar para ir a comer. Aunque pensé que era una buena idea, ahora que me encontré de nuevo con Yoshida esta excusa no se ajustaba correctamente a la situación. Tal vez, para Yoshida yo soy “una senpai que admiraba cuando estaba en la preparatoria”, y el tiempo se ha detenido en ese pensamiento. Sabiendo eso, si la situación no salía apropiadamente, esa imagen se rompería dentro de él y su existencia para mí no era indiferente. En resumen, quería presumir ante mi kouhai y primer amor. Sin embargo, hasta ahora nunca me había interesado activamente en la moda, siempre cuando caminaba por las calles pensaba sin pena alguna: “bueno, así es como debe ser”, y así continué sin tener la menor idea de “cuál ropa era la que más le agradaba al sexo opuesto”. Además, mi pareja era “ese” Yoshida. Cuando estábamos en la preparatoria y teníamos citas, aunque todos los días llevaba puesto el uniforme él me decía que me veía “linda”, incluso cuando vio el gran lunar que tengo justo arriba de mi trasero él dijo también que era “lindo”, él era ese tipo de hombre.
Pero creo que él veía todo eso como algo lindo solamente porque estábamos saliendo en aquel tiempo. Es decir, no conozco su “zona de strike”. — La atención de Yoshida… No quiero echarle la culpa, pero es por eso que no decido que ropa ponerme. Para empezar, ni siquiera he contactado a Yoshida. Bueno, si lo hago, definitivamente hará tiempo para venir. Por alguna misteriosa razón, tenía confianza de ello. No obstante, si hago un plan con una gran probabilidad de ser rechazada, es mejor primero contactarlo antes de elegir la ropa. No ceo que Yoshida tenga planes para los días de descanso, pero… saqué mi Smartphone, y escribí y envié un mensaje a Yoshida. Yoshida respondió inmediatamente, pero no parecía entusiasmado. Sin embargo, si hubiera tenido algo que hacer, hubiera empezado su respuesta diciendo: “Tengo algo que hacer, así que…”. ¿Se negaría, aunque no tuviera algo que hacer? Sería un descaro. Como a pesar de que estuvimos mensajeándonos varias veces Yoshida estaba renuente a ir a la oficina, al final, tuve que usar una técnica especial, le dije “Que no tenía nada que comer”. Bueno, en realidad, el hecho de que no tuviera nada que comer no era mentira. Después de decir eso, Yoshida rápidamente se rindió y me respondió diciendo que iría. Aunque saqué ventaja de la personalidad de mi oponente, una victoria es una victoria. Bien. Volvamos al problema inicial. Que ponerme, ese era el problema. No puedo regresar al pasado para investigar los pasatiempos de Yoshida, y sería vergonzoso mandarle un mensaje preguntándole “¿Qué estaría bien ponerme?”. Además, si lo hiciera seguramente respondería “¿No estaría bien si te pones la ropa que te gusta?” … ni tampoco tenemos aquella relación en la que me diría “Te ves linda con lo que te pongas senpai”. Cuando pensé en eso, me dolió un poco el pecho. Ahora tiene otro amor en su corazón. Sabía que lo había dejado ir, pero también al mismo tiempo comprendía que el pez que huye siempre es el que parece más grande. Por esta razón, me arrastré por la cama con un dolor sordo en mi pecho, luego, me levanté de la cama con un vigor innecesario. Después, tomé una revista de moda que había caído a un lado de mi cama y que había comprado la semana pasada por pura inercia. En la portada decía con letras grandes: “¡En otoño, es una regla usar una blusa túnica!”. — Ah. Dejé escapar ese monosílabo en automático. — Yo tengo una blusa túnica. Me dirigí a mi closet mientras ojeaba la revista. Hace algunos días, fui a una tienda de ropa para comprar algo para el otoño, como para mí era complicado elegir algo, le pregunté sin tapujos a una empleada de la tienda “¿Qué cree que se me vería bien?”. Y la respuesta estaba ahí. Tomé una blusa túnica de un color gris cercano al negro y me paré frente al espejo. Recuerdo que la empleada me dijo en voz alta: “Estaría bien dar una impresión algo más tranquila, ligera y agradable que con una prenda de invierno ¿No es así? ¡Y creo que se verá hermosa con esto y su cabello negro! Y ciertamente me veía más tranquila y agradable.
Miré la revista y la modelo llevaba una blusa túnica y unos pantalones capri de tres cuartos. Y yo también tenía unos pantalones capri. Sola en la habitación, asentí y saqué unos pantalones caprí en color blanco. Me quité la ropa que traía puesta, me puse el pantalón y la blusa túnica y mi figura se veía mejor de lo que pensaba. — Esto está bien. A pesar de que cuando compré la revista, pensé “La compraré, aunque no la voy a leer” y cuando compré la ropa también pensé “De cualquier forma, solo me la pondré algunas veces”, ahora ha resultado útil. Hacer cosas por inercia de vez en cuando puede ser algo beneficioso, así que sonreí. Revisé cuidadosamente en el espejo del baño que mi cabello no estuviera desarreglado y puse una cantidad de maquillaje que no se notaba. Abrí la gaveta de los zapatos en la entrada y busqué los zapatos más apropiados para mi ropa de hoy. En la orilla de la gaveta descubrí unos zapatos que todavía estaba en la caja. — Ah… Lo supe aun sin abrir la caja. Dejé escapar una sonrisa masoquista. — Por algo aparecieron ante mis ojos en este momento… Extendí la mano y tomé la caja. Cuando era estudiante de preparatoria, le pedí a mis padres que me los compraran y en aquellos días parecían estar hechas para personas adultas. Eran unas sandalias negras con un tacón un poco alto, y con correas en los tobillos. Cuando los compré dije “Los usaré en mi próxima cita”. Finalmente, y por mi culpa no hubo una próxima cita. — ¿Esto es… una cita? Murmuré esto viendo fijamente las sandalias. — ¿Es como preparación para una cita? Diciendo esto, quité la envoltura de papel y puse los zapatos en la puerta principal. Al parecer el tamaño de mis pies no ha cambiado desde la preparatoria y sorprendentemente las sandalias me quedaban perfectamente. — Fufu. Dejé escapar una risita instantáneamente. — Estuvo mal no haberlos usado. Dije eso viendo las sandalias. Por supuesto, no había una respuesta, pero pensé que encontrar ahora estos zapatos me causaba una gran satisfacción y era una situación conveniente. — Ropa motivante y zapatos nuevos. Y, además, soy una mujer hermosa… Quise decirlo y lo dije. — Sería indeseable que los sentidos de Yoshida no se estimularan con esto. Murmuré esto para mí misma y me reí. Abrí la puerta de la calle. Dije esas palabras para elogiar mi apariencia, con ese sentimiento salí de mi casa. Tal vez porque nunca recibo elogios por mi atuendo ni tampoco ni un comentario al respecto.