Capítulo 27 — Soy la Villana; Esta es una Reunión

El lugar estaba reservado, las invitaciones enviadas y el programa del día preparado, lo que significaba que habíamos terminado de organizar la reunión según las instrucciones de Laura.

Para prepararme para la reunión, tuve que elegir un vestido adecuado para un evento nocturno. Elegí uno que no fuera demasiado revelador y que tuviera un color azul marino que me gustara, y lo combiné con guantes de ópera blancos. En cuanto a mi pelo, planeaba recogérmelo en un moño en lugar de llevarlo liso como de costumbre—o mejor dicho, iba a conseguir a alguien que lo hiciera por mí. Con eso ya tenía todos los preparativos hechos.

Padre discutió el evento conmigo en casa. “¿Una función nocturna de la Mesa Redonda? Cuan espléndido. Entre los antiguos miembros hay algunos nobles muy influyentes. Esta podría ser una oportunidad para profundizar nuestros lazos con la nobleza mientras respetamos plenamente las costumbres de la sociedad. También es una buena oportunidad para que te vuelvas más cercana al Príncipe Friedrich”.

“S-Sí, lo es...” ¡No quiero! ¡Alguien tiene que desactivar esa mina terrestre por mí! ¡Usen prisioneros de guerra si es necesario!

“¿A quién elegirás como acompañante?”, preguntó padre.

“¿Tú quizás, padre?” No lo sabía antes de venir a este mundo, pero este tipo de eventos normalmente implicaban que las chicas fueran escoltadas por chicos. Cuando escuché por primera vez la palabra "acompañante" me pregunté por qué necesitaría un equipo de seguridad, pero eso era sólo porque mi cerebro estaba deformado por haber leído demasiados libros sobre cosas militares.

En este caso, un acompañante era alguien con quien la chica tenía una relación estrecha, como un amante o un prometido. Pero yo sólo tenía ocho años, lo que era demasiado pronto para tener un amante o un prometido. No era tan precoz.

“Hm. Bueno, tengo malas noticias entonces: Tengo que estar en una reunión esa tarde”.

“¿Qué...?”

¡No puede ser! No es que necesite un acompañante para asistir, pero será súper obvio si no tengo uno. Todo el mundo susurrará entre sí, “Dale un vistazo a esa solitaria”. No voy a tener eso.

“¿No hay ningún chico en la academia que te acompañe?” “No, pero... tal vez encuentre a alguien más que haya sobrado...” ¿Acaso sobrará alguien? Todos son pequeños lords y señoritas de buena familia, así que es posible que todos tengan ya pareja. Puede que yo sea la única que quede fuera... Eso es deprimente...

“Bueno, tenemos que hacer algo. Si es necesario, puedo retrasar mi reunión; después de todo, sería una desgracia para el nombre de Oldenburg que mi hija fuera humillada. Pero trata de buscarte un compañero en la academia”.

“¡Sí, padre!” Me quedé dando vueltas y buscando un compañero cuando sólo faltaban tres días para la reunión.

Intenté preguntar a todos los estudiantes mayores que conocía en el salón. “¡Por favor! Sé mi compañero para la reunión”.

“Lo siento. Ya he aceptado ser la pareja de mi prima”.

“Mi hermana mayor aún no tiene pareja...” “Bueno... Hay una chica de mi año con la que probablemente vaya”.

¡Gah! No debería haber esperado hasta tres días antes del evento.

“Astrid, ¿estás bien?” Preguntó Iris preocupada cuando me vio tomar asiento con lágrimas en los ojos.

“Iris, ¿puedes ser mi acompañante?” “¡Me encantaría! ¡Pero me gustaría aún más si tú fueras mi acompañante!”.

“Era una broma, Iris...” La hermanita sonaba bastante seria ahora... En realidad, vestirse de chico y luego escoltar a Iris no estaría tan mal. ¡Yo seré quien escolte a Iris! ¡Llevaré a salvo la flota desde las costas orientales de América hasta el continente inglés!

Uh... Realmente no tengo tiempo para estas bromas. Tengo que ponerme seria para encontrar un compañero.

“¿Alguien te está acompañando, Iris?” “Mi padre aceptó escoltarme. Pero preferiría que fueras tú”.

Eso se entiende. Debería haber adivinado que Iris elegiría a su padre. Después de todo, seguimos siendo niñas de primaria. Pero Iris, no puedes decirle a tu padre que me prefieres a mí antes que a él. Lo harás llorar.

“Hey, tú. He oído que estás buscando un acompañante”.

Gah. Aquí viene Mina Terrestre número 2, alias Adolf.

“E-Eso es correcto. Pero no creo que sea un problema. Si es necesario, puedo pedirle a mi padre que sea mi compañero”.

“Cierto. Bueno, puedo acompañarte si quieres”.

¿Huh? ¿Por qué tú?

“¿E-Estás seguro?” "De hecho, digamos que soy yo quien lo pide. Déjame acompañarte".

¡Whoa! ¿Cómo es que estás tan adelantado hoy?

“Pero tienes a Minne, y...” “Ah... Sí, tengo a Minne, pero no puede ir porque no es miembro de la Mesa Redonda. No hay problema en que te acompañe, ¿o sí?” ¡Vamos! ¡Escúchate! ¡Estás tratando de trabajar tus encantos en mí cuando ya tienes una novia! ¡Ya estás engañando a nivel emocional! ¡Minne va a llorar!

“En ese caso... por favor sé mi acompañante, Lord Adolf”. “Claro. Lo estoy deseando, Señorita Astrid”.

Al final, tuve que aceptar su oferta porque me preocupaba que hacer otra cosa pudiera desencadenar mi destrucción.

Lo siento, Minne. Sólo voy a pedir prestado a Adolf por un tiempo. Me aseguraré de limpiarlo antes de devolverlo.

“Por cierto, ¿a quién acompaña el príncipe Friedrich?”

“A la Señorita Laura. La organizadora y el príncipe hacen una buena pareja, ¿no?” Oh, ¿Laura ya desactivó la mina terrestre llamada Friedrich por mí? Eso es un alivio.

“Realmente quería que me acompañaras, Astrid...” Dijo Iris.

“Lo siento, Iris. Lo haría si fueras un chico”.

Iris parecía decepcionada, y yo tampoco estaba precisamente encantada.

Esto aumenta mis posibilidades de pisar una mina, y encima traicionando a Minne. ¿Por qué Adolf quiere escoltarme de todos modos?

“Siento que se acerca una tormenta...” La reunión había pasado de ser algo esperado a algo que secretamente temía.

Era el día de la reunión. Me puse el vestido que había preparado y me dirigí al Gran Hotel Havel en carruaje de caballos. Había muchos carruajes frente al hotel, presumiblemente debido al evento.

Habíamos reservado el último piso para nuestro lugar de celebración, así que allí era donde se estaba celebrando la reunión.

“Oh, ahí estás”. Adolf me estaba esperando en el último piso. Sonaba lleno de sí mismo como de costumbre.

Sin embargo, se ve muy elegante en ese esmoquin—para un niño de ocho años, por lo menos. No es tan difícil de creer que vaya a ser el próximo capitán de una orden de caballeros. Entiendo perfectamente por qué es un interés amoroso en el juego.

“Mis disculpas por haberte hecho esperar, Lord Adolf”.

“No te preocupes. Todo el mundo sabe que las mujeres tardan mucho en prepararse para ir a cualquier sitio”.

Wow. Este chico cree que sabe un par de cosas sobre las mujeres, ¿verdad?

“¿Quieres entrar?” “Sí, vamos”. Tomé su mano en la mía y me dirigí a través de la puerta abierta que conducía al vestíbulo.

El vestíbulo sólo podía describirse como grandioso. Cuando vinimos por primera vez a ver el lugar, el vestíbulo había sido un espacio vacío, pero ahora estaba repleto de mesas

cubiertas de comida y postres. Sólo con mirarlo fue suficiente para hacerme sentir hambrienta. También había una banda que tocaba una pieza musical desconocida pero hermosa cerca de la parte delantera del vestíbulo, lo que realmente dio vida al evento.

Sin embargo, la principal atracción fueron los antiguos miembros de la Mesa Redonda, que estaban deslumbrantes. Cada uno iba vestido con un traje precioso. A los hombres les sentaban perfectamente sus esmóquines, y las mujeres llevaban elegantes vestidos de vivos colores.

“¿No es increíble?” Pregunté con asombro “Sí. Está más allá de lo que esperaba”, Adolf respondió, pareciendo un tanto abrumado. “Primero, vayamos a saludar a Laura”, sugerí. “Ella es la organizadora, después de todo”. “Tienes razón. Será mejor que saludemos a Friedrich también”. Adolf y yo nos hicimos camino a través del magnífico vestíbulo en búsqueda de Friedrich y Laura.

“Ah, ahí están”. Adolf los había visto. Encontrar a Friedrich y Laura no había tomado mucho esfuerzo. No fue difícil porque ellos estaban en el centro de la más grande multitud de personas. Era probablemente sólo una consecuencia natural de que haya tantas personas que quieran lazos más fuertes con la familia imperial. Usar a Friedrich para atraer a más asistentes ciertamente había sido efectivo.

“¡Oh, Astrid!” Laura me vio y empezó a saludar. “¡Ven aquí!” “Buenas noches, Laura. Luces espléndida”.

“Gracias, Astrid. Espero que sepas que tu propio vestido luce increíble también”. Laura estaba usando un vestido color crema. Todas las más recientes tendencias de moda lucían asombrosas en ella. Ahora entiendo por qué Laura no engordaba sin importar cuánto comiera: todo el peso debe haber ido a su pecho porque sus senos eran enormes.

¡A-Aún tengo ocho! ¡Mi tiempo llegará!

Adolf escogió sus palabras cuidadosamente mientras saludaba a Laura. “Estoy honrado de haber sido invitado esta noche, Señorita Laura”. “No hay necesidad de ser tan formal, Adolf. Habla como lo haces normalmente”. Alguien debe haberlo entrenado muy bien. Tal vez fue su papá, el líder de la orden de caballeros. Él entregó ese saludo perfectamente. Ahora veo por qué Minne se enamoró de él.

“Príncipe Friedrich, rezo por que tengas una maravillosa noche”. “Oh, Astrid. Espero que pases un buen rato también. Veo que viniste con Adolf”. Teníamos que decirle un montón de saludos a Friedrich también. Nadie va por ahí saludando a gente más que los nobles.

“Así es”, Adolf le dijo a Friedrich. “Todavía tengo que ajustar una cuenta”. “Sí, lo escuché. Perdón por no poder ayudar”. “No tienes nada por lo que disculparte”. ¿Ajustar una cuenta? ¡¿A-Activé una mina terrestre en algún punto sin darme cuenta?! ¡¿C-Cuándo ocurrió eso?!

“Bueno, espero que ambos disfruten la reunión”. “G-Gracias…”

Ya no puedo disfrutar esto. Mis únicas armas son una escopeta, una pistola, un rifle automático, una ametralladora, y un lanzagranadas. ¡Eso no es suficiente poder de fuego para enfrentarse al ejército de una nación! ¡Cualquier levantamiento que empiece simplemente va a ser derribado!

¡Wah! ¿Qué haré? ¡¿Qué haré?!

“¿Está algo mal?” Adolf me miró con sospecha. “N-No… no es nada”, respondí.

¡Soy yo la que quiere preguntar qué está mal aquí! ¿Es por esto que querías acompañarme? ¿Para ajustar una cuenta? Eso suena a problemas, no importa cómo pienses en eso.

“¡Astrid!” Una animada voz interrumpió mis agonizantes pensamientos. “¡Iris! ¡Pero qué lindo vestido!” “¡Tu vestido es hermoso también, Astrid!” Mi hermanita Iris apareció y me tranquilizó. Ella estaba usando un vestido color azul marino que combinaba con el mío, y tenía un gran lazo que hacía que se asemejara a los vestidos que las hadas usualmente usaban. Realmente lucía linda. No esperaba menos de mi hermanita. Me sentí orgullosa de ser una hermana mayor para ella.

“Parece que siempre estás cuidando a mi hija”. “Duque Braunschweig, yo debería expresar mi gratitud por la oportunidad de disfrutar de la compañía de Iris”. Un pez gordo había hecho su aparición. Este era el Lord Diethard von Braunschweig, el duodécimo jefe de la familia Braunschweig.

Ah, ahora recuerdo que Iris iba a ser acompañada por su papá. Él podrá no tener un cargo ministerial como mi padre, pero a pesar de ello es bastante influyente.

“Me preocupo cuando veo a Iris partir a la academia, pero ella viene a casa con una sonrisa en su rostro cada día gracias a ti. Te debo mi gratitud”. “En absoluto. No hecho nada que merezca tales elogios”. ¡Muy bien! ¡He ganado el favor del Duque Braunschweig y le he dejado una buena impresión! ¡Ahora si el dominio de mi familia es confiscado, tal vez él levante un ejército junto con padre!

“Padre, realmente hubiera preferido que Astrid me acompañara en su lugar…” “Ha ha. Realmente te agrada Astrid, ¿verdad?” Iris, no puedes decirle eso a tu papá… “Hay tantos rostros familiares aquí que tendrás que disculparme. Por favor, dale a Paul mis saludos”.

“Como desee, Su Excelencia”. El Duque Braunschweig se fue, llevándose a Iris con él.

Seguir al Duque Braunschweig mientras saluda a sus antiguos compañeros de la escuela no puede ser muy divertido para Iris. Me aseguraré de pasar tiempo con ella más tarde.

“¡Astrid!” Otro rostro familiar apareció, esta vez era Vallia. “¡Vallia!” El hombre a su lado tiene que ser Eugen, un miembro de la familia del Duque Schleswig. Él era un joven alto, y su sonrisa era tan cálida y amistosa que estaba segura de que era una buena persona.

“Astrid, ¿cómo es la vida en la academia?” Vallia preguntó. “Cada día ha sido divertido desde que mi prima se inscribió”, respondí con una sonrisa. “¿Cómo es la vida de casados, Vallia?” “Cada día es prueba y error. Mantener a este hombre feliz es un trabajo difícil. En el momento que le quito mis ojos de encima, está persiguiendo a otra mujer, así que realmente tengo las manos llenas tratando de mantenerlo feliz y evitando que salga corriendo”. “Hey, vamos, eso no es verdad. No tengo ojos para nadie más que tú”. Ohh. Las parejas recién casadas seguro que son agradables.

“Debes ser Astrid”, Eugen me dijo. “He escuchado que eres una genio mágica. Si alguna vez vas a estudiar a la universidad, deberás dejarme leer tu tesis. Todavía tengo interés en la magia”. “Él se graduó como el mejor de su clase después de terminar su carrera”, explicó Vallia. “Estoy segura de que se llevarán bien, Astrid”. Oho. ¿Así que los Schleswigs tiene un poco de interés en la magia?

“Si ese momento alguna vez llega, entonces por supuesto”, le dije. “Espero que veamos grandes cosas de ti”, dijo Eugen. Les di a Vallia y Eugen una educada reverencia antes de que ambos se fueran.

“Señorita Astrid, ¿tienes un momento?” preguntó Adolf de repente. “¡S-Sí! ¿¿Quieres discutir algo??” ¡V-Ven aquí! ¡Tengo a los Oldenburgs, los Braunschweigs, y probablemente a los Schleswigs de mi lado!

“Hay demasiadas personas aquí. Vayamos a la terraza”. Adolf lideró el camino a la terraza de la sala sin responder mi pregunta.

“¿Sobre qué querías hablar?” ¡Si esta es mi destrucción viniendo, le regresaré el golpe con todo el poder de fuego que tengo!

“Es sobre la magia de sangre. Perdón por nunca haber vuelto a ti. Te estoy acompañando esta noche como muestra de mi gratitud por la paciencia que has tenido conmigo”. ¿Huh? ¿No hay destrucción?

“He estado esforzándome para hacer fluir el maná a través de mi cuerpo desde entonces, pero no puedo hacerlo bien. Estaba muy avergonzado de decirte. Dijiste que era demasiado pronto para que aprendiera magia de sangre, y quizás tenías razón”. Así que eso fue lo que pasó… A pesar de que nunca mencionó la magia de sangre ni una vez, estaba luchando con ello todo el tiempo. Él siguió practicando solo. Eso es lo que esperaría del hijo de un capitán. Él ciertamente no carece de determinación.

“Pero todavía estoy preocupado. ¿Alguna vez seré capaz de hacerlo? Todos los miembros de la orden de caballeros deben usar magia de sangre. Es indispensable en el campo de batalla. Pero simplemente no puedo imaginarme a mí mismo siendo capaz de usarla”. Adolf me miró directamente. “¿Cómo aprendiste magia de sangre?” “Um… Mi tutor a domicilio me instruyó, di lo mejor de mí, y me las arreglé para aprenderla”, respondí. “Ya veo... Realmente eres una genio mágica después de todo. Tal vez es imposible para una persona ordinaria como yo…” ¿Huh? ¿Desde cuándo el personaje arrogante desarrolló tal baja autoestima?

“Es demasiado pronto para decidir si serás o no capaz de usar magia de sangre. No aprendemos lo básico hasta la escuela media, e incluso entonces no aprendemos a ponerlo en práctica hasta la escuela secundaria. Preocuparse innecesariamente sobre eso en esta etapa podría ser lo que te haga fallar”. Si te preocupas, preocuparás a Minne.

“Tienes razón”, dijo Adolf, apretando sus puños. “Todavía hay tiempo”. “Y no mantengas tus preocupaciones reprimidas. Hay muchas personas a las que les puedes hablar. Creo que Minne podría darte buenos consejos”.

“¿Minne? Ella obtiene buenas notas en magia…” Exactamente. Has que Minne te enseñe magia, y ponte romántico con ella mientras estás en ello.

“Perdón por todo. Por favor permíteme compensártelo”, Adolf dijo con una sonrisa.

Haah… Siento como si fuera parte de un escuadrón de desactivación de bombas. ¡Bueno, como sea, ahora que Adolf se ha recompuesto de nuevo, es hora de disfrutar la reunión!