El fin de este libro es un trabajo netamente artístico, compuesto por ilustraciones acompañadas de cortos párrafos o frases relacionados. Sin embargo estos ‘dibujitos’, como les dice mi hermana (8 años, ilustradora del libro), se encargaran de contar algunas escenas de una historia, la historia de un viaje por el Catatumbo, mi lugar desconocido, pero no ajeno.
El Catatumbo es una subregion de Colombia ubicada en el departamento de Norte de Santander. Actualmente la mayorĂa hemos escuchado hablar del Catatumbo por su importancia natural, su brusca geografĂa y por ser una de las regiones mĂĄs violentas de Colombia. Todos sabemos de su existencia, pero muy pocos tienen la fortuna o desgracia de conocerlo.
Relampago del Catatumbo: Este fenómeno se caracteriza por la aparición de una serie de relámpagos de manera casi continua y silente (especialmente por las grandes distancias), que se produce en nubes de gran desarrollo vertical formando arcos eléctricos entre los 2 y los 10 kilómetros de altura (o más). Este fenómeno es capaz de producir 1.176.000 relámpagos por año.
DespuĂŠs de muchas horas de viaje llegamos a Sardinata y sin bajarnos del carro cruzamos un puente hamaca, daba mucho miedo.
DespuĂŠs de pasar el puente los arboles no dejaban ver el cielo, en ese momento sentĂ la selva por primera vez.
Nunca estuvimos en un mismo lugar por más de un mes. Cambiar de lugar implicaba caminatas de muchas horas y a veces días. Atravesábamos grandes ríos y caminábamos, literalmente, por el filo de la montaña.
Cada vez que llegรกbamos a un nuevo sitio o finca o pueblo (campamento), organizaba mi cambuche y trataba de mantener la rutina del campamento anterior. Durante mi tiempo libre hacia ejercicio para mantenerme en forma y soportar las caminatas.
Tenia mucho tiempo libre y mi equipaje no lo pod铆a llenar con libros (mi gran pasi贸n). En la selva no hay televisi贸n y la se帽al de radio no siempre llega.
Entonces disfrutaba de la naturaleza, ver todos los tonos verdes de las montaĂąas, un gato cazar, un escorpiĂłn y una araĂąa pelear.
En el Catatumbo siempre llueve. Y estando en un cambuche, rodeado de arboles, la lluvia y los rayos se sienten totalmente diferente que desde la comodidad de mi apartamento en CĂşcuta.
El panorama siempre era el mismo cuando me levantaba después de una noche de tormenta, arboles caídos a causa de los rayos, que habían rodado por las faldas de la montaña y pasaban cerca a nuestro campamento.
El jefe del grupo siempre trataba de impresionarnos, el se sentĂa el mĂĄs fuerte y valiente del grupo. TenĂa una Pietro Beretta a la cual le guardaba un gran valor sentimental.
Un día estábamos en una de las caminatas habituales, él siempre iba al frente del grupo, y se encontró una serpiente enorme. Con su "valentía y fuerza" saco su pistola y le disparo 5 veces, de los cuales ninguno le atino. La mano le temblaba del miedo. Después de eso nadie volvió a hablar del tema.
Juan Pabón, un gran amigo mío, siempre dice que sus dos grandes amigos son la soledad y el tiempo. Estando en la selva le escribí un carta donde le contaba que finalmente había conocido y entendido a sus dos amigos. Escribir me ayudaba a desahogarme, a estar tranquilo, a ver lo positivo del lugar donde estaba.
De las cartas a mi hijo: “Del papi te cuento que vivo en las montañas rodeado por todos lados de selva y árboles en todos los tonos de verde que tú puedas imaginar; más de los que tu tienes en tu caja de colores” “Llueve todas las noches muchísimo, con truenos y rayos. Pero yo me abrigo para que no me de frio”
“Los días son muy calurosos, calientes con un sol brillante que quema bastante; por eso ahora soy más negrito.”
“Las noches son muy frías, pero son muy lindas porque el cielo tiene muchísimas estrellas, tantas que nunca he podido contarlas”
Es increíble como todo se puede ver diferente a través de los ojos de un niño. El secuestro y el hecho de estar en la selva es una experiencia trágica, tanto para el secuestrado como para la familia. Este trabajo busca mostrar como un niño de 6 años, que ama tanto a su padre, vivió esta experiencia de forma diferente. Estaba triste pues lo extrañaba, pero no estaba preocupado por lo que le pudiera pasar, ni era consiente de los peligros de la selva.
A pesar de desconocer completamente el lugar donde su papá estaba, no podía imaginar a su héroe triste y en un lugar tenebroso. Su papá dejó una imagen tan linda antes de partir, por un año, que este niño solo se lo podía imaginar en un lugar hermoso y mágico, como el de las películas de Disney o sus dibujos del colegio. Su héroe (por ser un papá tan cariñoso), sin estar presente, lo salvó de una mala experiencia o de un mal recuerdo.
José Joaquín Celis y Carlos José Celis Diciembre, 1999 Un mes antes del Catatumbo
31 de Diciembre, 2000 Regreso del Catatumbo