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ESPECIAL CONFLICTO EN UCRANIA LA INVASIÓN RUSA DE UCRANIA DOS MESES DESPUÉS: PERSPECTIVAS Y PUNTOS DE INFLEXIÓN

POR RICARDO GÓMEZ LAORGA

Presidente de los Jóvenes del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

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En el momento de escribir estas líneas, se cumplen dos meses desde que Vladímir Putin decidiera de forma unilateral, injusta y cruel, resquebrajar el consenso territorial que existía en Europa desde hacía, al menos, tres décadas

En esta tesitura, como es sabido, el pasado 24 de febrero decidió lanzar una operación de agresión al territorio soberano de Ucrania, país con el que había compartido fronteras durante casi 70 años bajo el paraguas de la Unión Soviética, pero al que le une de forma indudable unos lazos socioculturales férreos y fraternales.

Rápidamente, la comunidad internacional condenó en su mayoría un ejercicio de fuerza tan innecesario como desmedido, pues esta agresión recordaba a los peores momentos y episodios de conflictos considerados pretéritos en la psique europea como la Segunda Guerra Mundial. En este contexto fue, sin lugar a duda, la Unión Europea la que con más fuerza reprobó la actitud de Putin. Como hemos venido analizando desde el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, prácticamente desde los primeros momentos de la ofensiva rusa Bruselas se alineó innegablemente con las tesis ucranianas. En este sentido, la Unión Europea, como potencia normativa, pronto consideró que la acción de Putin era absolutamente contraria a las tesis del multilateralismo y el Derecho Internacional, dos de los pilares fundamentales de la acción exterior y cosmovisión europea Pronto, desde instancias comunitarias se aprobaron importantes medidas punitivas hacia Moscú, entre las cuales destacaron hasta cinco paquetes de sanciones diversos que han dejado a la economía rusa en un estado maltrecho y crítico (a pesar del importante aparato represivo y de censura que existe dentro de sus fronteras y que tiende a negarlo o relativizarlo) y, en especial, la aprobación de un fondo especial para enviar armas a Ucrania

Este hito puede tildarse de histórico por una cuestión clave: la Unión Europea como he indicado en líneas anteriores, puede ser catalogada como la gran “potencia normativa” del orbe Prueba de ello es ser la principal defensora del ámbito multilateral o la mayor proveedora de Ayuda

Oficial al Desarrollo (AOD). No obstante, con esta decisión, la Unión quería “ cruzar un Rubicón” como antes no había hecho en sus más de sesenta años de historia: la aprobación de un plan especial para nutrir de armamento a un país vecino en sus intentos de zafarse de la agresión de una potencia en el interior de sus fronteras.

Desde la sociedad civil organizada y europeísta no hemos parado de recordar la dimensión de esta medida propia de los tiempos extraordinarios que corren en el “Viejo Continente”: por vez primera, en la Unión Europea (salvo pequeñas fisuras de “quintacolumnistas” de Putin en el seno del Club como la Hungría de Orban, que ha sido la más tibia en las decisiones contra Moscú), ha existido una suerte de consenso generalizado de que, la agresión e invasión rusa de Ucrania conformaba una “línea roja” que Europa no podía tolerar bajo ningún concepto. En este sentido, la situación en Ucrania y la posición rusa están actuando como un “federalizador externo” en nuestra Unión. En un momento clave como es el final de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, la invasión a Ucrania ha dotado de unos especiales moldes a lo que de allí pueda concluirse, en especial, la convocatoria de una Convención europea que finalice con una reforma de los tratados en clave federal. Habrá que esperar lo que arroje la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas; un auténtico “todo o nada” entre la senda federal y la opción del inmovilismo y la falta de ambición en un momento histórico donde se necesita, precisamente, todo lo contrario.

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