Tentativas contra el verbo segunda edición ilustrada

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TENTATIVAS CONTRA EL VERBO.

Carlos S. Olmo Bau


Tentativas contra el verbo. Segunda edici贸n, revisada e ilustrada. Murcia, Septiembre de 2015.

Ilustraciones y poemas de Carlos S. Olmo Bau. http://pensarescribirresistir.blogspot.com https://www.facebook.com/TentativasContraElVerbo Creative Commons: 1212294258800 ISBN: 84-616-2536-6


1 el sol de la mañana el cruce cansado de miradas la imposibilidad de amar(nos) 2 volver a verte un abrazo deseado dudas y miedos 3 tocarte el pelo hundirme en tus labios despertar quizá 4 perecederos -mi sudor junto al tuyoy generosos 5 tú muriendo en mí hipóstasis imperfecta yo muriendo en tí


6 velar los sueños mirada detenida odiar el alba silencio ella respira la noche torna eterna 7 sobre la tierra desentrañado ausente mirando una flor 8 estamos solos en el hola y el adiós aúlla el viento 9 rompen las olas sólo puedo disfrutar de aquella espuma 10 rota la aurora repicar de campanas el sueño ha muerto


11 oscuras nubes mi huida imposible llorad

regreso 12 era mi lågrima fugaz vuelo de estrella y tu mi noche 13 gota que cae‌ cerveza a escondidas en tu cocina 14 yo tengo el viento rodando hacia la playa ya te alejaste

15 hermoso bosque lejos de mi tus ojos callado otoĂąo


16 moja mi piel arrástrame a la nada lluvia torrencial 17 perenne tierra solitario matorral ilusión 18 tu fotografía perdida en la agenda volvamos a abril 19 ódiame fuerte traicioné mis sueños arrójame fuera 20 nube de luna al alba libérala acompáñame

vuelve


21 desde la barra futuros imperfectos una decisi贸n fugitiva la sombra tu imagen en la luna 22 estremecida la caricia perdida llama el viento 23 sol en el cenit nubes sobre una tapia rosas y rojas 24 detr谩s del muro escalada imposible aquel camino escondiendo su abrazo nuestras sombras perdidas


25 sólo la luna que miras sirve de bálsamo a mis heridas 26 una botella la luz de la mañana vacío y culpa 27 calle desierta la morera desnuda tiembla de frío 28 fragilidad del sueño y la vigilia la noche clara 29 hoja caduca antes que tu caída llegará su voz

29 b ¿llegará su voz antes que tu caída hoja caduca?


30 tardĂ­o otoĂąo atrapado en tus ojos el azul del mar 31

31 b

la blanda arena

deseado ayer

acoge nuestras huellas

acoge nuestras huellas

deseado ayer

la arena blanda

32 oscuridad un placer conocido desconocido 33 me encuentra el alba perdido en la botella medio vacĂ­a 34 a antiguas voces taladran mi memoria seca retama.

34 b seca retama taladran mi memoria antiguas voces



35 playa nocturna invisible rumor vuelve a acunarme 36 cuanto merezco está al final de un túnel recuérdame allí 37 hojas caídas la crujiente alfombra ya quedó atrás 38 sobre el asfalto el hierro retorcido. copos de nieve 39 sí

fuiste tú

tormenta de verano pese a la ausencia


40 entre las flores buscando tu sonrisa horizontes perdidos 41 bajo la mesa sus dedos me llamaron mirada triste 42 bajo la mesa cruzados nuestros dedos Âżno hay futuro? 43 en el andĂŠn el beso y el adiĂłs silbido amargo 44 la tarde es ya la noche desnuda y tu tan lejos


45 sobreviviremos incluso a la extinción de las palabras 46 oscuridad botella de ginebra sangre entre el vómito 47 abandonado la ciudad a la espalda río decrépito 48 responso amargo meandros de memoria la noche acaba 49 la piel harapo desnudo a la intemperie como el espíritu


50 bajo la lluvia mi cuerpo deshojado llora tu ausencia 51 rumor lejano entre las callejuelas viento del norte 52

52 b

desnudez clara

solo un instante

herrumbre de la piel

momento imaginado

sinuoso camino

desnudez clara herrumbre de la piel sinuoso camino

53 el haiku escrito en mi mano se borra enjabonĂĄndote fantasĂ­a de invierno enjuagando los platos


54 en el cristal -el coche al ralentíla mariposa 55 sobre el tatami trasgresión y belleza la rosa ingrávida 56 sobre la almohda la primera sonrisa día tardío 57 oscura noche adivinada tierra ciudad lejana 58 tras de su sombra mis pasos inseguros oigo el mañana


59 ya se aproximan vacío y oscuridad silencio ahora 60 Noche de otoño solitaria ventisca frente a tu casa 61 la prisa al alba desdibujada estrella el sueño roto 62 medio dormida susurro a tu oído beso tus labios 63 en la colina la jara temblorosa se enfrenta al viento



64 junto a la playa bandadas de gaviotas indiferentes 65 en el alfeizar cagaditas pequeñas quizá un murciélago 66 en la pizarra un verso abandonado cambio de clase 67 huerta de escarcha rota la niebla al alba húmedo adiós 68 arrodillado a los pies de la cama dulce sonrisa


69 dulce sonrisa fotografía íntima pese al dolor 70 la luna al fondo el viento del estrecho el pelo al aire mirando al horizonte espero tu llegada 71 lento crepúsculo ausencia de rocío noche sedienta 72 hecho el vacío desierta la avenida la puerta abierta 73 noche de radio una vieja canción rompe el instante


74 no te entristezcas incinera tu penas cuando me quemen 75 este camino elegido a la fuerza ¿dónde me lleva? 76 llega el invierno tormenta de ausencias ya llueve a cántaros. 77 mujer que duerme apoyado en la puerta velo su sueño 78 ese silencio epitafio del olmo ya moribundo


79 noches en blanco el lamento de un sueño irrealizable 80 entre la arena la lata de cerveza un mar perdido 81 un cuervo muerto ¿presagio o amenaza? sobre el capó 82 alba cansada desiertas las esquinas vacío el eco 83 en el andén la espera y la huída se dan un beso

83 b en el andén la espera y la huída se dan la mano


84 cuando te ríes se borran mi epitafio y mi agonía 85

85 b

mirando el mar

itsasoari begiratzen

afloran los recuerdos

oroitzapenak agertzen dira

que nos unían

elkartzen gintuzten

86 oscura celda horror recuperado sudor y frío 87 mirar la barra a través de la copa el sueño roto 88 desoladora ciudad iluminada fugaces letras


89

89 b

tras el cristal

la luna al fondo

tiembla la buganvilla

tiembla la buganvilla

la luna al fondo

tras el cristal

90 sol insolente sobre la hierba fresca tu piel y mi piel 91 besos soĂąados sobre la hierba hĂşmeda conciencia triste de haber equivocado silencios y palabras 92 tiempo de duelo aquella flor sin nombre aquella lluvia contra el amanecer mi corazĂłn gotea



93 ante tus ojos las batallas perdidas mis cicatrices 94 en una esquina te contemplo parado tĂ­mida lluvia 95 viento de marzo adelanta tu cita borra este ahora 96 ya la maĂąana inundaciĂłn de sombras fracaso y miedo 97 nos besaremos aunque sea a escondidas bajo otros soles


98 mirada y beso te contemplo parado mientras te marchas 99 luces y sombras Âżotra Ăşltima cerveza? dormir quizĂĄ 100 cĂĄlido viento flores en la terraza entre las grietas 101 entre las grietas de ese ayer y este hoy una esperanza 102 entre tambores las patadas al aire danza guerrera


103 rugido rĂ­tmico acompaĂąan la finta metal y piedra 104 perdido el norte la rosa de los vientos es tu mirada 105 mirada ausente se pierden en tu pierna mis torpes dedos 106 frĂ­a maĂąana seguiremos caminando pese a este ahora 107 mis torpes manos queriendo recorrerte guardo silencio


108 entre las sábanas nuestros cuerpos desnudos deseo ansiado 109 a paso lento surgido de las ruinas sonrío al día 110 sólo te encuentro cuando intentas huir brillante risa 111 nubes rosadas tras de la torre Eiffel tus calcetines 112 vómito y sangre reducida la noche a sucia esquina


113 rota la hoja el proyecto de verso queda en la piel 114 esas palabras ya no son lo que eran Âżmatiz de invierno? 115 lento crepĂşsculo una enorme gaviota vuela a lo lejos 116 miro tu foto instante detenido oscura noche 117 dentro del vaso mis miedos y derrotas una cerveza


118 vaso de barro y ginebra holandesa: nuevo fracaso 119 la silla coja inacabado el verso el lápiz roto 120 suave alborada lentamente una sombra sonríe al día 121 una botella de fondo de equipaje nunca se sabe si basta un block de notas contra la soledad 122 viento del este dos gorriones se empeñan en volar lejos

122 b viento del este dos gorriones se empeñan en volar a la contra



123 billete de ida troquelado el mañana las nubes huyen 124 vaso con flores marchita la mañana aroma efímero 125 flores marchitas donde había ginebra final de marzo 126 el viento sopla se me escapan las nubes cuando te pierdes 127 tu pelo, negro ¿brilla el sol en tus ojos o es mi mirada?


128 aún hay árboles y el sol sigue filtrándose entre las hojas 129 breve tormenta solitario relámpago llegó la calma 130 ya caen las hojas extraña primavera llena de ausencias 131 estremecida la caricia perdida aúlla el viento 132 llega la noche el pasado me mira y me desarma


133 muere la noche hemorrĂĄgica fuga de tiempo y sangre 134 mar intranquilo el viento me devuelve cuanto te digo 135

135 b

viento de abril

arrastra un beso

la arena que entra en casa

la arena que entra en casa

lleva mis besos

viento de abril

136 sĂşbita lluvia tu sonrisa empapada anuncia un beso 137 lavo los platos una pompa se escapa entre mis dedos


138 cuando me fui se me olvidó la luna en tu ventana 139 ya primavera al salir a la calle dos mariposas 140 entre naranjos ahora abandonados buscando un sueño 141 clara mañana un delirio de alcohol esa libélula 142 junto al mar

lejos

de cualquier horizonte solo esperando


143 se abre el camino sucesi贸n de monta帽as ante la vista 144 y abajo el valle cardos junto al camino seco el riachuelo 145 bocas de metro engullendo tristezas aceleradas 146 bajo la lluvia entre palmeras rotas a paso lento 147 un sucio charco refleja temblorosas las blancas flores


148

148 b

nadie recoge

nadie recoge

la flor del ajo puerro

la flor del ajo puerro

abandonada huerta

huerta olvidada

149 el corazón a ratos del revés, sobrevivir 150

151

ya madrugada

ya no hay cerveza

mirando al sol naciente

después de ir a la plaza

atento a un sueño

calor de mayo

152 noche de blues más allá de la barra una ilusión entre el humo y las luces acordes desbocados



153 noche cerrada lucho contra el olvido contando estrellas 154 cada mañana mendigo tu sonrisa aunque no estés 155 gama de grises tiñendo los caminos paró la lluvia 156 tras la montaña deslumbrante e intensa la madrugada 157 dentro del mar un río de aguas turbias noche estrellada


158 viejo cangrejo que conquista su cumbre hĂşmeda roca 159 pueblan las rocas cangrejos hambrientos cuando anochece 160 entre las olas comiendo y resistiendo un cangrejo 161 la jacaranda muere lentamente mil y un derrotas 162 invoca al sol la noche del solsticio quemando penas


163 abro los ojos y te encuentro en los versos que nunca he escrito 164 alba grisácea cansado y abatido ando despacio cuando ya nada espero te recuerdo riendo 165 en la encimera los platos sin lavar dulce mañana 166 mi viejo barrio huele a vómito y pis noche de blues 167 cuánta palabra para seguir aún


sin decir nada 168 aquĂ­ estĂĄn los libros que ya nunca escribirĂŠ 169 regreso a marzo cada vez que recuerdo aquellos besos 170 tarde anochece y no hay luna que borre tantas ausencias 171 escribo a veces para que no te olvides de abrir los ojos y escribo a veces para que no me olvides si yo los cierro 172 terca distancia el insomnio nos une


hoy nada puedes 173 calor de julio no hay sombra que resguarde este cariĂąo 174 sol apagado que abraza el horizonte y nos imita 175 un viejo fado surgiendo del recuerdo inesperado en aquella cantina me perdĂ­ tras sus ojos 176 estrecha calle se ha detenido el tiempo en el abrazo 177 fila de hormigas cuando quiero perderme


las sigo a ellas 178 dos saltamontes brincan sin rumbo fijo asoma el sol 179 sol de poniente en el asfalto crece solo una sombra 180 abajo el valle sin mรกs horizonte que tus pies descalzos 181 noche cerrada el canto de los grillos recuerda ausencias 182 entre la niebla los pasos inseguros de un vagabundo



183 desnudez clara reflejos de tu cuerpo en el deseo 184 lo que se esconde entre página y página es tu sonrisa 185 lluvia de otoño recordando sequías lloran los árboles 186 muda la acequia resisten, pese a todo los limoneros 187 ¿dónde está nuestra revolución? ¿nació perdida?


188 sobre estos mares colmados de naufragios nuestras palabras 189 y esa amargura que se injerta en los huesos nubes de oto単o 190 noche callada con la mirada fija el techo crece 191 la arena es barro y la playa se esfuma bajo esta lluvia 192 rota la aurora la ciudad se expande bajo el resol


193 triste nostalgia disimuladas lรกgrimas bajo la lluvia 194 algunos claros se abren con timidez entre las nubes un tenue sol saluda futuros imperfectos 195 penas y miedos atraviesan la noche al alba duermen 196 desde la cama tus ojos me llamaron rojos y tristes 197 manchones blancos en ladrillos y huesos triste humedad


198 sólo camino ahora ya no pienso y apenas sueño 199 sobre la espuma la mirada perdida torpe nostalgia 200 la luna llena esconde su mitad tras nubes rosas 201

201 b

solo una flor

sol una flor

entre la adversidad

entre l'adversitat

final de otoño

fin de tardor 202 ja és hivern antre l'adversitat no hi ha flor més bonica que aquella que el meu amor admira


203

203 b

se difuminan

se difuminan

al alba las batallas

al alba las batallas

de cada noche

contra la noche

204 vuela ya rato el avión que se lleva nuestro pasado 205 entre el bambú un viento juquetón lleva mis besos 206 cerca del río después de despedirnos te añoro, ya 207 bajo la lluvia una jiga irlandesa húmedo baile



208 intenso frío pero bajo mi piel ardiente infierno 209 bajo la lluvia calada por completo una sonrisa 210 oscura noche una jarra de más ese mañana 211 por la mañana el eco de mis pasos dulce resaca 212 sólo una sombra atraviesa la plaza al sol de invierno las penas se amodorran nostalgia de resaca


213 y tu silencio me duele casi igual que tus palabras 214 aunque no est茅s las noches que al fin duermo atrapo soles 215 ya parte el tren los paraguas abiertos en la estaci贸n 216 levanta el viento arena contra el mar dolor de muelas 217 dos arcoiris cruzan la carretera lluvia de invierno


218 copos de nieve añoro tu piel y tu sonrisa 219 cielo rojizo entre la muchedumbre deambulando contra la soledad el recuerdo de ayer 220 la eternidad no existe si no es en el momento 221 un cuenta cuentos entre el calor y el frío pequeñas fábulas 222 me perdería bucando otras estrellas en tu cintura


223 ¿es la memoria cárcel de la nostalgia? no lo recuerdo

224 noche de fiesta absorto entre la gente te reconstruyo ecos de la memoria tormenta de ausencias 225

225 b

en el trastero

en el trastero

ruido de cañerías

ruido de cañerías

tela de araña

de mí me escondo

226 guarda tu espejo y mírate en mis ojos queda mañana


227 en mi memoria tus caricias y besos ya madrugada 228 flores tempranas la luna casi llena entre las nubes 229 ecos de pasos sobre hombros y gorro pequeĂąas gotas 230 negro azabache la noche se prolonga rotos los sueĂąos 231 una mirada y sin mĂĄs ceremonia romper el baile


232 baile de ramas remolino de hojas sonríe el viento 233 ríe la luna bajo la luz de venus nada que hacer 234 respiro el polvo de libros de ocasión vieja poesía 235 contra la luz de la luna creciente cruzo la noche 236 flores de invierno canean el camino campo olvidado


237 recogerĂ­a una a una tus lĂĄgrimas aĂşn a riesgo de perderme en ellas naufragar en tu mar 238 calor de invierno cacahuetes y cerve ya no es lo mismo 239 un viejo libro en la contracubierta tiernas palabras 240 mar luminosa el viento se recrea alegre espuma 241 no importa el muro las flores crecerĂĄn a ambos lados



242 les fulles cauen entre branques nues un feble xiu-xiu 243 entre las pĂĄginas de un libro de ocasiĂłn versos ajenos 244 entre las palmeras tenues rayos de luz siempre amanece 245 entre naranjos las manos araĂąadas contra el presente 246 por equipaje dos besos clandestinos todo horizonte


247 la luz se escapa jigantes en las sombras tienen mis manos 248 agua que fluye desnudando pensamientos un rĂ­o ajeno 249 no hay oĂ­do para este poema sin palabras 250 un horizonte de flores amarillas todo silencio 251 a media noche me pierdo entre las sombras buscando un beso


252 lĂ­neas de fuga desde el desasosiego fotos de ayer 253 la primavera es tu hombro desnudo y tus pendientes 254 geometrĂ­as del cuerpo en movimiento danza a retales 255 a contraluz sueĂąos difuminados triste ventana 256 con risa tonta chapoteo en los charcos barro y lluvia


257 como el viento libre y caprichoso futuros pasos 258 a trompicones con los ojos cerrados polvo en el viento 259 bajo mis piĂŠs la tierra se cuartea desierto blanco 260 puertas abiertas todos mis sentimientos de par en par 261 entre las moreras bajo un cielo plomizo eco de pasos


262 como las flores mojadas por la lluvia cuerpos sudados 263 fotograf鱈a me pierdo en esos ojos cada ma単ana 264 un sol de abril dorando las colinas dulce recuerdo 265 entrecerrada avanza la ma単ana ojos de lunes 266 somos la sombra que seremos ma単ana en movimiento


267 viejo colchón chicharras en la cama entre las sábanas 268 fragilidad del sueño y el horizonte noche estrellada 269 queda del día apenas un susurro cuando despierto 270 entre las ruinas del viejo caserío ojos con miedo 271 por las mañanas rebusco entre las nubes una sonrisa



272 de nuevo llega cargada de silencios la madrugada

273 a

273 b

273 c

detrás del humo

a contraluz

contra la realidad

sin un futuro claro

detrás del objetivo

nosotros dos

mirando al frente

más que un hoy

274 polvo en el viento basura en las esquinas ruido de coches la mirada perdida a través del cristal

275 la luna al fondo entre cuerpo y mente más que un abismo

quizá no quepa


276 vuelvo al papel para enamorarte y reconocerme 277 viento de otoĂąo en un mayo a pedazos miro hacia atrĂĄs 278 incertidumbre vĂłmito de palabras interminable 279 quizĂĄ ya toca olvidar las palabras que no llegaron 280 voces ajenas en un vertiginoso deambular cenizas de la noche de viejas primaveras


281 suena tu voz mรกs allรก del recuerdo corro detrรกs 282 ante el espejo solo un viejo payaso memoria muda 283 a

283 b

detrรกs de ti

no hay futuro

sรณlo soy una sombra

solo soy una sombra

en una esquina

en una esquina

284 la soledad pasea en bicicleta todo es asfalto 285 atrevimiento mi silencio y mi miedo sobre tus labios


286 incertidumbre flotando entre las olas una botella 287 solo hay escombros desechos de la vida donde hubo huertos 288 sobre la mesa los pĂŠtalos de ayer flores marchitas 289 violenta espuma toda esperanza rompe contra la orilla 290 pĂĄlida tarde bajo el sol el camino guarda mi sombra


291 se pone el sol cuando llegue el momento espero estar 292 medicación mi corazón convulso apenas late 293 resuenan voces más allá del recuerdo melancolía 294 cerrando puertas delante y tras de mí construyo ayeres 295 parece agua un instante de engaño sobre el asfalto


296 viejo payaso cuando sale a la pista siempre tropieza 297 calles desiertas en frente no tan lejos otras orillas 298 labios adentro todas esas palabras que no te dije 299 viejas tristezas luciendo sobre el mar luna de agosto 300 mientras espero compa単era del viento le hablo a la luna



301 y miro al agua buscando en la memoria s贸lo tu voz 302 entre escombros una taza de bater todo a la mierda 303 como hojas secas un mont贸n de recuerdos en un rinc贸n 304 inalcanzable en mitad de la noche surge tu imagen 305 fin de verano entre las nubes baila la luna llena


306 bajo la piel cicatrices abiertas dĂ­as de invierno 307 entre el silencio rehuyendo el olvido el horizonte sentado en el camino maldiciendo la vida 308 y contra el viento cierta desesperanza olas rompiendo 309 vagabundeo entre el sueĂąo y la vida cuando despierto 310 yo ya sabĂ­a que nada es para siempre ni el autoengaĂąo


311 de nuevo otoño sin miradas ni risas mueren las noches 312 somos efímeros pero me siento eterno cuando me miras 313 ¿qué diferencia el recuerdo de lo que creemos recordar? 314 sin darnos cuenta cambiamos las palabras ya no es ayer 315 todo era luna y un enorme vacío en la terraza


316 brilla en tus ojos la luz de la mañana todo es camino 317 como la sangre emanan las palabras de las heridas 318

318 b

viejos desiertos

viejos desiertos

de sensaciones huecas

de sensaciones huecas

otra mañana

os doy la espalda

319 todo es deseo con un beso sencillo termina el sueño 320 no queda nada tras el cañaveral tampoco dunas

320 b no queda nada tras el cañaveral tan sólo dudas


321 una mirada entre la multitud el resto es ruido 322 unir de pronto realidades distintas nuestros labios 323 peque単as flores mueren a la intenperie quieta ma単ana 324 entre polillas se adormecen mis sue単os luz en el techo 325 deslumbra el sol y todo es horizonte incluso t炭.


326 junto al semáforo se detiene la vida beso a escondidas 327 vaso vacío en los posos del vino dulces recuerdos 328 contra el silencio inundación de ruidos sólo en la calle 329 un huracán parodia de mis sueños todo termina 330 resiste al día una insolente niebla camino a ciegas



331 torpe esperanza apenas eres nada sin entusiasmo 332 tierna sonrisa ni este llover a cĂĄntaros borra tu huella 333 pendiente abajo me deslizo sin rumbo y sin trineo 334 sueĂąo imposibles deshojando tu cuerpo espero al alba 335 una promesa detrĂĄs de cada vaso al final niebla


336 olas que rompen esparciendo deseos viento del norte 337 sobre los charcos monรณlogo imperfecto de viejas lรกgrimas 338 sombra y pared pasos atrรกs y alante los golpes lentos el sudor en la frente peleo contra el aire 339 ajado รกlbum fotos en blanco y negro no lo recuerdo 340 sobre la mesa muestrario de mis dudas la hoja en blanco


341 vuelve la lluvia igual que los recuerdos borro mis huellas 342 voces extrañas incesante murmullo en mi cabeza 343 contra los muros más allá del silencio breves palabras 344 eterna espera al final la mirada se hace teléfono 345 con la distancia el tiempo se congela y pesa el doble


346 todos tus rostros inundan mis sueĂąos noches en vela 347 algunos lunes me ahogan mis pasados sala de espera 348 todo es un circo del que la magia huye suena la mĂşsica 349 al sol de invierno mi cuerpo se abandona mi mente vuela 350 ando en zig zag esquivando farolas rĂ­e mi sombra


351 mirando al suelo en terreno de nadie sólo en la noche 352 ¿llora la luna o se empeña en brillar pese a la luna? 353 fin del camino rodeado de ausencias casi desnudo 354 llega el ocaso ya nada será igual y lo sabemos 355 no queda entonces más que quemar los días muy poco a poco


356 de madrugada de repente el aullido de una sirena 357 se escapa el día ni siquiera el deseo puede amarrarlo 358 la libertad es sobre todo un gesto ¿una mirada? 359 ya nadies siembra sobre la tierra yerma sólo hay escombros 360 soy un payaso que ya no hace reír despierta burla


361

361 b

ser una sombra

ser una sombra

en uno de tus versos

en una te tus fotos

a mi me basta

a mi me basta

362 y en un instante el gesto se detiene y la mirada se hace eternidad impregnando futuros

363 tierna utopĂ­a una maĂąana eterna sĂłlo contigo

364 y con jirones escribo biografĂ­as espejos rotos


365 también mis ojos añoraban los tuyos todo era sueño ●●● ●● ●



HAIKU Y WUSHU (La palabra y la espada)

¿Tiene sentido relacionar una pieza clave de la poesía japonesa con las artes marciales chinas? Todo cuanto acerca culturas tiene algún sentido. Y cualquier proyecto de hibridación debería merecer, al menos de partida, el beneplácito de la duda. Aunque verdad es que un cuerpo por un instante ingrávido y una voz evocándolo no lo justifican todo. En cualquier caso es un hecho que la japonesa es, manteniendo y desarrollando sus identidades, una cultura que hunde parte de sus raíces en la cultura china y chino-coreana. Su budismo, su escritura antigua y su arte literario están íntimamente ligados a ellas. A través de Corea y procedentes de China llegan a Japón la forma ideográfica de su escritura así como los primeros textos con enseñanzas budistas (Sutras). El budismo, previamente enriquecido con los aportes del taoísmo, se desarrollará en el archipiélago sin despreciar elementos propios del shintoismo originario (el amor a la naturaleza, por ejemplo) reconfigurando la forma budista que conocemos como Zen. Una forma en la que perduran elementos del budismo de que bebe (la tradición Chan) entre los que se debe destacar esa singular forma de meditación, interpretación, iluminación, conceptualización, intelección,… que son los Koan; un tipo de pregunta – encrucijada de apariencia incluso ilógica (digamos que desde una óptica occidental) y que está íntimamente ligada a la poética que subyace al Haiku japonés. Una poética que comparte con el Budismo – Zen la espiritualidad, el simbolismo, lo misterioso y trascendente, el amor por lo sencillo y ascético; pero que también se imbrica y recoge elementos de otras tradiciones religiosas y filosóficas de origen chino como el citado Taoísmo o el Confucionismo. Del primero, por ejemplo, hereda cierta actitud contemplativa de la vida, el contacto con la naturaleza o la idea de armonía entre existencia humana y cosmos. Del segundo la espontaneidad, la simplicidad, la observación de lo cotidiano y la identificación con el entorno natural. Matsuo Bashoo (1644-1694), uno de los grandes maestros de la época clásica de la poesía nipona, ilustra a la perfección esa pluralidad de fuentes y señala la suave línea que conecta el Haiku con la tradición poética china.


Su formación inicial fue Samurai, cercana a la moralidad confuciana e inserta, pese a las transformaciones sociales y políticas, en el Bushido. Vivió aún en una época en la que caligrafía, música y poesía eran disciplinas complementarias a la formación en el manejo de la espada. Estudió no sólo la literatura japonesa, que le acercaría al Shinto y a la conciencia de los cambios en su país; sino también la literatura china, que le acercaría a una particular vivencia del lenguaje y al Budismo. El elemento Zen, será, precisamente el que haga del Haiku, antes incluso de llamarse así, algo más que un estilo literario, una manera de desenvolverse en la vida. No en vano la historia afirma que Bashoo habría alcanzado el Satori o estado de iluminación y lucidez dando respuesta al koan planteado por su maestro Bucchoo con parte de lo que después sería un famoso haiku. La pregunta: ¿Cuál es la ley del Buda antes de que el musgo verde brotara? La respuesta (tras oír a una rana saltar hacia el estanque próximo): Al zambullirse una rana, ruido de agua. El haiku posterior: Un viejo estanque; al zambullirse una rana, ruido de agua. Eternidad e instantaneidad, sencillez y concisión se dan la mano en una composición poética que se ha convertido en referente ineludible no sólo de la obra de su autor, sino de la historia de la literatura japonesa, e incluso habría que decir de la historia universal si esta no siguiera escribiéndose y enseñándose desde una óptica occidental prepotente y excluyente. Reflejo en movimiento de un universo que se percibe y siente mutable, fugaz, contradictorio, paradójico, arbitrario, absurdo,… cualquier intento de encarcelarlo en una definición tipo, de delimitarlo completamente, de fijarlo indefinidamente, está abocado al fracaso. El Haiku escapa a esas pretensiones como resbala el agua entre los dedos hasta el punto de que algunas de sus manifestaciones rompen la pauta formal de diecisiete sílabas distribuidas en tres versos de cinco, siete y cinco con la que, en general, se le identifica. Hunde sus raíces literarias en otras formas poéticas como el Tanka, de dos estrofas de tres y dos versos con cinco, siete, cinco, siete y siete sílabas; o el Renga concatenación coral de sucesivos versos que siguen la pauta estrófica y silábica (no así temática) del citado Tanka. Buena parte de la bibliografía castellana da por buena la idea del Haiku como fruto de un proceso de autonomía del hokku, o los tres primeros versos del Tanka, a través de la eclosión del Haikai-no-Renga. Pero en el


fondo no hay un acuerdo unánime sobre el peso real de las influencias de las experiencias y tradiciones poéticas precursoras; entre las que también debe citarse el Katatuta, el Chooka o el Seedoka, con versos igualmente de cinco y siete sílabas. Sobre otros elementos, en este caso de contenido, pesa la misma necesidad de matizar cada afirmación tajante. El ‘Kigo’ y el ‘Kireji’, palabras que indican la estación del año y efectúan un corte sobre el que se estructura el Haiku, respectivamente, son algo usual y más que frecuente en los poemas tradicionales, pero su presencia no es completamente indispensable. Y para rizar el rizo, aunque desde el siglo XVI y antes (Îo Sôgi, 1421-1502) existe conciencia de que se está ante un fenómeno literario diferente, ante una forma poética autónoma; el nombre que empleamos para referirnos a ella se debe a un rescatador y renovador de la misma, Shiki Masaoka (1867-1902), ya en el siglo XIX. Su posición agnóstica y una creatividad que deja al margen connotaciones místicas o religiosas obligan, además, a reconsiderar la identificación ‘haiku-zen’ que en ocasiones se realiza, rayando paradójicamente cierto fundamentalismo, afirmando la imposibilidad de la vivencia del haiku sin la vivencia del zen. Entre Shiki y Bashoo, Yosa Buson (1716-1783) e Issa Kobayashi (1762-1826) aparecen como ineludibles coordenadas en una corta lista que deja fuera muchísimos nombres relevantes pero que permite argumentar la pluralidad del haiku sin necesidad de recurrir a la revolución poética del siglo XX. De hecho, los cuatro grandes haijines citados tuvieron una visión distinta sobre la esencia de su arte: Un camino a la perfección, para Bashoo. Un arte que busca la belleza, para Buson. Efusión y emotividad, para Issa. Un género literario, para Shiki. Esa pluralidad, que atañe tanto a la forma como al contenido y que es más manifiesta cuantos más autores y autoras se analizan, deja claro que –como ha quedado dicho- el Haiku no se deja encerrar en esquemas monolíticos; que no puede entenderse sin atender al hecho de que desde sus orígenes se ha diversificado vertiginosamente haciendo del propio término una palabra caracterizada por la multiplicidad de matices, cuando no directamente por la polisemia. Ello no quita para que, desde la conciencia del cambio, sea posible identificar elementos comunes que subsisten al paso del tiempo. El carácter inacabado e inacabable del Haiku y la consideración de su creación como camino son dos de ellos. En torno a ambos giran toda una serie de ideas fuerza que no por manidas dejan de ser válidas: Poética que maneja lo invisible, que toca lo inexpresable o que se insinúa sin llegar a mostrarse; transgrediendo el lenguaje, cuando no renegando de este. Experiencia e intuición liberadoras que muestra las palabras como relámpagos, que apenas sugiere


ideas desnudas, para que la mente contemple o invente los mensajes. Empatía hacia la realidad y unión de lo afectivo e intelectual en la que tan importante es lo que se dice como lo que no se dice y que exige una actitud activa, casi cómplice, del lector u oyente. Esa suerte de ‘incompletitud’ de lo escrito no se reduce a una opción estética. Además de inscribirse en una cultura, como se ha señalado no sólo literaria, en la que buscando fuentes cabría retrotraerse a las cosmologías pre-taoístas; se explica, en buena medida, por las características de la escritura ideográfica china y japonesa así como por la concepción de signo sobre la que se asienta. Una escritura que se niega a ser un mero soporte del idioma hablado, que se desarrolla a través de la combinación de caracteres profundizando paso a paso en su autonomía respecto al sonido, que crece eliminando lo gratuito y lo arbitrario y que se constituye como un sistema semiótico merced al que se entrelazan de forma compleja diferentes prácticas significantes: Poesía, caligrafía, pintura, música y relato mítico. Esa simbiosis está igualmente animada por un pensamiento cosmológico que impregna vivamente esas artes. En el caso de la poesía china, su lenguaje está directamente influenciado por conceptos y procedimientos de sus cosmologías, desde el Yi-jing (I Ching), el Libro de las Mutaciones, a los movimientos de renovación del Taoísmo y el Confucionismo. De hecho los ejes sobre los que se estructura ese pensamiento (Vacío-Plenitud, Yin-Yang, Aliento primordial o vital, Cielo-TierraHombre, …) son a su vez niveles en los que se estructura el lenguaje poético. Uno de esos niveles, el lexical o sintáctico, tiene como característica fundamental la distinción entre palabras plenas (sustantivos y verbos) y palabras vacías (pronombres, adverbios, preposiciones, conjunciones, etc.). Las segundas se reducen para transmitir una sensación de profundidad, incluso de vacío, mediante diferentes elipsis o sustituciones hasta lograr una poesía sintética e intuitiva. La elaborada durante la dinastía Tang (siglos VII-X) y, en concreto, el Jueju –cuarteto de versos de cinco y siete sílabas- llegará a Japón introduciendo una poética del instante y la percepción que siglos después se plasmará en el haiku. La hibridación artística que se citaba es especialmente intensa entre caligrafía, pintura y poesía. De hecho en la tradición china a la pintura se la denomina ‘wu-sheng-shi’, que significa poesía silenciosa. La mutua alimentación de la visión poética y la visión pictórica es también una característica presente en el Haiku, que a veces es acompañado de pequeñas pinturas, normalmente a la aguada, denominadas Haiga. En ocasiones incluso algunos dibujos sustituyen a determinadas palabras en una conjugación de pintura, caligrafía y poema que ilustra el hecho de que las tres artes están orientadas por unos mismos principios estéticos, entre cuyas nociones principales se encuentran la ya citada oposición entre vacío y plenitud o la de aliento rítmico.


La obra de Yosa Buson (conocedor de la poesía Tang) es un inmejorable ejemplo de ello. Con un menor grado de religiosidad que la de Bashoo, es una poética que propone la observación pura de la naturaleza, que se asienta en un estilo descriptivo y que se caracteriza por su sensibilidad. Hay una continuidad entre sus haikus y haigas, como la hay entre los trazos pictóricos y caligráficos. Trazos que se cruzan, se lanzan, vuelan, hunden, con una determinada cadencia, con un determinado compás,… como en una danza con espada (recordando a una variable del Wushu)… y que remiten tanto a la pulsión interior en cuanto que fuente de la creación artística, como a la noción de camino contenida en el Dao (chino) o Do (japonés). La referencia a la espada es algo más que una metáfora. Las artes marciales forman parte igualmente de ese universo cultural, filosófico, místico y espiritual al que, sin profundizar, se ha hecho referencia. Y ese trasfondo las aúna en no pocos momentos de su aprendizaje, de su práctica, de su vivencia, de su transformación,… No es sólo una cuestión de interdisciplinariedad a nivel técnico. Si bien la destreza en el manejo de la espada, por continuar con el ejemplo, se alimentaba con la destreza caligráfica, y viceversa; el arma representaba así mismo un valor ético y exigía paciencia, perseverancia y humildad como el pincel sobre el papel o la tela y la vara sobre la arena. En ese sentido, también la música mantiene una estrecha relación con las artes marciales: Ambas buscan la armonía. Es precisamente el elemento de búsqueda, el concepto de camino que se apuntaba, el que permite trazar los puentes entre las artes de lucha y otras artes. Ahora bien, semejante interconexión sólo es posible desde una concepción de las artes marciales como disciplinas que, centradas en el estudio y la práctica de habilidades y conocimientos aplicables al combate, están encaminadas al desarrollo integral de la persona; esto es al desenvolvimiento armónico y equilibrado de cuerpo, mente y espíritu. En cuanto disciplinas, y desde esta perspectiva, suponen compromiso, esfuerzo, sacrificio e implican una determinada actitud no sólo hacia la disciplina en sí sino también ante la vida. Y en relación con la idea de incompletitud que se había asociado al haiku; las artes marciales así entendidas son un camino que tiende a la perfección. Y lo importante en ellas es el camino en sí, no una perfección inalcanzable o una meta que no se puede cruzar. En dichas artes los fines son como el horizonte. Se dan dos pasos y este se aleja dos pasos. Se dan otros dos pasos y sucede lo mismo. ¿Para que sirve, entonces ese horizonte? Sirve para eso, para caminar. De hecho, en las prácticas marciales arraigadas en Japón se diferencia entre el camino del arte marcial y la praxis meramente física y técnica. En otras palabras, las artes marciales japonesas cuyo nombre termina en ‘do’ son un sistema adaptado de anteriores formas de combate –‘jutsu’ o ‘jitsu’reestructurado de forma simultánea en un arte, una disciplina moral, una filosofía y, hoy en día, un


deporte. En un rápido repaso cabe citar al Judo, que hunde sus raíces en el Jiu-jitsu; el Kendo, o camino de la espada de bambú; el Jodo, camino de la vara o el palo corto; el Iaido, que procede del Iaijitsu o desenvaine rápido de la espada; el Kyudo, o camino del arco, con una gran influencia Zen, en el que cabe destacar que el disparo de la flecha se hace sin interés por acertar en el blanco; o el Aikido, influenciado por el Shinto y basado en el Dayto-ryu, un antiguo estilo de jiu-jitsu. Del nombre de esta última interesa destacar la segunda sílaba, ‘ki’, en chino ‘chi’, concepto fundamental relacionado tanto con la salud humana como con el comportamiento presente también en el nombre propio de otras artes marciales como el T’ai-chi-chuan. También interesa hacer mención del Shorinji Kempo, reconocido como religión más que como arte marcial. Adapta métodos de lucha chinos y de hecho su nombre traduce dos palabras en este idioma: Ch’uan-fa (Kempo), en su doble acepción de primer camino y boxeo, y Shaolin-ssu (Shorinji), o templo Saholin, templo vinculado al desarrollo del Wushu y Tai-chi-chuan. El Shorinji Kempo se erige sobre una forma de vida basada en la meditación Zen y orientada a aliviar el sufrimiento y asegurar la felicidad. La interrelación e interacción entre todas las cosas y todos los conocimientos es uno de los principios del pensamiento a él subyacente. El desarrollo de las potencialidades humanas como herramientas con las que discurrir provechosamente en la vida, una de sus vías. Pensar en los demás es una de sus máximas. Contener, más que lesionar; lesionar en vez de matar; otra de ellas. Que tanto las artes marciales como la poesía hayan ido dejando atrás algunos de sus aspectos filosóficos y espirituales no significa que no quepa recorrer, histórica, antropológica, estética e incluso éticamente, la tenue e incluso interrumpida sensación que acercan haiku y wushu. Un acercamiento al Wushu animado por una poética del movimiento cabe en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. Sobre el tatami trasgresión y belleza la rosa ingrávida Carlos Olmo


Bibliografía.

Corrales Vasco, L.; “Historia del Haiku”, en El Rincón del Haiku (revista electrónica de Haiku), www.elrincondelhaiku.org/sec1.php, fecha de consulta 14 de enero de 2008. Rodríguez Izquierdo, F.; El Haiku japonés, Fundación Juan March – Guadarrama, Madrid, 1972 (hay edición más reciente en Hiparión). Rodríguez; J.M.; “Círculos concéntricos”, prólogo a Alfileres, el Haiku en la poesía española última, Ayuntamiento de Lucena, Lucena, 2004. Cheng, F.; La escritura poética china, Pre-Textos, Valencia, 2007.


Carlos S. Olmo Bau, nacido en Vilafranca del Penedés en 1970, murciano de adopción, es profesor interino de Filosofía. Ha escrito más de treinta artículos en revistas especializadas sobre Pedagogía de la Filosofía, Filosofía Política, Filosofía del Derecho, Ética y Estética. Ha participado en varios libros colectivos, como Otra cultura del agua; Tecnología. Ética y futuro; Tecnoética o El gobierno de los afectos en Baruj Spinoza. Además de poemas repartidos por diferentes revistas y páginas web, ha sido antologado en diversos libros, entre ellos Anónimos 2.3. Ha publicado un libro electrónico que sigue la estela del haiku -Tentativas contra el verbo- del que esta es la segunda edición revisada e ilustrada. Cuenta también con una plaquette artesanal de quinientos ejemplares numerados realizados a mano -Un mar de ausencias / Cuaderno de Cabo de Gata-. En su blog personal pueden verse algunos ejemplos de su obra poética y filosófica, así como una muestra de sus facetas como fotógrafo e ilustrador: http://pensarescribirresistir.blogspot.com



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