Natalie Amkie: con la mira puesta en el éxito Texto: CARLOTA OTERO
Esta joven creadora mexicana no solo es diseñadora de modas sino de conceptos. Sus colecciones se basan en los sentimientos y no en las tendencias. Son piezas románticas, nostálgicas y también artísticas.
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scuché esta fascinante historia de la importante empresaria y diseñadora italiana Miuccia Prada: acude con una amiga a cierta tienda vintage en París, y al observar los productos, encuentra una chaqueta de Balenciaga. Le encanta, la observa, la revisa minuciosamente volteándola para verle las costuras, terminados y hechura. Su amiga le sugiere: “cómprala ya”. Miuccia responde: “Seguro que me la voy a comprar, pero también la voy a copiar”. Esto podría sonar a plagio, pero para un fashionista representa una muestra de genialidad. Prada puede buscar en la historia de la moda y escoger una chaqueta en
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específico que no necesita un solo cambio para ser moderna y actual, para ser replicada.
Fotos: cortesía
FASHIONISTAS ¿Cómo inicia tu historia con la moda? Desde chica me llamó la atención la moda porque, la verdad, mi mamá se vestía increíble, con un estilo impecable, aparte de ser guapísima. Me sentaba en su clóset y siempre le decía: “Mamá, ¿cuando te mueras me regalas este saco o esta falda?” Pobre, la verdad es que un día me dijo: “No me voy a morir, pero te lo regalo todo”. Crecí viendo belleza y buen gusto. Después viví en Nueva York de los 13 a los 17 años y eso fue el complemento perfecto para este inicio en la moda. Todo lo que entra por tus ojos en esa ciudad tiene estilo. Generalmente modificaba lo que me compraba ya que siempre hay formas de mejorar cualquier diseño, de ahí empecé a mandar a hacer mi ropa con una costurera y lograba piezas muy padres. Regresé a México y estudié en CENTRO. Mi sueño hubiera sido estudiar en Nueva York, pero no se pudo. ¿Qué te costó trabajo durante la carrera de diseño de modas? Que yo quería crear, trabajar y experimentar fuera de la escuela y nos limitaban mucho en eso. Mientras estudiaba empecé una marca con una amiga, la llamamos Lotaless. Hacíamos faldas con distintos resortes que comprábamos en el centro de la ciudad, unos diseños increíbles,
muy al estilo del diseñador francés Hervé Léger. Desgraciadamente en aquel momento, los horarios y las políticas de la escuela iban en contra de esto. ¿Crees que hoy en día existe la posibilidad de desarrollar un look propio o simplemente son mejores versiones de lo ya existente? Sí lo creo, pero también pienso que ya existe todo. Yo trato de no ver o investigar de moda. Trabajo mis colecciones muy orgánicamente: los colores y las telas que me gustan, los materiales que me llaman la atención. Por eso mis colecciones varían mucho y no tienen una línea específica. Mi marca es muy variante, lo cual me han criticado mucho. Me fijo en la moda pero me cuido de no caer en las tendencias. Si todo ya existe, hay que saber reinterpretarlo. ¿Crees que puedas lograr que un día alguien diga: “mira, trae un Natalie Amkie”? Sí, pero en México aún es chico el mercado que consume moda high end [moda de lujo] y aparte se necesita mucha trayectoria. Sigo construyendo ese camino. ¿Cómo sabes qué sigue, cuál camino tomar en el desarrollo de tus diseños? ¿Crees que existen las personas con fashion forward o visionarios de la moda?
Lo hago por instinto y aprendo de cosas que me interesan como el arte, la fotografía, la música y la arquitectura. Ver cómo se viste la gente, las propias clientas te va marcando el camino. A veces llegan tres clientas y todas te piden la misma tela o color, entonces dices: “¡ah!, por ahí va la cosa”. Hay que darle gusto a las clientas sin perder tu estilo. A mí me encanta lo que hago, pero es un trabajo, y a todos en un momento dado no les gusta su trabajo. ¿Qué haces cuando tu labor comienza a sentirse más como trabajo? Llevo cuatro años en esto y me toca hacer de todo: contabilidad, administración, ir al banco, a comprar los materiales, contactar a las clientas y atenderlas, hablar con la prensa, diseñar… En fin. Es un proceso de crecimiento en el que preferiría estar diseñando todo el día, pero existe este otro lado que es el complemento llamado trabajo. Muchas veces pienso: ¿qué pasó? ¿Adónde se fue la fantasía? ¿Cuál es la experiencia más surrealista que has tenido en la moda hasta el día de hoy? Cuando terminé la carrera tenía 22 años y el director de IDM [International Designers México, plataforma para la industria del diseño de modas en México] vio mi
Nacida en la Ciudad de México en 1987, a su corta edad Natalie Amkie sabe perfectamente qué busca transmitir con sus piezas. A esto le llamo valentía y juego: ingredientes indispensables para no perder el objetivo personal de cualquier diseñador. Valentía porque ella crea sus conceptos del alma y hace lo que le gusta sin pensar en el “debe de”. Juego porque, desde el inicio, se ha dedicado a hacer piezas con todo lo que encuentra para desahogar su creatividad: resortes, tapetes de baño, ropa vieja, botones, adornos de plástico, lámparas antiguas, llaves y hasta piezas de un candelabro. Solo hace falta el toque mágico de alguien que sabe hacer un collage perfecto y se crea la magia. Otra parte importante de su receta para obtener este apresurado éxito se debe a la calidad en su trabajo. Natalie, ¿qué traes puesto hoy? Una sudadera Adidas, unos jeans viejitos con una capa de piel y botas negras porque aquí en mi taller hay un jardín lleno de lodo. Mi color favotito es el negro y cada vez busco vestirme de manera más sencilla y cómoda.
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trabajo de tesis titulado Skins, que consistía en seis prendas y el concepto estaba basado en enfermedades de la piel. Le gustó tanto que me pidió que presentara una colección de 20 looks en la pasarela de IDM. A mi corta edad y con todo entusiasmo le dije que sí. El plazo era de dos meses para hacer la colección y no tenía ni siquiera máquina de coser. A partir de ese desfile empezó el bombardeo de la prensa, porque tuvo muchísima difusión. Fue en ese momento que me di cuenta que este era el camino que tenía que seguir y empecé mi marca. Si pudieras escoger a un diseñador para trabajar como su segunda mano, ¿quién sería? Martin Margiela [diseñador belga famoso por sus cortes asimétricos y colecciones con mezcla de lujo y estilo grunge. Trabajó a lado del francés Jean-Paul Gaultier y recientemente lanzó una colección para H&M]. Me encanta lo específico que es, desde el detalle del papel que escogió para su libro, sus conceptos, las telas que usa, los cortes que hace, sus presentaciones, la música de sus desfiles… ¡todo! 16
Tuviste una colaboración con el escultor Aldo Chaparro, ¿cómo fue? Fue para la colección Wicca, basada en la brujería. Lo contacté por Facebook y le platiqué el proyecto. Aldo hizo frases inspirándose en mis piezas, que bordamos en las prendas con hilo de oro. Es muy enriquecedor colaborar con este tipo de artistas porque las piezas llegan a otro nivel y sobrepasan la altura de moda para convertirse en un objeto de arte. ¿Cuáles son tus materiales favoritos? Seda, piel y lana. Son los materiales que más repito en mis colecciones. También me gustan los materiales no convencionales; puedo usar un tapete o unas cortinas de baño para hacer unos tirantes, siempre experimentando, pero sin dejar de usar las telas de alta calidad porque son lo que distingue a mi marca. ¿Cuál es el desastre de moda más grande que has tenido? Una colección que presenté en Cancún. Los tacones fueron un patrocinio, todos eran amarillos, no te imaginas cómo se veían mis diseños de otoño/ invierno en un escenario de playa con los zapatos color DHL. Muy mal. La moda es una extensión de la personalidad. ¿Tienes alguna filosofía de estilo? Más que nada creo que es una extensión de la persona y las experiencias de vida del momento. Hago lo que siento y son colecciones y prendas románticas, nostálgicas, hechas a base de sentimientos más que de tendencias; sin una guía más que lo que me gustaría ponerme y a veces cosas que me gustan pero no podría ponerme: me las imagino en otra persona y listo. ¿Cómo describes a la mujer que usa Natalie Amkie? Mujeres que quieren llamar la atención, ser observadas, ser vistas, pero por las razones correctas. Quieren hablar de lo que traen puesto y que ello se convierta en un tema de conversación. Mis vestidos son sensuales con transparencias, pero nunca vulgares.
¿Qué quieres transmitir cuando haces el estilismo de tus looks para las campañas y pasarelas? Las veo más inclinadas al performance. Desde que empiezo a diseñar me imagino la música, las fotos, el maquillaje y la pasarela. Todo nace al mismo tiempo y se convierte en una fusión de ideas. ¿Cómo crees que puedes llegar lejos en esta industria viviendo y creando en México? Hay muchas facilidades para hacer prendas por la maquila, los artesanos, la excelente mano de obra, los colorantes, la lana y la artesanía, por ejemplo. El problema es cómo producir las piezas si no tienes quién te las compre. ¿Cómo venderlo? En México no hay consumismo de moda, la mayoría de la gente se viste por necesidad y no por capricho. La expansión a otras ciudades del interior de la República me va a ayudar mucho, así como la venta online para poder llegar a clientes en todo el mundo. ¿Qué sigue para Natalie Amkie? Ahora la marca se divide en tres: artesanal (piezas únicas, sobre medida y materiales poco convencionales), runway (high end, pocas piezas) y prêt-à-porter (colecciones más completas de 45 looks en distintas tallas, más accesible y que vas a poder encontrar en distintos puntos de venta y online). En resumen: seguir experimentando.