Lydia Lavín
moda contemporánea mexicana Texto: CARLOTA OTERO
Mientras todos “innovan”, ella se mantiene fiel a su estilo. Clásica, perfeccionista, con prendas atrevidas, pero muy en la línea con lo que se lleva en la calle. Sin caer en el cliché del “mexiquito”, ella misma nos revela la clave de su éxito.
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ay quien dice que un día te levantas y lo tienes todo claro: vas a ser diseñadora. Sin embargo, Lydia convivió con telas, tijeras, patrones, agujas y el trajín del negocio familiar. Creció rodeada por lo que más tarde acabaría siendo su profesión. Su papá tenía una industria de tejido de punto en México y, desde que era muy chica, trabajaba en la fábrica. Empezó a diseñar colecciones a los 16 años, por supuesto
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con apoyo técnico. Poco después se comenzaron a producir algunas de sus ideas para venderlas en las tiendas de su papá llamadas Tricot S.A. Como académica, Lydia fue una de las maestras fundadoras de la Carrera de Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana que hoy es de las más recurridas. Apasionada y entusiasta de las comunidades textiles de México,
su investigación empezó en los años 80. Desde entonces, se ha encargado de apoyar e impulsar la mano de obra de muchas comunidades indígenas a base de procesos y conocimientos que puedan servir para enriquecer las formas de producción y lograr una revaloración de su trabajo sin perder el respeto a su visión estética, costumbres y valores. Lydia nos recibe en su estudio-taller de la Colonia Roma, en la Ciudad de México. Una casa que perteneció a su familia desde hace muchos años y que ella se encargó de arreglar y convertir en su espacio creativo y showroom. Aquí trabaja al lado de su hija Montserrat Messeguer Lavín, tándem perfecto ya que ella se encarga de diseñar la “línea casual” de la marca.
Fotos: cortesía
FASHIONISTAS
Lydia comienza la conversación y lo que sería una entrevista se convirtió en una amena charla y clase de diseño. Platícanos de tu última colección. La colección otoño/invierno 2014 es la tercera parte de la trilogía que hicimos donde la intención fue contar una historia. Esto último resulta interesante para nuestros seguidores porque no es únicamente vender ropa, se convierte en un tema cultural. La primera colección empezó con “Mujer de la tierra”, inspirada en el nacimiento y en la tierra. La segunda, “Mujeres de la lluvia”, basada en la fertilidad. Para la tercera y última colección, “Diosa del maíz”, nos inspiramos en la espiritualidad y la adoración del alimento sagrado: el maíz y toda su riqueza cultural que viene de tiempos prehispánicos. El maíz posee una gran variedad de texturas y colorimetría que se ven reflejadas en la colección, valores tonales de las variedades del maíz, que va desde el color humonegro, el vino y el rojo, los tonos morados, verdes, amarillos, hasta llegar al tono nácar y beige claro del maíz común.
¿Qué materiales utilizaste para “Diosa del maíz”? En la colección utilizamos telas macramés, gasas y tejidos brocados en telas de cintura. Lanas, sedas, viscosas y algodones en telas de Jacquard, encajes, terciopelos, rasos y encajes. ¿Cómo logras hacer mancuerna con las comunidades de artesanos de México? Buscamos a la comunidad con base en las tendencias, los diseños y coloridos nunca los alteramos y
son originales de ellas. Ellas están dispuestas a conocer nuevos materiales y mejorar su calidad sin abandonar su textil tradicional. Los motivos que se plasman en esta colección provienen de comunidades amuzgos y de nuestras propias propuestas textiles, tejidas, estampadas y bordadas.
“La colección otoño/invierno 2014 es la tercera parte de la trilogía que hicimos donde la intención fue contar una historia… No es únicamente vender ropa, se convierte en un tema cultural”
En la presentación de la última colección de la diseñadora mexicana (izquierda).
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Esta vez trabajamos con artesanas bordadoras de la comunidad de Atla, Puebla. ¿Querer impulsar y apoyar a las comunidades, lo “hecho a mano”, no limita el crecimiento de tu firma? Eso lo tenemos contemplado y preferimos la exclusividad y el valor de marca. En nuestra línea de alta costura” (bodas, gradaciones y ceremonias) limitamos mucho la cantidad de piezas que se van a producir, tenemos la línea casual que diseña Monserrat, mi hija, que ya entra en otro proceso de diseño, va por tallas y se encuentra en más puntos de venta. Tenemos cada vez más clientes que se unen a este proyecto y estamos creciendo mucho. ¿Cómo es el cliente de Lydia Lavín? Más que clientes son seguidores de una tendencia del rescate y difusión de los textiles mexicanos, así como de la revaloración del trabajo manual de una pieza hecha con un “valor” del tiempo. El textil mexicano ha sido una herramienta importante para el mundo de la moda. Un
claro ejemplo lo vemos en colecciones de famosos diseñadores que lo han incluido en sus colecciones repetidamente: Jean Paul Gaultier, Gucci, Roberto Cavalli, el fallecido Alexander McQueen, Emilio Pucci, Proenza Schouler, Chanel y Hermès, por nombrar algunos. Ahora vemos un fenómeno de gran interés y uso del textil y los bordados de nuestro país en diseñadores mexicanos, cada vez más preocupados por estar preparados y crear piezas
con diseño y calidad. Aunque aún faltan muchas barreras que superar para estar al nivel de esta nueva era de experimentación e intensa creatividad, las propuestas siguen adelante. En México no son muchos los grandes personajes de la moda, sin embargo Lydia Lavín es uno de ellos. Su actitud honesta y respetuosa, el amor a su trabajo y su trayectoria la han llevado a tener este lugar.
Lydia en su atelier.
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