CONJURO REVISTA CULTURAL No. 6

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Conjuro

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Carteros de la noche

CON T ENIDO:

EDICIÓN NÚMERO 4 Diciembre 2017, Quimbaya, Quindío, Colombia

D I S E Ñ O Y D I A G R A M A C I Ó N:

EDITORIAL:

Andrés Felipe Cifuentes

por: JOHN J. OSORIO

EDITORIAL CINE: LOS CINE CLUBES SON CLUBES

Por: John J. Osorio Antropólogo Contacto: jjosoriog94@gmail.com

P o r : Qu i n aya Qu m i r

Alexander Usquiano

CUENTO: AMANTES

F O T O G R A F Í A C O N T R A P O R TA D A : adrian hueso

DIRECCIÓN GENERAL:

P o r : J u a n Pa b lo O rt i z Rodríguez

C I N - E S TA C I Ó N . C L U B DE APRECIACIÓN C I N E M AT O G R Á F I C A

GOLPE DE SUERTE

P o r : R i c a r d o A . O s p i n a Va l e n c i a

Por: Daniel Hincapié

Lagar

L I T E R AT U R A : P I E D R E C I L L A S E N E L E S TA N Q U E

Alexander Usquiano

T E AT R O : T E AT R O E N D I S O LV E N C I A : ¿ C E N T R O O P E R I F E R I A?

REVISIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTILO:

P o r : C és a r C a s ta ñ o

EL PROBLEMA DE LEER A PIGLIA

FOTOGRAFÍA: H A B I TA R . R E C O R R I D O S Y APROPIACIONES

P o r : E d w i n Va r g a s B o n i l l a

ILUSTRACIONES INTERIORES:

Jhonathan E. Villegas Betancourth

COMITÉ EDITORIAL: Jhonathan E. Villegas Betancourth, Nini Johana Ospina, Lagar.

P o r : A d r i a n H u es o

PERIODICIDAD: Semestral

POESÍA:

DOMICILIO:

Por: Bibiana Bernal B e n j a m í n C u e rv o Jairo Obando Soto

Calle 15 No. 3-23. Quimbaya, Quindío, Colombia

CONTRAPUNTO: L A “R I TA” D E G R A U E N E L QUINDÍO

TELÉFONO: 300-660-9400 / 313-689-7079

P o r : M a r ga r i ta C a l l e

EMAIL: carterosdelanoche@gmail.com

TENDENCIAS Y POTENCIAS P o r : S e b a s t i a n Va r g a s B e ta n c o u r

WEB: www.carterosdelanoche.com

D I R E C C I Ó N D E FA C E B O O K https://www.facebook.com/carteros.delanoche

P o r : Á n g e l C a s ta ñ o G u z m á n

RECOMENDADO: LECCIONES BURLONAS DE CONTEMPLACIÓN. RESEÑA A EL ROBO DE LA MONA LISA, DARIAN LEADER P o r : S a r a Z u luaga Ga r c í a

PAT R I M O N I O : F E S T I VA L D E V E L A S Y FA R O L E S E N Q U I M B AYA P o r : J u a n D i eg o C a n o

UN RECUERDO LUMINOSO P o r : L a u r a M . Ec h e v e r ry Ló p e z

LA REGIÓN MUSEO Y LA REGIONALIZACIÓN DEL ARTE EN EL QUINDÍO

CALEIDOSCOPIO: NUESTRO TRABAJO ANDANTES ARTE EN C O M U N I D A D : PA R C E R Í A

P o r : G i ova n n i A l b e rt o S a r r i a

P o r : L aga r

n sus números anteriores, Conjuro Revista Cultural se ha preocupado por mostrar un panorama diverso de expresiones artísticas y culturales locales, tratando de abrir la mirada hacia manifestaciones estéticas contemporáneas que, si bien incorporan un sentido regional, se desmarcan de los estereotipos del costumbrismo paisajista, convertido hoy en un fetiche. Y si bien hemos caído en la tentación de jugarle al discurso oficial de la patrimonialización y el pastiche de las tradiciones, ha sido como una estrategia para mantener el diálogo con la institucionalidad que se sustenta sobre la base de los discursos culturalistas; porque también hemos planteado una lectura crítica de esa mescolanza de realidades que han quedado encapsuladas bajo la etiqueta de “paisaje cultural cafetero”.

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Son las preguntas que nos hacemos, y que orientan varios de los artículos que aparecen en este número, que reflexiona sobre el problema de la regionalización del arte y sobre el significado de las obras artísticas en un contexto sociopolítico de producción y de recepción tan particular como el eje cafetero. Arte, folclor, idiosincrasia, la pregunta es hasta qué punto las manifestaciones plásticas del Quindío se van convirtiendo en meras caricaturas ornamentales, carentes de toda originalidad y de ingenio, y que únicamente replican el manido discurso de los cafetales, los jeeps, las palmas de cera y las heliconias. Un arte alejado de las realidades sociales y culturales más actuales del departamento, en sintonía con un arquetipo esclerótico que únicamente hace juego a la explotación comercial y a los pasajeros intereses políticos de gobernantes de turno.

En la presente edición retomamos el tema, tejiendo un hilo que va desde el teatro a la escultura, pasando por la literatura y las artes visuales, para volver a poner a las artes en el centro del debate: ¿Qué significa la existencia de un arte regional, en sintonía con las realidades territoriales? ¿Cumple el arte una función social que deba ser auspiciada por recursos públicos? ¿Debe ser, siempre y únicamente, la expresión de unos símbolos tradicionales que refuercen los referentes identitarios de una sociedad? O más bien, ¿debe servir el arte para cuestionar lo que somos, para imaginar alternativas y criticar el presente? De ser así, ¿qué tipo de arte deben patrocinar y promover las instituciones públicas?; ¿las obras de arte deben decorar o intervenir el espacio público? ¿Es posible que el Estado impulse obras de arte que cuestionen el statu quo? ¿O solo se pueden producir obras de arte que refuercen y alimenten nuestros espejismos, la nostalgia que perpetúa un estado edénico de las cosas?

De modo que ésta edición de Conjuro constituye también una invitación a dirigir los sentidos hacia la creatividad de artistas ingeniosos y recursivos que adelantan proyectos creativos por fuera del mantra del paisajismo cafetero y del culturalismo costumbrista; un llamado a percibir obras originales y a apoyar espacios de creación y de divulgación artística que muestran el talento y el trabajo de creadores críticos y que, aunque no goza de los espacios de difusión y promoción del que se ha convertido en el arte hegemónico de la región, merece el apoyo y el reconocimiento del Estado, los gestores culturales y la sociedad en general. A ese propósito deben servir las bienales, salones artísticos, ferias y exposiciones que, afortunadamente, han ido en ascenso recientemente en el Quindío. Les invitamos pues a acercarse con la mente abierta a estas páginas y a imaginar la variedad de posibilidades de lo que podría ser un arte “del Quindío”, sin caer en provincialismos.

Esta publicación es producto del esfuerzo de diversos artistas, gestores culturales, entidades y organizaciones, que apuestan por escaparse de lo cotidiano y ven en el arte y la cultura la posibilidad de transformar el mundo. A todos ¡Gracias!

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Conjuro

I M A G E N P O R TA D A :

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Editorial


Cuento

A M A N T E S

situaciones en momentos amargos y llenos de apatía que dejaban ver cierto distanciamiento entre nosotros. Esa tarde le dije que se largara, que tomara un avión con destino a Francia y que olvidara a este país y de paso al hombre que había encontrado en él, a mí. Mi propuesta no le cayó bien, pues decidió dejarme con la palabra en la boca y salir corriendo por la calle. La lluvia empezó a caer, yo me encontraba detrás de ella tratando de alcanzarla, con la firme intención de arreglar un poco la situación.

Por: Juan Pablo Ortiz Rodríguez Licenciado en teatro, realizador cinematográfico Contacto: jportizr@hotmail.com

CAPÍTULO 1 ÉL

CAPÍTULO 2 ELLA

a tarde empezaba a caer aquel día lluvioso. Mis pantalones y zapatos estaban empapados; la camisa se me pegaba al cuerpo y las ráfagas de viento se ensañaban conmigo y me producían leves escalofríos. Pero eso era lo que menos importaba en aquel momento, lo que realmente quería era poder alcanzar a Lourdes, que avanzaba con fuerza de gacela, por entre las estrechas calles de la ciudad.

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a brisa me llegaba directamente a los ojos, mientras trataba de caminar más rápido que Antonio. A pesar de que hacía un gran esfuerzo por alcanzarme, no lo lograba. Mi furia justificada por su actitud y el interés que expresaba porque regresara a mi país, me daba fuerzas para estar lejos de allí. Aún veo tan reciente el momento en que lo conocí, él no hablaba francés y yo entendía poco español, pero su aspecto un poco afrodisiaco, su piel morena, su mirada impávida y su amabilidad fue lo que me gustó de él. Mi estancia en Colombia estuvo cargada de momentos benévolos y llenos de aventuras a las que él solo me supo llevar. No podría mencionar con propiedad que los momentos que nos antecedieron eran de completo amor, en cambio, sí puedo afirmar que la pasión y la voracidad con la que se encontraban estos cuerpos me hacían aplazar indefinidamente mi estancia en este lugar.

Conjuro

Todavía siento tan cercana esa noche en que la conocí en ese viejo bar. Llevaba un vestido púrpura que se adhería perfectamente a su cuerpo. Su cabello rubio reposaba tiernamente sobre sus hombros y contrastaban a la perfección con sus ojos casi celestes, cosa que la diferenciaba rotundamente de las otras mujeres del lugar. Me acerqué hasta la mesa que compartía con un grupo de amigas y le estiré mi mano convencido de que no la retiraría hasta encontrarme con la suya. Cuando sentí el contacto de su piel, noté que estaba casi tan fría como la noche. Nos acercamos rápidamente hasta un lugar adaptado como pista de baile y disfrutamos de una canción que se habituaba de forma genuina a ese momento: “Dos gardenias para ti” de Ángel Canales. Sus movimientos no eran muy virtuosos, ella lo entendía, así que se dejó llevar por mí mientras duró la música. Ella hablaba muy poco español y yo no entendía para nada el francés, pero el deseo por perpetuar ese instante, me llevó a convencerla de que la noche apenas comenzaba. Nuestros cuerpos fueron como un vaivén que perduró toda la noche. Con el devenir de los días seguimos frecuentándonos, y entendí que el hecho de proceder de continentes disímiles y lejanos no impedía que tuviéramos una conexión universal, de esas que no necesitan palabras, que surgen cuando dos cuerpos convergen y sienten la pulsión recíproca por explorarse. Besaba su boca, tocaba sus senos y sus piernas con una meticulosidad de orfebre. Ella me cogía las nalgas, me rasguñaba la espalda y tomaba el control de la situación, casi siempre lo hacía. Cuando no estaba en la cama, se levantaba desnuda, y sin importar que los vecinos pudieran verla en la ventana, tocaba una vieja flauta color escarlata que había traído de Toulouse. La luz del sol que se fundía en ella resaltando su piel pálida le daba un aspecto etéreo, casi místico, ausentándose de toda forma terrenal. El tiempo avanzó sin ser conscientes de ello. Los momentos que vivimos como amantes desenfrenados se diluían entre discusiones y celos infundados. Su carácter dominante, y el mío impaciente, convirtieron nuestras

A L E X U S QUI A NO / D AY17/GR A CEF UL 4

Cuando se terminó la calle por la que avanzaba, crucé hacía la derecha, y encontré un conglomerado de personas sobre una tarima que se disponían a dar inicio a lo que parecía un espectáculo musical. Me detuve por completo para tomar un respiro y ser testigo del momento. A los pocos segundos, Antonio se acercó más fatigado de lo que estaba yo. Sus disculpas fueron interrumpidas por el sonar de una flauta que se escuchó en el lugar.

CAPÍTULO 3 ELLOS l grupo de personas que había iniciado el espectáculo se fue distribuyendo en lo alto de la tarima de forma semicircular, dejando espacio solo para una pareja. Él y ella tocaron un par de flautas al unísono y contagiaron los alrededores de una completa armonía. Al finalizar la sonata, el público aplaudió, y ella lo miró a él y lo abrazó. Antes de abandonar el lugar, la pareja guardó las flautas en sus maletas; descendieron de la tarima y caminaron esquivando los charcos estancados en la acera, para luego emprender un rumbo sin norte por algunas de las calles que fueron testigos de sus avatares durante el tiempo que duró su aventura. En esa tarde lluviosa, con cielo parcialmente nublado y ambiente de festividad, había terminado para ellos el espectáculo del día.

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Conjuro

Carteros de la noche


Carteros de la noche Teatro

GOLPE DE SUERTE

TEA T R O E N

D I S O L V E N C I A :

¿ C E N T R O

O

P E R I F E R I A ?

Por: César Castaño Director Teatro El Paso de Pereira Contacto: elmalpasoteatro@gmail.com

“El caos es un orden sin descifrar”. José Saramago Por: Daniel Hincapié Gestor Cultural Contacto: daanhincapie@utp.edu.co

l sol se filtraba por una de las ventanas de la habitación, posándose justamente sobre el rostro de Juan. Era el sol de la tarde y Juan no sabía si acudir a la cita o simplemente quedarse tirado en la cama consintiendo su resaca. Extendió su mano, tomó el reloj made in china que había encontrado en un andén al salir del garito Costa Azul y notó que ya era tarde, el reloj marcaba las 3 y 48 minutos, la cita estaba programada para las 4:00 pm y así se apurara en salir no alcanzaría a llegar a la hora estipulada. ¿Qué hacer?, se preguntó sin siquiera haber puesto un pie en el piso, pensó en que lo más sencillo para salir de la situación sería dar una excusa. En ese instante sonó el teléfono, el identificador mostraba que se trataba de Laura. Mientras el teléfono sonaba sin cesar, Juan pensaba en lo que le diría cuando le preguntara por el trabajo que hacía dos días debía estar terminado sobre su escritorio. El teléfono dejó de timbrar, pero Juan no cantaba victoria pues sabía que Laura insistiría hasta lograr comunicarse con él. Así fue, no pasaron 20 segundos y de nuevo el identificador mostraba el nombre de la persona que esperaba su trabajo terminado. Sin más, Juan tomó el teléfono, saltó de su cama, carraspeó un poco para aclarar su voz y presionó la tecla verde.

Conjuro

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I L U S T R A C I Ó N : A N A M A R Í A Á LVA R E Z .

Al otro lado solo se escuchaban las voces agitadas de un grupo de personas.

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- Juan, de qué me hablas, el trabajo es para el otro martes, ¿lo olvidaste? Te llamo por otro motivo, quería saber si te encontrabas bien. ¿Recuerdas a Roberto, mi jefe, con quien tienes la cita hoy a las 4:00 pm? Ha muerto abaleado en el lugar donde quedó de encontrarse contigo. Al parecer un grupo de hombres armados irrumpió en el restaurante donde tenían la cita y, por asesinar a un par de tipos, terminaron acabando hasta con el nido de la perra. Juan sorprendido, pero indolente con lo que acababa de decir Laura, solo pudo contestar sosteniendo su engañifa:

FOTOGRAFÍA: MAURICIO CARDONA.

- Lo que son los caprichos de la fortuna. De no haberse dañado mi computador, no hubiera tenido manera de responder por tu trabajo nunca, gracias por avisarme. Juan presionó el botón rojo de su celular, acomodó las cortinas para evitar que la luz del sol se siguiera filtrando por la ventana, se sentó en su cama, tomó la parte superior de las cobijas y se acostó de nuevo pensando en que lo mejor que había podido hacer la noche anterior era haberse gastado el dinero del adelanto que le había dado don Roberto con las dos putas que lo acompañaron durante casi toda la noche en el Costa Azul, de lo contrario, en ese momento su cuerpo estaría completamente invadido por el rigor mortis. Cubrió su rostro mientras intentaba teorizar algo sobre el libre arbitrio y la apertura de infinitas consecuencias a partir de una simple elección, pero un pesado sueño se interpuso en sus cavilaciones.

- ¡Hola Laura! Espero que comprendas lo que voy a decirte, no pienses que es una mentira. Sucede que tu trabajo estaba terminado para el día acordado pero un virus no me permitió abrir el archivo, en este momento sigo intentando rescatar el disco duro para salvar el contenido, en esas estoy desde antier pero no he tenido éxito, perdóname por no haberte avisado antes. El técnico asegura que mañana en la tarde todos los archivos podrán ser rescatados, pero debemos tener paciencia. ¿Me disculpas? 6

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Dónde ubicar nuestros sueños? ¿Desde qué lugar crear las narrativas para hacer un proyecto creativo? ¿Dónde es preciso establecer anclas para emprender el viaje utópico de un oficio llamado teatro en estos tiempos de comercialización expansiva? ¿Por qué hacerlo desde las provincias o periferias? ¿Por qué extraerse de la contienda teatral centralista para querer hacer parte del centro? ¿Por qué no responder al modelo impuesto? Quizás, porque muchas veces es tan cruel, desleal y carente de solidaridad como el hacer política en Colombia, o porque la convicción de plasmar un ejercicio creativo exento de demandas temáticas, modas o tendencias resulta más honesto y creíble para quienes lo hacemos, pues finalmente el teatro solo salva a 7


Carteros de la noche

Conjuro

Muchos han creído con una fe ciega que es en los centros de las grandes megalópolis y capitales donde se abastece el desarrollo del arte, que es desde allí donde todo fluye, se condensa y moviliza. Quizás exista mucho de razón en ello, como también es cierto que cada vez todo está tan saturado que asistimos a la hecatombe, al derrumbamiento de sueños de creadores que caen en el primer aliento ante el desdén del universo competitivo de las perspectivas comerciales del teatro y la sobre oferta cultural de los grandes epicentros urbanos. Todo se vuelve un knock out a la insistencia que identifica al creador teatral; encontrar un lugar en ese cementerio de impulsos creativos puede ser tentador, no hay que negarlo, pero ¿cuál es su costo? ¿A qué demanda estamos respondiendo? ¿Seguimos siendo fieles a nuestros instintos e intuiciones, o apenas nos acomodamos a las reglas de un mercado que define formas de hacer y estar?

Uno se afianza a un pequeño territorio para hacerse preguntas vitales y crear más allá de las falsas vanguardias o arquetipos del discurso artístico actual, lo importante es lo que nos pasa adentro, creamos desde la aldea y mostramos un ladrillo de su estructura para dar a conocer el silencio del mundo con el que dialoga el espectador en el patio de butacas y ello lo podemos hacer desde cualquier lugar del mundo si la misión se tiene clara. Vivimos la periferia para tener más tiempo de ocio y saber mirarnos en pequeños grupos. ¿Cómo sobrepasar el ruido de las multitudes que se hacinan en diminutos espacios? No hay que huir porque el progreso y el desarrollo no es más que otra falsa utopía que nos revierte la complicidad con el otro por estar en competencia. Debemos buscar el público, esa sí es una tarea, pero este es todo aquel que quiera hacer parte del ritual, que quiera comulgar con la vida, no son las multitudes, sino con la esencia humana, y de ello hay muy poco en estos tiempos oscuros. Uno o cien espectadores hacen que el teatro sobreviva.

El teatro no necesita defenderse para que exista o se difunda, nuestro arte está sobre lo lúgubre de la vida y habla de lo que se aproxima y para eso solo se necesita una tierra fértil que es el corazón mismo del creador, el alma estética, y la voluntad de resistir en la tormenta imparable que es la deshumanización que nos correo, lo demás es un espacio físico con límites en sus coordenadas que pueden ser Bogotá, Pereira, una escuela, vereda o comunidad; el teatro está donde es necesario, no donde nos obligan a estar por un marco comercial. Lo primero es lo esencial y la periferia te permite el desacelere temporal que una gran ciudad entraña.

Elegir no crear desde el centro permite reconocer que el teatro nace en el silencio porque va al alma y eso lo podemos pensar mientras lo hacemos, se sobrepasa la funcionalidad del horario de ensayo y del modelo de prestar servicios que tanto está contaminando la calidad creativa en el modelo de cadena o industria que, aunque favorable, hay mucho que discutir. Veo a veces grandes ciudades con filas de actores que van al casting, todos tan buenos funcionarios, pero llenos de oquedad cuando están en la escena. Todos tan técnicos, pero sin saber contaminar el alma humana del espectador que quiere ver la vida en otras profundidades. Todos con la claridad de saber cobrar, pero sin la idea de cómo generar empatía. Nos ajustamos a tiempos de masificación, es verdad, pero lo personal es más vital.

Así, el llamado a pensar el espacio periférico como centro de creación deviene en posibilidades de pensar sin la rapidez obligante y estratégica de la sobrevivencia con la que se debe confrontar el creador en los grandes centros urbanos. La esencia no está en el lugar que creas, sino en el viaje que proyectas con lo que edificas artísticamente con las manos, el pensamiento y la emoción, es un acto de fe que nos lleva a la esperanza, a pesar de la desolación de la existencia. Paco, del grupo de teatro la Zaranda de España, expresa abiertamente que “hay que buscar lo eterno, no lo actual”, por eso el teatro aún existe, finalmente nosotros tomamos prestado una porción del tiempo de la escena de la vida, pero el oficio estará para siempre o al menos mientras el concepto de humanidad siga vivo.

Existen variables muy potentes que hacen defender la idea de que es importante estar en otros lugares que no son esencialmente los que el modelo impone y que la aventura de un tercer teatro que se excluya de esas estructuras es posible, pero sobre todo porque el teatro es una disolvencia del alma y un trazo escritural que anuncia que todo desaparece lentamente y lo único que queda es la terquedad creadora siempre para satisfacernos de nuestro espíritu al centro de nuestra razón de ser.

Para llegar a lo actual, se debe apostar desde el borde como espacio de acción a un teatro que exprese lo que uno es y lo que se siente sobre la infamia del vivir, y por eso la decisión propia y de “Teatro El Paso”, como la de otros grupos de las regiones de Colombia, pasa por hacer un arte en la “provincia” en pequeñas

A veces puede uno pensar que ya se halla en el límite, pero la idea del talento sobrepasa la ambición que puede traer el abandono a la tierra que nos vio nacer a pesar de no ser profetas en ella. Todo está dado para partir de la provincia, pero estar acá no hace los sueños menos grandes, pero sí más concretos, 8

más directos y menos falsos. Es mejor hacer un teatro con los conflictos locales para hablar del mundo, que perdernos en el mundo buscando qué decir, porque ya todos conversan de lo mismo. En la provincia lo particular encarna la complejidad, es mejor enseñar una gota de agua para definir el mar que palidecer ahogados en la incomprensión de los grandes discursos.

Ahora llevamos flores a las tumbas de nuestros maestros, hombres y mujeres que crearon la verdadera revolución del pensamiento, del hacer teatral, que sustentaron y sistematizaron una tradición de todas las formas empleadas en todos los sentidos y lugares, que abrieron un nuevo léxico para hablar de lo que nos apasiona, que a través de sus palabras hemos podido encontrar, entender nuestros orígenes y los viajes de los aventureros que crearon este pueblo de mil rostros. Ellos, en su mayoría, lo hicieron desde la distancia: Kantor, Eugenio Barba, Grotowski. Hoy “La Zaranda”, “Malayerba”, “Teatro de los Andes”, crearon sus patrias independientes y ese ejemplo hay que seguirlo, debemos saber recibir esa herencia de resistir y salvar nuestra nación artística. La intención cambió, eso es claro, ya somos conscientes de que no salvaremos el mundo. La ilusión de pensar que había libertad en el presente moderno, pero que solo fue un esplendor con barrotes (y que el teatro era la verdadera salida para librarnos de esa celda), ha caído como aquel personaje al que el sol resplandeciente le calcinó sus alas.

El teatro es de cualquier sitio, porque allí, en calidad de artistas, nos comprendemos como escombro en esta máquina que es llamada sociedad y esto nos sirve como aliciente para entender que este oficio a nadie concierne, que es apenas un grito de un pequeño pueblo invisible al cual le han robado su tierra, su pedazo de espacio para estar en el mundo que llaman real, pero que es lineal, geométrico y poco imaginario. Periferia o centro, con el teatro encontramos una salida de emergencia para soportar la existencia sobre las tablas y salvaguardar su memoria, una que con cada noche de función muere con el aplauso y se reinventa por la fuerza de la utopía de quienes le quieren habitar, uno en el que podemos ver por las hendijas de la vida cómo llegan los amaneceres, donde la oscuridad se combate con la luz del reflector, y en el que las palabras son portales para configurar en el rostro la tristeza o la alegría, uno donde podemos ser visitados por otros que también quieren fugarse de la verticalidad de un orden impuesto, uno donde la lógica, la gravedad, la cuántica cobran forma y se aprecian con las manos, la retina, uno donde los excluidos y borrachines también tienen historia.

Creímos que teníamos que ir cada vez más arriba, tal vez porque nunca han de construir un muro entre el sol y la tierra, pero a la vuelta de la verdad flameó nuestra esperanza y supimos caer a la deriva de este futuro líquido e incierto que se representa en la pantalla y que tiene un nuevo espectador, esta vez más relajado, sonriente y con el corazón triste a la vez, pero con el poder del zapping entre sus manos para perderse entre la multiplicidad de voces televisivas que narran lo superfluo de la vida. Es que pensar en solemnidades está en vía de extinción, como el rinoceronte blanco. Pero, ¿qué hacer cuando nos gusta invertir el tiempo en ello? Esta sociedad ha muerto, y entonces hemos decidido auto-exiliarnos en nuestra patria propia para vivir nuestra propia muerte, no la que nos imponen, sino la que queremos; preferimos edificar nuestro sepulcro con olor a telón viejo y público inconforme de vida, sentado en un pequeño banco de butacas de una pequeña ciudad, intoxicarnos con el olor del cable recalentado, por el calor de las luces y la pesadez de la melancolía que desbordan los grandes dramas de la historia.

El teatro es un mundo configurado de patrias ajenas, porque atravesamos este siglo donde la memoria y la utopía son simples despojos, la bandera experimental de lo que el teatro un día quiso ser se va desvaneciendo o reconfigurando a la ilusión de un lenguaje que vaga entre la complacencia, la estructura comercial y el efecto 3D – Full HD. Sobrevivimos por una inercia creativa y obstinada, por reproche, por insistencia, por ociosos, porque no tenemos nada más que hacer y solo esto sabemos hacer y podemos decidirlo hacer desde los más recónditos lugares. Subsistir hoy es el mayor gesto de resistencia humana, y también el más complejo para el artista del teatro, del mismo modo que lo es saber sobrellevar el tiempo de la experimentación creativa ante el tiempo tecnológico medido por bits que engendra una mediatización que tiene como fin adormecernos, hipnotizarnos con la ligereza de las horas y la superficialidad del aquí y ahora, que niega todo rasgo de memoria y que hace que el tiempo curvo y la mentalidad cuántica se nos fugue de los dedos. La terquedad cubre la esperanza de un oficio en desuso, contrarresta la fragilidad de una mentalidad colectiva que ha sido despedazada, que se ha tornado en fragmentos inconexos, porque aparentemente estamos en un mundo donde ya no hay nada qué decir, donde ya todo se dijo o no es necesario decirlo, donde la tabula rasa del sentir, pensar y hacer ya tiene su eje programático. 9

Conjuro

ciudades donde pasa muy poco en políticas culturales, y la sobrevivencia es más difícil, pero, ¿para qué está la resistencia si no es atender esa confrontación? Creo fielmente que si todos abandonamos el puerto, las centelladas del tiempo corroerán con arena el mar abierto de lo que está por construir.

quienes lo habitan. La vida se supone de utopías que cargan una geografía imprecisa, ahí está el misterio del viaje, lo maravilloso es habitarlo puesto que el punto de llegada es la utilidad que da la existencia, elegir el lugar es importante.


Carteros de la noche

Fotografía

H A BI TA R. RECORRIDO S Y A P ROP I ACIONE S

Conjuro

T E J I D O S . F O T O G R A F Í A D I G I TA L . S A N TA R O S A D E C A B A L , C O L O M B I A . 2 016 .

A Q U Í E S TÁ M A R Í A . F O T O G R A F Í A D I G I TA L . P E R E I R A , C O L O M B I A . 2 017.

S I N T Í T U L O . F O T O G R A F Í A D I G I TA L . Q U I M B AYA , C O L O M B I A . 2 016 .

l recorrido es condición del habitar; apropiarme de los lugares que camino, exploro, visito, es una manera de sentirlos míos. Es entonces, cuando aparece la cámara fotográfica, invento de la modernidad, hija amada de la ilustración, contenedor de realidades, maravilloso artefacto óptico que se presenta como mediador de la experiencia, permitiéndome coleccionar el mundo para volverlo más cercano. Así, puedo cruzar el umbral de quien solo camina, para convertirme en un explorador que, gracias a la captura del instante, apropio el mundo que creo me pertenece.

esto significa “establecer con el mundo una relación determinada que parece conocimiento, y por lo tanto poder”. En el mismo sentido, podría decir que habitar un lugar, ocuparlo, hacerlo propio y detener el instante que construye memoria, es una manera de crear una suerte de archivo; registro de ese presente que pereció y que no solo es manifestación espontánea de un trozo de la vida.

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De esta manera la muestra Habitar. Recorridos y apropiaciones, recoge una selección de lugares que he hecho míos al tiempo que los ocupo: instantes materializados por un dispositivo de la mirada, que se convierten en remembranza de otros tiempos y le dan sentido a mi futuro virtual e inmediato.

En su texto de Sobre la fotografía –registro detallado de su obsesión por la fotografía–, Susan Sontag afirma que “fotografiar es apropiarse de lo fotografiado” y que 10

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Conjuro

Por: Adrian Hueso. Fotógrafo, Artista Visual. Contacto: adrianhhueso@gmail.com


BIBI A N A BER N A L1

Poesía

JULIETH Y LA LLUVIA ***

Poeta, editora, narradora, gestora cultural. Contacto: minificciones@gmail.com

Si algún día vuelvo a morir, procuraré hacerlo bajo la lluvia, hay tanta compasión en cada gota. Le diré a mamá que voy a jugar con el aguacero en la cancha de arena. Ella pronunciará el mismo no y yo aprovecharé el rumor del techo para encubrir el sonido de la puerta. La sonrisa cómplice de Julieth estará al otro lado de la cortina de agua del alero de su casa. En la ventana, como siempre, su abuela, con un cigarrillo en la boca y nicotina en la mirada, convirtiendo el humo en niebla.

Conjuro

Si algún día vuelvo a morir y la muerte me da tiempo, le diré a Julieth que no la olvido, que al final, todos los saltos nos arrojan al mismo vacío; que podemos volver a jugar a la oficina aunque ella no vea ya ni juguetes en los libros. La llevaré a “los pinos”, donde jugábamos y nos escondíamos en las noches. Si algún día vuelvo a morir, y se va la mujer y regresa la niña, buscaré a Julieth en la lluvia. Vamos, Julieth, debajo de la cancha de concreto están nuestros días y noches de juego, nuestra memoria de arena.

DESDE EL AUTOBÚS

NINGÚN NOMBRE

***

***

Como si de vuelo supiéramos, intentamos aprisionar su sombra en la jaula de las manos.

Mejor no cerrar la ventana. Ha de consumarse en la mirada la vida que transita por la ciudad.

Sin saber que detrás de los huesos quedamos en su cautiverio.

No volver a casa para sentarse otra vez en la mesa a masticar tiempo o un trozo de pan que no sabe de la fatiga.

Entonces proferirlo indagarlo respirarlo en las afueras de la carne, en el cuerpo, en la sangre, es nuestro último intento de hacernos uno con él.

Mejor no contarle a nadie que a diario, una pregunta irremediable deambula por las habitaciones y se come lo poco que hay en la alacena y en rincones por donde paso. Que hasta yo crea mis mentiras, que me reciba al llegar y me abra la puerta sin cansancio.

Pero rozarlo tampoco logra detener su aleteo inasible. No hay palabra verdadera que retenga su huida.

Mejor no cerrar la ventana y no regresar y quedarse y seguir mirando el mundo desde el autobús.

Y siempre, después de todos sus crepúsculos volvemos a pronunciarlo

PÁ J A R O D E P I E D R A

Aunque la lengua se nos vuelva ceniza, si decimos Amor.

***

Ser de piedra y creerse pájaro porque el viento propaga el polvo de las manos. Verse ave en el reflejo, aunque inmóvil sobre el asfalto, abrasado por la luz de las cinco de la tarde.

MUDANZA ***

Saberse nido en un recodo del día que agoniza, sin poder roer el aire.

De este lado no se oyen sollozos ni pasos en la habitación. Por la ventana no entran ramas. En la pared no se estampan siluetas. A ninguna hora viene un perro a saludar. En esta cama no duerme un abismo. La luz no se apaga en mi rostro. Aquí, como allá, nadie dice mi nombre.

SILENCIO ***

Ni escribir sobre los pájaros ni fotografiarlos. Solo asistir a su vuelo. Abandonar la intención de eternizarlos en la palabra y la imagen. Perpetuarse en la fugacidad de su travesía por la mirada. Callar, con las manos y con los ojos. Callar, no para fingir el silencio que dejan a su paso sino para serlo.

Ser de carne y creerse hoja o pluma y al final de la jornada ser quien cae. Ser uno y creerse otro y otro y otro, hasta anochecer sobre sí mismo y volver al origen, donde la arcilla no tenía rostro y las alas no pesaban tanto.

1. Los poemas seleccionados hacen parte del libro Pájaro de piedra, finalista del Concurso Nacional de Poesía, 2017.

TÍTULO: L A DOLÇA CADENCIA DELS PARADIGMES. 4 3 X12 0 C M . A R T I S TA : C R E U S D A L G À . 12

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Conjuro

Carteros de la noche


Carteros de la noche

Poesía

P OEM A R IO I

AC CIÓN DE GR ACI A S Por: Jairo Obando Soto Pintor, escultor, escritor Contacto: jairobando42@hotmail.com

H ACE F RÍO…

P OEM A SIN T Í T UL O

Hace frío en la ciudad que no duerme. Los transeúntes corren de un lado a otro: en un desespero acelerado saltan charcos, esquivan vehículos, andenes; esquivan las caídas de agua desde los tejados.

¡Caerás! No por mis palabras, no por mí.

Te será negado el beso en la frente, se posará conspirador en tu mejilla.

Gracias señor por darnos a la CIA.

La soberbia en tus actos aplastará tu espalda; los árboles no desprenderán sus hojas para alfombrarte el camino.

Tus amenazas de sequía se ahogarán en las inundaciones de abril; y tus amenazas de tempestad claudicarán con la salida del sol y las tardes de venados.

Las lámparas brillan opacas, sumergidas en una espesa manta de neblina.

La lluvia no será lluvia: granizo que quemará tu rostro. El viento cegará tu vista. No seré luz en tu recuerdo porque no serás ni sombra en el mío.

La CIA Que engendrara El CONGRESO POR LA LIBERTAD DE LA CULTURA y éste a su vez nos develara la Escuela de Nueva York el Arte Abstracto a Jackson Pollock y por supuesto el MoMA, donde lo entronizaron con todos sus amigos, a Andy Warhol que no estamos seguros si es hijo o nieto del Congreso; el Jazz el cine y sus grandes estrellas: John Wayne y Ronald Reagan.

Allá, afuera, la congestión húmeda bajo cero. Aquí, adentro, la combustión de las temperaturas en aguaceros de caricias y tempestades de besos. Suenan truenos en detonaciones vehementes, entrelazados con el chispeo relampagueante de las miradas. Las inundaciones de la saliva que se desplaza por nuestros callejones corporales, inundan las férvidas pasiones de los enamorados.

¡Bumerang, tus palabras de doble filo! Tus despiadadas manifestaciones de control caerán como el gran muro, como las torres, como dictadura, como sentencia revocada, como gaviota contra los arrecifes. La luz se desvanecerá en tu propia sombra. tu boca será la sed de esponja envinagrada; tu costado será perforado por las lanzas de tus flagelaciones. Tus acartonados discursos de sátrapa artero se atorarán en tu garganta. Las letras de tus cartas, decretos y sentencias no serán ni la huella de la metáfora: serán el epílogo, las capitulaciones de tus mordaces anhelos y tus hipócritas bienvenidas.

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-Rayo fulminante, antídoto letal, cura cancerígena…Tu paraguas será permeable, el agua congelará tus poros. El olor de tus flores se ensartará en sus espinas. Como planta parásita, la melancolía absorberá tus alegrías, y la libertad (no hablo de tu libertad), será un estado de tranquilidad… ¡¿Cuánto cuesta la tranquilidad?! ¡Morirás, no por mí, no para mi regodeo, en tus auto crucifixiones!

Muchas gracias Señor por darnos a la CIA y su hijo el Congreso que tampoco olvidara nuestros niños y nos diera a Walt Disney y su gran Pato Donald; filósofos notables ¿no lo es acaso Bertrand Russell? Y literatos grandes: George Orwell

los nombres destacados que nos diera el Congreso y encumbrados por ellas, —las Revistas— es ardua la tarea de nombrarlos a todos; es cierto en todo caso que estamos orgullosos de su legado inmenso, y admiración es poco Lo que podemos darles. Gracias Señor por darnos a la CIA y con ella al Congreso, al fin de cuentas a ella le debemos toda nuestra cultura libre y soberana y nuestro nunca bien ponderado Arte Moderno. Y de nuevo Señor Os damos gracias por la CIA y su hijo el Congreso, pero de todo ello Señor lo que te agradecemos desde adentro del alma es que a este lugar

Gracias Señor por darnos a la CIA y con ella al Congreso y a su revista ENCOUNTER y otras cuantas; son miles son muchísimos

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humilde del planeta y como corolario de todo lo nombrado, llegara la gran Marta la Traba: Marta Traba que con todas sus luces nos despejara el alma e hiciera que admiráramos a todos sus amigos que seguían la Escuela (de Nueva York, naturalmente). Gracias Señor por darnos a la CIA y con ella al Congreso. Conjuro

Conjuro

Benjamin Cuervo Poeta, titiritero. Licenciado en educación artística y cultural. Contacto: benjaminquimbaya@yahoo.es


Carteros de la noche

Contrapunto

Parto de estas reflexiones iniciales para introducir a una lectura contextualizada de la réplica de la escultura Rita 5:30 del artista cartagenero Enrique Grau (1920-2004), instalada desde abril de 2017 en la vía que comunica a Armenia con Calarcá, en lo que se ha denominado el túnel de La Constitución. “La Rita chapolera” como ya se le conoce en el Quindío, es resultado de la recreación de la escultura original – Rita 5:30 –, creada por Grau en el 2000, por encargo de la administración de Enrique Peñalosa, para el Parque Nacional de Bogotá. En 2016 el Departamento Administrativo de Planeación Municipal de Armenia recibió en donación, de la Fundación Enrique Grau, los derechos de autor de esta obra, con la autorización para que fuera intervenida por algún artista del Quindío, a partir de motivos propios del contexto. De alguna manera se buscaba darle pertinencia a “la Rita cachaca” en la tierra de “los cuyabros”.

Para algunas de las personas responsables de la promoción de las artes en el Quindío, estas acciones no toman en consideración el papel que debe jugar el dispositivo artístico en el espacio público. Lo que prima es la idea del “embellecimiento” urbano por vía de la instrumentalización del trabajo artístico o la estetización a priori de los espacios colectivos, sin dimensionar el papel que puede llegar a jugar el arte en la revaloración de lo público.

DE GR AU EN EL QU INDÍO Por: Margarita Calle Directora Maestría en Estética y Creación Universidad Tecnológica de Pereira Contacto: margcalle@gmail.com

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Imagen libre tomada de internet. (Este es el enlace de donde fue tomada https://www.google.com.co/ )

Si recuperamos los planteamientos de Rancière, señalados arriba, podemos decir que aquí se arrasó de tajo con la historicidad de la obra y el sentido de la acción artística construida por el artista. Se despojó la obra de su sentido para forzarla a incorporar otro, ajeno, contradictorio e intrascendente, toda vez que nuestra cultura cafetera se cuenta entre las más alienantes y machistas del país, y los símbolos de identificación que nos representan han perdido potencia en su capacidad transmisora, por efecto del abuso excesivo de los mismos.

Si bien reconocemos que es posible recrear las producciones artísticas como estrategia para actualizar su sentido y su valor cultural, no se puede perder de vista la carga política y el compromiso ético que entrañan estas acciones. Reforzar los particularismos de una cultura resulta irrelevante cuando se trata de crear referentes para visibilizar un contexto. Más allá de las diferencias que nos caracterizan, el arte se ha ocupado de potenciar un sensorium que permite que los humanos nos reconozcamos desde lo que tenemos en común, especialmente las formas de coexistencia que nos han servido para edificar nuestras identidades y cultivar unas prácticas y unos hábitos que son el soporte vital de nuestra vida social y colectiva.

Aunque la propuesta resulta forzada, caló y se materializó en una administración, proclive, como tantas otras, a actuar al vaivén de la vanidad y el capricho que generan los cargos públicos en Colombia. Como lo referenció en su momento el portal Quindío Noticias2 : “el municipio invirtió $80 millones en su construcción e instalación, y la artista quindiana Viviana Spinosa, con su estilo de toques arabescos, decoró cada uno de los 4 lados, en un gran homenaje a la cultura cafetera: el yipao, los pájaros barranqueros, las fachadas de las fincas campesinas, las mariposas, el canasto y los granos maduros de café, todo adornado con una corona de chapolas.”

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En el espacio público las creaciones artísticas no pueden pensarse como meros agregados del equipamiento urbano. Tampoco pueden responder a las demandas caprichosas del turismo transitorio que se está apropiando de nuestros territorios. Ojalá los administradores de las municipalidades afinen la mirada, para que acompañen las decisiones que comprometen la vida colectiva de acciones menos inmediatistas, capaces de provocar lecturas más complejas de nuestro presente cultural.

Así, una de la imágenes más emblemáticas de Grau, creada para hablar de la liberación femenina, de la emancipación de la mujer, de la necesidad de liberar el cuerpo de la opresión social impuesta por la cultura machista que domina el país, pasó a convertirse en una suerte de pastiche del Paisaje Cultural Cafetero, como se puede deducir de la declaración entregada, en su momento, a La Crónica del Quindío3 , por la artista Viviana Spinosa, responsable de la intervención plástica: “La Rita es una de las esculturas más grandes de nuestro país. Gracias a la donación, quisimos intervenirla con lo característico de nuestra región que es el Paisaje Cultural Cafetero. Cogimos la arquitectura, el yipao, la fauna y la flora de nuestra tierra”.

2. Quindío Noticias, “La Rita” embellece el ordenador vial de La Constitución. Armenia, abril 26 de 2017. Disponible en: http://quindionoticias.com/locales/ la-rita-embellece-el-ordenador-vial-de-la-constitucion/

Prácticas similares a esta fueron realizadas en Barranquilla y Cartagena, a partir de la gestión que realizan los responsables de la Fundación Enrique Grau, encargada de

3. Ospina Duque, Natalia. “La Rita está avaluada en 300 mil dólares” en La Crónica del Quindío, Armenia, abril 26 de 2017. Disponible en: http://www. cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-la_rita_est_avaluada_ en_300_mil_dolares-nota-109666.htm

1. Rancière, Jacques, “La revolución estética y sus resultados”. En: New Left Review, Nº. 14, España, 2002, pp. 118-134.

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“ R I T A”

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conservar y promover el legado del artista. Además de la Rita 5:30, también han sido objeto de estas “recreaciones” las María Mulatas, imágenes características del trabajo plástico de Grau desde los años 60.

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L

as obras de arte son atemporales; esa condición las libera de la posibilidad de quedar sometidas a un determinado régimen estético o cultural. Lo que no significa que las creaciones artísticas no sean objetos, imágenes o acontecimientos historizados, que responden a unas relaciones estéticas y culturales, determinadas por el momento y las intenciones con las que fueron concebidas. Es, justamente, esa condición la que le confiere sentido a su existencia y las convierte en dispositivos potentes para la transmisión cultural. No de otra manera lo interpretó Ranciere1 , al señalar que es gracias a los vínculos construidos con el espacio-tiempo del arte y a los recursos que encarnan el pensamiento de una cultura, como las obras de arte llegan a ser visibles e inteligibles para una comunidad de espectadores.


Carteros de la noche

Contrapunto

armonizó con el ruido visual que las alteridades crearon en las miradas de los espectadores-ciudadanos que interactuaron con ellas, potenciando así sus procesos cognitivos de aprendizaje por la cantidad de información estética que recibieron y re-conocieron en ese momento.

“Aquello que subvierte la norma, burlar lo establecido” Gabby Maéche. Cada uno con un estilo único construido según sus experiencias fueron seleccionados como alteridades queer representativas de la ciudad. Un segundo momento del proyecto consistió en construir cuatro vestuarios (stylings) diferentes basándose en la concepción que los modelos tienen de sí mismos, utilizando colores, prendas, accesorios y la intervención final de maquillaje y cabello con Gabby Maéche y Yesica López.

El nombre del proyecto Alteridades Urbanas es la condensación del sentido que se quiere trasmitir y reconocer en una esfera social pública; alteridad, como posibilidad de existir de otro modo y urbana por existir y manifestarse dentro de los límites de una ciudad, en este caso, Pereira.

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PO TEN CIAS

El concepto de queer, que en inglés significa “raro”, y que fue utilizado como insulto en los años 80´s y 90´s en Estados Unidos, hoy se rescata como la principal teoría que afirma que el género es una construcción social que influye en el ser según sus experiencias, dándole la posibilidad de definirse a sí mismo dentro o fuera de los cánones sociales y exteriorizándolo con códigos visuales reconocibles como su vestuario y maquillaje, los mismos que exploran de forma continua experimentando con colores, prendas y accesorios que rompen lo establecido y crean nuevas tendencias que traen intrínsecas un discurso político de autonomía que posiciona a Pereira como una ciudad diversa que permite existir y convivir como alteridad. La principal exigencia para participar de la pasarela es el auto-reconocimiento como seres queer en la esfera social pública y representar ese reconocimiento con una imagen auto-referencial y un texto. Aquí algunos extractos de lo que significa ser queer para cada uno de las personas que participaron como modelos en el proyecto:

Por: Sebastian Vargas Betancour Artista Visual Productor de Alteridades Urbanas, pasarela de tendecias queer 2017 Contacto: sebvargas2@gmail.com

La información visual y sonora registrada en el momento de la pasarela serán los principales insumos para un análisis comunicativo que busca identificar los procesos cognitivos de aprendizaje que existieron en los participantes de la pasarela, demostrando la potencialidad educativa de las manifestaciones estéticas en Pereira. La pasarela de tendencias queer Alteridades Urbanas fue un proyecto de Sebastian Vargas Betancour para la campaña “Pereira la veo bien” de la Sociedad de Mejoras de Pereira, la Cámara de Comercio de Pereira y la Alcaldía de Pereira, coordinada por la maestría en Estética y Creación, de la Universidad Tecnológica De Pereira. La campaña fue una estrategia ciudadana para rescatar valores y derechos ciudadanos como el libre desarrollo de la personalidad y la libertad de cultos, propiciando espacios de manifestación estética que trasmitieran dichos valores y derechos.

“Sentirnos libres de gustarnos o vernos como nos guste, sin ningún prejuicio.” Carlos Gutiérrez.

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legar a ser, entender lo virtual como potencia (Pierre Lévy), desde una perspectiva comunicativa fenomenológica, es la columna vertebral teórica de una propuesta de educación virtual que busca propiciar un espacio-tiempo específico donde sucedan interacciones entre ciudadanos que se identifican como alteridades y ciudadanos que están entre los cánones de normalidad que establece la sociedad actual. La alteridad, como su nombre sugiere, es la posibilidad política de existir de otro modo, creándose a sí mismo desde concepciones propias.

y su capacidad de provocación para la manifestación de las alteridades ante la esfera social pública. El buen desarrollo de este proyecto depende entonces de las características fenomenológicas en su manifestación, por ello debe suceder en un lugar emblemático de las interacciones sociales de una ciudad, en este caso para Pereira, su centro logístico, es decir, la alcaldía municipal y sus alrededores, puesto que son lugares de gran flujo de ciudadanos y, este flujo, es más fuerte entre las 4:30 p.m y las 7:30 p.m. Esta es la razón por la cual se escoge la “Calle del tuvo” a las 4:30 p.m del 10 de noviembre de 2017 como espaciotiempo propicio para que suceda la manifestación de las alteridades. Para delimitar el espacio de interacción de las alteridades, el happening adoptó el formato de pasarela. La exhibición de modelos y vestuarios estuvo en un espacio privilegiado ante la mirada de espectadores, inmersos en el diseño sonoro noise de Neon Fluxus, que

El objetivo educativo del proyecto es potenciar procesos cognitivos del aprendizaje del reconocimiento y convivencia con el otro; entendido este como sujeto de derechos en la sociedad, entre ellos, el derecho a crearse a sí mismo de forma autónoma, es decir, al libre desarrollo de la personalidad. Para esto se acude al happening por su característica efímera y fenomenológica 18

Para encontrar información del equipo, registros audiovisuales y especificidades de la pasarela de tendencias queer pueden ingresar al siguiente link: https://sebastianvargasbetancour.wordpress. com/2017/09/27/alteridades-urbanas/

“Renunciar a lo establecido abre la mente hacia otros tipos de estética.” Kyle Devkalion. “Lo ideal es un mundo sin distinciones, sin miedo, sin necesidad que defenderse” Andrea García. “La no identificación en géneros binarios, que han sido demasiado excluyentes” Malcolm Ossa. “Desligarse de la identidad, ya que percibimos que no nacemos como un ser concreto y controlable” Alter Ida Des. “Una protesta persistente, encaminada hacia la eliminación del contexto habitual de las cosas” Jugo Rosa. “Es hibridación, deformando las convencionalidades absurdas impuestas al cuerpo” Altocalcifilico Camilo. 19

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T EN DENCIAS

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Después de un arduo proceso de pre-producción llegó el momento en el que, con miradas de sorpresa consecuentes a la presencia de las alteridades, transeúntes del centro de Pereira se convirtieron en espectadores y participantes de un espacio que poetizó las interacciones entre alteridades diferentes que pueden existir y convivir en la misma ciudad. Estas interacciones están registradas mediante el video experimental de Quinaya Qumir (adjunto en un link al final).

Para reducir el espectro categórico de las alteridades urbanas que en Pereira existen y conviven, se decide convocar a la comunidad queer de la ciudad, que como alteridades, exploran los géneros femenino y masculino para re-estructurarlos y combinarlos, abriendo nuevas posibilidades de ser en el mundo además de las ya establecidas; una auto-re-construcción del propio género.


Carteros de la noche

MARANGUANGO Estas ilustraciones fueron realizadas en octubre del 2017; la técnica fue una exploración de acuarelas y tintas sobre papel; la temática es simple: En su mayoría son retratos que reflejan alguna faceta surrealista, oscura y simbolista alojada en algún lugar decadente de la memoria. Espero sean de su completo desagrado pues no tuve ni un ápice de remordimiento al contemplar el desastre de humano en que nos hemos convertido; y digo “hemos”, porque seguro lo he pintado a USTED: ¡Perro Hijueputa!

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M A R A N G U A N G O [ R E T R AT O S ] T I N TA S Y A C U A R E L A S / A L E X U S Q U I A N O ( A R T I S TA V I S U A L ) / O C T U B R E D E L 2 017

D AY 13/ T EEMING

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Y no quiero decir con esto que los murales y las intervenciones realizadas con jeepes, guaduales, cafetales no sean arte. Lo que digo es que no solo el paisajismo cafetero es arte y que no solo por ser paisaje quindiano ya es la mejor demostración de nuestra evolución estética.

para el encuentro con la obra de Duván López demuestra que se puede invertir en la divulgación del arte quindiano sin limitar a éste solo a un paisajismo de guaduales, neblinas, cafetales o casas campesinas; y, por otro lado, logra ubicar a Quimbaya en un referente artístico en la región haciendo que no todo lo bueno se ubique en la capital.

Divulgar es un verbo complicado y nunca su resultado será satisfactorio, a veces podemos lograr nuestro cometido, a veces no. Quiero detenerme en algunas experiencias sobre los aciertos y desaciertos evidentes para justificar en algo mi tesis:

Por: Giovanni Alberto Sarria Activista cultural, Miembro del Centro de Historia de Pijao Contacto: giofasarria@gmail.com

A L E X U S Q U I A N O / D AY 2 6 / S Q U E A K

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n amigo escribió en páginas sociales hace poco que soñaba con una Art-menia y me sentí muy identificado con este sueño y he recordado con agrado que en los últimos años Armenia ha cambiado, para bien y para mal, la relación cada vez más amplia entre el arte, el espacio urbano y lo público.

mismo. El acceso al arte, que debería ser un derecho, aparece como un privilegio, y llevarlo a las calles y no limitarlos a los espacios cerrados, es, por lo tanto, un deber del Estado. Hago parte de los que creen que vale la pena invertir en el arte y en la divulgación del mismo, soy de los que creen que las administraciones públicas deben llevar el arte a la comunidad, reconocer el valioso aporte de sus artistas, divulgar sus producciones, dignificar por medio de él la vida de sus habitantes y aportar a su crecimiento, digámoslo espiritual, porque cuando una persona como usted, como yo, del común, de los que andamos a pie por las ciudades, nos encontramos frente a una obra de arte que nos impacta, que nos conmueve, que nos mueve, pues estoy seguro que el efecto es positivo y es espiritual.

Esta relación va en aumento, diría yo, de manera inevitable, y se puede encontrar en las más diversas plataformas y niveles superando muchas veces los fundamentos y cánones conceptuales que sirven como espacios comunes para conversaciones en cafés o bares, poniendo muchas veces en riesgo los conceptos que tenemos de arte y, a la vez, planteando nuevos elementos para determinar, en caso de lo público, conceptos tales como “austeridad del gasto”, “planeación de la inversión” o “racionalidad del costo”, propios de la administración de los recursos públicos, lo que no es otra cosa que los recursos suyos, míos, nuestros.

Sin embargo, en el centro de esta explosión de la inversión pública en el arte hay un peligro escondido y es lo que he denominado una regionalización del arte, es decir, una uniformidad de las expresiones artísticas bajo determinadas especificaciones técnicas dictadas, más por una demanda turística, que como una verdadera divulgación de las diversas maneras en que abordamos lo bello, lo estético y lo artístico, especificaciones que solo permiten un paisajismo de guaduales, barranqueros y heliconias.

A simple vista, parece mucho más importante y prioritario invertir trescientos millones de pesos en una obra de acueducto y alcantarillado que en esculturas de Rayo o López para adornar las glorietas de la ciudad; habrá quienes así opinen y, a simple vista, pueden tener razón, pero viendo un poco más allá se puede acusar que el acceso al arte es tan valioso como el acceso a la información o al conocimiento 22

La casa quindiana: Los que recordamos la escultura del Camello que se encontraba en la glorieta del barrio 14 de octubre, ubicada en la carrera 19 con calle segunda de Armenia, y que fue erigida en la administración del señor Mario Londoño Arcila, a quien se le reconocía con el apodo de “el camello”, recordaremos también que esta escultura, en lugar de divulgar o acercar una expresión artística diversa o internacional, era simplemente un eufemismo tridimensional que solo buscaba perpetuar en la memoria quindiana al hoy desaparecido político quindiano. En el año 2013 lo reemplazó la compleja obra del artista quindiano con mayor reconocimiento internacional en la actualidad, el Maestro José Duván López Yepes, denominada “La Casa Quindiana”, y como dice el mismo autor, es una obra de comprensión lenta y personalizada, siempre cambiante que, aunque continúa una línea autóctona de reconocimiento de lo propio y lo identitario, a la vez es un punto de inflexión, un punto de ruptura con la tradición quindiana muy acomodada a las formas de Henao Buriticá y que solo fue alterada con el monumento al esfuerzo del Maestro Arenas Betancourt. La Casa Quindiana no es una obra para ver fugazmente, requiere tiempo y detenimiento, no es para mentes aperezadas ni contiene una sola forma de lectura. En lo personal creo que, al igual que la obra “Río Amazonas”, del mismo autor, ubicada en la carrera 14 de Armenia, es el mejor ejemplo de arte quindiano con alcance internacional que adorna nuestros espacios urbanos.

Convertir a Armenia y al Quindío en una región museo es un sueño que requiere del apoyo de los administradores que van y vienen en el disparatado mundo de la política quindiana. Requerimos de alcaldes y gobernadores que inviertan en murales, esculturas, instalaciones, eventos y programas académicos; pero se requiere también que superemos esa miopía ante el arte que nos impide considerar diversas expresiones que no sean ese paisajismo repetitivo y de molde que abunda por todas partes, que ya es más común que el paisaje mismo, porque, y es un nuevo punto para reflexionar, cuando una comunidad requiere de tanto paisaje artificial es porque está perdiendo, y muchas veces sin percibirlo, su paisaje real. ¿Será eso acaso?

El mural desaparecido de S.M.P.: En la primera Bienal de Arte Contemporáneo realizado en Armenia en el año 2016, dos jóvenes artistas locales pintaron un mural centrado en una danza de ballenas jorobadas con el azul marino como protagonista y denominado “Canto a la vida”. Menos de un año después de su realización, el doctor Luis Fernando Ramírez Echeverry ordenó a los empleados de la Sociedad de Mejoras Públicas borrar el mural. Lo interesante estriba en las razones dadas por Ramírez para tal decisión.

Referencias que pueden ser consultadas sobre el contenido del artículo: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-presidente_de_la_ smp_cometi_acto_vandlico_con_mural-seccion-la_ciudad-nota-106894

En entrevista con el diario La Crónica del Quindío expresa que “(…) si se hubiera tratado de un tema más acorde a la cultura cuyabra, habría pensado un poco más si la quitaba o no”. Ramírez Echeverry, quien este mismo año recibió por parte de la Alcaldía de Armenia el Cordón de los fundadores, manifiesta que el arte, al menos bajo la visión de la inversión pública, debe reflejar una identidad regional para que valga la pena su aporte.

http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-la_rita_ est_avaluada_en_300_mil_dolares-seccion-la_ciudad-nota-109666. htm#comment http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-lista_base_para_ rplica_de_la_rita_de_grau_escultura_que_engalanar_la_constitucinnota-109034.htm http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-sala_duvn_lpez_ de_quimbaya_un_legado_del_artista_al_pueblo_que_lo_vio_nacernota-112769.htm

La sala Duván López: la inversión realizada por la administración municipal de Quimbaya, en el presente año, para recibir, en un espacio ubicado en la Casa de la Cultura, la colección que el maestro López donó a su municipio, es un ejemplo de apoyo a lo regional, pero con una visión más amplia a lo simplemente paisajístico. Por un lado, considero que esta inversión de los recursos públicos en un espacio

http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-_la_casa_ quindiana_representa_la_amabilidad_y_apertura_de_la_gente_-seccion-nota-64710.htm http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-la_casa_ quindiana__nueva_escultura_para_armenia-seccion--nota-64517.htm http://www.calarca.net/josenodier/casa-quindiana.html

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L A REGIÓN MUSEO Y L A REGION A L IZ ACIÓN DEL A R T E EN EL QUINDÍO

La Rita del Deprimido: Cuando El maestro Enrique Grau pintó en 1989 el cuadro “Rita” del cual surge posteriormente la escultura 5:30 p.m., Rita era una prostituta entrada en años y con rasgos enteramente mestizos. La escultura original, y sus diversas réplicas, está compuesta por dos caras bidimensionales que se interceptan para lograr el engaño visual de una obra tridimensional, en el que una enorme mujer oscura, caderona, con su sombrero y sus ligueros otoñales se prepara para ejercer, como cada noche, el oficio más antiguo del mundo. La actual administración municipal de Armenia escogió la obra para engalanar la estructura del deprimido ubicada al frente del parque de La Constitución e invirtió ochenta millones de pesos en su intervención, la cual fue responsabilidad de la quindiana Viviana Espinosa. La cuestión es que a esta prostituta mulata de seis metros de altura le taparon su tocado, sus enormes caderas de negra y sus ligueros a la antigua y la llenaron de cafetales florecidos, barranqueros, guaduales y platanillas, como si la obra del maestro Grau estuviera incompleta, inconclusa o si ofendiera su verdadera identidad o como si solo este tipo de paisajismo fuera la única expresión permitida de arte en el Quindío.


Carteros de la noche

L O S CINE CL UBE S

La tarea fue doble: estar frente a la cámara y frente al club, haciendo de la fecha, su día a cargo. Consolidamos un cronograma de trabajo de al menos seis meses y se llevó al límite el concepto de club. Si cada miembro tenía bajo su responsabilidad una fecha, estábamos descentralizando la construcción de la programación de películas, las tareas logísticas y demás actividades de las que depende cada día de proyección. Los miembros menos activos del cine club lograron vincularse directamente como gestores culturales.

SON CL UBES

Por: Quinaya Qumir Artista visual, co-fundadora de “La caja cine club” Contacto: quinayaqumir@gmail.com

En el 2016, un año después de la experiencia anterior, pensamos de nuevo en hacer un intercambio de saberes bajo la premisa de que con los talentos de todos podríamos realizar talleres de formación en producción audiovisual, y así fue. Iniciamos con el taller de guion literario que dicté yo en compañía de otro miembro que podía traducir del inglés el guion literario de Into the wild de Sean Penn. Nos propusimos hacer conexión directa entre los sábados de proyección y apreciación cinematográfica y los miércoles de formación en producción audio-visual, y trabajamos con ese guion porque esa había sido la película del sábado anterior.

¿

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El cineclubismo está siendo un ejercicio coherente? Quizás hoy ha sido reemplazado mayoritariamente por una extraña forma que no corresponde a lo colaborativo y sería mejor definida como un servicio de exhibición de contenidos (generalmente asociados con el cine alternativo). Pese a que misionalmente los cine clubes han subvertido la experiencia cinematográfica desde la programación de las carteleras, hasta los proyectos de formación de públicos ¿se sigue pensando el cine club como un espacio esencialmente colaborativo y de retroalimentación?

En adelante los talleres tuvieron completa coherencia con el cronograma de proyecciones, talleres de guion técnico, dirección general, dirección de arte, iluminación, fotografía y producción general. La dinámica nunca tuvo plan o dirección futura, fue orgánica, incluso miembros antiguos del club decidieron regresar para retro-alimentar desde sus áreas de conocimiento. La metodología de laboratorio propició el encuentro de saberes entre el cine club actual y la historia que lo conformaba. Parece que un cordón umbilical atrajo los viejos amigos y los hizo decir: ¡yo también puedo enseñarles algo!

Aunque los espacios de exhibición fomenten la participación al final de las proyecciones mediando momentos para el debate ¿sería eso suficiente para hablar de formación de públicos? O podría iniciarse el debate desde la concepción de que en un club habría miembros, no público, no audiencia, porque estos dos últimos conceptos son categóricamente distantes a la esencia de lo colaborativo.

“Sujeto-espectador que se constituye (...) en referencia a las condiciones técnicas del cine, a las circunstancias metapsicológicas en las que se consumen los filmes y a la paralela existencia de unas determinadas características del texto fílmico”.

La investigación evidencia que los proyectos de formación de públicos que comprometen el cineclubismo con laboratorios de creación, como fue nuestro caso, estimulan de una manera más comprometida la cinefilia; que el trabajo colaborativo capacitó los miembros del club desde el hacer y fue en la experiencia directa de la manipulación de los equipos cuando se amplió el espectro crítico en la migración de la silla del público hacia el detrás de cámaras. Aquí es protagónico el proceso educativo ocurrido en el hacer, más que el producto creado.

Esto, con todo lo que les generó sentimientos y está justificado en las técnicas con las que ellos mismos detectan que se desarrolló el filme, fueron los aspectos que los sujetos más destacaron; las sensaciones que les causaban los colores de las diferentes escenas, la representación que hacían los personajes, el gusto por las películas independientes. Otro aspecto a mencionar, es el gusto por las apologías que manejaban los filmes. Esos fueron los aspectos a los que los integrantes del cineclub “La Caja” dieron más importancia y los que cautivaron más su atención. Con esto se puede llegar a interpretar que son sujetos con más conocimientos en aspectos de la parte técnica a nivel audiovisual.

El trabajo colaborativo que logramos siendo objeto de estudio, retroalimentó enormemente el cine club. Desde la objetividad, los investigadores nos hicieron saber qué tipo de procesos estábamos llevando, categorizaron nuestro tipo de disfrute audiovisual y, más importante, documentaron nuestras formas de recepción, nuestras cinevidencias, posibles solamente desde el trabajo colaborativo. Referencias: Daniela Alejandra Hincapié, Conrado de Jesús Barrera, Daniela Rojas (2015). La cinevidencia en el proceso de recepción cinematográfica por parte de jóvenes en el contexto de los cineclubes la caja y cinestudio veinticuatro cuadros por segundo. Universidad Tecnológica de Pereira. LA CAJA CINE CLUB: https://www.facebook.com/groups/cinelacaja/

En este aspecto que marca la diferencia de esta audiencia con respecto a la anterior, entra a evidenciarse lo que afirma Gonçalves (2009): “Es necesario que los más jóvenes adquieran los conocimientos esenciales, aprendiendo nociones elementales de lectura y escritura centradas en una perspectiva cultural de ciudadanía y técnica, obteniendo así capacidad para analizar de forma crítica lo que consumen”. Estas nociones que se evidencian constantemente en los cineclubistas de “La Caja” son las que han marcado las diferencias y las que han hecho trascender cada una de las mediaciones desarrolladas en las cinevidencias.

Conjuro

a la producción audiovisual. La gran tarea de estar frente a la cámara también fue una experiencia reveladora que llevó al límite la formación de públicos. Decidimos que el tema de las cápsulas de video sería “géneros y subgéneros cinematográficos” e invitamos alrededor de quince personas a elegir un género y una fecha en la que desentrañaría los referentes, las estéticas y la historia que compone el género.

Cine

La formación mediada desde los cineclubes es educación informal, el acto educativo depende de la disposición y la espontaneidad de las partes. Creo que los proyectos anexos a las proyecciones de cine deben ser de corta a mediana duración, de compromiso parcial y su ejecución no debería forzarse.

Desde la experiencia cien por ciento intuitiva con la que construimos los proyectos de “La caja cine club” en Pereira, puede decirse que hemos existido como colectivo. Una de las experiencias colaborativas más eficaces que vivimos como club consistió en romper la cuarta pared de la pantalla trabajando detrás de cámaras. Fue posible desde la iniciativa de dos realizadores audiovisuales interesados en producir una serie de cápsulas de video sobre cine para Tras la Cola de la Rata (medio de comunicación web) en co-producción con nosotros.

En el 2015, en nuestro caso, el proceso educativo informal fue impactado positivamente desde la educación formal, cuando parte del club (tres estudiantes de Licenciatura en Comunicación e Informática Educativa de la UTP) planteó, como tesis de pregrado, el proyecto titulado “LA CINEVIDENCIA EN EL PROCESO DE RECEPCIÓN CINEMATOGRÁFICA POR PARTE DE JÓVENES EN EL CONTEXTO DE LOS CINECLUBES LA CAJA Y CINESTUDIO VEINTICUATRO CUADROS POR SEGUNDO”, tomando como objeto de estudio nuestro cine club y un cine club amigo.

A través de un laboratorio de creación fortalecimos la apreciación cinematográfica involucrando los miembros directamente en una producción audiovisual, para revelar cómo son posibles los productos audiovisuales y ampliar el espectro crítico. Estando involucrados en las experiencias de la producción audiovisual se potenciaron los talentos y los oficios de los miembros del club, desde los miembros que hacen parte de las áreas creativas del sector audiovisual, hasta los que vienen de nichos académicos o profesionales lejanos a la creación de video, cine o tv.

La investigación caracterizó los procesos educativos dentro del cine club identificando la dimensión comercial, comunicativa, sociocultural, fruitiva y artística de las mediaciones presentes en los procesos de recepción de cine. Así, “Las audiencias del cineclub La Caja, expresaron el disfrute del filme desde los aspectos técnicos de las películas, lo que Funes (2003) menciona como:

Los laboratorios permitieron que el trabajo de audio, luces y cámara fuera compartido por creativos profesionales y miembros del club que nunca habían tenido un acercamiento 24

FOTOGRAFÍA: ARCHIVO LA CAJA CINE CLUB. 25


Cine

municipal, del cual hoy se intenta resguardar la arquitectura de su fachada), aquel lugar de nombre mítico donde solíamos ir a ver las últimas películas en cartelera con la novia, los amigos, o los familiares. Cinema El Dorado, se ubicaba en la calle 14 entre carreras 5 y 6. Hoy, en lo que era el cinema, existe una edificación de tres plantas (en la primera funciona un establecimiento de ventas de seguros y de pagos de facturas); enseguida, una extensión de la parroquia municipal; y luego, un aserradero y compra y venta de madera. Una especie del “Cinema Árbol” de Efraím Medina.

cine de culto: el cine simbólico, poético y vanguardista de Alejandro Jodorowsky; los filmes exigentes y perfeccionistas de Akira Kurosawa; la combinación de humor con la sensibilidad de los argumentos de gran complejidad del maestro Charles Chaplin. En otras ocasiones han sido ciclos de laureados actores como Daniel Day-Lewis, Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, entre muchos otros. Más allá del gusto por directores, actores, temáticas, películas y fines estéticos, no se puede dejar pasar por alto que uno de los principales objetivos que ha tenido la Fundación Cultural Carteros de la Noche, a través de su espacio Cinestación, es la de apoyar las producciones audiovisuales que realizan nuestros talentos locales. Por esa razón, se han proyectado los cortometrajes “Mi padre y la tierra” y “Sequía”, dirigidos por Juan Pablo Ortiz y producidos por Senda Films. Ambos cortometrajes se filmaron en Quimbaya y contaron con el talento, en la totalidad de la realización, de personas del municipio. De igual forma, en nuestros miércoles de Cinestación, se han presentado algunos capítulos de la serie “Los Yipis”, producida por el realizador audiovisual Alejandro Arboleda.

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Después de nuestro cinema, ha habido, para los cinéfilos del municipio, muy pocos espacios físicos para la proyección de películas. Solo hasta el año de 2007 hubo otra opción cuando la casa de la cultura, como una iniciativa institucional, creó el cineclub “El Búho”, a cargo de Alexander López. Gracias a algunos esfuerzos institucionales, pero, sobre todo, a la voluntad de personas allegadas y amantes del séptimo arte, es que los espacios de apreciación cinematográfica no han desaparecido en Quimbaya. En efecto, para el año 2008, el profesor Jairo Humberto Ramírez se suma a esta iniciativa y se dedica a promover y sostener este cineclub. Un año después se incorporan al proyecto algunos estudiantes del colegio Instituto Quimbaya y logran sostener la iniciativa hasta el año 2012. En este mismo año, y con igual arrojo quijotesco, el gestor y productor cultural Adrián Henao Jaramillo, y el realizador audiovisual Alejandro Arboleda, crean el cineclub “Cine en la casa”, que, por un lapso de año y medio, proyectaron películas con el mismo objetivo y por el cual hoy persiste nuestro espacio de apreciación cinematográfica “cinestación”.

CIN-E S TACIÓN CL UB DE A P RECI ACIÓN CINEM AT OGR Á F ICA

Para el 2018 Cinestación tiene el objetivo de continuar haciendo resistencia al cine de consumo, de presentar opciones ante los contenidos audiovisuales de los grandes medios masivos de información y acercar a nuestro público al cine alternativo y de otros contenidos. Seguiremos entonces utilizando el buen cine, el cine crítico, independiente, poético, como herramienta para la comprensión de las situaciones humanas, políticas y sociales que actúan sobre nuestro territorio. También buscamos formar y formarnos con el público en posiciones críticas, analíticas y reflexivas frente al consumo de imágenes, con la posibilidad de identificar intenciones, estilos y patrones de sentido en las obras audiovisuales, o sea, tener una mayor y mejor disponibilidad para descubrir e interpretar el mundo. Y, para este año nuevo, esperamos que el cine siga siendo una gran excusa para vernos cada miércoles a las 7:30 p.m., no solo para disfrutar de una película, sino también para compartir afectos.

Cinestación surge de todas esas dinámicas e itinerarios y del esfuerzo colectivo de los integrantes de la Fundación Cultural Carteros de la Noche. Así, con la dinámica propia de los espacios de apreciación cinematográfica, y partiendo de tres ejes básicos de la comunicación, la recreación y la formación, cada miércoles a las 7:30 p.m., en la sede de la fundación, se congrega al público a comenzar un recorrido por el lenguaje audiovisual.

Por: Ricardo Antonio Ospina Valencia Ingeniero, Coordinador de Cinestación Contacto: ingeniarteos@gmail.com

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entro de los espacios culturales y artísticos, creados y sostenidos en el tiempo por la Fundación Cultural Carteros de la Noche, la apreciación cinematográfica y los contenidos audiovisuales han sido una gran inquietud para los integrantes de la fundación y para los proyectos que desde allí se generan.

comerciales de Hollywood y, sobre todo, para no dejar perder la oportunidad de disfrutar de manera colectiva de un arte que, parafraseando a David Melo (Ruta de apreciación cinematográfica): “Tiene el poder para reflejar vívidamente el mundo que nos rodea o, en muchos casos, para mejorarlo”. Ahora bien, la inquietud por generar una alternativa de apreciación cinematográfica tiene sus antecedentes, tanto aquí, como en cualquier otro lugar donde haya existido un cineclub. Esos antecedentes reflejan la manera en la que las opciones culturales se van achicando. En el año de 1998, por la irrupción y posterior auge de la televisión por cable, por el alquiler de películas en formato BETA, sumado a la crisis cafetera, se cerró el último espacio de proyección de cine en Quimbaya: el Cinema El Dorado.

Animados por ese afecto y sensibilidad, surgió la idea de generar un punto de encuentro para la apreciación cinematográfica; lo que condujo a que, por allá en agosto del año 2013, se iniciara la proyección de cine en el parque de la estación del ferrocarril en Quimbaya. Del lugar y de la iniciativa, fluyó el nombre de “Cinestación”. La posibilidad que ofrece el espacio de Cinestación se origina como una reacción y alternativa al cine mediocre de la industria cinematográfica, como una propuesta ante el inconformismo del público a las producciones netamente

Desde el año 1971 don Álvaro Callejas, al mejor estilo de Alfredo en Cinema Paradiso, se encargó de operar y administrar (dos años antes había expirado el cinema 26

Antes de cada proyección hay detrás una coordinación y elección temática o por ciclos, la cual está a cargo de los integrantes de la fundación, todos legos en el conocimiento del cine, pero con una enorme disposición a compartir y aprender al mismo tiempo que nuestro público. Luego, sin ánimo alguno de erudición, se hace una breve reseña técnica de la película y una sinopsis. Al finalizar la presentación se realizan charlas, foros o un simple diálogo informal que involucre a los asistentes, espacio donde se comparten las percepciones y los sentidos diversos que generó la película. De esta manera, se busca sensibilizar y seducir al público, no solo en el tema tratado en la película, sino también algunos elementos técnicos del séptimo arte. En los cuatro años que lleva Cinestación, nos hemos dedicado a compartir ciclos de cuatro películas que guardan un hilo temático para incentivar el debate sobre una gran variedad de temas: políticos, como el ciclo “los derechos y luchas de las comunidades LGTBI” o el de “la situación de la mujer negra”; filosóficos, como el de “la eutanasia”; románticos, como el del “amor en la adversidad”; algunos metafísicos, como el de “la trampa del tiempo”. Muchas veces se han elegido directores por el simple gusto estético de ver 27

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Carteros de la noche

Literatura

P I E D REN ELEE S TACNQUEI L L A S

arto de preguntas polémicas y aguafiestas: ¿en realidad importa hablar de la literatura quindiana? Afino la puntería: ¿salvo la procedencia geográfica –un completo azar– hay asuntos comunes en las propuestas estéticas de los escritores locales? ¿Qué une, por ejemplo, las novelas líricas y citadinas de Omar García Ramírez con los juegos textuales de Carlos Villegas? ¿Qué secreto hilo enlaza la palabra cortante de Carmelina Soto con los renglones blancos de Margel Londoño? Los artefactos verbales –si importan y valen la pena– son un universo de sentido, la transcripción de una mirada particular del mundo. Cada autor, en consecuencia, es su propia patria y al tiempo su exilio. Desde luego, no pretendo –ni más faltaba– responder las preguntas de arriba: las lanzo sobre la piel del estanque solo para verlas brincar y al final hundirse en un silencioso ¡plop!

directa de esto es el provincianismo estético, un asunto no referido a los textos sino a la actitud frente al debate y la controversia. Acá los letrados publican libros de mínimos tirajes, casi siempre financiados o por ellos mismos o con los dineros de los entes estales. Dichos volúmenes no pasan, antes de ir a la imprenta, un examen serio y detallado. A lo sumo lo leen los amigos de la cantina o del café y estos, por obvias razones, no dudan en sacar el arsenal de ditirambos. Los literatos comarcanos creen delito de lesa majestad la crítica desfavorable: lo normal en el Quindío es medir las dimensiones del ombligo y presumir de la calidad de nuestras letras. Esto, no hay duda, crea un espejismo: nuestros autores escriben del carajo. Semejante actitud resulta a la postre tan nociva como su reverso de la moneda, la de creer que todo lo de aquí es malo. Un consejo simple: para comentar las cualidades de un libro es de buen recibo leerlo. La crítica por sospecha –elogiosa o no– es un mal no menor.

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P

Al carecer de las condiciones materiales, sociales y culturales para vivir de lo escrito en la pantalla del computador o en la agenda de apuntes, los escritores quindianos no son profesionales. Y al no serlo no han escrito grandes libros. Hacen cosas ajenas por completo a la escritura para pagar a fin de mes las facturas del agua, de la luz y del aguardiente. Si existe la literatura quindiana –pongamos ese tema en el refrigerador– es, la verdad, una de brillos aislados y promesas marchitas, a medio camino. Varios motivos hay, de distinta índole. Verbigracia, la vida cultural en las ciudades intermedias colombianas no suele ser muy nutrida. Y ella –los debates en los periódicos, los concursos, la industria editorial, es decir, aquellas dosis necesarias de estímulo intelectual para no caer en el marasmo y la molicie de ser dios de una aldea–, como lo explicó en alguna parte Rafael Gutiérrez Girardot, son aire para el ahogado. La secuela

En los años cuarenta, los cuentistas de mostrar eran los del Gran Caldas. En los suplementos literarios de la prensa nacional se publicaban con regularidad las ficciones de Adel López Gómez, Eduardo Arias Suárez y Antonio Cardona Jaramillo, los tres nacidos en linderos quindianos. ¿Por qué ninguno ocupa hoy un lugar consolidado en los panoramas del cuento colombiano? ¿Ignorancia de los encargados de hacerlos o quizá los textos de ellos –y de Humberto Jaramillo Ángel y otros– han perdido la capacidad de estremecer estéticamente a los lectores actuales? En la ficción breve es el trabajo de Libaniel Marulanda Velázquez, ganador de varios concursos regionales y nacionales, el más cercano a la categoría de obra: retrata tipos sociales, cultiva una prosa singular y una manera personal de narrar. A veces roza la 28

En las páginas de los periódicos departamentales –por su carácter de laboratorio del estilo– el lector curioso encontrará lo mejor de las letras locales. Francisco Umbral llamó “Periodismo de arte” a la columna semanal escrita con el garbo y la soltura de Montaigne. El magisterio de Luis Tejada se siente en muchos de los diaristas quindianos: la inteligente frescura y el esmero en la prosa. Todavía las cuartillas de Euclides Jaramillo Arango, de Rodolfo Jaramillo Ángel, de Héctor Rojas Castro, de Julio Alfonso Cáceres, de Adel López Gómez, de Dionisio, de Catón, pueden despertar interés y agrado.

caricatura fácil y en otras se deja llevar por cierta retórica zurda. De la microscópica poco tengo para decir: Umberto Senegal, Carlos Villegas, José Raúl Jaramillo Restrepo han procurado –con irregular éxito– hacer de los paisajes en granos de arroz su veta escritural. La excentricidad y el experimento son sus marcas de fábrica y por lo mismo sus libros quedan restringidos a las periferias. ¿Y la poesía? ¿No se hinchan de helio los pechos de los alcaldes, de los directores de bibliotecas y funcionarios de las dependencias de cultura y turismo de los doce municipios al hablar de nuestros poetas y citar mal sus líneas? ¿No hay en Calarcá una calle con retratos de brocha gorda de bardos y portaliras? Leer en detalle y sin apasionamiento micro-chovinista los libros Quindío vive en su poesía, antología poética del siglo y el reciente Tempora, poetas jóvenes del Quindío, dibuja certezas: la lírica quindiana es de momentos, de poemas y no de poetas, de voces consolidadas. Uno encuentra destellos en Luis Vidales – la refrescante ironía de Suenan timbres–, en Julio Alfonso Cáceres –pirotecnia metafórica–, en Carmelina Soto –verbo quemante–, en Elías Mejía – irreverencia juguetona–, en Carlos Castrillón –lucidez de monje–, en Omar García –altisonancia urbana y roquera–, en Gustavo Rubio –conceptos encabalgados en versos de deliberada disonancia, –en Yeni Zulena Millán y Angélica Beltrán, ambas en búsqueda de la madurez. Juan Aurelio García –rítmico desparpajo– y Elmer Calderón –imágenes cosechadas en el silencio de la sencillez– son para mí los dos mejores poetas vivos de la comarca. Tal vez aquí proliferen los versificadores, no así los poetas. Y quizá esta circunstancia se deba a la transformación de la poesía en una pasarela de egos y cocteles.

La novela, por sus características formales, es un género de madurez social. Para el florecimiento de una novelística se requieren escritores profesionales. Muy difícilmente un país o una región contará con un acervo interesante de novelas si sus artífices le dedican ratos los fines de semana. A pesar de la temprana aparición de la primera obra de este tipo – Montañera (1916), de Arturo Suárez–, la novela en el Quindío ha sido una rara avis. Esta piedrecilla tiene tallados los nombres y títulos de Omar García Ramírez y Metal-riff para una sirena varada, de José Nodier Solórzano y La secreta, de Susana Henao y Los hijos del agua. Los tres volúmenes han ganado su espacio en el ambiente editorial en virtud de haber seducido jurados ajenos a la aldea y cosechado tímidos aplausos allende La Línea.

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Por: Ángel Castaño Guzmán Periodista Contacto: cortazar_73@hotmail.com


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Literatura

artificial, su primera novela, ocurre el encuentro entre Emilio Renzi y Tardewski, en el que Piglia pone en voz de su alter ego lo que son -en la humilde opinión de este servidoralgunas de las páginas más brillantes de crítica literaria que se hayan escrito dentro de una novela latinoamericana. Allí, Renzi cuestiona: “¿Quién sería (...) el escritor actual que podríamos considerar para decidir que la literatura argentina no ha muerto?”. Pregunta tras la cual se asoma la tesis que se discute dentro del bar, al calor de la ginebra: la literatura argentina no existe porque Borges es el mejor escritor del siglo XIX y con Arlt muere la literatura moderna. Esa vitalidad es la que, precisamente, Piglia reinventa por medio de toda una obra en la que recoge lo mejor de la tradición argentina y universal a favor de una literatura viva, actual y prospectiva.

Por: Edwin A. Vargas Bonilla. Docente del magisterio y la Universidad del Quindío. Contacto: edwin_vargas82@ hotmail.com.

las cosas, Arlt es el gran indigno de la literatura argentina y Borges le hace con su relato un homenaje, el cual Piglia continúa en Nombre Falso. Homenaje a Roberto Arlt. En esta nouvelle, como se denomina en Los diarios de Emilio Renzi, se le da mayor importancia a la copia que al original. En este sentido, construye una obra que toma como punto de partida el plagio y la falsificación, lo cual dialoga con el procedimiento narrativo de Borges en Pierre Menard y juega con la idea del intelectual-investigador, también tema borgeano (recordar Seis problemas para don Isidro Parodi y La muerte y la brújula). Aquí se hace presente, además, la tradición rusa que sigue Arlt con el caso específico de Andréiev y un tema profundamente ruso: la puta y el anarquista. Aunado a esto, inventa al sí mismo como otro, en tanto Ricardo Piglia es el nombre del personaje- narrador del relato, en el que el plagio del plagio configura el estilo. Este asunto puede rastrearse en toda su obra narrativa, en la que siempre hay un hipotexto que subyace. Todo esto hace parte de otra de sus virtudes-problema: la sofisticación en la escritura, por medio de la que se asume la literatura como palimpsesto bajo la forma del plagio. En otras palabras, Piglia se perfila como escritor universal en tanto trabaja con una idea y procedimiento universal: la literatura se hace con literatura. Es curioso que, si acudimos al juego de palabras, Piglia sea casi anagrama perfecto de plagio. Luego no es extraño que, cuando se diga Piglia, se diga plagio como obra de arte.

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Dicha reflexión sobre la literatura argentina, desarrollada a modo de ensayo dentro de la novela, evidencia una de las virtudes-problema mencionadas arriba: Piglia borra la frontera entre los géneros, haciendo confluir el relato novelesco y la crítica literaria. De esta manera, analiza el aporte de los dos mayores escritores argentinos de su siglo. En primera instancia, de Borges afirma que éste cierra, de manera magistral, dos líneas abiertas en el XIX: el nacionalismo y el europeísmo. La línea nacionalista es la que encarna la gauchesca del Martín Fierro; por eso Borges, según Renzi, escribe su continuación en Hombre de la esquina rosada, haciendo uso deliberado del habla popular, mezclada con una forma sofisticada del relato. El europeísmo, por su parte, halla su raíz en el Facundo, el cual empieza con una cita falsa en francés, que devela cómo la falsificación y la influencia extranjera se encuentran en los orígenes mismos de la literatura argentina (y de toda literatura); mecanismos que Borges lleva a su máxima expresión en Pierre Menard, autor del Quijote, con el que se liga a la erudición europea. Por lo anterior, se comprende por qué, para Borges, su mejor cuento sea El sur, ya que logra integrar en él ambas líneas, posibilitando un diálogo entre la tradición universal encarnada en las Mil y una noches, que decoran las pesadillas de Juan Dahlmann, y la gauchesca representada por el misterioso hombre de chambergo que le lanza la daga para aceptar el desafío de la muerte.

Otra novela perfecta de Piglia... ¡Qué problema! (Rigoberto Gil: 24/06/17; 1:25 pm; aula de clase)

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C

El vértigo de la lista puede ser interminable. Sin embargo el lector notará, de entrada, que aquello que para quien escribe representa problemas, en Piglia son virtudes. Es que, ante un escritor de la altura y talla del maestro de Adrogué, cualquier página de homenaje resulta insuficiente, dada la anchura y profundidad de su legado. Por esta razón, lo que aquí se presenta no es otra cosa que un asomo, desde la ventana de la experiencia personal de lectura, a una de las obras de mayor impacto y proyección de la literatura latinoamericana de los últimos años.

uando se afronta el reto de la página en blanco con el fin de escribir una idea en torno a la obra de Ricardo Piglia, se enfrentan a la vez multiplicidad de problemas: la versatilidad con la que éste se pasea por diversos géneros como la novela, el relato, el ensayo y la crítica literaria, dando como resultado una obra prolífica; el entreverado de tales géneros, que tiende a la difuminación y borra las fronteras entre ellos; la complejidad de sus artefactos literarios construidos a partir del diálogo consciente entre la tradición local y universal, la historia y la ficción, que desemboca en una literatura que exige un lector activo; el desarrollo progresivo de su proyecto de novela a través de la creación de un personaje como Emilio Renzi, cuya vida se convierte en el vector que lo atraviesa de principio a fin; las posibilidades de la obra que permiten la alternancia con el cine, la televisión, el documental, la entrevista, el cómic y la música (escribo esto mientras escucho La ciudad ausente, ópera de Gerardo Gandini); el altísimo nivel de elaboración y sofisticación del estilo y el impecable trabajo de escritura que da la impresión de estar, siempre, ante una obra perfecta.

Al final de La novela polaca, ensayo incluido dentro de Formas breves, Ricardo Piglia plantea una cuestión que puede considerarse línea axial de su proyecto: la pregunta por la literatura y el escritor argentino. Por su reconocido perfil académico, se supondría encontrar la respuesta desarrollada en alguna de sus conferencias o libros de crítica. Pero no. A Piglia no le interesa responder a esta pregunta teóricamente, tanto como encararla con una obra de ficción. De hecho, en la segunda parte de Respiración 30

Ricardo Piglia es el gran sintetizador de la tradición literaria. Un caso paradigmático de escritor que reúne en su obra los mejores estilos de la tradición argentina y los mezcla con los de las tradiciones norteamericana y europea, para crear con todo ello un estilo original, que trasciende lo local y establece las condiciones de una literatura no solo latinoamericana, sino universal. Para el escritor de Adrogué, la literatura es la apuesta por ese estilo; por tal razón, revisa la tradición para alimentarse de ella y renovarla. Lo que se encuentra en su proyecto es, así, la suma de estilos que él interviene a favor de sus ficciones. Con esa mezcla, que aporta gran complejidad, crea una obra sólida. Cada una de sus novelas construye un lenguaje y una poética particular, con lo cual asume la literatura como proceso inacabado en el que la escritura siempre cuenta con un trasfondo político: el complot. Por tanto, el mejor homenaje que se le puede hacer al maestro porteño, es una lectura detectivesca en la que nosotros, sus lectores, asumamos un rol activo para penetrar en el complot de su literatura. Quizá nuestro problema radique, entonces, en que Piglia no es solo un escritor: es una literatura.

En segundo lugar, respecto a Arlt, sentencia que escribía mal . Pero Renzi aclara que, cuando dice esto, no se refiere a lo gramatical, sino al sentido moral. Esto es: Arlt escribía para humillarse, en contra de sí mismo, como si quisiera arruinarse la vida. En este orden, Arlt comporta al escritor que rompe con la idea de estilo, en contra de la preceptiva del estilo medio de lo que se considera la buena escritura literaria. De ahí que se expresara que cualquier maestra de escuela podría corregir una página de Arlt; pero que ningún escritor, de aquellos que se dicen buenos, podría escribir una sola de ellas. El estilo de Arlt, dice Renzi, es lo reprimido de la literatura argentina, por lo que éste inventa un nuevo lugar de enunciación y un nuevo código, pues al trabajar con los fragmentos, restos y mezclas de la cultura y la lengua nacional, se ubica en un sentido opuesto a la concepción borgeana de la escritura literaria. A esto se le suma el hecho de que Arlt leyó malas traducciones, especialmente de los rusos, y las incorporó a su ficción. Por eso Renzi sostiene, en síntesis, que: “El estilo de Arlt es su ficción. Y la ficción de Arlt es su estilo”. Pese a esto, señala que Borges efectivamente leyó a Arlt; esto puede observarse en su cuento El indigno que, según Renzi, es El juguete rabioso en miniatura. Así

Calarcá, julio 22 de 2017.

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Conjuro

EL P ROBL EM A DE L EER A P IGL I A .


Carteros de la noche

Recomendado

L ECCIONE S BURL ON A S DE CON T EMP L ACIÓN RE SEÑ A A EL ROBO DE L A MON A L IS A , DA RI A N L E A DER

estampar camisas, vasos y calendarios. Hombres y mujeres de muchos lugares llegaron allí específicamente a no ver una obra de arte. Hay una diferencia latente, explica Leader, entre una pintura y el lugar que ocupa: el valor que permanece y se hace sagrado con la partida. Cuando en el Louvre pusieron un vidrio encima de la Mona Lisa y de algunas otras obras, hubo entre los expertos indignación, al punto de levantarse protestas: ¿Cómo era posible empañar la contemplación de la obra? En frente de un cuadro de Rembrandt, uno de los protestantes fue a afeitarse. Hubo, después de todo, un hallazgo particular: con el vidrio sobre las obras, el flujo de personas en el museo incrementó: notaron los trabajadores que quienes iban allí lo hacían para ver su reflejo, algo así como: “Verse viendo arte”. Duveen, el legendario marchante de arte, hacía tiempo barnizaba en exceso sus pinturas, pues había notado que sus clientes tenían una especial fascinación por su propia imagen. Leader sugiere que lo que creemos que merece la pena ser contemplado tiene mucho que ver con lo que de nosotros diga: el arte es en tanto me involucre. El robo de la Mona Lisa es una burla a las discusiones actuales respecto del arte en el mundo, es un escrito agudo que se pregunta sobre lo que vale la pena contemplar, ¿por qué contemplamos? Sugiere además que el arte nunca ha dejado de ser religioso: en ambos late la idea de sacrificio. Esto en la medida en que hay una decisión: volver un objeto algo sagrado, ofrecérselo a una deidad: la elección de lo bello.

Rue de Rivoli, Francia. 1911: s la mañana del 21 de agosto y un hombre acaba de salir por una de las puertas laterales del Louvre: “Nadie parpadeó siquiera cuando Vicenzo Peruggia apareció en su trabajo horas más tarde. ¿Cómo iban a saber, después de todo, que ese pintor de brocha gorda, callado y discreto, acababa de robar una de las obras de arte más famosas del mundo?”.

E

A partir del robo de 1911, el autor construye un texto juicioso y sarcástico acerca de lo que vemos cuando observamos una obra de arte. Hay un espacio vacío, dirá Leader, y en ese espacio cabe la pregunta manida: ¿esto es arte?, el lector deberá sobrellevar los guiños para comprender qué de todo el ensayo es la excusa para hablar de lo sublime, de lo contemplable, eso que el arte nos impide ver.

En 2014 Sexto Piso editó por primera vez -en castellanoel ensayo de Darian Leader que se titula El robo de la Mona Lisa: lo que el arte nos impide ver. El autor elije algunas anécdotas que narra con finísima gracia; explica, además, la relación directa del arte con la psicología y la supervivencia humana. A partir de allí pone en discusión ciertas tendencias a lo estético - ¿y qué es lo estético? -, a la maldad, al sexo, al ridículo, al exilio: fija la mirada en zonas incómodas de la relación del hombre con la belleza.

A L E X U S A QUI A NO / D AY 25/SHIP 32

El rapto de la pintura de da Vinci marcó un antes y un después en la historia de la comprensión del arte: Leader cuenta que una semana después del robo, el espacio del que pendía la Mona Lisa -una pared en blanco- estaba polvoriento. Por esos días el Louvre recibió más visitas de lo habitual, personas que se paraban largo rato a contemplar la ausencia de la Gioconda. La gente del Louvre no podía empacar el espacio vacío de la Mona Lisa y lucirlo en los museos del mundo ni copiarlo para 33

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Conjuro

Por: Sara Zuluaga García Periodista Contacto: sarazuluagag@gmail.com


Carteros de la noche

Patrimonio

FES TIVAL DE VEL AS Y FAROL ES EN QUIMBAYA ¿Cómo los hacían? ¿Cómo no se quemaban? Todas esas dudas fueron resueltas con el pasar de los años. Esas mismas en los que sólo ejercía mi posición de espectador/turista, en la cual sólo observaba y me maravillaba. Nunca me imaginé que años después estaría juzgando el trabajo de tantas personas.

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Por: Juan Diego Cano Fotógrafo Contacto: juandiegocanophotos@gmail.com

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a noche iluminada por cientos de faroles, evocando aquellas historias que me contaba mi abuelo de cuando era niño y lo mandaban a los pueblos para hacer mandados, es una sensación que divaga entre lo romántico y lo admirable.

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Ser jurado: Cuando me hicieron la propuesta me pregunté ¿por qué yo? ¿Qué podía aportar desde mi profesión al Concurso de Velas y Faroles de Quimbaya? Pero al llegar a los barrios entendí perfectamente. Acercarse a la comunidad, hablar con ellos, entender sus problemas, sus propuestas, sus recursos teórico/prácticos en la elaboración de los faroles y, sobre todo, comprender cada historia, eso era algo que yo tenía muy claro desde hace años, y que más que un jurado experto en faroles, el comité organizador necesitaba una persona que pudiera ponerse en los zapatos de estas familias. Y... ¿quién ganó? Las propuestas eran tan variadas como estéticas. Desde la visita del Papa Francisco, hasta vitrales de famosas iglesias alrededor del mundo. Eran historias de esfuerzo y dedicación impregnadas de una alta dosis de creatividad y talento. Irónicamente la cuadra que me enamoró fue la primera que visité, amor a primera vista. Su historia giraba en torno al medio ambiente, cientos de abejas hechas con material reciclable. Un conjunto ganador que invitaba a pensar en la extinción de este insecto vital para el ecosistema. De ellos me llevo la sonrisa y felicidad al recibir el premio, y la idea de comunicar esta idea sencilla pero que por alguna razón no llega a las personas.

Luego, al conocer las historias detrás de cada farol, se me arruga un poquito el corazón, a veces mucho. Esas sonrisas sinceras, llenas de alegría y honestidad que acompañan cada momento rememorado en las palabras apresuradas que intentan condensar cuatro meses o más de trabajo llegan al alma. Hace años... Cuando era niño mi familia me decía “vamos a ver el alumbrado de Quimbaya”, yo sentía que viajábamos durante horas; hoy sé que no podía estar más equivocado, que las distancias en el Quindío no sólo son cortas, sino que son las más agradables de Colombia, paisajes espectaculares enmarcan cada curva y cada recta.

¡Quimbaya, qué linda te ves a la luz de los faroles!

Pero de niño no entendía, esa era mi única realidad, la de un viaje interminable, pero que al llegar sabía que me encontraría con un pueblo mágico y lleno de luz. Esa misma que hoy en día es la base de mi trabajo como fotógrafo y videógrafo.

FOTOGRAFÍAS: JUAN DIEGO CANO.

También sucedía otra situación: caminar entre cuadras llenas de faroles y no saber exactamente por qué lo hacían. ¿Por qué cientos de faroles en las calles oscuras? 34

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UN RECUERDO L UMINO S O

Durante esas dos noches, entonces y ahora, todo el espacio les pertenece. Los faroles y sus velas se ubican a lo largo de la calle, como una coreografía. La construcción de los faroles arrancaba con un prototipo, un diseño de alguna vecina creativa que se replicaba entre las casas. Trabajábamos duro, se construían primero las estructuras y las figuras de cartón, postergando la ansiedad de ponerle color a este “vitral”. Finalmente, unos días antes de la puesta en escena, iniciaba el adherido de papelillos de colores. Y al fin, se levantaban las esculturas de papel. De esta forma, el alumbrado es también un esfuerzo comunitario; la labor, meticulosidad y compromiso de personas que durante tardes enteras dedican su tiempo y su habilidad a una obra, que es de muchos y se alimenta de lo concreto, de la vivencia cotidiana, de la experiencia, para contarse a sí misma.

Por: Laura María Echeverry López Socióloga, Mg., en Ciencias Políticas Contacto: lauritaecheverry@yahoo.es

Como un diálogo, no libre de caos, familias, casas, cuadras, barrios y líderes se ponen en funcionamiento y recrean una expresión de la vida y de las cosmogonías de este territorio. Así, se verán guaduales, mariposas, iglesias, willis, árboles, hojas, niños, familias y pesebres, vírgenes, ángeles y casas, figuras precolombinas, navideñas, religiosas, imágenes de lo bueno, lo anhelado, lo conjurado, invocando mejores tiempos. En cada uno hay una versión, una historia, una imagen creada por los paisajes, la realidad de un pueblo que es a la vez muchos pueblos, construidas con la memoria que se sigue retratando en cajitas de cartón.

Conjuro

Sólo en los informes de Marco Polo, Kublai Kan conseguía discernir, a través de las murallas y las torres destinadas a desmoronarse, la filigrana de un diseño tan sutil que escapaba a la mordedura de las termitas. Italo Calvino. Las Ciudades Invisibles

Buscando otras miradas, en la palabra de Adorno, replicaría que se trata de la relación incesante entre una creación artística y el mundo social, la cual no es solo (…) “una relación de mera exterioridad, sino que se concreta internamente en la obra: en los materiales que utiliza (palabras, colores, tonos, situaciones) en los procedimientos técnicos que el arte toma prestados de la realidad (…) El contenido social de las obras no debe alejarse de las mismas sino “introducirse mas profundamente en ellas”. Una obra (…) no es meramente expresión de emociones y experiencias individuales, sino gracias (…) a su configuración estética; participa de lo universal, de lo que son los hombres o han llegado a ser bajo el dominio social”. (Como se citó en Escobar, Moncada, 2004)

S

i me preguntan ¿por qué el Alumbrado?, al modo de una revista de parajes diría que el alumbrado es bello, exótico, casi inefable. Luego invitaría a todo aquel en quien encuentre inquietud a no perderse esta experiencia. Esto por supuesto no sería suficiente, resultaría preciso buscar más al fondo, en imágenes persistentes, qué nos dicen de lo bueno y lo triste. Allí, el alumbrado para mí no es otra cosa que un recuerdo luminoso. El alumbrado, significa calor, su belleza no se agota en la exhibición de colores y gentes, en el mosaico que se extiende a lo largo de las calles como un camino interminable. Es más un montón de calidez, es una oración colectiva que sobrevive a las inclemencias del tiempo.

De este modo, el Alumbrado se convierte también en la manifestación de una forma de vivir, dibujada como una relación humana. El paisaje se alimenta de las montañas, de las gentes que las recorren y de los trazos que van dejando en el camino.

En esas imágenes del pasado, el sonido del camión de la basura, estruendoso, pasaba indicando que había comenzado. Casi siempre en la mañana, llamaba ofreciendo la arena traída del río la cual sostendría las velas de los faroles. Pareciera que la escena fuera de hace mucho tiempo.

Tal como lo recuerdo, durante este par de fechas al año, poco antes de caer la noche, los vecinos no perdían la oportunidad de pasar revista a que tan altivos, desparramados o imperfectos estaban los faroles de los demás y de una vez, a algunos desafortunados, los iban ubicando en un rincón de la calle, al final de la fila. No había nada que hacer, ellos también tenían sus jerarquías.

Desde entonces y ahora, después del mediodía, se cierra el paso de los carros, el pueblo se reduce a un par de cuadras largas de entrada y salida. Las calles, ya libres, invitan a sus moradores a salir e instalar los faroles.

Luego estaba la casa, que también se ponía de fiesta. 36

Patrimonio

Pasarían los visitantes con sus miradas ansiosas a pesquisar el ánimo de cada santuario. Cortinas abiertas, permitían que los transeúntes exploraran, como quien mira por dentro la humanidad del otro. Siempre me pareció el concurso de los faroles y la vida privada de las casas del pueblo. El día del alumbrado con mi mamá, muy bien vestidas, con ropas nuevas, salíamos a recorrer el desfile. Éramos, con los faroles y los muebles, parte del elenco principal.

mácula (aún), lleno de estrellas, o rojo amarillo a la hora en que cae el sol. Es un regalo inmenso para atentos y desprevenidos. Ese cielo es la verdadera obra maestra, y, como diría Calvino en Las ciudades invisibles: “Si, insatisfecho con la respuesta, alguno apoya el ojo en la rendija de una empalizada, ve grúas que suben otras grúas, armazones que cubren otras armazones, vigas que apuntalan otras vigas. —¿Qué sentido tiene este construir? —pregunta—. ¿Cuál es el fin de una ciudad en construcción sino una ciudad? ¿Dónde está el plano que siguen, el proyecto? —Te lo mostraremos apenas termine la jornada; ahora no podemos interrumpir —responden. El trabajo cesa al atardecer.

Intentábamos llegar entonces a un barrio específico, según ella, porque allí solía estar el ganador. Este año fuimos también, pero eran más los carros y las luces artificiales. Ese recuerdo, supongo, se trasladaría a otros barrios o a otras calles, o quién sabe, en realidad no está resuelto a dónde va, quizás se quedaría inmóvil, acompañado de esa sensación agridulce que suele quedar a quien contempla el paso del tiempo, como cuando comparamos dos fotografías de la misma esquina en épocas distintas, “de una esquina de los recuerdos” o cuando nos vemos a nosotros mismos siendo niños en un retrato viejo. Diré entonces que para mí el Alumbrado es también un encuentro con la niña que fui, con el tiempo que se cuenta, sin hallar una palabra mejor, con la memoria.

Cae la noche sobre la obra en construcción. Es una noche estrellada. —Éste es el proyecto— dicen.”

Hace ya más de una década que no vivo en el pueblo, ya casi cruzo el umbral que conocen los que una vez se van y juntan más años vividos afuera que los vividos en el lugar de partida. Sin embargo, aquí está mi casa, mi mamá, mi papá, mi gente, que digo mía por el amor profesado.

Conjuro

Carteros de la noche

Familiares, amigos y lugares queridos. Esa mirada del que vive afuera, pero sigue aquí a través de los otros, me permite saber que la realidad es mucho más compleja, pues aunque la guerra se ha detenido en otras tierras, la violencia ha logrado instalarse en muchas calles, y en barrios que cargan con su estigma. La pobreza, sigue siendo tal, a pesar de las apariencias, la falta de oportunidades, el deterioro social, el progreso que crece lleno de sed, de manera vertical, no tiene un equivalente de crecimiento en el campo, la cultura, la educación superior o el empleo. Todas estas situaciones, no ajenas a otros lugares llenos de este verde circundante. Así, quisiera decir que este Alumbrado es una forma de resistencia, a través de la cual buscamos mostrar que persiste la vida, la cooperación, el arte, la comunidad, el talento, la esperanza. Un lugar que invita y ofrece, con la dignidad de seguirse considerando la mejor opción a pesar de los pesares. F O T O G R A F Í A S : A R C H I V O F U N D A C I Ó N V E L A S Y FA R O L E S Q U I M B AYA .

Son tantas imágenes para un lector, que corro el riesgo de caer en lo difuso, así que resumiré diciendo que, antes y ahora, este Alumbrado ha sido un acontecimiento lleno de belleza donde las velas se gastan como las horas, y es preciso reponerlas por si acaso un aleteo del viento, recordándonos que es el fuego lo que le da vida a todo este espectáculo de luz. Y si no fuese suficiente todo lo anterior, concluiré diciendo que siempre queda este cielo que completa las noches del alumbrado como una canción a dos voces. Negro, sin 37


Carteros de la noche

A NDA N T E S A R T E EN COMUNIDA D: PA RCERÍ A

Caleidoscopio

“Si mis amigos no son una legión de ángeles clandestinos. Qué será de mí.” Raúl Gómez Jattin

Por: Lagar. Director Conjuro Revista Cultural Contacto: carterosdelanoche@gmail.com

Letras palabras frases párrafos cuentos

para recrear e investigar qué es lo que la sociedad oculta en las máscaras de la calle, los edificios, los sitios de trabajo, y los anémicos cuerpos que componen la inmediatez humana…

Exploración literaria, fue la invitación en la Escuela Espíritu Santo, del barrio Ciudadela El Sueño, donde la tinta y el papel afloraron inquietudes que descontextualizaron el 2x2 = 4 y el juego de las individualidades, que es el imperio de todos. Los llamados al tilín, tilín del recreo, exploraron con las letras el diálogo en su campo de acción, la Ciudadela El sueño, dando paso a la hipertextualidad, al imaginario de los vecinos, amigos, enemigos y el suyo propio.

-Rock… -Desconexión… - ¿Conexión?... Conexión…

“Si mis amigos no son una legión de ángeles clandestinos. Qué será de mí.”

Conjuro

Conjuro

Raúl Gómez Jattin

A L E X U S Q U I A N O D AY 12 / S H AT T E R E D a parcería, palabra que salió del alma de mi querido amigo Memo Vélez, trastoca los límites del encuentro y el intercambio de saberes donde se puede solidificar la indiferencia por el existir y compartir con los otros, sin más interés que el amor por las artes, por sus ejecutores y posibles generaciones que enfermen para crearlas y vivirlas. Es así pues que Carteros de la Noche, a partir del segundo semestre del 2016, emprende la fuga con “Andantes Arte en Comunidad”, con el fin de llegar a niños y jóvenes que gusten de lo diferente para su aprendizaje y después desfogar invitando a la no cotidianidad.

L

Para este tiempo, los sonidos expulsados de sus gargantas emocionan a niños de la Escuela Sadequi, en el Barrio González, quienes experimentan lo que los sonidos suelen hacer con el aburrimiento propio y el de su entorno. El laboratorio aquí es un coro al que inicialmente asisten muchos y quedan pocos.

Pese a ello, a partir de febrero de este año, engrosa los desertores de lo cotidiano y se solidifica un grupo de doce niños y niñas que, desde preescolar hasta grado 5°, devastan las emociones negativas de los grandes con sus voces y ejecutan interpretaciones itinerantes de la parcería. Parcería que no solo quedó en el coro, sino también en un nuevo semillero…rock…el Semillero de Rock de la Fundación Cultural Carteros de la Noche.

F O T O G R A F Í A : A R C H I V O F U N D A C I Ó N C U LT U R A L C A R T E R O S D E L A N O C H E

Rock, jóvenes ya picados por la música que buscan otras grutas donde difuminarla y difuminarse. El semillero es la catarsis de sus cuerdas vocales y sus dedos en contacto con las teclas, las cuerdas, las baquetas. Sus cajas de resonancia y el viento, que conjugadas en Do Re Mi Fa Sol La Si, puede concederles luz verde a sus briosas intenciones.

El resultado de esta invitación fueron talleres creativos, cuentos, anécdotas primarias, el paseo por la imaginación y la imaginación de los niños y niñas como disformidad comunicativa en sus casas, en sus juegos, con los transeúntes, en los salones de clase, con sus travesuras, con la indiferencia que creó las leyes y la justicia, que no ven sus pequeñas pero acertadas propuestas que invitan a la convivencia.

Explorando palabra a palbra

Todo quedó plasmado en lecturas, en dibujos y desdibujos, en olores de su paisaje, en cuentos que escribían y reescribían para representar sus más íntimos pensamientos, decisiones y apegos que estallaron, en últimas, en alegres narraciones de radio donde los personajes surgen de sus propias historias… no ficticias. “Andantes Arte en Comunidad”, en la música, en la literatura, en el dibujo, en la radio, se encontró con la parcería de profesores, niños y jóvenes que conformaron el reto de las artes como punto de nacimiento hacia un horizonte no perecedero.

El semillero está conformado por más de quince muchachos, acompañados por el inquieto Profe Juan David Londoño, que desprenden las vibraciones del Rock en estudios juiciosos 38

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A D R I A N H U E S O / S I N T Í T U L O . F O T O G R A F Í A D I G I TA L . B O G O TÁ , C O L O M B I A . 2 016 .

Conjuro

Carteros de la noche

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