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Edita: Comunidad Educatica Colegio Ntra. Sra. del Carmen

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Cuestión de recetas Ha caído en mis manos el último número de la revista “Supergesto” que se difunde en el colegio entre alumnos y profesores suscriptores y me ha gustado un artículo de Juan Manual Cotelo, director de cine. Os lo ofrezco en este pequeño espacio. “¿Quién desea ser feliz? La respuesta es inmediata y evidente; todo el mundo ¿Y qué hacemos para lograr la felicidad? Las recetas que se nos ofrecen son variadas, pero la que parece tener más seguidores hoy, es ésta: si quieres ser feliz, huye de todo lo que es difícil de conseguir, evita cualquier cosa que te suponga esfuerzo y tírate de cabeza a buscar lo placentero. La felicidad consiste en disfrutar a tope, ya, ahora, inmediatamente. Dale a tu cuerpo todo lo que te pida Y si algo no te apetece, no lo hagas. La clave de la felicidad es la apetencia, la diversión el placer físico y personal, el capricho de cada instante. Y la clave de la infelicidad es lo contrario. No te comprometas con personas, ni con proyectos duraderos, porque antes o después pasarás por momentos de sacrificio y… el sacrificio no mola. Evítalo y apuesta por la fácil. Si una persona te cae mal, recházala. Si un plan te exige obedecer a otra persona, no lo hagas. Si puedes estar con personas guapas, no te juntes con las feas. Si algo es fácil, no escojas lo difícil. Disfruta, disfruta, disfruta… sin esfuerzo, sin compromiso, que te quitarán la felicidad. Cuando llegue el esfuerzo, sal corriendo. Usa a las personas para obtener tu propio placer. Ama a las personas…si te aman a ti. Cuando amar te suponga un sacrificio… no ames.. Ama a tus padres, hermanos, hijos o amigos…siempre que te resulte fácil. Pero si tu hijo va a nacer enfermo, puedes quitártelo de en medio para que no estropee tu felicidad. Si tus papás envejecen y hay que ocuparse de ellos…líbrate de ellos. Si una persona te ha ofendido…experimenta el placer de la venganza. Si esa persona ya no te gusta…cámbiala por otra que te guste más. Si cometes un error, no pidas perdón porque te va a costar esfuerzo. Haz todo lo que te apetezca y rechaza todo lo que te suponga esfuerzo. No te sacrifiques., no sufras. Así serás feliz. Hemos puesto en práctica esta receta…y el resultado no hay que imaginarlo porque está ante nuestros ojos. El medicamento más recetado en el mundo son los antidepresivos. El mayor número de suicidios ocurre en el mundo desarrollado en donde se goza de mayor bienestar y más libertades. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que no seamos felices? Si ya conocemos y aplicamos libremente las recetas modernas de la felicidad ¿Qué falla? Me pregunto si el diagnóstico penoso de nuestro mundo guarde relación con el hecho de que hayamos expulsado a Dios de todas partes. Hemos dinamitado sus Mandamientos porque pensábamos que nos estorbaban para ser felices…. Y así nos va. Hemos decidido que podíamos no amar a todos, en contra de lo que Dios nos pide, sino solamente amar a los que nos conviene. Hemos decidido que podemos mentir si nos conviene, que podemos pensar mal de los demás, que podemos jugar con nuestro cuerpo, que podemos envidiar,y que podemos vivir como si no hubiera vida eterna. Hemos decidido prescindir de Dios, pasar de Él y dictar nuestras propias normas. Sin embargo, hay millones de personas que aún viven con Dios…y les va bien. No son más listos, más sanos, más ricos, más guapos… pero sí son más felices. Y no es que crean en Dios como quien cree en la existencia de un planeta lejano, sin consecuencias prácticas, sino que han puesto a Dios en el centro de su corazón: respetan sus Mandamientos y practican el amor incondicional que han aprendido de Jesucristo con quien hablan a diario” /…/

Elena Amaro Vidales López Directora

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OUR AMERICAN ENGLISH TEACHER Interviewer: How many years have you been living in Leon? Courtnee: I began to live here in October 2006, although I had been here before as a tourist. Interviewer : What do you think of Spain? C: I really love Spain. I’ve been in many different places (Salamanca, Zaragoza…) The first time I came here was just for one summer and stayed in Salamanca. I started to find out all the culture and I really like it. From my point of view, Leon’s people are loyal and proud of their area, although it could be hard to get to know them at first. Interviewer: Do you find important differences between the US and Spain? C: The biggest difference between USA could be the timetable. For example, Spanish children may assist to lessons from 21:00 to 22:00 whereas in the US children finish their school day earlier, go home and dinner at 19:00. Besides, everybody here speaks quite loud and sometimes is hard for me to get used to that. Interviewer: What things do you miss the most from the US? C: Mainly, family and friends. I also miss American snacks and desserts.

C: Maybe doing the “Camino the Santiago”, it’s a different new experience. Moreover it’s becoming pretty popular because of the film “The Way”, which is making people interested in that route. Interviewer: What do you think about Spanish students? C: I only talk about Bachillerato are good. Students are the part I like the most and also the fact that they can call me from my first name instead of saying my surname. Interviewer: What things of León do you like the most? C: “Tapas” that are given in the bars. I also like all the small villages, especially northern villages because those of the south are more dry and flat. Interviewer: Would you like to go back to US or would you prefer staying here for longer? C: Now, I’m staying for longer but all summers I go to the USA. Interviewer: Could you give us any advice for using in life? C: That’s a difficult question… Maybe trying new things and be open minded because everybody should get his comfort zone bigger. So, it’s important to never stop meeting new people and being nice to others. Beatriz Martinez, Maria Mendoza , Virginia Riego and Patricia Suárez

Interviewer: What experience have you enjoyed the most here in Spain?

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2ºBACHILLERATO


¿Es el ser humano una unión especial entre la razón y la pasión? Artículo de Olimpiada Filosófica

Estos dos conceptos diferencian al ser humano de los animales, convirtiéndole así en un ser racional y en un ser pasional. No parece posible la existencia única de la razón, sin las pasiones, ni tampoco la presencia exclusiva de las pasiones sin la razón. Esta convivencia de ambas conlleva el conflicto, es el hombre un ser en guerra, en oposición a sí mismo, pues aún habiéndolo querido, no ha podido renunciar ni a la razón ni a las pasiones. La razón continúa y las pasiones permanecen vivas. Cada filósofo seguramente tiene una distinta definición de la razón, sin embargo, para todos, es el fundamento del conocimiento científico y se expresará en el modo de comprender la naturaleza. Sirve como principio organizador y garantía del orden natural que se espera descubrir y se descubre por las ciencias. Podremos definir la razón como la capacidad cuyo dominio es el conocimiento o la investigación teórica, aunque en un sentido más amplio, podría ser la facultad encargada de determinar todo tipo de verdades. Aristóteles identifica la razón con la matemática, la física y la teología, siendo éstas el objeto de la razón teórica. Pero surge un nuevo concepto, la razón práctica, definiendo ésta, como los procesos reales de pensamiento que llevan a la formulación y realización de planes de acción en situaciones prácticas. La razón teórica se distingue, por lo tanto, de la razón práctica. La razón, como facultad o capacidad, puede considerarse como una mezcla de razón teórica y razón práctica (Aristóteles) o como una unidad que tiene tanto funciones teóricas como prácticas (Kant). La razón se contrapone en ocasiones a la experiencia, otras a la emoción y el deseo, y otras a la fe. La pasión es cualquiera de una serie de tipos de estados mentales, de emociones, de afectos, de estados de ánimo, de sentimientos variados, placer, dolor, odio, amor, ira, esperanza, etc. Los estoicos afirman que una pasión es un impulso excesivo y rebelde a los dictados de la razón, o bien un movimiento del alma que es irracional y contrario a la naturaleza…Se podría decir entonces que una pasión es algo que se padece. Esta definición dejó paso a otras, que entendieron la pasión o sentimiento como toda afectación anímica, ya sea agradable o desagradable, producida por el mismo pensamiento y semejante con éste. Todo sentimiento tiene, por lo tanto, un pensamiento de base que lo fundamenta u origina, que lo incrementa o lo destruye. La pasión es la contestación a lo que dentro del pensamiento ha dejado las sensaciones de agrado o desagrado que las cosas producen, así como a la noción de beneficio o daño que estima nuestra razón. Para algunos la pasión parece ser contraria a la razón. El hombre apasionado pierde el autocontrol, es un desposei-

miento por una fuerza extraña que lo supera. Personas agradables y comprensivas en situaciones normales, cuando algo estimula su pasión, su conducta cambia radicalmente. Esto no quiere decir que la pasión sea incoherente, sino que dicha conducta puede ser perfectamente lógica de acuerdo a los objetivos que se proponga, pero nada externo puede hacerla cambiar. Por eso la pasión es contraria a la razón cuando la inteligencia se somete a los fines pasionales. La pasión ha sido hasta la época moderna vista como lo que hay que vencer para así actuar racionalmente. La filosofía se ha referido mucho a las pasiones a lo largo del tiempo, pero con otros nombres como emociones o sentimientos. Ha tendido a considerarlas negativamente, como algo que había que reprimir para que prevaleciera el juicio racional. Hay excepciones, como las de Aristóteles, Spinoza y Hume. No se puede decir que no sean racionalistas, pero consideran que razón y sentimientos se alimentan mutuamente y, además, que son los sentimientos los que motivan el comportamiento y no la razón. ¿Cómo pueden personas muy inteligentes cometer actos estúpidos? Esto se debe a que la inteligencia a la que podemos denominar académica aunque aparentemente no tiene mucho que ver con las pasiones, si participa de la vida emocional. Pocas realidades, como la afectividad, son tan complejas y difíciles de explicar. Lo dice Hume “La razón es, y únicamente debe ser, esclava de las pasiones, y no puede reivindicar en ningún caso una función distinta a la de servir y obedecer a aquéllas.” No somos otra cosa que unas cuantas emociones básicas. Nos afectarán en mayor o menor medida, unas serán más positivas que otras aunque en ocasiones unas pueden ser la cruz de las otras. En gran medida la razón es esclava, pero no en su totalidad, somos nosotros a través de nuestra experiencia personal los que hacemos nuestra vida. No estamos programados, y si lo estamos será para ser únicos, no somos única y exclusivamente genética. Pero “todo” está impregnado por la pasión, incluso el conocimiento. Los filósofos del siglo XX como José Ortega y Gasset señalan la importancia de los estados de ánimo en nuestra vida y, por tanto, en los procesos de conocimiento. El pensamiento científico camina bajo el dominio de ciertos estados de ánimo que les permiten alcanzar la objetividad que buscan. Sin ellos estos modos de pensar no serían posibles. Nuestro pensamiento no transcurre al margen de nuestra afectividad. Los avances de la ciencia han permitido en los últimos años penetrar en el cerebro humano y descubrir así el santuario donde se forman las emociones, el pensamiento y la conciencia. El debate cambia. Hoy sabemos que, tanto el amor pasional como el pensamiento más racional, tienen una base bioquímica. Pero el proceso de pensar y de sentir no sólo es bioquímica, no viene dado en exclusiva por los genes, interactúa con el entorno y se modifica así constantemente.

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El conocimiento científico del cerebro ha alterado la discusión del conocimiento filosófico entre razón y pasión, entre alma y cuerpo, su incompatibilidad ya no es tal. Se equivocaban los que sostenían que solo la razón fría podía dar las mejores soluciones. El cerebro racional se apoya en el cerebro emocional, el razonamiento está siempre tamizado por los sentimientos y estos pueden modularse a su vez a través de la razón. Durante mucho tiempo hemos vivido inmersos en una cultura que le restaba valor a las pasiones, y esto ha supuesto, por ejemplo, para las mujeres una posición subordinada por considerar que la preeminencia de los sentimientos era a la vez su principal atributo y su principal debilidad. Pero ahora sabemos que los sentimientos cuentan tanto en la ciencia como la razón, y que el cerebro emocional juega un papel fundamental en la evolución de la especie humana. Las emociones influyen en las reacciones espontáneas, en el modo de pensar, en los recuerdos, en las decisiones, en cómo planificamos el futuro, en la comunicación con los demás y en el modo de comportarnos. Hemos dado superioridad a la razón porque hemos creído que imponerla sobre las pasiones es un síntoma de racionalidad, de sentido común, de madurez y de equilibrio personal. La utilizamos para combatir las pasiones cuando éstas son indeseables, sin darnos cuenta que son también sentimientos, aunque la justifiquemos con argumentos racionales. Es decir muchas veces mentimos y nos engañamos a nosotros mismos al justificar racionalmente lo que en realidad estamos haciendo por razones emocionales. La razón, aunque lo pretenda, no siempre sirve para combatir las pasiones indeseables. Un buen planteamiento racional puede acabar con un determinado sentimiento aunque es improbable que lo logre si no consigue crear otro sentimiento incompatible con el que se quiere eliminar. No imponemos la razón a las pasiones sino que utilizamos aquélla para cambiar nuestras emociones y la conducta que de ellas se deriva. Hablaremos entonces de encaje o acoplamiento entre las emociones y el razonamiento, o sea, en un equilibrio entre diferentes procesos mentales. Cuando dominan los sentimientos ese equilibrio desaparece porque, la razón puede convertirse en la voz de la conciencia que no nos deja vivir. Por el contrario, cuando domina la razón, las pasiones o sentimientos pueden hacer lo mismo, castigándonos de igual o peor modo. Luego la felicidad está relacionada con el logro del necesario acoplamiento entre la lógica y los sentimientos, entre la razón y las pasiones. La razón sirve sobre todo para generar nuevas emociones que puedan sustituir los sentimientos que ya tenemos, o también para potenciarlos. Sólo el equilibrio emoción-razón garantiza el bienestar de las personas, ya Spinoza, filósofo del siglo XVII, afirmaba que la única manera de superar una pasión irracional es mediante un afecto positivo más fuerte y desencadenado por la razón. Por todo lo expuesto podemos hoy hablar de una “alianza” entre la razón y las pasiones. Beatriz Crespo Torbado

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¿Razón o pasiones? esa es la cuestión. Artículo de Olimpiada Filosófica

La filosofía de todas las épocas se ha basado en intentar dar una explicación a cuestiones que se ha hecho el ser humano durante todas las épocas, y dependiendo de éstas, han surgido filósofos que han dado explicaciones muy diferentes y diversas. Una de las cuestiones de la filosofía es cómo se guía el ser humano o cómo debería guiarse, ¿razón, sentimientos y pasiones, o ambas? Y, claro está, no todos los filósofos han estado de acuerdo en este tema, al igual que hoy en día nosotros mismos no todos tenemos el mismo pensamiento sobre diversas cosas, incluyendo esta. Muchos filósofos, desde la Antigüedad, han pensado que el ser humano debe guiarse por la razón, desde la filosofía griega, la razón es la acción de pensar y está orientada hacia la sabiduría. Los seres humanos medievales, contraponen la razón con la creencia o fe, muy importante en la época, y en la Edad Moderna la contraponen con la experiencia. La razón, al ser un término muy usado en todas las épocas, la podemos definir de muchas maneras y relacionarlas cada una con algún filósofo antiguo, pero que no se contradicen entre ellas: La razón es la facultad del hombre que le distingue de los animales para adquirir un conocimiento de lo universal y necesario (Aristóteles) y la capacidad intuitiva o discursiva para llegar a ascender al reino de las ideas (Platón). Además nos explica porque algo es como es y no de otro modo. Se funda en un modo de ser racional. Pero al fin y al cabo, da igual como se defina, lo que es seguro es que cuando hablamos de razón nos referimos al pensamiento, y no a dejarse llevar. Por otro lado, la pasión es una emoción muy fuerte, de gran vivacidad, consideramos que llega a dormir al hombre, que puede perturbar al alma y nublar a la razón. Ejemplos de pasión son el amor, el odio, la alegría, la tristeza, la ira. Muchos filósofos, racionalistas y empiristas han hablado de la pasión en su filosofía, y por lo general se contrapone con la razón, porque si nos dejamos guiar por las pasiones y sentimientos, no hacemos caso al pensamiento. Descartes, racionalista, con su obra Pasiones del Alma. Los estoicos, Edad Antigua, la defienden como perturbación aunque el humano debe guiarse por la razón. También los escolásticos defienden la razón frente la razón pero la oponen a la fe. Además no siempre tenemos porqué estar de un lado o del otro, yo, pienso que ambas son muy importantes en la vida del ser humano, no podemos prescindir ni de una ni


de otra, las dos son necesarias. Y, no solo gente de ahora opinamos así, ya autores como Kant unieron las dos. Para Kant ninguna de las dos debe ir sola, no una es más importante que la otra, en el ser humano están presentes ambas. Este autor para su filosofía cogió cosas de Descartes, racionalista y Hume, empirista, ya que el primero defiende totalmente la razón la razón para conocer y para la vida, y la contrapone con las pasiones, a las que no debemos hacer caso. Mientras que el segundo, como buen empirista, defiende las pasiones, la experiencia, la vida práctica y no la razón que solo nos proporciono teoría. Kant nos dijo que la vida misma, la experiencia, y los valores humanos por sí mismo son demasiados subjetivistas y necesitan de la razón pura, pero que a la vez si solo usamos las razón y llevarla a la práctica, y a la vida real, solo conseguiríamos ilusiones y vida teórica, sin poder vivirla, y tener experiencia para conocer y mejorar. Este autor confiaba en que si la razón penetraba en los sentimientos y pasiones, juntas podrían ofrecernos un conocimiento pleno y verdadero, que es al que todo ser humano pretende llegar y alcanzar para ser feliz. Todo esto quiere decir, que para Kant el ser humano no se limita a recibir información, sino que construye una imagen del mundo. Lo que conocemos no es una realidad objetiva, sino aquello que ha pasado por nuestra sensibilidad, sentimientos, pasiones. Por lo tanto, debemos tener en cuenta ambas, razón y pasión, creo que los extremos son malos, que si solo hacemos caso a la razón o a las pasiones no conseguiremos un conocimiento puro, ni pleno, ni una vida feliz. No podemos afirmar que el conocimiento es puramente racional, lo que sí se puede afirmar que el conocimiento teórico es racional. Cuando queremos conocer una cosa usamos la razón y los conocimientos que nos proporcionan los demás pero, ¿de qué nos sirve la razón cuando queremos conocer algo en la práctica, cuando queremos saber qué se siente al realizar una acción? La razón nos puede orientar y decir que se supone que vamos a sentir y conocer, pero nunca nos puede asegurar ni describir exactamente eso, para ello necesitamos los sentimientos y las pasiones, para poder conocer en la práctica lo que ya conocemos en la teoría o lo que luego llevaremos a la teoría. Y con esto no quiere decir que las sensaciones sean más importantes para conocer, porque tampoco, ¿de qué nos sirve dejarnos llevar solo por sentimientos para conocer si luego no sabemos si en realidad estaos conociendo algo real o no? Esto quiere decir, que según mi opinión necesitamos conocer complementariamente de las dos maneras, práctica y teóricamente.

meramente racional, no será una ética correcta ya el que ser humano nunca llegará a seguir porque siempre se verá influido por sus sentimientos. No podemos decir que algo es ético por ser racional porque entonces nunca seríamos éticos. Como llevo defendiendo todo el rato, los sentimientos y la razón son algo presente en nosotros siempre, y muchos autores y personan las tachan de ser términos contrarios, mientras que yo opino que podemos considerarlos complementarios, ya que no podemos prescindir de ninguna de ellos, y si fueran opuestos, si nos guiásemos por uno no nos guiaríamos por el otro, y el humano nos guiamos por las dos, no podemos dejar a un lado la razón, porque es algo propio del ser humano, ni las pasiones porque tenemos sentimientos por ser seres subjetivos. Basándonos en esto, claro que se pueden conciliar ambas, de hecho no deberían nunca enfrentadas, ya que no podemos elegir entre ambas, sería imposible dejar a una de ellas apartada de la vida humana para solamente guiarse por la otra. Una de las cuestiones más tratadas y que más ha preocupado al ser humano siempre ha sido qué es la felicidad y cómo se alcanza. Yo creo que esta es una pregunta sin respuesta: cada persona se considera felicidad a algo diferente, y claro está que dependiendo de esto habrá diversos caminos para llegar a ser feliz. No podemos afirmar que si te dejas llevar por la razón vayas a alcanzar la felicidad como muchos filósofos opinaron, ni que si no razonamos y nos guiamos por las pasiones lo conseguiremos. Ambas cosas estará presentes en el camino a la felicidad y dependiendo la persona, su vida, sus intereses, y sus opiniones predominará una o la otra. La convivencia de la razón y las pasiones en nuestra vida y que debemos dejar nos llevar por ambas, para mi se ve muy clara en la vida diaria. Normalmente pensamos y razonamos sobre qué es más correcto hacer, si debemos hacer o no una cosa y ahí estamos utilizando la razón, pero ¿la razón nos dice después de actuar si está bien? Generalmente no, las pasiones y los sentimientos que nos produce una acción, nos muestran si han sido buenos o malos para nosotros mismos, dependiendo de si son positivos y negativos. Además que cuando estamos ante una situación muchas veces decimos: “El corazón me dice una cosa y el cerebro otra, ¿qué debo hacer?” Y miramos el lado positivo y el negativo de la razón y de los sentimientos para poder tomar una decisión que posiblemente sea una combinación entre ambas, mostrándonos una vez más que ambas cosas son importantes en la vida humana. Inés Pradal Álvarez-Prida 2º Bachiller

Basándonos en construir una ética, que estudia la moral del ser humano, yo creo que debe predominar algo más la razón, pero nunca dejando a un lado las pasiones y sentimientos, ya que si forman parte de nosotros debemos tenerlos en cuenta siempre, porque si hacemos una ética

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