1
2
El Deseo yla
Tarde María del Cisne Suárez Enríquez 19/03/2021
3
4
Volumen 1 5
6
CCE BENJAMÍN
CARRIÓN ZAMORA CHINCHIPE
TÍTULO: El Deseo y la Tarde AUTORA: Mgs. María del Cisne Suárez Enríquez PORTADA: Lic. Raúl Flores. CONTRAPORTADA: Mgs. María del Cisne Suárez Enríquez FOTOS INTERIORES: Archivo familiar. LEVANTAMIENTO DE TEXTOS: Mgs. María del Cisne Suárez Enríquez EDITORIAL: Leonel Feijóo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamin Carrión”, Núcleo de Zamora Chinchipe. Primera Edición. Derechos reservados de la autora Marzo de 2021 marisuarezenriquez@gmail.com Zamora – Chinchipe Ecuador. Prohibida la reproducción total o parcial del libro con fines comerciales.
7
8
¡Qué brillo!
¡Qué verde cielo! ¡Qué pasto tan azul! y yo recostada a tu lado ajena a todo, ajena. María del Cisne Suárez Enríquez
9
10
DEDICATORIA A mi padre Dr. Vicente Suárez Jaramillo. A mi madre Nancy María Enríquez Valdivieso. A quienes han hecho posible que mi poesía brille. A la pureza que se refleja en la niñez lojana.
11
12
AGRADECIMIENTO A Dios, Padre Eterno que siempre me acompaña. A mi padre y a mi madre. A mis hermanos: Andrea Berenice y Alex Jamil Suárez. A mis sobrinos: Mateo David Suárez y Lían Gabriel Flores. A toda mi familia por la bendición de tenerlos. A quienes me conocen o me conocerán a través de estos versos. Un agradecimiento inmenso.
13
14
Prólogo
No la conocía de nada, llegó apurada un día preguntando por el Dr. José Carlos Arias Álvarez a la oficina del Archivo Histórico de Loja, se dirigió hacia mí, no podía ser otro, mi mesa está a la cabecera y mi cabeza delata ya algunas batallas. Me dijo que un amigo común llamado Raúl Flores le había dicho que la podía ayudar y me planteó que la Prologara este libro: El deseo y la tarde…. Me comentó que se lo publicaría la Casa de la Cultura en Zamora, me pregunté para mis adentros porqué no la de Loja. Quedamos en que lo leería, la escribiría por correo electrónico una respuesta para que me lo enviara en físico, porque en esto de corregir y leer necesito acariciar las hojas y dejar huellas de mi camino y lo haría con gusto. En su chaqueta un nombre “Domingo Savio” que asocié a los Salesianos. Se fue de la misma manera, educada, pero con prisa. Me puse el fin de semana a leer su poesía, tranquilamente, en el lugar perfecto y, empecé a plantearme como introducirles a su lectura. EL DESEO de describir los grandes estremecimientos del alma cuando adoptan forma de poesía, mucho más cuando es el primer Libro que ve la luz. Quien Prologa poesía, descubre mucho del autora, porque las hojas del tiempo llevan impresas la tinta de quien las escribe. Creo que lo que distingue a la poesía de María del Cisne Suárez Enríquez no es su sensibilidad, sino la capacidad de expresarla a través de palabras sencillas, limpias, trasparentes. Esta poesía es testimonial, no le interesa tanto las huellas estéticas de lo 15
“correctamente bien hecho”. Es poesía íntima, pero no puede dejar de ser personal, natural, social, cultural. Desde el “Yo”, trabaja el “Nos-Otros”. Hay buen manejo de la palabra directa, fresca, la siento contemporánea. Como español me gusta mucho más, la aconsejo para cualquier hora del día. Sin recargamientos, énfasis, florituras, ni oropeles; la adecuación entre las formas y el fondo, se logró. No existen en su poesía palabras feas o lindas, sino oportunas, no está enlazando ramos de rosas. La forma modela, contiene exactamente el fondo; la piel y el cuerpo. Lo justo es lo más bello, no hay retórica. Me imagino que puedes pensar que todo lo dicho se podría decir de otras poesías y/o de otros autores. Pues no es así. Te reto: permíteme encadenar algunos títulos, al azar, intentaré ser tan justo como ella, lo ha sido contigo. Disfrútala y, sobre todo, conoce el alma que respira detrás de estas palabras… 17, 21, 41, 45, 70, 88, 92, 119, 139, 157, 170 y, 174. ¿Qué es esto? Una poesía con números. Las aspiraciones (17) de mostrar las bellezas con autenticidad (21), permite que las palabras sean necesarias. Basta con el testimonio del campesino (41) o los cariños (45) que muestra el destino (70), cuando elige (88) el amor (92) sobre la tierra, esperando un futuro (119) que la joven poeta (139) lo vincula a la señorita belleza (157), sabiendo que en poesía, la locura (170) se viste de una tarde tricolor. (174). Perdón,…Y LAS TARDES.
16
La finura poética de María del Cisne Suárez Enríquez Dr. Galo Guerrero Jiménez Los 300 poemas que conforman la poética de María del Cisne Suárez Enríquez (Loja, 1983) en sus dos tomos denominados El deseo y la tarde constituyen todo un conjunto de querencia a lo más substancial que tiene el ser humano: su particular manera de ser ante sí y ante el mundo, en cuanto construcción de lo que cada uno quiere ser, en la medida en que se es consciente de su realidad terrena y celestial. Desde esta óptica, María del Cisne fragua una poesía profundamente sentida, armónica y con vocación, y desde una aproximación filosófico-existencial nos encamina al disfrute de una panorámica artísticamente emotiva, en la que la palabra, desde el adecuado manejo del verso libre, se presenta altiva, con cadencia, con ritmo, con delicadeza, y con una finura para la exaltación de la ternura y de los diversos procesos amatorios que aparecen vivamente representados en la forma cómo se desenvuelve poéticamente la niñez y todos los seres que han optado por los diversos matices que la naturaleza humana tiene para realizarse desde todos los órdenes de la vida. Una poesía para la reflexión y para valorar los diferentes asuntos humanos es lo que nos presenta el accionar poético de María del Cisne Suárez, quien tiene todos los dotes sufi17
cientes para que nos siga recreando desde su más fina condición de poetiza, lista y dispuesta para hacer de la palabra un emporio de arte, de magia y de ensoñación adecuadamente sentida, de manera que cada lector pueda hacerse eco de la fina sustancia humana que emotivamente desparrama en cada verso esta nueva representante de las letras y de la cultura lojana. Loja, agosto de 2018
18
El Deseo y la Tarde "Qué regalo te daría acaso un poema que evoque en cada línea lo mucho que me importas lo sola que me quedo lo tarde que te olvido” Algo así como este párrafo anterior es el sentimiento que tengo al leer los poemas de María del Cisne Suárez Enríquez, escrito con una narrativa implacable y un lenguaje ágil, esta obra presenta una excelente visión y descripción de la propia experiencia. Sin duda hay personas que vienen al mundo marcadas por la espiritualidad de lo viviente y adornadas con la creatividad para empuñar la palabra. Cultora de una lírica evidencial, al fuero de su expresión poética y estética del sentido que cautiva y el encanto que enamora. Hablo de María del Cisne, que un buen día se presentó en la CCE con un manojo de versos y, tras leer dos o tres composiciones de su colección literaria, constaté que la obra de esta singular autora posee talento poético y aliento lírico, con la particular distinción de saber signarle, la gracia de su inspiración. Hay en sus poemas la rareza de una intensa suavidad, incesante, es la voz de un continuo susurrar del viento entre las hojas, a modo de diminutas energías que son las palabras 19
juntándose unas con otras, como si de pronto descendieran a la tierra terminando en la plácida superficie de un llano, aun cuando por debajo las palabras y los versos hierven, y las imágenes salen a flote y trémulas reciben la luz del sol. Leer es parte de la vida e invito nuevamente a no perderse esta obra que para quienes hacemos la Casa de la Cultura, es grato compartirla y recomendarla. Anabel Rodríguez Erazo, Directora del Núcleo Provincial PRESENTACIÓN DE LA OBRA
20
Autora: María del Cisne Suárez Enríquez Mi imaginación estaba latente desde los primeros años de infancia, sin embargo el gusto por escribir nace aproximadamente a la edad de 13 años y es cuando empiezo a publicar extractos de pensamientos como: rostros del amor, vano sentimiento, la vida tiene sentido. En el colegio participé en un concurso de declamación, la novedad fue que mi poesía era inédita y no obtuve el primer lugar, pero alcancé el tercero, no obstante, aquel concurso fue un impulso literario muy bonito, el poema se titula “Mujer” y se encuentra en esta recopilación de poesías. Los poemas que escribí y que destacaron en mi época de colegiala son los siguientes: Tu verdad, Aborto de un inocente, Agosto de cometas, Amada patria, Amante de la noche, Canela florida, Colegio de mi adolescencia, ¿Con quién podré entenderme?, Diálogo con un muerto, Dieciséis años, El ave, Femicidio, Plegaria franciscana, Tristeza en el laboratorio, Adolescente, Profesora de primaria, Sacerdote de Dios, Capilla amada, Bianca, Neruda, Vanidad. De estos poemas el que personalmente más me agrada es Diálogo con un muerto, pues este poema surgió de la visita al anfiteatro. No está demás decir que nos infiltramos entre los estudiantes de medicina, solo para saber si la medicina era lo nuestro, si teníamos la vocación y las agallas que se requiere para codearse con los muertos. Después de la vi21
sita me quedó la experiencia de que hasta en un anfiteatro encontré poesía. En la Universidad Técnica Particular de Loja decidí estudiar la carrera de Psicología General y fruto de las lecturas y de las vivencias surgieron poemas como: Borracho, El suicida, Funeral de colores, HTP, La muerte, La muerte salió a su encuentro, La navidad de un alcohólico, Maquinita infernal, Cuerpo desnudo, Manicomio, Maquillaje, Narciso, Pobre viejo, Tu secreto, Perdono, Un silencio de estrella. De estos poemas el más polémico es Tu secreto, que aborda la homosexualidad poéticamente y describe cómo una joven puede enamorarse de un homosexual sin saberlo, ellos miran a un hombre, y una mujer los mira a ellos ¡qué ironía! Al haber asistido a escuela, colegio y universidad católica, sin duda la presencia de Dios ha sido una constante en mi vida, y fruto de este acompañamiento misterioso de Dios surgen innumerables poemas como los siguientes: Amiel, Ángel de la guarda, Confesionario, Dios de mar, Dios se toma su tiempo, Dios te bendiga, Divino niño Jesús, Ignorar a Dios, Lo que Dios extraña del hombre, Los discípulos de Emaús, Magdalena de estos tiempos, Magdalena, María, Martha, Liberación, Madeline, Trova de alabanza, Ventanas en el cielo, Ser misterioso, Plegaria, Perfil místico, Mi fiel amor, Guerrero eterno, Llamada, Juan el profeta, El paraíso, Fiel reflejo de lo que eres, Me comprenderás, Mendiga de tu amor, Padre Eterno, Perdona Señor, Si Dios pudiera, Te busco Señor, Te he negado tres veces, Zaqueo. Esta vez no podría decir qué poesía me ha gustado particularmente pero puedo añadir que “Me comprenderás” es un poema revelador, pues particularmente creo que la poesía tiene sus 22
hilos invisibles celestes y para lograr una poesía bella, perdurable en el tiempo, se requiere la ayuda de Dios, pues de Él procede toda fábrica de ideas luminosas. Posteriormente seguí dos maestrías, una en Educación Infantil y otra en Literatura Infantil y Juvenil; es allí cuando me volví a encontrar con mi primer amor: la poesía y, como siempre, fruto de las lecturas y de las vivencias surgen poemas como: Cristabel, En memoria de Hans Andersen, Escuela de demonios, Extranjero, Te quiero desde ahora, La viuda, Regalo de Dios, La señora pereza, La señora alegría, La señora dignidad, La señora enfermedad, La señorita belleza, Ese señorón dolor, Señorito lujurion, Príncipe desgarbado, Tu mano inquieta. En esta época dos escritores llaman poderosamente mi atención: María Elena Walsh (argentina) y Hans Anderson (danés); del último, me agrada sobremanera su biografía y cómo llegó a ser toda una celebridad en vida; de allí surgió el poema en memoria de Hans Andersen. Como en toda mujer, el tema del amor ha estado muy presente a lo largo de mi existencia y, fruto de estas aventuras de muchos nombres, surgen poesías como: Borrachera de amor, ¿Cómo es ella?, Contemplémonos, Cuando una mujer, Decir adiós, Deja de mentir, De todos mis amores, Espera amor, Espérame, Elige, Diferencias, Aventurero, Hablando en plural, Indiferencia amor, Joven marinero, Joven poeta, Joven trovador, Julio, Labios, La roca, Me haces falta, Me niego, Mirada tuya, Lista de amores, Ojalá pudiera, Paloma mensajera, Para ti, Pienso en ti, Pregunta, Pregunta…respuesta, ¿Qué decirte?, Quédate conmigo, Romance, Romance con tus ojos, Sedúceme, Sin ganas de explorar tu 23
cuerpo, Te dibujo, Te extraño, Te propongo un trato, Tengo ganas, Toqué a tu puerta, Un amor lejano, Un beso, Una dama tierna y colegial. De todos estos poemas, el que más éxito ha tenido en la publicación de periódicos locales es “Mi joven trovador” y, qué ironía, el joven trovador real no tiene los ojos verdes sino cafés. Hay más matices en los poemas y no puede faltar el tema de la familia, y fruto de este amor de toda la vida surgen poemas como: A mi madre, 50 años de bendiciones, Doce meses, Domingo, Lágrimas, Sobre esa tumba, Historia de una madre, Madre, Tejidos de mujer, Sapos en la tarde. Otro tema constante en mi carrera literaria, ha sido el amor por la poesía, género concreto, bello, sensible, profundamente humano. Fruto de esa pasión por la poesía surgen poemas como: Anonimato, El deseo y la tarde, Es mi misión, Eterna poesía, Letras, Mi misión, Lienzo anaranjado, Oh poeta, Mujer poesía, Poesía, Poeta. De esta secuencia de poemas el que más me gusta es “Anonimato”, pues he comprobado que ser anónima da ciertas ventajas más libertad, menos temor a escribir una variedad de temas más comprometedores e incluso más íntimos. Otros poemas quedan fuera de toda clasificación posible; sin embargo están allí formando parte de este poemario que ha sido preparado con mucha dedicación y responsabilidad social. Estos poemas son los siguientes: Amanecer, Atardecer de los días, Autenticidad, Crisis, Desafío, Hoy cantaré, La vida cambia, Perros de amor, Rebeldía, Realidad, Tiempo, Tic tac, Tintineo de estrellas, Triunfaremos, Tono amarillo, Una mujer extraña, Estoy feliz. De toda esta secuencia 24
de poemas destaco “Triunfaremos”, un poema dedicado al optimismo pues siempre hay días mejores. A manera de conclusión de esta breve introducción de mi poemario, conformado por poesía de verso libre puedo decir lo siguiente: 1.- Mi poesía está llena de literatura, música, psicología, teología, de amor, arte e historias, por lo que, he requerido vivir mucho, para tener algo que escribir y trasmitir a las presentes y a las futuras generaciones. 2.- He embellecido las palabras aunque he tratado de que no sea difícil de entenderlas y que tengan una musicalidad interna genial, esta musicalidad en poesía es un don muy especial, surge espontáneamente, sin mayor esfuerzo, pues un poema se puede escribir en una hora, en una tarde, en una noche. Cuando escribo no tengo noción del tiempo, quizás eso es lo que define la vocación de un efímero gusto, y esa, quizá, fue la barrera que me impidió en el pasado escribir mucho más. Ahora puedo amanecerme escribiendo; sin embargo las obligaciones cotidianas te dicen que hay otras cosas que debes hacer para ganarte el pan de cada día. 3.- Mis poemas son concretos, sinceros, directos como la misma autora, puesto que no creo que en poesía se debe rebuscar las palabras sino sentirlas, luego se las va puliendo como toda obra maestra y, en este poemario en particular, he apostado por lo concreto. 4.- Algunos de los poemas escritos tienen humor, algo que en poesía es poco común, también tienen ingenuidad y esa ternura tibiecita que hace creer en una eterna infancia. 25
5.- Mis poemas han trascendido en el tiempo, pueden leer un poema escrito hace 10, 12, 15, 18 años y, aún, sigue teniendo la misma novedad, el mismo encanto, pues apuestan a la esencia de la persona, y eso no cambia con el tiempo. 6.- Debo admitir con un poco de alegría y de nostalgia que hay poemas que me han superado totalmente, por eso creo que se los deben publicar para que formen parte integral de la memoria colectiva, pues con el paso de los años no somos los mismos, mejores o peores pero no somos los mismos. 7.- Los poemas están ordenados alfabéticamente para facilitar su lectura y en un intento de ordenarlos como un diccionario poéticamente estructurado. 8.- Como la recopilación de poemas constan de más de trescientos, los miembros del Consejo Editorial de la Casa de la Cultura de Zamora Chinchipe y mi persona, hemos creído conveniente publicar los poemas en dos volúmenes, el primer volumen se extiende desde abandono hasta llamado, y el segundo volumen desde lluvia hasta Zaqueo. Infinitas gracias a quieres tengan o tendrán la paciencia de leerme. En dos volúmenes.
26
Fotografía: María del Cisne Suárez Enríquez
Tarde Azul La tarde tiene magia en las entrañas, está ebria de amor, hambrienta de deseo, y celosa que tú no estés en ella.
27
Abandono He abandonado a mi niña trigueñita, en sombríos callejones, luciendo zapatillas de cereza, sensible a las tertulias de abogados, de doctores, a los trinos musicales que enternecen sus mejillas. He abandonado a mi niña trigueñita, la he dejado divagar disiparse entre la niebla, mas con dulce voz la llamo “Poesía… ven a mi ” y ella viene dichosa, cincelando nuevos montes, extendiendo sus abrazos, sus diamantes cotidianos.
28
Aborto de un Inocente Murió sin balbucear un te amo, sin gatear por el césped, sin recorrer campiñas silvestres, senderos remotos. Murió sin sentir, la caricia de una madre, sin percibir el consejo de un padre, conoció solamente crueldad, desprecio. Cuerpecito frágil, mente pura, alas abiertas, volverás al cielo a contemplar a Dios. El mundo no te conoció, ¡cuánto bien ignorado! ¡cuánto mal no derrotado! hubieras podido realizar tantas travesuras humanas, deseaste nacer lástima, no te dejaron hacerlo. 29
Adolescente Baja de esa nube para verte, es una necesidad, una urgencia contagiarme de inocente alegría. Baja, deseo mirar tu sonrisa musical, tus gestos de impúber bueno, tus ilusiones de adolescente que comienzan a florecer.
Háblame de los fantasmas infantiles, de la niña de mirada tierna que te hace sentir cosquillitas en tu fuerte cuerpo. Háblame de la pelota arcoíris, del colegio de ciencia muerta, de la raqueta de tenis, de los sueños vulnerables de la infancia. Háblame, de los carritos sin llantas que aún no usas, del perfume, de las gafas, de la esencia de la vida.
30
Haz realidad mi deseo, quiero descubrir como en un libro, la química, la filosofía, la poesía, la matemática, descubrir un mundo de jazmines, el mundo tuyo y mío, el mundo nuestro.
(Publicado en diario de circulación local)
31
Agosto de Cometas ¡Ah!, ese atardecer romántico matizado por cometas, donde el hilo era fino para palpar providencias, y la cometa esquivaba nubes, y caía lento entre pastizales y recuerdos. Y las risas infantiles fluían espontáneamente, uniendo hilos, uniendo ensueños, y la cometa peregrina se elevaba púrpura, rosada, extendiéndose airosa, desafiando al viento. ¡Ah!, ese atardecer naranja, ese agosto de dragones, se replica hoy, en la infantil colina de las cosas muertas, desbordando algarabía, en otros rostros, en otros cuerpos. Los de ayer estamos lejos, en otro puerto, con la risa mustia, 32
añorando volver, por atajos distintos a recoger una vez más ese agosto de cometas.
33
Amada Patria Amada patria, mi patria pequeña. Mi patria reclama su bandera de trinitarios colores. Reclama manos victoriosas renuentes a la idea, de permanecer inertes frente a la batalla cotidiana. Reclama creatividad suprema que no sea tímida, ante la caótica mirada de un mundo que anhela moldear, desechar, limitar, anular, opacar. Reclama voces firmes, que no evadan al temor ni a la tormenta, que tengan 34
fuego inspirador, matices de lucha, de verdades ciertas. Reclama y es irónicamente, la sabia compañera que nadie escucha, pues todos susurran, se ahogan entre sombras, por aquella esperanza, que aún no ha extinguido su último latido, lloran por un pasado que creen fue solo de miseria. Más no comprenden, que la patria reclama, mentes lúcidas, miradas desafiantes, carentes de nostalgia, de inútiles lamentos.
35
Amado Mío ¡Qué regalo te daría amor! cuando te marches, un beso suave que acelere tus latidos, o una plegaria breve que te traiga buena suerte. Qué regalo te daría, un te amo que perdure para siempre, o una lágrima que aflore en mis mejillas. Qué regalo te daría, acaso un poema, que evoque en cada línea, lo mucho que me importas, lo sola que me quedo, lo tarde que te olvido. Qué regalo para ti sería agradable, lo sabes, el tiempo es breve, y la condena tan larga.
36
Amanecer Amanecer de un drogadicto en recuperación. Amanecí vislumbrando sobre mis rejas, un retazo tornasol. Amanecí perfilando emociones, mi sonrisa de brizna, mi cuerpo sediento de abrazos morenos, de verdes arroyos. Amanecí disipado de rencores, sin ganas de drogarme, olvidando las nostalgias de vegetar preso en un mundo cuajado de insípidas miserias. Amanecí evocando a un ser empolvado en mi memoria azul, que me susurró al oído: “Las luciérnagas titilan en los prados, tu hora no ha llegado, espera, voy por ti ”. 37
Amante de la Noche El misterio ciñe tu cuerpo, sin embargo lo entregas, como añejo muñeco que nadie valora. No derroches lágrimas, ni acalles latidos, ni murmures a solas en un espacio vacío. Sé que te sientes indigna de caricias divinas, deseosa de perderte, de ser hallada. Amante de la noche qué ingrato es el mundo, si tan solo comprendiera que el placer efímero arrastra infelicidad extrema, muerte prematura. Si al menos comprendiera, que un cuerpo bello es la expresión azul de un Ser eterno, que ama nuestra esencia, 38
liberada de miserias, de congojas. Amante de la noche, si al menos el mundo lo supiera.
(Publicado en diario de circulación local)
39
Amiel Entrégame tus azulados labios de tanto beso inútil, les pediré que besen mejillas desnudas, manos frágiles, te aseguro volverán a tener el rojo más pulcro que humano alguno haya podido admirar. Entrégame tus manos carentes de inocencia, les pediré que escriban versos, dibujen rostros, cisnes, gaviotas, lágrimas, estrellas, te aseguro renacerán benditas, serviciales, cálidas. Entrégame tu voz embriagada de reproches, le pediré que divulgue verdades, 40
que aconsejen al que sin norte se dirige al abismo, te aseguro recobrará su esencia, su sentido, su trascendencia. Entrégame tus pies que transitan cansados en la rutina, en la prisa; les pediré que divaguen descalzos por caminos de arena, de sol, de luna tierna. Te aseguro se llenarán de frescura, libertad, entrega. Entrégame tu universo, tu pasado, tu presente, tu futuro, descubrirás que en mí todo tiene renovación constante, paraíso firme, una historia de dos, con matices insondables de amor.
(Publicado en diario de circulación local) 41
Amor ¡Qué poesía indescriptible te cubre!, ¡qué pulso te supera!, ¡qué mirada te recoge!, ¡qué plegaria no te extraña! Amor, plena aurora, dorada lis que conserva su fragancia, celestes latidos en una tierra de tinieblas. Cuánto ansío vislumbrar tu rostro, susurrarte al oído. ¡Cómo envejece el alma! si te escondes, si te marchas.
42
Amor de millón Un amor de millón de millón de abrazos, suavecitos, serenos. Un amor de millón de besos colegiales largos y tendidos que se dan sin más, en la acera, en los parques, en rincones escondidos de la piel y el deseo. Un amor de millón de millón de detalles, montañas de fuego, risas mustias, sabios textos, un árbol frondoso, y tu corazón bandolero. Un amor de millón de verdes millones, millones generosos en manos hambrientas, esos millones que rebozan las cuentas bancarias, los carros del año, las casas exóticas que nadie las puebla. 43
Ah, ese millón de campo, silvestre y sincero, que no llenará mi cartera, ni adornará mi cabello, pero seguro calzará seguro, en mi corazón sereno.
44
Amores de venta Hay amores peregrinos, que dan ganas de exprimirlos, endulzarlos, envasarlos y venderlos. Vender amor de novios a veinte dólares, vender amor de amantes a dólar, vender amor de prostitutas a cinco centavos, vender amor de esposos a cien dólares, vender amor de padres sin valor calculado, vender amor de Dios, no hay de venta. Vender, vender, amor humano. Que los niños suspiren su precio, los jóvenes regateen su valor, los adultos lo adquieran, los ancianos ahorren para obtenerlo. Y si en caso esto se diera, la joven de ojitos morenos, 45
irá a la megatienda preguntará con insistencia, véndame amor, véndame, y la vendedora responderá ¿en qué tamaño lo quieres? pequeño, mediano, grande, ¿con fecha de caducidad o sin fecha?, ¿con olor o sin olor?, ¿dulce al paladar o explosivo?, ¿con sabor o insaboro?, ¿áspero o esponjoso?, ¿negruzco o matizado?. ¿Qué tipo de amor requiere? amor de novios, lo siento, se agotó, venga la próxima semana. Y la muchacha irá a otra tienda, con besos comprimidos, con la urgencia de obtenerlo, ¿tiene amor de novios? se acabó, es el tipo de amor que más se vende, es intenso, celoso y menos dura, tiempo máximo 2 años, 2 meses, 2 días, se sugiere mostrar lo mejor que se tiene, ¿cuál es el tipo de amor más duradero?, el amor de Dios aunque no está en venta, no se vende, no se compra, no es posible fabricarlo, lo siento, le sigue el amor de padres, 46
escasamente se vende, es común, sacrificado e ingrato. ¿Dónde puedo encontrar el amor que busco? en la fábrica de amores, en la avenida libertad, persistencia, generosidad y dicha, junto a los edificios alegría y paz, conozco la dirección, iré allá, espero que tengan el amor que quiero, tranquila, siempre lo fabrican, pero tiene ingredientes extraños, aunque lo que prima es su envase, lo difícil es que dure, que satisfaga tu fino paladar niña preciosa, como producto tan vendible, es el que más ligero se consume, y de tanto consumirlo hostiga, indigesta, pero tu niña, dulce y caprichosa, cómpralo, antes que la tarde muera, antes que las ganas, pierdan sus ganas.
47
Anonimato Regala gracias desnudas, café sin delirios que va dejando en la brisa, fragancias amantes, temidas, distantes. Es amigo que ríe sensible, inocente, con quién es posible dialogar largamente de viejos amores, o abrir todo el cielo de nuestros dolores. Es espada que guarda bordes distintos, olvida pecados que hilan la culpa, o deja al artista aflorar ese néctar dulce, amargo, que aqueja su alma. Es centinela que extiende su nívea mirada, 48
pues es simple sin juicios, es detalle sin prisa.
49
Aprender el Arte de la Vida Si quisiera aprender un arte, aprendería el arte de la pintura, sus paletas, sus matices, sus distancias, su obstinación profunda de las formas, visitaría tantas galerías, tanta poesía muda. Si quisiera aprender un arte, aprendería el arte de esculpir madera, esculpiría santos, poetas, ilustres desconocidos, esculpiría la envoltura de la vida en la mujer, su desnudez y su ternura, esculpiría tanta ciencia, tanta gente, y los retocaría con color, barniz, amor y agua pura. Aprendería el arte de la cocina, sus frutos, vegetales, hortalizas, quesos, aceites y resinas, con sus complicadas, simples estructuras, aprendería que el arte de la cocina consiste en saciar el hambre y lograr que el ser humano palpe esencias más profundas. Si quisiera aprender un arte, aprendería el arte de la vida, 50
con sus escalas altas y profundas, con sus escalas bajas y superfluas, aprendería a pasar desapercibida, ser la arena en medio de la arena, ser el agua en medio del océano, ser un pez en medio de mil peces, ser una vida en medio de mil vidas. Aprendería el arte de ser feliz, de darlo todo desde el anonimato, y me adaptaría tan bien, a este mundo limitado y rutinario. Aprendería a sonreír, a mirar el sol de frente, a sentir su brisa, a sonreír porque sí, porque el oxígeno es liviano, porque el paisaje es extenso, porque tengo padre y madre, porque veo, Señor, porque veo, porque creo en lo eterno, porque acepto al fin el papel que Dios me ha dado desde lo eterno.
51
Aquí Aquí bajo esta luna láctea cierro mis párpados al mundo mientras hilvano versos gozosos, níveos, mustios, sonrosados, áridos, fecundos. Aquí bajo este exterminio de luna, palpita una cicatriz en la mirada, un pasado sin gamuza, un amor de medio siglo, un adiós sin despedidas. Aquí bajo esta luna fugitiva, voy goteando por caminos carmín, sudor, acacias, sonidos celestes que danzan por encima, y por debajo de los hombres, mientras estos sordos al bullir del universo declaran su ateísmo.
52
Aspiraciones
Aspiro escucharte en ese nítido lenguaje infantil, silvestre, en ese ruido intermitente de los días, en esas pausas cotidianas, en ese ronroneo mecánico de buses, que perfilan paisajes tras sus vidrios quietos. Ansío sentirte en esos borrachos taciturnos que transitan en vaivén ridículo, y que el gentío al mirarlos va pensando en el regreso primitivo de los hombres que van y vienen consumidos en sus miedos. Persigo vivirte, mecerte, acariciarte, contarte que por ti llevo, una brújula, un norte, un cisne, un sueño profundo como el océano, distante como los astros, pequeño como una perla, 53
pero cuán valioso como esa lágrima que fluye dentro.
54
Atardecer El atardecer reclama una mirada, se viste de durazno, cuenta fábulas, llama al amor, se funde en la locura. El atardecer suspira una mirada, sueña con el bullicio de los niños, con la fragancia de sus manos, con la inocencia de su canto. El atardecer trasciende una mirada, despierta plegarias, latidos celestes y comunican la belleza del mundo, lo valioso del tiempo, el vivir plenamente.
(Publicado en diario de circulación local) 55
Atardecer de los Días Cuando el atardecer de los días llega, el pensamiento pregunta, fuiste cielo, abismo, espejismo, daga o flor. Y la respuesta llega volando en un susurro, cubierta de sonrisa esplendorosa, o de risa melancólica que ni la pena calla. Cuando el atardecer de los días llega, ¿quién no humedece el alma?, ¿quién no tiembla?, ¿quién permanece igual?
56
Aurora Llamemos a la aurora que sola relate, su amistad con la lluvia, con moradas desnudas, con campanas de místicos susurros, con fuego divino, con humo silvestre. Inquietémosle, hagámosle reír, corretear como niña traviesa, que no teme al verso, ni a desafiar caídas. Escuchemos sus latidos, preguntémosle al oído, ¿qué inventa para que los días sean felices?, ¿para que la nostalgia se evapore?, ¿para que el tiempo no deje huellas? Llamemos a la aurora, pues sola, es un arroyo de sabiduría, 57
un puente indescriptible de belleza, una historia sin historia, un inicio, sin final.
(Publicado en diario de circulación local)
58
Autenticidad En algún tiempo, existió una mujer poseedora innata de un brillo fantástico en sus ojos. El silencio cubria su semblante, aquel silencio que le daba un toque de humildad y realeza. Buscaba la soledad de verdes pampas, de cisnes en la noche helada, de añejas campanas resonando a la distancia. Era hija del misterio, su lenguaje era ajeno a los mortales, sabía que este mundo era un surco cristalino primitivo, intrascendente. Más una mañana, mientras el cielo cincelaba 59
matices de cereza, sus ojos se quedaron sin mirada, sus manos sin calor, su rostro sin expresiones humanas. Nadie se vistió de luto ni bañó su tumba con lágrimas, solo sus amantes que no pudieron poseer su piel, ni su mirada, delirando entre copas cantaron y brindaron su mística belleza, pues siempre estuvo libre de ataduras, sin ser molde, ni frágil doncella, guiada solamente por latidos celestes que inquietaban su fértil corazón.
60
A la Señora Pereza A la señora pereza he decidido tirarla, y ha puesto objeciones: mañana, más tarde, en el futuro, hoy descansa, mas la he mirado huraña, ella se ha extrañado, siempre me sonríe y hoy me mira raro. Y antes de abandonarla ha decidido marcharse, con recortes de ciencia, de pendientes ruborizados, con su reloj atrasado, y su prisa adelantada. Ha decidido marcharse, de reojo me mira esperando detenga su marcha, mas le he dicho con firmeza: ¡no más señora dormilona! ¡no más para mi bien, no más! Y así se ha marchado con la mirada baja, con la falda arrugada y extraña, con el cierre de la cartera abierta que invita a la lástima. 61
En su ausencia he decorado la casa e invitado a la señora alegría, y a esa señora que tanto le gusta centrarse en una sola cosa. Total, la vida es corta, y Dios tiene dones y detalles en cada persona, los míos, los tengo, los conozco, los mimo, los guardo, los muestro, los otros dones, los ajenos dones, los estiro, los devuelvo, total, la vida es corta.
62
A la Sombra de estas Rejas Basado en la lectura del libro “Un puma tras las rejas”. A la sombra de estas rejas, los años resbalan, tres, cinco, diez, entre vagar y vagar, el olvido, la psicosis perforan mis raíces. A la sombra de estas rejas, duermo de congoja, los días párpadean lineales, taciturnos, sin dejar nunca de empapar almohadas. A la sombra de estas rejas, ahondo mis instintos, adiestro mi navaja, afirmo mi coraza, aprendo a lagrimear solo sobre el alma.
63
A la sombra de estas rejas, me encajan en el mundo, inútil, marginado, sin miedo a herir a gritos, sin miedo a burlarme, del glamour mundano que acaricia los espejos.
64
A mi madre Mi madre compañera de caminos pedregosos, como agradezco que aún alumbres mi vida, pues ahora no tengo lumbre, soy luciérnaga apagada, y todo sería oscuridad si faltaras un solo día. Me he perdido tanto, recién he encontrado la ruta, es larga, tediosa, azulada, cansada, sin embargo, sigo tanteando la senda, cayendo, levantándome, sonriendo, bendiciendo. Sigo aunque no entiendo, a dónde me lleva, sigo preguntándome, ¿por qué amanece nublado? ¿por qué en la llovizna croan los sapos? ¿por qué a veces Dios esconde su risa? ¿por qué hay poca gente en esta ruta? No entiendo, sigo caminando, de tu mano, a la par o detrás, a pasos de bebé gigante Dios sabrá hasta cuándo. 65
A Ti A ti te plasmé, el día que me sentía abatida, y no encontraba salida, ni una fugaz inspiración. A ti te plasmé, el día que me disfracé de alegría, escarbando retazos de mi adolescencia tardía, congojas de amores que jamás descifré. A ti te plasmé, caminando de puntillas como un ladrón al acecho del último rayo de luna, y fue mío tu acento, sin ser mío tu amor. Y así, se nos voló el momento como una sincera cartita que algunos llaman amor, y sin despedirte te fuiste quedándote un poco en mí, como aquel roce de brisa que aunque no se lo percibe está metido en la rendija de este suave corazón. 66
Amigo Mio Tus caricias no me fermentan, no aromatizan mi esencia, por eso querido amigo, hagamos una tregua gitana seamos cómplices en la sapiencia de esta existencia mundana. Cómo me faltan aliados, en estos senderos pedestres que he recorrido en las tardes, de cerezo, durazno, cansancio, y he adorado en las noches por traer a mi memoria tanta fábula cándida, tanto susurro callado. Cómo me encantaría, competir con la mirada, ridiculizar melodramas, abrillantar momentos embriagados de campo y palabras. Tú no debes admirar mi desnudez de mujer, no, déjemola dormir quietecita, sin nostalgias.
67
Lo nuestro es más sincero, pasa sobre arrugas y canas, pasa sobre caricias pasajeras, pasa, salta sobre el mismo tiempo y pasa. Lo nuestro es más glorioso, destila lirios de pureza, porque al final, la amistad queda, cuando el amor se acaba.
68
Ángel de mi guarda A mi ángel de la guarda, agradeciendo su compañía. Ángel de mi guarda, sé mi abrigo en este desierto tan mío, pues a veces se me esconden amaneceres, atardeceres, ¿por qué?, ¿para qué? deambular en esta vida. Ángel de mi guarda, sé mi fuego, en este desierto tan mío, mira que el ángel negro me vislumbra con tiranía, muestra su fealdad mortífera, e intenta desgarrar a pedacitos el alma mía. Ángel de mi guarda, sé mi escudo en las batallas cotidianas, pues no hay piedad humana que me acoja con compasión divina. Ángel de mi guarda, sé mi espada en esta cobardía mía, dile a mi papaíto Dios 69
envíe lloviznas de alegría, e invadan mi alma abatida. Ángel de mi guarda, reliquia en mi existencia, llévale mi abrazo a Dios y estas súplicas mías.
70
Ángeles Ángeles se deslizan sobre la tierra, abandonando sus huellas sobre el pavimento frío, sobre campiñas doradas, sobre arena perfumada de soledad histórica. Ángeles se filtran en la tierra, encendiendo fuego entre cenizas, sabiendo que son formación divina, o la sabiduría de una ola en la inmensidad del mar. Ángeles transitan sobre la tierra, pocos sienten su alegría, su quietud en la tormenta, sus latidos que profesan, a un ser que nos aguarda, en un paraíso marfil de amaneceres eternos.
(Publicado en diario de circulación local) 71
A Veces A veces no solo se cansa el cuerpo, sino el alma, se me agotan las fuerzas para seguir luchando, a veces quisiera dejarme tirada, rendida a la corriente del río, ser una más de sus quietas aguas. Y algo en mí se niega y sigue negándose, es como si mi cuerpo diera pataditas de ahogada, y quisiera remover las aguas, revolucionar su potencia clara, quisiera volver a emprender, la revancha, siempre la revancha. Es como si hubiera nacido, con sed insaciable de gloria, con este insaciable deseo de que sobre mis aguas brille la luna, y en mi corriente se agiten, peces, estrellas, ballenas, con potencia, con entrega, un solo día, una vida entera. 72
Aventurero Cuántas veces lo he sentido acechando mis bosques, con esa sutil insistencia de amante perdido en las trovas, esperando rociar con sus besos el néctar prohibido, profundo hoguera de puro deseo, soñando desprender uno a uno los botones de mi vestido, hasta que rendida al impulso lo adore todo mi cuerpo. Y por una razón no entendible jamás musité una respuesta, ni di a cumplir sus deseos, y él se fue vagabundo, temblando en la noche desierta, con la fiebre de besos guardados, blasfemando a los cinco misterios, arropado de coraje insensible, ¡aventurero! coraza de orgullo, me odiarás evocando mi nombre sucumbiendo hasta el último aliento.
73
Ayer Ayer mis latidos cabalgaron perdidos en tus senderos, ayer desprendí tus labios manzanos ventilados al capricho del destino, ayer enredé en tu cielo mil estelas de delirio, ayer tu sombra de canela se pobló de versos. Ayer, ceniza, escarcha, cometa, me anunciaron al oído el invierno de lo efímero, sin embargo desparramé mi polen, extendí mis redes, soñando fugazmente eternizar tus huellas.
74
Cincuenta Años de Bendiciones A mis abuelitos. Bendición divina surgir de la pobreza, dejar la tierra amada, amar a edad temprana, florecer a fuerza, engendrar los hijos que la providencia ofrezca. Bendición divina que con faena ardua, hayamos tenido siempre, pan a raudales, aniversarios felices, mimos cálidos, travesuras diversas. Bendición divina, no hay ciencia humana que pueda explicar, 50 años de coexistencia, 50 años de dichas y penas, 50 años de bendiciones hasta que el ser supremo lo quiera.
75
Por esos dones solo queda agradecer, la mejor de las ofrendas, por mi parte, una madre ejemplar, tres tías y tíos que tanto respeto y valoro, ser la raíz de 22 primos y primas un hermano, una hermana, refugio, amor y fortaleza, un sobrino, hijo de mi corazón fuente de alegría y consuelo. Solo queda agradecer a Dios y a ustedes, por ser el árbol generoso, el tronco fuerte con siete ramas y abundantes frutos, gracias por haber fundado, querido, soñado, esta gran familia.
76
Belleza Fugaz Pálida, encorvada, temblorosa, ¿quién está pendiente de tus pasos?, ¿quién te mira con dulzura?, ¿quién se desvela junto a tu lecho? ¿quién se acuerda que fuiste primavera?, ¿quién se acuerda?. Te has quedado sola, pareces un espectro divagando por callejas, confiaste demasiado en tu belleza, olvidaste mirar flores marchitas. Te faltó conquistar corazones, promulgar virtudes, o tal vez reír, perdonar, amar. Hoy nada puede devolverte hacia el pasado, 77
ni las plegarias, ni los lamentos, la mayor parte de tu historia, está escrita, más a tu corazón aún le quedan latidos, puedes volver a sonreír, pues eres hija de la esperanza, de lo trascendente, de lo divino.
78
Besos No pierdas el privilegio de desprender besos, la malicia no se encierra en el beso sino en la forma de la entrega. Si los besos son cristalinos, regalarlos no te avergüence, aunque el tiempo los pierda en su rutina, sin entender que son perlas, jades, zafiros. Pues tus labios fresas púrpuras, se renuevan de néctar y de besos, sin acogerlos agonizan, sin haber cumplido su razón de existencia.
79
Bianca Murió cubierta de abejas blancas. Si existiera un cielo para ti tú estarías en el lugar más elevado. Mis penas se ahondan, al mirarte, inerte, vacía, fría, indiferente. Te llamo, no respondes, te has ido, dejaste tu hermoso pelaje, te llevaste el júbilo, todo. Gracias por los momentos que vivimos juntas, gracias por tus abrazos con tus patitas peludas. Gracias por amar el campo, como lo amo yo, gracias por ser mi guía en aquella tarde cereza. Sé que no fuiste humana más cuán superior en fuertes virtudes, te quise mucho, no te olvidaré, Bianca. 80
Borrachera de Amor Borrachera de amor es tu nombre, la copa bendita del último vals, la luz que se agita nocturna de prisas, el ronroneo de gatos en el tejado de atrás. Tú y yo somos un mal chiste de niños traviesos, que ponen la piedra para que tropiece el de atrás, que mastican chicle en las tardes de ocio, o inventan mil ruidos sin afán de estudiar. ¡Ah! tú y yo, frente al cupido vacilando en su flecha entre dar y no dar, y en su duda muy sabia yo me quedo mirándolo, cuerpecito moreno, vocecilla de mar, aprendiz de calvarios, 81
que en la ciencia de amores no logró aprobar. Mi frágil cupido, si supieras que exacta es tu tierna torpeza, entre dar y no dar, pues más allá del instante está el cansino infinito que quizás endurezca mi manera de “amar”. Borrachera de amor es tu nombre, y tu apellido el complemento tardío que ni en sueños quisiera de legado dejar.
82
Borracho ¿Emborrachas los días para sentirte decente?, digno de esta sociedad mediocre, ayer lo comprendí, y hoy logré retratarte con claridad de mujer, dejando atrás la ingenuidad de niña. ¿Qué me aleje de ti, que no vales la pena?, dejar atrás, ha sido la herida de mi vida, he dejado “amigos” por defectos, he dejado historias inconclusas, he dejado por miedo a rasgar mis vestiduras justo cuando el atardecer comienza y la noche muerde las entrañas. Hoy me quedaré recostada en tu vereda, bebiendo tus sedientos labios, con tu voz de melodía, hoy quiero vivir contigo la aventura más dulce, más amarga, contigo solo contigo. Hoy me emborracharé de locura, de esa locura cuerda que a veces me acompaña, solo así podré entenderte, 83
decirte estoy contigo en esta noche azulada, mañana sobrio se volverá el mundo, los colores saltarán a la vista, y bailaremos juntos al compás de tu corazón zurcido.
84
Bosque El bosque núbil misterio hondo en el que poco a poco despertaban mis sentidos al paisaje móvil, y sin pensarlo jugueteaba con el tacto adherido a los troncos, al musgo, a las hojas resecas, a ese riachuelo tierno que se escurría entre mis dedos, jugueteaba degustando lo amargo, de lo dulce, y la lengua púrpura se hacía pequeña, se alargaba en señal de infantil protesta. Jugueteaba a alcanzar los fulgores del cielo, a querer atrapar las orquídeas místicas que reposaban entre las sombras, y sin lograr lo imposible se contentaban mis ojos con enfilar hormigas, cambiarles el rumbo para medir su constancia, jugueteaba con mi oído para sentir las distancias 85
de los grillos, el croar después de la lluvia, el zumbido de ramajes, o los trinares azules sobre copos. Jugueteaba a olfatear el mundo e inhalaba en él tréboles, eucaliptos, musgos, porque la tarde se iba y con ella toda mi inspiración de niña, todo lo que quería olvidar y recuerdo por ese bosque, por ese cielo, por ese aroma de los ceibos. Por ese mágico momento en el que al final jugueteaba con el alma, la tocaba, la olfateaba y hasta de refilón podía mirarla, y la sentía más mía, mas impregnada de una plegaria que emergía siendo luz de mi luna era aquella plegaria pura nunca olvidada.
86
Cada Madrugada Cada madrugada, en los meses grisáceos, quisiera sentir en mis entrañas, la ebullición de mis venas, la tibiez de la llanura, el barniz de los ramajes, el oleaje de los vientos, la ternura de los trinos, la caída de zafiros sobre el lago. Cada madrugada, en los meses grisáceos, quisiera abotonar tu belleza, tejer en tu alma un poema expresando con locura, mi amor, mi delirio, sin temor al justo juicio que tú, abogado de la vida, has de sentenciar en mis latidos.
87
Calculo mis Dones Calculo mis dones pareciéndome tan pequeños, es como si Tú los envolvieras en tu impenetrable misterio, y yo solo tuviera migajas, viviendo siempre ávida de recoger los manjares, frutos desbordados en tus azules viñedos, sin que nadie se atreva a tocarlos o recogerlos. Calculo mis dones sabiendo que no deseo riqueza, belleza o desvelo, solamente ese don de poesía que en la soledad de la tarde se nutre de tibios fulgores, de esa paz que aniquila, el tormento urbano, cansino, ese don que al nombrarlo de albor se agita mi verso. Señor calculo mis dones pareciéndome tan pequeños, inferiores a ese don místico, que recorre el mundo en un verso, desnudando germen de palabras 88
cuando reina la cruel injusticia, el “amor” por la ruin anarquía, y si al final lo destierran morirá escribiendo poesía dejando un rosal de verdad, sobre cosas que hoy se celebran.
89
Campesino Lojano El sol inflama tu frente, el sudor empaña tus ojos, en la soledad del campo, siembras pan, sociego, que servirán de alimento a tus numerosos hijos. El dinero no alcanza, ni la fuerza te acompaña, no temas, contempla el cielo adornado de misterios, siente el aire ligero, danzando, envolviéndote. La tierra es digna de ti, tú eres digno de la tierra, la tierra es tu hermana, tú eres hermano de la tierra. Deja atrás los rencores, campesino de mi amada Loja, la verdadera justicia viene de Dios y Él no te olvida.
90
Los dolores con el tiempo, se convertirán en girasoles, perfumarán tu huerto, traerán maná de cariño a tu humilde morada.
91
Canela Florida Vestida de canela, leche, miel, azucenas, conservas tu inocencia, engalanas todo de risas, perseveras en la ciencia con inteligencia, valentía. Cuán afortunada eres al disfrutar de tímidas plegarias, ofrecidas a ese ser insondable, que en silencio va transformando, tu mundo de grises caracoles, en retazos de amapolas, que vislumbran perfilados senderos hacia la anhelada gloria. ¿Cómo quisiera contarte inspirada ante el baúl de mis memorias?, la importancia de escuchar el latido de los años, contemplar con calidez de poetisa cada rincón del nido 92
que con tanta ternura te arrulla. Pues mañana, si el destino te aleja mostrándote rumbos albinos, traerá a tu mente exquisitos aromas que emanarán victoriosos en tu madura memoria.
(Publicado en diario de circulación local)
93
Cansancio Tengo un cansancio infinito en el alma, hastío de ti, de mí, de estas nubes empapadas de azufre, de tabaco, del trajinar del tiempo entre morir, trascender, renacer, del resonar de cuerpos amorfos, del enraizado machismo que vierte semen sin ternura. Tengo un cansancio infinito en el alma, hastío de ti, de mí, del fuego gris en la mirada, de labios heridos que pregonan su desdicha, de esos gestos mundanos que dan mimos en el día y en la noche se revuelcan entre vómitos de envidia. Tengo un cansancio infinito en el alma, de dormir con sueños rotos y amanecer con el anhelo de restaurarlo todo, de debatirme cotidianamente con el llanto de los niños, 94
con el caos del abuso, mientras se susurra: “Padre nuestro que estás en silencio, rompe tu silencio, revoluciona nuestro cielo gris”
95
Capilla Amada Refugio santo, luminaria divina, punto inicial donde empieza la plegaria pura y termina la flaqueza humana. ¡Cuán abandonada te he dejado!, me recuerdas a mis épocas de gloria, cuando con voz infantil de rodillas musitaba gloriosas plegarias. Por mi abandono capilla amada, no anhelo tu perdón, ni el perdón de los hombres que con esmero te edificaron, rebusco perdón divino, perdón profundo, amor de Dios.
96
Cariños El pez de escamas rojizas, balancea en el río de frescas espumas, despierta memorias, rizos plateados, canela profunda. La tibieza de la amatista, chispea memorias, latido purpúreo, fermento constante de formas amorfas, de senos azules, de piel siempre nácar. La soledad de la casa cuajada de grillos, enturbia memorias, risa sonora deseosa de causas, destino que flota entre hojas caídas, pequeño marino que olvida las olas. El pez, la amatista, la soledad de la casa, 97
recuerdos… ausentes, evaporan el peso de días sin beso, acortan senderos carentes de tregua, reviven cariños que no volverán.
(Publicado en diario de circulación local)
98
Cisne blanco Entre la nostalgia de la noche apareces, evocando al viento, todas las dudas, todas las mieles, reflejando la belleza nívea de mil abriles. Criatura bella de verdes lagos, todos te admiran, nadie te entiende, te deslizas suavemente, entre la sensatez y la locura. Ojalá pudiera extender tus alas, abrazar tu largo cuello, tu lazo blanco y esbelto, más por tu esquiva estructura se torna imposible, me conformo con saber que tu pupila guarda los mismos encantos, los mismos misterios que la mía. 99
Colegio de mi Adolescencia La esperanza baña tus verdes paredes, la pureza perfuma tu aire, el vestido café identifica a tus pupilas, que mañana se irán buscando fronteras nuevas. La campana, los jazmines, el altar, las oraciones, serán parte de mi recuerdo, el bullicio agudo de infantes alegres, que anuncian el descanso, los consejos, la lección, me quedo absorta ante tantos recuerdos, cuántas risas, cuántos desengaños, cuántos ideales de locura mística. ¿Y si piensas colegio mío, que de ti me olvidaré?, te diré que primero olvidaría mi fantasiosa vida, pues no es fácil borrar el placer de recorrer tus pasillos, la tranquilidad de reflexionar entre rincones, entre escaleras. 100
Colegio mío, recuérdame, un adiós indefinido no habita en mi memoria.
101
¿Cómo es Ella? ¿Cómo es ella?, mariposa ámbar que deambula por jardines, o noche ausente de grillos y luciérnagas. ¿Cómo es ella?, hoguera ardiente que quema tus entrañas, o gris ceniza que nada te despierta. ¿Cómo es ella?, tierra fértil donde siembras esperanzas, o tierra árida de besos y caricias. ¿Cómo es ella? rosa, azucena, violeta, o simplemente manjar que exhibes entre amigos. Dime lo que debas decirme, luego me iré, siempre lo hago, me iré a borrar huellas, a revestirme de canto, a renacer una vez más. 102
Contigo Amor Contigo amor cotidiano, podré descansar tranquila, llenarme de luciérnagas, decir te quiero cantando y alumbrar diez mil primaveras. Contigo podré vestirme de rubor, peinarme las tristezas, trenzar mi vida entera, dormitar en tu regazo, decirte al oído si vida mía y decirte con amor espera. Contigo podré entallarme en tu rosal, adornarme de camelias, decir un te quiero cotidiano sin sobresaltos lastimeros. Contigo podré al fin decir soy mujer, soy amada, y desde siempre bendecida.
103
Crisis Las crisis del peso en un peso, las crisis del beso en el cuerpo, las crisis de la salud pública y privada, las crisis de ver resquebrajarse el cielo. Crisis palidecen, enronquecen, zambullen, sacuden, enervan, dan golpes, patadas, hacen mostrar tu mejilla sana, tu herida escondida, tu luz profana. Crisis te despiertan con la luz en la cara, retumbando voces y el gotear de lágrimas, te despiertan a latigazos con los pecados del alma. Te despiertan y en ti emerge el Juan sin miedo, con impotencia, con sinsabores 104
en su paladar y garganta. Te despierta, y te pone la piel azulada, el pensamiento nubio, te da unas ganas de manicomio, de gritar burradas, de cantar destemplado y arrancar las ganas. Te despierta inundada de atardeceres insatisfechos, de deseos de luz cotidiana. Te convierte en el mejor sello de ti mismo, en el amigable espejo de una paz sagrada, rasga cortinas, rompe ventanas, te palpas humano, con la radiografía de huesos, el corazón palpitante más allá de la coraza. Te convierte, eres más consciente de tu débil masa, de quién puede en polvo transformar lo que el tiempo extraña.
105
Cristabel La noche está agitada, a lo lejos la bruma, a lo lejos el frío, a lo lejos murmullos de chiquillos traviesos, a lo lejos suspiros, suspiros lejanos como mi corazón. La noche está dormida, y brinca de pronto y despierta empapada de dulce rubor, no cuenta su sueño, pues quiere tenerlo en su dulce ilusión. La noche está coqueta, y pone mil nombres a cosas pequeñas, se divierte buscando sonajas benditas de chispeante canción. Algo sueña, un sonido, un arrullo, un cris, un ta, un bel bel, un cris… ta…bel… sonoro e infinito, de luna cereza, de cereza luna. 106
Fotografía: María del Cisne y Alex Jamil Suárez Enríquez
Tarde Verdosa Desde tus ojos mediré mis distancias, desde tus ojos mediré mis estrellas, cabalgando por la hierba…
107
108
Canto de Alabanza Que mi vida sea un coro entrecortado entre júbilo y nostalgia, con sus notas altas y bajas, que vibre en do de amor, en re de risas, en mi de misterios, en fa de familia, en sol de soledad compartida, que vibre un remix de celeste humildad. Que mi vida sea una copla de alabanza para ti mi Salvador, que las calles se engalanen, la tarde tirite, tiemble, empapada de ecos durazneros esperando la dulce oración. Que se escuchen violines, saxofones, castañuelas, acordeones, notas altas, danzarinas, inmortales, fugitivas, alabanza de mi voz, poesía de tu nombre, que solo en ti se inundan.
109
Confesionario Quisiera llegar a ti, como quién confiesa sus culpas y de rodillas ir relatando mi abecedario de amores, las letanías de rencores, y ese rosario de sinsabores que ha amargado mis años. Quisiera llegar a ti, persignándome mis culpas, pensando en el padre nuestro, recitando ave marías, encomendándome al ángel que ha de librarme de tu ira, de tu silencioso aguijón con mil preguntas. Quisiera llegar a ti, blanquecina, discreta, y verter lentamente en ti mi perfume de mustio llanto, mis quebrantos de niña, nada he de ocultarte bajo tu cielo de luna. Quisiera ser la Magdalena, que va lavando sus llagas, por dentro, por fuera, 110
sin miedo a mirar al gentío que juzgan, olvidan y se alejan. Y sintiendo tu perdón recobrarte en alegrías, recorrer juntos la senda, de los días que nos quedan, de las glorias que aún no llegan y los hijos que nos esperan en el umbral de tu puerta.
(Publicado en diario de circulación local)
111
Confianza en la Naturaleza Humana No deberías confiar en la nobleza humana Sofía me decía, el hombre es lobo del mismo hombre, y si te descuidas destrozaría tus entrañas. Sin embargo confiaba, como un corderito que se distrae en las pampas, confiaba como un chiquillo que juega en mitad de la calle, confiaba como la prometida que deja libre a su amante, confiaba en la nobleza humana. Hasta que desplumaron mis sueños, urgaron mis secretos, destrozaron mis palabras, crucificaron mi cuerpo. Entonces dejé de confiar en la nobleza humana, dejé de sonreír, mis palabras han sido calculadas, mis movimientos medidos, 112
mis latidos congelados, mi corazón empedrado, mis artes escondidas. Y me he guardado en la cueva huraña que el sabio Platón describía, he sido más infeliz, un poquito menos sabia, pero he aprendido la lección: “El hombre es tirano del hombre” y tu una linda corderita que recién ha salido a pasear sus encantos. Sin embargo un día he visto hombres sonreír, socorrer al desvalido, divinizar el alfabeto, mirar con ternura a un niño, dar la vida por un hermano, y algo ha crecido en mí, como una llamarada blanca, y me ha hecho confiar nuevamente, en la nobleza humana. Y por casualidad por simple ingrata casualidad, encontré otra filosofía: “El hombre es sagrado para el hombre”, y he vuelto a sonreír, me ha dado por confiar, y me he vuelto un poquito, un poquito más humana. 113
Contemplación Desde un manto de zafiro dos luciérnagas palpitan, me perciben taciturna, silenciosa como almendra, con mi húmeda estructura ante la docilidad de la hierba, en sendas serpenteadas revestidas de cadenas. Desde un girasol caído un enjambre perfumado sonríe, me revela, atrapando telarañas en ocasos de camelias, intentando devolver al capullo, mariposas que aletean en mañanas de domingo. Desde un río adormecido por retazos de inocencia, piedras jabonosas sin pupila me contemplan, cuajada de latidos, desconociendo jazmines, que quedaron sepultados en aquella tumba de niebla.
114
Contemplémonos Contemplémonos, sin la inquietud latente de la duda, sin que el universo disipe sus matices, sin que la vida acalle sus delirios. Contemplémonos, restaurando nuestra esencia, sabiendo que el puente de la vida no siempre guarda espacio para dos. Contemplémonos, con claveles, lirios, girasoles, que nos acompañarán de regreso, a la tierra húmeda donde los sueños recogen sus alas.
(Publicado en diario de circulación local)
115
¿Con quién podré Entenderme? ¿Con quién podré entenderme? sin que mis ojos se nublen, sin que mis manos tiemblen, sin que mi rostro se opaque, o se inunde de delirios. ¿Con quién podré entenderme? sin entrar en confusión sintiéndome perfecta, desafiante, frágil, y haciendo sentir al otro como amante lejano, perdido, taciturno. ¿Con quién podré entenderme? pregunto, con insistencia al cielo, y viene a mí una clara inspiración, engalanada de versos, cuadros con niños sonriendo, ángeles en decadencia, puentes con olor a canela, sendas de mieles y hierbas. 116
Cuando una Mujer Cuando una mujer adquiere sabor a primavera, su alma florece con el roce dulce de azucenas, y aprende con natural decoro la conquista temprana del idilio, desgastando los consejos de la abuela, dejando el dramático pasado de amores mutilados entre sábanas y prisas prematuras. Y cuando encuentre al amor vagando entre sombras prohibidas, cubrirá su semblante de risas, dejará que sus ojos se sonrojen cumpliendo bien o mal la cortesía de mostrar sus emociones, dejará que su piel se le atolondre temblando hasta morir ante su aroma, o cómo tantas fingirá indiferencia, revistiendo su cuerpo de impaciencia, y su voz de pesadumbre. Más si al final sucumbe ante derrotas matizará su palidez con maquillaje, le pondrá altivez a sus tacones, o empezará a detonar el tiempo 117
con la ciencia vana del despecho, o tal vez se consuele con los versos que la estancia sin amor le va dictando, ansiando en sueños la locura de incinerar uno solo de sus besos.
118
Cuando tú meEscuchas Cuando tú me escuchas, como querubín celeste que ha venido a mi vida, a engrandecer mi alegría, me vuelvo a inventar. Cuando tú me escuchas, acompasas mi feminidad, refuerzas mis raíces, rebasas mis desdichas, y humedeces mi playa, sin parar. Cuando tú me escuchas soy gacela rosácea, que al internarse en tus ojos se niega a dejarte escapar. Cuando tú me escuchas recobro mi redondez de hembra emancipada, reafirmo mis fronteras, se alborotan mis latidos, y creo un poco más en la agraciada humanidad.
119
Cuestión de Piel Me agrada la piel papiro, la piel leche, la piel nata, la piel nácar, la piel virgen, la piel sin manchas. Me gusta la piel sonrojada, que transparenta lunares, evidencia espinillas, ante el frío se vuelve azul, y en el sol, trigo libre. Puedo mentir pero en el fondo soy prejuiciosa, más de lo pensado, más de lo admitido, más de lo expresado, más allá de las máscaras. El gentío se ofendería dicha esta verdad a voces, tendría el repudio altivo, un exilio no pedido, la gente marcharía en contra mía, 120
me haría saber sin tapujo que desde hace cien años mi pensamiento quedó abolido. Y no sé qué decir ante tanta crítica injusta, solo sé que en mi vida han desfilado amores con morenas características, y he pensado en su piel y en un hijo, y no he querido, no he podido amar dejar que mi piel se mezcle, y en mi niño se evidencie manchitas morenas, tibias. Es cierto me he negado a mirar los matices de la piel, el corazón melocotón exquisito que he deseado devorar con ansias.
121
Cuerpo Desnudo Cuerpo desnudo, primavera marchita, ¿quién contempla tu inocencia? ¿quién escucha tu universo de caracoles, girasoles, arena? ¿quién traduce tu vocabulario primitivo, tu sarcasmo, tu ironía?. Cuerpo desnudo alma marcesible, ¿quién es capaz de mostrarte campiñas celestes navegando anónimas por la vida?, y son rocío de gracia, esperanza, belleza. Cuerpo desnudo, otoño presente, tu morada no está en el abismo, ni en las sombras que se deslizan en tu lecho. 122
Tu destino está en la gloria, en la paz, en la victoria, Dios puede baldear tus heridas, devolverte la alegría de saberte querida más allá de besos y caricias.
(Publicado en diario de circulación local)
123
Chow Chow Una forma de extrañarte es recordando tu mirada de líquida respuesta, tu lengua de uva dulce, tus algodonados roces, tu cola blanca, peluda, saludando en despedida. Una forma de amarte es recordando, tus ladridos de león doméstico, tus volcánicos caprichos, tu caminar ligero de silvestre cervatillo, tus alborotos en la hierba, tus románticos desvelos junto a mi puerta. Una forma de eternizarte es recordando, tu saludo lanudo y sincero, tu compañía discreta en buenos y malos tiempos, tu sabiduría canina de vivir el momento, tus lágrimas de mocho fiel sensible a la tarde que espera.
124
Una forma de reencontrarnos será recordando que te amo, aunque no encuentre la manera de traducir mi cariño a lenguaje chauchiano, aunque nunca logre traducir tus roces de felpa canina, tu adiós suspendido, tu fidelidad perpetua.
125
Decir Adiós Decir adiós es quedarse con el duelo de no verlo nunca y verlo siempre, es lanzar un beso extender la mano y soltarlo lento. Decir adiós es soltar el ancla, ver partir la barca con resignación de marinero. Es morirse un poco cada día, donar tus cosas a extraños, quemar tu morada adorada, cambiar de pronto tu traje, seguir el rumbo del alma, tarareando una canción indescifrable, que te llevará lejos, muy lejos. Donde el blanco no tiene color, donde el negro carezca de fuerza, donde el fuego abraza tu alma, donde la esperanza fecunda tus sueños.
126
Deja de Mentir Deja de mentir caramba amor, deja de mentir si sabes que nos queremos. Dame un beso y serenémonos, este regalo de amor nos lo dio Dios y podemos tenerlo contento. Deja de mentir, abrázame con fuego, mira te he extrañado tanto desde la tierra hasta el ancho cielo. Deja de mentir y dame el hijo que deseo, mira el tiempo pasa, y pronto seremos viejos. La casa nos espera esta vida nos reclama, y no sabes, no sabes como nos sueñan los nietos.
127
Desafío Aunque alfileres salinos nublen mis pupilas, soñaré en trascender los ocasos del poeta, en contemplar en la ladera el regreso del profeta, en seguir ondeando huellas que un Jesús moreno plasmó sobre las aguas. Aunque mi rostro nácar se tueste con la brisa, perdiendo entre cenizas sus fresas de verano, soñaré con el cisne que ve surgir su esencia entre cristales de laguna que mecen su reflejo, o con el néctar dulzón de adiós y siempre besando sus senderos. Aunque mi todo se sostenga en amores de gacela, en hojas sin su savia, en peces sin estelas, soñaré, dejaré que mis versos se fundan con el viento, 128
se mezclen con las cosas que dan sentido al tiempo.
(Publicado en diario de circulación local)
129
Deseos Deseo habitar en un pueblo lejano, inhalando aromas fecundos, y la tarde dore dichosa duraznos envestidos de viento, trinos vibrando en los lagos. Deseo caminar obviando mis huellas, por senderos pedestres callados, deshojando tréboles blancos, tarareando versos lunáticos, sobre campos florales de mayo. Deseo acoger a mi aliada la amnesia, desechando el veneno pasado, acallando el otoño futuro, trastocar los instantes presentes, sentir tu sonrisa cascabel a mi lado.
(Publicado en diario de circulación local)
130
Desde Siempre Habitas en mis ensueños siendo trovador auténtico, amante del elegante verso, de la tertulia amena, que en cada crepúsculo recorres las orillas, besando con tus huellas piedrecillas, hierbabuena, o atrapando caracoles con dulzura o con tristeza. En mis ensueños, tu cuerpo es una sombra que divaga temblorosa en mis bosques inconscientes, sin dejar vislumbrar tu naciente claridad, o talvez algún secreto que desnude tus adentros, y me quiera conquistar. Mas la tintura amarga de mis cortos años, poco te olvida, menos te espera, y una ligera soledad emerge que no se aleja con terapias, ni con freudianos mecanismos de meditar y sublimar, 131
y este inmenso deseo de ti se camufla, muere, retoña, para no perderse jamás.
132
Desnudo misPies Desnudo mis pies sobre arena húmeda, mis latidos carnales agitan su tibieza, briznas azules envuelven mis ideas, mis sentidos desfloran paisajes musicales. Desnudo mis pies sobre sendas pedestres, mis latidos empolvan vientos mañaneros, tornasoles de iris enredan mis ideas, mis sentidos afloran atardeceres extintos. Desnudo mis pies sobre espumosas laderas, cristalinas esencias barnizan mis latidos, mis ideas surgen sin briznas azules, mis sentidos vibran ante rastros eternos. 133
Destino Ayer te busqué debajo de la miel, de los musgos, visité cada recodo de mi tierra, crucé blancos puentes de olor a rosales, a hierba, más tus ojos no sondearon mi horizonte. Te fuiste, el corazón lo presentía, se preguntaba a cada instante, ¿qué humano viven dos siglos?, ¿qué amor no se extingue en la rutina?, ¿qué eternidad puede existir entre dos mortales?. Te fuiste, el corazón lo presentía, hoy se humedece en cada aurora, se estremece, se dilata, pues creyó ciegamente, en la luciérnaga, en el polvo, en el débil barro.
(Publicado en diario de circulación local) 134
Destino de mi Destino Lo comprendo y no acepto mi destino. Mi destino se pierde en lo sencillo, goza del tibio roce de las cosas, de los sonidos que se posan, en la vida, la oración. Lo siento como fuego que me abraza y no acepto mi destino, que no se halla en la academia sino en la ciencia del amor, sin autores consagrados, ni discursos soslayados, ni el agravio de los dogmas que se visten de verdades, sin derecho a objeción. Destino de mi destino, consuelo que siempre colma las guaridas de mi ser, amor que llegas lento y lentamente te marchas sin consumar mi vocación. Destino, 135
como vivirte en estos tiempos con los sueños de bandera, sin dinero en la cartera, con los versos de tarea, sin seguro, sin retorno, en este mundo sin amor. Cómo vivirte poesía, ¿es que acaso se vive del amor? en mi quijotesca visión, afirmaría la respuesta, formaría mil respuestas, mil preguntas abiertas, sin razón, ni convicción.
136
De todos mis Amores De todos mis amores fuiste el único en depositar verdes palpitaciones aquí en mi pecho, aunque he querido esparcir mis hojarascas entre el ciénago más denso, nunca me ha faltado leve brisa o primavera que me lleve a otra orilla, o el arrullo de un enviado que aliviane mi jornada. De todos mis amores fuiste el único en depositar blancas inspiraciones aquí en mi pecho, y arrepentida confieso que vislumbrando pasar a mis volubles “amores” retoña en mi un hastío, pues comprendo que contigo galaxias infinitas envolvieron mi quietud, y hoy solo humedezco el afligido destellar de luciérnagas fugaces. 137
Diálogo con un Muerto De visita a un anfiteatro. Estoy cansada de vivir, yo cansado de morir. ¿Qué extrañas?, las caminatas al agro, calentarme en el Sol, sentir mi corazón latir. ¿Qué aborreces?, el silencio… Puedo preguntarte algo: ¿Cómo es allá? Allá no existe la dimensión del tiempo, dividido en años, meses, días, horas, minutos, segundos, todo es nada, nada es todo, la vida es un regalo, deberías saberlo. Mientras estás viva, eres lo que eres y haces lo que haces, 138
porque tu libertad no conoce límites, aquí, todo es distinto, lo comprenderás algún día. Sí, a lo mejor cuando los años pasen, y mis cabellos se vistan de nieve, y mi piel de arrugada tristeza, o talvez cuando este como tú. ¿Cómo estoy?, frío, tu piel se ha vuelto azulada, tus ojos muestran vacío, ¿y tú cómo estas? ahora, sí, ahora, estoy mirándote, llevo un mandil con mi nombre, y unas notas en mi mano, lástima no puedo verte, pero podemos hablar con palabras delgaditas, manantiales del silencio.
139
Diciembre Amo el calor de los diciembres, sensibles al recuerdo del ausente, al que gime tendido en las alcobas, al que evade su existencia con las drogas, al longevo perdido en los crepúsculos, a los infantiles rostros que aniquilan el hambre inhalando cemento en las aceras, o imaginando caricias en sus manos huérfanas. Amo el regocijo de diciembre, sensible al afecto del ambiente, al obsequio luminosa en la mirada, al sentido que se encuentra en la sonrisa, al amor que rebasa los rincones, amando lo que el mundo juzga vano, sin entender que Cristo nació por aquellos que hoy entre lágrimas lo añoran. 140
Dieciséis Rosas En memoria de una colegial suicida. Dieciséis años vestida de novia, quién te espera en el altar, ¿acaso la muerte?, Dios perdone tu falta. Dieciséis años, enterrados bajo tierra, tras una afligida agonía, murmurando plegarias, derramando lágrimas. Azucenas, dalias blancas, adornan tu lápida fría, ¿podrán devolverte la vida?, lo dudo, el pasado no regresa. Dieciséis años, dejaste tu diario inconcluso, los dolores no son excusa, hay tantos que sufren, mas atraviesan puentes, murallas, limpian sus lágrimas, y triunfan. 141
Dieciséis años, jazmines marchitos, si alguien te hubiera recordado tu valía, no hubieras decidido tan funesto final.
(Publicado en diario de circulación local)
142
Diez Lunas Diez lunas como los mandamientos. Diez lunas para la mujer fantasma, mezcla de fantasía y realidad, que ha perdido su libertad, su único amor, su dicha plena. Diez lunas, como los mandatos que el genio divino envió a Moisés para librarnos del abismo, de la condena eterna. Diez lunas, súplica deslizándose cada noche, entre gritos y lamentos pues una no le basta, no le bastará jamás.
143
Diferencias Eres un universo distinto, muy diferente al mío. Tú bebes café en las tardes, yo limonada y toronja, tú amas la biósfera mayúscula, yo amo la biósfera minúscula. Tú eres un gorrión libre, yo una dichosa paloma, a mí me gusta la laboriosidad de los días fértiles, a ti el descanso de días tranquilos. Somos tan diferentes que necesitamos vernos largamente, para creer que estamos juntos, que somos pareja, que somos felices, que en algún cuento chino de esta realidad lojana, viviremos felices. Qué más decirte, amo tus verdes ideas, tus plantas fugitivas, y espero que tú ames, mis formas, mis lunáticas ideas, y mi deseo de ser libre. 144
Dios de Mar Dios de mar, despacio te agitas llenando de estrellas marinas esta playa infinita, cómo se mecen las olas con tu espumosa sonrisa, cómo te amo y te temo en esta tarde infinita, lléname esta ternura que no tiene nombre, este desposo de amor que a veces no entiendo. Transforma esta esencia marchita, con nuevos aromas, aromas de lilia, cielo, sal, mar, viento, quién soy para negarte mi barro, negarme a tu fuego, de amor inmortal. Dios de mar, profundo e insondable, donde las gaviotas besan las aguas marinas, donde el divino misterio se camufla 145
con cotidiano movimiento, ven y transfórmame, logra lo que mis propias fuerzas jamás podrían, renunciar al deleite de la piel y lo mundano, al amor que viene y va, como puñal de desengaños. Dios te pido, como la vez primera, me lleves de tu mano, a vivir la aventura de la vida plena, donde el atardecer jamás pierde sus tonalidades bellas, pinceladas de amor naranja, de amor cereza. Y la música de tu mar, jamás ensordezca mi oído, y siempre haya mil perros vagabundos mojando sus patas sobre las olas.
146
Dios se toma su Tiempo El reloj de Dios es eterno. Dios se toma su tiempo para cumplir los ensueños, el abeto tarda para ser pino, el árbolito tarda para ser bonsái, el niño tarda para ser hombre, la niña tarda para ser mujer, la pareja humana tarda para enamorarse, la voluntad humana tarda para seguir a Dios. Mientras tanto los ojos de Dios, vigilan, madrugan, se desvelan, atenazan sus ternuras, esperan la resurrección, la conversión, el milagro, el milagro del amor fecundo, la redención. Dios se toma su tiempo, para madurar sentimientos, para que dejemos las niñerías y extendamos las alas, Dios se toma su tiempo, para nivear lo turbio, aclarar lo confuso, y es que acaso no comprendes, el reloj de Dios es eterno. 147
Dios te Bendiga Dios te bendiga en el silencio de esta noche inquieta, entre las estrellas luminosas que nos cobijan, entre el herbaje fresca que nos envidia, entre los besos tibios que nos abrigan, entre el milagro de tu cuerpo extendido y mi cuerpo florecido, Dios te bendiga amor, Dios te bendiga. Dios bendiga tu brazo protector, mi talle protegido, tus manos tercas que se enzarzan en las mías, tus pasos firmes que acompasan con los míos, Dios te bendiga entre mi vida gloriosa y tu muerte vencida, Dios te bendiga. 148
Dios te bendiga, por tener barba y cautela, porque en ti, me siento mujer, hueso y savia, mujer desbordada, desbordada ante ti, desbordada.
149
Divino niño Jesús Amo tu santidad pequeñita, tu traje de forastero, la tierna rosa en tus mejillas, tus ojitos de archipiélago, tus risas de infante travieso, tus piececitos descalzos, tus bracitos extendidos para abrazar el cielo. Amo tu misa de los miércoles, tu abecedario de versos, tu oración sencillita, tu caminito celeste, tu brillo chispeante, tu chocolate caliente, tu pan humeante, tus homilías de Dios pequeño. Amo tu amor por el Padre Eterno, tus gozos por la vida, el misterio del momento como balbuceas ave marías a tu madre, mi Dios pequeño. Amo tus juegos florales, tus pasitos en los templos, tus saltitos de niño travieso, 150
esa lluvizna de regalos que destilas con el viento. Amo tu alegría infantil, y sobre todo amo que me ames, mi Dios pequeño.
151
Doce meses en la Eternidad ¡Cómo serán doce meses para la eternidad! Quizá un paisaje de naranjos cubriendo todo de almíbar, la suave melodía de románticos violines, un corcel junto a la lluvia, un retazo de poesías, la algarabía de ángeles, trepando ceibos, laderas, o quizás el enredo místico de rosales, guirnaldas y hierbas. ¡Cómo serán doce meses para la eternidad!, y me siento dichosa por ti, porque sé que al fin conociste el oceánico amor de tu padre, porque sé que al fin decidiste poseer los luceros de un niño, reaprender de tu infancia, tirar por la borda las penas, llenar de amnesia tú alma, sin ser más, sin ser más.
152
Cómo serán doce meses para la eternidad, te confieso ha sido difícil aceptar los ciclos del tiempo, sintiendo tu recuerdo en cada tierno firmamento, mas admito que tu ausencia con lágrimas me ha enseñado la urgencia del verbo amar, porque de forma inexplicable vivir es el comienzo de mil pequeños adioses.
(Publicado en diario de circulación local)
153
Dolores A los ancianos que sienten dolores. Te duele la presencia de días grises, la lentitud marchita de los días, la plegaria frágil no sentida, ni asumida. Te duele tus pasos lentos, la facilidad con que olvidas pequeñas cosas, o tu mirada borrosa ante rostros, ante encantos. Te duele el diálogo cotidiano, que se escapa a tu oído, los gestos que confundiste con cariño, y los cariños que carecían de gestos. Te duele, el tiempo perdido, el puente no cruzado, el amor no entregado, la vida no exprimida. 154
Te duele tanto, siento tu dolor, ten calma, tus latidos aún no cesan, el universo requiere comprender que el ciclo de la vida no es estático, y que el firmamento final puede ser simplemente el inicio.
155
Dolor y Poesía Cuando se funde dolor y poesía, el paisaje tiembla, se derrama acanelado en tardes pedregosas, titulan noches fragantes sobre estructuras flageladas. Cuando se funde dolor y poesía, enmudece la tarde, sordos pasan los días, mientras piedrecillas grises golpean ventanas, y las calles barren con llovizna sonora su despecho salado. Cuando se funde dolor y poesía, briznas de guitarra blanquean en el viento, su cielo de infancia, sus recuerdos angostos que parpadean a la sombra de un borracho vagabundo.
156
Domingo En memoria de mi primo Diego Fernando Suárez Jaramillo Sobre tu lápida desciende ligera la humedad de los meses, musgos, helechos lloviznas, anémonas, ¡qué silencios más hondos envuelven a los muertos!, cruces níveas, cielo raso, aves sin lenguaje, versos de cereza. Sobre tu lápida tu nombre Diego sabe a rosas de campo; si supieras con certeza ¡qué rumores más hondos envuelven a los “vivos”!, una hambruna, un tsunami, soledades disfrazadas, quietudes, tan inquietas. Si lo supieras, sonreiríamos juntos con una ironía infinitamente triste y desgastada. 157
Dónde escondes tu Mirada ¡Dónde escondes tu mirada! pequeño ángel sin alas, tú que llevas jazmines marchitos en tus manos de seda, tú que contemplas noches eternas, amaneceres fugaces. ¡Dónde escondes tu mirada! pequeño mar de inocencia, tú que escuchas palabras hostiles, plegarias que se enlutan, que se apagan. ¡Dónde escondes tu mirada! pedazo de cielo terrestre, deseo jugar contigo acorralando al viento, perfilando lunas, descubriendo grillos azules en praderas descalzas.
158
¡Dónde escondes tu mirada! la belleza de la vida aún no se extingue, tu historia gris puede poseer caricias celestes, sueños, risas.
(Publicado en diario de circulación local)
159
Doustin Amo tu congoja almidonada, tus pupilas almendradas, tu lengua de mora fresca, tu pelaje crepuscular, tus formas de león doméstico, tus movimientos bruscos, tu latido acompasado, tus gruñidos incomprensibles, tus siestas prolongadas, tus ronquidos nocturnos, o tus cariñosos desvelos junto a mi puerta. Amo tus recreos constantes, tus juegos que cincelan círculos, tus saltos de cervatillo, tus alborotos en la hierba, tu forma tan elegante de bajar las escaleras, tu necedad de imponer el ritmo, tus fugas inesperadas, tu modo lunático de donarme la dicha de acompañarme siempre donde te lleven mis pasos. 160
Elige Me quieres pelona y arreglada, tal como la ciencia inútil de mujeres desocupadas. No, amor, lo mío es la elegancia simple, la conversación profunda, la sofisticación tiene sus ocasiones, hoy no es una de ellas. Si quieres acéptame o déjame, a mi edad estoy preparada para perder y seguir ganando.
161
El Ave Un ave ha dejado de ser ave, se ha olvidado de volar, quién podrá ayudarla, quién podrá. Se ha hundido en la tristeza, sus ojos guardan lágrimas, quién hurtó su alegría, quién fue, quién fue. El ave, no se balancea, no trina, no sueña, pobre ave, qué ocurrió, qué ocurrió. Solo el silencio la acompaña, sus patitas están violáceas, su plumaje gris descuidado, solo Dios conoce qué le sucedió al ave. Su tristeza se iguala a la de un ser humano, que ha sido borrado por quienes él ha amado.
162
El eseo y la Tarde El deseo de escribir siempre. La tarde traviesa, florida, descalza, se va a descansar, con su cobija de estrellas y sus ganas de trovar. La tarde naranja, afina muy despacio, rimando y ensayando, riendo, tropezando palabras sin piedad, vocablos de los cielos difícil de tocar. Y yo la sigo lento tratando de entenderla, tratando de sentirla, despacio sin hablar, y la tarde se me ríe, me mira desde adentro, mi barro, mi destino, y busca consolarme enviándome una estrella, estrella que se fuga en el cielo sin mirar. 163
Y antes que se marche me hurto su destello, e incrusto un deseo que vibra en mi interior, deseo que se torna bendita realidad, deseo que con ansias lo anhelo perpetuar.
164
El Dolor El dolor tiene piedrecillas en el pie, rubor en la mirada. Tiene calor en las mejillas, lágrimas de almohada. El dolor enmudece, sabe de su origen, pero no traduce sus palabras. El dolor ¿tiene nombre? ¿quién lo entiende? ¿quién lo llama? ¿quién lo busca? el simplemente está, y luego se marcha.
165
El Amor
El amor sale a corretear de vez en cuando por la tierra, adora la tarde, le gusta la noche y de vez en cuando amanecer en ella. El amor tira sus dados, lanza sus flechas, une dos vidas el azar diría y sonríe. El amor resbala con locura de la rodadera inquieta, se columbia con mirada al cielo, se ríe a carcajadas cuando salta de ella. Invita a jugar a las escondidas, cuando lo buscan nadie lo encuentra, y cuando toca su turno cuenta tan despacio, que los niños se han ido, la pasión se ha extinguido y la paciencia espera.
166
El amor es un crío con ojitos de luciérnaga, le agradan los colores, pintar paredes con sus manitas tiernas, ¡Ah! y cómo le gusta escribir garabatos en las blancas páginas de la poesía eterna. El amor es un niñito mimado, abrigado de inocencia, cómo quisiera tomarlo de la mano dar un paseo por mi vida, seguro narraría un cuento de cenicientas y perdices, y yo un chiste agrio de gaviotas y centellas, y juntos reiríamos queda vida para tenerlo.
167
El hombre de la Esquina En la esquina, un hombre de piel morena balancea una tristeza, habla sin parar, me detengo a escucharle, cuánto sentido en sus palabras, traza una sonrisa, pero hay en él una honda congoja amordazando sus venas. Hasta que medida una sonrisa se impone a una lágrima, si es mejor llorar cuando se sufre, y reír cuando se goza, ¿por qué no llorar y después reír?, no hay lógica en llorar y reír al mismo tiempo, pero es el arte de este hombre, cuantos más son como aquel, me retiro silenciosa.
168
El Miedo El miedo es un gusano verdoso que a veces molesta el pie, el tobillo, la espalda, recorre el cuello, enmudece las palabras. Es un monstruo tan grande, que a veces lo guardo en el armario, sueño que se ha ido, no lo busco, él me encuentra. El miedo, conozco su oscuro pasado, sin embargo cuando miro la cruz se aleja de repente y no vuelve. Es que el miedo, tiene sus miedos.
169
El mundo desde mis Ojos Las palomas, obreras de tejados, en mí, solo son peces solitarios que sobreviven, devorando algas de pan en las veredas. El cielo, gamuza azul, en mí, solo es una inmensa laguna, que durante millones de años, sigue negando sus verdades. El arcoíris, puente de mil fortalezas en mí, simplemente es una sonrisa sin dientes, una fábula con siete plagas. El camino pedestre que bordea mi vida, en mí, simplemente es una mala pasada una burla a mi cordura. Las hojas, palmas resecas que sobre la brisa descansan, en mí, son el anuncio de la espera que siendo inevitable, tarda, no llega.
170
El paraíso de Marfil El paraíso tiene magia en los balcones, musgo en las aceras, manos infantiles trastocados de acuarelas, letras en retratos en paisajes de la Sierra, una transparencia líquida de las aguas de mi tierra. El paraíso es mío, tuyo, vuestro, tiene barniz en la mirada ropaje de cereza, se nutre de sabia paz nunca anida a la guerra, tiene lo que el mundo ha desterrado por tildarlo de profano, y aunque me juzguen quiero poseerlo.
171
El Suicida
El suicida concluyó la epístola testigo, que narra dolores, desdichas de amores, que ha lágrima viva ha ido hilvanando.
El suicida transpira soledad en su agonía, esperando a la abogada muerte para que venga a comprimir el cordón umbilical que con furia cruel lo va asfixiando. Y la muerte llega de espaldas al viento, jalona con fuerza la cuerda pendiente, y se marcha con él a oscuros confines, que ni los mismos muertos jamás los encuentran. Y una huraña tristeza se posa en las cosas, 172
recorre la cama, el espejo, la almohada, el álbum de risas al fin fragmentada. Y los días se van maldiciendo su paso, y alguien más ocupará su espacio, cambiará de sábanas, profanará su diario, y para entonces nadie recordará al suicida, que decidió extinguir su último llanto.
(Publicado en diario de circulación local)
173
En memoria de Hans Andersen Mi admiración sincera para el sabio Hans. Si el sabio Hans se hubiera animado a ser padre, quizás hubiera escrito más finales felices en sus célebres cuentos, quizás el patito feo hubiera sido más mimado, pues habría retratado con más ardor, las bondades de un hogar feliz, rodeado de patitos santos. Su mágico universo se hubiera poblado de tal ternura, que no hubiera requerido inventar una sirena infeliz enamorada de un príncipe imposible, hubiera retratado una sirena coqueta, elocuente, discreta, una sirenita optimista, que amara su fina cola en vez de sus débiles piernas, y creyera que el amor verdadero, ama siempre las diferencias.
174
Seguro el abeto hubiera sido feliz siendo un verde abeto rodeado de grandes bosques, rodeado de gigantescos sueños, los niños a los que distraía con sus cuentos, hubieran visto un brillo en su mirada, al sentir las manos tiernas, no de un niño anónimo, no de un niño ajeno, sino de su propio hijo, rasguitos de su esencia, su nariz espigada, sus facciones “bellas”. Si el bueno de Hans se hubiera animado a dejarse querer, seguro este mundo estuviera poblado de más cuentos felices, de menos cuentos tristes, pues tendría un niño de tierna mirada, insistiendo papá, cuéntame otro cuento, y el papá Hans con su ternura danés, tendría que dejar volar su imaginación y contar uno tras otro cuento, un cuento amarilis, un cuento jazmín, cuentos tan dulces y silvestres para contentar a su Hans pequeño. Y para suerte nuestra tendríamos una generación de Hans, esperando un Hans tan genial, tan sensible, tan discreto, 175
que ame tanto a los niños cómo a sus clásicos cuentos. Quizás hubiera sido así, o en la alegría de ser padre y en los desvelos que amerita, se le hubiera olvidado escribir bellos cuentos. Nadie lo sabe, es un gran misterio.
176
En un Rincón En un rincón, con tus perlas de canela creando hogueras, con tu nácar bermellón en pleno ocaso, con tus cabellos de mies extinguidos en ausencias. En un rincón, desdibujando los instantes más sentidos, imaginando caracoles en desiertos, despojando amores sin abrigo. En un rincón, con una lágrima intangible en tu regazo, temblando ante la dama de lo eterno, como espuma de cerezo entregado al cielo grisáceo.
177
Es bueno Saber Es bueno saber, hay alguien que desde hace mil lunas te nombra sin nombrarte, entre las blancas hojas, te escucha entre el silencio de marmotas, careciendo de memoria para describir tu imagen, y le pide a Dios que vuelvas a sus brazos cuando aún existe la esperanza de ver florecer auroras.
178
Es mi misión Azul Es mi misión escribir con pulso rítmico, danzar sobre las letras, formar montes sobre las hojas, adquirir alas mientras se plasman, en un mundo que canta victorias, entre derrota y derrota. Es mi misión escribir sobre fronteras, pupitres, aceras, barcos, pizarras, callejas, pues siempre existe poesía, sobre cualquier pobreza, sobre cualquier deshonra. Es mi misión escribir, solo así me veo alegre, más allá del aplauso prolongado, del halago complaciente, o del vil desprecio que causen estos versos que sobre ti se extienden.
179
Escuela de Demonios Hoy asistieron los demonitos, chiquitos y bien peinados a su academia de demonios, la maestra les enseñó que la vida se escribe con b, pues la vida debe ser grandiosa, y los demonitos copiaban, las lecciones de su sabia maestra. Después les enseñó matemáticas según infernales deseos, uno más uno es uno, es la ley del egoísmo, dos por dos es ocho, es la ley de la avaricia, diez dividido para dos es cuatro es la ley de la pereza, los demonitos sonreían pues nunca habían visto, tanta sapiencia de ciencia. Les enseñó lecciones de religión a la inversa, obras de des misericordia, quitar el bollo al hambriento, dar licor al sediento, 180
confundir al que no sabe, reírse del que se equivoca, negar posada al peregrino, jorobar al cautivo, y siempre que falles culpa al desvalido. Así los demonitos juguetones e inquietillos releían y aprendían, y llego la hora de hacer prácticas, pegar chicle en el pupitre, orinar en sitios públicos, meter el pie al distraído, dar direcciones equivocadas a los turistas de lejanos mundillos. Y así entre maldad y maldad, llego el final de curso, la maestra debía evaluar a sus demonitos chiquitos, bueno dijo la profesora, bueno era una palabra no usada con frecuencia, pero la ocasión lo merecía, demonito Miguel dime lo aprendido, he aprendido que hay mentiras blancas, y mentirillas morenas, que sin leer te crecen las orejas, y viendo tv te vuelves tonto y te embelesas, y que siempre se debe hacer todo el mal que se pueda.
181
La maestra estaba orgullosa, eran unos demonitos tan inteligentes, llegó el día de su graduación, con diploma en mano, recibían la investidura, e iban a hacer sus diabluras, dónde, cuándo, cómo, no lo sé, lo único que sé es que la maestra Demonia, estaba tan satisfecha.
182
Fotografía: María del Cisne y Andrea Berenice Suárez Enríquez
Tarde Rojiza ¿Qué diría de ti, de mí, del atardecer y del viento?
183
184
Ese señorón Dolor
¡Ah! ese señorón dolor, pensativo, huraño, que transita lentamente disimulando su quebranto. Le agrada pasearse por callejas, si llueve y no escampa, si hay gente solitaria, si hay gente apagada. El señorón dolor, se levanta tarde, estira los brazos, encoge las piernas, mira el reloj y bebe café amargo. Se viste con su terno impecable, y ojea periódicos de titulares amargos, los va rumiando de camino al trabajo.
185
En las tardes sancochadas por la brisa, visita iglesias,hospitales, cárceles, orfanatos, escuelas, guarderías, empresas, mercados, tiene familia en cualquier lado. Tiene a su tía soledad, a su hermano angustia, a su hermana urgencias, a su sobrino duda, a su padre futuro, a su abuela pasado, a su abuelo aburrimiento, a su primo enfermedad, y cómo olvidar a su madre “se me olvidó lo que quiero”. Tiene una familia extensa, cantan los domingos, entonan canciones populares, se nos fue el amor, no tengo dinero, mañana te olvido, cantan a dúo, trío, abuela, madre, hermana, y al final todos lloran y se despiden. ¡Ah! el dolor, vegeta en el domicilio cero, tiene vecinas de histeria, su frase favorita es la queja, de vez en cuando lo visita su novia, 186
soledad eros, es una niña hermosa que tristemente adora. El dolor tiene enemigos, la alegría que le juega bromas, la esperanza que le guiña el ojo, el presente que le pisa el pie, y cómo detesta a la dulzura que le acaricia el rostro, y le arregla la corbata. ¡Ah! el dolor, cambian generaciones, cambian, cambian costumbres, cambian, pero él nunca cambia, mejor sería llamar a la alegría, total donde está ella, el dolor no puede, el dolor se marcha.
187
Espera Amor Espera quiero escuchar tu voz, debajo de este cielo núbil, cuánto tiempo ha pasado desde que sentí tu invasión en mis retoños tiernos, y desde entonces trajiste un vendaval de perfumes exquisitos, una altivez de mujer en mis entrañas, un temor de amor inexplicable que en vano trate de acallar con clases de Freud y Cervantes. Olvida mi tono gris, que más allá del adiós, te suplica devolverme ese latido intenso, escarlata, y si aún así decides irte jamás esperes un reproche, si contigo fui jilguero, relámpago, diluvio, nieve, roce, todo sin quererlo al mismo tiempo si he de seguir siendo tuya, sonrosada, sensible, diferente a todas las que un día conquistaste. Pero es tarde, tú con los años quizás entiendas 188
que el amor se lo lleva en la mirada y que una vez que llega no se marcha, a pesar que interiorices tu firmeza, o que busques en otras sendas, lo que jamás encontrarás “amor sincero” Déjame lisarte la corbata, grabarte una caricia en la barbilla, contemplar ese tez carmesí que en mí nocturna soledad quise sentirlo impregnado en un ser palpitante, misterioso, fruto de la hoguera de dos cuerpos.
189
Espera Niña Espera a que el tiempo, te sea favorable, a que el reloj cambie su ritmo, a que el viento te acaricie la cara, deja atrás el miedo, sonríe, espera. Espera que la vida es una hormiga que trabaja a tiempo y destiempo, que las ansias de conquista te liberen, que las alegrías te calcen los pies, y la vida te abrace la espalda. espera. Espera que aún el pelo no está cano, ni la piel ha arrugado su traje, ni los sentidos han apagado su brillo, las fuerzas aún te acompañan, aún puedes cantar victorias, ganar nuevas batallas. Espera que la esperanza se asome a tu ventana, emita sus rayos naranja, que le sonrías a plenitud, que seas una vez más tu misma, una vez más río, montaña. Espera. 190
Espérame Espérame frente al mar, en la brisa de la tarde, en las praderas adornadas de violetas. Espérame, en el río de fresco cauce, en los latidos de cisnes que descansan en la laguna de amores imposibles. Espérame en puentes nocturnos, en aldeas ausentes, en balcones florecidos, en colmenas de místicos susurros. Espérame no deseo desafiar tus caricias, ni ignorar tu volcánica presencia, espérame.
(Publicado en diario de circulación local) 191
Esperaré Esperaré a que el tiempo, haga eterno sus blandos aromas, a que el café se conserve caliente, a que el beso sin malicia se instale en mí mejilla. Esperaré a que las voces del universo, me susurren la sabiduría escondida, en cada ser, en cada esencia. Esperaré a que la fatigada noche cuente sus leyendas que el mundo ignora o calla por cobardía. Esperaré a que el místico fuego, traspase, acalle penas, vitalice 192
cosas muertas. Esperaré a que el corazón siga el ritmo de la razón, para que juntos se dirijan, por la senda incierta de la vida, sin prisa, esperando siempre, bajar el telón, sin retorno, entre aplausos de gloria, entre sonrisas de espuma. Esperaré.
(Publicado en diario de circulación local)
193
Estatua Nívea Recordando la estatua del príncipe feliz de Oscar Wilde. Estatua nívea, en tu pecho germina una lágrima, ¿qué secreto acongoja a tus iris de niebla, a tus roces de piedra?, percibo en ti cinceles sonoros, otra infancia carrusel, otro cielo, otro siglo, semejante, disperso, distinto. Estatua nívea no te escucho respirar en mi tormenta, ¿qué disfraces, disfrazas detrás de tus gestos mortales?, pinos, musgos, voces, huellas o simplemente la gracia de ser contemplado por el gentío anónimo que muere y pasa. Pregunta sin respuesta que aclare tu mirada, ¡me canso del cansancio! 194
de mirar tanta miseria, tanto pétalo estropeado, tanta savia mal usada, y el secreto está en el fruto que resbala en la tierra, cayendo estéril sin semilla, en olvidos sin memoria.
195
Estoy Feliz Estoy feliz y no existe un nido en mi ventana, un ángel en mi almohada, un reloj que retroceda los bellos tiempos, un grafitis, un te amo, ni un simple abecedario que me dicte tu nombre. Estoy feliz, y no hay risas que acompañen las letras que hoy escribo, no hay aventura posible, ni tarea imposible que disminuya mi valía, o haga caer en mi la duda. Estoy feliz sin razón aparente, y no hay estación favorable, solo deudas pendientes, solo la hipócrita traición en los ojos del “amigo”, solo pesadillas oscuras donde el incierto futuro es un perro rabioso que muestra garras y dientes, queriendo destrozarme el corazón, las vísceras, el cerebro y el alma 196
hasta el polvo de mi sombra. Sin embargo estoy feliz, y juego a la rayuela, canto a descompás, tiro piedras en los ríos, beso cielos con los ojos, evaporo lágrimas e hinojos de las mejillas de un chiquillo, y por primera vez no temo equivocarme, revolcarme sobre el fango, hacerle la venia a la vida, dejándola impávida, quietecita, para que gruña con los hombres que deseen tomarla en serio.
197
Eterna Poesía ¡Cuánta poesía! matiza, el pincel sobre el lienzo, el ayer nostalgias, enseñanzas, profundidad del alma. ¡Cuánta poesía! mi pulso tiembla, ante el humo sin forma, sin dueño, ante el perro gracioso, ante el lozano filósofo, ante el mortal sin ciencia, ante el crío sin llanto, ante el longevo de pasos lentos. Mi pulso tiembla, se disipa, y una voz de aurora pronuncia con firmeza: “Toda creación mía es poesía, más que estética es esencia, conóceme a través de ella; 198
descubrirás con asombro, que tú eres la más perfecta y frágil poesía”.
(Publicado en diario de circulación local)
199
Extranjero Tengo las cosas listas para recibir tu presencia, y mi corazón está abierto para que dejes tus huellas, mis ansias de tenerte son minúsculas, serenas, estoy madurando a sorbos de atardeceres y penas, estoy contemplando de pronto la hierba en mi vereda, y me he vuelto sensible, humorística, discreta, es un cambio que ha valido la pena. Te espero, sé que vienes extranjero, extranjero de amores y rencores, extranjero de mí, extranjero, tus ojos que no miden distancias, serán cómo quiera que sean, tu voz agradable a mi oído será del idioma que sea, tu piel suavecita a mi tacto me enseñará la textura del mundo, viajaré sobre ti y a tu lado, y en tu ser descubriré mí talento de vivir abrazada a los sueños, devorando paisajes celestes en las tibias baladas de mayo. 200
Fábrica de ideas Luminosas Quisiera ser una fábrica de ideas luminosas, que el mundo estalle de alegría por el hecho simple de ser humano, vivir en Loja, cantar desentonada, tener un cisne en mi nombre, un legado en mi apellido y huracanes de mil historias. Quisiera ser una fábrica de ideas luminosas, que el mundo risueño admire y de gracias, por haber añadido innumerable páginas de próspera historia.
201
Fantasía De fantasía tenéis llena la cabeza, es el reproche constante de quién vive y no vibra. Y la realidad solo muestra muecas dolidas, maquilla su fealdad mortífera, usa brasier y rubor, entacona la vida, y se mueve al ritmo del que todo lo olvida, teniendo el alma vacía. La realidad es una señorona mezquina, que hay que sacarle risas a fuerza de cosquillas, y solo es posible contentarla con rutinas de cuentas y medidas. De fantasía tenéis llena la cabeza, me alegra que así sea, y cómo me gozo la vida, y cómo en la vida goza, después de los treinta aún tengo mariposas en el pecho, y no te quiero y si te quiero aventurero, 202
y cómo decirlo sin que suene altanero, tengo aires de realeza, privilegio de pocos, deseo de muchos, heroísmo de algunos, pues ahora el heroísmo es mío. De fantasía tenéis llena la cabeza, menos mal querido amigo, qué suerte tenéis, de encontrar a alguien que piensa y suspira.
203
Femicidio Esa mujer que destilaba encanto, realeza mística, con sus pies de doncella, con sus manos tersas, con su hablar pausado, ha dejado de existir, es un manojo de nostalgias, insensible al ruido, a la distancia, al tiempo. ¡Quién! ha cometido el crimen, se pregunta el gentío, y el silencio se prolonga, hila la piel, las lágrimas, y la respuesta se esconde, se sumerge en la nada.
204
Feminidad Marchita Su verde pupila palideció enternecida ante una seductora mirada, desde ese instante, desconoció los inviernos del mundo, el bullicio volcánico de sus seres queridos. Y un día cualquiera almizclada de camelias, desvistió su inocencia, entregó su destino, suavizó sus encantos, abandonó sus ideas. Con los años se envolvió de sombras, la vida pasó rozándole la cara, sin una sonrisa “suya”, sin un triunfo cotidiano que matice su valía.
205
Fiel a lo que Eres Eres como un crio admirando una estrella, eres como una balada entonada con alegría, eres como un arcoíris cubriendo toda la tierra, eres como una flor sencillita, sincera, eres como un anciano que corrige con dulzura, eres como un río limpio, transparente, tranquilo, eres como un bosque que protege en las tempestades, eres mi padre, mi confidente, lo más bello que ha llegado a mi vida, convirtiendo mi alma, en un campo fértil que produce frutos, rosas, vida en abundancia.
206
Funeral de Colores Para el día de mi muerte. Si muero hoy deseo un funeral de colores, amarillo el ataúd que ha de llevarme, carmesí las rosas que me custodien, verdes los trajes de los asistentes, y la mejor época para morir “diciembre”. Si muero hoy quiero que las lágrimas surjan en colores, amarillas en derroche de riqueza, rojas si hay pasión en mis amantes, verdes si hay esperanza de luz eterna, e incoloras e insípidas si el amor que prodigaron no fue sincero. Si muero hoy, quiero el color natural de mis ojos, el color grisáceo de mis mejillas, 207
y que me vistan con ese lunático amarillo, que Van Gogh amó y yo tanto adoro. Si muero hoy, quiero una homilía breve, abreviando el gajo de virtudes que en la muerte adquiera, y luego en vez de letanías se declamen versos para que mi oído marchito, escuche aunque no escuche, y mis palabras murmuren sobre cosas no muertas. Y en mi fosa común en vez de incienso el día de mi sepelio haya un atardecer ternero, devorado por los trinos quietos. Si muero hoy, Señor despiértame, con tus matices celestinos, pues no hay peor castigo que despertar en bruno entero.
208
Futuro ¿A dónde irás? iré a la morada solitaria, a vivir los años que me quedan, ¿sólo? no lo sé, posiblemente me enamoré o me quede solo ¡nadie sabe el futuro! ¡solo Dios! ¿sabes que te amo? lo sé, por eso me voy, así lograrás olvidarme, reirás de nuevo, amarás a otro, él te corresponderá, depositará dulzura en tus labios, alegría en tu pecho, fortuna a tus pies, me duele tanto oírte hablar así, la verdad no se oculta, y te la digo ahora ¡jamás te olvidaré!, duraré unos meses en tu pensamiento pero me olvidarás, te conozco niña enamoradiza, ahora debo irme, 209
¿a dónde irás? lo sabes, sé feliz.
210
Señor… Gracias Gracias Señor por las madrugadas despejadas, libres de atolondrados pasos, y rutinas lastimeras. Gracias por mi mente, luciérnaga de ideas claras, gracias por tener dónde estirar mis sábanas y en nocturna plegaria meditar tus anhelos. Gracias Señor porque el cosmos tiene sonoridades mágicas, y me has dado el don de lengua y gracias a este magnífico don he disfrutado de ciencia, riqueza y fama. Gracias por mi madre, mi más preciada amiga, mis hermanos, mis sobrinos y toda mi familia, gracias Señor porque estoy poblada de niños, esos infantes de sonrisa amplia y corazón divino. 211
Gracias Señor porque vivo del lado adecuado del mundo, donde es fácil ser mujer, usar tacones, mostrar las piernas, guiñar el ojo, equivocarse un poco sin miedo al repudio público. Gracias por ser consentida de tu amor divino, heredera de tus joyas eternas, gracias Señor, al fin existo para gloria tuya.
212
Grandiosa Mujer Grandiosa mujer de iris luminoso, invítame a caminar descalza por campiñas húmedas, por pueblos remotos de azulada tristeza. Invítame a contemplar el racimo de rosas que adornan la lápida de aquella viejecita de cuerpo encorvado, que con cada latido emana sabiduría tierna. Invítame a escuchar el lenguaje poético de los niños, el lamento mustio de mendigos, el anhelo de libertad de los cautivos. Invítame pues no siempre el cielo es marino, ni el alma blanda, 213
ni mis sentidos te vislumbran con tanto primor grandiosa mujer.
(Publicado en diario de circulación local)
214
Guerrero Eterno Guerrero eterno, ¿cuál es la soledad que aún no descubro?, ¿cuál es el misterio que se oculta ante mis ojos?, ¿cuál es la primavera entre invierno y otoño que no vislumbro? He olvidado tu batalla, me he conformado con la derrota, me uní al enemigo, lo he besado tanto, que mis labios resecos tienen sabor a hastío. He olvidado las glorias que compartimos, todas tus ternuras, tus grandes catedrales, no soy la inocente que te espera en la puerta dorada, o entre rosales frescos que tu conservabas. Ya no soy la que delira y se estremece 215
entre tu rostro dulce. Ya no soy sin embargo, mi voz te nombra, entre el bullicio cotidiano, entre lluvias, entre ecos. Te busco, por una razón desconocida, por un final más feliz, más humano.
216
Hablando en Plural Con dolor le dije: “No hay espacio para otro”, en verdad no hay espacio para ilusionistas de conejos, para piratas sin puerto, para buscadores de mundos, para trotadores de sueños, para alpinistas de cimas sin Everest, para extranjeros que deseen hacer turismo en mi cuerpo, para decir te quiero y luego lo siento, o caducar así porque sí sentimientos. Le dije: “no hay espacio”, y quedé en paz, solo hay espacio, sí hay un plural de por medio, sí luchan dos y se suman tres, sí hay compromiso de sueños, sí deseas hacer morada en mi vida y en mi cuerpo, sí se pronuncia esa palabrita mágica, esa palabra ancha, esa palabra florida, esa palabra púrpura, rosa, roja, firme, rocosa, jugosa, bella, tú la conoces, yo la susurro en silencio. 217
Hierba Campestre Como hierba adherida a la piedra silvestre, quisiera crecer donde nadie crece, aunque mil veces me arranquen, retoñar más verde el corazón, más hondas las raíces, más libre del que quiera hundir mi pensamiento, ahogar mis emociones, extinguir todo mi cielo. Como hierba adherida a la única ladera, quisiera ser firme al paso de tormentas, confiando que la vida es siempre un poema, batalla cotidiana contra seres que mañana perecen intentando florecer en mí una sola lágrima.
218
Historia de una Madre La agitación de tu rostro se revistió de inocencia, de un matiz sonrosado que anunciaba tu dicha, engendrarías un ser rebosante de vida, esencia de ti, de él, del sabio universo. Madura tu pelo, la voz se te endulza, la fábula frágil renueva luceros, predice el milagro de amor sin fronteras a pesar de barreras que quiebran tu alma. La dicha te embarga, tu fe se acrecienta, tu pupila contempla a la luz de tus ojos, percibes sus gestos, sus versos, su llanto, le educas con paciencia cultivando sus ideas. 219
Los años se alejan como nubes bohemias, no es el niño hoy es el hombre que surca horizontes lejanos, erguido de recuerdos, liberado de tu mano. Más tu honda mirada no desespera, ¡volverá! aunque solo sea a recoger cenizas, que el viento venera junto a tu viñedo.
(Publicado en diario de circulación local)
220
Humildad, Arrogancia Humildad entre los días que maduran, entre las noches alumbradas de grillos, entre los astros que transitan y transitan, entre el Mesías que amaba tanto al gentío entregando en un suspiro amor, dignidad, poesía. Humildad entre el cardumen, entre el río rumoroso, entre un mar de caballitos, que descansan, se deslizan sobre piedras, arenillas, porque ignoran sabiendo que quizá mañana solo sean caracoles en la luna, ausencia, soledad. Mas en ti veo arrogancia, arrogancia en cada paso que tapizas en la acera, 221
arrogancia, que desde mi ternura vislumbro a un niño perdido clamando que le acaricien la sonrisa, susurren a su oído versos, que entre el ir y venir del mundo resbalan anónimos, increados, por poetas, por la vida.
222
Hoy cantaré Cantaré una balada de dones, de caracoles, de dádivas, de mar, de ola, de fuego, de águila, de viento, de gotitas de lluvia. Cantaré una canción acústica, soprana, de Mozart, multicolor, de gracias graves, de graves gracias. Cantaré una canción bondadosa, que incluya tu santo y místico nombre. Cantaré una canción que me ame, que me grite cosas lindas al oído, una canción que destile almíbar, azúcar, panela, canela, cariño, 223
una canción de cuna azul, una canción de madre selva, una canción de atardecer sereno, una canción que acaricie las palabras, una canción que derrame tu lluvia, y me recuerde lo que he olvidado, lo que he olvidado. Cantaré una canción, de pelito castaño, de piel despejada, de ojitos claros, de boquita perfilada, una canción de manos de reina, de pies de duquesa, de amar con locura y tener el talento, una canción que me recuerde, tu oceánico amor sin que queden pendientes. Borraré las canciones, del cd de este mundo triste, y pondré todas las canciones, mimosas, chillonas, dulzonas, las que tú quieres cantarme al oído, y esta vez no negaré mi oído, mi único oído a tu gracia.
224
HTP Casa, árbol, persona. Hoy me ha dado por extraer demonios, y leo entre líneas lo que leen los psicólogos, lo que diagnostican los psiquiatras, lo que recetan los médicos, lo que dicen hombres y mujeres que saben de ciencias amargas. Y en el HTP veo la casa pequeña, derrumbada, ladeada, sombreada, zigzagueada, temblorosa, rasguñada, punzada, herida, deshabitada, observo el árbol minúsculo, dormido, lluvioso, muerto, sin raíz, hojas, ni uvas, descolorido, sucumbido en el clima frío, veo a la persona desnuda, sombría, sin ojos, nariz, ni sonrisa, confundida en su sexo, autista del mundo, autista. Cuánto dolor entre lápiz y papel, entre borrador y pulso, cuánto desamor ajeno en líneas verticales y curvas, 225
cuanto deseo de libertad cautiva, ahora se que me inmiscuyo en las ternuras de Dios, en las travesuras del diablo. No hay diagnóstico posible, y los demonios que extraigo son orgullosos, petulantes, hablantines, fanfarrones, indiferentes, despiadados, malhumorados, ambivalentes, taciturnos, egoístas, haraganas, desesperanzados, glotones, impúdicos, envidiosos, desamorados, desgarrados, inmensamente tristes. Todos tienen su sello característico, van de rango en rango infernal, ascendiendo en maldades, tienen una causa aborrecible, odiar, destruir al ser humano, hundirlo en su miseria, y dejarlo abandonado. Sigo extrayendo demonios, y la gente al mirarlos no sonríe, no dialoga, no repregunta, pues nadie parece entender su existencia vagabunda, y al extraerlos me alegra saber, que la gente es buena, 226
que las heridas sanan, que las palabras pueden amarte, que las manos pueden juntarse, que la sexualidad puede restaurarse, que la vida tiene un sentido, un orden, una lógica no materialista, y que a pesar de todos los errores Dios siempre nos mira con divina ternura.
227
Ignorar a Dios Ignorar a Dios sería borrar huellas de cielos ruborosos, de ríos cristalinos musicales de la tarde, de enredaderas en portales, de esas casas coloniales que trasportan mis sentidos. Ignorar a Dios sería cometer suicidio, despreciar la terapia rogeriana de la risa cotidiana, del abrazo de los días, lanzar por la ventana lloviznas gratas de la vida. Ignorar a mi Padre… Dios, con tristeza acierto a promulgar en mis adentros: “Lo confieso, he obrado así.”
228
Incansablemente Incansablemente buscaba el gran poema, eterna perfección sin mancha alguna, qué ironía estaba allí divagando en mis pupilas, era esa que un día rocé con tanta indiferencia, le di mil volteretas dejándola tendida tiritando al filo de la acera, rociando néctar blanco en tulipanes de cereza. Incansablemente buscaba el gran poema, con un grito suspendido en la garganta, con la sangre tendida sobre letras, con el refugio de la pena última, y sin embargo estaba allí quietecita tendida en la ladera, empapada de miel y hierba buena mirando oscurecer las tardes, escuchando cómo la risa se conjuga con la sabia ternura de los días. Buscaba, 229
con ese trajinar interminable, de quién piensa que las huellas se hacen viento cuando empieza a florecer la luna, y sin explicación alguna una espina se incrustó en mi alma, y para quitarla suspendí mis quejas, sintiendo las olas del océano atravesar de golpe mi coraza, entonces descubrí que mi ceguera había sido desgarrada.
230
Indiferencia Amor ¿Indiferencia, amor?, no se tornar glaciales mis latidos, ni esconder mis lágrimas que derraman su sentido sobre mieles y delirios, ni deshojar mis manos ébanos fecundos que avivan tu fuego tibio. ¿Indiferencia, amor?, mujer de blanco musgo he surgido, no soy tronco, ni senda que espera florecer al ser rociada por tus labios infinitos. ¿Indiferencia, amor?, si el tiempo se atolondra a morir en la ladera, y tú irás creando espejos en tardes flageladas, mientras yo vestida de despecho, fermentaré mi mundo al perder tus huellas.
(Publicado en diario de circulación local) 231
Infancia Como se van desvaneciendo los sueños de la infancia, era tan simple entonces tener los ojos despiertos a ternuras discretas, y llorar de pronto, y sonreír de nuevo sintiendo el cosquilleo del amor y la nostalgia, sin sombras de fracasos, sin darle cabida al pensamiento. Y las tardes eran humeantes, bohemias, propicias para trepar árboles sin temor a mostrar las piernas, sin temor a decir te amo por sonar cursi o aventurera, y el dinero era asunto de colorear papeles, negociar sonrisas, o encapricharse un poco para ganar apuestas. La infancia era un simple juego vivido momento a momento, en un día se podía ser modelo, artista, 232
astronauta, marinera, arqueóloga, doctora, narradora de cuentos que en noches de luna tierna, hacían palidecer los rostros prometiendo ser mejores por vez primera. La infancia era un caminar despacio, por el bosque de luciérnagas, cuánto añoro volver a verla, cuánto añoro volver con ella.
233
Injusticias Es injusto defraudar a los que jamás se dejaron doblegar ante la vil y absurda conquista, a los que por tiempos mejores donaron su vida fecunda, sus ecos entrecortados, o esos sueños empolvados nunca consumados, simplemente por carecer de linaje en su apellido, o ese dinero maldecido que compra prestigio, conciencias. Es injusto defraudar a esta tierra mía, tan amada, tan dolida, que agoniza esperando que alguien la humedezca con el digno sudor de quién excede la faena, sin festines, ni ocios vanos, ni deseos mundanos de entristecerla con paros. Es injusto defraudarme, y defraudar, dejar un día de luchar, tirar la esperanza 234
por la gris baranda, o hundirme en el fango de la oscura inercia, para luego meditar todo infierno pasará, quizá, quizá.
235
Instante Inmortalizar quisiera aquel primaveral instante, sintiendo tus pupilas verdes trastocando mis verdades, y tu voz batallando en mis oídos, y tu risa cascabel recordándome la enfermedad del amor del cantar de los cantares. Inmortalizar quisiera aquel volcánico instante, de poseer tus pupilas verdes domando mi orgullo altanero, saciando esa sed ancestral de amar dócilmente, gota a gota, por miedo a admitir la derrota, o el murmullo del “ilustre” gentío. Pues en ese otoñal instante me enredaría sin miedo, te recitaría versos de fuego acariciando tus níveas mejillas, y finalmente comprendería tus lunáticos deseos de emborrachar a los días.
(Publicado en diario de circulación local) 236
Intento Fallido Créeme, realmente quería dejar de amarlo un segundo, prometiéndome en silencio que jamás miraría sus pupilas temblorosas, su piel anacarada, sus labios tan sensuales, o esa manía tan suya de inquietar con sus manos mi piel y mis enojos. Mas, un volcánico día rechacé sus conquistas, y con el hálito triste hallé refugio en los libros, e inventé mil esquivos, para no sentir su perfil, mas al escuchar su voz, ¡su alma en su voz!, la locura, el delirio, el tiránico delirio nuevamente me envolvió. Y evadiendo al destino perderme quise de él, surqué mi propio sendero, arranqué sus dádivas de mi ser, mas la casual ironía, 237
hizo que fluyan sus versos en mi vida, y en cada enjambre de lira, no imaginas cuanto deseo amarlo otra vez.
238
Interrogaciones ¿Qué harás niña bohemia, eternamente incomprendida? Soñaré despierta junto a mis grillos nocturnos, recogeré margaritas, desfloraré ilusiones, caminaré por las mismas sendas palpando el verduzco campo para siempre extinto, sentiré el trinar de golondrinas posarse en mi memoria, escucharé la sabiduría de mis voces quijotescas. ¿Qué harás niña triste después de la derrota? Soñaré despierta, encofrando en mi los hechizos de la luna, endulzaré mis historias con idilios pasajeros, quizá calcule mis victorias superiores a mil derrotas, seguiré devorando libros como a jóvenes amantes que claman mil caricias, atención a sus misterios.
239
¿Y qué harás cuando lleguen tus últimos ocasos?, dormiré soñando, recordaré las tardes mozas de música, poesía, saborearé despacio el néctar de los días, con ese café humeante que redime mis entrañas, escucharé la algarabía de generaciones tiernas, danzando bajo lloviznas, lejos, lejos.
240
Ironía Un ser de ceniza irrumpe otros cielos, imagina en sus sueños un mar de misterios, abandona con los siglos su pasado verde, su raíz de savia, su cuerpo silvestre. Un ser de canela sondea otros cielos, vigila su tierra desde monstruos de hielo, celebra guerras, divide naciones, despierta las bombas que siembran el caos. Un ser de cereza se asombra del cosmos distinto a su tierra, mientras disipa su fauna celeste, su flora de viento, sus sauces eternos, sus piélagos bellos. Un ser de gacela calla en el cosmos, 241
se ve solitario, fragmenta recuerdos de un pasado verde, que expiró vencido hacia mil estelas de siglos.
242
Joven Marinero Amas la celeste caricia del mar, la frágil espuma de las olas, el bullicio de delfines, la fragancia vespertina de la aurora. Cómo quisiera robarte una primavera de latidos, mas conozco la fragilidad de mi deseo. Por eso invítame a navegar, hasta que comprenda que las heridas cicatrizan en el olvido, en la conciencia de la soledad a la hora de la muerte.
243
Joven Poeta Páginas vacías, sin pulso, sin historia, filosofía tibia, carente de horizontes, visión nocturna, temerosa de la vida, aún así mis pupilas insisten en mirarte. Joven poeta, no eres ni elegancia seductora, ni flechazo de sabiduría, mas tus palabras me saben, a susurro de colmenas, a pájaros sin nido, a grillos silvestres, a sonrisas discretas del río sobre piedras, al beso de brisa sobre el lirio pequeño. Joven poeta, a pesar de todo, cuánta alegría me causas, cuanto bien le haces a mi alma, y me tienes en corazón, en desnudez, 244
o mientras este cuerpo frágil emane su último latido, su última caricia, me tienes.
245
Joven Trovador Solo escribí lo que la imaginación dictó. ¡Oh mi joven trovador!, al que doné tantas tardes mis besos cual llovizna dormida en el huerto, en quién deposité lágrimas agolpada en sus brazos de fuego, en quién recogí delirios entre portales de azules zafiros, en quién alboroté los sentidos luciendo traviesos vestidos. ¡Oh mi joven trovador!, hoy que te disipas en mis noches vagabundas, una inquietud florece, ¿cómo nacería el hijo de ti, de mí, del cielo?, quizá con la piel algodonada, y pequitas duraznos de viento, con tus ojos verdes de piedra, con tus rizos fragantes y negros. Y seguramente tendría personalidad de guerrero, una dulce, inteligente ironía, en su risa, en sus grafías, en sus pasos, en sus silencios, amaría los paisajes esbeltos, 246
los crepúsculos poblados de sueños, hablaría hasta dormido sin duda, y en vez de pedir un cuento, pediría que reciten versos cuando sienta nostalgia en su pecho.
(Publicado en diario de circulación local)
247
Juan, el Profeta San Juan, el profeta mayor, va anunciando misterios, ese reino de Dios. Su voz suena a trueno, y sus manos imponen, “dejad de ser cuervos, gusanos de tierra, usurpadores de dones, detractores de justos, aniquiladores de amor”. Convertíos, ¡es el tiempo!, sed las mansas palomas, el rebaño de Dios, cobijo de justos, libertad de oprimidos, salvador de “salvadores”, sanador de corazones. Y al escucharlo la gente se asombra, la gente renueva, su coraza y su nostalgia, se entrega al bautismo renaciendo a la gracia. 248
Es Juan el que predica a esa raza de víboras, que con mirada de fuego, heladez en el alma, en su pozo de fango hunden y se hunden y siguen hundiendo al que quiere surgir. En estos tiempos de moral desafiante, Juan sigue predicando, la gente bendita perfumará su cabeza, salvará su alma, y los sepulcros blanqueados, negarán sus palabras, condenados al fuego, morirán en pecado. Y en la tardanza del fuego, en la eternidad del llanto, clamarán por otro profeta, que anticipe, fuertemente, su desgracia.
249
Julio En el mes de julio floreció tu recuerdo, mes en que nací de un vientre de ternura, de azabache, mes en que germina tu nombre mi mancha escondida, mi llovizna de despechos. En el mes de julio me conquistó tu recuerdo, sin retratar tu perfil, ni amar el matiz de tu cuerpo, solamente palabritas empapadas de dulces “versos”. En el mes de julio fui enroscándome en tus rizos, enamorándome de ti, sin percibir que los besos tienen doble latir la pureza y el deseo.
(Publicado en diario de circulación local)
250
Labios Lo miró, tuvo deseos de besarlo, y se detuvo, algo resonó en sus adentros, sus labios habían vuelto a ser vírgenes, quería con todas las fuerzas de su corazón zurcido besar los labios definitivos. Los labios del sí quiero, labios comprometidos, labios resecos, húmedos según la estación, calor o frío, labios finos, carmesí, labios con calor y almibar, labios que anhelen los suyos, solo los suyos. Se cansó de besar Judas, Barrabás, Caínes, Pilatos, Herodes, Salomones, Asmodeos, Sansones, Narcisos, labios lastimeros, maldecidos. Y allí quedó suspendido, huraño y vencido, a pocos centímetros 251
sus labios y los suyos, el viento sopla, resopla y en algún lugar están esos labios nazarenos que tanto anhela. Enrosca sus pestañas, pone rubor en sus mejillas, brillo, sabor de fresa en sus labios, y espera.
252
La dama Riqueza Es la más presumida de las damas. La dama riqueza, acumula tesoros, monedas raras, billetes exóticos, obras de arte, objetos famosos, pensando ser inmortal, ni purgante, ni infernal. La dama riqueza es ambiciosa, detesta el cero y el uno, le gusta el 2-4-6-8 y esa ecuación perfecta, aplica con fervor desquiciado, en toda materia inerte, aplicable a sus antojos. A veces le da por ser feliz, y regala migajas, migajas, pensando que es mucho lo que da, y debe guardar lo que sobra. Cuando está aburrida, juega a damas ricas, al ajedrez con peones tontos, cuenta sus libretitas de ahorros, 253
sus tarjetas de crédito, sus lujosos pendientes, e inventa mil negocios. La señora riqueza es ansiosa, cuando come, come con gula, cuando piensa, repiensa con ansias, cuando actúa, lo hace con locura de llenar lo que según ella falta. Entre tanto la dama pobreza, retoza, bosteza de hambre, se pasea por callejas, y ella nunca la encuentra, pues usa gafas de sol que impiden ver sus miserias. La dama riqueza, puede que un día comprenda que el dinero no lo compra todo, una vida robusta y larga, la salud del cuerpo, del alma, los amigos que en la riqueza, son simples sanguijuelas, que en la dificultad se alejan. Y en la vejez medita la dama riqueza, tira al estanque sus tesoros, piensa, repiensa, y al final una luz aparece, la dama riqueza 254
emite un gritillo lastimero, y dice con asombro: “Serán verdad mis tesoros”.
255
La divinaCastidad Es la reina de las rosas, una rosa blanca, transparente, que perfuma todo ambiente. Tiene el cabello castaño y ojitos de azucena, una dulzura en sus manos y gran inteligencia. Es delgada, despierta, un destello de luz eterna, es la luna quieta, en la noche inmensa. Es la perla más valiosa, en el reino de las perlas, tiene el corazón virgen diamante, sin malezas de la selva. Es sensible ante la hormiga y ante la estrella, mira a la vida vestida, vestidita con decencia, con la nitidez más clara, más profunda de la tierra. La divina castidad ama el pudor, reserva sus fragancias al divino Salvador. 256
La divina castidad es despreciada ante los espejismos del mundo, pues diva es la ligera, y divo el infame mujeriego. Es tan extraña, tan presente, desea estar rodeada de gente de cuna fina, gente de cuna pobre, entre niños, entre jóvenes, entre adultos, entre ancianos, desea bendecir la vida, bendecir el cuerpo, bendecir el alma, bendecir la divina bendición de ser humana. Ella desea abolir, acallar, destruir, a esa bestia infernal que llevamos dentro. Y con ella se abre el reino de los cielos, y una voz desde el cielo dirá: “Felices los puros, porque verán a Dios, cenarán con Dios, y reinarán con él eternamente”.
257
Lágrimas Mis lágrimas emergen cuando al recuerdo palpita tu sonrisa de la infancia, y contemplo sobre tu lápida marcado como insignia el siete de noviembre, día de tu trágica distancia. Mis lágrimas emergen cuestionando mis murallas, ¿por qué no hilamos corazones cuando el tiempo nos aguarda?, ¿por qué no amamos a los que fríamente “amamos” en la brisa, en la calma? cuando aún tenemos cauces hondos, frescas, y la ceniza no nos llama. Mis lágrimas emergen, es inútil derramarlas, pues a ti mi primo Diego, no te agitan mis palabras y tu espíritu florece, lejos de luchas mundanas.
258
La Muerte Sí la muerte acompañante de las penas viniera a visitarme, ¡cuántos aullidos se expandirían a lo lejos!, más bailaría con ella la noche entera, con melodías de guitarra retocando mis escombros. ¡Ah! sí la muerte viniera a visitarme, las calles se tornarían en lágrimas de pavimento, mas sin temor contemplaría su rostro inexpresivo, esquelético, y a manera de irónico teatro en sus órbitas hundidas, colocaría uvas y sueños, y en su armazón de lamentos un puñado de misterios. Y como siempre desafiando al destino, acercaría mi alma a su oído, diciéndole firmemente: “Conviérteme en cenizas, y recorramos juntas aquellos eternos senderos, yo empolvando tu ambiente, tú aterrorizando al frágil tiempo”. 259
La muerte salió a su Encuentro La muerte salió a su encuentro, no le sorprendió su llegada, estaba preparada, había recorrido campiñas que tenían inmersas, el tímido beso, de la lluvia. Había escuchado, campiñas de grillos, notas de versos, en la noche helada, había visitado el umbral último donde arrugas y canas son muestra latente de sabiduría, entrega. La muerte salió a su encuentro no le sorprendió su llegada, aún sabiendo que sus pies tenían la frescura de veinte abriles, 260
aún sabiendo que sus labios tenían la plegaria de conmover corazones, aún sabiendo que sus manos tenían la caricia, la inocencia de brindar alegría. La muerte salió a su encuentro, y se fue dichosa, con su vestido silvestre, con sus memorias pasadas, con sus locuras de niña. Su cuerpo se extinguirá como se extingue todo, pero su espíritu resplandece en un lugar desconocido, carente de caos, de misterios, de penas.
(Publicado en diario de circulación local)
261
La Navidad de un Alcohólico Dormido en una esquina, sin un alma que vigile tus sueños, sin una voz que suavice tus penas, sonriendo a la muerte, reviviendo fantasmas, obligándote a vivir, por el gozo absurdo de saciar esa maldita sed que remuerde tus entrañas. Despiertas, percibes el olor a podredumbre, los mismos tacones que van a prisa, las mismas muletas que te esquivan, sientes una rutina más, pero todo es distinto, las guirnaldas engalanan ventanas, los niños endulzan sus mejillas, los villancicos te recuerdan, una época fantástica 262
perdida en tu memoria. Por primera vez emerge en ti una sonrisa, sola, desgastada, tan desgastada y sola, que con voracidad absurda bebes el amargo líquido, intentando aniquilarte, hasta quedar despiadadamente en el delirio. Mas las horas pasan la lluvia cae sobre la tarde gris, como dagas finas que van hiriendo tus latidos, a las doce en punto se define tu destino, mientras un niño nace en el Belén perdido, tu gemido mutilado, se pierde para siempre en el olvido.
263
La Ira Si escribo de la ira, la deletraria con letra roja y con mayúsculas, y resaltaría las burradas que me dicta, las miserias que me tira, y me diera por gritarle, tirarle piedras puntiagudas, hasta quedar exhausta, rendida, dolida. La ira es un volcán, un fuego ardiente, se activa día tras día, tira lava y no descansa. Por eso es mejor que mis letras se vuelvan minúsculas, cursivas, negritas, verdosas, azulinas, rosáceas, purpurinas, y disimulen su paso, mi temblar, mi rubor, mi inmensa ira, mi canalla ira.
264
La Puerta Caoba La puerta caoba bohemia envuelta en rosales de seda es la entrada a mi morada, en ella se perfila amieles tostados de brisa, cortinas de luna salada, cuadros de formas soñadas, cisnes de humo y escarcha. La puerta envuelta en almendras, se mece esperando tu llegada, contempla calles, luceros, voces, gestos, miradas, la lluvia susurra su pena con versos de líneas blancas, con tornasoles de su alma. La puerta deja entrar al ocaso, al niño de sonrisa azulada, al búho de negro equipaje, al Dios caminante celeste, más tú divagas respiras instantes de fuego, bebes los últimos versos que algodonan tu mirada.
(Publicado en diario de circulación local) 265
La Roca ¿Tienes corazón en el pecho?, o es una simple roca que simula corazón. He acurrucado mi oído a tu pecho, he sentido su latido pero no su corazón. Y es una pena oírlo, bombear vida sin cansancio, bombear día y noche y no sentir tu corazón, su sangre escarlata esparcida, día y noche, noche y día, y no sentir tu corazón. Y me pregunto que hago yo admirando, a un humano ordinario, que tiene roca en el pecho en vez de corazón.
266
La Rosa Soy capullo de rosa dormida en tu senda, elevada con brisa que almizcla tu cuerpo, la que imagina arcoíris entre misiles y muertos, la que volcánicamente transforma su nombre para prenderse en tu pecho. Y tú, ¿quién eres?, jardinero embustero que arrancas las rosas más bellas del huerto, sin palpar su temblor, su nostalgia grisácea que marchita esperando encontrar en otro cielo, jardineros celestes que desfloren sus pétalos, sin lastimar sus luceros.
(Publicado en diario de circulación local)
267
La señora Alegría La señora alegría, es simpática, morena, le gusta andar derecha, usar tacones, mirar de frente, leer lecturas discretas. Su fiel esposo es el amor, con él vive románticas veladas, le regala rosas de esperanza, y ella suspira despacito le besa la mirada. Si tiene gripe sonríe, si está enredada sonríe, si está dolida sonríe, si está intelectual, sonríe, Dios es su terapia. Yo la quiero de amiga, confidente, maestra, es tan buena y tan sabia, recita poesía simples, sabe pensar en dos, vivir en manada, amar como loca desquiciada a la gente del presente. Ella no se muere, 268
ni lleva luto, ni entierra muertos, ni mira con dolor a la gente, es paisaje de bohemia, es la risa entre los charcos, la llovizna delgadita que acompaña madrugadas. Delante de ella, la señora tristeza tiembla, su huraño esposo el desamor le ayuda a hacer maletas, y juntos se marchan.
269
La señora Dignidad Ha planchado su traje de honestidad impecable, es erguida, airosa, valiente, serena, mira sin miedo la vida, mira sin miedo su historia. Tiene altivez en sus tacones, sabe decir sí o no, detesta la ambivalencia, tiene largos silencios, es amiga de la certeza. Tiene firmeza en su voz, pausas en su trato, fineza en sus formas, gallardía en sus modales, su vida es tan transparente que la gente oscura se espanta. Sin embargo la señora dignidad ha tenido sus tropiezos, ha sido burlada en las escuelas, expulsada de colegios, deshonrada en las empresas, pateada en asambleas, 270
marginada en la política, pisoteada en cada parque, difamada en los mercados, e insultada en las discotecas. La señora dignidad tiene don de elocuencia, es tan polémica, polémica, y sabe decir NO en temas tan diversos, relaciones prematrimoniales, sexo, embarazo precoz, aborto, homosexualidad, sicariato, drogas, robo, hurto, asesinato. Su valor está en desuso, nadie la invita a fiestas, ni distrae su tiempo, pues saben que cuando ella está el asunto se torna serio. La señora dignidad a pesar de los desaires, no se despeina, luce siempre impecable, te mira siempre a los ojos, pues sabe que al final quién la pierde, pierde más que ella.
271
La señora Enfermedad Lleva una peluca negra, unas gafas de doncella, un disfraz de inocencia, un rubor de tristeza, y perfume de harapienta. Es delgada y pálida, tiene pecas en el rostro, cien lunares en el cuerpo, una vocecilla penosa, que hay que forzar el oído, para escuchar sus quejidos, sus quejidos lastimeros. Ella camina cojeando, dando tumbos por la vida, persigue a los hombres que mal piensan, de los que piensan bien huye. Le gusta nombrar a parientes con desmedido sarcasmo, alzheimer, cáncer, diabetes, gula, gripe, paludismo, pereza, reuma y tifoidea, lujuria, sífilis, gonorrea, su lista es tan extensa, 272
que habría que usar un diccionario complejo que describa sus dolencias. La señora enfermedad suele causar dolor, inútiles inútil sufrimientos, o algún convertimiento a una religión mayor, sabe retrasar los miedos, cumplir los anhelos de nuestro sabio corazón. ¡Ah! la señora enfermedad, no respeta status, ni edad, es costosa, costosa, tan llorona y tan cansina, a veces larga, obstinada, aventurera, desvalida, que es mejor cuidarse para no traerla de vuelta. La señora enfermedad, es parte de la condición humana, llega y pasa, llega y se queda, llega al hombre y le ruega que viva de prisa la vida, o al final llega al hombre y es la muerte que llega, de negro entero, muy puntual, cierra el telón de las penas, sonríe, medita y nos lleva. 273
La señorita Belleza La señorita belleza es tan bella, que no prueba en concursos la verdad de su belleza. Se sabe perfecta, escultural en sus formas, coqueta en su risa, dichosa en su esencia. Le gusta peinar su cabello, abundante, fino, negro, bañarse en rosas tiernas, doblar sus tiernas pestañas, dorar sus labios cerezas, ponerse un collar de reina, un vestidito de seda, unos tacones pintorescos, y un compás en las caderas. Sale por callejas, sube escaleras, camina en la abundancia presumiendo su belleza, le gusta jugar con los números, cinco, diez, veinte, treinta, ella es bella en toda época. 274
Es feliz con lo que tiene, natural en cualquier lado, guarda piropos en la esquina de su diario, y al revisarlos sonríe, coqueta e indiscretamente, sonríe en todo lado. Tiene tantos pretendientes, que no atina a mirarlos, solo escucha sus propuestas y al que más bonito le hable, le dice yes con los labios. Es feliz y agradece a la vida, por ser tan bella, tan bella, que viéndola el mundo sonríe, absorto mira su arte, su pureza, su matiz, su luz interna, su belleza. Y la belleza sonríe, pues además de bella, es sabia, sincera y eterna.
275
La tarde espera tu Regreso La tarde fugitiva invoca tu nombre, extraña tus pupilas, las gaviotas rojas de tus labios, la frágil caricia de tus manos, la infantil ternura de tu rostro. La tarde duraznera espera tu regreso, sonríe, ha ondulado sus pestañas, regala mieles silvestres, refresca la memoria, se funde en lo insondable. Y tú tan solitario, tan distante, tan enraizado en la rutina, tan vaciado de belleza.
(Publicado en diario de circulación local)
276
La Vida La vida dejó su traje gris, en el ropero de la casa añeja, y se puso el vestidito amarillo ese que resalta su belleza, y sin más salió de improviso, distinguida, gallarda, bohemia, taconeando las veredas, alegrando las callejas. ¡Cómo la miran pasar los transeúntes!, se niegan a creer que la vida pueda disfrutarse ella, y está contenta, está divina, está coqueta, está curvilínea, usa mini, suéter de princesa, tiene bellas formas corazón de aventurera. ¡Ah! la vida quién diría, la vida se ha negado a la tristeza, Dios sonríe cuando la tarde duraznea, los transeúntes la miran, de reojo la remiran, no logran comprenderla. La vida guiña el ojo a la tristeza, mira al cielo, Dios está con ella. 277
La vida Cambia Como nos cambió la vida, tu sigues el vaivén de un calendario sin sentido, yo sigo a tientas buscando mi destino un destino de cenizas que estoy a punto de perderlo en el mar de los olvidos. Como nos cambió la vida, tú que tenías sueños que como rompecabezas calzaban en los míos, y un día sin importarte los armaste a voluntad sin consentimiento mío, y al sentirme vencida tiré sin piedad mis fichas, muriendo mientras caían. Tiré mis fichas de colores en la tierra más baldía, sin importarme atardeceres, cocuyos, ni palomas, ni el Dios que golpeaba a mi ventana, ni el viento de sonidos mezclándose en las hojas. 278
No me importó que haya niñas interrogando en su mirada, que haya viejas susurrando a mis espaldas, que haya abuelos que creían en mis cuentos, y un sinfín de pendejos que quisieran adorarme con locura. No me importó que mis fichas se adhirieran a otras vidas, que mi suerte dependiera de las suyas, que el sol no llegará al corazón y se helará súbitamente, dejando de ser carne de piedad y dulzura. No me importó que la vida se volviera una rutina, el dolor pudo más que la cordura, la cordura se quebró, ante el orgullo herido, y la paz confusa. Y de esta herida he de armarme sola, y talvez el remedio sea, sustituir el rompecabezas, por el ajedrez 279
absurdo de la vida, y al final de los finales poder decirte convencida jaque …mate, amor mío.
280
La Viuda Era un mundo pequeño, eño, eño, donde vivía, ía, ía, una viuda, uda, uda, que amaba, aba, aba, a su difunto esposo, oso, oso. Vestía de negro, triste, negro, en las tardes grises, grises, grises, y vestía de blanco, fresco, blanco, en las mañanas fértiles, fértiles, fértiles. Su morada era grande, extensa, grande, tenía fotos, dulces, fotos, donde recordaba, aba, aba, a su difunto esposo, oso, oso. Pasaba el día, día, día, haciendo muecas, dulces, muecas, al espejo roto, rojo, roto, pasaba noches, bellas, noches, desgranando versos, tibios versos. Sucedió que un día, hermoso día, se presentó un joven, apuesto joven, pidió posada, sada, sada, y aunque no quería, ría, ría, le brindó una estancia, estancia, estancia.
281
Al pasar los días, noches, días, descubrió el joven, bello, joven, que la viuda era bella, bella, bella, era buena, noble, buena. Al saber que era bella, noble, bella, y rica, rica, rica, le propuso un trato, justo trato, que fuera su esposa, osa, osa. A cambio tendría, dría, dría, una casa de campo, ancho campo, una viña de uvas, grandes uvas, y mucha compañía, ñía, ñía, un huerto, olivo, verde, olivo, y mucha risa, sabia, risa. Y la viuda, uda, uda, que no era decidida, dida, dida, dida, le pidió tiempo, dulce, tiempo. El joven fuerte, bello, rico, se fue contento, atento, atento, y regresó después de un tiempo, tiempo, tiempo, la viuda lo había pensado, sado, sado, y había quemado, ado, ado, algunas fotos, tristes, fotos, había regalado, ado, ado, algunos objetos, lujosos objetos, que le recordaban, aban, aban, a su difunto esposo, oso, oso. Y lo miró de frente, frente, frente vio que el joven era fuerte, sabio, hermoso, 282
tenía los ojos verdes, grises, verdes, un hablar galante, galante, galante, y la viuda le dijo, dijo, dijo que aceptaba el trato, trato, trato, y el joven le beso su mano, nívea, mano. Se casó de blanco, níveo, blanco, la viuda, uda, uda, uda, y desde ese entonces, tonces, tonces, la viuda, uda, uda, uda, dejo de usar el negro, triste, negro, y vistió de rosa, fértil, rosa. Dejó que el mundo, triste, mundo, se hiciera grande, grande, grande, y tuvo niños, niñas y niños de ojos verdes, verdes, verdes, y se sintió dichosa, osa, osa. Aquí termina, mina, mina, la feliz historia, oria, oria, de la viuda, uda, uda, que se convirtió en esposa, osa, osa, osa. Y el joven fuerte, bello, esposo fue feliz, feliz, feliz, por la fortuna, tuna, tuna, que Dios quiso, hizo, quiso, darles unidos, juntos, juntos.
283
Letras Quisiera plasmar hermosura púrpura sobre papeles, hasta que el pulso se lastime y tiemble, hasta que de violeta se revistan mis ayeres, hasta que el huracán azote océanos de barcos y laureles. Plasmar quisiera mi universo pasajero, con ese tacto artístico que con seducción matiza la derrota triste en la victoria vana, y esos amantes ausentes que duelen tanto por carencia de destino en ellos. Quisiera plasmar primor azul sobre papeles, con esa letal angustia de tener los días marcados, las noches en vela, el otoño en la mente, y ese cíclico amor por las letras. 284
Liberación Tú has querido liberarme de las criaturas, has querido que este sobre absurdos afectos, que te sirva a ti, mi Dios, mi único Señor. Y no he querido, me he negado, he sufrido inútilmente como sufren tantos mortales, he sido tan infeliz como lo son tantos mortales, he renegado tanto como reniegan tantos mortales, pues que perfección puede existir en algo tan imperfecto. Tú me has querido liberar, y me he negado, he recurrido al libre albedrío, y en el libre albedrío, me he consolado. Sin embargo te pido, libérame de estas ataduras, de estas criaturas, de estos afectos, libérame, Señor, Padre, de ti vine, a ti voy, hija tuya soy, libérame, ayúdame a liberar al mundo. 285
Lienzo Anaranjado Sé que he de lograr escribir en las líneas del tiempo, gozar del paisaje quieto del silvestre contorno de ceibos, de lienzos anaranjados, del silencio lluvioso de pájaros imprimiendo oraciones en tréboles, amando a tiempo y destiempo. Sé que he de lograr atravesar senderos pedestres, con contornos de ramas y púas con los pies atentos al tacto los ojos perdidos en brumas, y así encontrar la paz al llegar a la orilla final entre peces y retazos de luna.
286
Lista de Amores Recordando mi lista de amores me da ganas de rezarle a la virgen de los dolores, y de rodillas derramar mi llanto, y de rodillas derramar mi risa, porque entre el llanto y la risa, he dejado en sus vidas pedacitos de la mía. Y es mi culpa por amar en la fiesta de la piel, jamás amar en tiempos áridos, es mi culpa por pedir magia en días ordinarios, si uno bastaba para amar, uno bastaba para estallar mi fuerza de libres campos. Pero no, siempre he sido insaciable, mujer de fuego, de cambio, mujer que ama de pronto, mujer que ama rabiando, y en esta variedad he tenido un abanico de profesiones, oficios, dudas, deudas que han dejado sus lecciones, las más amargas decepciones. 287
Son páginas que se pierden, letrita a letrita caminando en mi memoria, otras se escribirán a futuro, aunque preferiría reinscribir la última, ponerle color, forma, tamaño, ortografía faltona, tonalidades de amor, y fidelidad en sus pasos.
288
Loja Colonial Amo esta tierra mía, tapizada de palomitas blancas, donde el sol se tiende durazno, creando bajo tejados, sombras bendecidas. Amo esta tierra mía, nocturna, soledad titilante, donde resbalan los siglos sin empolvar calendarios, donde balcones legendarios guardan en sus entrañas espejos, telarañas, lunas. Amo esta tierra mía, con manchas florecidas en senderos despejados, donde conviven en armonía, borrachos, ocasos, terroristas, poetas embalsamados de verdor, con raíces del mismo barro. Amo esta tierra mía, con cicatrices de hambre y cansancio, y orgullosa soy 289
de ser lojana, artista por herencia, con guitarras en el alma, valentía, coraje y garra.
290
Lo que Dios extraña del Hombre Lo que Dios extraña del hombre, es que pida por una sola vez que Dios lo columbie en una tarde caoba, que le dé tiempo para conversar, punto a punto, notita a notita, celeste o naranja, con la ingenuidad de un niño, y muestre la herida y en el sana, sana, su herida quede sanada. Lo que Dios extraña del hombre, que ha olvidado su singularidad, con su pequeña o gran estatura, sus ojos almendrados o rasgados, su pelo lacio o alborotado, su piel láctea o de canela, que sea simplemente el niño o niña que soñó ser, el niño o la niña que pidió ser un día y lo ha olvidado. Lo que Dios extraña del hombre, que haya dejado abandonado su proyecto fundamental, ser feliz y vivir largooos años, 291
sonriendo porque sí, porque a Dios a veces le hace gracia, cuando frunce el ceño, y quiere cambiar el mundo a pataletas, pues sabe que el hombre se ha metido en sus terrenos, ha mordido la manzana, se ha ocultado entre ramajes, de mezquindades y egoísmos. ¡Ah! Dios cómo extraña al hombre, cómo lo extraña y lo espera, espera que regrese, devuelva la manzana, despida a la serpiente, vacíe su mente de ciencia imperfecta, y camine erguido y desnudo, de la mano de Dios conversando, sonriendo, tarareando nombres de especies, y recreando un nuevo alfabeto, un nosotros a sus sueños.
292
Los Años Los años se van en un murmullo, las páginas, los libros, se llenan en segundos, los sueños del pasado se van desfigurando, la piel como un rosal rugosa, se marchita, las penas, las plegarias adquieren otro encanto. Los años se van sin rumbo cierto, como barcas solitarias, blanquecinas, temblorosas, se hunden lentamente, tan a prisa, tan en vano, sin plasmar ninguna huella, listas para zarpar en otro piélago sereno, con costas uniformes,
293
Los discípulos de Emaús En aquel atardecer de cerezos tibios al sol se abría un camino pedestre de hormigas y tímidas hojas, y dos hombres caminaban hablando de un tal Nazareno que fue azotado en un pueblo con cruel y humillante pasión, decían que era profeta santo, demonio, blasfemo, que entre sus delirios de muerte oraba implorando perdón, nadie entendió su locura, ni aquel gemido doliente en aquel momento feroz. Uno de ellos decía: hechos insólitos fluyen por estas tiránicas tierras, y con admiración comentaba que al tercer poniente despertaría trayendo tulipanes de níveo esplendor, Cleofás con gesto enojado callole diciendo ¡blasfemo!, cómo es posible que un hombre hijo de un carpintero logre resucitar. 294
Entonces un importuno silencio se hizo un tanto sonoro pues el tacto de sandalias agitó las piedras desnudas y sus voces viajaron al viento hacia el nido de un limonar, cuánta tristeza en sus sombras, cuántas dudas en su pecho, sus preguntas se iban haciendo retazos de espléndido mar. Y en ese instante doliente asomó un peregrino amigable, sorprendido por su triste semblante, comenzaron a relatar sus razones, sus oscuras especulaciones, él escuchaba callado sus temores atornillados en cada trasfondo de voz, su filtración de nostalgia en esa tarde naranja testigo de su ciego dolor. Y al final concluido el relato él fue citando a profetas que nombraban a un Salvador cordero entregado al calvario por lograr un reino de amor que traería paz sin las guerras, sin tumultos de riquezas, sin el frágil esplendor. Y cuando caía la tarde 295
lo invitaron a cenar al brillo de luna y velas compartieron su humilde manjar y entre vino, música y pan, un milagro sucedió, aquella ceguera del alma en un instante se dispersó, y vieron al Cristo mirándoles desde el fondo de su corazón.
296
Locura La joven se llamaba locura, sus ojos grises siempre afloraban lo que el alma sentía, caminaba en silencio por las calles mojadas de una gran multitud, que llevaban consigo, caracoles, ternuras, historias carentes de esencia, mas no sabía juzgar había aprendido que es insensato aumentar arena, a la arena existente. La joven encendía velas, meditaba bajo la luna, caminaba descalza, entre eucaliptos frescos, entre verdes riachuelos, solía escribir versos, en las madrugadas tibias, de un día normal, conocía a la nostalgia, había hablado con ella, 297
y tomado la sabia decisión de negarle cabida de rezagarla al olvido, de ignorarla sin ser su enemiga. La joven vivió feliz, sin complicaciones, sin prisas, quién la conoció la admiró, la amó, siguió su estrella, se convirtió en un eterno incomprendido, en una amante de la vida, en una rebelde liberada de la opresiva rutina.
298
Luna Aventurera Todo te lo he dado para que me quieras, pero si aún así me desprecias, bendigo tan solo tus huellas, trasnocha arañando la cama arrimado a vulgares rameras, bebiendo su néctar marchito, consumiendo sus tristes praderas, o ventilando tu amargo despecho en alguna banda protesta. Pues he perdido las ganas de atrapar tu alma en quimeras, amasar tu espalda con besos, preguntar por ti en las tardes que necesitaba más de tu aliento, de decir mil veces te amo sin hallar jamás tu respuesta. Todo te lo he dado, y tú ni una migaja, el llanto no viene al caso, somos seres tan extraños, extraños por dentro y por fuera, es por eso que no mereces, no mereces que te quiera, que te nombre, que te busque, cuando sale la luna aventurera a cabalgar por las sierras. 299
Luna, infanta Pérdida Luna la infanta perdida en la bóveda celeste de Dios, quisiera construirte un columpio en la que mesas tus tiempos de amor, quisiera construirte un follaje, por el que corras tranquila y sin voz, quisiera construirte una torre en la que inventes tus locuras de amor. Quisiera construirte un espejo de imposibles deseos mortales, o una fuente que indique los posibles deseos mortales, darte infanta tantas chucherías, con tal de tenerte esta noche rellenita, endulzada, pispirilla, tan malcriada, como la niña de los cuentos, como esas niñas que existen, cuando tú te ocultas cansada y ellas salen y el sol sale sonriendo.
300
Llamado Súbete a mi barca, me decía, enterneciendo sus facciones de marino, extendiendo sus manos, multiplicando peces, caminando sobre océanos, perfilando gaviotas, hemisferios, zafiros y gacelas. Súbete a mi barca, me decía, “Liberaremos el ancla, sin despertar ocasos, sin pensar en luciérnagas que brillan un suspiro y se disipan en la niebla”. Súbete a mi barca, me decía, una sutil cobardía congelaba mis pasos, temía renunciar a mi nido, a mi libro de historias, a mis amores baldíos. Sin reprochar mis turbaciones se alejó en silencio 301
en su barca de ébano, y me quedé inmóvil, poblada de desiertos, confundida entre las masas, con mis amores de escarcha, con mis ideales de esquina. Sin embargo, sé que regresará un día, me llamará en el viento, encontrando una pregunta en mi húmeda mirada, me dirá en un susurro, “quería contemplar contigo el horizonte inextinguible, haciendo de la vida un solo verso de armónica pureza entre sus líneas”. Y sin importarme el tiempo, me subí a su barca en aquella tarde de polen y colmena, mientras el mar matizaba sus perlas incorpóreas, abandonándome en sus brazos infinitos, liberada de nostalgias, delirios y condenas.
302
Fotografía: María del Cisne Suárez Enríquez
Tardes Tricolor Tu construyes el mundo con tu canto, yo construyo el mío con las letras.
303
304
Índice Dedicatoria Agradecimiento Prólogo (Dr. José Carlos Arias Álvarez) Prólogo (Dr. Galo Guerrero Jiménez) Prólogo (Sra. Anabel Rodríguez Erazo) Presentación de la obra (Mgs. María del Cisne Suárez Enríquez) Tarde azul ..................................................................... Pág 29 Abandono ...................................................................... Pág 30 Aborto de un inocente ................................................... Pág 31 Adolescente ................................................................... Pág 32 Agosto de cometas ........................................................ Pág 34 Amada patria ............................................................... Pág 36 Amado mío .................................................................. Pág 38 Amanecer ..................................................................... Pág 39 Amante de la noche ..................................................... Pág 40 Amiel ............................................................................. Pág 42 Amor .............................................................................. Pág 44 Amor de millón ............................................................. Pág 45 Amores de venta ............................................................ Pág 47 Anonimato .................................................................... Pág 50 Aprender el arte de la vida ........................................... Pág 52 Aquí ............................................................................... Pág 54 Aspiraciones .................................................................. Pág 55 Atardecer ....................................................................... Pág 57 Atardecer de los días ..................................................... Pág 58 305
Aurora ........................................................................... Pág 59 Autenticidad ................................................................. Pág 61 A la señora pereza ........................................................ Pág 63 A la sombra de estas rejas ............................................ Pág 65 A mi madre ................................................................... Pág 67 A ti ................................................................................. Pág 68 Amigo mio ..................................................................... Pág 69 Ángel de mi guarda ....................................................... Pág 71 Ángeles .......................................................................... Pág 73 A veces solo a veces ...................................................... Pág 74 Aventurero .................................................................... Pág 75 Ayer .............................................................................. Pág 76 50 años de bendiciones ................................................ Pág 77 Belleza fugaz ................................................................. Pág 79 Besos ............................................................................. Pág 81 Bianca ........................................................................... Pág 82 Borrachera de amor ..................................................... Pág 83 Borracho ....................................................................... Pág 85 Bosque .......................................................................... Pág 87 Cada madrugada ......................................................... Pág 89 Cálculo mis dones ........................................................ Pág 90 Campesino lojano ........................................................ Pág 92 Canela florida .............................................................. Pág 94 Cansancio .................................................................... Pág 96 Capilla amada ............................................................. Pág 98 Cariños ......................................................................... Pág 99 Cisne blanco ............................................................... Pág 101 Colegio de mi adolescencia ........................................ Pág 102 ¿Cómo es ella? ........................................................... Pág 104 Contigo amor ............................................................ Pág 105 Crisis ......................................................................... Pág 106 306
Cristabel .................................................................... Pág 108 Tarde verdosa ............................................................ Pág 109 Canto de alabanza ...................................................... Pág 111 Confesionario .............................................................. Pág 112 Confianza en la naturaleza humana ........................ Pág 114 Contemplación ............................................................ Pág 116 Contemplémonos ........................................................ Pág 117 ¿Con quién podré entenderme? .................................. Pág 118 Cuando una mujer ..................................................... Pág 119 Cuando tú me escuchas .............................................. Pág 121 Cuestión de piel ........................................................... Pág 122 Cuerpo desnudo .......................................................... Pág 124 Chow chow .................................................................. Pág 126 Decir adiós .................................................................. Pág 128 Deja de mentir ............................................................ Pág 129 Desafío ......................................................................... Pág 130 Deseos .......................................................................... Pág 132 Desde siempre ............................................................. Pág 133 Desnudo mis pies ........................................................ Pág 135 Destino ........................................................................ Pág 136 Destino de mi destino ................................................ Pág 137 De todos mis amores .................................................. Pág 139 Diálogo con un muerto .............................................. Pág 140 Diciembre .................................................................. Pág 142 Dieciséis rosas ........................................................... Pág 143 Diez lunas ................................................................. Pág 145 Diferencias ................................................................ Pág 146 Dios de mar .............................................................. Pág 147 Dios se toma su tiempo ............................................ Pág 149 Dios te bendiga ........................................................... Pág 150 Divino niño Jesús ........................................................ Pág 152 307
Doce meses en la eternidad ........................................ Pág 154 Dolores ........................................................................ Pág 156 Dolor y poesía ............................................................. Pág 158 Domingo .................................................................... Pág 159 Dónde escondes tu mirada ........................................ Pág 160 Doustin ....................................................................... Pág 162 Elige ............................................................................ Pág 163 El ave ........................................................................... Pág 164 El deseo y la tarde ....................................................... Pág 165 El dolor ........................................................................ Pág 167 El amor ........................................................................ Pág 168 El hombre de la esquina ............................................. Pág 170 El miedo ..................................................................... Pág 171 El mundo desde mis ojos ........................................... Pág 172 El paraíso de marfil ................................................... Pág 173 El suicida .................................................................... Pág 174 En memoria de Hans Andersen ................................ Pág 176 En un rincón .............................................................. Pág 179 Es bueno saber ........................................................... Pág 180 Es mi misión azul ....................................................... Pág 181 Escuela de demonios ................................................. Pág 182 Tarde rojiza ............................................................... Pág 185 Ese señorón dolor ...................................................... Pág 187 Espera amor ................................................................ Pág 190 Espera niña ................................................................. Pág 192 Espérame ..................................................................... Pág 193 Esperaré ....................................................................... Pág 194 Estatua nívea .............................................................. Pág 196 Estoy feliz .................................................................... Pág 198 Eterna poesía .............................................................. Pág 200 Extranjero ................................................................... Pág 202 308
Fábrica de ideas luminosas ........................................ Pág 203 Fantasía ....................................................................... Pág 204 Femicidio ..................................................................... Pág 206 Feminidad marchita ................................................... Pág 207 Fiel a lo que eres .......................................................... Pág 208 Funeral de colores ....................................................... Pág 209 Futuro .......................................................................... Pág 211 Señor… gracias ........................................................... Pág 213 Grandiosa mujer ......................................................... Pág 215 Guerrero eterno .......................................................... Pág 217 Hablando en plural ..................................................... Pág 219 Hierba campestre ........................................................ Pág 220 Historia de una madre ............................................... Pág 221 Humildad, arrogancia ................................................ Pág 223 Hoy cantaré ................................................................. Pág 225 HTP ............................................................................. Pág 227 Ignorar a Dios ............................................................. Pág 230 Incansablemente ......................................................... Pág 231 Indiferencia amor ....................................................... Pág 233 Infancia ....................................................................... Pág 234 Injusticias .................................................................... Pág 236 Instante ........................................................................ Pág 238 Intento fallido .............................................................. Pág 239 Interrogaciones ............................................................ Pág 241 Ironía ........................................................................... Pág 243 Joven marinero ............................................................ Pág 245 Joven poeta .................................................................. Pág 246 Joven trovador ............................................................. Pág 248 Juan el profeta ............................................................. Pág 250 Julio ............................................................................. Pág 252 Labios .......................................................................... Pág 253 309
La dama riqueza ......................................................... Pág 255 La divina castidad ...................................................... Pág 258 Lágrimas ..................................................................... Pág 260 La muerte ................................................................... Pág 261 La muerte salió a su encuentro .................................. Pág 262 La navidad de un alcohólico ...................................... Pág 264 La ira ........................................................................... Pág 266 La puerta caoba .......................................................... Pág 267 La roca ......................................................................... Pág 268 La rosa ......................................................................... Pág 269 La señora alegría ........................................................ Pág 270 La señora dignidad ..................................................... Pág 272 La señora enfermedad ................................................ Pág 274 La señorita belleza ...................................................... Pág 276 La tarde espera tú regreso .......................................... Pág 278 La vida ........................................................................ Pág 279 La vida cambia ........................................................... Pág 280 La viuda ...................................................................... Pág 283 Letras .......................................................................... Pág 286 Liberación ................................................................... Pág 287 Lienzo anaranjado ..................................................... Pág 288 Lista de amores ........................................................... Pág 289 Loja colonial ............................................................... Pág 291 Lo que Dios extraña del hombre ................................ Pág 293 Los años ...................................................................... Pág 295 Los discípulos de Emaús ............................................. Pág 296 Locura ......................................................................... Pág 299 Luna aventurera ......................................................... Pág 301 Luna, infanta perdida ................................................. Pág 302 Llamado ...................................................................... Pág 303 Tarde tricolor .............................................................. Pág 305 310
Extracto Biográfico 311
312
María del Cisne Suárez Enríquez nace en Loja, el 09 de julio de 1983. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Particular “La Porciúncula”. Sus estudios superiores los realizó en la Universidad Técnica Particular de Loja, donde obtiene los títulos de Licenciada en Psicología General y Abogada. Posteriormente obtiene el título de Magíster en Educación Infantil en la Universidad Nacional de Loja, el título de Magíster en Literatura Infantil y Juvenil en la Universidad Técnica Particular de Loja y el título de Especialista en Procesal Penal en la Universidad Técnica Particula de Loja. Se ha desempeñado como docente en dos prestigiosas Universidades, Universidad Técnica Particular de Loja y Universidad Nacional de Loja. Gusta de leer y escribir, pues es una pasión que tiene desde los 13 años de edad y ha ido cultivando con la publicación de poemas en los Diarios Crónica y La Hora. El presente poemario es fruto de 20 años de dedicación a este gusto especial por las letras. 313
Publicado el 19 de marzo de 2021 Imprenta Leonel Feijóo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Zamora Chinchipe
314
315
316