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Experiencias de emprendimiento
EMPRENDIMIENTO
Tres graduados de cada una de las facultades de la Universidad Casa Grande comparten cómo construyeron un negocio sólido y brindan recomendaciones a futuros emprendedores casagrandinos.
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Experiencias de emprendimiento
NUNO®Studio
Hoy con 40 años, decidió lanzarse a crear su propio negocio. Sin embargo, para Nuno Acosta, licenciado en Comunicación con especialización en redacción y creatividad estratégica de la Universidad Casa Grande (UCG), “empezar desde cero a los 40 no es empezar de cero”. Y es que él ya tiene 20 años de camino recorrido en el mundo de la comunicación y publicidad, tras, primero, ser aprendiz y creador de ideas para compañías como Maruri Grey —que considera su mayor escuela—; para luego convertirse en su propio jefe en la agencia Laika 1 , empresa a la que le dedicó 10 años, pero afirma: “Algo faltaba. Algo que fuese solo mío”.
Después de trabajar por varios años junto a la abogada especializada en propiedad intelectual Gabriela Campoverde, dictando conferencias y ella como colaboradora independiente legal de Laika, el 1 de febrero de 2020 tomaron el riesgo. Fundaron NUNO®Studio. Según este casagrandino, Campoverde disfruta cada idea al igual que cuando ve una película, no obstante, comprende “que un negocio debe ser productivo, estable, con proyección”. Son una sociedad que se complementa: él desde el rol de director creativo general y ella como CEO 2 .
Foto Juan Pablo Castillo Studio
NUNO®Studio está basado en la economía naranja 3 y se dedica al diseño de experiencias creativas con un enfoque estratégico para marcas con un compromiso de cambio y responsables por su entorno. Entre sus clientes se encuentran Crealegis, Círculo Naranja, El Café de Tere y Orocash.
Esta trayectoria, además de emprendimientos fallidos y otros adicionales que aún mantiene, le permitieron entender que la creatividad es el camino, que la gente busca “ideas frescas y constantes, historias que pueda contar y compartir”, alega. Por eso recomienda a futuros(as) emprendedores(as) de la publicidad: elegir una agencia grande como escuela, mantenerse al día sobre lo que sucede en esta industria; “no hay que temer empezar desde abajo, pero apunten lejos. Cuando se sientan limitados sabrán que es momento de crear tu propio negocio”.
Zaidí Chocolatería
Foto Zaidí Chocolatería (Facebook)
Luego de graduarse del colegio, Michelle Martínez, graduada de Gestión y Negocios Internacionales Trilingüe de la UCG, se convirtió en una aspirante más a ingresar al mundo laboral. Sin embargo, se sorprendió de que uno de los requisitos para ocupar un cargo fuese tener experiencia: “Me resultó curioso”, dice. Fue entonces cuando se planteó ser emprendedora.
Aproximadamente un año después, a los 19 años (2009), tomó un curso de chocolatería básica para quienes buscaban ejercer una actividad económica desde casa, y ese fue su primer acercamiento a ese mundo. Enseguida, desde su cocina, puso en práctica lo que había aprendido, creando chocolates con raíces peruanas. Recuerda con mucho cariño esas primeras piezas que vendió, pero tuvo que finalizar el negocio por dificultades de acceso a la materia prima.
En el 2010, tomó un nuevo curso de chocolatería, esta vez con el chef francés Cyril Prudhomme, en Quito. Los conocimientos adquiridos le permitieron perfeccionar su técnica y estar lista para que, en el 2012, pudiera emprender junto a una compañera de la universidad “Bon Cacao”. Registraron el nombre, elaboraron empaques y diseñaron su marca. Martínez asegura que la experiencia le permitió crecer: “Logré conocer cómo es la gestión de venta, administrativa y financiera, e incursionar un poco en el mundo digital”.
Esta empresa cesó su actividad en el 2013, pero los clientes que había adquirido en el proceso se habían quedado encantados con su sabor chocolatero, demandaban sus productos. Así nace Zaidí Chocolatería, pero antes de lanzase, ella cuenta que se autoeducó mediante chefs de YouTube, se informó de las tendencias, creó su modelo de negocio y buscó financiamiento, entre otras acciones. Peekaboo Después de trabajar en diversas instituciones educativas, de escribir, investigar y reflexionar sobre su profesión, un día Ana Lucía Jiménez, licenciada en Ciencias de la Educación Inicial con mención en Psicopedagogía de la UCG, se encontró leyendo un artículo sobre educación, entonces “todo hizo clic” —dice—; en ese momento decidió cumplir su sueño de abrir un espacio “diferente”, aprender y cuestionar las prácticas que se emplean en los centros. Como resultado, fundó Peekaboo el 16 de mayo de 2017. Un lugar que imparte educación no tradicional, basándose en el modelo socioconstructivista de Reggio Emilia 4 , el cual —según Jiménez— permite “tener una mirada más holística, cercana y respetuosa” con sus estudiantes. Primero, buscan descubrir los intereses de los niños y las niñas, además de plantearles las problemáticas de la sociedad; y con ello ejecutan proyectos de investigación que despiertan el deseo de aprender, siendo algunos: la luz y la sombra, el entorno natural, las plantas o los dinosaurios. Así mismo, las clases cuentan con dos maestras por aula, lo que permite una enseñanza personalizada y trabajar los proyectos en grupos pequeños, con el fin de “generar interacciones más ricas y profundas (…)”. Su compromiso por un espacio físico “estético” y “justificado” dio frutos un año después, en el 2018, cuando el Banco Internacional de Fomento (BID) Para este emprendimiento, la paciencia, el compromiso y la pasión real por la chocolatería fueron fundamentales, puesto que los frutos del esfuerzo no llegaron enseguida. Zaidí adquirió fuerza en el 2016, cuando un amigo de Martínez, Ángel Maldonado, se convirtió en su socio, quien hasta la actualidad se encarga del área comercial y ella de la producción. La casagrandina confiesa que, aunque solo le dedican un tiempo parcial, ella lo ve como un reto que le ha permitido “crecer, ahorrar, alcanzar metas personales y —agrega— en mis ratos libres, he seguido aprendiendo con cursos internacionales”; recientemente tomó uno en Bogotá con Melissa Coppel, reconocida chef internacional que dicta cursos en todo el mundo. “Cada día me convenzo más que el chocolate no solo te llena el alma al consumirlo, también al
trabajarlo”, finaliza.
Foto: cortesía de Ana Lucía Jiménez
reconoció a Peekaboo como una de las 80 instituciones educativas con la infraestructura más innovadora de América Latina y el Caribe. Ahora se enfrentan a un mayor reto: la expansión a un nuevo campus que también ofrecerá primaria y secundaria. “Creemos definitivamente que una cultura de paz, transformación y vida debe hacerse en la escuela, en el día a día y en todos los niveles educativos”, expresa.
Jiménez considera que para emprender y mantenerse es necesario ser perseverante, humilde, siempre continuar desarrollando las habilidades, tener un deseo real de servicio, trabajar en equipo y buscar innovar constantemente. “La metodología de ‘aprender haciendo’ (de UCG) me hizo cuestionar la educación actual de la mayoría de las aulas (…) una enseñanza en la cual las emociones, el asombro, la comunidad y la inteligencia al servicio del amor están negados y son deslindados del ser humano”, agrega.
1 Hoy llamada Laika Grey. 2 Directora Ejecutiva. 3 Conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. 4 Filosofía del asombro.