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BIBLIOTECA Los desafíos de la equidad y calidad en la educación superior Por Gilda Macías Carmignani

Los desafíos de la equidad y calidad en la educación superior

Por Gilda Macías Carmignani

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El 26 de noviembre de 2019, con motivo de la celebración del Día Mundial del Acceso a la Educación Superior, el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC) transmitió tres webinars enfocados en los siguientes temas: 1) La movilidad académica en América Latina: retos y oportunidades; 2) Más allá del acceso: los desafíos de la equidad y la calidad de la educación superior en América Latina y el Caribe, desde la perspectiva de la CRES 2018; y 3) El Nuevo Convenio de Reconocimiento de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en América Latina y el Caribe.

En esta ocasión, Ventanales presenta un resumen del webinar “Más allá del acceso: los desafíos de la equidad y la calidad de la educación superior en América Latina y el Caribe desde la perspectiva de la CRES 2018”. La asamblea de la III Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe (CRES), realizada el 14 de junio de 2018 en Córdoba, Argentina, fue reseñada por Ventanales en su publicación No. 13, de enero de 2019.

Sobre el acceso

La tasa bruta de matriculados en educación superior o el porcentaje de matriculados, independientemente de la edad, se ha expandido radicalmente en los últimos 15 años. La media de la región del 51% se ubica por encima de la media de países de la OCDE 1 y de la Unión Europea. Sin embargo, el 52% de la matrícula tiende a concentrarse en pocos países de la región, concretamente en 7 de los 33 [Chile, Argentina, Perú, Colombia, República Dominicana, Costa Rica y Brasil].

El número de estudiantes inscritos en sistemas de educación superior se ha duplicado en la última década, lo que ha generado una expansión rápida para estándares internacionales. De 1.8 millones de alumnos a inicios de la década de los 70, la cifra creció a 24 millones en el 2012; y a 27 millones en el 2017. Para el 2019, la estimación era de casi 30 millones de estudiantes.

Este crecimiento en el acceso universitario potencia oportunidades para el desarrollo de la educación superior y la movilidad internacional. Al mismo tiempo, conlleva retos para los actores y gestores, y para quienes toman decisiones. El aumento de estudiantes ha sido, en parte, consecuencia tanto de la cobertura de la educación media como de los programas de reducción de la pobreza, además por el crecimiento de la clase media. La población percibe que el ingreso a la educación superior va asociado a la movilidad social; es decir, como un requisito para obtener mejores oportunidades laborales y de empleo, seguridad económica y bienes materiales. De igual manera, se la asume como oportunidad para ganar experiencia en participación ciudadana en medios sociales y políticos, y lograr un estilo de vida más alto.

Otro rasgo distintivo de los sistemas de educación superior en la región es la variabilidad y diversidad en cuanto a características de alumnos, instituciones y programas. Los nuevos aspirantes no son solo egresados de educación media sino un contingente significativo de adultos que quieren obtener títulos tardíamente, completar estudios, actualizar conocimientos o contar con experiencias educativas nuevas. Por tanto, los programas educativos deben considerar diferencias, no solo en cuanto a la edad, sino al nivel socio económico, manifestaciones culturales, expectativas, necesidades y demandas de los nuevos tipos de alumnos.

Existen 11 000 instituciones de educación superior en la región, pero solo 4000 son universidades. El resto son instituciones que no responden a criterios de universidad y que se ubican en el nivel 5 del CINE 2 . En cuanto al sector privado, América Latina cuenta con mayor matrícula privada, entre todas las regiones del mundo: un 48,2%. La oferta es diversa: programas tradicionales de grado y posgrado; programas vespertinos, modalidades presenciales, semipresenciales o a distancia; programas modulares, entre otros, lo cual hace difícil sistematizar y evaluar las experiencias con mecanismos convencionales.

El panorama mostrado permite evidenciar que el tránsito desde una educación masiva hacia una educación universal, considerado como un estadio que comienza cuando la tasa bruta en enseñanza superior alcanza el 50%, presenta fuertes diferencias entre países y al interior de estos, que se traduce en desigualdad de oportunidad de acceso. Estos aspectos fueron retomados en la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES), ya señalada.

En la Declaración Final de la CRES 2018 se hace un llamado a los sistemas e instituciones de educación superior a generar el acceso universal, la permanencia y la titulación de los estudiantes, atendiendo una formación de calidad en la diversidad, con inclusión y pertinencia local y regional. Asimismo, se insta a los estados a promover vigorosamente políticas de ampliación de la oferta en educación superior y a hacer una profunda revisión de los procedimientos de acceso al sistema, y generación de acción afirmativa, con base a etnias y capacidades diferentes.

Sobre la calidad

Las tasas de graduación son uno de los indicadores sobre la calidad en la educación superior. Se estima que las tasas de graduación en América Latina y el Caribe son menores frente a las observadas en otras regiones. A nivel de licenciatura, el mayor porcentaje lo tiene Chile con 31,4%; seguido de México con 22,4%; Colombia con 18,6%; y Argentina con 12%; sin embargo, estos promedios están por debajo de los países de la OCDE, con 36,3%. Es esencial señalar que se requiere instancias que permitan dar garantía pública de calidad de

sus programas y condiciones institucionales de compromiso con el desarrollo sostenido.

El tema de la calidad fue abordado como uno de los ejes de la CRES 2018. En el estudio, que sirvió para el debate, se reconoce que la región cuenta con amplia experiencia en instalación de procesos de aseguramiento de la calidad, y que hay un reconocimiento importante a la eficacia de esos procesos. Se definió, sin embargo, que era necesario reflexionar sobre su fortalecimiento y desarrollo, y definir estrategias para los próximos 10 años, con miras a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.

La Declaración de la CRES 2018 y el Plan de Acción 2018-2028 3 , como instrumentos de base para el desarrollo y sostenimiento de la educación superior regional, considera ocho grandes lineamientos. El Plan fue aprobado en Lima, entre el 13-15 de marzo de 2019, durante la reunión de los representantes de Redes de educación superior, Asociaciones y Consejos de rectores de América Latina y el Caribe, convocados por UNESCO-IESALC. La región debe velar por ir más allá del acceso y alcanzar la cobertura masiva, apuntalando al acceso universal con calidad, equidad y pertinencia. El Plan de Acción 2018-2028 se constituye en estrategia transversal y su logro dependerá de los saberes y sentires que puedan concertar sus actores. La acción no debe ser una reacción sino un proceso de creación.

Las transmisiones de los tres webinars se encuentran disponibles en el canal de YouTube “UNESCO-IESALC” 4 .

Nota: El texto es una versión ampliada del artículo de Gilda Macías, publicado por El Universo, el 4 de febrero de 2020.

1 N. e. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. 2 N. e. Clasificación Internacional Normalizada de la Educación. El nivel 5 se refiere a programas de educación terciaria de ciclo corto, orientados a la práctica profesional. 3 Publicado en Ventanales no. 14, agosto 2019. 4 http://bit.ly/2Q5I6Np

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