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Maestros en crisis por pandemia, psicólogos emergentes
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VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 18
Ser maestro por vocación, profesión y convicción, y ejercer la docencia con libertad de cátedra, es un regalo de la vida, sin embargo, a veces puede ser una ocupación demandante, incluso de desempeños, sin que haya habido una formación previa. En la pandemia, si el personal sanitario se hizo cargo de la salud física de la población, los docentes tuvimos que asumir la salud emocional de nuestros estudiantes. Debimos ser formadores, además de consejeros, escuchas y orientadores de situaciones que nosotros también estábamos transitando y ‘haciendo camino al andar’.
Ser maestro porque de pequeño fantaseabas con el aula, los estudiantes, la pizarra. Ser maestro, sabiendo que elegiste una profesión para ‘no hacerte’ rico, según la riqueza (económica) a la que se refieren muchos. Ser maestro por convicción, por férrea decisión de hacer del aula un espacio democrático, conformar una comunidad educativa. Eso para mí es ser maestro. Y si a todo lo anterior le agrego el privilegio de trabajar dónde y con quién quiero, y también cómo creo que es lo mejor para mí y mi entorno, eso es como vacaciones. Sin embargo, con el 2020 llegó la pandemia por COVID-19, el distanciamiento social, la telemedicina, teletrabajo, teleducación. Todos los tipos de crisis se desencadenaron. La sanitaria, en primer lugar, a la que le seguirían la económica, educativa, de movilidad, entre otras; y una poco abordada, aunque muy, muy afectada, crisis psicológica, la concerniente a la salud emocional. De pronto, todos, paulatinamente, fuimos enfermando anímicamente. El desasosiego, la incertidumbre, la desesperanza, fueron los desencadenantes del insomnio, de la caída de cabello, las palpitaciones aceleradas, los desórdenes en el apetito y la digestión.
Para la atención en salud física, todo el personal salubrista estuvo en primera línea paliándola, sin embargo, para el cuidado de la salud mental, pocos serían los psiquiatras, psicólogos y orientadores, a pesar del ingente número de afectados. Entonces, ¿en quién recayó una función más por asumir en este sentido?: en los maestros. En los que hacíamos lo que podíamos con nuestro bagaje emocional, transitando por rutas antes impensadas para mantener y fortalecer un oficio, generalmente, desvalorizado, que, sin embargo, asumimos…
La sociedad en crisis por pandemia; la educación en crisis por pandemia; los maestros: psicólogos emergentes en pandemia.
Por Sandra Guerrero
Maestra de lenguaje y comunicación con más de 30 años de experiencia en educación universitaria. Especializada en áreas de desarrollo de habilidades del pensamiento y de escritura a través del currículo. Docente de materias interfacultades y de la Facultad de Educación de la UCG.