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CUENTO: Windir, el delfín
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CUENTO WINDIR,
Por Alessia Gonzenbach Macías
A continuación, uno de los cuentos desarrollados como parte del taller en su edición del 2020. Fue desarrollado por Alessia, hija de Giselle Macías, quien fue profesora por varios años en la Facultad de Comunicación de la UCG y falleció hace 10 años, luego de dar a luz a su hermosa hijita. Hoy evocamos su memoria con el creativo texto de Alessia, quien además es autora de las ilustraciones que lo acompañan.
Había una vez una famosa playa llamada Fireland, conocida por su peligroso mar. Por esta razón, no era visitada por muchos turistas. Esa soleada mañana, en Fireland, las gaviotas se habían aglomerado. Bulliciosas, parecían estar indicando que algo malo estaba pasando cerca del acantilado, donde se siente la fuerza del mar.
Era un pequeño delfín que luchaba por su vida, atrapado en medio de una resaca. Luego de varios minutos, llegaron los rescatistas del acuario a salvarlo y lo llevaron para ser atendido rápidamente. En ese fantástico acuario trabajaba una niña llamada Mila, quien se encargó de la recuperación del animalito, lo cual duró algunos meses. Durante ese tiempo, nació una linda amistad entre ella y el pequeño delfín, al que finalmente llamaron Windir. Cuando al fin Windir estuvo listo para regresar al mar, lo llevaron. Pero ¡oh, sorpresa! Windir no se movía de la orilla. Dando saltos, llamaba la atención de Mila. Él quería quedarse con ella en el
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acuario. Los rescatistas, conmovidos, lo llevaron de regreso y desde ese día fueron amigos inseparables.
De pronto, un día llegó al acuario un nuevo personaje. Se trataba de un caballito de mar… Y el pequeño delfín se encargó de darle la bienvenida.
—Hola, mi nombre es Windir. —Y el mío es Linfo, contestó amablemente.
Windir le mostró cada rincón del acuario, así como los lugares de juegos y comida que Mila se encargaba de repartirles cada día. Todo iba de maravilla hasta que Mila se acercó al caballito de mar… Linfo, muy asustado, se escondió lejos de ella. Windir le dijo al caballito cariñosamente:
—No te asustes, Linfo. Mila es nuestra amiga.
Pero Linfo solo huyó, ocultándose hasta desaparecer. Así pasaron los días y Linfo no quería ni aceptaba a los humanos, además sentía muchos celos de la amistad de Mila y Windir. Entonces, Linfo decidió crear un plan para separarlos.
El caballito de mar nadó un día velozmente, dando un gran salto alto y tiró toda la comida de los peces dentro del acuario. Mila trató de recogerla, pero fue muy tarde. Le llamaron la atención por ser descuidada y la despidieron del acuario. Mila, avergonzada y apenada, se acercó a Windir para decirle adiós a su amigo, pero el delfín no pudo evitar ponerse muy, pero muy triste, recostándose en el fondo del acuario sin mirar a nadie.
Al siguiente día, Linfo parecía estar feliz saludando a todos los peces del acuario con gran entusiasmo.
—Buenos días, Windir —dijo Linfo muy contento.
—¡Qué hermoso y alegre luce el acuario hoy! Al fin esa niña molestosa se fue, dijo en voz muy baja.
—¡¿Queeé?!, exclamó Windir. ¿Tú fuiste el culpable de que la despidieran?
Entonces Windir rápidamente recogió piedritas y conchas, y con ellas escribió en todos los vidrios del acuario: “Linfo es el culpable”. Al leer las personas que visitaban el acuario lo que
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Escritora, autora de los cuentos para niños ha implementado la técnica japonesa del Kamishibai y montado obras de teatro para presentar sus creaciones en más de cien colegios en Guayaquil, Quito y Cuenca. Windir quería decir, investigaron el asunto y se enfadaron, pidiendo que Mila regrese… hasta que lo lograron.
Linfo, por su parte, no salía de su cueva, hasta que Mila se acercó y le dijo: —Ven Linfo, no te escondas. Sé que tienes miedo y lo comprendo, pero hiciste mal. El perdonar y pedir perdón es el puente que une la amistad.
Linfo respondió tímidamente: —¿Me perdonan? —¡Por supuesto!, contestaron Windir y Mila. ¡Para eso está la amistad!
Y desde ese día, empezó una gran amistad.
FIN
Los beneficios de un taller de escritura infantil
El taller de escritura para niños “Cuenta Conmigo”, dictado por la escritora ecuatoriana Heidi Jones, tiene como meta ayudar a nuestros chikis a desarrollar su imaginación y creatividad mediante juegos intencionales. Al jugar con las letras se afianza su autoestima, y su entereza para valorar y opinar, haciendo descubrimientos. Se busca mantener la coherencia en la narrativa de cada historia, y estimular su pensamiento crítico. Además, despierta en los chikis la curiosidad por leer a otros autores.
Al final del taller, cada chiki habrá escrito un cuento original ilustrado que transmite un mensaje con valores.
“Para crear un cuento, no hay una receta, solo pasos que los guiarán por sendas para fomentar la fantasía”.
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