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WEBINAR: Aprendizajes y retos de la educación virtual
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EXTERIORES
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WEBINAR Aprendizajes y retos de la educación virtual
Tras cumplirse un año de la pandemia producida por el COVID-19, la organización sin fines de lucro, Trust for the Americas, afiliada a la Organización de los Estados Americanos (OEA), junto con una iniciativa de Microsoft y DigisPark, el Programa de Oportunidades Económicas a través de la Tecnología en las Américas, organizaron un webinar en el que expertos latinoamericanos de la educación compartieron sus principales desafíos y aprendizajes durante el proceso de migración a la enseñanza virtual.
Entre trasladar contenido educativo a lo digital, reaprender los usos de la tecnología y sortear los obstáculos de la conectividad, cinco fueron los especialistas que participaron del foro transmitido en línea el pasado 28 de abril, titulado “Lecciones aprendidas para la educación virtual a un año de pandemia”.
El sociólogo ecuatoriano Roberto Roggiero fue el moderador del evento. Desde su experiencia en nuevas tecnologías de información y comunicación para la educación, afirmó que los desafíos a la cátedra, impuestos por esta pandemia, no solamente son instrumentales, sino también de carácter comunicacional y pedagógico.
Según Roggiero, “a muchos docentes se les movió el piso”, debido a que esta nueva normalidad puso en evidencia la necesidad de aprender a moderar estratégicamente a toda una clase, ya no desde un aula presencial, sino desde una pantalla digital. A partir de estas necesidades emergentes, diversas ONG crearon espacios de apoyo y de guía para docentes y estudiantes de distintas edades y condiciones sociales. La argentina Paula Rossi, coordinadora de CILSA, una ONG de alcance nacional que incluye a personas de sectores marginados en situación de vulnerabilidad, inició su intervención con una reflexión sobre la gratuidad de los programas de formación mundialmente ofertados, los cuales, según ella, “convocan a un montón de personas, pero no garantizan la continuidad de las experiencias de aprendizaje”.
Rossi señaló que uno de los retos de la virtualidad ha sido la demanda de diversidad en la presentación del material educativo (audios, vídeos y gráficos), que debe brindar la posibilidad de que el participante produzca sus propios resultados e identifique el formato que mejor se adapte a su capacidad de lectura de contenidos, para así “retenerlos desde su motivación”. Además, reconoció que el mayor aprendizaje de esta temporada fue
la utilidad de la cocreación de actividades y recursos, y el intercambio de roles; “ahora los educadores son facilitadores del aprendizaje y los destinatarios son protagonistas de las experiencias”.
La brasileña Inaiá Simõe, coordinadora del Centro Poeta Casa dos Sete, representante del Programa Oportunidades Económicas en la Bahía de Brasil, compartió que su mayor hallazgo fue el de las desigualdades que generó la pandemia a nivel local. Identificar esta brecha, en conjunto con los perfiles de los posibles beneficiarios de su programa y su situación de vulnerabilidad, fue el primer paso para tomar la decisión de ofertar cursos básicos de informática que se puedan tomar desde cualquier dispositivo móvil.
Inaiá reconoció que hay una gran necesidad de “reciclaje tecnológico”, tanto para personas en estado de vulnerabilidad como para educadores. “A veces pensamos que solo las personas socialmente vulnerables son las que no saben acceder a las tecnologías, y esto no es verdad”, aseguró. Por esta razón, el centro lanzó cursos de alfabetización digital que, según la panelista, hacen un reciclaje natural de las herramientas de programas esenciales como Microsoft. Estas reflexiones guiaron a su equipo a la conclusión de que cada día se debe aprender y enseñar, independientemente de la situación en la que se esté. Por otro lado, el chileno Juan Pablo Montecino, coordinador de Proyectos en Innovacien, ONG que fomenta la creatividad, innovación y emprendimiento en el sistema escolar, compartió que los principales desafíos enfrentados por su organización giraron en torno a la convocatoria, el control de asistencias y evaluaciones, y el uso de herramientas para el trabajo a distancia.
“No podemos no ser flexibles en este tiempo”, dijo Juan Pablo, quien también hizo hincapié en la necesidad de hacer esfuerzos por crear dinámicas, a través de las cuales la enseñanza pueda mantener su calidad, pero también sea accesible para todos. El experto aseguró que el contacto directo, por ejemplo, vía Whatsapp, con los estudiantes es “lo que nos salva un poco de la distancia”, y que la estrategia más útil para combatir los problemas de conectividad es la flexibilidad de horarios y la grabación de clases disponibles en plataformas virtuales.
Finalmente, la colombiana Alejandra Cabrera, líder de Comunicaciones en ParqueSoft Nariño, ONG que facilita la creación y el desarrollo de empresas proveedoras de productos y servicios de tecnología informática, compartió la mayor apuesta que hicieron en el 2020: enseñarles a adultos mayores a usar herramientas que les permitan conectarse con sus familiares.
“Las familias debemos de negociar los espacios de capacitación, entender que, si tenemos analfabetismo digital en casa, nosotros jugamos un papel importante para que las historias de nuestros adultos mayores durante el confinamiento tengan un mejor final”. Con estas palabras, Alejandra reflexionó sobre la necesidad de generar conexión con los adultos mayores con la ayuda de familiares, quienes se convierten en sus nuevos guías digitales.
El evento culminó con la frase “las barreras nos invitan a pensar en grande”, incentivando a los participantes a salir de sus zonas de confort y reinventarse cada día en la educación, a través del uso de las tecnologías que acompañan al hombre desde hace algunas décadas atrás.