COSECHA ROJA
NOVELA
El caso Neruda 15 de octubre de 2009
Año I - N o 5 - Ejemplar de distribución gratuita.
LATINOAMÉRICA EN LA MIRA
NOVELA NEGRA
FICHADOS
José Gai y Martín Pérez Ibarra 14
Miedo y violencia:
la novela policial en Iberoamérica 6
FESTIVAL
Programa completo 10
ARCHIVO DE HUELLAS
COSECHA ROJA
El crimen del Enano Maldito 8
del género negro en Latinoamérica
EL CAREO
Diálogo sobre el neopolicial latinoamericano 12
Siete exponentes del género negro 16
CINE
Cristián Gómez
Guillermo García-Corales
Clemens Franken
Magda Sepúlveda
Cine ine negro y policial latinoamericano
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l Festival Santiago Negro es una realidad y damos la bienvenida a su público y sus participantes. Ya en el número anterior de la revista se publicó el programa completo de actividades, y en él se mencionaban dos eventos que me gustaría destacar y compartir especialmente con ustedes.
Las novelas de Simenon en el cine Gracias a la colaboración de la Embajada de Bélgica, se mostrará la exposición “Simenon en el cine”, colección de Michel Schepens, preparada por la Comisaría General de Relaciones Internacionales de la Comunidad de Valonia –Bruselas. La colección de afiches de películas, junto con dar cuenta de las principales novelas de Georges Simenon que han sido llevadas al cine, permite apreciar la evolución del arte gráfico en los albores del cine sonoro. Los afiches fueron diseñados y realizados mediante procedimientos litográficos de gran calidad artística, y hoy en día son de interés de coleccionistas e historiadores del cine. En la muestra se podrán ver los carteles de películas famosas, como La estrella del Norte, Cecilia ha muerto, Los hermanos Rico, La muerte de Bella y Betty, entre muchas otras más. En dichos afiches destacan los rostros de afamados actores y actrices, como Jean Gabin, Simone Signoret, Alain Delon, Romy Schneider, Ricardo Montalbán, Joseph Cotten. La exposición podrá ser visitada en el Centro de Cultura de España (Providencia 927), entre los días 14 y 18 de octubre, en horario de 11:00 a 20:00 horas.
Teatro negro infantil para pequeños investigadores
El caso de La isla de las historias y la Biblioteca de Santiago El hecho es perpetrado de forma improvisada, al igual que el diálogo entre los actores. Los niños descubren pistas, proponen y se incorporan a la obra como un personaje central. El investigador se deja llevar por esas intuiciones que son una voz colectiva, duda, se equivoca, pero al final, ¡ah, al final! ¿Cuál será el misterio de “La isla de las historias”? El principal misterio de esta pieza de teatro infantil centrada en la novela negra es que la historia surge de los propios espectadores. La escenografía recrea una isla paradisíaca para los sueños y las aventuras, en la que los personajes principales reciben a los recién llegados con música mientras recopilan sus propuestas de aventuras y acertijos por resolver. A partir de aquí, los investigadores rastrearán la pista de una serie de casos que cautivarán la atención de los futuros seguidores de la novela negra. La isla isla de las historias es una creación de la Compañía Impro, fundada en Argentina hace una década, por los actores Javier Bacchetta y Bárbara Traverso, quienes se han especializado en la improvisación y han recorrido distintos escenarios de Latinoamérica y Europa, incluidos festivales de este género en España, Francia, México y Costa Rica. La Compañía Impro ofrecerá dos presentaciones centradas en la novela negra los días 17 y 18 de octubre, a las 17:00 hrs., en el Auditorio de la Biblioteca de Santiago. La entrada, como siempre, es liberada.
Colaboradores de este número Andrés Pérez Sánchez-Morate Ramón Díaz Eterovic Milton Aguilar Adolfo Bisama Hubert Cornelius Magglio Chiuminatto Clemens Franken José Gai Guillermo García-Corales Cristián Gómez Matías Ghiboher Leonardo Padura Martín Pérez Miriam Pino Magda Sepúlveda
Andrés Pérez Sánchez-Morate Director del Centro Cultural de España
A tiro limpio es una revista quincenal sobre la novela negra, publicada en el marco del Festival Internacional de Novela Negra, Santiago Negro. Sugerencias y comentario criminales: atirolimpio@gmail.com
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inves tiga ción
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Tras las huellas del l a i c i l o p y o r cine neg o n a c i r e m a o n lati
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l cine latinoamericano permanece durante gran parte de su historia sólo como la expresión aislada de cinematografías nacionales, en las que predominan los países de mayor producción, entre ellos México, Argentina y Brasil. Durante un período, la producción de estos países ejerce alguna influencia en el resto de Latinoamérica, especialmente México, que logra una extensa audiencia popular. Pero, esto se va apagando con los años hasta desaparecer casi completamente. Por otra parte, no existe una relación fluida de mercados de distribución internacional y las películas terminan en el consumo interno. Entonces, por ejemplo, para espectadores de Ecuador, Perú o Venezuela, las películas de los países vecinos sólo las llegan a conocer, ocasionalmente, a través de festivales internacionales o de muestras culturales que alcanzan a públicos muy reducidos y esto sucede en muchos otros países de Latinoamérica. Considerando estas premisas, el cine negro y policial latinoamericano está muy poco desarrollado y en la mayoría de los casos, aparecen sus rasgos en filmes que asumen, decididamente, otra categoría y no negro policial. En muchos casos, la expresión de cine que se acerca es la dedicada a hechos delictivos, drogas, corrupción y violencia de estado, derivada de los procesos sociales que repercuten debido a sistemas dictatoriales. Veamos algunas expresiones de lo que podríamos señalar como cine con elementos del género negro y policial y que resaltan en Latinoamérica.
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Profundo carmesí (1996), del mexicano Arturo Ripstein, con la actuación de Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco y Marisa Paredes. Adicta a las revistas “del corazón” y enamorada platónica de Charles Boyer, la enfermera Coral vive amargada por su gordura y por la falta de un amor en su vida. Mediante un correo sentimental, Coral conoce a Nicolás Estrella, un estafador especializado en mujeres solitarias. Nicolás la rechaza por no ser rica, pero Coral está determinada a obtener su amor a toda costa, sin importarle que esta obsesión la conduzca a una cadena de sangrientos crímenes. Esta película es recreación de otra, de culto, “Los asesinos de la luna de miel” (1970), de Leonard Kastle. Soplo de vida (1999). Del director colombiano Luis Ospina. Con las actuaciones de Fernando Solórzano, Flora Martínez, Robinson Díaz, Constanza Duque, César Mora, entre otros. Una película de cine negro colombiana que gira en torno del asesinato de una joven, conocida solo como Golondrina, en un sórdido hotel del centro de Bogotá. Por razones del destino, Emerson, un ex policía, se convierte en el
investigador del crimen. Sin conocer la verdadera identidad de la víctima, él reconstruye, en el curso de su investigación, fragmentos de la vida de la muchacha. Descubre, paso a paso, que esta joven misteriosa tuvo relaciones con varios hombres: un boxeador fracasado, un vendedor ciego de lotería, un torero cobarde y un político corrupto con vínculos con grupos paramilitares. Lo que comienza como una simple encuesta de un crimen pasional termina por convertirse en una trama en la cual el propio detective-narrador descubre algo sobre su propia vida.
Nueve reinas (2000). Escrita y dirigida por el argentino Fabián Bielinsky (director también de El Aura (2005); esta película que, al igual que Nueve reinas desarrolla las condiciones del cine negro). La historia de “Nueve Reinas” comienza una madrugada y
termina a la mañana del día siguiente. En esas 24 horas o un poco más, Juan (Gastón Pauls) y Marcos (Ricardo Darín), sus protagonistas, pasarán por la experiencia de sus vidas, por algo nunca antes vivido, por lo que Marcos insiste en llamar “una en un millón”. Dos insignificantes estafadores que habitualmente trabajaban por unos pocos pesos, se conocerán fortuitamente una madrugada, e imprevistamente se verán envueltos en un negocio de centenares de miles. Un negocio urgente, inmediato, tanto que no les permitirá dudar: tienen que seguir adelante, hacer lo necesario, tomar por el cuello a la única oportunidad que la vida les va a presentar. Tras su estreno, esta película fue nominada a veintinueve premios internacionales, de los cuales ganó veintiuno.
Carandiru (2003), del director brasileño Héctor Babenco. En una celda de la Casa de Detenciones de Sao Paulo, mejor conocida por Carandiru, dos presos (Lula y Dagger) tienen una cuenta que saldar. La atmósfera es tensa. Otro preso, Black Nígger, “juez” autoproclamado por mediar en disputas entre prisioneros, resuelve el caso a tiempo de dar la bienvenida al nuevo doctor, encargado de comenzar
un programa de prevención del VIHSIDA en la penitenciaría. El doctor se enfrenta con los muchos y serios problemas que tiene la cárcel más grande de Latinoamérica: celdas superpobladas, instalaciones decadentes y todo tipo de enfermedades. La narrativa de la película es similar a un puzzle. Una historia choca contra otra para confeccionar un retrato realista de la tragedia social que envuelve Brasil. Junto al doctor el público sigue la rutina diaria de los presos hasta la fatídica fecha del 2 de octubre de 1992, el día que se estremeció la Casa de Detenciones y todo Brasil: la masacre de Carandiru, con 111 presos asesinados por policías.
Tropa de élite (2007). Guión y dirección del brasileño José Padilha. La película, centrada en la corrupción policial en la lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro. El capitán Nascimento (Wagner Moura) es el comandante de un escuadrón del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), un cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro. Entrenados de forma rigurosa, sus implacables acciones tienen como misión llegar en las favelas donde la policía, principalmente por tener miedo o por ser corrupta, no puede ni quiere llegar. Nascimento quiere dejar su puesto, ya que está a punto de ser padre, pero antes necesita encontrar al sustituto adecuado. Con ese fin comienza a instruir entre otros a los aspirantes Neto (Caio Junqueira) y Matías (André Ramiro),
dos policías honestos y amigos desde la infancia. Neto es un hombre de acción, y Matías cree en la ley y estudia derecho. Juntos se integrarán el BOPE y cumplirán sus misiones hasta las últimas consecuencias. Ganadora del Oso de Oro, Mejor Película, 58º Festival de Cine de Berlín, 2008.
La noche de los inocentes (2007), del director cubano Arturo Sotto. Esta película tiene un entramado policial que sirve de pretexto para sumergirnos en la sociedad cubana, sus problemas, la violencia, sus pasiones. Un tema crucial de la última película del premiado cineasta cubano. El film tiene su punto de partida en un hospital, adonde un hombre vestido de mujer llega gravemente herido, en medio de una tormenta la noche del 28 de diciembre. La enfermera que lo atiende (Silvia Águila) le pide a su novio ex policía (Jorge Perugorría) que se ocupe de investigar el caso pues sería una buena oportunidad para recuperar su lugar en el Cuerpo de Policías. Hay dos cuestiones esenciales que convierten esta cinta en especial. La noche de los inocentes tiene las peculiaridades del cine negro –una trama policíaca, una iluminación nocturna donde se respira humedad, una atmósfera de tinte fatalista–, pero con elementos del entorno tropical en el que se desarrolla, y el cine negro es un género poco explotado dentro de la cinematografía cubana, lo que hace que este filme sea innovador, audaz, resuelto, casi vanguardista.
La señal (2008), de los argentinos Ricardo Darín (quien codirige y actúa) y Martin Hodara. Es el año 1952 y, mientras Eva Perón agoniza, Corbalán (Ricardo Darín en un papel muy al estilo Humphey Bogart), un mediocre detective privado, se ve envuelto en una historia de traición y ambiciones. Contratado por Gloria (Julieta Díaz), una bella y misteriosa mujer, para lo que parece ser un rutinario trabajo de seguimiento, descubrirá, poco a poco, un violento entramado de venganza y ambición. A pesar de la oposición de Santana (Diego Peretti), su amigo y socio en la agencia de investigación, Corbalán decide seguir adelante con el caso, sabiendo que una sola decisión errónea puede conducirlo hacia su destino más peligroso y trágico.
El secreto de sus ojos (2009), del director argentino Juan José Campanella. Benjamín Expósito (Ricardo Darín) ha trabajado toda la vida como empleado en un Juzgado Penal. Ahora acaba de jubilarse, y para ocupar sus horas libres decide escribir una novela. No se propone imaginar una historia inventada. No la necesita, pues dispone, en su propio pasado como funcionario judicial, de una historia real conmovedora y trágica,
de la que ha sido testigo privilegiado. El año 1974, a su Juzgado se le encarga la investigación sobre la violación y el asesinato de una mujer hermosa y joven (Soledad Villamil). Expósito asiste a la escena del crimen, es testigo del ultraje y la violencia sufrida por esa muchacha. Conoce a Ricardo Morales (Pablo Rago), quien se ha casado con ella poco tiempo antes y la adora con toda su alma. Compadecido en su dolor, Expósito intentará ayudarlo a encontrar al culpable. Esta película ha sido seleccionada por unanimidad para competir por el Oscar 2010, por Argentina y ha recibido elogios y muy buena crítica.
La sangre y la lluvia (2009), del director colombiano Jorge Navas. Con las actuaciones de Gloria Montoya, Quique Mendoza y Weimar Delgado. La película es narrada en un ritmo policiaco y de suspenso, con locaciones en el centro de Bogotá en medio de calles vacías y lluviosas. Jorge y Ángela, dos seres nocturnos, solitarios y cuestionados frente a sus propias vidas se encuentran en medio de una lluviosa noche entre las oscuras y violentas calles de Bogotá. Jorge es un joven taxista. Está destruido afectivamente por la reciente muerte de su hermano a manos de un grupo de delincuentes, de los que ahora se quiere vengar. Ángela es una hermosa joven adicta a la cocaína. Esta película participó en el Festival de Cine de Venecia con gran suceso. ATL
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Miedo y violencia: l a i c i l o p a l e v o n la a c i r é m a en Ibero
Leonardo Padura Fuentes
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na subterránea y misteriosa necesidad --como todas las relacionadas con el arte--, pero muy conectada con las transformaciones sociales de la época, se hizo patente en los años que corren entre los finales de la década del 60 y la del 70, cuando varios autores, sin comunicación entre sí y respondiendo apenas a sus propias necesidades expresivas y hasta sociales, comenzaron a escribir en lengua española y portuguesa historias de carácter criminal, más cercanas a la vital narrativa de los autores de los 60 que al viejo modelo genérico asentado sobre la existencia de un enigma. Un proceso curioso, definitivamente subversivo y anticipador, ocurre desde los mismos inicios del renacimiento de una novela policial iberoamericana. Rescatada precisamente en los días en que el boom de la narrativa latinoamericana ha exportado al mundo un modelo de sociedades en el que se preferencian los ámbitos rurales, míticos o históricos –Pedro Páramo, El siglo de las luces, Cien años de soledad, La casa verde, Rayuela, y un largo etcétera– esta nueva novela policial iberoamericana centra su interés en los mundos citadinos y contemporáneos en los cuales conviven el crimen y la vida, la violencia y la realidad más rampante y esencial de un universo abocado a todas las crisis políticas, económicas, morales y culturales. Las primeras señales atendibles de este brote silvestre e inesperado de una nueva novela policial ocurre cuando dos autores tan peculiares y olvidados como Rafael Bernal e Ignacio Cárdenas Acuña escriben en México y La Habana sus novelas El complot mongol y Enigma para un domingo –relatos negros, citadinos, todavía entre paródicos y miméticos, en los que la violencia llega a hacerse incluso verbal, de un modo hasta entonces apenas visto en español. Pocos años antes, en un ejercicio literario también inusual entre los autores de la lengua, otro escritor hispanoamericano que ya había ensayado sus armas en el género con un volumen de relatos titulado Variaciones en rojo, había marcado la que, andando el tiempo, sería la pauta definitiva de esta modalidad en nuestro ámbito: porque con Operación masacre, el reportaje novelado que el argentino Rodolfo Walsh publica en forma de libro en 1957, se había vencido la frontera que distanciaba la literatura de la realidad, al punto de hacer de la misma realidad la materia narrativa, tal como pocos años después lo hiciera uno de los grandes escritores de nuestra época, Truman Capote, en su ya clásica A sangre fría. Pero el definitivo carnet de identidad de esta corriente de literatura policial empieza a conformarse cuando escritores como Manuel Vázquez Montalbán, desde Barcelona, Rubem Fonseca, desde Río de Janeiro, Paco Ignacio Taibo II y Rafael Ramírez Heredia desde México D.F., Osvaldo Soriano desde Buenos Aires, o Daniel Chavarría y Luis Rogelio Nogueras desde La Habana, conforman a lo largo de los años 70 una propuesta heterodoxa y multiforme que llega a devenir modelo: el llamado neo-policial iberoamericano. El primer elemento curioso en la conjunción de intereses de estos autores es, precisamente, que lo hacen desde la más absoluta diversidad, sin reparar en códigos establecidos y desde una intención absolutamente literaria y desmitificadora, pero a la vez cargada de intenciones sociales y hasta políticas. Así, al tiempo que un escritor como Manuel Vázquez Montalbán lanza a las Ramblas la figura de un detective privado más intelectual que actuante y comien6
za a escribir una aguda crónica del postfranquismo, Rubem Fonseca asume la violencia y la criminalidad como componentes esenciales de su literatura –que sólo en virtud de esta apertura formal y conceptual se puede considerar neo-policial–, y un escritor como Osvaldo Soriano asume el sentido paródico y postmoderno de esta narrativa hasta el extremo maravilloso de convertir la literatura policial y sus mitos en materia de su propia literatura. Mientras, empeñados en un incisivo neorrealismo, Taibo II y Ramírez Heredia dan la palabra al caos del DF mexicano, adornado con la violencia policial y la corrupción como componentes de una próspera industria nacional, por las mismas fechas en que Daniel Chavarría, uruguayo radicado en La Habana, se convierte en la máxima figura de la “novela policial revolucionaria cubana” y, dentro de sus estrictos márgenes políticos, concibe complicadas fábulas de inteligencia y contrainteligencia hasta entonces inexistentes en la literatura de una región donde espionaje y contraespionaje siempre parecieron oficios lejanos. Al despuntar la década del 80 y hacerse patente la existencia de una narrativa policial, auténtica y propia, escrita por autores iberoamericanos de diversas latitudes, también se puso de manifiesto la certeza de que se trataba de una propuesta estética que había asumido, más que un compromiso formal con las viejas escuelas, un reto ideoestético, pues se proponía mostrar los lados más oscuros de unas sociedades perdidas en un recodo del camino que va del subdesarrollo a la postmodernidad –o en términos más actuales, a la globalización–, y en las que la violencia cotidiana, el crimen de estado, la represión, la corrupción judicial y policial, el tráfico y consumo de drogas y la existencia de unos bajos fondos cada vez más extensos y profundos, marcaban el carácter de unas ciudades dominadas por la inseguridad civil y en las que la figura del policía estaba muy lejos de simbolizar la existencia de un orden --o cuando menos, de un orden aceptable. Por ello, pienso que no resulta para nada casual que en una cantidad notable de las obras del género escritas en la región no sean los habituales investigadores, sino los delincuentes, las víctimas, los vengadores, los marginales o los asesinos –por su cuenta o empleados por las estructuras del poder– quienes acaparan la atención de los autores, en relatos donde con alarmante frecuencia la historia aparece permeada por la furia, la amoralidad y la degradación humana. Con estas intenciones sociales y estéticas resulta notorio que estos nuevos escritores de literatura policial –en un proyecto del que también participan autores de otros idiomas– hayan marcado claramente la fractura que los separa del viejo modelo genérico del cual muchas veces desechan incluso la recurrencia dramática al enigma y la estructura que su presencia implica. La renovación formal y conceptual, que va más allá, también encarna formulaciones novelescas diferentes, la frecuente difuminación de los bordes entre
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ficción y realidad, la creación de mundos novelescos dinámicos y abiertos, la contaminación genérica e importantes –diría que esenciales– desplazamientos en los puntos de vista dramático e ideológico y, en consecuencia, en la intención ética de la novela policial de los fundadores, que funcionó hasta Hammett –e incluso después de él– como una militante defensa de un orden de cosas idealizadamente burgués. Por un camino cercano, pero a la vez paralelo a esta renovadora tendencia general, corrió por esos años la mejor difundida y–si la fuéramos a juzgar por la crítica que militantemente la aupaba– la más exitosa de las literaturas policiales de la región, la escrita y publicada en Cuba. Quizás la principal característica diferenciadora del modelo cubano respecto a la tendencia más concurrida, haya sido que mientras los autores iberoamericanos se proponen en la mayoría de sus casos una literatura contestataria -política y literariamente hablando-, los cubanos optan por la reafirmación -política y literariamente hablando, como era de esperar. Viviendo en la singularidad de un país socialista, contando con todo el apoyo institucional para la publicación y difusión de su literatura y teniendo como premisa ideológica la programática intención de crear una novela policial cubana y revolucionaria, el género se cargó de responsabilidades extra literarias demasiado graves y se propuso, casi de manera expresa y consciente, ser un reflejo entre artístico y oficial de la lucha de clases y del ascenso de un modelo social, razón por la cual además del policial dedicado al crimen común, se cultivó con frecuencia la modalidad del espionaje y el contraespionaje, como respuestas a esa singularidad política de la isla. Así, aunque los valores literarios fueran las más de las veces dudosos –e incluso inexistentes–, al responder a una necesidad política, en la isla se promovió con vehemencia una novela policial que perdía sangre de libro en libro, hasta agonizar atrapada en la repetición, la vanalidad y la falta de perspectiva artística, en los años finales de la década del 80. En el resto de la región, mientras tanto, se daba el salto de la excepcionalidad al del cultivo sistemático de una nueva novela policial y en países como España, México y Argentina, y en menor medida, en Brasil y Chile, entraban en acción un grupo notable de autores capaces de generar un ambiente, la certidumbre de una existencia ya clara y definida de esta modalidad literaria. Así, mientras Manuel Vázquez Montalbán convertía al detective Pepe Carvalho en protagonista de una larga serie de novelas, se unían a su proyecto autores como Andreu Martín, Juan Madrid y Francisco González Ledesma –entre otros– que diversificaban el modelo y sentaban las bases de una escuela de novela negra española, casi siempre argumentalmente centrada en los conflictos surgidos a tenor del tránsito del franquismo a la democracia. En México, mientras tanto, la labor de Taibo y Ramírez Heredia pronto es secundada por varios autores de muy diversas propuestas, como el caso de Rolo Diez y Myriam Laurini, argentinos exiliados en ese país, que mezclan sus experiencias vitales y hasta su lenguaje en obras que alguna vez
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fueron calificadas como “argenmex”. Mientras, jóvenes autores entre los que se destaca Juan Hernández Luna entran al ruedo con una literatura más visceral que cerebral y hacen de territorios como el DF y, sobre todo, la frontera norte y ciudades como Tijuana, el escenario dilecto de peripecias cargadas de violencia y de personajes esperpénticos. En Argentina, por su lado, apenas terminada la dictadura militar, una verdadera pléyade de autores experimentan con diversos modelos –más literarios unos, más violentos otros– y crean quizás la más polifónica de las escuelas nacionales del neopolicial. Narradores como Mempo Giardinelli, Juan Sasturain, José Pablo Feidman, Guillermo Sacomanno, Ricardo Piglia y un excepcional periodista como Miguel Bonasso –heredero de Rodolfo Walsh, y autor de libros sobre la época del terror militar y sobre la corrupción democrática– conforman la cúspide más visible de una cada vez más extensa narrativa policial argentina. Mientras en Brasil la tendencia fundada por Rubem Fonseca abría un camino hoy transitado por diversos autores –entre ellos Patricia Melo, una de las pocas mujeres que han insistido en el género– y en Chile ha sido Ramón Díaz Eterovic el más constante cultor del policial, al cual ha acudido siempre de la mano de su detective Heredia. En años más recientes otros autores de ese país se han acercado al género, entre ellos Luis Sepúlveda, Marco Antonio de la Parra y Roberto Ampuero, además del veterano Poli Délano, siempre en la frontera o inmerso incluso en los terrenos de la ficción criminal. La ya notable cantidad, calidad y variedad de autores que comulgan abiertamente con el género o que lo practican de manera eventual, han convertido a la novela policial iberoamericana en un territorio significativo y atendible dentro del ámbito de la narrativa contemporánea de nuestros países. Ya sea como experimento literario o, las más de las veces, como expresión artísticamente adecuada de unas sociedades cada vez más violentas, caóticas, descentradas y en crisis permanente, esta novelística ocupa un espacio altamente significativo en el quehacer literario de la región e incluso va permeando con su subterránea influencia los terrenos de la literatura no genérica. Por ello, en tanto reflejo de una realidad muchas veces sórdida, esta narrativa ha cumplido una importante misión en la redefinición de la imagen de la región, especialmente en el caso latinoamericano, que durante años fue casi exclusivamente asumido y consumido como el universo de lo mágico y lo maravilloso, del caudillismo y las dictaduras, de la civilización en lucha con la barbarie. Pero la nueva novela policial, al imponer definitivamente la presencia de una literatura urbana apegada a una cotidianidad donde no hay demasiado espacio para la poesía, que artísticamente procesa y devuelve sin exotismos la vida de unas sociedades en descomposición, ha creado con su insistencia un nuevo rostro, acaso hoy más verdadero, de un mundo donde se imponen, como el pan nuestro de cada día, el miedo y la violencia.
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Archivo de huellas
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MALDITO Por Matías Ghiboher
uién diría que en esta misma pieza, hace diecisiete años, se cometió aflorara a mi conciencia comprendí que solo podía tratarse de una nueva un terrible asesinato. Los decoradores han hecho un gran trabajo, obsesión, fruto del interés o de la mala conciencia eso no podía saberlo, al rescatar una casona antigua y lúgubre, para convertirla en un papero obsesión al fin y al cabo. Y esa obsesión, como me enteré después, lacete con la prestancia de otra época, acogedor y cálido. Así lo anuncian tenía nombre de mujer, Marta Irenia Matamala Montecinos, una prostituta las guías turísticas: “En un barrio tranquilo e histórico, muy cerca de imde veintitrés años, famosa por su belleza y por su truculenta muerte aqueportantes monumentos nacionales como el Convento de San Francisco, el lla madrugada de finales de enero. No sé qué relación unió a mi padre con Palacio de Gobierno, la Plaza de Armas, la Universidad de Chile, el Cerro la Mariposa Nocturna, como la bautizaron los diarios, ni si era su cliente. Santa Lucía o la Biblioteca Nacional, se encuentra un hotel con un encanto Tal vez fue el último capricho de un hombre mayor que había perdido a su singular. Surgido de otra época, al igual que el barrio en el que se ubica, mujer demasiado pronto. O tal vez solo se trató de un último sueño que el Hotel Vegas consigue que sus huéspedes se sientan como si estuvieran asomaba por las puertas de Il Bosco de vez en cuando, para gozo de quieen Europa…” nes se reunían allí a rememorar tiempos pasados, acompañados de un vino En Europa…, sí, desde luego, como en la vieja Inglaterra victoriana con o un whisky en las ocasiones especiales. su famoso Jack el Destripador. Sin la bruma y el misterio de Londres, el boAquella noche, después de la comida, mi padre salió a juntarse con sus hemio barrio París-Londres santiaguino también contempló a un asesino amigos y me ofreció que lo acompañara. No tenía ninguna gana de brindar de prostitutas, aunque entre el famoso doctor inglés y el enano maldito, por tiempos pasados, siempre adornados por la memoria, con un grupo de cualquier comparación resulte odiosa. intelectuales trasnochados y sentimentales, así que le insinué mi cansancio Me encuentro en la pieza número 17 del Hotel Vegas. La misma que hace y mi deseo de tirarme en la cama cuanto antes. Según leí en los periódicos, diecisiete años era la número 2 del Hotel Princesa. El mismo espacio físico pues mi padre nunca abrió la boca, aquella noche la Mariposa Nocturna vique, a su vez, formaba parte desde el siglo XVI de las vegas que los monsitó el local a eso de las cinco de la mañana. Un rato después fue contacjes franciscanos cultivaban entre rezo y rezo. Pero esta noche yo tada por un cliente con el que se dirigió a este mismo hotel, por no he rezado. No al menos como lo hace un monje. Ni tamentonces el Princesa, lugar ideal para los escarceos amorosos poco he cultivado verduras o frutales. He cultivado una de las profesionales de la Alameda y zonas aledañas. Les fruta más madura y a veces ingrata llamada amor, con dieron la pieza número 2, ubicada en el primer piso del mi adorada Margarita, hembra generosa de cuerpo y inmueble, con ventanas exteriores en el torreón que de espíritu que aún me soporta. Hacia el final de mi el hotel tiene en su esquina. Justo esas ventanas que sagrada oración ritual, exhausto, cuando creía sentir aparecen en la mayoría de las fotos que toman de el aliento del demonio helándome los pies, el gozo este connotado edificio. de la luz y de la fe me ha elevado a los cielos, hasta Poco después de que entraron en la pieza, la calas mismísimas puertas de San Pedro. Y es que los marera Julia Isla Guíñez acudió a la llamada del timcincuenta pasaditos no dan para mucho más. bre de servicio. Como nadie le abría la puerta, utilizó Pero me estoy desviando de mi propósito. Estoy su llave para entrar y descubrió en el suelo, semidesen la pieza 17 porque quiero hacer un doble homenudo y sobre un charco de sangre, el cuerpo inerte naje: a una de las profesiones más antiguas de la de la Mariposa Nocturna. Pálida y muy asustada, Juhumanidad, la prostitución, y a mi padre. Mi padre, lia misma recibió a los carabineros, quienes se aperal igual que su padre, fue un peculiar periodista que sonaron inmediatamente en el hotel. El cuerpo prese interesó por la historia privada de Santiago, aquesentaba dos cortes en el cuello que, sin duda, habían lla historia teñida por el rojo de la sangre. Siempre me sido asestados mientras los amantes comenzaban el Marta Irenia Matamala, la víctima del Enano maldito. decía que “la mejor forma de conocer una ciudad, más acercamiento amatorio. Cerca del cuerpo encontraron allá de las apariencias o las estadísticas oficiales, es esla cartera vacía de la difunta, mientras que del amante tudiando los asesinatos que se cometen en ella, no lo olvides. no había rastro alguno. De acuerdo con la camarera y con Olga, la amiga La muerte nos iguala porque los que sienten cerca su hora se cagan de de Marta, su cita de aquella noche fue un enano cabezón, de apariencia miedo, y los que matan a un ser humano muestran la esencia íntima de su tímida, moreno y apenas un metro cincuenta de estatura. alma, reflejo perfecto de la sociedad que la ha educado”. A pesar de la intensa búsqueda y de convertirse en noticia de primeEl 24 de enero de 1968 se cometió uno en esta misma pieza y al día sira plana por mucho tiempo, el Enano Maldito, como apodaron al asesino, guiente, muy temprano, mi padre me pidió que no investigara ni escribiera seguía desaparecido. La policía interrogó a numerosos enanos y tres años sobre él. Su petición me sorprendió, pues desde que tengo uso de razón, él después del suceso detuvieron a Moisés Muñoz Moreno, pero a pesar de jamás dejó pasar ninguna oportunidad, incluso cuando el sentido común su confesión, motivada más por un síndrome psicótico y los buenos mole aconsejaba no continuar. Me sorprendió aún más cuando descubrí que dos de la policía, era inocente de esta muerte. De forma insospechada, y a él sí lo estaba investigando. Ya no colaboraba en prensa y aparentemente punto de prescribir el caso, diez años después del asesinato, en una redada había renunciado a su profesión. Lo vi recortar cada nota que aparecía en contra delincuentes, la policía detuvo a José González Agüero. Uno de los los periódicos y recopilar la información que obtenía de sus viejas fuenpolicías recordó el retrato del asesino de la Mariposa Nocturna y lo identes. Mi inconsciente me traicionó un segundo con la imagen de mi padre tificó. En el interrogatorio posterior, confesó y entregó el arma con la que cometiendo el asesinato, pero antes de que el pensamiento había cometido el crimen, un cortaplumas que aún conservaba. 8
El torreón del Hotel Princesa en la actualidad, mudo testigo del brutal crimen.
Hoy también es día 24 de enero y han transcurrido 17 años. Escribo esta nota sobre una mesa de roble americano que me cuesta imaginar que ya formara parte del mobiliario de la pieza aquella fatídica noche. En la cama, también semidesnuda, yace Margarita. Pero ella, a diferencia de Marta, descansa sin sobresaltos y no existe ninguna niñita de tres años que esté esperando a su madre, que todas las mañanas la despertaba con muchos besos y un rico desayuno. Nunca sabré si mi padre requirió alguna vez los servicios de la Mariposa Nocturna. Cuando le hablé de la detención del Enano Maldito, postrado como estaba en su cama, su rostro dejó entrever apenas un dejo de tranquilidad y cierta satisfacción. Al principio me sorprendió, pero después recordé
su eterna desconfianza de la policía y la justicia, más aún tratándose de una prostituta y tantos años después. Me alegro que no viera cómo el Enano Maldito salía de la cárcel a apenas dos años de ser detenido. En estos momentos estoy observando a Margarita, mi Mariposa Nocturna, e intentando encajar las piezas del complejo rompecabezas que conformaron la figura de mi padre. Si él pudiera verme ahora, estoy seguro que levantaría su ceja izquierda en señal de aprobación. Margarita, al igual que Marta, era una profesional. Hoy lo sigue siendo, pero tras un mostrador en una tienda de flores. Y cuando se me ocurre pensar la pelotudez de que la he salvado de la calle, me doy cuenta que es al revés.
Una caricatura y una campaña electoral Última aparición del Enano Maldito en la prensa Chilena en el diario Las Últimas Noticias (19 de mayo de 1996). Fuente: http://www.ergocomics.cl
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n los años 70, en plena campaña electoral de Allende, apareció una caricatura llamada el Enano Maldito, en el diario que apoyaba a la Unidad Popular llamado Puro Chile. Su creador, Jorge Mateluna Muñoz, alias Orsus, se basó en los retratos del asesino del Princesa para crear a su personaje con cabeza de huevo y humor incendiario contra la derecha. Apareció por primera vez en abril de 1970 y en abril de 1973 se trasladó al diario Última hora, donde continúo apareciendo hasta el 12 de septiembre de 1973. Tras el golpe militar, su creador se exilió a Perú, Inglaterra y finalmente España. Además de la tira cómica de los diarios, el Enano Maldito también ilustró el libro Relato de un brigadista de Miguel García, “el Güito”, que contaba la experiencia de la brigada “Venceremos” cuando esta viajó al Norte Grande, en el verano de 1970, para colaborar en la campaña presidencial de Salvador Allende. El libro fue publicado por la Editorial de la Universidad Técnica del Estado (1971), y fue prologado por Francisco Coloane.
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a m a r Prog Pistas para llegar a los sitios del suceso • Centro Cultural de España Providencia 927. Estación Metro Salvador. • Biblioteca de Santiago Matucana 151. Estación Metro Quinta Normal. • Cineteca Nacional Centro Cultural Palacio La Moneda. Estación Metro La Moneda. • Fundación Pablo Neruda Casa de Neruda en Isla Negra • Universidad Central Auditorio 1 Campus Vicente Kovacevic II Santa Isabel 1278. Esq. Nataniel Cox • Universidad Diego Portales Vergara 240. Estación Metro Los Héroes. • Biblioteca Pública Jaime Quilán. Municipalidad de Pudahuel Av. La Estrella 962-B. Pudahuel. • Facultad de Letras Universidad Católica de Chile Campus San Joaquín. Av. Vicuña Mackenna 4860. Estación Metro San Joaquín.
Escritores españoles participantes Andreu Martín Domingo Villar Kama Gutier Juan Bolea Juan Madrid Lorenzo Silva Mercedes Castro
Escritores chilenos participantes Alberto Fuguet Álvaro Bisama Antonio Rojas Gómez Bartolomé Leal Carlos Tromben César Farah Cristian Cottet Eduardo Contreras Eduardo Soto Francisco Miranda Gabriela Aguilera Gonzalo Hernández Gregory Cohen Héctor Hidalgo Helios Murialdo José Gai José Román José Miguel Vallejo Juan Ignacio Colil Martín Pérez Orietta de la Barra Pedro Guillermo Jara Poli Délano Ramón Díaz Eterovic Roberto Ampuero Sergio Gómez Sonia González Valdenegro Toño Freire
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Profesores uniuniversitarios participantes Adolfo Bisama Camilo Marks Clemens Franken Mirian Pino Myra Silva-Labarca
Martes 13 de octubre CINETECA NACIONAL 18:00 horas. Coloquio “Cine y novela negra”. Presentador: Ignacio Aliaga. Participan: Bartolomé Leal, José Román y Alberto Fuguet.
Miércoles 14 de octubre CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA 11:00 a 20:00 horas. • Primera Feria de Novela Negra y Policíal. • Exposición de Cómic Policíaco. • Exposición “Simenon en el cine”. Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica. 12:30 horas. Inauguración del Festival “Santiago Negro”. 13:00 horas. Mesa redonda: ¿Por qué escribimos novela negra? Presentador: Ramón Díaz Eterovic. Participantes: Juan Madrid, Andreu Martín, José Gai, Poli Délano. 14:15 horas. Cóctel de Inauguración. Presentación del grupo de jazz de Natacha Montory.
Jueves 15 de octubre CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA 11:00 a 20:00 horas. • Primera Feria de Novela Negra y Policíal. • Exposición de Cómic Policíaco. • Exposición “Simenon en el cine”. Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica. 11:30 horas. Pesquisa policial y crónica roja Presentador: Juan Carlos Lepe (periodista TVN). Participantes (Depto. OS9 Carabineros): Teniente Coronel Mauricio Valdivia, Capitán Mauro Pino, Teniente Coronel Eric Gajardo.
15:00 horas. Heredia y Asociados. Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi. 16:30 horas. Mesa redonda: La investigación de un crimen, trabajo policial y trabajo periodístico. Presentador: Ramón Díaz Eterovic. Participantes: José Marchant Rivera. (Oficial PDI), Erwin Rojas Cortés (Oficial PDI), Juan Carlos Lepe (TVN). 18:00 horas. Feria de Novela Negra y Policíal. Firma de libros: Pedro Guillermo Jara, Toño Freire, Juan Ignacio Colil, Helios Murialdo. 19:00 horas. Mesa redonda: “Sociedad y memoria en la novela negra”. Presentador: Cristian Cottet. Participantes: Juan Madrid, Mirian Pino, Gregory Cohen, Francisco Miranda. 21:00 horas. Marta Sánchez Trío.
BIBLIOTECA DE SANTIAGO 11:00 a 20:00 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales. Sala Multiuso Zócalo Norte. 11:00 a 20:30 horas. Explorando la Biblioteca de Santiago. Juego de pistas para niños. Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago. 12:30 horas. Presentación de la novela gráfica “Quique Hache detective”. Participan: Sergio Gómez y Gonzalo Martínez. Sala de Conferencias Biblioteca de Santiago. 15: 30 horas. Mesa redonda: ¿Por qué escribimos novelas policiales? Presentador: Magglio Chiuminatto. Participantes: Kama Gutier, Helios Murialdo, Carlos Tromben, Gonzalo Hernández. Sala de Conferencias Biblioteca de Santiago. 16:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil. Biblioteca de Santiago. 18:00 horas. Cine Infantil. Sala Infantil Biblioteca de Santiago. 18:30 horas. Mesa redonda: “Secretos y motivaciones de un escritor de novelas negras”. Presentador: Gonzalo Oyarzún. Participantes: Juan Bolea, Bartolomé Leal, Roberto Ampuero, César Farah. Auditorio Biblioteca de Santiago.
UNIVERSIDAD CENTRAL 18:00 horas. Mesa redonda: De Poe a Mankell, claves para un buen lector de narrativa policial. Presentador: Poli Délano. Participantes: Mercedes Castro, Antonio Rojas Gómez, Sonia González.
UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES 12:00 horas. Cátedra Roberto Bolaño. Conferencia del escritor Andreu Martín. Presenta: Camilo Marks. 19:00 horas. Mesa redonda: Novela policial, un misterio entre la realidad y la ficción. Presentador: Rodrigo Rojas Participantes: Kama Gutier, Domingo Villar y Gabriela Aguilera.
Viernes 16 de octubre CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA 11:00 a 20:00 horas. • Primera Feria de Novela Negra y Policíal. • Exposición de Cómic Policíaco. • Exposición “Simenon en el cine”. Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica. 12:00 horas. Mesa redonda: La historieta y el género policial en Chile. Presentador: Carlos Reyes. Participantes: Mauricio García y Cristóbal Valderrama, creador del personaje de historietas “Mariano Lince, detective”. 15:00 horas. Heredia y Asociados. Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi. 16:30 horas. Cuenta Cuentos Policiales. Participante: José Luis Mellado. 18:00 horas. Feria de Novela Negra y Policial. Firma de libros: Ramón Díaz Eterovic, Antonio Rojas Gómez. 19:00 horas. Mesa redonda: “De Román Calvo a nuestros días. Situación de la narrativa policial en Chile”. Presentador: Bartolomé Leal. Participantes: Patricia Espinosa, Álvaro Bisama, Adolfo Bisama, Clemens Franken.
Festival de Novela Negra “Santiago Negro”
2009 e d e r b u t c o e d 18 l 14 a BIBLIOTECA DE SANTIAGO 11:00 a 20:00 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales. Sala Multiuso Zócalo Norte. 11:00 a 20:30 horas. Explorando la Biblioteca de Santiago. Juego de pistas para niños. Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago. 12:00 horas. Mesa redonda: “Novela policial para lectores jóvenes”. Presentador: Héctor Hidalgo. Participantes: Andreu Martín, Antonio Rojas Gómez, Sergio Gómez. Auditorio Biblioteca Santiago. 15:00 horas. Mesa Redonda: Pistas para un lector de novelas policiacas. Presentador: Marcela Valdés. Participantes: Domingo Villar, Pedro Guillermo Jara, Francisco Miranda, Orietta de la Barra. Auditorio Biblioteca Santiago. 16:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil. Biblioteca de Santiago. 17:00 horas. Sitio del suceso. Presentación de la Policía de Investigaciones, PDI. 18:00 horas. Performance basada en la novela de Roberto Bolaño La pista de hielo. Cuatropuntos. 18:30 horas. Mesa redonda: ¿Mujeres de armas tomar? Escritoras en la narrativa policial. Presentador: Sonia González Valdenegro. Participantes: Mercedes Castro, Mirian Pino, Myra Silva-Labarca, Orietta de la Barra. Auditorio Biblioteca Santiago.
UNIVERSIDAD CENTRAL 18:00 horas. Mesa redonda: “Tras las huellas de nuestros autores policiacos favoritos”. Presentador: Gregory Cohen. Participantes: Domingo Villar, Eduardo Soto, Carlos Tromben, César Farah.
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 11:30 horas. Mesa redonda: “La novela negra en la narrativa hispanoamericana actual”. Presentador: Michael Wilson. Participantes: Juan Bolea, Lorenzo Silva, Martín Pérez, Adolfo Bisama. Auditorio Facultad de Letras Universidad Católica.
Sábado 17 de octubre CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA 11:00 a 20:00 horas. • Primera Feria de Novela Negra y Policíal. • Exposición de Cómic Policíaco. • Exposición “Simenon en el cine”. Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica. 11:00 horas. Cuenta Cuentos Policiales. Participante: José Luis Mellado. 12:00 horas. Mesa redonda: Detectives de ficción y detectives reales. Presentador: Antonio Rojas Gómez. Participantes: Ramón Llao (actor), Fernando Sánchez Alarcón (Oficial PDI), Víctor Ruíz Vallejos (Oficial PDI). 15:00 horas. Heredia y Asociados. Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi. 16:00 horas. Mesa redonda: Novela negra, ¿la novela social de nuestros días? Presentador: Myra Silva-Labarca. Participantes: Kama Gutier, Cristian Cottet, Juan Ignacio Colil, José Román. 17:00 horas. Feria de Novela Negra y Policíal. Firma de libros: Roberto Ampuero, Orietta de la Barra, Martín Pérez, Gabriela Aguilera. 18:00 horas. Mesa redonda: “Héroe o antihéroe. La creación de un detective de ficción”. Presentador: Eduardo Contreras. Participantes: Lorenzo Silva, Roberto Ampuero, Sergio Gómez, José Miguel Vallejo. 20:00 horas. Radioteatro Policial. Basado en la novela Muerte de una ninfómana de Poli Délano. Compañía Teatro El Sentido.
BIBLIOTECA DE SANTIAGO 11:00 a 17:40 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales. Sala Multiuso Zócalo Norte. 11:00 a 17:00 horas. Explorando la Biblioteca de Santiago. Juego de pistas para niños. Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago.
12:00 horas. Mesa redonda: ¿Cómo escribir una novela policial y no morir en el intento? Presentador: Juan Ignacio Colil. Participantes: Juan Bolea, Mercedes Castro, José Román, Toño Freire, Eduardo Soto. Sala de Conferencia Biblioteca Santiago. 12:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil de la Biblioteca Santiago. 13:30 horas. Sitio del suceso. Presentación de la Policía de Investigaciones, PDI. 15:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil de la Biblioteca Santiago. 17:00 horas. Obra de teatro familiar: La isla de las historias. Compañía Impro. Auditorio Biblioteca Santiago.
CASA DE NERUDA en ISLA NEGRA 12:00 horas. Mesa redonda: ¿Por qué leemos y escribimos novela negra? Presentador: Jaime Pinos Fuentes. Participantes: Juan Madrid, José Gai, Ramón Díaz Eterovic.
BIBLIOTECA PÚBLICA JAIME QUILÁN. MUNICIPALIDAD DE PUDAHUEL 12:00 horas. Mesa redonda: Claves para un buen lector de novela negra. Presentador: Gonzalo Hernández. Participantes: Lorenzo Silva, Martín Pérez, Eduardo Contreras y Gabriela Aguilera.
Domingo 18 de octubre CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA 11:00 a 20:00 horas. • Primera Feria de Novela Negra y Policíal. • Exposición de Cómic Policíaco. • Exposición “Simenon en el cine”. Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.
15:00 horas. Presentación de libros. Colección “Crímenes Criollos” de Editorial Mosquito, El orden de los brujos de Eduardo Soto Díaz y Pequeñas muertes negras de Bartolomé Leal. 15:30 horas. Feria de Novela Negra y Policíal. Firma de libros: Bartolomé Leal, Pedro Guillermo Jara. 16:30 horas. Mesa redonda: “España negra. Situación de la novela negra en España” Presentador: Lorenzo Silva. Participantes: Juan Madrid, Domingo Villar, Andreu Martín. 19:30 horas. Clausura del Festival “Santiago Negro” 20:00 horas. Tangos negros. Guillermo Calvert, una voz de Buenos Aires.
BIBLIOTECA DE SANTIAGO 11:00 a 17:40 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales. Sala Multiuso Zócalo Norte. 11:00 a 17:00 horas. Explorando la Biblioteca de Santiago. Juego de pistas para niños. Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago. 12:00 horas. Brigada Canina. Policía de Investigaciones, PDI. Plaza Central Biblioteca Santiago. 12:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil de la Biblioteca Santiago. 15:30 horas. Cuenta cuentos. Sala Infantil de la Biblioteca Santiago. 17:00 horas. Obra de teatro familiar: La isla de las historias. Compañía Impro. Auditorio Biblioteca Santiago. Festival idades del iv ct a s la s * Toda ratuitas. egro” son g “Santiago N
11:00 horas. Presentación de libro. Antología Letras Rojas. Editorial LOM. 12:00 horas. Heredia y Asociados. Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi. 11
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Cristián Gómez.
Diálogo sobre el neopolicial latinoamericano PRESENCIA DE LA NOVELA POLICIAL EN LA NARRATIVA LATINOAMERICANA
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esde hace algunos años se viene hablando del neopolicial latinoamericano, como una manera de abordar y comprender la destacada presencia del género policial en el ámbito de la narrativa latinoamericana; un género que cada día gana más adeptos y que es materia de estudio en diversas universidades chilenas, estadounidenses y latinoamericanas. Acerca de la existencia de la narrativa policial en Latinoamérica y su aporte, conversamos con destacados profesores universitarios que han trabajado sobre el tema y algunos de los cuales participarán en el Festival Internacional de Novela Negra “Santiago Negro”.
Mirian Pino: Un género que goza de buena salud
“...mientras existe un Estado y un sistema político corrupto, la narrativa policial es un género que goza de buena salud”. M . P.
“La narrativa policial latinoamericana al no perder el contacto con la realidad, la asume con todas sus contradicciones y la cuestiona libremente ”. M . A .
Mirian Pino es profesora de la Universidad de Córdoba y especialista en la narrativa policial latinoamericana. Respecto a su interés por esta narrativa, señala que “se origina en la década del ochenta cuando estudié la narrativa chilena del postgolpe. Desde allí deseaba ver cómo los autores en el continente se las arreglaban por sacar “la basura que estaba debajo de las alfombras”. En cuanto al aporte del género en la literatura latinoamericana, comenta que “es uno de los géneros que mejor tensiona la problemática entre ficción y realidad, y en el corte que elegí, es decir, los ´70, estado-política y literatura. Me interesa indagar porqué un género de tan poco prestigio hasta hace algunas décadas fue una saludable vía de acceso a esa problemática. Mi conclusión es que mientras existe un Estado y un sistema político corrupto, la narrativa policial es un género que goza de buena salud”.
Adolfo Bisama: Temas relacionados con la memoria histórica Adolfo Bisama es profesor de la Universidad de Playa Ancha, donde desarrolla una cátedra dedicada al estudio del neopolicial latinoamericano. Sobre esta materia considera que: “La
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narrativa policial latinoamericana es un formato muy productivo para presentar y exhibir temáticas relacionadas con la memoria histórica, con la condición multicultural de la urbe, con las desigualdades sociales, con los aparatos de poder, con la preocupación por aquellos seres marginados del festín neoliberal y todo esto enmarcado en discursos que problematizan las relaciones entre género, consumo y literatura. Junto a lo anterior, la narrativa policial latinoamericana aporta a la literatura de esta región: discursos de género menor de fácil acceso y rápida lectura que, con un formato aparentemente simple y entretenido, plantea temáticas complejas y críticas relacionadas con la reciente historia local”.
Milton Aguilar: Un eco de nuestras experiencias Milton Aguilar, crítico literario y profesor de la Universidad Kansai Gaidoi de Japón, señala que su principal motivación para interesarse en la narrativa policial latinoamericana fue la de: “Sentirme representado por una narrativa que no se escapara de la realidad social y política que nos rodeaba. Al leer autores como Vázquez Montalbán, Paco Taibo, Osvaldo Soriano, Ricardo Piglia y Juan José Saer, me di cuenta que esa narrativa con una intención literaria y desmitificadora y, desde perspectivas
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diferentes, estaba cargada de intenciones sociales y políticas. En cierto modo, esa narrativa daba cuenta de manera más verdadera del mundo latinoamericano contemporáneo donde conviven la violencia social y todas las crisis políticas, económicas, morales y culturales. Creo que su aporte más importante es redefinir la imagen de la sociedad latinoamericana, ya no es solo el territorio de lo mágico, de lo maravilloso, de lo rural, de la civilización y la barbarie, ha contrarrestado falsas dicotomías para definirnos. La narrativa policial latinoamericana al no perder el contacto con la realidad, la asume con todas sus contradicciones y la cuestiona libremente. En el fondo esta novelística hace que los lectores encontremos en ella algún eco de nuestra propia experiencia”.
Cristián Gómez: Nuevas luces sobre la forma de hacer literatura Cristián Gómez es poeta y profesor de literatura. Durante los últimos años ejerció en la Universidad de Iowa. Sobre el tema de esta entrevista, señala que “el aporte que hace la literatura policial a la narrativa latinoamericana es algo no fácil de definir. La respuesta tendría que partir por lo más obvio. La literatura policial es parte de una literatura de denuncia, que hace de la corrupción y el desastre político latinoamericano su tema favorito. Así, tal vez, sería el recam-
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bio y la heredera de la antigua novela social del continente, que antes fue indigenista y luego fue obrerista, haciéndose cargo de ser una especie de voz de los sin voz. Pero decir esto sería atribuirle un carácter redentor a un género que de por sí es contestatario con casi todas las formas del poder y que por definición no busca pelear por grandes causas. La desconfianza es su sello, a pesar de que los lazos a nivel personal y privado pueden alcanzar grados de muchísima intensidad. Pero también hay otro eje que no podemos desdeñar: es el estilo, el tono que encuentran estos narradores para hablar de la ciudad latinoamericana, lo que define y hace tan diferentes a estas narrativas. El factor estético que estos textos introducen en nuestro continente arroja nuevas luces no solo sobre las formas de hacer literatura en Latinoamérica, sino que también sobre Latinoamérica en sí misma”.
Guillermo García-Corales: El arte de narrar una buena historia Guillermo García-Corales es profesor de la Universidad de Baylor, en USA, y en su trabajo ha abordado la narrativa de varios autores chilenos, como Isabel Allende y Diamela Eltit. En relación a nuestra consulta, opina que “uno de los aportes que entrega la narrativa policial en la literatura latinoamericana es lo que podríamos llamar la vuelta al relato, es decir, el retorno al arte de narrar una buena historia. Esto último se ofrece también mediante el manejo riguroso de un lenguaje evocativo, poético, que indaga significativamente en un referente socio-cultural en que se debaten temas claves de la convivencia contemporánea. Vemos una excelente muestra
de estos posibles aportes, por ejemplo, en la narrativa policíaca del chileno Ramón Díaz Eterovic y del cubano Leonardo Padura Fuentes”.
Clemens Franken: Una visión desencantada de la realidad Clemens Franken es profesor de la Universidad Católica de Chile y uno de los organizadores del seminario que sobre la novela policial realizó su universidad, el pasado mes de septiembre. Al referirse a nuestro tema, precisa que “la narrativa policial latinoamericana aporta una visión muy crítica y desencantada de la realidad social, cultural, política y económica de nuestro continente y es, generalmente, usada para desenmascarar y denunciar los delitos institucionales (y/o pasionales) cometidos por los poderosos que, en el Cono Sur suelen ser, ante todo, los militares y/o políticos corruptos. El género policial, por su estructura (crimen-investigación-aclaración), sirve muy bien para tematizar, en forma subliminal o abierta, los crímenes cometidos por cualquier miembro de la sociedad que abusa del poder, sea a nivel institucional o más bien privada”.
Magda Sepúlveda: La búsqueda de la verdad La profesora de la Universidad Católica de Chile, Magda Sepúlveda, opina que “la novela policial presenta un mundo fascinante donde cada uno de los personajes se necesita: el detective requiere del criminal para transformarse en tal. Sin el delincuente no existe la condición de detective. La mutua relación entre el saber detectivesco y el saber criminal provocan el ansia de los lectores(as) de novela policial”.
En cuanto al aporte de esta narrativa, señala que: “quizás se podría apreciar un mayor circuito de escritura y lectura en torno a la novela policial al término de los gobiernos autoritarios en América Latina. Cabría entonces una posible hipótesis interpretativa: se establecen procesos de circulación simbólica entre el texto literario y el texto social. La ficción elabora procesos de escritura articulados en torno a la búsqueda de la verdad. La novela policial latinoamericana parece formar parte de ese corpus de géneros anteriormente no canónicos que realizan su entrada en el corpus mayor, haciéndole un guiño al lector al volver forma retórica la relación entre transgresor y vigilante”.
Opiniones como las consignadas dan cuenta del interés que despierta la novela policial latinoamericana en el ámbito universitario, lo que refleja que hablamos de un género que, pese a su marginalidad y a los prejuicios con que muchas veces se le enfrenta, tiene una presencia destacada en el ámbito de la narrativa latinoamericana. Este fenómeno hace recordar las palabras de Somerset Maugham, cuando decía que “tal vez la posterioridad olvide las obras más presuntuosas de nuestros días y vea en aquellas novelas policiales el rasgo más característico de la literatura en el siglo XX. Quizá dentro de un siglo, sabios profesores de universidad sustenten conferencias sobre su significado cultural y sociológico, y los estudiantes (...) vayan a consultar, (...) polvorientas novelas policiales para documentarse acerca de la vida de nuestra época”. Como siempre, el tiempo tiene la palabra. ATL
“Uno de los aportes que entrega la narrativa policial en la literatura latinoamericana es el retorno al arte de narrar una buena historia” . G.G.-C.
“...tal vez la posterioridad olvide las obras más presuntuosas de nuestros días y vea en aquellas novelas policiales el rasgo más característico de la literatura en el siglo XX ” . S.M.
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LOS SIGUIENTES IMPUTADOS HAN SIDO FICHADOS POR SU DESTACADA PARTICIPACIÓN EN LOS HECHOS:
José Gai y Martín Pérez Ibarra.
José Gai con “las manos al fuego” J
osé Gai es periodista, escritor y humorista gráfico. Ha publicado dos libros sobre temas deportivos: Sabor a gol (1997) y Ñoñobáñez, 20 años de fútbol chileno (2002). Actualmente, es ilustrador de La Nación Domingo. Ha publicado el libro de cuentos El veinte y la novela histórica Los Lambton. En el ámbito de la narrativa policial se dio a conocer con su novela Las manos al fuego (Tajamar Editores, 2006), que obtuvo el Premio José Nuez Martín, de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile, a la mejor novela del año. ATL: Las manos al fuego es una novela que tuvo gran acogida en la crítica y que recibió premios importantes. ¿A qué apunta esa novela? R: Las manos al fuego comparte una idea central con mi segunda novela, Los Lambton: un grupo de personas comunes, con historias inconclusas entre ellas, que se reencuentra en un momento histórico determinado, y donde el relato va y viene entre el pasado y el tiempo de su reencuentro. En este caso, el segundo tiempo era el de la dictadura de Pinochet, un período que marcó a mi generación, y el género negro, me pareció, se “avenía” con esa época. La buena recepción de la crítica para lo que era mi primera novela fue un respaldo, fue como asomarme y pararme en un terreno nuevo. También fue un desafío para los libros en que estaba trabajando: había una buena nota que debía tratar de mantener o mejorar. ATL: ¿Qué motivó tu opción por el género policial? R: Fue algo gradual. Creo que, en primer lugar, había un deseo de emulación: me gustaba mucho la novela negra; entonces, ¿qué pasaría si me arriesgaba con un género desafiante, en que importan tanto el tono como la trama, como una mirada crítica a la sociedad? Y después, o junto con eso, me pareció un medio adecuado para escribir sobre algo que tarde o temprano trataría: los años de la dictadura. También hubo un factor más “utilitario”: tenía claro que en Las manos al fuego no iba a transmitir mensajes ni discursos, pero aun así po14
día ceder a la tentación. El marco de la novela negra, algunas de sus características más definidas –una historia sin buenos-buenos ni malos-malos, una trama en que todos esconden algunas de sus cartas, un narrador-protagonista escéptico, descreído–, todo eso me ayudaba en la empresa. ATL: ¿Qué aporta la novela negra o criminal a la literatura? R: Su mirada sobre la sociedad, la forma en que se mete en las patas de caballos mayores –al igual como lo hacen sus detectives privados o investigadores de cualquier tipo–, aporta otro ángulo para observar algunos rasgos de esa sociedad: el relativismo moral, el crimen, los poderes desbordantes que actúan sobre los individuos. ATL: ¿Cuáles son tus autores policíacos favoritos, los que recomendarías a los lectores? R: En primer lugar, Raymond Chandler. Y después, entre otros, Manuel Vázquez Montalbán, James Ellroy, Dashiell Hammett y Osvaldo Soriano, que aunque camina por el borde del género, igual entra en mi equipo ideal. Recomendaría a Chandler por su empeño, exitoso, en darle densidad a la novela negra; a Vázquez Montalbán, por sus atmósferas urbanas; y a Ellroy y Hammett (uno de los padres fundadores) por su estilo directo, seco. ATL: ¿Cómo enfrentaste la escritura de tu primera novela policial? R: Hubo bastante investigación, y ella iba despertando y alimentando la memoria. Me apoyé solo en parte en
hechos conocidos o vividos, pero fundamentalmente en fragmentos de realidad –sensaciones, imágenes, alguna frase, algún hecho particular–que iban alimentando la imaginación. Así, pese a tener un diseño previo que perdura bastante en el resultado final, surgieron episodios, subtramas y hasta personajes que no estaban previstos. ATL: ¿Tienes pensado insistir en el género? R: Sí. Aunque después de Las manos al fuego escribí un volumen de cuentos
en donde los dos relatos de mayor extensión, y que suman casi la mitad de las páginas, se enmarcan en la literatura negra (“El Veinte”, que le da su nombre al libro, y “Un express”), no hay en el futuro inmediato, en lo que resta de mi primer “plan quinquenal”, nada de literatura criminal, salvo un cuento de un segundo volumen de relatos, que está muy avanzado. Pero sí está el propósito, todavía embrionario, de una novela negra en mi segundo “plan”, aunque por ahora me concentro en lo que me resta del primero.
El disparo certero
de José Gai
Martín Pérez Ibarra Una pistola con GPS E
s Ingeniero Civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Master of Arts in Strategic Financial Management de la Kingston University de Reino Unido. Ha participado en los talleres literarios de José Luis Rosasco y Pía Barros. A la fecha, ha publicado los libros Santiago Traders & Otros (2007) y Tapia (2008), ambos de la Editorial Asterión. Ha participado en las publicaciones de libros-objeto de Ergo Sum: Perraje en crisis, con sus trabajos “Corazón de abuelita”, “Metrosexual” y “Vestida de ocasión”, en el año 2008; Ni una más, con el cuento “Pequeño sacrificio”, en el año 2007; Tenemos Pantalones, con el cuento “Tres finales para un choro”, en el año 2006, y Diversos y Estilados, con los cuentos “Marinero”, “En menos de treinta minutos” y “Santiago Traders”, en el año 2005. Actualmente, escribe dos novelas: Chiloé, segundo libro del detective Tapia, y La ilustración de Bernardo.
La lógica de la narrativa policíaca y los cambios tecnológicos Qué fácil habría sido para Sherlock Holmes o el detective Poirot descifrar los crímenes que investigaban si hubieran contado con el análisis de perfiles de ADN, teléfono celular con acceso a Google y GPS. Por otro lado, qué difícil habría sido para Conan Doyle y Agatha Christie escribir esos casos teniendo a mano esas tecnologías, pues la implacable lógica del método policíaco les habría cuestionado el argumento haciéndolo inviable. Por supuesto, los casos de estos escritores se mantienen vivos en el tiempo pues están enmarcados en el contexto de una época con determinados avances científicos. El punto que quiero remarcar es que la ciencia y la tecnología han jugado un papel importante en lo que a este género literario se refiere; también a la inversa, que la novela policiaca ha influido en el desarrollo científico y tecnológico. Un científico que aportó al género fue el británico Sir Charles Snow.
Desde su cátedra de la Universidad de Cambridge, escribió más de diez novelas negras. En la última, Capa de barniz (1979), emplea conocimientos científicos de medicina forense para describir la autopsia de la víctima. A través de su literatura, estimuló el interés por tareas intelectuales de otra índole. En esencia, el espíritu inventivo del escritor no parece diferir mucho de aquel del investigador científico. La unión entre la ciencia y la narración policial se encuentran desde los orígenes del género, es decir, desde los tiempos de Edgar Allan Poe. En su famoso cuento El doble asesinato de la calle Morgue, él emplea análisis científico para la solución del caso. Lo más interesante de Poe es su capacidad para integrar al hombre con las facultades del ser instintivo e imaginativo. Él reunifica la ciencia con la imaginación. La relación de la ciencia con este género literario se intensifica en la versión moderna del relato policíaco,
al que se añaden temas como el espionaje y la ciencia ficción, que emplean recursos científicos e instrumentación refinada para detección, comunicación y transporte, y más sofisticados laboratorios que dan colorido a las narraciones policiales. Los ingleses Fleming y Ambler son dos ejemplos de ello, produciendo novelas más creíbles al explicar los detalles tecnológicos en sus narraciones. También hay, al revés, aportes importantes de la novela policiaca a la ciencia y tecnología. El más evidente es el del novelista Julio Verne, que se anticipó por décadas a avances de la ciencia concibiendo un submarino atómico y un viaje a la Luna. Otros autores imaginaron técnicas inverosímiles para sus tiempos y que hoy en día son de uso cotidiano en los laboratorios de criminalística, tales como el análisis de sangre, el estudio de pelos, la balística y la dactiloscopia. Un ejemplo notable es el de Eric Ambler, que publica en 1936 su novela La oscura
frontera, en la cual describe la bomba atómica, todavía no construida, haciendo uso de su poder de deducción, luego de darle un vistazo a las investigaciones de Rutherford sobre el núcleo atómico. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta unión inapelable e indisoluble entre ciencia y género policíaco? Hay muchas más de las que alcanzo a vislumbrar para esta columna. Por ahora, me quedo con la idea de que la novela policiaca es una reflexión sobre la realidad, una aproximación y una respuesta al problema de la violencia. Si un hombre de ciencia es capaz de inventar una tecnología para combatir el mal, habrá filas de escritores de novela policiaca imaginando cómo eso aplica en el argumento de su texto. También que si un escritor puede imaginar una tecnología para combatir el mal, tarde o temprano habrá un científico que la desarrollará. ATL
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El inocente de Michael Connelly. Barcelona: Ediciones B, 2007 Por Magglio Chiuminatto
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Tinta de sangre. Narrativa policial chilena en el siglo XX. De Clemens Franken y Magda Sepúlveda.
Santiago: Ediciones Universidad Católica Silva Henríquez, 2009. 302 p.
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sta obra, de los académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Clemens Franken y Magda Sepúlveda, es un estudio dedicado al género policial desarrollado en la literatura chilena del siglo XX. Desde siete enfoques diversos y teniendo como figura al detective, el estudio se articula del siguiente modo: 1. El detective contra los inmigrantes. 2. El detective proaristocrático. 3. El detective a favor de la modernización. 4. El detective cómplice de las mujeres. 5. El detective contra las grandes instituciones. 6. El detective en la globalización, y 7. El detective frente a la imposibilidad de la verdad. En este estudio se comentan los trabajos literarios dedicados al género policial de autores de tan variada factura, como los escritores periodistas Januario Espinosa, Alfonso Reyes Messa y Camilo Pérez de Arce, o los destacados en otros géneros, como sucede con el ensayista Alberto Edwards y el dramaturgo Antonio Acevedo Hernández. Pero también quienes se han afianzado en este tipo de literatura: Luis Enrique Délano, René Vergara, Alejandra Rojas, Poli Délano, Roberto Ampuero y Ramón Díaz Eterovic. Por último, la obra apunta a una figura que ha participado de esta temática, aunque, sin dejar de lado su buena dosis de polémica: Roberto Bolaño. ATL
l escenario es clásico, casi se respira el aire tibio que sofocaba a Philip Marlowe, el arquetípico detective creado por Raymond Chandler en la década de 1930. La ciudad, por supuesto, es Los Ángeles. Pero han pasado más de 70 años y el protagonista de El Inocente de Michael Connelly es el abogado defensor Michael Haller. En los pasillos de los juzgados y tras las rejas de las cárceles se puede definir en pocos minutos la vida de una persona. Sobre los hombros de Haller pesa la frase de su padre, también abogado, muerto cuando él era un niño: “Ningún cliente asusta más que un hombre inocente”. Cuidadosamente construida, su trama tiene la elegancia y frialdad de los grandes maestros del género. Sin estridencias, la red se tiende sigilosamente con la filosofía de los desencantados, la presión de la derrota, la esperanza de los grandes héroes de victorias pasajeras. El dominio de las apariencias genera una incógnita psicología que mantiene la tensión narrativa en constante aumento. El rol del detective intuitivo da paso, en El Inocente, a un meticuloso recopilador de pruebas, a un analítico estratega encarnado por Haller, que nos guía en penumbra por los embaucadores caminos de la inocencia y la culpabilidad.
El Gran Dios Salvaje de César Farah.
Santiago: Planeta, 2009. Por Luis Opazo
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n El Gran Dios Salvaje, César Farah nos presenta a Diego González, un profesor de literatura que cree tener el mundo en el bolsillo, que navega por el aula como pez en el agua y no vacila en enamorar a Manuela, una de sus alumnas, con quien contrae matrimonio y tiene un hijo. Hasta ahí su mundo se parece al de muchas personas, pero pronto se desata una tragedia que le hace perder su memoria y lo obliga a entrar en los vericuetos de una trama negra, de búsquedas, en la que conoce a una serie de personajes mitológicos que se cruzan en su camino cuando intenta reconstruir su vida y su pasado. El Gran Dios Salvaje es una novela de ágiles y entretenidos capítulos que llevan al lector a resolver un rompecabezas donde se entremezcla lo humano y lo sobrenatural. Un ciego lírico, barrios despoblados de todo esplendor, casas de reposo, vampiros bohemios dan sentido a una novela que bordea el abismo demencial. Todo sazonado con historias paralelas que nunca se apartan del hilo central. Una novela inquietante, de un joven autor chileno que ya está dando que hablar por su atractiva propuesta narrativa.
Muerte de una ninfómana
El caso Neruda
Santiago: LOM Ediciones, 1996
Bogotá: Editorial Norma, 2008
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de Poli Délano.
n Muerte de una ninfómana, Poli Délano (1936), narra la historia de un doble asesinato y una sola víctima, Leonor Salinas de Quiroz, una mujer joven, bella y ninfómana que va por la vida seduciendo y traicionado a sus amantes, incluyendo a su marido, el doctor Quiroz. La historia está situada en Ciudad de México y está contada desde la perspectiva de tres personajes, los cuales van aportando los antecedentes que permiten conocer la historia de la mujer, las motivaciones de sus supuestos asesinos y el desarrollo del crimen. En esta novela aparecen dos investigadores: el inspector Becerra y el detective privado Oscar Lambret. Las relaciones entre ambos no son buenas. Lambret, joven y algo aficionado al brandy, desconfía del policía e intenta adelantarse a los hallazgos de éste; Becerra por su parte, considera al detective privado un “aficionado al juego policial que ya varias veces había metido sus narices en los asuntos que a él mismo le tocaba manejar”. La trama de la novela es simple y su resolución cierra el círculo de dos asesinatos, cometidos por un amante y por el esposo de la víctima, y un solo cadáver, el de la ninfómana. Una historia de amores y celos, narrada con agilidad y una buena construcción psicológica de los personajes. Muerte de una ninfómana fue publicada en México, con el seudónimo de Enrico Falcone, y en Chile, fue reeditada el año 1996. Esa novela, más algunos cuentos como “Felices” y “Adivinanzas”, y su permanente difusión del género, en artículos y crónicas periodísticas, hacen de Poli Délano un acertado y entusiasta cultor del género policiaco. ATL 16
de Roberto Ampuero.
oberto Ampuero es de sobras conocido y no solo en Chile. Hasta la fecha ha publicado diez novelas, de las cuales Cayetano Brulé ha protagonizado ¿Quién mató a Cristian Kustermann?, Boleros en la Habana, El alemán de Atacama, Cita en el azul profundo y Halcones de la noche. En El caso Neruda, la última de la serie, la trama discurre temporalmente en un período cronológico anterior a las otras historias. En ella, asistimos al “bautizo” de Cayetano como detective privado, en una mezcla de casualidad y juego apadrinado por “el Poeta” Neruda, como se le denomina en la novela. Temporalmente nos hallamos en los meses previos al Golpe Militar de 1973, con un Chile enrarecido y oscuro en el que se pueden sentir las fuerzas antagónicas que están en pugna. La trama parte en Valparaíso en un viaje de ida y vuelta que pasa por México DF, La Habana, Berlín Oriental y Bolivia. Y tratándose del poeta, la búsqueda de Cayetano, con los libros de Simenon bajo el brazo como guía espiritual para aprender las reglas del oficio, sigue las huellas de una mujer, una de las hermosas conquistas del poeta diplomático. Más allá de la anécdota policial, lo mejor de esta historia son los retratos; el retrato de Neruda, anciano y enfermo, mezcla de admiración y crítica por la manera como trató a las mujeres de su vida; el retrato de Chile en los meses previos al golpe; y el retrato desencantado de esos otros países revolucionarios. ATL
Aproximaciones al neopolicial latinoamericano
Mandrake La Biblia y el bastón
de Juan Armando Epple.
Por Ramón Díaz Eterovic
Concepción: Ediciones LAR, 2009 Por Hubert Cornelius
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ebemos a la sagaz pluma (u ordenador) del crítico chileno Juan Armando Epple un nuevo y necesario estudio sobre este género que muestra una polifacética capacidad creativa: se trata de Aproximaciones al neopolicial latinoamericano (Ediciones LAR, 2009). El libro incluye un ensayo general sobre el neopolicial, destacando sus diferencias con la tradición de la novela de enigma y su cercanía a la novela negra de prosapia norteamericana. Comentarios perspicaces a escritores como Mempo Giardinelli, Ramón Díaz Eterovic, Paco Ignacio Taibo II, Hiber Conteris y otros permiten diferenciar con claridad las características del neopolicial. Le siguen sendos capítulos dedicados a estudiar el texto precursor The Buenos Aires Affair (1972) del argentino Manuel Puig, analizando sus elementos de parodia, la novela El infiltrado, del chileno Jaime Collyer, con su creativa rearticulación del thriller o novela de aventuras, y la novela Adiós, Hemingway, del cubano Leonardo Padura, una compleja trama donde se conecta la personalidad creativa de Hemingway con la realidad política de Cuba. El crítico revisa estos laberintos policiales buscando descubrir sus pistas y códigos secretos. Al hacerlo opera como un detective que se enfrenta a la novela como un caso que requiere ser investigado y expuesto al veredicto del lector. El libro incluye una extensa entrevista al escritor Leonardo Padura, quien describe en detalle la trayectoria del género policial en su país y expresa su opinión sobre el neopolicial y las razones de su éxito internacional. Aproximaciones al neopolicial latinoamericano estará pronto a disposición del lector en las librerías y en la dirección de Ediciones Trilce de Concepción.
de Rubem Fonseca.
Barcelona: Editorial Norma, 2007
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n Mandrake La Biblia y el bastón, vuelven las historias de Mandrake, el abogado criminalista que protagoniza una buena parte de las novelas y cuentos de Rubem Fonseca, hoy por hoy, uno de los exponentes mayores de la novela negra en Latinoamérica. En esta oportunidad lo hace a través de dos novelas cortas: Mandrake y la Biblia de Maguncia y Mandrake y el bastón Swaine. En la primera debe aclarar el robo de una Biblia impresa por Gutenberg, que le obliga a tratar con extraños bibliófilos, y en la segunda debe resolver el asesinato del esposo de una de sus amantes, la atractiva y enigmática Mariza. Un asesinato cuyo principal sospechoso es el mismo Mandrake. Mandrake es un abogado aficionado a la buena mesa, los cigarros cubanos, el ajedrez y las mujeres. Tiene su fama y clientes no le faltan, aunque algunos de ellos mueran en medio de las investigaciones que emprende junto a su socio, y a Raúl, un policía bastante peculiar, que no vacila en saltarse las reglas a la hora de resolver el caso que le preocupa. Fiel a su estilo, en estas novelas cortas, Fonseca se encarga de recrear realidades, públicas y privadas, donde la maldad parece ilimitada y corre desbocada sobre los ágiles lomos de la ambición y la perversión. Su escritura es punzante, con diálogos que no tienen desperdicio y una acción constante que permite el entretenido desarrollo de las intrigas que propone. Pasan los años, y Rubem Fonseca, a sus más de 80 años, sigue siendo un incisivo conocedor del lado oscuro del hombre, y un autor al que hay que seguir en cada una de sus apasionantes historias.
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9/7/09
ADN Radio Chile pertenece al grupo de emisoras de
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Todo crimen tiene un escenario: Centro Cultural de Espa帽a, Biblioteca de Santiago, Cineteca Nacional, Universidad Central, Universidad Diego Portales, Universidad Cat贸lica, Fundaci贸n Pablo Neruda y Municipalidad de Pudahuel