ENTREVISTA
ANDRÉS PÉREZ SÁNCHEZ-MORATE 30 de noviembre de 2009
Año I - N o 6 - Ejemplar de distribución gratuita.
EL MISTERIO LLEGO A SU FIN
Exposiciones, radioteatro, mesas, cine, cuentos, juegos, etc.
Secretos y motivaciones de un escritor
FICHADOS Y SEDUCIDOS
Ciclos de cine Santiago Negro
NOVELA NEGRA
Realidad social y memoria Detectives de ficción y detectives reales
Periodistas y policías SANGRE Y TINTA
La historieta y el género policial en Chile
Novela policial para lectores jóvenes
Lo más representativo de Santiago Negro
Sonia González
Mercedes Castro
Miriam Pino
Myra Silva-Labarca Orietta de la Barra
MESA REDONDA
¿Mujeres de armas tomar?
Claves para un buen lector de novela policial
Santiago Negro: La novela policial chilena mostró su rostro
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l misterio llegó a su fin, y después de meses de trabajo el Festival “Santiago Negro” desplegó un programa de más de noventa actividades, durante una semana de diálogos entre escritores y múltiples encuentros con un público que, en varias ocasiones, repletó las salas en las que se desarrollaron las mesas redondas, exposiciones, exhibiciones de cine, radioteatro, juegos de pistas y de Nintendo, cuenta cuentos y otras actividades más. El desafío era mostrar en una semana distintas expresiones artísticas vinculadas a la novela negra o novela policial y dar cuenta de una narrativa que, sin tener mayor tradición en nuestra literatura, hoy en día tiene una destacada presencia en ella, gracias a escritores y escritoras que utilizan sus códigos para crear historias y enigmas que reflejan el funcionamiento de la sociedad chilena actual y los traumas de su historia más reciente. Uno de los mayores logros del festival ha sido despertar la atención del público sobre un género literario que nos apasiona y dar a conocer a un conjunto de autores que no siempre tiene la difusión que merecen. A partir de esto, y del apoyo demostrado por los lectores, esperamos que el festival sea un estímulo para la aparición de nuevas obras y narradores, y para despertar el interés de las editoriales en acogerlos. El misterio llegó a su fin y es tiempo de agradecer a quienes permitieron que “Santiago Negro” fuera una maravillosa realidad. Al Centro Cultural de España que tuvo la iniciativa de organizarlo, a su director Andrés Pérez, a la coordinadora general Francisca Rivera, y a todo su personal que colaboró para que se realizara con éxito. A la Biblioteca de Santiago que se sumó con eficiente entusiasmo; a la Cineteca Nacional y a las universidades, fundaciones, embajadas, municipios, editoriales, librerías y otras entidades que colaboraron para que el festival tuviera distintos escenarios. A la televisión y a la prensa escrita y radial que ayudó a difundir las actividades; al equipo editor de “A tiro limpio”, revista que constituye un esfuerzo inédito en nuestra letras al distribuirse gratuitamente y en más de 100 mil ejemplares. Agradecimientos a todos quienes colaboraron con “Santiago Negro”, al público que nos acompañó, y en especial a los escritores españoles, encabezados por Lorenzo Silva, y a los escritores y escritoras chilenos, profesores universitarios, periodistas, miembros de la PDI y de Carabineros de Chile, cineastas, dibujantes de cómic, actores y músicos que participaron en el festival. El balance de “Santiago Negro” es positivo y nos llena de satisfacción. Logramos realizar la totalidad de las actividades programadas y en el camino aprendimos muchas cosas que ayudarán a mejorar su próxima versión y a organizar otras actividades que permitan mantener viva la llama de “Santiago Negro”, de modo que pueda constituirse en un referente obligado en materia de encuentros literarios en América Latina. En dos años más esperamos estar convocando a los escritores y sus lectores para decirles que hay un nuevo misterio por resolver. Hasta entonces los dejamos en la compañía de los personajes que han surgido de la imaginación de miles de autores policíacos desde que Edgar Allan Poe sentara las bases de un género literario que ha sabido renovarse a través del tiempo y que cuenta con la complicidad de millones de personas en todo el mundo. Ramón Díaz Eterovic
Colaboradores de este número
A tiro limpio es una revista quincenal sobre la novela negra, publicada en el marco del Festival Internacional de Novela Negra, Santiago Negro. Sugerencias y comentario criminales: atirolimpio@gmail.com
3 • Santiago Negro: La novela policial chilena mostró su rostro.
SUMARIO
Andrés Pérez Sánchez-Morate Cristian Cottet Ramón Díaz Eterovic José Gai Bartolomé Leal Juan Mihovilovich Carlos Reyes
4 • Entrevista: Andrés Pérez Sánchez-Morate. 6 • Fichados y Seducidos: Cine Negro en el Festival de Novela Negra.
8 • Sangre y tinta: La historieta y el género policial en Chile.
10 • Secretos y motivaciones de un escritor de novela negra.
12 • Novela Negra, realidad social y memoria. 14 • Claves para un buen lector de novela
16 • Novela policial para lectores jóvenes. 18 • Detectives de
cción y detectives reales.
20 ¿Mujeres de armas tomar? Escritoras en la narrativa policial.
22 • Del papel o la pantalla a la realidad: periodistas y policías.
24 • Actividades culturales del festival. 26 • 14 al 18 de octubre. Una semana inolvidable.
28 • Cosecha Roja: Reseñas de libros.
negra.
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a t s i v e Entr
á S z e r é P s é r d An
e t a r o M nchez-
“Me ha sorprendido la buena acogida de Santiago Negro”
A
ndrés Pérez Sánchez-Morate es el Director del Centro Cultural de España de Santiago y ha sido uno de los más importantes artífices para que el Festival de Novela Negra y Policial Santiago Negro haya concluido como un evento entretenido y completo, con una excelente acogida por parte de los escritores participantes y del público que asistió y disfrutó de tan atractiva programación. Después de clausurado este festival, que es el primero que se hace en Chile y uno de los pioneros en toda Hispanoamérica, desde A tiro limpio hemos querido conocer su opinión sobre cómo se le ocurrió semejante aventura y cómo ha resultado a su juicio.
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ATL. ¿De dónde surge una aventura tan arriesgada y necesaria como Santiago Negro? AP.: Santiago Negro es una apuesta personal. Cuando llego al Centro Cultural hay una necesidad de posicionarlo en Santiago, puesto que es un centro que lleva bastantes años haciendo cosas y no es muy conocido para el gran público. En este sentido, uno de los retos es hacer una actividad importante cada año. El primer año, cuando llego, la programación está completa, pero comienza a aparecer la idea de Santiago Negro, porque tengo amistad con Lorenzo Silva, él ha hecho un festival de este tipo en Getafe y cuando estaba en Beirut alguna vez comentamos la posibilidad de celebrarlo. Al llegar a Chile y percatarme de que no había nada así en Latinoamérica y que aquí el género se percibe de alguna manera como algo más antiguo o tradicional, y en cierto sentido secundario, pienso que quizá merezca la pena darle una vuelta y hacer algo grande relacionado con la novela actual que involucre a mucha gente. ATL. ¿Encontró muchas dificultades para llevarla a cabo? AP.: Bueno, quizá cierta reticencia por parte de la sociedad chilena a lo nuevo, que se reflejó en la actitud inicial de las entidades que han terminado colaborando, y que al principio tuvieron una actitud como de espera para ver qué sucedía con esto. Sin embargo, una vez que vieron que el Festival se iba convirtiendo en una realidad y que era factible, lo tomaron con mucha ilusión, lo que ha supuesto que se establecieran muchas alianzas. ATL. ¿Había desarrollado una actividad similar a Santiago Negro con anterioridad? AP.: Bueno. Llevo mucho tiempo trabajando con lo cultural y algunos eventos más o menos grandes se han realizado. Por ejemplo, en Beirut realicé un festival Iberoamericano de guitarra, con la participación de doce países, también un Festival de Cine Latinoamericano. Pero ninguno con el calado y la repercusión de Santiago Negro.
ATL. ¿Quiénes fueron sus principales aliados en la cruzada? AP.: Los principales aliados fueron los dos comisarios. Ramón Díaz Eterovic, además de sus conocimientos, le ha aplicado al festival mucho sentido común y mucho entusiasmo y Lorenzo Silva, desde España, también ha aportado mucho. Después, también ha sido muy importante la revista. A tiro limpio se ha convertido en un elemento capital que ha gustado mucho, tanto aquí en Chile como en España. Los mismos escritores españoles que han venido y que tienen mucha experiencia en festivales, destacaban que no han encontrado algo de tanta calidad en otros lugares. También la Biblioteca de Santiago y Gonzalo Oyarzún, y el equipo del Centro Cultural de España, que han dedicado muchas horas para que el festival se hiciera realidad. ATL. ¿Qué le ha provocado el hecho de que la respuesta de los estudiantes universitarios haya sido tan tibia en algunos casos? AP.: Yo creo que una de las cosas a analizar es cuál debe ser el papel de las contrapartes en la organización del festival, y en ese sentido, el papel de las Universidades debiera ser central y muy activo, sobre todo si se tiene en cuenta la importancia que para los estudiantes puede tener la participación en este tipo de eventos (con la presencia de autores de prestigio). ATL. Mirando hacia atrás, ¿qué cambiaría? ¿Qué potenciaría? ¿Qué le sorprendió más? AP.: Lo que más me ha sorprendido es la buena acogida general que ha tenido el festival, tanto por parte del público como de los medios de comunicación. Incluso ha llegado hasta los medios en España. Y esta acogida es muy positiva. En cuanto a qué cambiaría, ahora estamos evaluando cómo ha sido el desarrollo del festival y quizá creo que sería importante que hubiera un cambio en el mundo editorial y académico, por lo que supone la presencia de tan importantes autores, tanto chilenos como extranjeros, como ha habido y la oportunidad de que eso sea aprovechado por los alumnos de literatura. Pero en general, no cambiaría mucho, lo que sí haría es que el festival se
abriera más y llegue a todos el mundo, que todo se ponga negro. ATL. ¿Y qué le pareció la Feria del Libro Negro y Policial? AP.: La feria me ha gustado y diría que ha resultado muy buena. No tengo los resultados aún, pero vi a bastante gente interesada. Sirvió para romper algunos prejuicios, porque parecía como que en Chile no había muchos libros del género y la Feria ha demostrado lo contrario. Incluso se podían encontrar libros antiguos y curiosos. Creo, de todos modos, que es algo que se debe potenciar, aunque lo bueno es que los libros que estaban en la Feria van a estar en las librerías, cosa que parecía difícil antes. En todo caso, y aunque no soy nadie para dar consejos, quizá las editoriales deberían hacer una reflexión general sobre su papel en este tipo de plataformas que se les ofrecen en Chile para la venta de libros y apoyarlo más. ATL. La inauguración y la clausura han sido destacadas como originales y divertidas en los artículos que sobre el festival han aparecido en los medios. ¿De dónde surge la idea, porque parece que el género y su visión subyacente de la sociedad es todo lo contrario? AP.: Cuando era joven y estudiante, hace muchos años, la cultura tenía que ser algo serio y sesudo, y aquello que no era aburrido no podía ser cultural. Pero cuando uno supera esa fase, creo que se da cuenta que la cultura tiene que ser divertida, porque es divertida. Creo que no es bueno tomarse muy en serio estas cosas y que una inauguración en la que leen 25 personas a las que les encanta escucharse a sí mismas, pues está muy bien, pero me parece que la gente se divierte más con otras cosas. En ese sentido, el juego surgió un poco por la locura de Ramón y la mía, y por la de algún otro personaje. ATL. En esos eventos recibió dos balazos, uno en la inauguración del festival y otro en la clausura. Esperamos que no le hayan dejado heridas demasiado profundas. ¿Cuál le dolió más? AP.: Me dolió más el último, por eso de que suponía el final de Santiago Negro y como todo buen final, te deja un sabor agridulce por lo que se acaba y que te ha costado tanto trabajo. Además es el momento en el que la gente se va, como los amigos escritores, y siempre te queda una sensación de vacío. Pero bueno, volverá a realizarse dentro de un par de años. ATL. ¿Algún otro disparo durante el festival que no hayamos conocido? AP.: (Risas) Alguno ha habido, pero no merece la pena ni nombrarlo, porque además no me debió de dar bien, porque no me dolió. ATL. Participantes en el evento y público asistente han coincidido en que esperan encontrarse nuevamente en la 2ª edición de Santiago Negro. ¿Ve factible que se realice? ¿Cuáles son, a su juicio, los pasos que
los distribuyen en Chile. Queremos que el festival sea de todos y a todos los niveles, también en la implicación. Así, el festival continuará, sin el riesgo de que la institución que más tira del carro se canse. Y por último, también estamos pensando en que haya un comité organizador.
se deberían dar mientras tanto para asegurar que así sea? AP.: Bueno, yo creo que sí, que se volverá a repetir dentro de un par de años. Pero como siempre, hay un tema importante que es el presupuesto económico. Nosotros, como Centro Cultural de España, hemos hecho un gran esfuerzo para poner en pie esta primera edición, y en próximas ediciones, creo que eso debiera estar más repartido. Es fundamental para nosotros contar con algo de iniciativa privada y por ese camino va el futuro del festival. Yo creo que ya hay algunas empresas interesadas y además, tampoco estamos hablando de unas cantidades impensables para una gran empresa. Pero sí es necesario que ciertos gastos estén cubiertos. De ese modo, la continuidad del festival está asegurada. No se puede olvidar cuáles han sido los objetivos del festival. El más obvio es la afluencia de público, pero también el fomento de las industrias culturales e incluso festivales como Gijón (España) demuestran que se fomenta hasta el turismo. Es difícil llegar a las cifras de visitantes que tiene Gijón, con un millón de personas, pero si esto se consolida y gana importancia, puede que dentro de cuatro o cinco festivales estemos incluso atrayendo gente de otros países. Al final, la cultura también tiene que servir para esto, para mejorar la vida de la gente y si además genera recursos, mucho mejor. ATL. En otras ediciones del festival, ¿existe alguna intención de traer escritores de otros países? AP.: Esa es la idea. Como os decía, ahora estamos en la fase de evaluación del festival, que queremos que sea lo más seria y profunda posible, para evitar los errores que sin duda ha habido. Y para las próximas ediciones, traeremos a escritores de otros países latinoamericanos atendiendo a un criterio de país seleccionado o a los intereses de los comisarios. Pero, repito, son fundamentales las contrapartes. Si se van a traer a siete escritores de El Salvador, por ejemplo, es necesario que la embajada de El Salvador nos apoye, al igual que las editoriales que publican a esos autores o que
ATL. Santiago Negro es una de las múltiples actividades que el Centro Cultural de España ha organizado durante este año 2009. ¿Cuál es la filosofía del Centro y qué otras actividades destacaría de la programación para lo que resta del año? AP.: Bueno, el Centro Cultural de España pertenece a la Cooperación Internacional Española para el Desarrollo, y sigue las líneas establecidas por esta cooperación. No solo se trata de fomentar la cultura española en Chile, sino también de trabajar por lo que se llama la cultura para el desarrollo. Por ello, siempre intentamos trabajar con contrapartes chilenas temas como la violencia de género, el patrimonio, los pueblos originarios, el fomento de la lectura. Dentro de estos trabajos, estamos desarrollando una línea muy importante que es la descentralización y que coincide plenamente con los planteamientos del Consejo Nacional de la Cultura. Este año hemos llevado a cabo 92 actividades en comunas exteriores de Santiago y en Regiones, tales como talleres, seminarios, exposiciones, obras de teatro, etc. Es decir, llevar la cultura donde realmente se necesita y eso no es en el centro de Santiago en donde ya hay un nivel de desarrollo cultural importante. ATL. No nos podemos despedir sin que recomiende a los lectores sus autores y novelas favoritas del género negro y policial. Y recuerde que si no anda con tiento, igual le pegan otro balazo… AP.: Eso es muy complicado (risas), no se puede contestar. A mí me gusta mucho Vázquez Montalbán y tradicionalmente ha sido siempre lo más importante en España. También los comisarios. Lorenzo Silva es mi amigo y he seguido siempre a Bevilacqua y Chamorro, y últimamente leo a Heredia por motivos lógicos, claro. Ahora, aprovechando el festival, estoy leyendo a los autores que han venido. También me gusta mucho Giménez Bartlett, que lamentablemente no pudo venir al festival, y Eugenio Fuentes, que sé que ha sentido mucho no poder acudir. Me gusta Lindsay Davis, escritora inglesa, y su personaje Marco Didio Falco, que es un detective de la Roma clásica que me hace mucha gracia.
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MESA
Participantes: • Bartolomé Leal • José Román • Alberto Fuguet • Ignacio Aliaga
E N I C E O D R S G O E CICL IAGO N T N A S
FICHADOS Y SEDUCIDOS,
Cine y novela negra
l a v i t s Fe l e n e o r g e N e n i C a r g e N a de Novel
E
n el marco del Festival Santiago Negro se reúne un importante número de cintas dedicadas al cine negro y policial. A lo largo de toda la muestra se revisaron los mejores exponentes de este género cinematográfico chileno, español y americano.
Cine chileno del género negro y policial en la Cineteca Nacional El cine chileno estuvo presente en la Cineteca Nacional, con películas de José Bohr, Gonzalo Justiniano, Arnaldo Valsecchi, Gustavo Graef-Marino, Orlando Lübbert, entre otros. El ciclo se inauguró el 13 de octubre, con el cortometraje “Tres miradas a la calle”, de Naum Kramarenco. Las películas exhibidas fueron las siguientes, ordenadas cronológicamente: • La mano del muertito (José Bohr, Chile, 1948, 80 min, 35mm) • El ídolo (Pierre Chenal, Chile, 1952, 69 min, dvd) • Tres miradas a la calle – capítulo Ojos de Gato (Naum Kramarenco, Chile, 1961, 25 min, 16mm). • Caluga o menta (Gonzalo Justiniano, Chile, 1990, 35mm) • Johnny 100 Pesos (Gustavo GraefMarino, Chile, 1993, 90 min, 35mm) • La rubia de Kennedy (Arnaldo Valsecchi, Chile, 1995, 35mm) • Cielo ciego (Nicolás Acuña, Chile, 1997, 94 minutos, BetacamSP)
• Ángel Negro (Jorge Olguín, Chile, 2000, 85 min, 35mm) • Taxi para tres (Orlando Lübbert, Chile, 2001, 100 min, 35mm) • Los debutantes (Andrés Waissbluth, Chile, 2003, 116 min, 35mm)
Cine español del género negro en el Centro Cultural de España Con una cuidadosa selección del cine español contemporáneo que se ha dedicado al género negro y policial se pudieron ver películas de renombre, desde Días contados de Imanol Uribe (1994) a la reciente, Los crímenes de Oxford de Alex de la Iglesia (2008). Están representados directores como Alejandro Amenábar que inicia su producción cinematográfica con la película Tesis (1996) y que tiene toda la estructura de un thriller, un film de intriga, film ganador del Premio Goya 1997 y merecedora de un bullado éxito. Carlos Saura con su El séptimo día (2004) que cuenta la historia de dos familias enemistadas, los Jiménez y los Fuentes, que arrastran una sangrienta historia en común. También cabe señalar el film El alquimista impaciente (2002) de Patricia Ferreira, basada en la novela del mismo nombre de Lorenzo Silva y la popular Los crímenes de Oxford de Alex de la Iglesia (2008), basada en la novela Crímenes imperceptibles, de Guillermo Martínez. Obtuvo 3 Premios Goya: mejor música, dirección de producción y montaje y 6 nominaciones.
Bar tolomé Leal, Ignacio Aliaga, Ramón Díaz Eterovic y José Román.
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Alberto Fuguet.
Las películas exhibidas en orden cronológico: • Días contados (Imanol Uribe, España, 1994, 90 min. DVD) • Tesis (Alejandro Amenábar, España, 1996, 126 min. DVD) • Plenilunio (Imanol Uribe, España, 2000, 112 min. DVD) • El alquimista impaciente (Patricia Ferreira, España, 2002, 105 min. DVD) • Las horas del día (Jaime Rosales, España, 2003, 103 min. DVD) • El séptimo día (Carlos Saura, España, 2004, 106 min. DVD) • La noche de los girasoles (Jorge Sánchez Cabezudo, España, 2006, 118 min. DVD) • El menor de los males (Antonio Hernández, España, 2006, 110 min. DVD) • Los crímenes de Oxford (Álex de la Iglesia, España, 2008, 110 min. DVD)
Cine Norteamericano en el marco del “Festival Santiago Negro” en la Biblioteca de Santiago El mejor cine negro se desarrolla en USA y en los años 30 al 40, siendo la época de auge los años 40. El cine negro americano es tan exitoso que es difícil distinguir en su aporte al género, si la literatura lo fue tanto como el cine. Se exibieron obras tan famosas como Laura (1944) de Otto Preminger; Gilda (1946) de Charles Vidor; El cartero siempre llama dos veces (1946), de Tay Garnett, basada en la famosa novela del mismo título de James M. Cain y la clásica Sunset Boulevard (1950) de Billy Wilder, con
el inolvidable papel encarnado por Gloria Swanson. • Laura (Otto Preminger, USA, 1944, 88 min. DVD) • Que el cielo la juzgue ( John Sthal, USA, 1945, 72 min. DVD) • El Cartero siempre llama dos veces (Tay Garnett, USA, 1946, 113 min. DVD) • Gilda (Charles Vidor, USA, 1946, 103 min. DVD) • Traidora y mortal (Jacques Tourneur, USA, 1947, 97 min. DVD) • El beso de la muerte (Henry Hathaway, USA, 1947, 105 min. DVD) • Sunset Boulevard (Billy Wilder, USA, 1950, 89 min. DVD)
Coloquio “Cine y novela negra” en la Cineteca Nacional. En este coloquio el escritor y crítico de cine Bartolomé Leal plantea que el cine negro es un invento de los franceses; a ellos se les ocurrió apelarlo así. El año 1946, liberada Francia del dominio nazi, se estrenan en París las siguientes películas venidas de USA: El halcón maltés de John Huston basada en la novela de Dashiell Hammett, con Humphrey Boggart como Sam Spade; Laura de Otto Preminger, versión de la novela de Vera Caspary; Adiós muñeca de Edward Dyytrick, sobre la novela de Chandler (Dick Powell hizo de Marlowe); Pacto de sangre de Billy Wilder, sobre la novela de James Cain; La mujer del cuadro dirigida por Fritz Lang, con Edward G. Robinson. Los franceses se enloquecieron con estas películas, y los críticos le llamaron film noir, cine negro. El cine negro es deudor de la narrativa negra —agrega Bartolomé Leal— de
los llamados pulp, sobre todo del cuento aunque también de la novela. Es heredero también del viejo cine mudo de gánsteres de los años 20, que conoció obras notables como Chinatown de William Wellman. Sus temas eran, por cierto, la prohibición del negocio y consumo de alcohol. Novelas de Richard Burnett como Pequeño Cesar y La jungla de asfalto conocieron versiones fílmicas por los años 30. El escritor y cineasta Alberto Fuguet plantea que el cine negro es, en estricto rigor, el cine norteamericano de los años 40 y 50. El concepto ha sido un poco abusado. El cine negro es, sobre todo, el cine de los detectives privados creados por la narrativa negra. Ésta mantendrá su libertad frente al cine negro, sobre todo en materias sexuales. Sin embargo se muestra generoso frente al fenómeno del cine y proporciona temas, personajes, ambientaciones y sucesos. El cine negro se ve limitado por la censura y el puritanismo imperantes en la postguerra. Se caracteriza además porque permitió una complicidad, un entendimiento entre directores y productores, que pocas veces se ha dado en la historia del cine norteamericano. El cine negro no es equivalente del cine policial o el cine de gánsteres. Esto tiene que ver con varios factores:
frágiles: Barbara Stanwyck, Bette Davies, Laureen Bacall. José Román indica que el estilo del cine negro viene del expresionismo alemán. Blanco y negro, contrastes, planos dramáticos, actuaciones intensas. Diversos directores migrados desde Europa cumplen su rol de introducir el estilo: Von Sternberg, Billy Wilder, Otto Preminger. Aportó además una capacidad de síntesis respecto a la narrativa negra, que normalmente contiene demasiados elementos criminales. Hay una cierta hibridez en el cine negro, es el producto de dos corrientes.
• No es un cine documental de los procedimientos de lucha contra el crimen. • Mantiene distancia frente a objetivos didácticos o edificantes. • Su punto de vista es por lo general el del asesino o el delincuente. • El detective privado del cine negro está más cerca del hombre común que del policía de uniforme, comenta el crítico de cine José Román. • Se halla subordinado a la narrativa negra, sus autores actuaron a menudo de guionistas y adaptadores (Chandler). • Es insólito, cruel, erótico, ambivalente, cínico y onírico. • Practica abiertamente una estilización del crimen, está lejos de mostrarlo de manera realista.
Serie de televisión dirigida por Arnaldo Valsecchi e Ignacio Agüero y cuya exhibición se programó en la Biblioteca del Centro Cultural de España en el marco del Festival de Novela Negra y policial Santiago Negro. Esta serie estrenada para la televisión el año 2005 está inspirada en las novelas del escritor chileno Ramón Díaz Eterovic. Heredia es un detective muy particular que suele resolver casos difíciles, luchar por causas perdidas y recobrar la débil memoria de la sociedad. Se mueve por los vericuetos de una ciudad como Santiago, fantasmagórica e implacable. Utiliza en su trabajo detectivesco, la lógica, la intuición, una alta cuota de humor, un bagaje importante de buenas citas literarias y un corazón enorme que pierde a más de una hermosa acompañante circunstancial. Heredia (Claudio Arredondo, Premio de la Artes Nacionales Altazor 2006 por su interpretación del detective Heredia) es un detective privado de poca monta, en permanentes problemas económicos. Es un tipo solitario, mujeriego, idealista y consecuente, que se mueve en los bajos fondos de Santiago. La gente acude a Heredia para solucionar casos, que en apariencia, son bastante simples, pero que casi siempre terminan siendo sólo la hebra de una madeja que conduce a misterios inesperados. ATL
En el cine negro los personajes masculinos no son héroes positivos, sino más bien antihéroes, como el gánster, el asesino, el chantajista, el verdugo. Los actores duros reemplazan a los dulzones buenos mozos del cine convencional. George Raft, Edward G. Robinson, Robert Mitchum, Humphrey Bogart representan a tipos maduros, golpeados por la vida, borrachines, pendencieros, machistas. Los personajes femeninos son, por lo general, también de la línea dura: mujeres perversas, fatales, traidoras, seductoras y amorales, implacables, a menudo asesinas. No son muñecas
Heredia y asociados.
Claudio Arredondo, representando a Heredia.
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MESA
La historieta y el género policial en Chile. Participantes: • Carlos Reyes • Mauricio García • Cristóbal Valderrama
E R A: G N T A S IN T Y
e l y a t e i r o t s i h la Por Carlos Reyes G.
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l festival “Santiago Negro” debió vestir ropajes bidimensionales para presentar los puntos de contacto entre el género policial y la historieta chilena. Diversas actividades del festival dieron cuenta de una relación que, con altibajos, continúa ofreciendo hasta hoy un corpus interesante. Buena parte del trabajo de los historietistas locales pudo verse en una contundente exposición que recorrió poco más de 50 años de flirteo entre ambos mundos artísticos, de modo que los rumores sobre la muerte (¿o tal vez asesinato?) de la historieta chilena, y especialmente de su producción de género policial, demostraron ser un tanto exagerados. Es cierto que las revistas de “monitos” mermaron ostensiblemente después de los años 70, pero sin embargo, Chile nunca dejó de producir historieta. La exposición que se montó durante el festival demostró claramente, a lo largo de una diacronía, la producción de un buen puñado de obras desde la historieta Desfiladeros de Abel Romero en los años 50 para el diario El Mercurio, hasta la reciente, Me llaman Pulp! del dibujante temuquense Caoz, publicada por Mythica ediciones en el 2009. En la exposición se pudo apreciar claramente el largo serpentear del género policial en el trabajo de diversos dibujantes y guionistas de historietas que cayeron seducidos por una literatura propicia a la denuncia de la hipocresía e injusticias sociales o que sucumbieron ante un género que ha ilustrado los borroneados límites entre la ley y la justicia o entre policía y criminal. A lo largo de esta línea de tiempo pudimos entrever que la historieta policial en Chile ha estado tamizada por lo realista, lo paródico, lo social, lo laberíntico y hasta lo terrorífico, creando así sus propios derroteros, algunos trabajos menores, pero también unas cuantas obras señeras.
Me llaman Pulp!, del dibujante temuquense Caoz, pinta retratos de delincuentes que habitan un mundo de mentiras y tapaderas.
En la mesa redonda: “La historieta y el género policial en Chile”, el investigador Mauricio García (www.ergocomics.cl) comentó esta relación exhibiendo revistas y hablando sobre los personajes y publicaciones de historieta tributarias de la novela negra, apuntando no obstante, la carencia de un personaje o serie emblemática que fuese capaz de constituirse en un hito indiscutido y generacionalmente transversal como son personajes de la talla de Condorito, Mampato o el Dr. Mortis en otros géneros historietísticos. Otro de los invitados a la mesa, el dibujante coquimbano Carlos Carvajal, presentó un adelanto de su novela gráfica Alto Hospicio,, adaptación del libro homónimo de Rodrigo Ramos, ambos publicados por la nueva editorial Quimantú. La historieta y la novela abordan los estremecedores asesinatos de mujeres en la tristemente célebre ciudad nortina, muertes que siguen hasta hoy rodeadas de un halo de incómodo misterio que retrata claramente cómo la exclusión social y la pobreza pueden configurar un espacio de crueldad e incluso de postergación de la justicia. Carvajal ha pensado la historieta como una versión libre, como un dossier que despierte la curiosidad por leer el relato original. En su alocución, Carvajal expresó la clara vocación político-social de su historieta que asume, a ratos, el incómodo e inquietante punto de vista del asesino. Su filosa historieta de tintes oscuros retrata sin piedad un Chile abúlico, apático y desnuda las falencias e indiferencia del gobierno, la policía, los medios de comunicación y de toda una sociedad, caldo de cultivo ideal para la aparición e impunidad de un asesino en serie.
Otro encuentro relevante para la historieta fue la presentación de la novela gráfica Quique Hache detective del reconocido dibujante Gonzalo Martínez, realizada a partir de la novela homónima de Sergio Gómez. El dibujante, de larga trayectoria ya, ha adaptado exitosamente al formato de historieta la nouvelle Road Story de Alberto Fuguet y es un autor que, fascinado por el género, ha entregado una versión fresca y cuidada de
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género policial en Chile “Uno de los tantos encant os de las novelas de Quique Hac he –dice Gonzalo Martínez– es que recupera todas las caract erísticas de la novela negra y los apl ica en un ambiente juvenil sin cae r en los clichés del género”.
la conocida obra de Gómez. Para Gonzalo Martínez, Quique Hache tiene, aunque detective adolescente “todas las características de la novela negra y los aplica en un ambiente juvenil sin caer en los clichés del género”.. En los dibujos de Martínez, el personaje recorre Santiago y se asienta fuertemente en la realidad, potenciando el concepto de hacer aventurable nuestro entorno más cercano. Las pesquisas están hechas, las pruebas, servidas. La producción de historieta policial, aunque irregular y escasa, pasa sin embargo por un excelente momento. Editores, guionistas y dibujantes se han volcado a crear nuevas obras que se suman a la historia de ambos universos, literario uno, visual, el otro. El devenir de la historieta chilena y de su relación con el género policial cifran su futuro en la ecuación de un crimen por cometer y en un consecuente enigma que, confiamos, aún espera para ser resuelto.
El coquimbano Carlos Car vajal adapta a historieta la novela Alto Hospicio y asume el inquietante punto de vista del asesino y la complicidad de toda la sociedad chilen a.
Comiqueros supervivientes
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o podíamos dejar pasar la oportunidad sin romper una lanza a favor de los componentes de la mesa sobre la historieta policial chilena, entre los que se encuentra Carlos Reyes, responsable de la excelente muestra de cómic que se ha expuesto en el Centro Cultural de España en el contexto de Santiago Negro. Al igual que ha sucedido en la novela negra, difamada y relegada a una posición marginal en muchos momentos de su historia por académicos y estudiosos, el cómic, a excepción de algunos países donde casi es religión, también ha tenido sus altas y sus bajas. Pero afortunadamente para el público chileno, la labor de estos “comiqueros supervivientes” ha sido fundamental, tanto en ergocomics (www.ergocomics.cl), página que reúne a un interesante colectivo de aficionados a este género, como en Feroces Editores Chile (www.feroceseditores.blogspot.com), que tiene como objetivo primordial difundir el material de los historietistas nacionales en impresos de calidad y a precios y accesibles. Fruto de esta labor, por ejemplo, ha sido el Primer Festival de Historietas realizado también en el Centro Cultural de España, durante los meses de julio y agosto, llamado “Viñetas del fin del mundo” o la 1ª Feria del Cómic que se celebró el primer fin de semana de noviembre en Plaza Brasil. “La historieta es un arte que, pese a que pinta universos alejados de la realidad e incluso delirantes, es capaz de retratar su entorno tal y como lo hace una novela o un film y es por estos días un lenguaje maduro que ya no necesita validaciones externas para sostenerse”.
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de un escritor y s o s t e e de novela negra r n c o Se i c a v i t o m “
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n su libro de memorias, García Márquez recuerda esta frase, que atribuye a distintos autores: ‘Si puedes vivir sin escribir, no escribas’. Se trata pues de la pasión de la escritura. Escribir, como sea y de lo que sea. Bien, mal o regular. De modo que, en mi caso al menos, siempre estuvo latente la escritura. Pero ello no podía ser sin la lectura. Ambas forman parten de un mismo fenómeno, ya lo dijo Henry Miller”. Con estas palabras, comenzó su ponencia Bartolomé Leal, uno de los destacados autores chilenos de novela negra.
Las palabras de este novelista son cruciales para entender algunas cosas entorno a la novela negra o policial y sus cultores. Todos ellos son escritores, y antes lectores, y ambas tareas se refieren a pasiones e intereses, a actitudes o estilos de vida, si se quiere, y por tanto, no es extraño que muchos autores de novela policial afirmen que ellos escriben historias sin pensar previamente sin van a ser negras, azules o blancas. En definitiva, que su relación es con el arte sagrado de contar historias y contarlas bien. En este sentido, el género policial posee la peculiaridad de que su centro es un misterio a resolver y como tal, todo debe estar a su servicio, desde la primera página hasta la última. Lo que se traduce en una historia directa, clara y concisa en la que se desarrolla el misterio hasta que es aclarado por el protagonista. Por ello, muchos autores elijen este género como forma para sus novelas, dado que priman la importancia de una historia bien contada en vez de la experimentación en la forma o el contenido literario.
MESAS
¿Por qué escribimos novela negra? Participantes: Ramón Díaz Eterovic, Juan Madrid, Andreu Martín, José Gai y Poli Délano.
¿Por qué escribimos novelas policiales? Participantes: Magglio Chiuminatto, Kama Gutier, Helios Murialdo, Carlos Tromben, Gonzalo Hernández.
Secretos y motivaciones de un escritor de novelas negras Participantes: Jaime Valenzuela, Juan Bolea, Bartolomé Leal, Roberto Ampuero y César Farah.
¿Cómo escribir una novela policial y no morir en el intento? Participantes: Juan Ignacio Colil, Juan Bolea, Mercedes Castro, José Román, Toño Freire y Eduardo Soto.
¿Por qué leemos y escribimos novela negra? Participantes: Jaime Pinos Fuentes, Juan Madrid, José Gai y Ramón Díaz Eterovic.
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Escribir novela negra es como comer pescado Eduardo Soto, en una de las mesas, dijo que para él, “escribir novela negra es como comer pescado: se debe tener cuidado con las espinas o se puede caer en incoherencias lógicas”. Para el autor de El orden de los brujos, las características de este tipo de novelas son muy claras y complicadas de conseguir, porque el equilibrio entre todas ellas es tan inestable y traicionero como las espinas de los jugosos pescados. Lo primero es la acción, nos dice, que no debe ser supuesta sino explícita, y que no permite ni cavilaciones
ni digresiones ni nada que se le parezca, pues todo debe estar al servicio de esta acción criminal. En este sentido, coincide con sus compañeros de mesa, los españoles Juan Bolea y Mercedes Castro y los chilenos José Román y Toño Freire, que destacaban del género la necesidad de que la historia posea un móvil claro que enganche al lector y una tensión bien dosificada a lo largo de toda la historia. Y para ello, es necesario también un argumento claro y verosímil, que el novelista suele tener claro antes incluso de comenzar a escribir la primera palabra, pues en la medida en que esto se cumpla, todo se dirigirá hacia el momento culminante sin exageraciones ni elementos superfluos, sin contradicciones y sin trampas al lector. En las cinco mesas que hubo sobre este mismo tema, todos los ponentes destacaron que no se puede hacer trampa al lector. El misterio es el mismo para el protagonista y para el lector, y en la medida en que esta regla de oro se cumpla, el lector no podrá levantar la mirada de las páginas, en una lucha “sin cuartel” con la pericia del investigador y por tanto del autor. De similar importancia son los personajes. Eduardo Soto aconsejaba tener un perfil claro y delimitado de cada personaje, antes de iniciar la escritura. Y este perfil debe tener en cuenta el papel que cada uno jugará en la historia, independientemente de que sea principal o secundario, que sirva para “despistar” al lector y al investigador, o que sea el asesino. Sin embargo, de entre todos los seres que pueblan una novela policial, hay uno que debe diseñarse con sumo cuidado: el protagonista. No en vano, en muchas ocasiones hay series de varias novelas cuyo hilo conductor principal es este personaje. Por ello, los participantes a las mesas coincidieron en señalar que el protagonista, ya fuera policía, “investigador” casual o incluso el asesino, debía lograr esa complicidad necesaria con el lector, sentir algún grado de enganche con respecto a su vida, a las motivaciones que lo impulsan o a las circunstancias que lo involucran. Otro de los elementos que se destacó fue la importancia del lenguaje, pues es la herramienta principal del escritor, con ella construye sus historias y con ella se comunica con el lector. Este elemento se ajusta en función de muchos
Ramón Díaz Eterovic, Jaim
e Pinos Fuentes, José Gai
y Juan Madrid.
César Farah, Bartolomé Leal, Jorge Valenzuela y Roberto Ampuero.
otros como son el tiempo de la historia, los personajes, los espacios, etc. Es decir, es un elemento fundamental para conseguir la verosimilitud y por tanto para que el lector “se crea” la historia. Y en el caso de la novela policial, además, debe transmitir también aquellos lenguajes especializados propios de los ámbitos con los que se relacionan directamente estas historias: términos propios de los ámbitos policiales, judiciales o legales, de los bajos fondos, etc. El autor debe conocer y manejar con soltura y precisión estos términos. En este punto, surgieron algunas discrepancias, pues no todos los novelistas coincidieron en la necesidad de reproducir en las historias lo que puede ser considerado como un lenguaje grosero. Es muy común encontrar en estas historias, debido a que transcurren en escenarios poblados de violencia y hechos delictuales, un lenguaje agresivo, fuerte e incluso con gran cantidad de expresiones vulgares. Para algunos autores, es mejor un personaje “parco de lengua y rápido de manos”, y un lenguaje menos técnico, más común y cercano al lector, evitando así que el desagrado o la extrañeza lo lleven a abandonar la lectura.
Juan Madrid y Andreu Martin.
Jorge Valenzuela, Juan Bolea, César Farah, Bartolomé Leal y Roberto Ampuero.
Algo más que misterio e intriga Todo lo que se ha mencionado hasta aquí tiene que ver con una parte importante del género. Estructuras depuradas, lenguaje directo e impactante, personajes llamativos y dosificación de la tensión son características que han ubicado al género entre los predilectos por parte de los lectores. Incluso, algunos de los novelistas que participaron en el festival, como
el chileno Poli Délano, aconsejaba a todo escritor practicar el género, aunque sólo sea como entrenamiento, ubicándolo como uno de los más difíciles de conseguir. Esta opinión se sustenta además en tantos ejemplos de historias pertenecientes a otros géneros que emplean recursos propios de las novelas policiales, como el manejo de la intriga, para generar el interés en el lector. Sin embargo, continúa faltando algo fundamental y que es parte del
Bartolomé Leal: un chileno global
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o me ha sido fácil publicar. La mitad de mis libros han sido autoeditados en Chile, los demás han aparecido en destacadas editoriales extranjeras, en España y en Bolivia. Declararse autor de novela negra es garantía para que, en este país, a uno lo dejen automáticamente afuera. Hay que usar tácticas de sabueso, moverse en espiral, poner trampas. Como el agente de la Continental, el admirable detective de Hammett. Al respecto, no renuncio a la figura del investigador, del detective. Es el personaje fundamental, central, imprescindible de mi manera de abordar el género. Es el “hombre en la multitud” de que hablaba Poe, en un cuento admirable. El detective es el testigo comprometido, el aguafiestas, el metiche, el sapo por vocación. Voy a seguir escribiendo novela negra. Tengo manuscritos en proceso, en barbecho algunas ideas, y las ganas se mantienen. Sobre todo en el subgénero que practico, la novela negra etnológica, sustentada en los valores de la diversidad racial y cultural del mundo. Además sigo leyendo, descubro autores. He descubierto también que escribo novela negra por un secreto resentimiento. Por un lado, soy un escritor nómada. Y he descubierto una obviedad: existe la globalización. Pero la globalización del delito. De la canallada, de la estafa, de la prevaricación, de la ignorancia y el fanatismo, del negocio fácil, de la incultura, de la vulgaridad.
género desde la irrupción de los escritores norteamericanos en la década de los años 20 y 30 del siglo pasado: la cruda realidad. Juan Madrid, uno de los representantes más destacados de la delegación española de escritores que nos visitaron, sostiene allí donde va que la novela negra ha sustituido al periodismo como discurso que da cuenta de lo que está pasando realmente en el mundo en contra de lo que los medios oficiales transmiten. Eso supone, entre otras cosas, que el género no es solo un divertimento, una estructura eficaz y entretenida, que sirve al lector para evadirse de la realidad. Todo lo contrario. Algunos autores, se conforman con la parte más lúdica del género, pero otros, se interesan más por la parte crítica, en donde tratan de dar cuenta de lo que a su juicio “huele mal”. Juan Bolea, en este sentido, sitúa las novelas policiales junto a las de aventuras y las de ciencia ficción, como las historias más ficticias del género narrativo y las que cumplen un rol más lúdico y de entretenimiento para el lector. Mercedes Castro, en cambio, contaba cómo buscó construir un personaje que rompiera el estereotipo de la novela negra. Su detective, Clara Deza, es una mujer que además de enfrentar un caso debe luchar contra el machismo, debe resolver la vida como una mujer común y corriente y debe dar cuenta desde una mirada femenina del género negro y de la sociedad: “Esto representa un doble desafío, porque no se trata de vestir con falda de mujer a un personaje que en realidad es un “detective duro”, sino de mirar lo “negro” desde lo femenino común y corriente”. ATL
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MESAS
Sociedad y memoria en la novela negra Participantes: Cristian Cottet, Juan Madrid, Mirian Pino, Gregory Cohen y Francisco Miranda.
Novela policial, un misterio entre la realidad y la cción
c o s d a d i l a e r A NOVEL RA, G E N
Participantes: Mauricio Electorat, Kama Gutier, Domingo Villar, Gabriela Aguilera y Álvaro Bisama.
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Novela negra, ¿la novela social de nuestros días? Participantes: Myra Silva-Labarca, Kama Gutier, Cristian Cottet, Juan Ignacio Colil y José Román.
Sea como sea, lo anterior sirve para constatar una relación no siempre aceptada ni fácil, que se complejiza aún más cuando se trata de un género “tan realista” como la novela policiaca o negra. Por ello, y de manera muy acertada, el festival dedicó varias mesas a tratar este tema.
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no de los temas fundamentales a lo largo de la historia de la literatura, entendida como arte de contar y transmitir historias, es la difícil y no siempre clara relación entre la realidad y la ficción. Oscar Wilde, en una de sus irreverentes frases, decía que la realidad imita al arte, ya que no podemos mirar de la misma forma cualquier aspecto de la realidad cuando ha sido incorporado a una obra de ficción. A esta afirmación se le pueden contraponer otras tan manidas como aquello de “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia” o mejor aún “la realidad supera a la ficción”.
Cristian Cottet.
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vierte, así, en una fuente de información a través del desarrollo de ciertas hipótesis que se sustentan en la realidad. Se reanudan esas realidades que están latentes y a través de la ficción se llega a una verdad que el discurso oficial calla”.
Los maestros americanos
El neopolicial latinoamericano
José Román, autor de la novela El espejo de tres caras, contaba cómo él era un lector tardío de novela policiaca y cómo para él fue una revelación el descubrimiento de los grandes maestros norteamericanos de la década del 30 y siguientes del siglo pasado. En anteriores números de esta revista exponíamos de manera muy sucinta la evolución de este género y cómo Chandler en su obra El simple arte de matar atribuía a Hammett el acierto de trasladar la novela policial aristocrática y lúdica de Conan Doyle y Agatha Christie a las calles y los bajos fondos marginales de las grandes urbes norteamericanas, dando un giro radical y clave para el devenir del género. En este sentido, José Román nos contaba cómo para él fue una sorpresa descubrir a estos autores y la crítica social descarnada que se incluía en sus libros. Para él, era algo nuevo que apareciera la sociedad y sus miserias a través de la inclusión y descripción de ciertos estratos o sub mundos sociales que se relacionaban directamente con el poder y con los grupos sociales respetados: “la novela negra se con-
Mirian Pino, profesora de la Universidad de Córdoba, en Argentina, analizó en su ponencia los casos de dos autores muy distintos, Bernard Schlink y su libro El engaño de Selb y Ramón Díaz Eterovic y su último libro La oscura memoria de las armas. En su análisis, la profesora transmitió algunas ideas fundamentales para entender la variante que el género negro toma en Latinoamérica, tanto en la vertiente americana como en la vertiente española. Para ella, la novela policial actual supone un diálogo con las distintas formas del “horrorismo” que muchos países latinoamericanos han padecido, fruto de diferentes dictaduras. Por ello, la novela negra debe crear un lenguaje que recoja el flujo de la oscura y profunda memoria que viene de la historia y se desparrama por todos lados, convirtiendo la situación actual en el rebrote que surge de la memoria del pasado. En cuanto al tipo de protagonista más común de estas historias, la profesora Pino, tomando como referencia a Selb y a Heredia, sostuvo que se trata de personajes disfuncionales para la policía y la sociedad, que habitan en
Myra Silva-Labarca, José Román, Cristian Cottet, Kama Gutier y Juan Ignacio Colil.
a la marginalidad espacial, tecnológica y social, y que pretenden descubrir la verdad que los redima, aunque solo sea ante sí mismos, ya que esa verdad que viene del pasado y subyace en el presente no interesa a la sociedad actual.
El neopolicial en Chile Esta forma que la novela negra toma en España y en Latinoamérica surge, como hemos podido ver en lo que hasta ahora se ha recopilado en las mesas, de las consecuencias de unas circunstancias históricas muy concretas que reclaman una nueva manera de confrontar la realidad social que se refleja en la literatura. En este aspecto coincidieron Cristian Cottet, editor de Mosquito Comunicaciones, y José Román, cuando manifestaban que en Chile había existido una literatura social en épocas anteriores a la dictadura y que reflejó los problemas de los pobres y las difíciles condiciones que tenían que soportar, por ejemplo en los conventillos. Sin embargo, desde finales de los 80 y principalmente, desde los años 90, la literatura no podía reflejar la situación social de la época igual que lo habían hecho los novelistas anteriores. Prueba de ello son, a juicio de Cottet, siete novelas que se publicaron en un lapso temporal de tres o cuatro años: Jorge Calvo –que en ese momento vivía en Suecia–, con La partida (1991); Diego Muñoz Valenzuela con Todo el amor en sus ojos (1990); Gregory Cohen con El mercenario ad honoren (1991); Antonio Ostornol con Los años de la serpiente (1991); Mario Rojas –en ese momento volvía de un largo exilio– con El tango de Edipo (1990); Jaime Collyer –que vivía en España– con El infiltrado (1989); y Marco Antonio de la Parra con La secreta guerra santa de Santiago de Chile (1989). Estas novelas tienen una relación directa, aun-
Kama Gutier, Mauricio Elec
que en distinto grado, con el género negro y una crítica social que refleja los problemas que tienen su raíz en la dictadura recién terminada. Y a este listado habría que añadir, aunque Cottet no estaba de acuerdo, una novela pionera como La ciudad está triste de Ramón Díaz Eterovic, escrita en 1985 y publicada en 1987. José Román, con una visión similar a la de Critian Cottet, sostenía que esa manera de reflejar la realidad social que había encontrado en los maestros norteamericanos era idónea para reflejar unas circunstancias como las chilenas, en las que ya no solo se trataba de desapariciones y torturas, sino de tráfico de drogas, armas y blanqueo de dinero que salpica a las instituciones policiales y bancarias. Otros dos autores que aportaron su punto de vista sobre este tema fueron Gregory Cohen y Francisco Miranda. Cohen llamó la atención sobre un hecho que es muy importante a la hora de entender la relación que se establece entre novela y realidad. Por edad, como a muchos otros, le tocó padecer en su propia vida los efectos de la dictadura militar y la enrarecida cotidianidad en la que delaciones y desapariciones eran el pan de cada día en algunos sectores sociales: “pasamos de ser lectores de novela negra a ser personajes, pues la dictadura nos convirtió en los malos. Y con la vuelta de la democracia, y nuestras vidas seguras, pudimos tomar distancia y como autores rememorar o recordar lo que vivimos como personajes en la dictadura. (Es decir) No es que sean novelas policiales (como género cultivado porque sí), lo son por la época y por las circunstancias que nos tocó vivir”. A su vez, Francisco Miranda, autor de Cuentos de hadas, Perros agónicos y El sindicato, puntualizó que más que escritor de novelas negras, lo suyo son “cuentos de delincuentes, de patos
y Domingo Villar. torat, Gabriela Aguilera
Myra Silva-Labarca, José
Román, Cristian Cottet, Kam
malos, de flaites”. Para él, ficción y realidad, vida y arte coexisten en el escritor y se plasman necesariamente en el oficio de la escritura. Por ello, como autor le interesa reflejar la realidad chilena a través de la literatura policial y su manera de enfrentar a los personajes entre buenos y malos. El problema, sin embargo, radica en determinar quiénes son los buenos y quiénes los malos, circunstancia que tiene muy clara: “La realidad actual en nuestro país está caracterizada por la eterna post dictadura. El golpe de Estado fundó un nuevo país que pone al centro de los valores el derecho a propiedad, la seguridad ciudadana y la exclusión social. Lo que la sociedad clasista intenta imponer como lo bueno, lo justo, lo verdadero y lo bello no necesariamente lo es para todos de igual manera, o definitivamente, no lo es para los sectores empobrecidos”. Para Francisco Miranda “las historias pueden ser contadas desde la perspectiva del investigador, desde el punto de vista de la víctima o desde la mirada de criminal. El criminal puede ser un individuo patológico, pero también puede ser un grupo humano estigmatizado y marginalizado por su origen de clase”. Y este último es el punto de vista que le interesa como autor, creando una suerte de actualización del relato de bandidos, como el que se puede encontrar en la novela Eloy de Carlos Droguett. En todo caso, e independientemente de la perspectiva elegida, Miranda quiso dejar claro que la novela negra tiene un lector que busca “una escritura sincera, sin hipocresía, sin concesiones al poder. Para eso ya tiene bastante con la vida cotidiana, donde los jefes, los políticos, los periodistas, los jueces, en definitiva, los poderosos, siempre tienen la razón. Un lector activo espera leer algo que le permita poner en juego su capacidad de sospecha, de poner en duda la voz y la opinión de los mandones. Un
a Gutier y Juan Ignacio Col
il.
lector activo espera leer algo que le permita poner en acción el espíritu de aventura que hay en él y ponerse al servicio del riesgo que significa ir contra la corriente. Oprimido en casi todas las facetas de su vida espera leer algo que despierte, agite y aliente al héroe que quiere ser, al protagonista que debería ser”.
El neopolicial en España El escritor español Juan Madrid quiso dejar constancia de lo que para él supone una dolorosa derrota, consistente en el olvido por parte de sus compañeros escritores de los horrores que se cometieron en la dictadura de Franco. Para este escritor malagueño, la función de la novela negra es plantear una alternativa al discurso oficial sustentado no solo por políticos y oligarcas, sino incluso también por los medios de comunicación. La novela negra es, por definición, la manchada por la realidad. Sin embargo, a diferencia de lo que ha ocurrido en países como Argentina o Chile, sostiene Juan Madrid, en España los escritores, y en general los creadores, se han olvidado del pasado y con su silencio, han permitido que se orquestara una transición desideologizada y falsa, que ha sepultado los horrores cometidos. Desde su labor como periodista durante treinta años, Juan Madrid se percató de que los medios de comunicación nunca podrían publicar las causas por las que realmente se mueve el mundo. En ese momento, fue cuando comprendió la necesidad y a la vez la función de la novela y especialmente de la novela policiaca. Sin embargo, a su juicio, en estos momentos el género negro en España es como una pizzería en la que puedes encontrar treinta tipos diferentes de pizzas y crear la tuya propia mezclando los ingredientes a tu gusto. ATL 13
r o t c e l n e u b n u l a a i r c a i p l o p a l e v o n S e d E V A CL
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no de los aspectos más significativos respecto del género policial es la buena acogida que tiene por parte de los lectores. Lorenzo Silva señalaba que en España hay, al menos, ocho novelas policiales entre los diez libros más vendidos en estos momentos. Este dato señala una tendencia que ha acompañado al género desde sus inicios, aunque no siempre los autores más leídos hayan sido los más destacados como los mejores por sus propios compañeros de armas. Por ello, en varias mesas de Santiago Negro se les quiso preguntar a los propios creadores quiénes habían sido sus autores de cabecera, qué huellas se podrían rastrear en sus novelas.
En general, casi todos los aludidos coincidieron en destacar a aquellos que aparecen en los listados sobre este tema, desde los clásicos Conan Doyle y Agatha Christie, hasta los grandes nombres norteamericanos que le añadieron el tinte negro definitivamente, Hammett y Chandler. A estos se unieron otros nombres como Wilkie Collins, Chester Himes, Simenon, Highsmith, Vázquez Montalbán, Camileri, Fred Vargas y Osvaldo Soriano, entre otros. El listado puede ser más extenso y si a cada uno de los novelistas les volviéramos a realizar la misma pregunta en una entrevista, con más tiempo y espacio, con toda seguridad que a estos nombres se añadirían muchos otros, tanto antiguos menos conocidos como actuales que están desarrollando su labor sin tanta repercusión mediática. Sin embargo, resultó mucho más interesante conocer cómo habían sido los inicios en la lectura del género, y posteriormente el paso a la escritura, o cuáles eran las claves que a su juicio buscaba un lector en las historias policiales.
Los clásicos Un rasgo compartido por casi todos los novelistas convocados a estas mesas fue que su entrada como lectores al género había sido a través de Holmes y de Poirot o Miss Marple. Y no es de extrañar porque, ¿quién no recuerda en su casa, en la de un amigo o en la biblioteca más cercana alguna edición de quiosco con los casos de estos personajes? El género policial le debe a estos personajes no solo una gran cantidad de lectores, sino también de lectores que después han escrito sus propias historias para seguir con la mala costumbre de regar de sangre las calles de las ciudades de todo el mundo. Así, por ejemplo, Sonia González contaba que se había iniciado en la lectura de estas historias por su mamá, una gran lectora de estas novelas. Afición que se afianzó gracias al cine y a las sesiones dominicales de tres películas seguidas, un western, una de romanos y otra aleatoria que, a veces,
Poli Délano.
MESAS
De Poe a Mankell, claves para un buen lector de narrativa policial Participantes: Poli Délano, Mercedes Castro, Antonio Rojas Gómez y Sonia González.
Tras las huellas de nuestros autores policíacos favoritos
Poli Délano, Sonia González, Antonio Rojas Gómez y Mercedes Castro.
Participantes: Gregory Cohen, Domingo Villar, Eduardo Soto, Carlos Tromben y César Farah.
¿Por qué leemos y escribimos novela negra? Participantes: Jaime Pinos Fuentes, Juan Madrid, José Gai y Ramón Díaz Eterovic.
Claves para un buen lector de novela negra
Carlos Tromben, Eduardo Soto y Domingo Villar.
Participantes: Gonzalo Hernández, Lorenzo Silva, Martín Pérez, Eduardo Contreras y Gabriela Aguilera. Gregory Cohen, César Farah y Carlos Tromben.
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gallega del siglo XIX, un tanto revolucionaria para su época y que, a pesar de no seguir estudios universitarios formales, poseía una gran cultura y había viajado por gran parte de Europa. En sus viajes conoció las obras clásicas del género y en España publicó los primeros cuentos de misterio como los recopilados en Una gota de sangre y otros cuentos.
Los maestros americanos y el hard boiled De la misma manera que la mayoría de los novelistas coincidieron en su iniGregory Cohen, César Farah, Carlos Tromben, Eduardo cio como lectores del géSoto y Domingo Villar. nero, también mostraban una evolución similar. Sin a los novelistas clásicos, menospreciar era policial. Motivos parecidos esgrimió Pedro Guillermo Jara: “Comencé a leer contaban cómo en un momento dado, por mímesis porque mis padres leían. la unión del misterio y el reflejo de la Leía todo lo que caía en mis manos, sin realidad se impusieron al juego de la discriminar, desde los grandes novelis- deducción. “El simple relato de detectas, a las novelitas de bolsillo, sobre todo tive no bastó. Encontré que una visión las policiales que después de leídas los realista de la dimensión delictual se lectores intercambiaban. La otra entre- acomodaba más a mi gusto lector. Las tención era el cine que la municipalidad miserias y las grandezas de los investiarrendaba a Chile Filme. Las películas se gadores también adquirieron imporacompañaban con las infaltables series. tancia en la trama. No sólo se trataba de saber quién era el asesino, sino también Una de ellas, Dick Tracy.” A la imitación de los padres, se unen las razones del criminal, el contexto sotambién otros dos matices en el caso cial, la historia anterior a los hechos. Y de Eduardo Soto y Mercedes Castro. comencé a navegar en medio de la noEduardo contaba que “mi inclinación vela negra de manufactura norteameripor la novela policial se inició en forma cana”, nos decía Eduardo Soto. Sin duda que la necesidad de entemprana. Mientras otros niños leían unas historias más relaciocontrar historias de guerras o de aventuras en los hechos ocurridos en el con nadas mares lejanos en compañía de Salgaexplican la propia evolupasado siglo ri, yo me escondía al fondo del patio a leer las proezas de Sherlock Holmes, ción del género y la de estos novelistas el detective de Arthur Conan Doyle. en su camino lector. En este sentido, Después cayó en mis manos una se- Mercedes Castro señalaba que al trasrie de autores gringos. Recuerdo que ladarse a Madrid, vivió un ambiente de la Revista de Misterios, que publicaba miedo callado que encontró reflejado Ellery Queen’s, llevaba un epígrafe no- en tres autores contemporáneos como table en la tapa “Los mejores cuentos Vázquez Montalbán, Juan Madrid y policiales del mundo”. Mercedes Cas- Andreu Martín, quienes, a su juicio, estro, por su parte, señalaba cómo había criben novelas que cuentan la realidad sido una niña bastante enfermiza que como es. De la misma forma que Hamescuchaba las historias de sus abuelos mett y Chandler, M. Cain y Thompson y de su Galicia natal. Una región de lo hicieron en su momento respecto España con una fuerte creencia en las de las grandes urbes de EE.UU. presencias sobrenaturales de muertos errantes, la Santa Compaña, hombres lobo, brujas, etc. Unas historias que después leía en los cuentos de autores como Emilia Pardo Bazán, una condesa
Leer para escribir Antonio Rojas Gómez polemizó con sus compañeros de mesa al afirmar que no entiende de géneros ni negros ni de
ningún color. Por eso, nos decía, “yo leo de todo, me enfrento a cada libro con la mente abierta y el alma dispuesta, porque la lectura es fundamentalmente un placer sin recetas”. Se preguntó en voz alta “¿qué es la novela negra?” y se respondió diciendo que “la literatura es un Orietta de la Barra, Pedro Guillermo Jara, Domingo Villar y Francisco Miranda. arte que se expresa con la palabra y la novela negra no es independiente de Y por señalar otro caso, Juan Madrid la literatura, es una manifestación más. escribió el guión de una serie llamada Lo que importa es el libro y la postura Estación central, emitida en España y del lector ante él”. que posteriormente se publicó en forEsta discusión sobre el género en li- mato de libro en la mítica colección de teratura es más antigua que la novela la editorial Júcar, dirigida por Paco Igpolicial y no es este el lugar para pro- nacio Taibo II. fundizar en sus implicaciones, pero sirve para destacar una realidad fun- Claves para un escritor damental para todo escritor, la lectura de novela policial como fuente y como maestra. DominSonia González sintetizó en cuatro pungo Villar nos decía que “soy más por lo tos los aspectos fundamentales de este que he leído que por lo que he escritipo de historias que como lectora busto”, que es otra forma de decir lo misca y como escritora cultiva, y que nos mo. Y en definitiva, lo que pretendían sirven para sintetizar lo que se discutió señalar es que no se puede separar la en estas mesas: labor de escritor de la lectura. Desde los autores de novela policial y los libros más técnicos relacionados con 1.- Una buena historia que no sea las leyes o los procedimientos policiadigresiva en su inicio. les y judiciales, hasta los buenos auto2.- Un ambiente interesante en res de cualquier género para dominar el que se desenvuelva la hisel oficio. toria. Relacionado con la importancia de la lectura, también se destacó la 3.- Un protagonista transgresor, influencia de otros lenguajes, fundaque actúa y reflexiona, acommentales hoy en día, como el cine y la pañado por buenos personatelevisión. La relación entre la novela jes secundarios. policial y el cine generó una época 4.- Una buena interpretación de dorada en la que prácticamente todo la realidad. el cine era negro. Y el camino que se estableció entre ambos fue de ida y vuelta en cuanto al enriquecimiento mutuo. En tiempos más recientes, al Es muy probable que estas cuatro abundante cine policial en cualquiera claves puedan explicar el éxito del géde sus variantes también se han uni- nero policial entre los lectores o tal vez do las series de televisión, que son se deba a la atracción casi atávica que demandadas por gran cantidad de el hombre siente por la muerte, como público y emitidas en muchos países. también se señaló en una de las meMercedes Castro, por ejemplo, men- sas, o quizá la necesidad de evadirse cionaba Los Soprano como una de sus de una realidad no siempre fácil. Cada grandes escuelas, y Sergio Gómez, en cual tendrá sus razones, de la misma la entrevista que nos concedió en el forma que cada ponente expresó las primer número de esta revista, reco- suyas. ATL mendaba encarecidamente The wire.
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MESA
Novela policial para jóvenes Participantes: Héctor Hidalgo, Andreu Martín, Antonio Rojas Gómez y Sergio Gómez.
NOVE
LA L A I C I L PO
v ó j s e r o t ec l a r pa
E
xiste toda una tradición literaria de lecturas para jóvenes dedicada al género policial. Las aventuras, los enigmas para descifrar, el sentido del héroe que resuelve problemas con su inteligencia, su análisis y deducción de casos, la imitación de los héroes de la novela policial y negra, todo esto constituye un gran atractivo para lectores preadolescentes. En esta tradición de lecturas policiales podemos destacar a la escritora inglesa Enid Blyton (1897-1967). Escribe sobre niños que se ven envueltos en situaciones extraordinarias, resolviendo crímenes, develando misterios y viviendo toda clase de aventuras. En este tipo se incluyen las series: Los Siete Secretos, Los Cinco, Aventura, Secreto, Misterio y Misterios de Barney “R”, conocida así porque su protagonista se llama Barney y todos sus títulos comienzan por la letra “R” en el original inglés. También la escritora inglesa
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s e en
Richmal Crompton (1890-1969) con su Guillermo detective. Conan Doyle (Escocia, 1859-1930) y sus numerosas aventuras de Sherlock Holmes. En Chile no se puede dejar de mencionar a Hernán del Solar y sus detectives sabuesos, los simpáticos perros Nap y Moisés (El crimen de la calle Bambi); Marcela Paz (1902-1985) con su Papeludetective cho detective,también la trilogía de novelas detectivescas de Beatriz García-Huidobro (Misterio en Los Piñones, Misterio en el campamento, y Misterio en la Tirana) y, desde luego Sergio Gómez con su personaje adolescente Quique Hache.
Flanagan, un famoso detective privado juvenil
Andreu Martín y Jaume Ribera.
Andreu Martín (Sicólogo, Barcelona, 1949) y Jaume Ribera (Periodista, Sabadell, 1953) son los autores de la serie de novela policíaca juvenil de gran éxito tanto en España como en otros países hispanohablantes. Esta serie la protagoniza el detective adolescente Juan Anguera, alias Flanagan. Estudia y trabaja: estudia en el instituto y trabaja de detective privado. A lo largo de las 12 novelas escritas hasta ahora, este personaje ha ido creciendo y madurando, tanto en sus deducciones, su forma de pensar, y en las situaciones en las que se involucra. Varias de las obras han ganado premios literarios de prestigio y es frecuente que sean lecturas recomendadas en las escuelas. Y como toda novela policíaca que se precie, Flanagan investiga y resuelve numerosos misterios, infidelidades, robos, asesinatos, y un largo etcétera de delitos que mantienen en todo momento la atención del joven lector. Pero además, estas novelas constituyen también un ejemplo de enorme calidad literaria dentro del género negro, abordando con va-
Andreu Martín y Sergio
dreu Martín, Héctor Hidalgo, An
lentía el análisis, la crítica y la denuncia de numerosos aspectos de nuestra sociedad actual. La serie está compuesta hasta este momento de los siguientes títulos: No pidas sardinas fuera de temporada (1988); Todos los detectives se llaman Flanagan (1991); No te laves las manos, Flanagan (1993); Flanagan de luxe (1995); Alfagann es Flanagan (1996); Flanagan Blues Band (1996); Flanagan 007 (1998); Flanagan, sólo Flanagan (2000); Los vampiros no creen en Flanagan (2002); El diario rojo de Flanagan (2004); Yo tampoco me llamo Flanagan (2005); Flanagan Flashback (2009). Andreu Martín y Jaume Ribera ofrecen a los jóvenes lectores de su serie Flanagan una imagen real de las numerosas injusticias, desigualdades y problemas existentes en la sociedad contemporánea de cualquier ciudad, país de nuestro planeta, y lo hacen de
Sergio Gómez y An
tonio Rojas Góme
z.
un modo crítico y honesto, ayudando a los jóvenes a que tomen conciencia de todas estas dramáticas situaciones y conflictos, pues únicamente ellos con su labor futura podrán ser capaces de resolverlos, y conseguir un mundo mucho más justo y mejor del que, desafortunadamente, están recibiendo como herencia.
Quique Hache, un detective con estudios por correspondencia. Sergio Gómez (Temuco, 1962). Estudió derecho y literatura en la Universidad de Concepción. Ha escrito los libros: Adiós, Carlos Marx, nos vemos en el cielo (1992); Partes del cuerpo que no se tocan (1997); Vidas ejemplares (1996) y El labio inferior (1998). También fue editor de las antologías Cuentos con Walkman (1993) y MacOndo (1996); La mujer del
Gómez.
policía (2000); La obra literaria de Mario Valdini (2002); Patagonia (2003). Ha incursionado en la literatura infanto-juvenil con mucho éxito, obteniendo el Premio Barco de vapor de 2008 con su nivela juvenil El canario polaco. Es autor de las aventuras de Quique Hache, un joven que aprende el oficio de detective privado a través de un curso por correspondencia y que realiza sus aventuras detectivescas con la complicidad de su “nana”, Gertrudis Astudilllo. Quique Hache detective (1999). Quique es un joven de gran curiosidad. Un verano, en lugar de pasar las típicas vacaciones familiares en Concón, se queda en Santiago para iniciar su carrera de detective privado recién titulado de un curso por correspondencia. Una desaparición, un testamento, un equipo de fútbol y un antiguo accidente carretero forman parte de su primera aventura. Quique Hache Detective. Novela gráfica (2009). Traslada al mundo del cómic las aventuras del joven investigador creado por Sergio Gómez,
quién desde 1999 ha protagonizado tres libros, publicados todos por Alfaguara. Dibujado por Gonzalo Martínez (Road Story), quien también se encargó de las tapas en las nuevas ediciones de la colección, Quique Hache Detective, hace uso del lenguaje de la historieta para dar vida y forma a los personajes y ambientes de esta popular saga de aventuras. Este libro fue realizado para conmemorar los 10 años del personaje, uno de los más queridos por los lectores niños y adolescentes de nuestro país. Quique Hache y el caballo fantasma (2001). En 1949 el capitán de ejército Alberto Larraguibel, montando su caballo Huaso, logró el único récord mundial que Chile posee hasta el día de hoy con un salto de 2,47 metros. Cincuenta años después, los restos del célebre animal son trasladados a Santiago y desaparecen. En esta novela el joven detective Quique Hache deberá resolver el misterio que encierra esta desaparición antes de que se entere la prensa. ATL
LA ISLA DE LAS HISTORIAS La Isla de las historias,, de la Compañía Teatral Impro. Espectáculo teatral dedicado a los niños presentado en la Biblioteca de Santiago, en el marco del Festival Santiago Negro. Un viaje… una isla… y la costumbre milenaria de los isleños de crear historias. Es un espectáculo teatral interactivo para público familiar, donde la gente “juega” el rol de turista y propone los temas para las historias, completando el formulario de migración de ideas. Una palabra, una frase inventada, etc., son datos indispensables para viajar a la isla. Un agente de migración controla la originalidad de las propuestas y dos isleños, guiados por un inmaterial señor Director, son los encargados de crear las historias, irrepetibles y únicas. La señorita Música, la señorita Fotografía y las señoritas Azafatas completan esta tripulación que promete transportarnos a deliciosos momentos presentes que no volverán. Al finalizar el viaje, los turistas regresarán a sus vidas con una sonrisa en los labios; al menos eso es lo que garantiza el grupo Impro. Compañía Impro: Javier Bacchetta, Bárbara Traverso, Tamara Turiel, Ariel Muñoz, Robert Tito Cartwright y Romina Morales.
EXPLORANDO LA BIBLIOTECA. Biblioteca de Santiago. Es un juego de pistas para entretención de los niños. A quienes se les entregó una serie de pistas que debían seguir a través de toda la Biblioteca.
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MESA
Detectives de cción y detectives reales
Dete
ctiv
es d e fi cció n
Participantes: el escritor Antonio Rojas Gómez, el detective de la Brigada de Homicidios Víctor Ruíz Vallejos y el actor Ramón Llao.
y detectives s e l a re El detective en la realidad “No hay detectives simples. Ningún simple puede ser detective. Los que yo conocí eran más bien seres complejos, como necesariamente tienen que serlo quienes viven en el delgado borde que separa la honradez del delito, la ley de la ilegalidad, la justicia del descalabro, la vida de la muerte. Sobre todo, la vida de la muerte. No es cosa fácil poner orden en una sociedad humana, necesariamente desordenada. No es sencillo cuidar que las instituciones funcionen, que las personas se muevan dentro de los cauces que convienen a todos, y no por los carriles de su particular interés y beneficio. La protección del bien común, la tranquilidad de la vida ciudadana son responsabilidad de la policía. ¡Qué tremenda responsabilidad! Y sus funcionarios están, por eso mismo, expuestos al escrutinio público, al juicio desinformado y parcial de cualquiera que descalifica y enloda sin tener el conocimiento ni la pericia para entender como se mueven los resortes
ocultos del acontecer social y de la conducta individual y colectiva.” Así señala Antonio Rojas Gómez (El huésped del invierno, novela basada en un caso real que se denominó “El crimen de los tarros lecheros,” en Valparaíso.) para fijar un tipo de detective real, muy conocido por él por su experiencia de reportero de hechos policiales, cuando tuvo con los detectives una larga comunicación e interacción.
El detective en la f cción Sin embargo, el mundo de los detectives de ficción difiere enormemente de los detectives reales, en aspectos que competen a su instalación en una realidad símil de lo concreto y cotidiano. Antonio Rojas Gómez remarca estas diferencias: “Los detectives privados que pueblan las páginas de los libros no se le parecen en nada. Desde luego, porque son honestos y siempre triunfan, les va bien. Son tipos inteligentes, hábiles, algunos rudos; tienen sus personalidades bien dibujadas y no suelen dar sorpresas
Víctor Ruíz Vallejos (PDI), Antonio Rojas Gómez (escritor), Ramón Llao (actor)
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más allá de la sorprendente solución que encuentran para sus enigmas. Hay quienes tocan el violín, como Sherlock Holmes; otros se distinguen por ser buenos cocineros, como Carvalho, de Vázquez Montalbán; y están esas criaturas encantadoras, pero tan fáciles de encasillar, que dio a luz Agatha Christie: Miss Marple y Hércules Poirot. Los de la novela negra, la nueva novela negra que surgió en los Estados Unidos y tiene interesantes ramificaciones en Latinoamérica, permiten asomarse no solo al misterio específico de la trama literaria, sino a la visión de mundo que el autor entrega en retratos de la inequidad social que pareciera ser consustancial al hombre. Y una excelente muestra de ellos nos brindan nuestros criollos Heredia, de Ramón Díaz Eterovic, y Cayetano Brulé, de Roberto Ampuero. Pero hay una segunda familia de detectives de ficción. Son los funcionarios de servicios policiales reales. Y entre ellos debo confesar que está mi favorito: el Inspector Maigret, debido a la pluma del belga Georges Simenon. Maigret trabaja para la Sureté, en el Quay d’Orsay parisién. Dirige a un grupo de policías que resuelven casos muy similares a los que enfrentan los detectives reales. Tiene una esposa y una vida familiar como cualquier persona normal y también se equivoca, como nos equivocamos todos. Hay un libro de la serie que se titula “Un fracaso de Maigret”.
La mirada del detective real Víctor Ruíz Vallejos, de la Brigada de Homicidios, subcomisario de la PDI, con 17 años de experiencia, comenta que los policías tienen muchas diferencias con los de la ficción, especialmente en aspectos propios de la emotividad y uso de la intuición, pues los actuales detectives basan sus metodologías de trabajo indagatorio en el método científico. Hay en su trabajo, mucho análisis y deducción, generando hipótesis y encontrando respuestas tanto del análisis como de
la observación del sitio del suceso. Además, innovaciones del campo de la ciencia son también aplicadas en la indagación, como lo es el examen de muestras de ADN. La interpretación del sitio del suceso, el tratamiento de la evidencia, se ejecuta con datos bastante científicos, por ejemplo, se hace a veces a través de una mancha de sangre (hematología del forense en el sitio del suceso) donde la figura que deja la sangre es un dato interesante para aclarar pistas. Hay reglas de oro para el sitio del suceso: no llegar con ideas preconcebidas. Otro elemento que establece diferencias con los detectives de ficción es que no se puede ser impertinente. El detective de ficción puede llegar a serlo, como es el caso de Heredia. Tampoco se puede ser impulsivo, no se puede andar a golpes con los sospechosos. Pero también hay similitudes entre el trabajo del detective real con el propio de la ficción novelesca. Así como en “Heredia y asociados”, el detective privado de las novelas de Ramón Díaz Eterovic, realiza bastante análisis para desentrañar los casos criminales, el detective real también lo hace. También es importante el tema de las amistades que se generan entre un detective privado y un funcionario real. Coexiste a menudo un intercambio de información entre estos agentes policiales. Desde luego que también es similar la vida en soledad, ambos detectives se muestran desarraigados de su familia, entregados a una labor de alta peligrosidad, en ambos casos se da esta situación social y familiar. Otra similitud, en la entrevista o interrogatorio, en Heredia las preguntas son directas, también lo son en el detective real. Heredia llega a preguntar de un modo brutal y directo: “¿Usted lo mató?” Una respuesta a esta pregunta tan directa puede ser equívoca y generar sorpresa y contradicciones, esos errores, pueden dejar al sospechoso en una situación difícil y complicada. La cronología, Heredia la trabaja mucho. Con la pregunta consabida: “¿Dónde estuvo aquella noche?”. Esta pregunta sobre la cronología también es muy típica en un detective de homicidios real. El anotar en una libretita, hay un alto porcentaje de detectives que lo hacen. Es como un diario de vida, se apuntan allí datos especiales e importantes. Los detectives de ficción también la usan. La sensibilidad, en Heredia se da permanentemente. Un detective real también tiene una sensibilidad viva. Por ejemplo, ver al niño hijo de un culpable. Dejar a un
niño llorando mientras su padre va a prisión. Es un dato sensible que no se puede dejar de lado. El detective puede ser servicial y sencillo, como lo es Heredia quien no es un policía duro, frío, es humano. Estas condiciones se expresan también en los detectives reales.
El detective de f cción en la televisión El actor Ramón Llao encarna el papel de Comisario Seisdedos en la serie de televisión sobre detectives, “Huaiquimán y Tolosa”. La serie narra las historias de Donovan Huaiquimán y Richard Tolosa, dos detectives privados que velan por la seguridad del Barrio Patronato, en la comuna de Recoleta, en Santiago Norte. Los detectives deben pasar por complicados casos para reunir el dinero para pagar sus infinitas deudas en variados lugares y el Comisario Seisdedos se desvive por conquistar el corazón de la Comisario Cienfuegos. A pesar de que la serie de Haiquimán y Tolosa tiene un espacio muy realista, por el ambiente y la caracterización de personajes populares, Ramón Llao comenta que todo se da con una abierta exageración.
El detective de la f cción puede retratar la realidad Si bien en el mundo de la ficción todo se puede exagerar, también la literatura puede mostrar la realidad de un modo concreto, en especial cuando apunta a la profunda humanidad que pueden expresar los personajes. Al respecto, Antonio Rojas Gómez afirma: “Me gustan más los detectives funcionarios que los privados. Y los dos detectives que aparecen en mis libros son funcionarios, de Investiga-
ciones, por supuesto. Ambos son viejos; ambos están mirando de cerca a la muerte, a la propia, no a la de los demás. Y eso los humaniza, creo yo. El hombre nunca está más solo que en el acto de nacer y el de morir, decía José Gómez López, que fue mi maestro periodístico, refiriéndose a la profunda humanidad que puede alcanzar la crónica roja bien escrita. El detective del cuento “De esotra parte en la ribera”, ya jubilado, desempolva un caso añejo, de sus principios en la profesión, motivado por el hallazgo de un cadáver antiguo en el barrio chino de la calle Bandera, lo que realmente ocurrió, y tiene la constancia de llegar a la verdad tan lejana. Pero la verdad es siempre necesaria, tranquilizadora para un espíritu inquieto.” “El detective de mi reciente novela “Río arriba”, está enfermo de cáncer y próximo a su retiro del servicio; y, por propia decisión, posterga su tratamiento médico a fin de resolver el crimen de una muchacha que tiene la edad de su hija y fue asesinada en la ribera de la parte alta del Mapocho. Es también un crimen que realmente ocurrió y que inspiró esta ficción mía en la que surgen, como en la confusa realidad, dos autores para un mismo hecho: un marginal drogadicto y un empresario de alta alcurnia. Pienso que el detective, y el periodista que se alojan en las páginas de esta novela, recrean en cierta forma la amistad cómplice que existía en mis tiempos mozos entre detectives y periodistas. Y pienso que el detective de ficción, mientras más se aproxime al detective real, tanto más creíble, más humano y más valioso será.” Pero los detectives reales son seres humanos –afirma Antonio Rojas Gómez– tienen valores, obligaciones, tienen sentimientos, deben actuar con profunda humanidad. También en la novela negra y sus personajes que son en muchas ocasiones detectives, se está reflejando la vida. Esa vida de la novela negra, más que daño, dolores, angustia, es humanidad, es fundamentalmente una visión de vida entregada a los lectores y cada lector se enriquece con las historias que lee y esas experiencias de la ficción las puede aplicar a su realidad y eso le va a dejar un matiz profundo propio de la vida misma. ATL
Antonio Rojas Gómez.
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MESA
¿Mujeres de armas tomar? Participantes: Sonia González Valdenegro, Mercedes Castro, Miriam Pino, Myra Silva-Labarca y Orietta de la Barra.
E D S R? E R A E M J O U T M ¿ AS M R A
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t a r r a n la n e s a r o t i r c s E ¿Es distinta la novela negra escrita por mujeres?
B
astaría detenerse en la escritura de Mercedes Castro cuando recrea a la joven subinspectora de policía de Madrid Clara Deza en su novela Y punto., para reconocer que existe un filón narrativo diverso respecto de la novela negra escrita por hombres. Clara Deza no es una mujer sumisa, tampoco una heroína que no se equivoque o que tiene toda la fortaleza del mundo, sin desconocer sus agallas para enfrentar a sus compañeros policías que la miran con ojos protectores o disminuyendo sus capacidades por ser mujer. Es que ella no tiene nada de los estereotipos del policial clásico, si bien ella trabaja en mundos tan peligrosos como lo es el ambiente criminal, no deja de ser dueña de casa, va al supermercado, atiende a su esposo y se preocupa de los detalles más ínfimos de su hogar. Myra Silva-Labarca, apunta: “Lo que sí encontramos en la producción femenina es un punto de vista diferente tanto en el tratamiento de los personajes como en la manera de observar las desigualdades de género en la sociedad. Bueno, y si no lo hacen las mujeres, ¿quien?”. Y, enseguida, puntualiza que la incorporación masiva de las mujeres al mundo del trabajo es un fenómeno posterior a la segunda guerra mundial, pero que las mujeres escriben desde mucho antes que esto. En particular en los países anglosajones, las escritoras se incorporan rápida y masivamente al género policíaco. La abundancia de autoras, un hecho que se extiende progresivamente de Gran Bretaña y Estados Unidos hacia los países escandinavos y más tarde a la Europa del sur, es rarísimo en América Latina. Hay que reconocer que el género policíaco mismo es considerado menor y que en países como Chile el género adquiere importancia en la opinión de críticos y del público, solo a partir de fines de los 80 y que en cierta medida, es el relativo éxito internacional a través de traducciones y comentarios favorables lo que influye en el reconocimiento chileno a autores como Díaz Eterovic o Ampuero. Quizá con la aceptación más amplia que el género adquiere en Chile las mujeres se interesaran y la producción será más abundante, tanto que entre las exponentes de este género se pueden citar a
Val McDermid
Sonia González Valdenegro, Gabriela Aguilera y Orietta de la Barra. Para seguir el ejemplo de Brasil o de la Argentina, donde autoras como Patricia Melo o Claudia Piñeiro son reconocidas internacionalmente e imponen un estilo muy próximo de la crítica social en la novela negra.
La mirada de la mujer en la novela negra Basta recordar a Petra Delicado, la policía de Alicia Giménez Bartlett (Almansa, España. 1951) que es confinada en las primeras historias a tareas de archivo, para que pese un cierto menosprecio a la condición de mujer policía, esto abiertamente planteado como una crítica de parte de la autora de Ritos de Muerte. Myra Silva-Labarca señala, para establecer algunas de las tantas diferencias entre la narrativa negra femenina de la masculina, que los personajes femeninos descritos por las mujeres son mucho más complejos y estructurados que los de los varones. Personajes como Miss Marple de A. Christie o Harriet Vane de D. Sayers nos muestran mujeres diferentes de las rubias tontas y las morenas fatales. Miss Marple, aunque menos presente en la producción de Agatha Christie que Hércules Poirot es más interesante, más realista e incluso más creíble, hasta más simpática. Esta diferencia de punto de vista respecto de la complejidad de los personajes, se refiere también a los personajes masculinos. Si en general la aparición de personajes menos monolíticos, menos estereotipados es una característica de la evolución de la novela negra contemporánea, que termina con el rechazo de la psicología, propio al género negro de los años 30 y 40 americanos y del post mayo 68 francés. Este enriquecimiento de la personalidad de los héroes se produce cuando los autores intuyen que en la realidad nuestros actos se producen por la confluencia de nuestras capacidades innatas con nuestra historia familiar, con la educación y
iva policial
Amanda Cross
con los modelos y valores transmitidos por el conjunto de la sociedad, afirma Myra Silva-Labarca. Las mujeres se distinguen por presentarnos no solo a sus congéneres sino a hombres llenos de dudas, trizados por la vida, que perciben lúcidamente lo que ellos son y la distancia que los separa de lo que la sociedad exige de ellos. Héroes como el comisario Daquin de Dominique Manotti, homosexual en una de las instituciones más machistas conocida o el psicólogo Tony Hill de Val McDermid quien se interroga sobre sus propias patologías y que a pesar de sus éxitos profesionales no logra desentrañar las profundas perturbaciones de su vida personal o como Lord Thomas Lynley de Elizabeth George, miembro de la nobleza y policía, en oposición tanto a su medio familiar de origen como a Scotland Yard, siempre extranjero a ambos y que luego de una tragedia familiar, abandona su mundo viviendo en la marginalidad son solo el ejemplo del abandono de las imágenes monolíticas, de entereza a toda prueba, resistentes a las palizas y a las persecuciones. Lo que permite que algunos analistas hablen de una cierta “feminización” de los héroes de novela negra. Sugiriendo de paso que todo signo de debilidad sería femenino. Este enriquecimiento de los personajes se refleja también en las relaciones entre los sexos. Que son no solo más igualitarias sino también más complejas. Y si Madame Maigret era la esposa fiel y silenciosa de su comisario de marido, siempre preocupada, como si fuese una madre de que este tuviera la
Dorothy Sayers
comida lista y de que se pusiera una bufanda los días de frío. Anónima, ella ni siquiera tiene nombre propio, incluso su marido la llama Madame Maigret. Diferente es la Paola Faller, esposa de Guido Brunetti, el comisario de Donna Leon. Independiente económica e ideológicamente de su marido y de su clase, profesora universitaria, más preocupada del análisis de las novelas de Henry James y de Jane Austen que de las peripecias policíacas de su esposo. Para que el feminismo aparezca explícitamente en las novelas, y para que las heroínas sean no solo mujeres autónomas sino también reivindicativas de sus derechos, son de nuevo las mujeres quienes lo hacen. La primera es probablemente la escritora inglesa de novelas policiales Dorothy Sayers (Oxford, 1893 - Witham, 1957), pero las más conocidas son Amanda Cross (East Orange, New Jersey, USA 19262003, seudónimo de Carolyn Gold Heilbrun, autora de Muerte en la cátedra); Ruth Rendell (Londres, 1930, autora de la novela Morir de pie), o Val McDermid (Escocia, 1955, autora de El cuerpo tatuado), con personajes que son mujeres militantes feministas, cuyo combate forma parte de la intriga y la enriquecen. Que sus personajes sean inspectores de policía, detectives privados o profesoras universitarias ejerciendo ocasionalmente el rol de investigador, ellas forman parte del movimiento feminista, son solidarias de sus camaradas de lucha, y curiosamente, tienen un gran sentido del humor, mirando con una cierta distancia iró-
Ruth Rendell
nica tanto las diferentes corrientes del movimiento y sobre todo las relaciones con los varones, sean sus esposos, amigos, camaradas de trabajo u opositores. No se trata ni de marimachos ni de vírgenes llorosas, simplemente de mujeres que reivindican sus derechos, que comprenden que su situación no es excepcional y que desean que cambie su condición. Ellas visten normalmente, con jeans o trajes coquetos según la ocasión, se casan, tienen hijos, se divorcian, se enamoran, es decir, se comportan normalmente en sociedad.
Kama Gutier
todos los feminicidios, violaciones y maltratos a mujeres, me parecen sujetos demasiado graves como para confinarlos en una literatura “de mujeres”. En esta categoría de lo que podríamos llamar “policial feminista” están novelas como “Ciudad Final” de Kama Gutier.
Patricia Cornwell, un buen ejemplo de narradora de novela negra.
Mujer como personaje de la novela negra. Hay una gran variedad de mujeres como personajes y Miriam Pino las agrupa del siguiente modo: “Mujeres que emprenden la búsqueda de familiares desaparecidos o mujeres policías; mujeres desmembradas, en Roberto Bolaño; mujeres locas, despechadas, la antigua Clara neurótica de Holmberg; niñas asesinas como en José Pablo Feinmann, viudas devenidas en detectives como en las novelas de Angélica Gorodischer; mujeres infieles como en Mempo Giardinelli, mujeres despechadas como en Claudia Piñeiro. Todas ellas son las nuevas Antígonas, aquellas que al borde de toda ley-jurídica, ley del género novela negra ocuparán un nuevo lugar y propician la capacidad de memorizar restituyendo el poder de decir como mujer”. Sin desconocer el tema de las desaparecidas de Ciudad Juárez como
Patricia Cornwell
Esta es una escritora preferida de Orietta de la Barra y, a la vez, prototípica entre las narradoras de novela negra de la actualidad. Patricia Cornwell nació en Miami en el año 1956 con el nombre de Patricia Daniels. En 1991 publica, luego de muchos rechazos, la primera novela de la serie de Scarpetta, llamada Postmortem. Con ella, Patricia alcanza el éxito instantáneamente. Es la única novela que ha ganado en el mismo año los premios Edgar, John Creasey, Anthony y Macavity, además del francés Prix du Roman. Su más celebrado personaje es la doctora Kay Scarpetta, primero Jefe de Medicina Forense de Richmond, en el estado de Virginia y luego consultora forense independiente. ATL
Las participantes de la Mesa (de izquierda a derecha): Sonia González Valdenegro, Mercedes Castro, Miriam Pino, Myra Silva-Labarca y Orietta de la Barra.
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MESAS
Pesquisa policial y crónica roja Participantes: Juan Carlos Lepe, el Teniente Coronel Mauricio Valdivia y la Capitán Mitza González.
La investigación de un crimen, trabajo policial y trabajo periodístico Participantes: Ramón Díaz Eterovic, José Marchant Rivera (Oficial PDI), Erwin Rojas Cortés (Oficial PDI) y Juan Carlos Lepe.
a l l a t n a p a l o l e p a p l De : d a d i l a e a la r
• Sitio del suceso. Presentación de la Policía de Investigaciones, PDI • Brigada Canina. Policía de Investigación, PDI
U
na de las intenciones de Santiago Negro era complementarlo con el mayor número posible de disciplinas, instituciones y personas. Y a ello contribuyó, sin duda, la presencia del Departamento OS9 de Carabineros y de oficiales de la PDI, de manera que se pudiera contrastar fehacientemente cuánto es el parecido entre la ficción y la realidad. Cuánto de los investigadores que día a día y de manera casi siempre anónima o callada hay en los investigadores de las novelas o de las películas, y viceversa.
A las tres mesas en las que se trataron estos y otros temas relacionados, también se unieron una exposición por parte de Carabineros de algunas herramientas que utilizan para investigar en el sitio del suceso. Y aunque algunas podían recordar a la alta tecnología que todos hemos visto alguna vez en CSI, seguro que más de un visitante se despidió con cierto grado de incomprensión o decepción. Hecho que no deja de ser injusto, pues ¿quién puede competir con Hollywood? Por su parte, la PDI colaboró también con la presentación en vivo y en directo de un sitio del suceso, sancta sanctorum de su trabajo, y con una exhibición de la Brigada canina; nunca dejarán de sorprendernos las habilidades de animales tan magníficos ni la verdadera compenetración entre cuidador y ayudante.
Demostración de la PDI en el sitio del suceso .
I), Ramón Díaz Eterovic rchant Rivera (Oficial PD Ma é Jos e, Lep los Car n Jua cial PDI). y Erwin Rojas Cor tés (Ofi
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Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia Es altamente probable que muchos de ustedes hayan escuchado en alguna ocasión aquello de “qué mal hecho está esa parte”, en relación con alguna teleserie o película no hollywoodiense. Y la verdad es que estamos tan acostumbrados al cine policial norteamericano que la decepción en las creaciones de otras nacionalidades suele ser opinión común. Sin embargo, y si algo quedó claro a los asistentes a estas mesas es que en general ese cine o esas series, como la aludida con anterioridad, no tienen nada que ver con la realidad policial e investigadora que llevan a cabo los funcionarios chilenos de Carabineros o la PDI. Y más allá del entretenimiento, que está fuera de duda, no hacen ningún favor a los verdaderos representantes del orden, por los prejuicios e ideas preconcebidas que tienen las personas que se ven involucradas en hechos delictivos y piensan que todo sucederá como en las películas. En una entrevista en ARTV al escritor español Juan Bolea, explicaba que en su caso, siempre intentaba alejarse de la realidad cuanto le fuera posible, sobre todo para evitar lugares comunes y clichés demasiado conocidos. A la hora de confeccionar sus novelas se regía principalmente por un concepto tan antiguo como necesario en literatura que es la verosimilitud y que podría definirse como lo que en una historia es creíble para el lector y que no tiene por qué ser igual que en la realidad. Es decir, a veces la realidad es demasiado intensa o fuerte como para incluirla en una ficción, en la que sin duda parecería exageración y “mentira”. Esta opción que toma Juan Bolea a la hora de abordar sus creaciones no tiene que ser compartida por todos los creadores y en la medida en que un autor quiera ser más o menos realista, intentará reflejar de manera más cercana a la realidad. La intención de contar historias, en este sentido, surge del cruce de al menos dos variables
s a í c i l o p y s a t s i d o i per
Carabineros en el sitio del suceso.
principales en cuanto al género negro se refiere: el reflejo de la realidad, que supone no solo la recreación de un momento histórico, sino también el uso de ciertos términos y prácticas policiales o judiciales reales y la tradición literaria o convenciones propias del género que ya están establecidas y que cualquier lector asiduo reconoce inmediatamente y espera. Ambas variables, no obstante, evolucionan con las épocas, lugares y autores.
Técnicas del oficio policial Una de las principales diferencias entre Carabineros y la PDI quedó patente al comparar las mesas en las que participaron ambas instituciones. Carabineros dedica el 96% de sus recursos a la prevención del crimen, incluida su labor investigadora, que supone el 4% restante y que también está orientada al mismo fin, recabar información necesaria que ayude al resto de los efectivos a prevenir los delitos. En cambio, la PDI, y concretamente la Brigada de Homicidios (BH), realiza una labor investigadora con el fin de esclarecer los hechos y los implicados, tomando como centro neurálgico de sus funciones y su búsqueda el sitio del suceso. Es decir, actúa una vez ocurrido el hecho. A pesar de las diferencias entre ambos cuerpos, coincidían en la relación que establecían con los investigadores de la novela, del cine o de las teleseries policiacas. Mencionábamos más arriba la decepción que un visitante podía llevarse respecto de la muestra que estos especialistas llevaron a cabo en el contexto del festival, sobre todo al compararla con el “despliegue” que acostumbramos a ver en series de televisión como CSI. Aunque la realidad es bien distinta, seguro que menos llamativa y espectacular, ambos cuerpos entregaron al público asistente clara muestra del profesionalismo que rige cada una de sus actuaciones, independientemente del resultado final de la investigación, y de que la tecnología es un apoyo importante, pero no sustancial. Tanto los oficiales de Carabineros como los de la PDI hicieron especial hincapié en la necesidad de
medir los hechos científicamente, para poder demostrarlos en el juicio. Si la finalidad de toda investigación es encontrar la verdad, no debe quedar ninguna duda razonable para que los jueces puedan dictar sentencia sin margen de error. Y esto depende de los investigadores. Por eso, sostuvieron, es fundamental trabajar en equipo. Nada de solitarios empedernidos que no confían ni en su sombra y se rigen principalmente por su intuición. Cada caso es asignado a un oficial al cargo, el cual elige a aquellos compañeros que necesita en función de sus cualidades y de los requerimientos de la investigación. La criminalística, explicaron, es una ciencia multidisciplinaria que se encarga de descubrir científicamente un hecho o repercusión judicial que puede ser o no un delito, con la finalidad de descubrir la causa de la muerte, el modus operandi y a los involucrados. Esta ciencia establece unos procedimientos rigurosos e insoslayables por parte de los oficiales. Al llegar al sitio del suceso, lo primero es protegerlo, para evitar contaminaciones, y fijarlo mediante fotografías, planimétricamente y mediante un informe escrito, que lleva a cabo el oficial a cargo con su ayudante. De este modo, cuando se levante cualquier objeto para analizarlo y el sitio del suceso deje de estar como la primera vez, puede reconstruirse sin problemas. Las cuatro reglas de oro respecto del sitio del suceso son: 1. No debe haber apresuramiento. 2. Debe haber el mínimo de personas en el sitio del suceso. 3. Jamás se puede acudir con ideas preconcebidas. 4. Nada debe tomarse ni moverse si no está fijado previamente. No es de extrañar que una de las cualidades más importantes en un investigador sea un cierto carácter obsesivo, que no pase nada por alto. Ese mismo proceder se debe aplicar a la siguiente fase de la investigación, que normalmente es definitiva en la identificación de él o los responsables: el empadronamiento. Este procedimiento consiste en preguntar casa por casa y persona
Juan Carlos Lepe, la Capitán Mitza Gon
zález y el Teniente Coronel Mauricio Valdivia.
por persona cercanos al sitio del suceso para averiguar lo que sepan. En Chile, el índice de homicidios es similar al de los países nórdicos europeos, 2 ó 3 muertos cada cien mil habitantes (en Argentina, por ejemplo es de 15), apenas hay seriales, ni casos complejos, 2 de cada 3 homicidios suelen ser cometidos por personas con vínculos con el fallecido, incluso familia, y además de una manera hasta cierto punto “burda”, dado que suele suceder, en un porcentaje muy alto, después de importantes ingestas de alcohol o de drogas. Por ello, el resultado del empadronamiento suele derivar en una identificación verbal, que puede incluir nombre, dirección y hasta incluso el apodo. En esas circunstancias, el procedimiento a seguir consiste en los siguientes pasos: 1. Se acude al sitio del suceso por orden del fiscal. 2. Se fija el sitio del suceso y se comienza el empadronamiento. 3. Se obtiene en la mayoría de las ocasiones una identificación. 4. En el Registro Civil se obtiene una fotografía del sujeto y se la mostramos a los testigos para que la identifiquen. 5. Se solicita al fiscal una orden de detención, que a su vez tramita en un Tribunal de Garantía. Diez minutos después está lista la orden y el fiscal nos pide que realicemos la detención. 6. El sujeto es detenido. Otras estadísticas curiosas que entregaron los oficiales fue que en un año en Santiago acuden a tres mil sitios del suceso por muerte, de las cuales cuatrocientas son homicidios y se resuelven el 92% de las mismas.
Trabajo periodístico Otro de los tópicos que aparecen en las novelas, películas y teleseries negras se relaciona directamente con la figura del periodista investigador, que harto de la
desidia de la policía, realiza la investigación y descubre al o los responsables. De acuerdo con Juan Carlos Lepe, periodista de TVN dedicado a los reportajes o la crónica roja, cuya labor ha sido reconocida recientemente en forma de premio por la Fiscalía Nacional, de nuevo cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El trabajo del periodista de crónica roja consiste en informar, nos aclaró, y nunca en investigar comiéndole el terreno a la policía. La crónica se inicia cuando la historia ya se conoce y está en marcha, y depende en gran medida de la información que transmite la propia policía a la prensa. A diferencia de los escritores, el cronista conoce la trama pero no a los personajes, y la diferencia entre una buena crónica y otra que no lo es radica en encontrar el punto de vista adecuado para que la trama se convierta en una historia que atraiga al lector o al televidente, elaborando unos personajes atractivos. A veces incluso, sucede que el personaje es tan potente que se toma toda la historia. En cuanto a la relación con la literatura escrita y su influencia, Juan Carlos Lepe sostuvo que, en su caso, más que en la literatura buscan referentes audiovisuales en el cine que les ayuden a contar la historia. Como se pudo comprobar, el género negro posee sus propios códigos autorreferentes que son identificados y buscados por el lector. Y aunque está marcado por un carácter realista muy fuerte, la ficción se rige por unas reglas que la convierten en un mundo posible, en una hipótesis que no ha sido comprobada, pero que no por eso es menos impactante o certera que la realidad. A veces, una verdad indirecta o posible es más “útil” y aleccionadora que un golpe seco de la realidad mal digerido. ATL 23
Radioteatro policial
s e d a d i Activ ales r u t l u c l a v i t s del Fe
Basado en la novela Muerte de una ninfómana de Poli Délano. Compañía de teatro El Sentido. Centro Cultural de España. 17 de octubre.
E
l radioteatro surgió en Chile durante los años ’30, cuando la radiofonía daba sus primeros pasos en el país. El radioteatro tuvo un comienzo algo lento. En un principio las emisoras leían relatos, pero al darse cuenta que estos espacios tenían éxito entre la audiencia, comenzaron a actuar estos textos, convirtiéndolos en guiones, hasta, finalmente, retransmitir obras de teatro, en las que los actores ponían especial acento en el dramatismo de las voces, hasta que comenzaron a crearse como tales guiones escritos especialmente para ser transmitidos en la radio. El auge del radioteatro en Chile se dio en las décadas de los años 50, 60 y ya en los 70 perdió protagonismo debido a la masificación de la televisión. Entre los radioteatros famosos cabe destacar: La familia chilena, Adiós al Séptimo de Línea, Radiotanda, El siniestro Doctor Mortis y Confidencias de un espejo. La compañía teatral “El Sentido” ha puesto en escena el radioteatro “Muerte de una ninfómana”, basándose en la novela negra de Poli Délano que lleva el mismo nombre. Con todo el esplendor propio del género readioteatral se pudo apreciar cómo surgen las voces, los sonidos, la música y, en gran forma, la relación de los sentidos con la expresión teatral, donde el espectador-auditor imagina una puesta en escena guiado por la representación frente a micrófonos; un fin logrado en plenitud, gracias a la destreza y la sólida experiencia de los actores-relatores de la Compañía teatral “El Sentido”. Esta compañía está integrada por su directora María Alejandra Paredes y los actores Roberto Cabrera, Paola González, Sergio Abarca y Jorge Lanza, actor encargado de los efectos especiales. El escritor Alejandro Cabrera fue el encargado de adaptar la novela transformándola en un guión de radioteatro muy interesante y entretenido. Este radioteatro es un crimen pasional. “Muerte de una ninfómana” cuenta la historia de Leonor Salinas, que es una mujer muy bella y bastante liberal, para quien el concepto de matrimonio no es para nada un obstáculo para tener otras relaciones, a espadas de su marido. Rolando, el marido de Leonor, es un hombre convencional y muy conservador en sus costumbres, es un biólogo de profesión que se casa lleno de ilusión, pero el tiempo de convivencia matrimonial se transforma para él en un calvario, en una lucha contra los celos que prácticamente lo dominan. Leonor tiene amantes y un nivel moral contrapuesto al de su marido; ella practica la traición en forma reiterada tanto para con su marido como en la relación que mantiene con sus amantes. La representación contó con la participación del propio autor el escritor Poli Délano quien cumplió frente al micrófono el papel de relator.
o l e i h e d a t La pis
Performance e intervención espacial transdisciplinar basada en la novela de Roberto Bolaño que lleva el mismo nombre. Colectivo Cuatropunto. Biblioteca de Santiago. 16.10.2009.
U
na performance es un acto artístico efímero en el tiempo y su representación espacial. Es una instalación que apela al espectador con el que se genera una interrelación de circunstancia. No en pocas veces el espectador de una performance interviene y hasta puede modificar una estructura ya consabida. Estas instalaciones son muy reales, vivenciales y de gran efectividad social. La performance del Colectivo Cuatropunto se basó en la novela de Roberto Bolaño, y se instaló en el espacio central de la Biblioteca de Santiago. En cuanto temáticas y soportes una performance está anclada en un espacio y tiempo contingente, por lo tanto, se adapta a lugares y contextos, trabajando con la comunicación y la precariedad, sin perder la crítica y el cuestionamiento. Posee un nivel de profundización del contexto social y manejo del espacio, modificándolo simbólicamente; es, por consiguiente, una herramienta de intervención e integración de las artes. La performance se apodera del texto, lo hace vivo, real. Trae la memoria al presente mediante la acción. Esta instalación sobre La pista de hielo, de Roberto Bolaño, fomenta la lectura de la novela negra, atrapando la atención del público mediante la acción participativa.
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Exposición e n i c l e n e n o n e m i S
El disparo certero de José Gai
Exposición de Volonia-Bruselas Internacional. (Comunidad francesa y región volona de Bélgica). Colección de Michel Schepens, facilitada por la Embajada de Bélgica. Centro Cultural de España. 14 al 18 de octubre.
G
eorges Simenon (1903-1989), es sin duda, uno de los escritores de novelas policiales más prolífico de la literatura mundial. Sus historias, a pesar de la abundancia, no pierden en calidad: sus novelas son precisas, de lenguaje rápido y muy atractivas, se puede decir, cautivadoras para el lector. Con cerca de 200 novelas escritas con su nombre y bajo seudónimo, la obra del escritor belga es llevada al cine en muchas oportunidades y el inspector Maigret se realza en el celuloide. Esta exposición es una muestra del cine a través de varias décadas del siglo XX, a través de afiches de los filmes. Simenon en el cine, es una colección perteneciente a Michel Schepens y que ha sido preparada por la Comisaría General de Relaciones Internacionales de la Comunidad de Valonia, Bruselas. Es una muestra exhibida en el Centro Cultural de España, llegando al país gracias a la gestión de la Embajada de Bélgica. Adaptado por primera vez en 1931, siendo así el primer novelista contemporáneo en llegar al cine sonoro, Simenon tiene a su haber cerca de cien títulos basados en sus novelas, con directores tan reputados como Jean Renoir, Julien Duvivier, Claude Autant-Lara, Marcel Carné, Patrice Leconte, Claude Chabrol, Bertrand Tavernier y Cedric Kahn, entre otros tantos. Algunos de estos títulos se pueden ver dentro del encuentro, los que marcan la evolución gráfica del afiche europeo desde los años treinta hasta el presente. Los afiches fueron diseñados y realizados mediante procedimientos litográficos de gran calidad artística, y hoy en día son de interés de historiadores y de coleccionistas que van tras las firmas de prestigiosos artistas que pusieron su talento al servicio de estas piezas gráficas. En la exposición se pudo apreciar una diversidad de afiches de películas famosas, destacando los rostros de conocidos actores y actrices, como Jean Gabin, Simone Signoret, Alain Delon, Romy Schneider, Ricardo Montalbán y Joseph Cotten, entre otros.
Experience Videojuegos Policiales de Nintendo. Sala Multiuso Zócalo Norte. Biblioteca de Santiago. 14 al 18 de octubre.
N En La pista de hielo, tres versiones de un crimen van trazándose en una novela que transcurre en un anónimo pueblo de la costa española. Estas versiones son la de un chileno con pretensiones de escritor que ejerce diversos oficios hasta salir adelante; la de un mexicano, también poeta y desarraigado, que sobrevive como vigilante nocturno en un camping, y, por último, la de un emprendedor catalán metido a político, capaz de todo por llamar la atención de una caprichosa y bella patinadora. Los peores presentimientos de cada protagonista giran entorno a una pista de hielo construida ilegalmente dentro de una casona abandonada, todos intuyen que el destino es un puñal que pende sobre sus cabezas. Elementos técnicos de la performance La pista de hielo. • Ubicación Nº 1: Malena Valdeavellano:. Representando al personaje el político Erick Rosquelles (elementos de expresión: máscara, trama, traje, tejido. • Ubicación 2: M. Carmen Jaramillo. Representa al personaje Gastar Heredia. Elementos de expresión: suspenso, anonimato, miedo e ilegalidad. • Ubicación 3: Natalia Camilo. Interpreta a Remo Morán. Elementos de expresión: muerte, vida, espejismo, mundos paralelos. • Duración de la performance: 2 horas 30 minutos.
intendo ofreció de manera gratuita en el marco de Santiago Negro consolas wii con videojuegos dedicados a temáticas policiales y de la novela negra, donde los asistentes pudieron disfrutar de un lenguaje audiovisual y narrativo innovador. Estos videojuegos manejan altas técnicas audiovisuales con las que se puede, con la utilización de un control táctil, resolver más de 130 rompecabezas, tales como laberintos, enigmas y, en general, rompecabezas deslizantes y lógicos. En los juegos, con la aplicación de la inteligencia artificial, los enemigos tienen un comportamiento en combate parecido al de los humanos que les permite cubrirse y pensar tácticas de ataque. Hay uso de potentes armas que desatan la destrucción. Utiliza un dispositivo llamado “Ojo que todo lo ve” para descubrir objetos. Un multijugador en línea soporta 16 jugadores simultáneos y, además, otra serie de técnicas y recursos de la entretención multivisual e interactiva. Entre los videojuegos que estuvieron disponibles para la entretención están: 007 Quantum of Solace; GTA: Chinatows wars; Metroid prime trilogy; Mystery case file million heir; The conduit, y Professor Layton and the diabolical box. Un ejemplo de estos excelentes videojuegos de Nintendo lo es 007 Quantum of Solace, que personifica al agente más famoso de todos los tiempos (James Bond Agente 007). Este juego está basado en las películas: Casino Royal y Quantum of Solace. Este impactante juego proporciona acción intensa y el suspenso que se espera de las franquicias que se toma James Bond. El jugador está posibilitado para unirse al Agente 007 y compartir peligrosas e intrigantes conspiraciones.
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e. r b u t c o e d 8 1 14 al
e l b a d i v l o n i a n a m e s Una Lorenzo Silva y Ramón Díaz Eterovic, interrogados durante la representación inaugural.
El Director del Centro Cultural de España dando la bienvenida, con música de fondo de El Padrino.
Gonzalo Oyarzún, Director de la Biblioteca de Santiago, animando durante la ceremonia de inauguración.
Lorenzo Silva, Gonzalo Oyarzún, Ramón LLao, Carolina Paulsen, José Martínez, Francisca Rivera y Ramón Díaz.
ero Roberto Ampu o, y Emilio Gilolm de te Presiden Movistar.
Fiesta en la resid encia del Emba jador de España, Poli Dé lano y Paulina Urrutia, Ministra de Cu ltura.
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Fiesta en la residencia del Embajador de España. Andrés Pérez Sánchez-Morate, Paulina Urrutia y el embajador Juan Manuel Cabrera Hernández.
Antonio Polidura, Consejero Cultural Embajada de España y Arturo Navarro, Director Ejecutivo Centro Cultural Estación Mapocho.
SE DIJO: Aterriza la novela policial. “Roberto Ampuero, Juan Madrid y Ramón Díaz Eterovic son algunos de los participantes. Conocidos autores chilenos y españoles, así como nuevos cultores del género, se reunirán en un encuentro dirigido a toda la familia, que contempla mesas redondas, funciones de cine y hasta un radioteatro”. Pedro Pablo Guerrero, Domingo 6 de septiembre de 2009. Artes y Letras. Revista de Libros. El Mercurio (Anunciando el Festival Santiago Negro).
Chile acogerá el primer festival de novela negra en Latinoamérica. “Queremos que sea un festival muy abierto, donde prime el contacto de los escritores con el público, y se invite a enamorarse del género policial a personas de todas las edades.” Ramón Díaz Eterovic, Jueves 28 de mayo de 2009. Cultura & Ocio. Logroño, España. (Cuando se anunciaba recién el desarrollo del evento de octubre).
El reflejo más oscuro de nuestra sociedad. La novela negra en Chile. “Definida por Juan Ignacio Colil –exponente nacional del género– “como un heredero de la novela social, el relato negro en Chile muestra conflictos inmersos en el interior de la sociedad. Expone tensiones, desentraña nudos y relaciones de poder; resalta temas escondidos y husmea en rincones a los que a nadie le gustaría entrar”. Javiera Tramolao, Diario El Mostrador, 14 de octubre de 2009.
Helios Murialdo, Ramón Díaz Eterovic, Sonia González Valdenegro y Cristian Cottet en el cóctel de inauguración de Santiago Negro.
Santiago Negro/Getafe Negro. “En fin, puedo explicar esta vez por qué llevo semanas sin pasarme por el blog. Del 13 al 19 de octubre estuve en Santiago de Chile, en mi calidad de comisario español del primer festival Santiago Negro. Un acontecimiento memorable, qué voy a decir yo. El magnífico equipo chileno del festival, y el impulso del director del Centro Cultural de España en Chile, Andrés Pérez Sánchez-Morate, y la inteligencia del comisario chileno, Ramón Díaz Eterovic, lo hicieron posible. Y mis estupendos cómplices españoles, no quiero olvidar a ninguno: Juan Madrid, Andreu Martín, Juan Bolea, Domingo Villar, Kama Gutier y Mercedes Castro”. Los trabajos y los días. Blog de Lorenzo Silva. 25 de octubre de 2009. Eduardo Soto, María Vic toria Blau, José Gai y Antonio Freire.
al,, liciial Negra y Polic En Feria de Novela n. rtí dreu Ma Lorenzo Silva y An
Fiesta en residencia de Em bajador de España. Lorenzo Silva, Noemí Tru jillo, Kama Gutier y Domingo Villar.
Mariluz Hidalgo y Chiuminatto.
Magglio
Ó: SE ESCRIBI Muestra de cine negro se toma Santiago. Mujeres fatales y hombres tortuosos tienen cita cumbre.
“Las mujeres fatales, lindas pero peligrosas; los detectives sagaces, pero torturados; los policías honestos sometidos a una sociedad corrupta, y las medias verdades en un mundo en blanco y negro, están de fiesta. Esta semana comenzó en la capital un ciclo gratuito dedicado al llamado cine negro, como antesala al Festival de Novela Negra en el Centro Cultural de España”. M.A. Fredes Las Últimas Noticias, viernes 25 de septiembre de 2009.
Pedro Guillermo Jara y Francisco Mirada.
El primer festival de novela negra de América Latina reúne en Chile a más de 40 autores. “El certamen, auspiciado por el Centro Cultural de España, fue inaugurado hoy con una pequeña representación a cargo de sus organizadores, en lo que el director del centro español, Andrés Pérez Sánchez-Morate, fue supuestamente asesinado y los escritores invitados fueron interrogados por su presunta implicación en el caso. El primer festival internacional de novela policial de América Latina “Santiago Negro”, reúne a más de 40 escritores españoles y chilenos de novela negra en Santiago de Chile, que desde hoy y hasta el 18 de octubre se convertirá en la capital regional del género”. Ñ. Revista de cultura. Buenos Aires, Argentina, 14 de octubre de 2009.
Tamara Cadena y Franco Muzzio.
Andreu Martin, Paulina Urrutia y Juan Bolea.
El café de la otra esquina.
Maximiliano Kr
towiez y Adriana
Buchelly.
“En el caso de Chile, el Centro Cultural de España organizó y financió el primer encuentro de escritores chilenos y españoles de novela “negra” o detectivesca, una actividad pionera en el continente, un encuentro que logró éxito de público, y puede crear una tradición de proyecciones insospechadas a nivel regional”. Roberto Ampuero. El Mercurio. Cuerpo A. 22 de octubre de 2009.
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El poder del perro
COS
ECHA
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OJA El orden de los brujos de Eduardo Soto Díaz
Santiago: Mosquito Comunicaciones.
U
n homicidio a orillas del lago Vichuquén involucra a un grupo de jóvenes pudientes enfrascados en ciertos manejos computacionales tras una pretendida divulgación de los Evangelios y una no menos difusa vinculación con el fin del mundo. Bajo el hilo conductor de la narración subyacen, sin embargo, los motivos reales respecto de quienes –se supone– conducen las pugnas entre el bien y el mal. Una suerte de derrotero esotérico mixturado con las pasiones tradicionales del ser humano, hacen que el entorno se vuelva oscuro, quizás por que la propia esencia de la novela se esfuerza en demostrar que la brujería –como condición superior– gobierna el destino de los débiles y sumisos. En esta parodia de enfrentamientos ancestrales –ser brujo es una herencia misteriosa– la disputa del poder oculto es parte de la tradición familiar; la confrontación y su eventual supremacía, no solo otorga prestigio entre los pares, sino que hace de la existencia anodina algo extraordinario: es posible vislumbrar los orígenes e incidir sobre el futuro proyectando en la realidad inmediata, una intervención desquiciada y maligna, disfrazada ocasionalmente de buenas intenciones. Bajo ese pretexto acomodaticio algunos elegidos procuran descifrar las claves engañosas de un enigma que a menudo los supera. Aún más: el peligro de que el destino se vuelva en contra es, a todas luces, plausible. “Quien penetra en las profundidades asume su propio riesgo”, afirmaba Oscar Wilde. De ahí que el individuo, por muy poderoso que parezca, siempre resulta esclavo de las fuerzas ocultas que intenta gobernar.
de Don Winslow
Barcelona: Random House Mondadori, 2009. sta historia que ocupa casi 720 páginas es más dura que larga. Y conviene avisar de este hecho porque así como se antecede algunas películas o imágenes con el mensaje de “estas imágenes pueden herir la sensibilidad del espectador”, este libro debiera llevar el mismo mensaje. Quizá este hecho pueda desanimar a cualquiera a leerlo, y si así fuera, creo que el propio autor lo entendería. En la introducción, el escritor argentino Rodrigo Fresán transcribe el siguiente diálogo entre el autor y su editor: “Hay personajes ficticios y en más de una ocasión he mezclado y fundido acontecimientos; pero hay muy poco en el libro que no haya realmente sucedido. Eso es lo que da miedo. Mi editor se la pasaba diciéndome “Don, esto es demasiado”, y yo le respondía: “De acuerdo, yo pienso lo mismo. Pero es verdad”. De ahí que la escritura del libro no haya sido, en más de un momento, un trabajo agradable.” Todo lo anterior sirve para dar cuenta de algo fundamental en este libro. Pero sería injusto que alguien se desanimara por ello. También es cruel por momentos la Biblia o la historia de la Segunda Guerra Mundial, por poner ejemplos muy dispares, y así como recomendaríamos su lectura o estudio, creo que es igualmente recomendable El poder del perro, porque es un tratado del alma humana y de la degradación a la que puede llegar. Un aviso para caminantes y una mirada al abismo, o al infierno, si se prefiere, que puede resultar muy aleccionador. El poder del perro es una historia épica sobre el narcotráfico y sus consecuencias; sobre el alto valor del dinero y el escaso de la vida humana; sobre la lucha desigual entre buenos y malos. Y todo ello con el incomparable marco de la frontera del Río Grande. ATL
Palabras recogidas en la presentación de la colección Crímenes Criollos, a la cual pertenece este libro, en el marco del festival.
Letras rojas. Cuentos negros y policiacos. Ramón Díaz Eterovic (Compilador) Santiago: Lom Editores.
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os autores que se recogen en esta muestra, presentada durante el festival por su compilador, dan cuenta de la narrativa criminal como una expresión que privilegia el desarrollo de historias cotidianas, próximas a la sensibilidad de los lectores, y de la intención de sus autores de darles una calidad literaria que las proyecte más allá del simple y tradicional juego deductivo. Estos textos son una respuesta a las manifestaciones de la violencia, visible o subterránea, que existen en nuestra sociedad, constituyéndose en un espejo en el que se refleja la confusión del hombre enfrentado a una realidad que cada día le es más agresiva y ajena. Junto a lo anterior, son textos que sin duda llamarán la atención de los lectores por las atractivas historias que presentan y porque en su conjunto permiten apreciar el desarrollo de la narrativa criminal chilena. Este plan literario de presentar una excelente muestra del género negro y policial en el país está a cargo del connotado autor especialista Ramón Díaz Eterovic. Además, por los 25 escritores presentes en esta antología y que se señalan a continuación, se demuestra la buena salud que posee el género negro y policial en el país, especialmente porque los autores seleccionados tienen plena vigencia: Gabriela Aguilera, Carlos Almonte, Roberto Ampuero, Claudia Apablaza, Pablo Azócar, Alejandra Basualto, Juan Ignacio Colil, Poli Délano, Ramón Díaz Eterovic, Ignacio Fritz, José Gai, Peter William O’Hara, Sergio Gómez, Sonia González Valdenegro, Bartolomé Leal, Tadeo Luna, Francisco Miranda, Martín Pérez, José Román, Luis Sepúlveda, Eduardo Soto Díaz, Carlos Tromben, José Miguel Vallejo y René Vergara. ATL
Nadie vale más que otro
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Feria del libro negro y policial PRIMERA FERIA DEL LIBRO POLICIACO. Todos los misterios y sus autores en un solo lugar. Centro Cultural de España. 14 al 18 de octubre de 2009. Expositores: Editorial LOM, Ediciones Urano, Editorial Océano-Gedisa, Ediciones B, Editorial Planeta, Editorial Mosquito, Editorial Randon House, Fernández de Castro Libros, Librería Aleph, Tajamar Editores y Librería Prosa & Política. Se podían encontrar las obras de Juan Madrid, Roberto Ampuero, Agatha Christie, Georges Simenon, Lorenzo Silva, Martín Pérez, Michael Connelly, Poli Délano, Rubem Fonseca, Patricia Highsmith, Ellery Queen, Donna Leon, Juan Bolea, Ramón Díaz Eterovic, Domingo Villar, Andreu Martín, Juan Bolea, Kama Gutier y Mercedes Castro, entre tantos otros. Durante todo el transcurso de Santiago Negro se desarrolló una Feria del Libro Negro y Policial y fue sorprendente la cantidad de títulos que estuvieron a la venta. Incluso, se importaron libros para esta feria que posteriormente se encuentran en librerías. También en el espacio ferial hubo permanentemente firmas de autores. De tal modo que el público pudo conocer, dialogar y solicitar firma para los libros adquiridos de los escritores participantes de Santiago Negro. Se tuvo la oportunidad de conocer a Ramón Díaz Eterovic, Roberto Ampuero, Orietta de la Barra, Cristian Cottet, Toño Freire, Antonio Rojas Gómez, Martín Pérez, Gabriela Aguilera, Pedro Guillermo Jara, Juan Ignacio Colil y Helios Murialdo, entre otros. ATL
de Lorenzo Silva
Barcelona: Booket, 2006.
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s una pena que no lleguen muchas novelas a Chile de este escritor español. Su extensa labor como escritor abarca los principales géneros literarios, ensayo, poesía, teatro, novela, cuento; también ha escrito guiones de cine. Pero en lo que a nuestra revista se refiere, tiene un asiento reservado de primera fila por la creación de la pareja de Guardia Civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, protagonistas de cinco libros: El lejano país de los estanques, El alquimista impaciente, La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro y La reina sin espejo. En esta ocasión, hablaremos del cuarto, Nadie vale más que otro. Conjunto de cuatro relatos, da cuenta de otros tantos casos que tienen en común la época del año en que suceden: bajo el calor sofocante del verano español. La gracia de este libro que se lee de un tirón es que nos transmite una idea clara de quiénes son estos dos guardias y cuál es su idiosincrasia, por lo que puede ser una buena puerta de acceso a sus historias. Lorenzo Silva consigue en estas cuatro historias algo difícil, como es interesar e intrigar al lector partiendo de cuatro asesinatos que no son nada excepcional. Es decir, 4 historias comunes y corrientes de las que se leen cada día en el periódico. Nada de trucos ni efectismos, el instinto del policía contra el calor y la vida (o la muerte) cotidiana. En definitiva, una salto mortal sin red ni seguros, que demuestra su buen oficio en el género negro. ATL
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Pequeñas muertes negras
Un millón de dólares
de Bartolomé Leal
de Antonio Rojas Gómez
Santiago: Mosquito Comunicaciones, 2009.
Santiago: Lom, 1998.
L
a “pequeña muerte” llaman los franceses al orgasmo, una metáfora biológicamente exacta, que refleja la sensación intensa de desfallecimiento que todo adolescente percibe cuando conoce por primera vez el colosal placer. Al sueño también se le suele llamar la “pequeña muerte”, aquel anticipo del fin de la vida que la naturaleza nos da y que dejamos pasar sin prever su terrible significado. La “pequeña muerte negra” es también la de cada personaje menor que puebla este mundo, sobre todo si es negro, indio o pobre: a nadie le importan, es la víctima anónima de un mundo construido sobre la injusticia y la explotación. Como dijo Vallejo: “le pegaban si que él les haga nada; le daban duro con un palo duro”. Ellas y ellos son los protagonistas de estos relatos que semejan y bordean un estilo escritural muy cercano a la etnografía más tradicional. Aquella donde los hechos se tratan recubiertos de un contexto social que configura el escenario cultural que todo etnógrafo buscaba y busca en ese esquivo “otro” que nos observa desde su propia realidad. En esta reunión de cuentos, Bartolomé Leal sabe encantarnos con inquietos personajes, donde la “pequeña muerte” se transforma en una espectacular trama criminal mientras el escenario de vida cotidiana nos deja el sabor de haber leído mucho más que una historia. Palabras del editor de Mosquito Comunicaciones Cristian Cottet para la presentación del libro.
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n una de las mesas de Santiago Negro, Antonio Rojas Gómez habló de su posición ante el género policial. Para él, la literatura se dividía en dos tipos, buena o mala, y no en negra, de aventuras o ciencia ficción. Un millón de dólares es un libro de cuentos policiales que refleja muy bien esta visión. La intriga se dosifica de forma medida, hay misterio que se establece desde el inicio de cada historia, hay un personaje que investiga y un culpable, y si de novela negra hablamos, también se refleja la realidad social y los problemas de la época. Pero hay algo más y es eso precisamente lo que confirma la opinión que Rojas Gómez sostuvo en el festival. En los cuentos de este libro hay un toque de humor que supera la mera ironía, como si estuviera parodiando el género, y una estructurada muy cuidada que no siempre sigue la línea más directa y clara hacia la resolución del caso. Así, por ejemplo, en el cuento que da título al libro, la historia se construye a través del punto de vista de varios personajes que participan de forma directa en la trama, cada uno con su estilo claro y definido, configurando un coro de voces frente al tradicional narrador de este tipo de historias. Incluso el propio asesinado toma la palabra después de muerto. Entre tanta novela que se conforma con repetir la estructura más conocida del género, se agradece un conjunto de historias que añaden un toque personal y diferente. ATL
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9/7/09
ADN Radio Chile pertenece al grupo de emisoras de
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