Revista Suridea N° 35

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Suridea / Órgano informativo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Loja Nº 35 - marzo 2019 Editor Luis Salvador Jaramillo Directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja: Director Diego Fabricio Naranjo Hidalgo Vocales principales Altaira María Rojas Landacay Tulio Germán Bustos Cordero Vocales suplentes Luis Antonio Quizhpe Gabriela Granda Secretario (e) Julio Espinoza Bustamante Comunicación Social Jeannet Coronel Imagen de portada El final de los tiempos I, Ilustración digital Diego Villavicencio Dirección de la Editorial Gustavo Serrano CCE-L Paúl Ramírez Guamán Diseño y Diagramación Gabriel Alejandro Valladares Corrección de prueba Carlos Alvariño Betancourt Impresión offset: Yonni Soto García Editorial Gustavo Serrano CCE-L

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EL OLOR DE LAS FLORES QUEMADAS, PREMIO MIGUEL RIOFRÍO 2018 L. Salvador J.

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Christopher Robin o cómo hacer nada puede llevar a algo mejor José Rodrigo Sánchez

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ALBAQUÍA

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ENIGMAS DAVILIANOS

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ACERCA DE LOS DECÁLOGOS DE LOS FAMOSOS

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EL CINE COMO CATARSIS

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GALO GUERRERO-JIMÉNEZ Y SUS LECTURAS VIAJERAS

L. Salvador J.

Jorge Dávila Vázquez Hans Behr

Carlos Ferrer

Carlos Vacacela M. 25

LA EXISTENCIA DEL SER HUMANO Y SU CONTINUA INTERACCIÓN CON EL ENTORNO PASEO EN MONOCANAL, DIVIDIDO POR EL PENSAMIENTO DE DIEGO PAÚL VILLAVICENCIO ORDÓÑEZ

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ANTOLOGÍA DE JUEGOS TRADICIONALES DEL ECUADOR

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RESEÑAS . . .

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RUBÉN DARÍO ORTEGA JARAMILLO ENTRE LAS SENDAS DEL DERECHO Y LA LITERATURA

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Galo Guerrero - Jiménez

Carlos Ferrer

Jeannet Coronel

MENÚ DEL DIA: EL BUENO, EL MALO Y EL FEO. SPAGUETTI WESTERN Y PLOMO

Wilson Castillo

ACONTECER CULTURAL

Distribución y canje CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA BENJAMÍN CARRIÓN NÚCLEO DE LOJA Colón 158-67 y Bernardo Valdivieso

Telefax 07 2571672 Apartado Postal 11.01.141 Loja, Ecuador

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Nota editorial

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os setenta y dós años de vida institucional que está cumpliendo el Núcleo de Loja, bien podrían servir de motivo para justipreciar y poner en alto relieve la labor patriótica y tesonera de los empleados institucionales que lo conforman, y que hacen de todólogos para estar aquí y allá y donde se tenga que estar, ya sea en los departamentos correspondientes o en otros lugares que, sin horarios y según las circunstancias lo requieran, exigen su presencia. Así puede vérseles montando algún equipo complicado o adecuando los escenarios pertinentes, o haciendo de meseros, de teloneros, de acomodadores, de vendedores , o simplemente cumpliendo con sus funciones establecidas. Diez personas hacen, en el Núcleo de Loja, lo que en otros estamentos similares se consigue con mucho más presupuesto y con un personal más abultado. Quizá sea esa modesta precariedad asumida con patriótico optimismo, quizá sea la camaradería que existe entre todos, que las cosas marchan con eficiencia y de la mejor forma posible, tratándose de un personal tan exiguo. La experiencia y la buena voluntad han conseguido que el Núcleo de Loja marche como una máquina sincronizada, aprovechando hasta el máximo su limitada partida presupuestaria y su capital humano. Lo cual no quiere decir que no se requiera de un presupuesto mejor, ni que no se eche en falta los medios de los que adolece para incentivar el quehacer cultural de una mejor manera todavía. Suridea, por ejemplo, agradecería poder contar con un presupuesto que le permitiera publicarse a todo color, siendo así que se edita cumplidamente merced a un grupo de colaboradores que del modo más generoso y desinteresado contribuyen trimestralmente a la aparición de la revista. Sus nombres serán dados a conocer en el próximo número con una breve reseña que les haga justicia al menos en parte. También convendría que el Premio Miguel Riofrío, que va adquiriendo un prestigio nacional de primer orden, fuera dotado de un presupuesto mejor para incentivar de un modo más efectivo la labor literaria en el país. Reconocer más justamente a los jurados por la cantidad de obras que llegan a concurso y que tienen que ser leídas con la debida atención, también es otro asunto que debería tomarse en cuenta. Y así una serie de factores en los que se está trabajando para darles solución. Pero por sobre todo se debe mantener alerta el discernimiento para sopesar y auspiciar aquello que edifique realmente la cultura y por ende la sociedad, respetando los valores que la han construido durante siglos.


EL OLOR DE LAS FLORES QUEMADAS, PREMIO MIGUEL RIOFRÍO 2018

L. Salvador J.

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n joven periodista quiteño recibe el encargo de escribir un artículo sobre la Guerra de los Balcanes. Tiene el fin de semana para prepararlo y no le asiste para ello otra experiencia que una corta visita a Bosnia y Serbia, un corto viaje de Sarajevo a Belgrado durante unas vacaciones de estudios en Escandinavia. Participan también una vasta colección de curiosidades y ciertos datos que ha ido recopilando por cuenta propia acerca de la desaparición de la antigua Yugoeslavia. Así empieza la novela ganadora del certamen Miguel Riofrío 2018, del escritor ecuatoriano Wladimir Chávez, radicado en Noruega.

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Pero lo que no supone el joven reportero, ni mucho menos lo sospecha el lector, es que la preparación del artículo irá reviviendo de modo progresivo el recuerdo de un romance que terminará apoderándose de la historia hasta convertirse en el foco emocional de la misma. El nombre de Esmina, una joven bosniaca refugiada, a quien el protagonista conociera en Dinamarca, traductora, políglota e intérprete, va surgiendo cada vez más seguido entre las brumas de un encanto jamás descrito en plenitud. El gusto dulce y amargo del amor partido por la mitad, de la ola que llega hasta la orilla y nos refresca para luego alejarse con


su emoción vivificante: los horrores de la guerra, las limpiezas éticas, las masacres, la devastación de los lazos afectivos, el desarraigo, los éxodos, la vesania, todo surge de vuelta cuando el amor se retira de las páginas. De esta manera, un fin de semana, concretamente un viernes, un sábado y un domingo, plazo que el joven reportero tiene para escribir su crónica de los Balcanes, se convierte en el tiempo de relato de una novela que sin pretenderlo transforma al mismo reportero en el protagonista de una historia de amor que se va reconstruyendo como un collage, con retazos de recuerdos siempre vivos, que solo necesitan

de un pequeño estímulo visual para mostrarse con toda claridad. Así, frente a la pantalla del ordenador, viejas fotografías, correos electrónicos, artículos periodísticos y videos, dotan de cuerpo a una obra no fácil de estructurar por la simultaneidad de hechos que viajan desde el presente hasta el pasado y viceversa, en pretéritos que involucran todos los tiempos: perfectos, imperfectos, simples, pluscuamperfectos, perfectos compuestos, pretéritos anteriores, pospretéritos, todo ello manejado con mucho oficio para no perderse en los laberintos del pasado. Solo entonces, mientras se van decantando los horrores

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jo, una historia de amor sin más adornos que los que le otorga la cruda realidad. De no haber sido seleccionada esta como la novela ganadora, el premio hubiera sido otorgado a Un viaje para siempre, que por el contrario se ambienta en las islas Galápagos, concretamente en la isla San Cristóbal, y que tiene como trasfondo la fatídica sombra de Manuel Julián Cobos, que se extiende con la misma malignidad en sus biznietos. Un joven Juez desaparece de la isla, y el hijo de este desparece igualmente en su juventud; una abuela intrépida desvela el misterio tras 25 años de pesquisas personales; son los ingredientes que hacen de esta novela un thriller policial que contrapone los principios nobles a la vesania. Pero así son los concursos literarios, quien acepta participar en ellos acepta también que su obra sea destrozada por los dientes de las fieras, y que lo que dictamina un jurado por demás falible, jamás es óbice para que algunas obras no premiadas superen luego el paso de los años, y ocupen el lugar que el tiempo, único juez realmente infalible, les otorgue, el puesto que les corresponde en justicia. De entre las 34 obras presentadas, en conformidad con el nuevo impulso lector que se pretende en el país, se hallaron novelas con mucho mérito, me atrevo a mencionar una: El avión que cayó sobre un mundo de colores, del seudónimo 47D, pero debía elegirse a una sola.

de la guerra, con suma de personajes de todo tipo, desde genocidas hasta periodistas embusteros, el amor intenta refugiarse en algún lugar del corazón. Vidas errantes que buscan un sitio donde estar, mientras se confían al poder curativo de los años. Una prosa sólida, manejada con soltura, confiere al lenguaje un estilo clásico, adornado de una retórica de fina inteligencia para evitar caer en los alardes. El jurado reconoció desde el principio un buen traba-

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Obra publicada en la editorial Gustavo Serrano CCE-Loja, en enero de 2019. Primera edición, ISBN: 9789942763242 Diseño de portada: Ivi Dervishi ividervishi@gmail.com


Christopher Robin o cómo hacer nada puede llevar a algo mejor

De izquierda a derecha: Winnie-the-Pooh, Christopher Robin (interpretado por el actor escocés Ewan McGregor), Piglet, Tigger e Igor.

José Rodrigo Sánchez

A

l fin me doy tiempo para escribir estas líneas, justamente cuando transcurre la mañana del 24 de diciembre de 2018, día de mi cumpleaños número 45. Agradecido por haber sobrevivido un año más –las condiciones actuales nos llevan a ser meros sobrevivientes− e imbuido por el espíritu navideño (opacado por el más grande descalabro económico y moral que haya vivido Ecuador), he decidido darle tregua a la triste realidad, para volver los ojos a una de esas cosas por las que vale la pena luchar, y sin la cual la humanidad ya no tendría esperanza: la fantasía.

Como aprendiz de escritor, intento tener siempre un libro a mano –preferentemente de ficción– y ver la mayor cantidad posible de cine, pero pese a que soy un buen consumidor de dibujos animados, nunca llamaron mi atención las aventuras del oso Winnie-thePooh (también llamado Winnie Pooh o, simplemente, Pooh) y su pandilla de animales antropomorfos que protagonizan algunos libros escritos por Alan Alexander Milne, y adaptados, a su vez, al cine y a la televisión por Disney. La razón de aquello es que percibía que tales historias eran demasiado edulcoradas para mi gusto; tan edulcoradas como la miel que consume, en inmensas cantidades, Pooh, ese “osito bobito”.

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En todo caso, es necesario anotar un dato importante que yo no sabía antes de escribir este artículo: A. A. Milne se inspiró en su propio hijo, Christopher Robin Milne, y en sus animalitos de peluche para crear el mundo de ensueño de Winnie-the-Pooh. Cierta noche, en Cinemas (el cine de la ciudad de Loja), antes del inicio de la función, proyectaron el tráiler de Christopher Robin, cuyas escenas llamaron mi atención porque habían sido grabadas en acción real, y en ellas se mezclaban actores de carne y hueso con Pooh y todos sus amigos del bosque en CGI (Computer Generated Imagery –imágenes generadas por computadora–). La cinta anunciada en el tráiler me atrapó y decidí que debía verla.

Sencillez que conmueve e inspira Volví al cine con toda la tropa –mi esposa y mis dos pequeñas hijas– y quedamos encantados. La historia, ambientada en un Londres antes y después de la Segunda Guerra Mundial, y en el bosque de Ashdown (donde el autor se inspiró para escribir los libros de Pooh), es simple pero enternecedora: Christopher Robin, el niño que ha compartido innumerables aventuras con sus entrañables amigos del Bosque de los Cien Acres (el susodicho Pooh, el siempre pesimista y sombrío burro Igor, el inquieto y jocoso Tigger, el miedoso Piglet, Cangu, Rito, Conejo y Búho),

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ha crecido y debe ir a un internado. Por ello, sus peludos amigos le hacen una despedida y él promete que nunca los olvidará. «Ni se te ocurra hacerte un adulto-hombre», le dice Tigger. Pero Christopher Robin crece, se casa, procrea una niña, combate en la Segunda Guerra Mundial y contrae las típicas responsabilidades de la modernidad. Llega a ser gerente de eficiencia en Empresas Winslow, fabricante de maletas, y sus obligaciones lo llevan a descuidar a su familia. Para colmo, urgida por reducir sus costos de producción, la empresa le encarga desarrollar una estrategia para tal cometido, y para ello Christopher Robin debe sacrificar un ya planificado fin de semana en el campo con su mujer y su hija. Cuando Pooh descubre que los otros animales han desaparecido, acude a Robin para buscarlos, y así, gracias al casual reencuentro de ambos, Robin no solo vuelve al Bosque de los Cien Acres y salva a sus amigos de un temible “efelante” –un monstruo imaginario–, sino que recuerda todos esos momentos extraordinarios que pasó junto a ellos y la magia de ser niño nuevamente. Al volver a Londres, Robin olvida en el bosque sus documentos de trabajo, por lo que sus amigos de peluche deciden llevárselos a través de un alocado viaje en el que también se ve envuelta la hija de Robin, Madeleine, y que roba más


de una sonrisa a los espectadores. Al final, Robin propone a la Junta Directiva de la compañía una solución que satisface a su dueño: bajar el precio de venta del equipaje y dar vacaciones a los empleados de todas las empresas de Winslow; así, estos comprarán maletas para viajar y las ventas se incrementarán, lo cual se relaciona con la filosofía de Pooh: «Hacer nada a veces nos lleva a algo mucho mejor». Contrario a lo que podría esperarse, Christopher Robin, interpretado por el siempre solvente Ewan McGregor (Trainspotting, Star Wars: episodios I y II, Moulin Rouge, Big Fish, The Ghost Writer), no es una cinta sentimentalona ni lacrimógena; tampoco tiene ese edulcoramiento de las primeras producciones de Disney –ese edulcoramiento que me llevó hasta las puertas del cine con pocas expectativas–. Los sencillos e ingenuos diálogos de Pooh llegan a fascinar, y el pesimismo del burro Igor, que en ciertas partes resulta extremadamente hilarante, da cuenta de un elaborado sentido del humor que se acerca más al fino y elegante humor inglés y se aleja de los chistes chabacanos, bobalicones y vulgares que, desafortunadamente, cada vez son más comunes en las producciones estadounidenses.

Notable fotografía y música maravillosa Que Christopher Robin sea una película de acción real

con personajes animados por computadora es un gran acierto, aunque esto no tiene nada de casual, ya que responde a la planificada estrategia de Disney de relanzar, en acción real, sus clásicos de dibujos animados, y con el fin de garantizar el éxito de su millonaria inversión en taquillas, no ha tenido reparos en contratar a competentes directores que establezcan un equilibrio entre cine de masas y cine de autor. Así, en el 2010 Disney estrenó, en acción real, Alicia en el país de las maravillas, bajo la batuta del genial Tim Burton (Beetlejuice, Batman y Batman vuelve, Eduardo manos de tijera, Sleepy Hollow, Charlie y la fábrica de chocolate); en el 2015 pudimos ver Cenicienta, dirigida por el excelente actor y director Kenneth Branagh (Frankenstein, Hamlet, Thor, Jack Ryan: operación sombra); en el 2016 llegó a los cines El libro de la selva, de Jon Favreau (Iron Man 1 y 2, El rey león –a estrenarse en el 2019–); en el 2017 le tocó el turno a La bella y la bestia, a cargo del brillante Bill Condon (Dioses y monstruos, Kinsey, Dreamgirls), y en el 2019, así mismo, se estrenará Dumbo, también en acción real, en la que Tim Burton repite como director. De ahí que Disney haya contratado a otro excelente director para Christopher Robin: el alemán nacionalizado suizo Marc Foster, responsable de buenas películas como Monster’s Ball (2001), Finding Neverland (2004), Machine Gun Preacher (2011) y Guerra Mundial Z (2013). También dirigió Quantum of Solace (2008),

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una de las cintas de la saga de James Bond, las cuales, usualmente, están bien hechas. Foster y el director de fotografía del filme tomaron la buena decisión de prescindir de los vívidos colores de los personajes originales, para optar por una paleta de colores más opacos y grises que van a tono con la correcta ambientación de posguerra propuesta (las escenas en la estación de tren son logradas y hacen que uno se traslade a esa época), y que, sobre todo, muestran a unos animales ¡muy similares a los muñecos de peluche con los que jugaba el verdadero Christopher Robin Milne cuando era niño! A todos los logros de la película se suma la música. Desde que empieza Christopher Robin se escucha una banda sonora maravillosa; su línea melódica sirve como preámbulo para conocer el Bosque de los Cien Acres, donde se realiza la fiesta de despedida del niño, matizada por una graciosa canción entonada por todos los miembros de la pandilla. De la misma manera, la música conmueve especialmente cuando Robin va y vuelve de la guerra y se establece en su trabajo. De rato en rato, también se deja escuchar la típica canción que identifica a los dibujos animados de Winnie-The-Pooh. En fin, en un mundo tan convulso como el que vivimos, y en el que la civilización, en vez de avanzar, ha retrocedido hasta lo grotesco e inhumano, es fácil perder el rumbo y descuidar las cosas verdaderamente importantes, como la familia o el simple hecho de darse tiempo para uno mismo –para hacer nada, si es el caso–, entre otras cosas. No puedo hablar por ustedes, estimados lectores; tendrían que ver la película y juzgarla por sí mismos. Christopher Robin no es una obra maestra, pero no necesita serlo. Unos la alaban; otros la critican mordazmente. Por mi parte, solo me resta decirles que, a mis 45 años recién cumplidos, Pooh y sus amigos de

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Ewan McGregor y Winnie-the-Pooh, en una de las escenas de Christopher Robin.

El director suizo Marc Foster en el rodaje del film.

peluche me han llevado a recordar aquella época en la que nada es más importante que jugar y divertirse, y un camino en el que es muy fácil extraviarse cuando uno llega a la adultez y se acerca al final de la existencia.


ALBAQUÍA L. Salvador J.

E

n los primeros días de diciembre del año que pasó, tuvo lugar en el teatro Benjamín Carrión de Loja un singular evento cultural: la instalación sobre la vida y obra de César Dávila Andrade, uno de los más grandes poetas y narradores de Hispanoamérica. Este insigne batallador del silencio, nacido en Cuenca en 1918 y muerto en Caracas en 1967, tan sufrido, tan solo, tan estoico, a quien no se puede dejar de emparentar con otro silencioso guerrero solitario, nuestro Héctor Manuel Carrión, el poeta hermano mayor de Benjamín Carrión, que bebió de la misma copa de Baudelaire, tan huraño, tan tímido y tan ferozmente vital al mismo tiempo, y que acabó sus días por autodeterminación, al igual que el gran vate cuencano, si bien unos treinta años antes que este. Hay entre los dos una extraña conexión, y por ello resulta extrañamente surrealista que, rondando César Dávila los 32, 21 años antes de su suicidio en Caracas, escribiera conmovedoramente lo que sigue: Abre ya los espejos enlutados que pusiste sobre las placas oscuras de mi féretro abre las ciegas yemas de mis dedos para que puedas sentir la callada amistad de la materia LA PEQUEÑA ORACIÓN (tomado de Espacio, me has vencido)

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Al acercarnos de una manera reservada a este poeta adusto y de trato esquivo, el primer impulso sería detenernos ante su fuego, un fuego telúrico, de llama mística, que amenaza y que atrae al mismo tiempo y que al final arrebata en su torbellino. Espacio, me has vencido; Catedral Salvaje; Arco de instantes; Conexiones de tierra; La corteza embrujada; Poesía del gran todo en polvo; su desgarrador Boletín y elegía de las mitas; y los soberbios cuentos de Cabeza de gallo, incendian, conmueven, estremecen. A través de la mencionada instalación pudimos acercarnos a alguien a quien hubiera sido muy difícil abordar en vida, ya que la vida levantó en torno a él un muro para aislar su alma solitaria, tan consciente al mismo tiempo de su grandeza como de su autoestima a centímetros del suelo. El ascetismo riguroso de sus días, el fuego que le consumía desde dentro, su timidez tiránica, ingobernable, no solo le privó del reconocimiento que se le debe, sino incluso de los amores de su vida: Me cuentas que se ha muerto mi prima María Augusta Ahora que estoy lejos te diré: Yo la amaba Mi timidez de entonces me quebró las palabras. Baja mañana a verla con un ramo de nardos Y recítale alguna oración impalpable Dile que ya no bebo y que he pasado un año Ahora que estoy lejos te diré: ¡Cuánto la amo! CARTA A LA MADRE (tomado de Catedral salvaje)

Su vasta obra poética opacó en cierto modo su narrativa afincada en un realismo ya instalado en el Ecuador, pero al que Dávila Andrade dio pinceladas de cubismo superrealista. Permítaseme exponer un fragmento de una entrevista aparecida en el diario venezolano La Nación, y reproducida por el Mercurio de Cuenca en 1967: “César Dávila Andrade talvez sea el primer narrador americano que ha logrado en un estilo sintético, despojado de todo ornamento artificial, ir más adentro del realismo mágico: lo que José Revueltas buscaba a tumbos en México, lo encuentra Dávila Andrade en la pureza de las cumbres”.

Y en 1952, en un artículo titulado “El retorno a la épica”, recogido más tarde en el libro San Miguel de Unamuno, decía Benjamín Carrión, haciendo mención a la poesía del Fakir: “Al propio tiempo, con igual ambición de canto grande, César Dávila Andrade escribe en Caracas su Catedral salvaje. Cántico en nota mayor, obra de aquel ´hombrecillo diminuto y huido, con mucho de aparición y de fantasma`, que nos diera notas de lírica tan pura, como para hacernos recordar los sollozos angélicos de Jean-Arthur Rimbaud. La epopeya de Dávila, hecha a golpe de imágenes, es de un panteísmo exaltado, tremendo, apocalíptico, jubiloso a la vez: ´La muerte es una íntima fiesta vespertina que dan los pensamientos y los dioses`”.

Por ello, al acercarnos al Fakir, franqueando el muro implacable que le cercó y que él intentó abrir a punta

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César Dávila Andrade

de poesía, quizá fuera una paradoja del destino, o quizá una extraña coincidencia, o quizá más bien el pago de una albaquía, del residuo o resto de una deuda, que este homenaje se haya hecho en un teatro que lleva el nombre de uno de los más cercanos amparos de César Dávila, de alguien que no ahorró elogios ni cariño para él —sumado al respeto y la admiración que su talento y su altísima erudición de autodidacta le merecían—, y quizá por ello mismo no sea aventurado atribuirle una especie de protección de hermano mayor al más pequeño y desvalido, ya que Benjamín Carrión, mirando a César Dávila, acaso presintiera en aquel el mismo desamparo y el mismo final de su hermano malogrado. La instalación hizo que se salvara la muralla a través de antiguas cartas, fotografías y manuscritos que permitieron acceder al alma noble, gentil y atormentada del más vital de los poetas ecuatorianos, quien supo beberse de un solo trago las entrañas líricas de nuestra geografía.


ENIGMAS DAVILIANOS

Jorge Dávila Vázquez

D

icen que las personas comunes y corrientes no tienen ningún misterio, y que, por ello, no son interesantes. Pero, pienso que cada uno de nosotros guarda en su vida un misterio, sea grande o pequeño, y eso hace que sintamos interés constantemente, unos por otros.

un vistazo, en esta época de conmemoraciones por el centenario de su nacimiento.

En general, los artistas, y, particularmente los escritores, son dueños de su mínimo o enorme misterio, y eso, además de los valores de su obra, los llena de una suerte de aura, que los hace atractivos.

Sin embargo, ya fuera por ignorancia o negligencia, como decían en el catecismo, la fecha ha sido cambiada en reiteradas ocasiones. Me llama la atención que un crítico tan meticuloso como Hernán Rodríguez Castelo, que en Los de Elan y una voz grande (tomo 90 de la Colección Clásicos Ariel), señala, correctamente, a 1918 como año de nacimiento del poeta, en su obra capital Lírica ecuatoriana contemporánea, publicada solo unos años después de la otra, anota que nació en 1919.

La figura y la personalidad de César Dávila Andrade (Cuenca,1918-Caracas,1967) están rodeadas de una serie de situaciones enigmáticas, que quizás a muchos de ustedes no les interese, pero que vale la pena echar

En primer lugar, el enigma de su fecha natal. Dávila nació el 5 de octubre de 1918, según consta en su partida de bautizo.

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Este error se va a difundir de tal manera, que hasta un escritor eminente como el mexicano David Huerta, señalará la fecha errónea, por lo que quizás no debería llamarnos la atención que en innumerables sitios de Internet se lo cometa. Pero que molesta o desconcierta un poco, es verdad. La obra daviliana plantea también una serie de enigmas. El primero de ellos, en mi opinión, es la desaparición total de la poesía producida por el autor entre 1934, año de la publicación de su poema primogénito “La vida es vapor”, en que se muestra con claros rasgos vanguardistas, hasta 1943, fecha de edición del segundo de sus textos líricos “Elogio de la gracia iluminada”. ¿Qué pasó con lo producido en casi una década? He buscado en periódicos y revistas, pero no he logrado encontrar absolutamente nada, y, me niego a creer que guardó un silencio lírico durante tanto tiempo, porque el segundo texto mencionado, si bien es menor, en comparación con las grandes producciones: “Oda al Arquitecto”, “Canción a Teresita”, o la mayoría de epístolas y canciones del libro Espacio me has vencido, muestra una notable calidad . Otro misterio es la falta de interés de los cuencanos por la producción de Dávila en vida. Tres títulos se publican: El combatiente sedentario estupendo esbozo biográfico de Fray Vicente Solano, en la Revista Anales de la Universidad de Cuenca, en 1941, y años después, en el 65, como folleto, editado en los Talleres del Municipio de Cuenca; Boletín y elegía de las mitas, en el 60, y una selección poética, en la prestigiosa separata de la Revista Anales, por el empeño de Rigoberto Cordero y León, en el año de 1963. Nada más. Y que conste que en Quito, Guayaquil y Caracas se habían editado numerosos títulos de su producción, hasta el año fatal de 1967, y que notables figuras de la crítica de entonces, celebraron sus calidades de escritor. Las relaciones interpersonales de nuestro gran poeta son, asimismo, un enigma difícil de solucionar. Joaquín Zamora, que parece fue muy cercano al Fakir, aunque era unos 8 años menor a él, me decía que todas las bellas y jóvenes mujeres que aparecen en su poesía primera –a la que llamo “sensorial”, por la fuerte presencia de percepciones de los sentidos–, eran amores platónicos del escritor. Él afirmaba que incluso María Luisa Machado, la directa inspiración de “Canción a Teresita”, nunca recibió una declaración de amor del hombre que le escribiría el más bello de los homenajes líricos póstumos. Otras personas, muy de fiar, contaban que la bella Machado, leía un libro en la banca de un parque, distante, ideal, perdida en el mundo magnífico de alguna novela

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o un libro de poemas, y que él la miraba desde lejos, sin atreverse siquiera a acercarse. ¡Y era su prima hermana! Una vez más, Zamora afirmaba que aquella expresión que consta en “Carta a la madre”, es más que una hipérbole o exageración poética: “Me cuentas que se ha muerto mi prima María Augusta. /Ahora que estoy lejos, te diré: Yo la amaba. / Mi timidez de entonces me quebró las palabras”. Joaquín decía que la timidez de Dávila era algo real, no una fantasía retórica. Sabemos y sentimos en el magnífico poema, que hay toda una transformación de la realidad, ni siquiera la llama por su nombre; pero llegar al extremo de no aproximarse, en vida, sabiendo del tan cercano parentesco, como que asombra. Y Zamora, que era bastante intenso, afirmaba que todas las muchachas: la de ojos verdes, las dulces niñas de Francia, las colegialas, las ideales ternuras distantes, no eran más que creaciones puras de la palabra. Por supuesto, inspiradas en visiones femeninas reales. Talvez, en eso, Quito jugó un papel de mucha importancia, porque allí conoció, y trató de cerca y recibió el humano beneficio de un afecto sólido, inalterable hasta la muerte de la “Bella distante, una muchacha / con una voz blanquísima y los filos dorados, / el pelo hecho de espigas y sortijas de malta”. Aquella Laura, cuyo nombre consigna la “Esquela al gorrión doméstico”, “la bella novia de mi mejor amigo”. Pertenece a la tradición de la época que él fue quien los presentó, y que todo ese amor que revela “Carta a la madre”, se transformó en una amistad eterna. Este parece haber sido, pues, el panorama sentimental daviliano, y quizás sea por ello que se percibe como una imposibilidad en todos los poemas sentimentales de entonces. En cambio, como afirmaba Zamora, con una cierta malicia, algunas mujeres de edad, que no recibieron tributo poético alguno, y que cuidaron de él como el niño desamparado que fuera siempre, mantuvieron una relación más franca y directa, como las dos hermanas devotas, que viraban hacia la pared el cuadro del Corazón de Jesús, para beber tranquilas en su compañía. Quizás también esa facilidad para entenderse con damas mayores o muy mayores a él, explique que se casara con una que le llevaba casi 20 años. Misterios del alma humana, secretos indescifrables del corazón de un poeta que estaba inundado de amor, de ternura, que se volcaba imaginariamente hacia preciosas y jóvenes criaturas, en las que quizás no encontraba eco su dolorido sentimiento.


Finalmente, un aspecto que tiene indudable carácter misterioso, es la relación que mantuvo el poeta con las ciudades en que nació y vivió. Empecemos por Cuenca. Un muchacho brillante, que deja la secundaria en tercer año, para buscar un trabajo que ayude a la supervivencia familiar, y desempeña labores muy humildes y mal remuneradas, se enfrenta con su cuna, la “furiosa y maternal amada”, como la llama en un poema, de los pocos en que aparece la comarca natal. El hecho de que no haya en todo el repertorio lírico de Dávila ninguna composición que honre a Cuenca, por la que tenía, indudablemente un hondo amor, pienso que es muy decidor. Y no es que falten textos de esas características, como la esplendorosa “Visión y elogio del río Paute”. El problema es que esa distancia del poeta con la villa, tuvo su contraparte, como dije, al hablar de las escasas publicaciones de sus obras, perceptible indiferencia de la urbe hacia él y su trabajo. Lo grave, pienso yo, es que las cosas no han mejorado sensiblemente. César Dávila Andrade.

Mientras Guayaquil y Quito se han abierto a la presencia de ALBAQUÍA, la exposición ejemplar sobre su vida y obra, en Cuenca solo estuvo a punto de verse en la Universidad en el marco de un irregular encuentro literario con feria incluida. Felizmente parece que a fines de noviembre se la verá en el Museo Remigio Crespo. Poco faltó, por la serie de trabas burocráticas, que el poeta repitiera en la eternidad: “esta tierra muerde como una loba ciega”.

De Caracas, recuerdo una de sus cartas, ahora extraviadas, en que se quejaba de la indiferencia de la gran ciudad, y de sus nostalgias juveniles de la gente, la vida familiar y hasta de la comida cotidiana, a la que hacía todo un himno.

Guayaquil, admirativamente celebrada: “Por tu alma en éxtasis de estrella fecundada. / Por la sal de tu sangre entre los ángeles, / blanquísima de amor y de futuro, / este canto, mi canto apasionado./ Esta canción es tuya, Capitana...” Es, sin embargo, vista como un sitio tenebroso y terrible en “Ciudad a oscuras”, y el escenario nefasto de “Vinatería del Pacífico”. Olmedo Dávila Andrade dio quizás la clave de estos encontrados sentimientos. Joven aún fue a trabajar en la casa de un rico, deplorable y poderoso expresidente, que lo trataba muy mal, por sus “afanes poéticos”.

Todo esto se explica, quizás, ya en el plano literario, porque estaba casi del todo sumido en sus preocupaciones metafísicas y esotéricas.

Quito lo acogió mejor, evidentemente, por obra de Benjamín Carrión y de los funcionarios y amigos de la naciente Casa de la Cultura, pero, como él mismo había optado por una vida en común “entre los ahogados más humildes en el Señor”, su visión de la capital, en sus cuentos, es bastante deprimente, sea en el marco del esplendor barroco de “La última misa del caballero pobre” o en la decadencia burguesa de “Aldabón de bronce”.

Mérida acogió su último gran amor, el que sintió por una artista veinteañera, cuando él bordeaba ya el tiempo de su muerte, pero no ha dejado ninguna evidencia literaria de la pequeña urbe, que dicen se parece a su. Cuenca natal.

Tal vez hubo en estas líneas algo indiscreto, pero no hay que olvidar que la vida de los hombres públicos –entre ellos, los artistas– deja de ser, un ámbito totalmente privado. ¡Séame, pues, perdonada cualquier involuntaria falta de respeto a la memoria de Dávila Andrade!

Cuenca, octubre de 2018, mes y año del centenario de nacimiento de César Dávila Andrade.

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ACERCA DE LOS DECÁLOGOS DE LOS FAMOSOS

Hans Behr

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olvemos a un tema recurrente y entretenido al que intentaremos darle una pequeña variación. Se trata de los consejos literarios de los célebres. Y es que a más de un consagrado de las letras le han realizado estas preguntas: ¿Cuál es su proceso de trabajo? ¿Cuáles sus recomendaciones para quienes se inician? (se reemplaza proceso por secreto, como si fuera “soplar y hacer botellas”). Los interrogados han mostrado sus técnicas, y de esa manera, con el mejor de los deseos, han nacido cientos de decálogos, aunque algunos de ellos cuenten solo con seis u ocho puntos. Cortázar, Azimov, Bolaño, Kundera, etc. Ninguno de ellos deja de ser

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interesante. Existen recomendaciones semejantes o contradictorias, y a mi parecer, todas son válidas, de una u otra manera, dependiendo del estilo del escritor. Para este artículo he viajado aleatoriamente a través de los decálogos de algunos creadores por lo que paso a resumir uno de cada uno, el que consideré, digamos, su piedra principal. Empecemos. Joyce Carol Oates, novelista norteamericana (su obra notable: Un jardín de placeres terrenales) manifiesta algo contundente: Sea su propio editor/crítico. ¡Compasivo pero despiadado! Una clara verdad ya que siempre, por amar lo creado, nos cegamos ante los propios. Will Self, periodista y no-


Ilustración: Gabriel Valladares

velista inglés, autor de obras de ficción como Grandes Simios y El paraguas nos repite un consejo que nos preservará ante el olvido: “Lleve siempre consigo una libreta. Y me refiero a siempre. La memoria a corto plazo solo retiene información durante tres minutos; a menos que esté escrito en el papel, puede perder una idea para siempre”. Nada más cierto que esto. Isaac Asimov, autor de más de 500 obras nos comenta: “No te obsesiones con los posibles bloqueos”. Es el temor de todo escritor, la página en blanco. Asimov dijo que cuando esto le acontecía y el flujo dejaba de ser, no perdía tiempo y se dedicaba a otra cosa porque sabía que en el fondo “la creatividad auténtica no se detenía”. Cuando volvía a su trabajo,

a la puerta entreabierta, todo volvía a ser como antes. En referencia a los cuentistas, Roberto Bolaño anotó: “Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco”. En mi caso y hace años, vale decirlo, yo afrontaba cuento por cuento, ahora mezclo un poco Azimov y Bolaño y salto de una historia a otra. Es una propuesta saludable. No hay estancamientos, así como en el deporte. Es como si repitiéramos el mismo ejercicio cuando la riqueza está en la variedad. No

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podía faltar Cortázar, quien tiene un recordatorio que me encanta, y que se explica por sí solo: “No hay leyes para escribir un cuento, solo puntos de vista”. El gran Hemingway, de quien García Márquez dijera que “no parecía pertenecer a la raza de los hombres que se suicidan”, dijo tres palabras que llegan al fondo de nuestro ser, más aún ahora, en el mundo de las redes sociales, lugares virtuales donde estamos más de la cuenta: “No-pierdas-tiempo”. Sencillamente fabuloso. Pregunto: ¿cuánto tiempo pierden los escritores en las redes sociales, ¿es aquello saludable? sondear la vida de otros, opinar sobre esto o aquello, discutirlo todo, desde una corrida de toros hasta la decisión arbitral que favoreció o perjudicó a un equipo (insultos de por medio), pasando por el sabor de los mejores helados que se venden en Salcedo. Sobrepasamos el límite y quedamos en deuda con nuestra labor. No podíamos apartar a García Márquez: “Cuando quiero escribir algo es porque siento que eso merece ser contado. Más aún, cuando escribo un cuento es porque a mí me gustaría leerlo”, es decir, cuenta una historia que te gustaría leer. Para el análisis. Va de la mano, en cierta forma, con lo que dijo Borges: “sé fiel a tus sueños”. Finalmente, una de mis escritoras preferidas, Rosa Montero, se confiesa: “Escribe porque algo te emociona y quieres compartir esa emoción, toma nota de las cosas que te llamen la atención (vuelve la libreta de Self, actual como nunca) y déjalas crecer en tu cabeza”. Literatura, emoción pura. Certeza.

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Cuando en los colegios me hacen esta pregunta yo les respondo algo que no es nuevo, pero sí muy eficaz. Para llegar a ser un escritor hay que leer. Leer variedad, novelas, notas periodísticas, poesía, best sellers (hay que descifrar por uno mismo las causas, si son válidas o puro mercadeo), y abandonar un libro si es necesario, matarlo a medio camino porque ese es también nuestro derecho como lectores. Escribir sin cesar pero otorgar períodos de descanso, revisión de terceros, amigos sinceros que nos cuenten las duras. Y también, y esto es un plus, haber tenido una tía que nos apoyó, que creyó en nosotros desde pequeños, y que en un cumpleaños nos sorprendió con la colección completa de Historia Universal de la Literatura de alguna editorial seria. Aún no termino con las 100 unidades.

In memoriam Flérida Valenzuela, mi tía. Gran lectora y maestra del colegio Otto Arosemena Gómez, Milagro. 8 diciembre 2019 (+)


El cine como catarsis La editorial Cátedra publica una monografía sobre el director Roman Polanski, que vincula estrechamente su producción cinematográfica a sus turbulentas circunstancias vitales

Carlos Ferrer

L

a editorial española Cátedra ha publicado una monografía sobre el cineasta Roman Polanski, un recorrido crítico en el que se vincula su obra cinematográfica con sus avatares vitales y sus obsesiones. Su autor, Joaquín Vallet, establece un orden cronológico para el agudo análisis de

los filmes de Polanski hasta su última película, la enigmática y turbadora Basado en hechos reales. Rajmund Roman Thierry Polanski nace en París en 1933 y se traslada a la polaca Cracovia tras no adaptarse la familia a la vida francesa. Hambre, ausencia

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del padre, muerte de la madre y del tío, una familia de acogida tras otra, esa es la infancia de Polanski sin una educación escolar completa. El horror nazi deja paso a la cruda posguerra bajo dominio soviético, a unos

primeros pasos como actor, estudios frustrados como ingeniero de minas, clases de Bellas Artes hasta que empieza cinematografía en Lodz (que no terminó). Desde su primer cortometraje Rower (1955), basado en una experiencia personal, Vallet desmenuza todos los

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filmes de Polanski, los percances de los rodajes, el simbolismo, las relaciones entre las películas, la habitual estructura circular y los proyectos frustrados. El segundo cortometraje, Morderstwo (1957), es un ejercicio académico que comienza y concluye con el mismo plano y que solo tiene una acción, un ejemplo de su estilo y de uno de sus núcleos temáticos, la relación entre Eros y Tánatos. Su siguiente corto, Usmiech zebiczny (1957), apunta la esencia de lo que será El quimérico inquilino y Rozbijemy zabawe (1957) cuenta la violenta colisión de dos clases sociales enclaustradas en sí mismas, con influencias de Andrzej Wajda y Maciek. El corto Dwaj ludzie z szafa (1958) es premiado en el extranjero, marca el inicio de su colaboración con el músico Komeda, muestra la imposible “integración de dos personajes en un universo cotidiano del que son constantemente rechazados” e influye en El baile de los vampiros. El cuchillo en el agua (1962) es el primero de los largometrajes del conocido como el chiflado polaco a causa de su perfeccionismo, fuerte carácter, terquedad y retraso en los rodajes. De corte kafkiano, tuvo un rodaje complejo, un éxito inesperado y un remake no realizado, con los temas de la incomunicación, la ambigüedad y la muerte merodeando cada fotograma. Establecido en París, Polanski inicia su duradera relación profesional con Gutowski y Brach y en 1965 estrena el filme de terror Repulsión, galardonado en Berlín, en el que per-


siste la trascendencia en la mirada durante “un trayecto que no contempla la exorcización de los fantasmas internos, sino la desesperada búsqueda de estos”. Esta película, con La semilla del diablo y El quimérico inquilino, forma la trilogía de la reclusión.

1966 es el año de Callejón sin salida, un “imposible triángulo amoroso que acaba conformando un pútrido nicho de marginalidad y soledades” que cierra la primera etapa del cineasta. La parodia El baile de los vampiros (1967) es el punto de encuentro de Polanski con la que fuera su mujer, Sharon Tate; el filme tuvo dos montajes, el norteamericano a gusto del productor y el europeo a gusto del cineasta, donde muerte y decadencia predominan en un entorno marcado por el sexo, así como el fatalismo y el voyerismo de unos personajes “representantes involuntarios de un cosmos en descomposición, que no atisba un camino de vuelta.” Para Vallet, La semilla del diablo (1968) es la cima de su filmografía y responde “enteramente a sus obsesiones personales”. Polanski redujo de 240 minutos a 136 la duración de la película, la cual refleja “una realidad apocalíptica: la que nos rodea día a día”. Tras la muerte de Tate, Polanski dirige Macbeth (1971) y opta “por ceñir sus esquemas a la exteriorización de las raíces más terribles de la condición humana, mostradas a través de sus exigencias tanto visuales como conductivas”; Macbeth respira muerte y locura y solo puede evitarlo cavando su propia tumba. La controvertida ¿Qué? (1972) se localiza en un “universo preñado de obsesiones sexuales y desquiciamiento psicológico”, donde nadie está en su lugar ni encuentra una vía de escape al caos cotidiano, y supone el fin del segundo ciclo de la filmografía del director. Tras esta comedia erótica, Polanski rueda Chinatown (1974), una “sinfonía sobre la maldad encubierta que debe su agresivo mensaje a las turbulencias del tiempo en que vio la luz” y en la que destaca John Huston. El quimérico inquilino (1976), “una escalofriante plasmación de la paranoia y la soledad”, es fruto de la adaptación de una novela de Topor, como también Tess (1979), basada en la novela de Thomas Hardy, En cuyo éxito contrasta con el Polanski es fracaso de Piratas (1986) constante “el peso y con el tímido aplauso a que los hechos pasaFrenético (1988). Desde endos ejercen sobre tonces y con la excepción el presente” de la irregular Oliver Twist (2005), Polanski ha realizado espléndidas películas, que han consolidado su merecida fama de brillante realizador, como refleja Vallet en este interesante ensayo que encandilará a los seguidores del cine y de Polanski.

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Galo Guerrero-Jiménez y sus Lecturas viajeras La lectura adelanta el tiempo de la vida y, paradójicamente, aleja el de la muerte. Leer es buscar otras realidades para comprender mejor esta realidad; así lo decía Fabricio Caivano (1942), un sociólogo y periodista español al ser interrogado sobre lo que significaba para él la lectura.

Carlos Vacacela M.

H

ablar de lectura es tocar un tema que se parece a ese lingote de imán del que habla García Márquez en Cien años de soledad, que detrás de ese lingote se arrastraban por las calles de Macondo todos los utensilios y artefactos de metal, causando una estridencia sorprendente; así, detrás del asunto de la lectura necesariamente asomarán temas como: las motivaciones, las circunstancias, los gustos, los mismos libros, los temas, los amigos, etc., etc. Sacar a la luz un libro es una actitud idéntica a concebir un hijo en una relación de pareja: primero una relación de coqueteo y de enamoramiento, entre el tema a escribir o entre los libros y el escritor; luego, el matrimonio o simplemente el placer, el disfrute o el placer creativo de escribir. En ese proceso nace el “deseo” de concebir, de embarazarse de las ideas; hay un proceso largo de gestación, constancia, incomodidad, impaciencia, hasta de cambio de carácter y, finalmente, una etapa intensa para sacar a la luz y al mismo tiempo de alegría y de esperanzas para presentar a la sociedad lectora a este hijo que es un libro. Una vez que nace la obra, el autor entra en una etapa de identificación, de contemplación al hijo que acaba de nacer. Este hijo, el libro, una vez nacido, se independiza,

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tal como lo hace el hijo que creció y se aleja de la casa de sus padres. Cuando ese hijo ve la luz del día y está a la vista de todos, sus vecinos, sus parientes, sus amigos, sus colegas podemos comentar bien o mal de ese hijo. Y el padre, en este caso el autor, quien me ha pedido presentar ante ustedes ese su hijo, al que lo ha llamado Lecturas viajeras, muy gentilmente me dio el honor de presentarlo y con muchísimo agrado he aceptado la oportunidad de hacerlo ante ustedes que ávidos esperan conocer a este hijo que Galo Guerrero-Jiménez con su capacidad y vitalidad ingeniosa lo trae a este espacio. Lecturas viajeras es un libro que habla por sí solo, que se cuestiona y se responde para que aquel que quiera oír oiga, para aquel que lo quiera leer lo lea; pero, el mismo autor, implícitamente, diría “Ay de aquel que sabiendo leer no lee”, porque la lectura es vital en el crecimiento del ser humano, ella es el motor de la comunicación y por eso recomienda que si los padres “quieren que sus hijos se eduquen adecuadamente deben leerles desde pequeños”; y, de ahí la necesidad de que en cada hogar haya un espacio para los libros, de modo que el niño se familiarice y sienta la necesidad de leer, para que su reacción ante los libros y la lectura sea atractiva como


ante los juegos o frente a la tv cuando se sienta a ver su serie favorita, sin ningún tipo de presiones. Lecturas viajeras se encuentra estructurado en 18 apartados y cada uno encierra temas atractivos que pueden ser leídos en cualquier orden. No hay un mapa de recorrido. El libro es atractivo que puede producir adicción, porque constituye una especie de escenas de una intrigante novela que, cuando termina una lectura se encadena de inmediato al título del otro tema. Pero ¿cuál es el propósito de don Galo Guerrero Jiménez con sus Lecturas viajeras? Simplemente llegar a la libertad y al enamoramiento de los libros. En pocas palabras, nuestro dilecto colega y amigo Galo Guerrero dice: “¡Atención! Leer libros es peligroso para la ignorancia”. Y concomitante a ello Lupercio Leonardo de Argensola (1559-1613), poeta y dramaturgo español, diría que “Los libros han ganado más batallas que las mismas armas”. Estimados presentes, no tenemos la menor idea del poder secreto de la lectura. La lectura, como el amor, es la piedra ideal para afinar el alma, decía el escritor francés, Paul Desalmand (1937); ella es la diosa que ilumina la creatividad, la imaginación y motiva el espíritu crítico. Sus páginas nos hacen reflexionar sobre lo gra-

ve de no leer; y nos dice el escritor Guerrero Jiménez: no leen las personas que no tienen ideales ni optimismo, en otras palabras, aquellas personas que no tienen una mente positiva y tienen enfermo de gravedad el optimismo. Por último, un fuerte llamado de atención a todos porque siempre encontramos pretextos para gozar de la ignorancia; y siempre relucen frases como: no tener tiempo, las ocupaciones, el cansancio, el deporte, los amigos. En el libro LECTURAS VIAJERAS todo, en sí, es una invitación a vivir una experiencia casi religiosa: la lectura. En ese sentido, se habla de la lectura como “una herramienta tan vital como el aire, como el agua y el sol”, porque, conforme lo dirá el filósofo francés, James McCosh (1811-1894) “Un buen libro no es aquel que piensa por ti, sino aquel que te hace pensar”. El doctor Guerrero manifiesta que leer no significa sencillamente saber reconocer las palabras, pronunciarlas bien y hacer las pausas necesarias; leer bien significa alcanzar “un grado profundo de comprensión” y a ello se llega “cuando hay un acto intencionado, un propósito puntual”, cuando nos planteamos ciertos objetivos que pueden ser de tipo académico, cultural, social, económico, etc., por un lado y por otro la comprensión tiene que ver con la estrategia que utiliza cuando lee, “en qué género lee’’, ¿para qué lee?, ¿qué consigue con la lectura?, etc.”. Por eso –nos advierte– si desea lograr

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una amplia cultura, sea intelectual, cultural, científica, lo hará desde una lectura metalingüística y hermenéutico-antropológico-ética; es decir, desde el cuestionamiento, desde el diálogo con el texto y el autor. Desde esta óptica, el autor de Lecturas viajeras coloca las manos al fuego al aseverar que la lectura nos libera, nos saca de la marginación en general. A través de la lectura se amplían los horizontes y se encuentran oportunidades para defendernos y para salir de la ignorancia. “leer nos hace libres, nos permite entender el mundo, las conductas de los demás y la propia, nos acerca a valores y grades ideales”; podemos reír, llorar, caminar con los zapatos de los reyes, de los príncipes, o sufrir los infortunios de los mendigos, de los reos, de los perseguidos y ello, casi con toda seguridad, nos humaniza, y, como tales, nos hace libres. Esta es la grata experiencia de lo que nos dice el gran escritor argentino Adolfo Bioy Casares (1914-1999): “Creo que vale la pena leer porque los libros ocultan países maravillosos que ignoramos, contienen experiencias que no hemos vivido jamás. Uno es indudablemente más rico después de la lectura”. La lectura nos vuelve entes críticos cuando al leer dudamos, cuando reflexionamos, cuando nos cuestionamos introspectivamente y construimos nuevos significados. Según la obra de don Galo Guerrero, todos sabemos que un texto es un objeto que adquiere vida en manos del lector; por lo tanto, un texto no es texto si no es leído. Un texto no tiene sentido sin la interpretación que da el lector. En este sentido, el texto constituye una unidad semántica, cuyo significado está dado por el escritor y el texto. Pero, entablar una relación texto-lector es tarea complicada que demanda constancia; a este acto, el autor lo compara como el amor en pareja que requiere diálogo, comprensión, valor, respeto, y mucha consideración. Es necesario sentir “un amor especial, sublime, afectivo y provocante para amar” al libro. De esta manera, el lector debe estar motivado y decidido a sumergirse en sus páginas en la búsqueda de un significado profundo conducente hacia el logro de una lectura significativa. Bajo esta perspectiva, Lecturas viajeras hace un llamado a todos, al niño, al joven, a aquella ama de casa, al docente, a las instituciones educativas, por ello expresa que las escuelas, los colegios, en lugar de despertar el interés por la lectura están anulando con esos anticuados “métodos de lectura” con los que el profesor pide: resúmenes, responder cuestionarios, realizar tareas o, en el peor de los casos, considerar a la lectura como un mecanismo de castigo. Lecturas viajeras es una sagrada exhortación a ser

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buenos lectores, su invitación es similar a aquella parábola de “El banquete de bodas”, cuando Jesús dice “Aprendan algo del Reino de los Cielos” o cuando Galo Guerrero-Jiménez dice: “Aprendan a leer un libro que algo nos enseña”. O más específicamente cuando el acto lector es comparado con el principio evangélico de Mateo 21:14 que dice “Sepan que muchos son los llamados, pero pocos los elegidos”. Todos somos lectores en potencia, dirá el maestro Guerrero, pero pocos la practicamos. “Son pocos los llamados a cumplir una tarea lectora acertada y de compromiso humano”. Abundan los buenos libros, pero pocos saben qué es encontrarse frente a esa abundancia y que son portadores de buenas nuevas. Ante ello, hay que saber leer. El peor error humano es “saber leer y no leer”, esto por varias razones: falta de tiempo, cansancio, ocupaciones diversas, etc., pero si siempre estamos ocupados y absorbidos por la rutina de la vida jamás será posible que “la lectura se convierta en un apasionante proyecto de vida que sirva para favorecer las condiciones de vida personales”, según lo manifiesta el autor, como la cultura, la ciencia y la inteligencia emocional; por lo tanto, sin lectura no hay cultura. En todo este contexto del que hemos hablado, sería pertinente la pregunta ¿Por qué escribe don Galo Guerrero? Y la respuesta podría ser esta: “Escribir es la manera más profunda de leer la vida”; o como manifiesta José Saramago: “Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor”. Entonces, el doctor Guerrero ha sabido percibir en su entorno esa insatisfacción en que vive el género humano, el entorno socioeducativo donde se inspira y dedica sus reflexiones motivadoras para recomendar que incursionemos en el mundo de la lectura. El texto de Galo Guerrero es una excelsa invitación a salir de la rutina en que la vida nos ha condenado; a vivir nuevas experiencias, a experimentar el goce del placer estético de una obra. Por lo tanto, un llamado para que seamos cada uno de nosotros quienes saquemos nuestras propias conclusiones. Y que, por supuesto, que cada lector valore, disfrute y experimente de las páginas de este sabroso ensayo literario y humanístico: Lecturas viajeras, de edición española y en asocio con la Universidad Central del Ecuador en la Colección de Biblioteca Ecuatoriana de Filología, en donde fue posible que esta publicación de nuestro colega, docente e investigador de la Universidad Técnica Particular de Loja, tenga la oportunidad de haber sido editado y bajo la revisión de pares evaluadores internacionales.


Entrevista de OP a DV:

LA EXISTENCIA DEL SER HUMANO Y SU CONTINUA INTERACCIÓN CON EL ENTORNO PASEO EN MONOCANAL, DIVIDIDO POR EL PENSAMIENTO DE DIEGO PAÚL VILLAVICENCIO ORDÓÑEZ

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e camino al lugar de la entrevista, se me cruza un pensamiento por la cabeza: ¿esta vez, habré entendido bien la dirección? Ante la posibilidad de un diálogo sin tiempo, sin inicio ni final, me interesaría por sobre todo recoger intervalos de su pensamiento, de acción y de curiosidad por su producción, antes que raciocinios de-

masiado complicados. Al acordar la entrevista, él habló de un paseo en monocanal. No tengo ni la más remota ideo de lo que aquello signifique, ni tampoco estoy seguro de captar su onda. Quizá se trate de insertar reliquias del pasado y extraer su propuesta como artista. En fin, la dirección es la correcta. Tras el saludo de rigor, empezamos:

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Warning, these people are going back. Tinta y grafito sobre grabado en foamy

OP: ¿Cuál es tu nombre completo? DV: Diego Paúl Villavicencio Ordóñez. Tengo treinta y siete años, y llevo trabajando en el arte desde el año 2000.

los pueda disfrutar. La producción conlleva todos esos aspectos. En el arte no es difícil que suceda; a pesar de que en mi caso sea particularmente metódico y haya intentado que el proceso sea lo más estricto posible.

OP: En realidad no iba a preguntarte qué edad tienes. Pero ya que lo anticipas, está bien. ¿Por qué usas dos nombres y dos apellidos? DV: Existen muchísimos “Diegos Villavicencios” y era necesario poner énfasis en ese aspecto. Creo que los dos nombres y los dos apellidos funcionan a la perfección.

OP: ¿Y eso es arte? ¿No nos estamos aventurando, mi estimado Diego? DV: Posiblemente. Creo que la intencionalidad de cada artista es plantearse una propuesta diferente todo el tiempo. Tiene que partir de una premisa lógica; bajo eso se establecen lineamientos claves al momento de construir una idea, como el poder embarcarse en un proyecto o hacer la gestión de diversos procesos acumulados que poco a poco van saliendo. Yo considero que esto si es artístico, porque tienes toda esta libertad, la sensación de ser productivo.

OP: ¿Qué significa ser artista aquí en Loja? DV: ¿Así de entrada? (Risas) Bueno. Loja es una ciudad que me ha servido como epicentro de trabajo para construir una trayectoria. Aquí tienes la oportunidad de captar la sensación de que se pueden dar una gran cantidad de manifestaciones artísticas, pero siempre queda la duda de que pueda suceder algo que convierta a la ciudad en un centro artístico. OP: Si a mí me hubieran hecho esa pregunta, habría respondido que ser artista aquí en Loja es lo más trágico que te puede ocurrir. (Risas). DV: Bueno, suceden otro tipo de cuestiones. OP: ¿A qué te refieres? DV: Ambivalencia, desinterés, inestabilidad. OP: Entonces estamos de acuerdo al menos en algo. Pero me imagino que creas por inspiración. DV: Es curioso, porque lastimosamente para mí no existe la inspiración; más bien es parte de una serie de actividades que se dan de manera esporádica. El trabajo diario de los artistas es su inspiración. OP: Y entonces, ¿cómo produces? DV: La producción artística tiene que ver más con el significado de la palabra producción. Producir significa establecer una serie de parámetros válidos, que la gente los pueda concebir, los pueda diagnosticar, y a la vez,

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OP: Parece un proceso totalmente calculado. ¿No tendría que haber un margen de libertad, de emoción? ¿Incluso de improvisación? DV: Considero que es totalmente libre y también emocionante. No todas las cosas que aparentemente no son dinámicas o que tienen una vinculación con lo estricto, no las puedes disfrutar. Todo lo contrario, es una conversación permanente con tu ser interior. OP: Cambiando de coles a nabos, ¿de dónde surge tu pasión por la música? DV: La música es singular, y como expresión artística es totalmente libre. Puedes partir de diferentes momentos, ángulos, intenciones, diferentes planteamientos y ser completamente estimulante cuando compones algo; yo creo que eso fue lo que más me llamó la atención desde un inicio. OP: ¿Cuáles son tus músicos favoritos? DV: Admiro a una gran cantidad de gente, considero que son parte importante de mi vida. Me gustan muchas escenas artísticas a nivel mundial. OP: ¿Te consideras un buen músico? ¿Dominas un instrumento musical?


DV: No, no; un buen músico no es aquel que domina un instrumento musical; es aquel que puede ayudarte a tener una idea; poder entender su proceso creativo y también permitirte apreciar cuáles son las características de aquello que te está mostrando. OP: ¿En qué momento empezaste con el arte? DV: Empecé siendo muy niño. Tenía la inocencia de sacrificar el tiempo de descanso, recreos, el tiempo de juego, en actividades que tenían que ver con el dibujar casas con mucha fantasía, una introspección juiciosa, una singularidad muy propia. Luego de eso, la influencia de la televisión estuvo totalmente adquirida, y todo lo que había pasado en los ochenta fue clave para mí. Particularmente escenas de películas de ciencia-ficción, algunas cosas de drama, de terror; y esto hacía que personajes como Freddie Krueger fueran una referencia. Inclusive, él fue el motivo de la transición de la construcción de casas por retratos o caras de perfil. OP: ¿Cómo influenciaba un personaje como ese en un niño como tú? DV: (Ríe). Ocurría que me proyectaba la idea de ser libre y a veces, mirar algo que previamente se me había prohibido… (Ríe.) OP: ¿Y ahora? DV: La influencia ha cambiado drásticamente. Esos momentos ya nos son importantes. Ya no miro televisión, o casi nada. Lo amarillista y lo sensacionalista, fueron para mí, arma de doble filo. Disfruto más al descargar archivos en redes y poseerlos en mi computadora para revisarlos una y otra vez. OP: ¿Cuál es tu discurso o argumento desde aquel momento? DV: Mi discurso ha estado presente todo el tiempo: la existencia del ser humano y su continua interacción con el entorno. A partir de allí me puede llamar la atención un retrato, la arquitectura, el diseño, una visita a la ciudad, la construcción de objetos, la interrelación de diferentes momentos; esas pautas forman parte de la fascinación sobre todo lo que envuelve el ser humano. OP: ¿Cuáles son tus propuestas más significativas? DV: Pues, durante todo este tiempo han sucedido cosas importantes, como haber participado en un sinnúmero de salones, premios, o no tantos premios como me hubiera gustado. Generar una influencia sobre otros artistas, que estaban pendientes de mi producción. Hice

Nuevos ingresos populares. Óleo sobre lienzo

algunas jugadas, invenciones, técnicas, argumentos, el introducir la fotografía e instalaciones en exposiciones, lo sonoro y visual en videoarte y la base de mi proyecto Infanta difunta. OP: Vaya, eso sí que es una sorpresa. ¿Y tu trabajo actual como administrador de las salas de exposición de la Casa de la Cultura de Loja? DV: Exactamente, estoy trabajando acá desde hace año y medio, y he tenido la posibilidad de vincularme a muchos artistas, conocer el medio, su contingencia y acercarme lo más posible a un lenguaje determinado como trabajo. Eso ha sido fundamental al introducir capacitación y formación de públicos dentro de la museología y museografía.

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El final de los tiempos II. Ilustración digital

OP: ¿Y el tiempo para hacer lo tuyo, es decir tu propuesta como artista? ¿Ha disminuido en relación a tu trabajo? DV: Como forma de trabajo, sí. Como pensamiento e invención constante, prácticamente no, porque la producción ha estado vinculada a muchas áreas como la literatura, artes visuales, música; me produce una gran satisfacciónl la composición musical. Yo creo que a ti como entrevistador te genera una experiencia similar el generar algo nuevo, y aprender de lo que estás viviendo ¿te parece? OP: Bueno, mi enfoque es un poco distinto, yo me apego a lo que quiero aunque no siempre lo consiga. DV: ¿Como esta entrevista? OP: Bueno, sí, podría ser, pero más bien en otro sentido. DV: Claro, tu trabajas en un medio escrito y tienes interacción con muchas personas, y a veces te dicen cosas que te agradan o te desagradan. OP: (Risas) Pienso que nos desviamos del tema. ¿Te parece si regresamos? DV: Claro, no hay ningún problema, con mucho gusto. (Risas).

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S-thor-vos. Dibujo lineal digital sobre fotografía retocada.

OP: Hablábamos de la situación artística local. DV: Como te mencioné, el arte en Loja adolece de políticas culturales, de gestión de proyectos, de desconocimiento de una serie de deberes y derechos como artistas. OP: ¿Esas actividades no le corresponden a las instituciones, el capacitar, el gestar e introducir nuevos parámetros culturales? DV: Si, pero también es responsabilidad de los artistas a través de la vinculación con lo burocrático, por ejemplo. Así tienes la contingencia necesaria, sin el desconocimiento para proyectar una propuesta. OP: ¿Sugieres que hay problemas graves en las artes plásticas a nivel local? DV: Están estos problemas graves, que tienen que ver principalmente con la construcción de proyectos de carácter y alcance mayor. Esa quizá sea la mayor debilidad. OP: ¿Cómo se solucionan? DV: ¿Por qué piensas que tengo las soluciones? OP: Conoces la problemática, estás al tanto. DV: Lo único que te puedo decir, según mi percepción personal, es lo que planteo ahora mismo:


12 recuerdos posteriores a un final esperado (cuatro días después). Fotografía digital

OP: Dispara. DV: Gracias (ríe). Según mi percepción, lo más interesante sería eliminar la cuestión del ego o egocentrismo de artistas e instituciones, gestores culturales… Bajo ese punto de vista, es mucho más fácil adquirir nuevas responsabilidades. Plantearse diferentes alternativas como estar más al tanto y diferenciar lo que es más rentable para una sala de exposiciones, un concierto de música, para los propios músicos, escritores, cineastas, fotógrafos; y saber cuáles son esas alternativas y delimitarlas sin ningún tipo de prejuicio. OP: ¿Cómo consigues eso? DV: Los artistas pueden hacer dos cosas: o crear para ellos, o vincularse con los demás. OP: ¿Loja podría convertirse en una ciudad artística competente? DV: Totalmente. OP: ¿Te gusta vivir en Loja? DV: Me gusta, a pesar del clima, es una ciudad amable, ya que puedes recorrerla y tener una idea real e inmediata de sus tipos de construcción. OP: ¿Ha influido en tu trabajo el vivir en esta ciudad? DV: Definitivamente, siempre ha sido una motivación constante su luz, el transitar de la gente, la arquitectura, la contaminación visual.

OP: ¿Errores? DV: ¿Míos? OP: Tuyos, por favor. DV: Muchísimos, los errores son parte importante de todos los artistas, sin ellos, somos incapaces de darnos cuenta del alcance de nuestras propias limitaciones. OP: ¿Recomiendas ser artista? DV: Si, totalmente. Y además se puede aprender. Si tienes aptitud, tranquilamente puedes aprender todos los conocimientos del arte. OP: ¿Es rentable? DV: Si haces las cosas adecuadamente, sí. OP: ¿Cuáles son tus proyectos a futuro? DV: Colaborar en la creación a mediano y largo plazo de una escena artística local contundente; donde las miradas se vuelvan hacia la ciudad, los artistas y sus manifestaciones. A su vez, gestionar el interés por conocer esto último. OP: Gracias por tu tiempo. DV: Gracias a ti por compartir este momento. Nos vemos luego. OP: Bueno, no creo que regrese por aquí. ¿A esto te referías con aquello de “paseo en monocanal”? (Risas). DV: A esto mismo. (Risas)

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Antología de Juegos tradicionales del Ecuador Galo Guerrero -Jiménez

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entro del ámbito de la cultura popular en cualquier parte del mundo se cultivan infinidad de prácticas literarias que se relacionan entre sí: leyendas, mitos, amorfinos, coplas, cuentos de hadas, rimas, décimas, canciones, el lenguaje callejero e infinidad de juegos tradicionales que, en el caso del Ecuador, son cultivados por niños y niñas desde su más temprana edad hasta los once o doce años, e incluso, y dependiendo de las circunstancias, con personas de cualquier edad que sienten la necesidad de regocijarse a través de estos juegos tradicionales cuya característica a través del movimiento del cuerpo, bailan y cantan dentro de un espacio físico en el que un grupo de escolares o de cualquier otra denominación se reúnen en el aula, en el patio central, en una cancha, o a veces hasta en la vía pública o en cualquier espacio en donde les es posible, a través de un mediador o facilitador, participar, con la más viva emoción, según sean las edades que cursan, en los diversos juegos que se hayan escogido ese día para la práctica ritual que demanda el juego tradicional. En este contexto entran los autores de este libro denominado Juegos tradicionales del Ecuador, Iván Petroff Rojas y Fabiola Palacios Coello, que han tenido el acierto de recoger 100 juegos tradicionales del Ecuador, utilizando el método selectivo de la antología. Pues, su sapiencia y, sobre todo, la pasión y el conocimiento puestos en esta antología, han hecho posible este libro, cuya edición es de 2016 y publicado a través de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Mora, matriz Quito. El libro en sí ha sido cuidadosamente editado, a full color y con materiales de la mejor calidad. Comprende 19 ilustraciones de Mabel Petroff acertadamente distribuidas dentro de las 137 páginas que contiene la obra, con lo cual, se ve claramente que nuestros autores han tomado en cuenta a los lectores poco acuciosos que

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se desaniman para seguir leyendo cuando ven que el texto pasa de las 100 páginas. También la mano de Ana Lucía Montesinos ha contribuido para que la corrección de estilo sea la que marque el buen decir y el buen escribir, de manera que haya un buena lectura, porque así lo acordaron sus autores, que a propósito son entendidos en el arte de la escritura: Iván Petroff porque es especialista en las artes del lenguaje; su vida de docente y de escritor han logrado en él un bien marcado estilo de escritura, de manera que el lector no tenga ninguna dificultad para adentrarse en las páginas de cualesquiera de sus libros de poesía, de relato y de ensayo. Y en el caso de Fabiola Palacios Coello, comprometida con el mundo de la medicina y en la escritura de varios artículos de


corte académico publicados en varias revistas en el ámbito de su especialidad, han posibilitado la coautoría de estas sabrosas tradiciones lúdicas que, al igual que en los juegos tradicionales se necesita de un grupo de personas que colaboren rítmicamente para que el cuerpo y la voz funcionen al unísono. Así ha procedido el grupo que construyó este libro ilustrado: sus dos antólogos, una ilustradora y una correctora de estilo, a más de quienes indirectamente han intervenido para que los 100 juegos tradicionales que con una adecuada distribución constan en la obra para verificar, en el caso de un lector adulto, a cuál de ellos los practicó alguna vez en su niñez y adolescencia; y en el caso de un lector niño o joven, que sepa que bien podría emprender en cualesquiera de estos juegos que se le ocurra seleccionar, dado que, no por ser tradicionales han perdido su vigencia, aunque sí es cierto que por la arremetida incontrolada de la tecnología, viven absortos y, a veces, en calidad de peleles, en un mundo lleno de imágenes y hasta de basura ideológica que en Internet encuentran con relativa facilidad. En este orden, el libro que hoy presentan los escritores Iván y Fabiola, ya está caminando con pie firme, porque, aparte de las ilustraciones que lo motivarán mucho al principiante como al lector ya formado axiológica y hermenéuticamente, contiene un prólogo de 12 páginas elaborado por sus autores, y luego la distribución de los 100 juegos tradicionales para que el lector escoja uno –o los que desee- y sepa cómo ponerlo en práctica, o sencillamente para que lea y se distraiga, quizá al estilo de cómo lo señala la investigadora Sarah Hischman: “La confianza en el poder de la literatura para abrirse a nuevas lecturas y la fe en la capacidad de las personas para inspirarse en su experiencia de vida y entrar en el mundo de la ficción (…)” (2011, p. 30) con todo el derecho para participar con plena libertad en la vida cultural de una comunidad, como en la ecuatoriana en este caso, para disfrutar de las artes lúdicas y de los beneficios que le podrían aportar personalmente a cada lector que quiera formarse desde el ángulo de sus dimensiones estético-antropológico-culturales. Bajo estas circunstancias, bien sea que el lector escoja un juego para llevarlo a la práctica educativa y lúdica, o bien solo para leerlo, cada participante debe saber que los juegos tradicionales, una vez escritos y recogidos, como en esta ocasión, antológicamente, se ubican en calidad de textos literarios de la cultura popular ecuatoriana y que, por lo tanto, “no solo ofrecen temas que quizás resulten familiares y relevantes, también abren formas completamente nuevas de explorar estos temas al estimular una audacia imaginativa” (Hirschman, 2011, p. 42) de alto nivel intelectual y emocional, tal como les ocurre a los niños cuando entran a jugar con todo su entusiasmo y con el bagaje de su cultura personal. En estos casos qué importante que sería investigar “cómo se elaboran el sentido y el valor, cómo

se comparten el conocimiento, las opiniones y los prejuicios, y cómo se esboza una respuesta emocional compartida al mundo y sus artefactos (…) culturales, ideológicos y relativos a la experiencia en la interacción entre los jóvenes” (Sarland, 2003, p. 18 y 22) y, sobre todo, de los niños que son los que más experiencias lúdicas pueden llevar a cabo con plena y absoluta creatividad, imaginación y libertad, no solo para practicar el juego escogido, sino para que esta actividad lúdico-literaria-popular se incruste en el desarrollo de la conciencia, en consonancia con el ritmo corporal y el uso de la lengua que se ejecutan en el momento mismo de la intervención de cualesquiera de las prácticas lúdico-populares, que quedan para siempre activas en la mente del adulto que las recuerda con nostalgia, porque ya la niñez no se volverá a presentar tal como se la vive en esa etapa de plenitud. Por eso es que a mi conciencia hoy afloran al menos una docena de estas tradiciones orales: arroz con leche, las ollitas encantadas, la gallina ciega, matantirun tirulán, las escondidas, la raya, el trompo, tres en raya, el papá y la mamá, carrera de encostalados, la carrera del huevo, el baile y el tomate y el palo encebado, todas ellas incluidas en esta antología de Rojas y Palacios. En conclusión, y en palabras de sus autores, esta antología de Juegos tradicionales del Ecuador surge en calidad de un planteamiento educativo; por eso señalan que “la educación, por lo tanto (…), ha de estar cimentada en las diferentes posibilidades, actividades, técnicas, recursos y estrategias que provienen del juego (…). [Pues] los niños practican los modelos lúdicos, que les entrega la tradición, ejercida por la comunicación que protagonizan los ‘más grandes’ hasta que ellos entienden lo que implica la creatividad y se constituyen en la generación que apuesta a darle un nuevo giro a los juegos aprendidos” (2016, p. 9). Pues, esta metodología del juego, que es connatural en el niño, “debe incorporar a la educación todas estas experiencias de tradición oral que sirven para ejercitar los valores, las reglas, el lenguaje, el arte, la organización social y cultural, los liderazgos, el trabajo autónomo y cooperativo” (Rojas y Palacios, 2016, p. 9). Así lo señalan sus autores, con todo el ímpetu de su amor personal a estas hermosas tradiciones; y, por el principio ético-docente que descansa en ellos cuando, como colofón, sostienen que “el juego ofrece una posibilidad agradable de construir aprendizajes ya que a través de él se revive una condición antropológica distintiva del hombre” (p. 17), y por ello muy válida para crecer axiológica y fenomenológicamente muy sanos dentro de una adecuada robustez corporal y espiritual que deberíamos incorporar para ampliar nuestra contextura humana desde cualquier frente de nuestra metacognición.

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R E S E Ă‘ A S... Carlos Ferrer

IlustraciĂłn: Gabriel Valladares

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VIDA ATESORADA La nueva obra del peruano Gustavo Rodríguez es un camino narrativo, en el que después de la malvada madrugada sale el esplendoroso sol

Carlos Ferrer

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ima del caos, Perú del arrebato nocturno, Lima de la violencia, Perú de los perdedores, Lima del machismo, Perú de la supervivencia. Daniel Ríos, padre cantante aficionado. Trinidad Ríos, hija, madre fallecida. 30 años de silencio y distancia. Una enfermedad. Una cura. Un encuentro. El escritor limeño Gustavo Rodríguez (n. 1968) publica su séptima novela, Madrugada, en el sello editorial Alfaguara, una “tragicomedia feroz” en la jungla urbana limeña, una entretenida novela coral donde la galería de personajes toma la voz narradora sin evaluaciones morales, aunque hay dos personajes con más peso que el resto, Trinidad Ríos y su padre Daniel. La luchadora Trinidad, una superviviente en una sociedad agresiva y deshumanizada, necesita encontrar a su padre y llevar a cabo un trasplante, que le salve de su contaminación por mercurio, quiere dejar de ser desgraciada, dejar atrás el sufrimiento cotidiano, la soledad y el abuso y no respirar más la viciada atmósfera del prejuicio. Rodríguez plantea la incógnita del reencuentro entre hija y padre al inicio para dejar al lector en vilo y poder desarrollar los caracteres de los personajes sin que decaiga la lectura. Una de las características de la novela es el humor, que sostiene la dureza de algunas situaciones y las hace más llevaderas para el lector, porque estamos en una Lima efervescente, injusta y rencorosa, donde la crueldad campa a sus anchas y solo el humor lo neutraliza. Rodríguez alarga el nudo del argumento, porque sobre la donación del órgano sanador se ciernen dudas y así consigue interesar al lector con una historia cruda, que se digiere con las citadas dosis de humor y una estructura acertada. El autor de La furia de Aquiles (Alfaguara, 2001) y La risa de tu madre (Alfaguara, 2003) demuestra un dominio de la adjetivación y de los diálogos ágiles, sigue los patrones del best seller y utiliza la prolepsis cuando la tensión narrativa decrece. Según Jorge Luis Borges, “plena eficacia y plena invisibilidad serían

las dos perfecciones de cualquier estilo” y Rodríguez lo logra. El narrador limeño, que domina el tornasolado mundo de las creaciones novelescas, alambica y depura el material del flujo vivo de la amarga realidad peruana y lo convierte en esta narración, que se lee con gusto, aunque no vaya a dejar huella en el interior del lector. Conrad, en el prólogo a El negro del Narcissus, sostiene que “la tarea que intento llevar a cabo mediante el poder de la palabra escrita es haceros oír, haceros sentir, haceros, sobre todo, ver” y vemos, oímos y sentimos por medio de Daniel y Trinidad fundamentalmente. Hay un contraste entre la familia acomodada Ríos y la vida de Trinidad, quien debe pelear a diario para sacar adelante su humilde negocio y no verse devorada por la jauría crematística de la urbe peruana. Daniel es un hombre de vida amorosa disoluta y desperdigada, aunque esté unido a Zoila, todo lo contrario que Trinidad. Es el envés y el haz de una realidad ficcionalizada.

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Daniel Ríos, el cantante Danny de los Ríos es un personaje entrañable, que busca alcanzar la gloria en un programa de imitadores, pero el futuro le depara una sorpresa. Todo lo que nos rodea se llena de sentido solo cuando proyectamos en ello nuestras ilusiones, pero también nuestras incertidumbres y eso le pasa a Daniel. La próxima vez que usted visite Perú quizá se cruce en la calle con Trinidad Ríos.

Madrugada es “una tragicomedia feroz” de estilo ágil y dotada de humor, que conjuga imaginación, realidad y memoria

-“Lima, esa metrópoli pujante donde las canciones del siglo veinte tienen mejor suerte que las casas de aquel siglo.” -“Junto a aquella mesa barnizada por la grasa, con esa luz convaleciente que Lima tiene en invierno y las bocinas de la calle que no aportaban música, Daniel era un pez en el agua. Peor aún: era un pez con preocupaciones mayores que estar fuera del agua.” -“A su alrededor había vida, sin embargo. Y era intensa. Los mil comercios de Gamarra mostraban sus vitrinas encendidas y sus letreros derramaban luz colorida sobre los últimos compradores que, aún a esa hora, seguían siendo muchos. Si algo valioso tenía Trinidad era una capacidad poderosa para sobrellevar los obstáculos y pronto alejó los presagios para concentrarse en la fila de la estación del metro.”

WHITMAN, EL DICKENS NORTEAMERICANO El bardo norteamericano escribió 24 relatos cortos entre 1841 y 1848, que la editorial Cátedra ha publicado por primera vez en español

Carlos Ferrer

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oeta sutil y matizado aunque en ocasiones hermético, deudor de Ralph Waldo Emerson, profesor, periodista, carpintero, impresor, editor del sema-

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nario The Long Islander, denominado por Neruda como “mi camarada de Manhattan”, Walt Whitman (18191892) ha pasado a la historia de la literatura como el célebre autor del poemario Hojas de hierba (1855). En la década de 1840, Whitman era ya un autor de éxito y sus relatos se reimprimieron cual Edgar Allan Poe en más de doscientas publicaciones periódicas. Los 24 relatos de esos años han sido recopilados y traducidos por primera vez al español en la edición, que ha publicado Cátedra en su colección Letras Universales con el título de Relatos. Comprometido, nostálgico, patriota y a la vez un tanto subversivo e incluso corrosivo ante la época que le tocó vivir, el reformista Whitman vierte sus preocupaciones sociales y políticas en sus escritos como un medio para el cambio social. Whitman conoce de primera mano las injusticias narradas, puesto que su trabajo de periodista le lleva a comprender la vida de la ciudad y el panorama urbano, teñido por la corrupción social, hasta el punto ser el Dickens norteamericano. Él no lanza su dardo contra el sistema político, sino contra los que lo desmantelan y corrompen, critica a los abolicionistas y defiende el derecho de las mujeres y de los inmigrantes, de los marginados y de los extranjeros, de los presos y de los trabajadores. En esta línea crítica se halla la novela Franklin Evans, el Borracho (Cátedra), un alegato de 1842 contra el alcohol que llegó a vender veinte mil ejemplares, todo un rotundo éxito, pero que con el tiempo fue orillada incluso por el propio Whitman por ser una novela oportunista a causa de su sensacionalismo al amparo de los movimientos antialcoholismo en boga por entonces. Los relatos compilados en el libro Relatos son un tanto melodramáticos, se sitúan al lado de los desfavorecidos y denuncian la crueldad de los acomodados y poderosos. Un compasivo Whitman se posiciona claramente contra la injusticia y a favor de los que padecen abusos y autoritarismos, contra la pena de muerte y la horca y busca que el lector también lo haga mediante la empatía con el personaje desfavorecido, el que sufre, el oprimido, es decir, que se reduzcan las distancias entre los lectores y los marginados con la emoción, la claridad estilística y las descripciones plásticas como recursos narrativos.

Tortura infantil En el primero de los relatos, “Muerte en el aula (un hecho real)”, Whitman rechaza de plano el castigo físico del maestro hacia el alumno mediante vara de abedul, una “tortura infantil” inmisericorde aplicada por el maestro como “el azote del microcosmos que regía con despotismo sin igual. Parecía regocijarse al administrar castigos”, así como alerta de que este maestro


“no era una excepción en la profesión docente”. Una historia sobre el rechazo de la violencia física contra los estudiantes, una práctica aceptada a pesar de su irracionalidad fruto del dominio inmoral del iracundo profesor, del opresor autoritario. Este relato se reimprimió en 61 ocasiones, firmado como W. W., por lo que el atractivo del mismo era más su título que su autor. La descripción del abuso es una premisa narrativa e integrante de la retórica persuasiva de Whitman, cuyo objetivo es –y es solo– la lección moral, ese didactismo sensacionalista. Estamos ante parábolas por su significación moral, ante el poder regenerativo de la literatura popular, de las fábulas domésticas.

que la tiniebla se cierne sobre mí? ¡Ah, pobreza, qué mal diablo eres! ¡Cuántos elevados anhelos, cuántas aspiraciones de bondad y de verdad has pisoteado con tu talón de acero!”. -De “El ángel de las lágrimas”: “Así estuvo dormitando, muy serenamente. De la misma manera, los fuegos de un caldero, por la noche, aunque no estén extintos, dormitan serenos, cuando sus renegridos ministros no los avivan. Felizmente, dormía y soñaba algo inocente. ¡Sigue durmiendo, sigue soñando, proscrito! Pronto afrontarás una realidad suficientemente dura como para que desees no haberte despertado nunca y que tales visiones sigan existiendo eternamente”.

Por mencionar algunos de los relatos, “La floración de la tumba” es un canto al amor y a la acogida de los extranjeros y “El último deseo de Reuben” es el reconocimiento de que su pretensión al escribir es enseñar “una moraleja y plantar una semilla instructiva y saludable” en este relato sobre las consecuencias del alcoholismo, mientras que “El ángel de las lágrimas” trata sobre el arrepentimiento y “La tentación de Lingave” sobre la virtud de los principios rectos por muchas dificultades que haya que superar. Para Voltaire, “el secreto de aburrir consiste en decirlo todo” y Whitman, en algunos relatos, se excede en ese decirlo todo. El último relato es “La sombra y la luz en el alma de un joven”, inspirado en las vivencias de Whitman, y se evidencia en él el posicionamiento a favor de la igualdad salarial entre hombres y mujeres con la bondad como bandera. Hay un algún desliz por parte de la editora Carme Manuel, caso de sostener que, en el primer relato, Tim Baker es azotado “con tal violencia que le causa la muerte”, cuando esta se produce antes de los azotes. De igual modo, se omite que el relato incompleto “El loco” se publicó como novela de temática antialcohólica en el Washingtonian. No obstante, estos despistes no empañan una nueva edición, que hará las delicias de los seguidores de Walt Whitman.

Whitman busca con sus relatos reducir la distancia entre el lector y los marginados mediante la emoción y la claridad estilística como recursos

- De “La sombra y la luz en el alma de un joven”: “Puede que estés cansada de estas efusiones de mal humor, pero mi experiencia me dice que me sentiré mejor si las escribo, pues mi estado de ánimo es tal que la música más dulce no va a proporcionarme ningún placer. Recluido aquí y enjaulado entre un grupo de seres que desconocen la gracia y el refinamiento, sin perspectivas de mayores alegrías, ¿no tengo razones para sentir

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Rubén Darío Ortega Jaramillo entre las sendas del derecho y la literatura

Jeannet Coronel

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n la calidez de un hogar lleno de amor y respeto encontramos a Rubén Darío Ortega Jaramillo, insigne personaje de la cultura lojana, próximo a iniciar su novena década de vida con sapiencia y perspicacia en su máxima expresividad. Nos recibió en su departamento, sala elegante, con la armonía natural de exóticas orquídeas blancas, lilas, amarillas y rosas, un perrito de raza papillon. …Mientras Rubén Darío se incorporaba de una siesta, nos preparábamos para entrevistarlo. Mauricio instalaba su cámara y le colocaba un micrófono, listos para empezar el diálogo…

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Entrevista Se sabe que sus dos grandes pasiones son la música y la literatura. Si le hubiera dado a elegir una sola de las dos, ¿por cuál habría optado? Mire, me da a elegir entre literatura y música, realmente son aficiones, yo no soy ni músico ni literato profesional, yo soy abogado; mi principal actividad ha sido la abogacía profesión que la ejercí desde que me gradué hasta que me jubilé, lo de la literatura y la música como usted dice son cosas de la vida, del destino… Hace algunos días entregué a la prensa los originales de un libro mío sobre derecho notarial.


Y sí, lo que más escribo ahora es literatura, estoy haciendo un trabajo que me ha resultado fascinante se llama El Cisne elemental sobre el pueblo de El Cisne, principal atractivo de Loja en materia religiosa que es la Virgen del Cisne.

Carrión Aguirre, Jorge Vivanco Mendieta, que escribía todos los días en los diarios del país, era el periodista más leído; pero, también un excelente escritor, tiene 15 narraciones algunas de las cuales triunfaron en certámenes y fueron editadas especialmente en Buenos Aires.

Veo que la poesía, la narrativa, los cuentos, las anécdotas están presentes en sus obras.

La primera novela ecuatoriana es La emancipada de Miguel Riofrío. Pero en la actualidad siguen los narradores y, uno de los novelistas más fecundos del país es Carlos Carrión Figueroa.

Sí, Sucedió en mi provincia está en proceso de impresión en su séptima edición. He agregado un último capítulo que se llama “Folclore de asfalto”, en el que doy relevancia a personajes que no alcanzaron valor histórico, pero que en definitiva nadie puede negar su trascendencia… Allí está el padre de William Brayanes, “El cubanito”; la familia Berrú de famosos escultores del siglo anterior; Agustín Carrión, inventor del celífono, un piano que en lugar de instrumento de percusión lo hizo de rotación, y que fue expuesto en un certamen mundial de inventores en París 1901.

¿Usted, más se inclina por la narrativa antes que por la poesía?

Bueno yo creo que no soy ni narrador ni poeta dedicado a tiempo completo y en eso ha habido confusiones que no sé si me favorecen. La promotora cultural doña Susana Álvarez, dice que yo soy narrador. Gracias, le acepto y me borra de la lista de los poetas; en cambio otras personas muy bondadosamente creen que soy poeta y yo creo que en ambas materias he incursionado, en ninguna con pretensiones ni de trascender ni de hacer profesión.

¿Cuáles son los autores que más han influenciado en su trabajo literario?

Los ecuatorianos especialmente los lojanos, definitivamente soy ecuatoriano. Creo que Loja tiene los mejores narradores del país por nombrar Ángel Felicísimo Rojas, autor de la novela de El éxodo de Yangana, es el antecedente de Cien años de soledad. Rojas es el novelista que usa el protagonista pueblo, lo hace sin computadora, desfila todo el pueblo de Yangana con personajes definidos, bien descritos y con una singularísima argumentación. Solo en género literario es necesario recordar a Pío Jaramillo Alvarado, doctor en ecuatorianidades; Manuel Benjamín Carrión, Pablo Palacio, Alejandro y Carlos Enrique

¿Conoció usted a Benjamín Carrión?

El doctor. Manuel Benjamín Carrión era tío de la esposa de José María Vivar. Vino varias veces a Loja y se alojaba en la casa de los Vivar. Yo nunca fui su amigo pero me encontró en el trayecto y llegó a visitarme a mi casa. intentaba que yo conociera cosas que ya sabía, entre otras que el barrio El Pedestal donde yo viví fue de los Carrión Mora… Que en ese barrio estuvo ubicada la primera planta generadora de electricidad y esa caída de agua fue la que se usó para mover la Pellton… Que allí se cayó Pablo Palacio y que el agua de la chorrera lo arrastró hasta el Malacatos. He leído todo lo escrito por Benjamín Carrión empezando por El santo del patíbulo y todo lo que escribió en México en donde estuvo de embajador, y él decía que El Cuento de la Patria lo escribió para leerlo en la radio de México y que cuando se dio cuenta había tanto material que salió un libro y solo tenía que ponerle un hilván. Este libro fue presentado en México y la gente se congregó en gran número a exigirle que autografíe los ejemplares. Era un caballero más alto que yo bien puesto, fornido vital, hablaba muy fluida y correctamente. Yo tenía unos 40 años y él 70. Él fue el autor intelectual y material de la Casa de la Cultura. Nos contaba que pidió una audiencia a Velasco Ibarra, presidente de la República y le dijo señor presidente traigo este proyecto para que lo haga usted examinar por su equipo de ministros y si cree que es factible lo pongan en práctica, a lo que Velasco Ibarra le contestó: Mire doctor, yo lo conozco, confío en lo que usted ha hecho, sé que es bueno por eso lo firmo este momento. Este suceso hostórico cultural le significó a Benjamín Carrión el calificativo de “El hombre que le enseñó a leer a la Patria”.

Se dice que en su juventud, en un viaje que hizo de Quito a Loja, se le extravió una maleta con el manuscrito de su primer libro por publicar ¿Se trataba de una novela, de un libro de cuentos o de anécdotas?

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Era un libro de narraciones y no fue a Quito, mi manuscrito se perdió en el periplo de Guayaquil a Loja. Se trataba de una incipiente novela se llamaba El brujo, yo la reproduje con anotaciones que recordé y está publicada. En esta obra están cuatro cuadros: Uno dedicado a Cariamanga, al cerro Ahuaca, otro al personaje del brujo, en una ceremonia curativa que le llamaban la mesada; otro cuadro es la pelea de gallos y un último cuadro se llama el ternero guacho. En la pelea de gallos es el brujo quien le da una píldora al gallo que pierde la pelea y así es la participación de este personaje que ahora se ha perdido, pero antes era muy conocido en la provincia.

¿Cuáles le parece a usted que son las características más notables del posmodernismo literario?

Creo que el posmodernismo vino después de Rubén Darío. Una serie de contradicciones que ocurrieron porque realmente fue un genio inimitable, quienes ni siquiera pudieron seguirlo, después de la Segunda Guerra Mundial, 1945, proclamaron la vigencia de la producción sencilla y humana, sin esplendores formales… Desde luego, el posmodernismo es más tendencia y estilo de todos y cada uno de los poetas que se distinguieron desde la mitad hasta finales del siglo anterior. Extraordinarios en fondo y forma, conservaron puntuación, y en pocas veces hicieron versos libres de rima, pero con un ritmo maravilloso. En novela tiene sus variaciones pero es la técnica y la ciencia última han influido mucho tanto en la poesía como en la narrativa, hay temas que son de última data y hay palabras de última data; en las primeras décadas del siglo anterior no hay nada de cibernética, la aviación, el automovilismo estaban empezando. La novela científica o con base científica actual no podía existir en ese tiempo. Mi criterio sobre los novelistas actuales es que son geniales a la vez que imaginativos son investigadores. La poesía más bien ha bajado de grado, no escriben piezas recitables, escriben para satisfacer al lector. Si usted me pregunta por un solo poeta trascendente en la actualidad no hay ninguno de la talla de los nuestros: Medardo Ángel Silva y de toda la llamada generación decapitada. En Cuenca Remigio Romero Cordero y Remigio Crespo Toral que prácticamente están olvidados. Aquí en Loja en materia de poesía hay poetas muy bien dotados el caso de Manuel José Aguirre Sánchez que lo he visto en estos días especialmente en Facebook, lo he visto que impresiona; el caso de Alejandro Carrión, era un magnífico poeta. Hay poetas olvidados, Benjamín Ruiz y Gómez, casi no se ha publicado nada de él y la Casa de la Cultura tiene permanentemente

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poetas noveles que entregan su obra y son tantos que ya no pueden publicarlos.

Hablando del posmodernismo literario, ¿nos puede dar una conceptualización de la figura de Pablo Palacio?

Pablo Palacio fue un gigante de la narrativa no solo ecuatoriana, trascendió las fronteras. Es un genio de la literatura, él tenía mal concepto de Loja, se afincó en Quito y murió en Guayaquil. En Quito fue catedrático, secretario del Congreso y allí desarrolló su obra y la coincidencia que nadie se explica es que Kafka en Europa escribía y concluía su obra y con los mismos recursos, no se puede decir con las mismas palabras porque escribían en diferentes idiomas pero lo mismo que hacía Kafka en Europa, hacía en materia literaria Pablo Palacio acá, es decir es un innovador, el género que desarrolló es muy impactante, desgraciadamente no es muy atractivo, no es un género para disfrutarlo sino para encontrar temor, espanto, la conmiseración que abisma, no son agradables pero él es un maestro. Su vida fue bastante angustiosa, se enfermó llegó a los 40 años y terminó. De Pablo Palacio hace un certamen cada vez con más éxito la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El señor académico de la lengua, Fausto Aguirre Tirado patrocinó la reedición de las obras completas, leer a Pablo Palacio es un deleite muy especial, pues el lector tiene la impresión de todas las escenas muy conmovedoras que él escribió.

En relación a la producción de última data, ¿cuál es su apreciación?

Que continúa esta ciudad y provincia creando, cultivando y practicando todas las bellas artes con un vigor incontenible y una calidad óptima. En la música después de Salvador Bustamante, Segundo Cueva Celi, Miguel Jaramillo, Manuel de Jesús Lozano, Marcos Ochoa, vinieron creadores que no son músicos profesionales, es el caso de Tulio Bustos y Hernán Sotomayor, cuyas composiciones han cruzado las fronteras patrias. El caso de Edgar Palacios es verdaderamente excepcional, porque no solamente es creador y ejecutante magnífico, su labor como suscitador del arte no tiene ni comparación ni antecedentes iguales. La conducción del Conservatorio Salvador Bustamante y su implementación, empezando por la construcción del edificio, es parte de su obra. El prestigio académico de esa institución es nacionalmente conocido y respetado, la influencia de maestros que


llegaron no solamente de Europa sino también de otros continentes ha significado que los jóvenes valores, músicos, ejecutantes y creadores, sean aceptados en todas las orquestas del país, por su excelente calidad profesional. Y su obra de última data, SINAMUNE apreciada en todas partes por la calidad artística de sus interpretaciones, es la culminación de sus conocimientos y sus aptitudes. Se deben considerar la paciencia, constancia y condiciones didácticas que son necesarias para formar cada alumno, porque no todos sufren de la misma limitación. Tampoco es posible que enumere a todos los conjuntos y artistas que destacan no solo en Loja, sino en todo el país, en la actualidad. Ni puedo agotar el tema de las artes plásticas donde la presencia de nuestros pintores y escultores es un espectáculo permanente y universal. Tengo concluido un ensayo que se llama Mis personajes inolvidables, donde se encuentran todos los que he conocido, algunos ya no están, pero siguen en pie, produciendo lo que saben hacer para satisfacción de todos, especialmente de Lo¡a, algunos de estos personajes cuyos nombres es necesario consignar, con la gratitud y admiración colectiva de nuestra gente: José Carlos Arias Álvarez, fecundo escritor español, que tiene a su cargo la responsabilidad de rescatar, clasificar y organizar el archivo histórico de Loja. Fausto Aguirre Tirado, cuencano, Académico de la Lengua, que pudo recoger, rescatar y editar nuestra literatura, en buena parte olvidada y hasta perdida, y entregarla clasificada en condiciones de llegar a todas partes, con cerca de un centenar de títulos. Los dos caballeros de las letras han trabajado en una ciudad que no es la de su nacimiento, haciendo todo lo que no hemos podido hacer nosotros, con singular dedicación y afecto a los lojanos. Los poetas que han dado renombre al terruño y se encuentran entre nosotros : Carlos Eduardo Jaramillo, Alfredo y Mario Jaramillo Andrade, Teresa Mora, Graciela Rodríguez , Beatriz Vera, Aura Aguirre, Paulina Jaramillo, Armando Costa, Efrén Sarango, cuya amistad me honra y una docena de jóvenes cuyos nombres empiezan a conocerse como verdaderas promesas, merecen especial reconocimiento. La oratoria en que Loja ha podido lucir la claridad, acento y corrección del idioma que habla, ha tenido en la actualidad el resurgimiento que le han conquistado de valores como Diego Naranjo Hidalgo, director del Núcleo de Loja de la Casa de la Cultura que ha obtenido premios en varios certámenes internacionales.

Félix Paladines ha tomado a su cargo la responsabilidad de descubrir las raíces étnicas del lojano, que han permanecido ocultas por siglos. El descubrimiento de los primeros sefarditas que llegaron a la provincia se debe a sus investigaciones. Sus libros son una permanente lección de lojanidad, donde se reconocen características únicas de lo que significa exhibir esa calidad, que no es solamente un gentilicio sino algo que va más allá de la procedencia natal. La ausencia en los diarios locales del caricaturista y escritor William Brayanes ha sido notable, en los últimos meses, su calidad y su condición de único lo han vuelto irremplazable. El caso de Carlos Carrión Figueroa es verdaderamente excepcional, hasta donde conozco, es el novelista más fecundo de nuestro país, maestro de juventudes con estudios en Europa y premios internacionales, en plena capacidad de producción, cada vez que lanza a circulación un nuevo título a la par que es una demostración de su maestría en el género que cultiva, es una verdadera satisfacción leerlo. Después de este repaso cultural, Rubén Ortega reflexiona y dice una frase estereotipada de cuya extensión se acusa: “No están todos los que son, pero si son todos los que están”.

¿Algún consejo para las nuevas generaciones de escritores lojanos?

Que sigan su vocación, la literatura, el arte no tiene frenos es en definitiva una producción de lo que cada uno puede dar. El arte tiene sus cánones que son permanentes, es como lo que en derecho se llama iusnaturalismo, hay acciones como el homicidio, trata de personas, la explotación que son permanentemente repudiados y penados, entonces hay cosas que en la literatura no pueden alcanzar sanción estética porque son repugnantes, usar idioma repulsivo, procaz, grosero, eso, por más realismo que tenga, no es agradable, eso no es arte.

Al terminar este diálogo excelso en sabiduría, experiencia, conocimientos, Rubén Darío Ortega Jaramillo en este largo recorrido por las sendas legales y literarias, se puso de pie y nos brindó una copa de vino con gentileza, sencillez e intelectualidad propias de un digno Miembro Correspondiente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja.

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Condecoraciones: • Mejor egresado 1957, Universidad Nacional de Loia.

Datos biográficos de Rubén Ortega Jaramillo

• Profesional del año 1979, otorgado por el Concejo de Loja. • Mérito literario presea Manuel Benjamín Carrión, otorgada por el Concejo de Loja. Año 2002. • Condecoración Miguel Cortéz del Castillo, al mérito literario Trujillo-Perú 2003.

Nacimiento: Loja 15 de septiembre de 1929 Padres: Emiliano Ortega Espinosa y Julia Jaramillo Carrión Hermanos: Eugenio Noel, Beatriz Amada, Guillermo Tell, Ofelia Talía, Mercedes del Rosario, Lilia Piedad, Teresita de Jesús, Benjamín Franklin y Marianita Ortega Jaramillo. Esposa: Dra. Alba Cabrera Bayancela de Ortega Hijas: Dra. Lucía Violeta Ortega Cabrera y Arq. Judith Ortega Cabrera de Valdivieso. Estudios: Primarios Escuela de los HH.CC. 1937 a 1943, Secundarios: Colegio Bernardo Valdivieso 1944 - 1950. Universitarios: Universidad Nacional de Loja 1951-1957. . Títulos obtenidos: Bachiller: 1950, Licenciado en Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales: 1955; Doctor en Jurisprudencia: 1957; Abogado de los Tribunales de la República: 1957. Cargos desempeñados: Se desempeñó como Juez Cantonal de Macará y Loja, catedrático de la Universidad Nacional de Loja, en las asignaturas de Introducción al Derecho, Deontología Jurídica y Gramática Superior. Fue Alcalde del Cantón Loja, 1970-1974. Asesor Jurídico de la Jefatura Provincial del IERAC 1975-1978. Ministro de la Corte Superior de Loja y su presidente, 1978-1979. Ministro de la Corte Suprema de Justicia, 1979-1985. Asesor de la Procuraduría General del Estado: 1985-1988 Director Nacional de Asesoría Jurídica en el Ministerio de Salud, 1989. Cronista de la Ciudad designado por el Concejo de Loja desde el año 2003, cargo que desempeñó veinte años. Registrador de la Propiedad del Cantón Loja hasta 2011. Ha dictado más de cien conferencias en todo el país sobre temas jurídicos y sobre arte: cinco de las cuales han sido publicadas y comentadas.

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• Condecoración José María Arguedas, al mérito literario, año 2003 Lima- Perú concedida por el Consejo Internacional Todas las Sangres. • Presea al Mérito Institucional, otorgada por UNP de Loja, año 2016. Presea Pablo Palacios, por la Casa de la Cultura, Núcleo de Loja, año 2017. Además es asiduo aficionado de la música y el deporte: nada, juega ajedrez, tenis, fútbol. Los temas de su creación como Remembers, Albricias, Río Zamora se cantan aún fuera de las fronteras patrias. Obras Publicadas: • Introducción al estudio del Derecho, 7 ediciones. • Comentarios a la Ley Orgánica de la Función Judicial (2 ediciones), UTPL 1981. • Manual de Reforma Agraria • Conferencias sobre Procedimiento Penal, Editorial Inararoc, Machala, 1986 • Sucedió en mi Provincia, (4 ediciones) • Comentarios a la Ley Notarial, (2 ediciones). • Manual para Registradores de la Propiedad, (2 ediciones). • Humor y nostalgia, (4 ediciones). • Músico, poeta y narrador (autobiografía) • Comentarios a la Ley de Datos año 2010 • Los andariegos • Mis personajes inolvidables • El cisne elemental.


MENÚ DEL DIA: EL BUENO, EL MALO Y EL FEO. SPAGUETTI WESTERN Y PLOMO

Wilson Castillo

¿C

ansado de revisar películas que se disipan apenas terminan, que no dejan oportunidad para la contemplación, espacio para el silencio, diálogos que no llevan a ninguna parte, historias políticamente correctas a conveniencia de los tiempos que soplan? Le propongo entonces un cambio de menú, algo salvaje, desértico, lleno de acción y buen cine de la mano del director Sergio Leone. El bueno, el malo y el feo, la película mejor dirigida de la historia –según Quentin Tarantino–, acabó de cumplir hace poco, medio siglo de gloria y culto. Este artículo pretende, ante todo, revivir con un aire fresco la gloria intacta que mantiene uno de los títulos imprescindibles de la historia del cine, visto desde esta periferia en los albores del nuevo siglo, en donde las perspectivas de

todo lo que definía la figura masculina en el siglo pasado ha dado paso a una sombra triste gracias a las corrientes de equidad de género que azotan la opinión pública en la actualidad. Sin embargo, empecemos con el menú propuesto: Un plato fuerte de spaghetti western. Una de las confusiones generales de las personas al escuchar la palabra western, consiste en asociar estereotipos de buenos (blancos) contra malos (indios) y en un mismo saco mezclar el western americano, el italiano y por ejemplo, el mexicano o la serie b y z. Un momento, acabo de escribir que el western no es solo americano, sí señor, eso escribí. Incluso puedo afirmar que en Ecuador se ha producido cine western (P.ej. Sicarios Manabitas).

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El western que conocemos, en especial inmortalizado por John Wayne, aquel vaquero que destripaba indios y se mofaba de ellos, nada tiene que ver con los antihéroes de esta película. El término añadido de spaghetti al western al parecer fue una manera de los productores americanos de burlarse de los realizadores que provenían de Italia. En realidad nadie esperaba la repercusión que tendría el subgénero en la historia del cine, que provenía de fanáticos realizadores italianos amantes de las armas que filmaban en España (en especial en el desierto de Almería). La historia parte desde la concepción de los tres personajes. Todos con una humanidad cruda, descarnada, con la que el espectador se identificaba de inmediato. Cero estereotipos, se trataba de describir personas reales que representaban una manera de entender el mundo. El bueno (o rubio) denominado así porque se acercaba un poco a la línea de lo íntegro y elevado, sin moralismos claro. Llamado el Sin Nombre, el mítico hombre con poncho que sería representado por el gran Clint Eatswood. El malo, interpretado por el actor inconmensurable Lee van Cleef. El director dejará sentado desde un inicio las cualidades del hombre, desprovisto de piedad desde la primera escena. Un malo acorde a los tiempos cinematográficos que vivió, tan diestro y carismático como el protagonista, llevando ropa oscura, caminando junto a la muerte en cada paso, tan real y astuto que promete el asesinato con la mirada. Finalmente el feo. Interpretado por el inmortal Eli Wallach. Su apelativo no se refiere tanto a su fisonomía, sino a su configuración moral y espiritual. Conmovido por el egoísmo, el dinero y una jocosa forma de proceder, desprovista de cualquier rasgo moral, espiritual o religioso. Los tres personajes, equilibrados por la mano de uno de los mejores directores de la historia del cine, se complementan con tal precisión que su existencia es imprescindible para comprender la magnitud que alcanzó el subgénero dentro del western. Sobre la trascendencia de la obra se ha escrito muchísimo y existen innumerables anécdotas como el uso del icónico poncho que Clint Eatswood utilizó en la trilogía del director italiano o el hecho de que el grupo de rock Metallica utilice la música de estas películas para abrir sus conciertos (The Ecstasy Of Gold, por ejemplo) o la idea de que los tres actores principales hablen inglés mientras el resto del equipo de rodaje se comunicaba en español o italiano, nos refieren a un mito que crece año tras año a pesar que las estadísticas mencionen que el mainstream se incline por otros géneros, en realidad existen millones de personas que aún alimentan el mito que proviene de este título icónico.

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Todo esto fomentado por una música exquisita, llena de innovaciones (silbidos, golpes de maderos, gritos, etc.) firmada por el inmortal Ennio Morricone, uno de los mejores compositores de música para cine de la historia. El tema principal es un coctel molotov para inflamar la testosterona, el orgullo, siempre que se escucha el tema da valor, me refiero a que le influye a uno de algo esencial para continuar, lleno de algo popular que sólo los grandes compositores clásicos pueden lograr. Todo esto configura para el nuevo siglo una tentativa esperanza al género, pues aún realizadores de la talla de los hermanos Coen se interesan en él (La balada de Buster Scruggs 2018). La juventud actual deberá conocer de alguna manera las glorias del pasado, ya han empezado por desempolvar el rock clásico (en el caso de Queen) y estoy muy entusiasmado al pensar que llegará el día en que sus ojos puedan (ad)mirar uno de los mejores finales de la historia del cine. ¡Buen provecho cinéfilos!


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V Simposio Nacional de literatura Pablo Palacio 2018

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ste evento se forjó hace cinco años, cuando el intelectual Félix Paladines presidió la Casa de la Cultura de Loja. A partir de la tercera edición lleva el nombre de Pablo Palacio, considerado como uno de los autores más representativos de Loja cuyas obras han sido motivo de estudios a nivel internacional.

El V Simposio Nacional de Literatura se desarrolló el 25 y 26 de octubre de 2018, en el Teatro de Artes Segundo Cueva Celi y fue un espacio de debate sobre temas literarios actuales, cuyos principales protagonistas fueron: escritores, docentes, estudiantes, investigadores y ciudadanía en general. Sus coordinadores Martha Susana Álvarez, José Rodrigo Sánchez, y el directorio de la Sección de Literatura de la institución, optimizaron el evento con algunas modalidades: mesas redondas, ponencias libres y conversatorios, que abordaron temáticas relacionadas con poesía, narrativa y dramaturgia.

tamente eso, aquellas creaciones e investigaciones que fortalecen la vida cultural de nuestra patria... El V Simposio Nacional de Literatura Pablo Palacio 2018, dejó memorias positivas a través de dos libros, uno que contiene las ponencias literarias del Simposio y el otro, Apostillas sobre la obra de Pablo Palacio de Fausto Aguirre, que es un compendio de ponencias y artículos de varios autores que dilucidan la obra palaciana. Además, este evento incluyó a noveles literatos y con ello Loja se proyecta como una ciudad en la que cada año los escritores nacionales y cada dos años los escritores internacionales, vienen a debatir sus más grandes y actuales investigaciones en materia literaria. En octubre de 2019 se cumplirá el Sexto Simposio Nacional y Segundo Internacional de literatura Pablo Palacio.

El simposio contó con aportes de distinguidos literatos nacionales entre ellos: Mariana Cesén Arteaga, Mariagusta Correa, Fausto Aguirre, Eliécer Cárdenas, Carlos Carrión Figueroa, Francisco Proaño Arandi, Juan Carlos Astudillo, Juan Fernando Auquilla, Tania Salinas Ramos, Raúl Serrano, Carlos Vacacela, Rut Cobo, Susana Moreno, Carolina Encalada, Aquiles Jimbo, Darío Jiménez, Pablo Simancas, Galo Guerrero, Diego Carrasco, Iván Petroff Rojas y como invitado especial Antonio Ordóñez. Los moderadores fueron: Paulina Jaramillo, Santiago Armijos, Susana Álvarez y Rubén Torres Paz. En la apertura del evento, Diego Naranjo Hidalgo, director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja señaló: ...Sin literatura buena, sin el arte grande y sin escritores extraordinarios, no se puede aportar para hacer grande a la naturaleza humana, porque simplemente la humanidad estaría vacía y sin sentido; es necesario darle entonces a nuestra vida social eso que le falta: las letras y sus escritores, para que se queden en la memoria colectiva, porque no han venido a repetir lo hecho sino a crear, que es la mayor realización de la existencia verdadera. Señala Martí “que no se viene a la vida únicamente a disfrutar productos ajenos, sino que se trae la obligación de crear los productos propios” y esta convocatoria recoge jus-

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De izquierda a derecha: Eliécer Cárdenas, Francisco Proaño Arandi, Galo Guerrero, Diego Naranjo, José Rodrigo Sánchez y Carlos Carrión


Festival Internacional de Música

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a Octava Edición del Festival Internacional de Música, FIM Loja, se llevó a cabo del 15 al 27 de octubre de 2018. Una de las instituciones que dio su apoyo al proyecto fue la Casa de la Cultura de Loja. Durante dos semanas los instrumentistas profesionales ofrecieron clases magistrales, conferencias, conversatorios, conciertos didácticos de música nacional, de extensión y de gala.

Acto inaugural del FIM, en el Teatro Municipal Bolívar

Karla Ortega, directora artística del FIM y coordinadora de la Sección de Artes Musicales de la CCE-Loja, señaló que el objetivo del encuentro es revalorizar a Loja y al Ecuador en su identidad musical y ofertarlos como un atractivo turístico cultural.

desarrollo de propuestas innovadoras de la ciudadanía en materia cultural, en este caso el proyecto consolidó su esquema de difundir y promover la música académica en la comunidad, en la formación de públicos por medio de los conciertos didácticos y en la capacitación de músicos instrumentistas locales.

En esta edición, participaron músicos canadienses, estadounidenses, armenios, mexicanos, argentinos, ecuatorianos. Además, Quito, Cuenca, Vilcabamba y Estados Unidos, fueron sedes de esta propuesta mediante la modalidad de conciertos de extensión ofrecidos por solistas.

Fueron parte del FIM 2018, instituciones como el Municipio de Loja, la Universidad Técnica Particular de Loja, la Western University de Ontario-Canadá, Adams Musical Instruments, Chavy Records–Estudio; el Colegio de Artes Salvador Bustamante Celi, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo de Guayaquil, ROGO, Hacienda La Florida y Ktaxi.

Cabe señalar que, el FIM 2018 fue un proyecto beneficiario de la línea de festivales del Fondo de Fomento de las Artes, la Cultura y la Innovación (2017-2018), política pública que incentiva el Autoridades de las instituciones organizadoras y auspiciantes

Diego Naranjo, director de la CCE-Loja

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Veredicto del VI Concurso Nacional de Literatura Miguel Riofrío, Género Novela, 2018

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a Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Loja (CCE-L), desarrolló el Concurso Nacional de Literatura Miguel Riofrío 2018, Género novela. Diego Naranjo Hidalgo, director de la institución, señaló que este concurso viene creciendo año tras año. En esta oportunidad la convocatoria fue realizada entre febrero y septiembre de 2018, acogiendo 35 propuestas novelísticas. El jurado calificador lo integró Luis Salvador Jaramillo, Carlos Carrión y Eliécer Cárdenas, por su experiencia, calidad profesional y literaria evaluaron meticulosamente las obras y resolvieron otorgar el premio Miguel Riofrío a la novela El olor de las flores quemadas, enviada con el seudónimo Agustín K., correspondiente a Wladimir Alfredo Chávez Vaca, de la ciudad de Quito. En la argumentación del veredicto consta: “Novela estructurada en un tiempo de relato de tres días, en los que se recoge por medio de regresiones el sangriento conflicto de los Balcanes y un frustrado amor por una joven bosnia refugiada. Alternando entre recuerdos,

Altaira Rojas, Diego Naranjo, Gabriela Granda y Paulina Sánchez

correos y reportajes, la obra mantiene el interés mediante una prosa sobria, precisa y bien cuidada, exenta de afectación retórica”. La mención de honor fue concedida a la obra Un viaje para siempre firmada con el seudónimo Lewis del autor Ernesto Iván Torres Terán oriundo de Guayaquil. El jurado señaló que es una “Novela ambientada en la Isla San Cristóbal y que gira alrededor de la legendaria familia Cobos y su siniestra actuación en el archipiélago de Galápagos. La novela se distingue por la intriga de tipo policial y su lenguaje ágil y certero, que mantiene el interés de principio a fin”. Diego Naranjo, felicitó a los ganadores e hizo un llamado a los escritores a continuar participando de las convocatorias que lleva a cabo la CCE-L.

Arte en Loja, Edición Noviembre 2018 Sujetos tóxicos

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n proceso diferente al Salón de Noviembre que llegó a su 21 edición en el 2017, se innovó el 2018 con Arte en Loja. Edición 2018, cuya convocatoria fue lanzada por la Sección de Artes Plásticas de la CCE-Loja, a los artistas plásticos y visuales de Loja, artistas extranjeros con residencia en la provincia de Loja los dos últimos años anteriores al evento, familiares de artistas lojanos fallecidos que tuvieron una brillante trayectoria y a los miembros de la Sección de Artes Plásticas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja, mediante la modalidad de presentación de portafolios artísticos.

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Altaira Rojas, vocal principal del directorio de la CCE-Loja, señaló en el llamado a la convocatoria que Arte en Loja, Edición Noviembre 2018, busca salir de esquemas cotidianos para consolidar una cultura artística que se difunda a nivel del país. Boris Salinas, coordinador de la Sección de Artes Plásticas, enfatizó que esta decisión de hacer un paréntesis al Salón de Noviembre (pintura, escultura, nuevos lenguajes plásticos) fue adoptada por los miembros de la Sección y acogida bajo la modalidad de Arte en Loja, edición


Hernán Pacurucu y Juan Pablo Armijos

Recorrido de talleres

2018, con el propósito de publicar un libro con los portafolios artísticos seleccionados, pues, los artistas lojanos necesitan trascender a través de medios informativos de esta magnitud. El curador de este evento fue Hernán Pacurucu, crítico de arte, curador de salones nacionales e internacionales, con un importante respaldo académico quien señaló que: “El artista más allá de tener toda su trayectoria y obras, debe en esta modalidad agrupar las creaciones por época, momento, discurso, preferencias, estética, para justificar los lenguajes visuales respaldados por un núcleo teórico que lo sostenga”. Un número de 33 portafolios artísticos fueron evaluados por Pacurucu; de esta revisión quedaron preseleccionados los trabajos de Frankz Ramón, Gabriela Punin, Leonardo Jiménez, Freddy Guaillas, Emilio Seraquive, Wilson Guamán, Mauricio Cruz, Juan Pablo Armijos y Néstor Ayala. El curador de Arte en Loja, recorrió los talleres de los artistas antes mencionados para luego elegir las obras que fueron expuestas el 1º de noviembre en la Sala Kingman y, el 14 de febrero de 2019 en el Museo Nahím Isaías de Guayaquil.

Diego Villavicencio, Hernán Pacurucu, Diego Naranjo y Gabriela Granda

Mauricio Cruz, Juan Pablo Armijos, Freddy Guaillas, Leonardo Jiménez y Wilson Guamán

El libro editado de este proceso se intitula Sujetos Tóxicos de autoría de Hernán Pacurucu, quien desde su visión curatorial señala: “… El sujeto tóxico es un personaje que tiene posición, postura, integridad, por lo que es necesariamente crítico frente a temas de injusticias e inequidades, entonces todo el trabajo seleccionado posee esa suerte de valoración de este grupo de artistas que bajo estas circunstancias les toca ser sujetos tóxicos, es decir, seres críticos ante un mundo lleno de sinrazones… De esta manera Gabriela Punin, Emilio Seraquive, Freddy Guaillas, Leonardo Jiménez, Wilson Guamán, Mauricio Cruz, Juan Pablo Armijos y Néstor Ayala, están aquí con sus proyectos para hacernos comprender que ser tóxico, no es más que una forma de enfrentar al mundo sin la benevolencia conformista que sigue la corriente al sistema, y que el arte es un dispositivo crítico capaz de configurar otro mundo posible…”. En el acto inaugural la CCE-Loja entregó preseas y acuerdos a los artistas seleccionados. El libro fue presentado ante la sociedad lojana el 8 de diciembre de 2018.

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XI Encuentro Nacional de Oratoria

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a dimensión social de la palabra’ fue el tema escogido para el XI Encuentro Nacional de Oratoria, que se realizó en nuestra ciudad del 8 al 10 de noviembre, bajo la organización del Foro de Oradores del Ecuador (FOE) y el apoyo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja. Este encuentro contó con la participación de oradores de Quito, Cuenca, Guayaquil, Riobamba y Loja. Renato Agila Torres, miembro del FOE, indicó que este evento está proyectado para levantar las voces en la gran tarea de la revolución de la palabra. En el auditorio Pablo Palacio de la Casa de la Cultura de Loja, se inauguró el evento y se desarrolló la mesa redonda ‘La Filosofía de la Palabra’. Mientras que, en el Salón de la provincia se presentaron discursos de niños y jóvenes que asistieron a los talleres del FOE. Además, se desarrolló la sesión solemne en la que se entregaron reconocimientos y se informó de la incorporación de nuevos miembros a la organización.

El FOE cumplió diez años de creación y ha dado la oportunidad a Loja de que sea reconocida en eventos a nivel internacional con ganadores latinoamericanos de oratoria que pertenecen a la entidad, entre ellos: Diego Naranjo Hidalgo, Marcelo Aguilera Delgado, César Palacios, Pablo Quiñonez y Pablo Vivanco Ordóñez.

Marcelo Aguilera (izquierda) y Enrique Luzuriaga (derecha)

CCE-Loja y la Jornada Cultural Viva la Casa. Vive las Artes

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a Casa de la Cultura de Loja se vistió de arte con la Jornada Viva la Casa. Vive las Artes, del 12 al 25 de noviembre, paralelo al Festival Internacional Artes Vivas.

Siete colectivos culturales participaron con sus propuestas, entre ellos: •

Zañe Colectivo, intervino en los espacios públicos del barrio Miraflores de nuestra ciudad, con las siguientes actividades: taller de tipografía en arcilla, vereda mágica, artes al aire libre, la esquina del color. Además, aperturó la Casa museo espacio de arte de reciclaje e imaginación para niños y jóvenes.

Croma Academia de Arte, trabajó el Mural Artes Vivas, con jóvenes talentosos que plasmaron su creatividad y fue expuesto el 24 de novbre., en la Plaza Central de Loja, y posteriormente ubicarlo en el barrio Tierras Coloradas. Croma Academia de Arte

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Teatro Nacional Antifaz, ejecutó el proyecto Ciudad Desnuda Expo Body Art. Las imágenes nos muestran el ingenio artístico de sus integrantes y equipo de producción.

Diego Naranjo, director de la Casa de la Cultura de Loja, dijo que el Festival Internacional de las Artes no puede excluir la participación de artistas locales, más bien debe dinamizar estas iniciativas para fortalecer este proceso.

Por otra parte en el Teatro de Artes Segundo Cueva Celi, se evidenció el talento actoral, dancístico, musical en géneros folclórico y jazz de los siguientes grupos: •

Lojarte, presentó danza folclórica y la obra teatral lojanidades.

Inti-Ñan, brindó el concierto “Un canto a Max Berrú. Antología de la Música folclórica latinoamericana”, a este evento se unieron los grupos folclóricos Yacuri y Saray.

LojaJazzfest 2018, ofreció el conciereto de jazz con excelentes artistas nacionales como el baterista Fidel Minda, saxofonista Giovanny Bermúdez, contrabajista y bajista Francisco Lara y Ramiro Olaciregui guitarrista. También se presentó la banda Pocket Band de la Universidad San Francisco de Quito.

Ballet folclórico Internacional Ciudad de Loja, dio un gran espectáculo de danza nacional e internacional, cumpliendo las premisas de la Casa de la Cultura que es promover y difundir la cultura local, nacional y universal.

Vereda Mágica

Expo Body Art

Grupo Inti-Ñan

LojaJazzfest 2018

Grupo de Danza Lojarte

Zañe Colectivo y niños participantes.

Ballet folclórico internacional Ciudad de Loja

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XVI Binacional de Artes Plásticas y Visuales

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l viernes 16 de noviembre se inauguró la XVI Binacional de Artes Plásticas y Visuales Ecuador–Perú, en el Museo de la Cultura Lojana, como parte del Festival Internacional de las Artes Vivas. Paulina Salinas Erreyes, miembro de la CCE-Loja y presidenta de la Asociación de Artistas Plásticos y Visuales de Loja (AAPVL) dijo que este proyecto viene acompañado de ponencias y talleres de artes que fueron dictados por artistas de trayectoria internacional que se desarrollaron del 14 al 16 de noviembre en el Auditorio Pablo Palacio de la CCE Loja, entidad que viene apoyando año tras año esta iniciativa de la Asociación, cuyo propósito se direcciona a promover las artes plásticas en Loja. Alrededor de 140 obras de diferentes técnicas se exhibieron desde su inauguración hasta finales de enero de 2019. Entre los colectivos participantes estuvieron:

Representantes de tas delegaciones de los colectivos de arte

• Asociación de Aristas Visuales Neo Lambayeque. • Asociación de egresados y graduados de la Escuela Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (Lima). • Colectivo Arte Para Todos (Piura) • Colectivo Moche (Chiclayo) • Colectivo Norte 7 (Trujillo) • Colectivo Sullana (Sullana) • Fundación Luis Valle Goicochea (Trujillo) • Colectivo Las Peñas (Guayaquil) • AAPV-L (artistas invitados)

Félix Paladines, Mejor Ciudadano 2018

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l Gobierno Autónomo Descentralizado de Loja, en las festividades del 198 aniversario de emancipación política de Loja, reconoció a Félix Paladines Paladines, como Mejor Ciudadano 2018 al otorgarle la condecoración Manuel Carrión Pinzano. Félix Paladines, Miembro Correspondiente de la Casa de la Cultura de Loja, presidió la institución en el periodo 20122016. Sus valiosos aportes culturales resplandecen motivadoramente en proyectos entre los que destacan: Campaña de lectura, Simposio Nacional de Literatura, Encuentro Matilde Hidalgo de Procel, Concurso de Poesía Alejandro Carrión Aguirre, Concurso de Novela Miguel Riofrío. Además, promovió la cooperación interinstitucional y estuvo listo a dar apoyo para fortalecer la producción y promoción de las diferentes manifestaciones artísticas culturales. En su periodo administrativo se restauró e inauguró la Sala de Exposiciones Permanentes Ángel Rubén Garrido, consiguió en comodato el piano de cola del Ministerio de Cultura, dió lugar a la adquisición del piano del ilustre músico lojano Segundo Cueva Celi, implementó de equipos de posprensa a la editorial Gustavo Serrano, promovió la elaboración de murales: fachada del edificio administrativo y parte interna del

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Teatro, entre otras gestiones. En el campo intelectual Paladines destaca por su trayectoria como docente, historiador e investigador cultural que lo ha llevado a forjar textos fundamentales que consolidan la identidad de nuestra cultura, vale mencionar: Identidad y raíces, Loja de arriba abajo, Reflexiones de la cultura lojana. Entre sus ensayos constan: El chazo lojano; Diezmos; la fuga de cerebros; La emancipada, un claro manifiesto feminista. Por su faceta de historiador fue incorporado como Miembro de la Academia Nacional de Historia. En hora buena, este merecido reconocimiento a un trabajador de la cultura, a un intelectual apasionado por descifrar la historia de Loja y a un ser humano convencido de que la cul-

tura es el esfuerzo de todos por dotarse a sí mismos de una identidad congruente con el proceso de integración.


Festival de Villancicos “La niñez y la magia musical de la Navidad’

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n el Teatro de Artes Segundo Cueva Celi, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Loja (CCE-L), el 13 de diciembre se desarrolló el cuarto Festival de Villancicos ‘La niñez y la magia musical de la Navidad’. Participaron 14 instituciones educativas de la localidad, 354 voces encendieron la llama de la cultura con armonía e intensidad, brindando a los asistentes un espectáculo navideño alegre, cantado, sentido e interpretado por voces infantiles, juveniles y la inclusión de coros que representaron a las personas con discapacidad. Coro infantil “Los Juanes” de la Unidad Educativa Juan Montalvo

Niños lojanos triunfan en Octavo Salón Nacional de Dibujo y Pintura Infantil Carlos Rodríguez

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cho niños lojanos brillaron con luz propia a nivel del país. Esta vez sobresalieron en el Octavo Salón Nacional de Dibujo y Pintura Infantil Carlos Rodríguez, organizado por la dirección de Museos de la Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, con la temática “Potencialidades turísticas del Ecuador: paisaje, expresiones culturales, gastronomía tradicional y más singularidades”. Los triunfadores en la primera categoría de seis a ocho años fueron: primer premio, Orlando Gabriel Rodríguez Granda, con la obra ‘Mi festival de alegría’; segundo, Ikiana Salinas Jaramillo, con su obra ‘Loja y sus colores’, mientras que el tercer premio correspondió a Santiago Said Flores Peña y su obra ‘La Fiesta en artes vivas’. En la segunda categoría, de nueve a 11 años, el primer premio correspondió a Wilson Israel Faicán Córdova, con la obra ‘Postales’; segundo premio, Dana Valentina Faicán Córdova y su trabajo ‘El florecimiento’. También hubo una mención de honor para Pablo Isaac Córdova Díaz y su pintura ‘Loja, ciudad cultural y ecológica’. En la tercera categoría, de 12 a 14 años, el primer premio fue para Danny Fernando Villamagua Camacho, con la obra ‘Mi país, paraíso natural’, y tercer premio se le otorgó a Druman Mauricio Espinoza Coronel por su trabajo ‘El tren de ilusiones’.

Raúl Pérez Torres, ministro de Cultura y Patrimonio, junto a los niños lojanos triunfadores del Concurso Carlos Rodríguez

El ministro de cultura, Raúl Pérez Torres, estuvo presente en la premiación y elogió la participación de la provincia de Loja, por tener varios representantes premiados. “En Loja ya hay un clima cultural, (…) los niños están pintando en la calle, pintando en el pavimento, se les da los instrumentos y lo demás lo ponen ellos”, dijo.

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Escuela de Instrumentos Andinos en la CCE-Loja

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a Casa de la Cultura de Loja cuenta con un nuevo centro de formación artística, se trata de la Escuela de Instrumentos Andinos, coordinada por el maestro Christian Loachamín, quien señaló que su propósito está direccionado a fomentar la identidad cultural a través de la música, previa la valoración de procesos de enseñanza aprendizaje que van a ser aplicados con calidad académica e instrumental, garantizada por la planta docente. Diego Naranjo Hidalgo, director de la CCE-Loja, señaló que los cursos aunque tienen el aval institucional son cobrados, sin embargo, por cada 10 estudiantes que se registren se concederá una beca a los niños de escasos recursos económicos, beneficiando a sectores sociales que no pueden financiar estos costos.

Por su parte Christian Loachamín, director de la Escuela de Instrumentos Andinos, agradeció a la Casa de la Cultura por acoger esta propuesta académica instrumental que pretende rescatar los atributos de los instrumentos andinos que están perdiendo vigencia, entre ellos: charango, vientos andinos, ukelele. La principal meta es formar la primera orquesta de instrumentos andinos y para ello se va a gestionar alianzas con empresas, dijo Loachamín.

Christian Loachamín, Diego Naranjo Hidalgo y Karla Ortega

Estos talleres se “desarrollan como procesos ciudadanizados” puesto que involucran a toda la colectividad, mencionó Diego Naranjo Hidalgo, director de la CCELoja y señaló que los cursos no solo cuentan con el aval institucional, sino que tienen una visión a largo plazo, para involucrar a profesionales de alta calidad formativa.

CCE-Loja apoya iniciativa de erradicación del trabajo infantil

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a Fundación “Cobijando sueños”, presidida por Ángeles Carrión realizó la entrega de 50 kits escolares a niños erradicados del trabajo infantil y de escasos recursos económicos.

En el evento estuvo presente el director de la Casa de la Cultura de Loja, Diego Naranjo, quien expresó que con estas iniciativas los niños pueden prepararse para la vida y agradeció a la fundación por este trabajo, a la vez que ratificó el compromiso de la institución para fomentar el arte a nuestros niños y jóvenes. Por su parte, Ángeles Carrión hizo un llamado a la ciudadanía lojana a sumarse a los esfuerzos de la Fundación, para apoyar el proceso educativo de los niños de escasos recursos económicos, erradicando el trabajo infantil para que tengan una oportunidad de superación. Recalcó que este trabajo se lleva a cabo desde el 2016, mediante la colaboración solidaria de Dolores Villar, una joven lojana que estudia medicina en los Estados Unidos y que

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Diego Naranjo Hidalgo y, en la mesa Ángeles Carrión y Yonni Celi

a través de los ingresos recibidos por la ejecución de la danza árabe, decidió donar sus ahorros para emprender esta campaña de erradicación del trabajo infantil. El Auditorio Pablo Palacio de la CCE-Loja fue el espacio para la entrega de los kits escolares.


Diálogos para fortalecer cultura ambiental

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l director de la Casa de la Cultura de Loja, se reunió con el Comité Ambiental Juvenil, a fin de fortalecer y promover la cultura ecológica de los habitantes lojanos. Por parte del Comité Ambiental Juvenil, se presentó la propuesta generada conjuntamente entre el Ecoclub UTPL, el Comité Ambiental Juvenil y el Ministerio del Ambiente-Zona 7 con el concurso de fotografía sobre turismo y hábitat “La vida natural a través de mi lente”, para promover la convivencia con los recursos biológicos y biofísicos que se encuentran en las diferentes áreas naturales de conservación del país.

Diego Naranjo en reunión con representantes del Comité Ambiental Juvenil

Diego Naranjo, director de la CCE-Loja, dijo respaldar estas iniciativas emprendidas por los jóvenes tendientes a concienciar la importancia del medio ambiente, mostrando nuestra biodiversidad y suscitando una cultura ambiental en la sociedad lojana y ecuatoriana.

CCE-Loja firma convenio con la Universidad Andina Simón Bolívar

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a Casa de Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja y la Universidad Andina Simón Bolívar firmaron un convenio para la creación de la Escuela de Gestión Cultural. Mediante este convenio, que tiene una vigencia de cuatro años, la Universidad Andina asesorará a la Casa de la Cultura, Núcleo de Loja en la estructuración curricular de esta escuela, además de apoyar en su ejecución, para lo cual designará a los docentes encargados. Por su parte, la Casa de la Cultura facilitará la infraestructura y logística. El convenio fue firmado el 10 de enero de 2019 por el rector de la UASB. César Montaño Galarza y Diego Naranjo Hidalgo, director provincial de la Casa de la Cultura Núcleo de Loja. Para César Montaño Galarza, “una de las facetas que asume activamente la Universidad tiene que ver con la identificación con la cultura, el quehacer artístico”. Señaló que el primer paso que se ha dado es la donación de un “lote importante de publicaciones de la Universidad”.

Diego Naranjo Hidalgo y César Montaño Galarza

Diego Naranjo expresó la importancia que tiene la creación de la Escuela, para la formación de artistas y especialistas en gestión cultural para una ciudad tradicionalmente artística. “Siempre nuestra preocupación permanente ha sido el impulso del arte y la cultura dentro de los parámetros de la autonomía”.

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Biblioteca Máximo Agustín Rodríguez de la CCE-Loja recibe donaciones bibliográficas La biblioteca Máximo Agustín Rodríguez de la Casa de la Cultura de Loja, incorporó a su fondo bibliográfico una serie de publicaciones que ha recibido por donación de reconocidas editoriales entre ellas: FLACSO, Universidad Andina Simón Bolívar, Ediloja-UTPL, Ministerio de Cultura, Plan del libro y la lectura, Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, El Conejo y Eskelectra, gracias a las gestiones realizadas por Diego Naranjo Hidalgo, director de la CCE-Loja. Un total de 767 publicaciones cuyos contenidos reflejan investigaciones en diferentes áreas tales como: jurídica, social, económica, antropológica, cultural y literaria, están a disposición de los lectores lojanos, que encontrarán un material bibliográfico de calidad destinado a cimentar el hábito de la lectura en la comunidad.

María Agüinsaca, bibliotecaria y Diego Naranjo Hidalgo, director CCE-L

Diego Naranjo, resaltó que este proceso es el resultado de un compromiso del programa de trabajo en cuyos lineamientos consta “se impulsará como una acción emblemática acuerdos interinstitucionales, para hacer de Loja un territorio de lectura (…)”.

En este contexto se ha ejecutado con responsabilidad la campaña de Lectura Loja Lee y la actualización del fondo bibliográfico de la Biblioteca del Núcleo de Loja como una herramienta que fortalece la construcción de la identidad y de criterios personales sólidos.

Remodelación y equipamiento del Auditorio Pablo Palacio Hace dos años se dio inicio a la remodelación de un escenario muy particular, en el cual miles de gestores culturales han presentado sus obras y creaciones de orden literario, musical y proyección de cine, se trata del Auditorio Pablo Palacio de la Casa de la Cultura de Loja. Este espacio destinado a desarrollar jornadas de cultura y lojanidad, cuenta con otra apariencia, pues, en la actualidad lo vemos más iluminado, con tumbado y paredes remodeladas, con un tablado de madera muy especial; la implementación del sistema de ventilación y del sistema de sonido digital: audio y vídeo, para dar una mayor calidez y eficacia a las actividades institucionales y de otras organizaciones culturales. Diego Naranjo, director de la Casa, menciona que en este periodo administrativo se ha implementado la remodelación de espacios físicos en los que se posibilitan ejecutar las manifestaciones artísticas y culturales en todo su esplendor.

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Remodelación y equipamiento del Auditorio Pablo Palacio de la CCE-L.


72 aniversario de la CCE-Loja El 20 de febrero del 2019 la Casa de la Cultura de Loja cumplió 72 años de vida institucional, su director provincial Diego Naranjo Hidalgo en el discurso de orden expresó: “En un panorama de una América secuestrada por la corrupción y de una patria donde las promesas incumplidas nos volvieron a sembrar la desesperanza, la cultura es la única luz capaz de extinguir las tinieblas impuestas por los falsos profetas y por políticos con Incorporación de nuevos miembros de la CCE-Loja anécdotas cuánticas que nos engañan y nos venden. La cultura permite reenconArtes Segundo Cueva Celi, fue la incorporación de 26 trar al pueblo con sí mismo, nos permite llegar al eslabón nuevos miembros correspondientes de la institución más alto de lo humano. La cultura nos permite robusteentre escritores, músicos, artistas plásticos y gestores cer la conciencia, la identidad nacional con el reconociculturales. miento de nuestra historia de nuestras raíces, de nuestra identidad de nuestros valores. La cultura nos dice con sus En este acto se impusieron las siguientes preseas: voces, con su versos, con sus sonidos, con sus colores, ‘Benjamín Carrión’ a Fausto Aguirre Tirado, por su bricon sus costumbres, con sus huellas, con su diversidad, llante y generoso aporte intelectual a la cultura lojaque todo no está perdido, que a través de ella podemos na y ecuatoriana. ‘Miguel Riofrío’ al escritor Wladimir conducir a nuestro pueblo a tomar conciencia, que a traChávez Vaca, ganador del VI Concurso Nacional de Livés de ella podemos forjar la voluntad de nuestro pueblo teratura Miguel Riofrío 2018, género novela. ‘Segundo para que pueda escribir su propia y definitiva historia. La Cueva Celi’, a la maestra Karla Ortega Vallejo, por su Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo calidad musical y ser precursora del Festival de Múde Loja celebra 72 años de vida institucional, enfrentando sica Internacional de Loja. Mérito Científico ‘Clodoveo una serie de problemas económicos y administrativos; Carrión Mora’, a Numa Maldonado Astudillo, por conspero, sin perder su naturaleza, sin declinar su responsatruir una cultura científica de calidad. Mérito Literario bilidad ante la historia, sin alejarnos de este puerto al que ‘Ángel F. Rojas’ a Alfredo Jaramillo Andrade, por ser un nos pertenecemos, sin abandonar la tarea de propagar la referente de la literatura lojana y ecuatoriana. ‘Eduardo cultura, sino más bien poniendo oído atento a las demanKingman’ a Sigifredo Camacho Briceño, artista plástidas de nuestros creadores y buscando una salida en los co cuya obra ha sido merecedora de reconocimientos laberintos de la burocracia estatal para estar a nivel de internacionales. ‘Emiliano Ortega’ a Flor Irene Alvarado nuestro pueblo y su tiempo. Por eso nos debatimos conpor constituirse en la promotora de las artes escénicas tra las limitaciones, contra esta autonomía de caricatura en la CCE-Loja. impuesta desde el poder y que obstaculiza nuestro paso en cada acción que realizamos. Consideramos que es imAdemás la CCE-Loja reconoció a varios gestores cultuportante trabajar con vocación absoluta en esta casa del rales que triunfaron y fueron reconocidos por diferenpueblo creador para dignificar la labor del artista, para tes instituciones en el 2018. que sus sueños no se trunquen por falta de respuestas desde la institucionalidad de la cultura” Uno de los momentos más importantes de esta sesión solemne, que se realizó con un lleno total del Teatro de

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LOJA

PREMIO MIGUEL RIOFRÍO 2019 Bases del concurso

La Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja, convoca al VII Concurso de Literatura Miguel Riofrío 2019, género Novela, cuyos requisitos de participación se ajustará a las siguientes formalidades:

I.- PARTICIPANTES III.- PLAZO Podrán participar solamente autores ecuatorianos, sin distinción de sexo o edad, con obras escritas en idioma español, totalmente originales y que nunca hayan sido objeto de publicación ni de divulgación en formatos impreso o digital. Cada concursante podrá presentar una sola propuesta, no quedando permitida la participación de los triunfadores en las ediciones anteriores. Las obras se remitirán por triplicado, debidamente anilladas o encuadernadas, a la siguiente dirección: Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja (Concurso de Novela Miguel Riofrío 2019) Calle Colón 158-67 y Bernardo Valdivieso Código postal: 110 108 Loja-Ecuador II.- PRESENTACIÓN Las obras se presentarán suscritas con seudónimo. La extensión de los trabajos no será inferior a las cien páginas ni superior a las ciento cincuenta y deberán estar redactados en letra Times New Roman de 12 puntos a doble espacio, con texto impreso por ambas caras en páginas de tamaño DIN A4. En la primera página se consignará el título de la obra y el seudónimo del autor. Los originales irán acompañados de un sobre o plica, en cuyo exterior constará solamente el título de la creación literaria, y en su interior, los siguientes datos: nombre del autor, domicilio, copia de la cédula de identidad, CD con copia digital de la obra, teléfonos, correo electrónico, y manifestación expresa de la condición de originalidad de la novela, su carácter absolutamente inédito, así como de la responsabilidad que asume con la titularidad de la misma. Las obras que no reúnan tales requisitos no serán admitidas.

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www.casadelacultura.gob.ec 07 257 1672 ext. 101

El término de admisión de los trabajos concursantes concluirá el viernes 6 (seis) de septiembre de 2019, a las 16:00H., quedando absolutamente prohibida la recepción de obras una vez vencido el plazo establecido. IV-JURADO Y VOTACIÓN No se dará a conocer los nombres de los integrantes del Jurado hasta que se haga público el veredicto. Las deliberaciones serán secretas, no se permitirá establecer comunicación alguna de sus miembros con los participantes. El fallo será inapelable. Salvo razones de fuerza mayor que lo impidan, el veredicto del jurado se hará público en el mes de noviembre del año en curso en rueda de prensa que convocará el Núcleo provincial de Loja. Una vez adjudicado el galardón, se destruirán los originales presentados y en ningún caso se facilitará copia de la evaluación de las obras examinadas. V.- PREMIO Se otorgará un premio único de tres mil dólares (3 000 USD) al autor (a) de la novela ganadora. La CCE, Núcleo de Loja, publicará por medios propios o externos la obra triunfadora y entregará al autor el porcentaje de ejemplares correspondiente, conforme lo dispone la normativa institucional. El premio podrá ser declarado desierto. El Jurado tendrá la potestad de otorgar, si fuera el caso, menciones de honor sin dotación económica. El escritor (a) que triunfe en este concurso quedará comprometido a participar del acto de premiación, que será anunciado con suficiente anticipación. VI.- OTROS Cualquier aspecto no contemplado en estas bases que sea necesario solucionar durante el Concurso, será resuelto por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja y comunicado a todos los participantes.

cculturaloja@casadelacultura.gob.ec

exposcceloja.blogspot.com


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