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Isabel Muñoz
Isabel Muñoz Donde otros diálogos no llegan
Fotografía de Isabel Muñoz, parte de la exposición itinerante La Bestia, inaugurada en el CCEMx en 2010. A menudo, la cultura nos sirve de gran lupa para comprendernos a nosotros mismos y al entorno que nos rodea. Fuera de nuestras fronteras, ayuda al diálogo y al intercambio, y así, colabora al acercamiento de los pueblos. Gracias a la cultura, se crean lazos. Y es que la cultura llega donde otros diálogos no pueden. Los Centros Culturales de la AECID realizan en este sentido una gran labor. He tenido el privilegio de trabajar con ellos en muchos países. En más de una ocasión, su colaboración ha sido fundamental para llevar a buen término mi proyecto. Concretamente, me gustaría agradecer la ayuda que Jesús Oyamburu, entonces director del Centro Cultural de España en México, me brindó cuando decidí subirme a La Bestia y adentrarme en el horror que viven los emigrantes que se sirven de ella para cruzar la gran frontera, la que separa Guatemala de México. Cuando en 2008 realicé este trabajo, esta red de trenes de carga que transporta emigrantes centroamericanos hacia su sueño americano, no había tenido el eco en los medios que tiene hoy en día. Gracias a la intervención de Jesús, mis fotos y el cortometraje se pudieron ver en los principales centros culturales latinoamericanos, ayudando a informar a la gente de lo que allí pasaba. Se organizaron exposiciones en varias capitales latinoamericanas, se me dio la oportunidad de dar charlas sobre lo que había visto y vivido en La Bestia, y todo ello tuvo un gran impacto en la conciencia de muchas personas. Incluso una familia se reencontró con uno de sus seres queridos, Donar, que se había quedado atrapado, malherido en algún pueblo del trayecto. Le reconocieron en una foto y pudieron contactar con él. Todo lo que yo viví en torno a este proyecto fue fundamental como experiencia y para mi posterior desarrollo como artista. También lo fue otro proyecto que desarrollé en 2009 en colaboración con Unicef. Se trataba de celebrar los 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. En este caso, se eligieron 20 derechos y se ilustraron con fotos de niños de 20 países diferentes. Pude retratar la vida de más de 100 niños y niñas de las más apartadas regiones del planeta. El reto fue titánico, pero el resultado lo valió todo. De nuevo gracias a la colaboración de la AECID y de los Centros Culturales de nuestras embajadas, mis fotos se expusieron en un gran número de países. Muchos niños de innumerables colegios fueron a visitarla, alimentando muchas clases con sus comentarios posteriores. Dar voz a las personas que no la tienen, esta ha sido una de mis ambiciones a lo largo de mi carrera. Y donde tú no llegas, llega la Cooperación Española. El apoyo que te brinda esta institución a la hora de realizar ciertos trabajos es muy valioso. También lo es el soporte que te ofrecen los Centros Culturales en esa “cultura de los lazos” que me ocupa. Es un honor para mí ser testigo del trabajo de tantas personas y poder dar testimonio de ello como creadora.
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Fotógrafa española, ganadora de dos premios World Press Photo y del Premio Nacional de Fotografía 2016. Ha sido galardonada también en PHotoEspaña y distinguida con la Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2009.