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I Tribuna: “Más trabajadores para vivir mejor”

OPINIÓN

Más trabajadores para vivir mejor

Pedro Fernández Alén, presidente de la Construcción (CNC) y de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC)

La eminente llegada de los fondos europeos a nuestro país ha sacado a la luz la necesidad de atraer talento y nuevos perfiles a un sector que ha comenzado a mirar la necesidad apremiante hacia el futuro.

Fontaneros, instaladores de aire acondicionado, electricistas… la construcción, en su conjunto, necesita unos 700.000 trabajadores. Esta falta de mano de obra no solo supone una amenaza para la ejecución de los fondos europeos -pues muchos de los proyectos, como los relacionados con la rehabilitación energética, dependen directa o indirectamente de nuestro sector-, sino que también puede afectar a nuestra calidad de vida dentro del hogar.

Actualmente, el sector supone alrededor del 10 % del PIB y da empleo a 1,3 millones de trabajadores, cifra que podría incrementarse hasta los dos millones gracias a las ayudas comunitarias. Por tanto, se antoja vital hacer más atractivo el sector para la llegada de nuevos trabajadores.

En este sentido, la mejora de la formación permitiría moldear la forma de diábolo que presenta el sector, con una base ancha de personal con poca cualificación, una franja intermedia estrecha con FP y una cúspide que se ensancha con titulaciones universitarias. De ahí que defendamos las ‘microformaciones’ en FP para cubrir la falta de mano de obra cualificada.

Tras la asignación de las ayudas comunitarias -nuestro sector canalizará 7 de cada 10 euros provenientes de Europa-, parados de larga duración y, sobre todo, jóvenes y mujeres pueden ver la opor-

tunidad de formarse en un sector que ha comenzado a mirar hacia el futuro.

Nuevos perfiles laborales

Además de buscarse los perfiles más tradicionales y conocidos, como peones, jefes de obra, encofradores, encargados…; habrá nuevas necesidades para hacer frente, por ejemplo, a las demandas de edificios más verdes, mucho más sostenibles y con menores consumos de energía, los nuevos materiales, los avances tecnológicos, la economía circular…

Dentro de los perfiles emergentes se están elaborando planes formativos en el ámbito de la sostenibilidad, la tecnología de datos y automatización, la modularización y perfiles de transformación y mejora de procesos, como es el uso de la metodología BIM, que es la base de la transformación digital.

Se trata, por tanto, de perfiles que prestigien más el sector, limpien la mala imagen que arrastra por culpa de la crisis financiera -mal llamada del ladrillo-, y contribuyan a mejorar nuestra calidad de vida dentro del hogar en aspectos relacionados con el aislamiento térmico o el confort, entre otros.

Es verdad que nos queda mucho camino por recorrer, pero también es cierto que son los jóvenes quienes pueden darnos el impulso que necesitamos gracias a su cualificación y a las opciones que nos brindarán los fondos europeos.

Talento femenino

La construcción tiene un gran reto por delante y trabaja para construir un sector más atractivo y moderno, también para las mujeres.

El talento femenino ya supera el 9 % de los puestos, un punto más que hace un año. Un porcentaje que continuará incrementándose, pues está demostrado que su presencia consigue mejores resultados económicos y contribuye a la sostenibilidad.

Si bien, hace unos años, la mayoría de las mujeres tenían la percepción de que se trataba de un sector totalmente inaccesible, desde hace un tiempo, vemos cómo afortunadamente empiezan a romperse estos prejuicios. Y digo afortunadamente porque la diversidad de género es una fuente de creatividad e innovación.

Por tanto, la construcción está presente en nuestro día a día pese a que algunas veces no seamos plenamente conscientes de ello. Los edificios acogen a diario la mayor parte de nuestro tiempo y afectan a nuestra condición de vida. De ahí que contar con trabajadores expertos en rehabilitación sea una de las grandes bazas para mejorar nuestro confort y, en definitiva, vivir mejor.

El sector también es importante, no solo porque mejore las condiciones de vida de la ciudadanía, sino porque trae progreso. Un futuro que no estará exento de palos en la rueda de la recuperación, pero en el que será necesario hacer de España un país más competitivo y moderno, más sostenible y respetuoso con el medioambiente. Ha llegado la hora, pues, de ponernos manos a la obra

“Queda mucho camino por recorrer: los jóvenes serán los que nos den el impulso que necesitamos”

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