2 minute read
Los desajustes de 2022 en todos los sectores
Carrasco,
Hay factores que determinan nuevos ajustes en la economía en general (como por ejemplo la crisis energética) que acaban afectando a todos los sectores. Aunque, como es lógico, no afectan por igual a todo el mundo.
Son esos factores externos no previstos, ya que ni su origen ni su intensidad resultan fáciles de medir, los que cambian la foto de nuestro análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) por completo. Y, sobre todo, afectan todavía más a las amenazas y oportunidades, por ser estas de naturaleza externa.
De la buena gestión de estos inesperados cambios que conciernen a toda nuestra cadena de valor (proveedores, clientes y empleados), dependerá no solo la supervivencia de muchas pymes españolas, sino el salir mejor o peor parados dentro del ranking de nuestro sector. Es decir, nos jugamos el ser más o menos competitivos. Y eso resulta vital para el futuro de cualquier compañía.
Si son ciertos los datos aparecidos recientemente en algunos medios de comunicación especializados en economía de que cerca del 70 % de las pymes españolas podrían llegar a presentar concurso de acreedores, estaríamos en una situación bastante preocupante.
Sin embargo, si cada uno mira a su sector, no parece tan trágica la situación. Y eso nos lleva a que esta crisis no afecta igual a unos que a otros. Depende de muchos factores.
Hay sectores, como la hostelería o la restauración, o todo aquello relacionado con el turismo, que parecen ajenos a esta crisis, a juzgar por las dificultades para reservar, al menos por ahora.
Analizar con lupa
Tampoco es lo mismo según el valor de lo que vendas. Se debe permanecer muy atento a lo que prefiere y prioriza el consumidor, ya que este análisis nos dará pistas sobre cómo nos afecta, según el sector. En otras crisis, por ejemplo, los productos caros y baratos se han comportado mejor que los de precios intermedios, porque hay mercado para los dos primeros. Pero esta crisis es muy particular y hay que verla con lupa y máxima atención.
Un buen análisis, que nos daría muy buena información para tomar decisiones con sentido, sería ver qué cosas no están dispuestos a dejar de tener los consumidores ahora, y qué cosas podrían ser importantes antes y que ahora pueden pasar a un segundo plano.
Si en circunstancias normales los errores en una pyme suelen ser trágicos, ahora tiene todavía más valor acertar en las decisiones estratégicas.
Es más difícil, pero también más importante que nunca, leer bien las tendencias de nuestro sector para anticiparnos al futuro y no quedarnos en la parálisis del análisis.
Hemos de desarrollar nuevas estrategias ganadoras que ayuden a generar más valor a nuestros clientes, a pesar de la tremenda situación en la que nos encontramos.
Nunca tuvieron tanto valor el talento de nuestra plantilla (pobres de aquellos que han abandonado la formación de su equipo) así como los datos y su riguroso análisis. Sin olvidarnos de que la visión de nuestra empresa debe darle sentido emocional al trabajo de cada persona en la empresa.
Expectativas nubladas
Aquellas empresas que se distraigan ahora con ñoñerías, que pierdan de vista sus valores, que eran el pegamento que mantenía unido al equipo, pasarán a formar parte, por desgracia, de los concursos de acreedores. Y una vez nos encontramos ahí, todos los actores salen perjudicados: empleados que pierden su puesto de trabajo, y proveedores y clientes que buscarán otras soluciones, a veces más incómodas.
Las expectativas vienen con mucha niebla. Y, por eso, necesitamos una buena luz antiniebla y no tener ninguna bombilla fundida. Y, sobre todo, mantenerse muy atentos a lo importante, evitando distracciones inútiles.
◗ La división de cualquier equipo es su ruina.
◗ Algunos, en vez de aprender, se dedican a murmurar sin motivo.
◗ Para obtener los excelentes resultados que muy pocos logran hay que hacer cosas que muy pocos hacen.
◗ Ser adicto a las distracciones lleva al fracaso