Periódico bimestral independiente Rosario - San Lorenzo
Año Nº3 Noviembre/Diciembre 2009
$5,00
¿Por qué pensamos lo que pensamos?
Alberto Ascolani Página 1
El violín
Alejandra Lilles Página 2
Editorial y staff Página 3
Pensando Spinoza
Beatriz Piedrabuena Página 4
Despedirse de lo absoluto
Entrevista a Suely Rolnik Página 6
¿Por qué pensamos lo que pensamos?
por Alberto Ascolani
E
n el número anterior intentamos aclarar, sin saber si lo logramos, a qué remitía esa extraña palabra, “esquizoanálisis”. En ello estaba implicada la pregunta, esencial, que ahora planteamos: ¿Por qué pensamos lo que pensamos? La respuesta a dicha pregunta se la suele referir, demasiado fácilmente a cuestiones que pueden aparecer claras, como la ideología, sea ésta religiosa o política, pero esas referencias suelen encerrar muchas ambigüedades. Por ejemplo, decir fascismo nos hace pensar en alguna posición de ultraderecha y se nos hace difícil pensar que el capitalismo encierra ese pensamiento pero que se oculta detrás de las referencias a la democracia política. Pero el por qué y qué pensamos va más allá de esas apariencias y llega a las matrices de nuestro pensamiento, establecidas hace centenas de años por la religión, luego por la filosofía y por la poca variada gama de regímenes políticos de nuestras sociedades. Esa matriz da el nombre de la causa, de aquello que supuesta-
mente, crea, origina y dirige la realidad sea ésta cósmica o la realidad de nuestras vidas. El problema entonces no es si somos de derecha o de izquierda, si somos religiosos o no, sino dónde y en qué imágenes de pensamiento situamos esa causa. Así encontramos por un lado el pensamiento dominante en occidente y en otros lares, lo que un autor llama la “causa heterónoma”. Es decir, la causa que viene de afuera y cuyo nombre paradigmático es “Dios”, pero que tiene muchas caras: Dios, el monarca por derecho divino, el estado absoluto, el presidente con su investidura que lo convierte en un intocable, el mercado que, con su mano invisible, que supuesta y falsamente, regula todo pero que en realidad es una cara de la providencia divina. Dicho pensamiento se ha opuesto y ha reprimido salvajemente la mayoría de las veces a quienes asumían otro pensamiento, el que dice que la causa no está más allá del mundo, sino que se halla en el mundo, es interna al mundo, inmanente dicen y por lo tanto, no trascendente. De ahí entonces que a esa
imagen que cree que lo más real está afuera, arriba y es superior al mundo, se le opone el grito de Deleuze cuando dice que tenemos que volver a creer en el mundo. Ese creer es creer en nosotros mismos, en nuestra potencia y por lo tanto en la capacidad de resistencia a los factores alienantes que nos quieren tristes, despotenciados y esperando que Dios haga por nosotros, o lo haga el Estado, o lo haga el mercado. El resistir nos lleva a pensar en el por qué de nuestra resistencia, en nuestras condiciones existenciales y en las posibilidades de avanzar hacia condiciones más dignas. Esa resistencia y esa potencia de ser es lo que se ha expresado y se sigue expresando en los nuevos sujetos sociales, en los movimientos que en incontables situaciones, ayer y hoy, han dicho no a las razones del discurso de los poderes dominantes, han emprendido acciones que afirman de mil maneras su posición y han comenzado a desarrollar sus propios discursos singulares. Así las cosas, desde sus lugacontinúa en pág. 4 >
Diagnósticos iatrogénicos vs. Intervenciones éticas Fernanda Felice Página 7
Aprender entre niños/as Fernanda Felice Página 8
La Gori
Beatriz Piedrabuena Página 8
Sobre subjetividad femenina
Ma. del Carmen Marini Página 10
El otoño del rey
Julieta Di Pascuale Página 11
Y la magia volvió
Alberto Ascolani Página 11
Honduras
Jorge Irigaray Página 12
Desarraigo
Vanesa S. Rolón Página 14
Poesías
Regina Paz Página 15
Los males de la clase que está en el medio
Homenaje a la revista Sudestada Página 16