El trayecto de la formación Los enseñantes entre la teoría y la práctica Gilles Ferry En este texto el autor Ferry aborda el tema de la formación, la cual se refiere a que la formación es un proceso de desarrollo individual tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades. La formación tiene tres características: una formación doble, la cual lleva una formación científica, literaria o artística: una formación profesional, el cual dice que el status profesional de los enseñantes no está establecido claramente, a diferencia de otras profesiones como los médicos o abogados; una formación de formadores, se encarga de formar sujetos autónomos. La formación se puede visualizar como una transmisión del saber, del saber-hacer o del saber-ser el cual se toma de apoyo para promover cambios. No se puede dar una formación si no se tiene el deseo propio de hacerlo y o existe la formación cuando no hay aprendizaje.
Aprendices de maestro La construcción de si María de la Luz Jiménez Lozano Felipe de Jesús Perales Mejía Este texto trata sobre la práctica docente, para darnos a conocer que actitudes se deben poseer y aptitudes para desarrollar capacidades con las que debe tener un docente. También abarca relatos de profesores-estudiantes ejemplificando el motivo de su elección y las expectativas que se crean de la escuela, donde realizaran sus prácticas, así mismo nos habla de la formación de docentes, lo cual depende su desempeño para sacar adelante al grupo, las identificaciones con la docencia, la vocación, la cual habla de cómo un llamado o una inspiración a seguir ya sea por alguien que haya marcado el deseo a seguir o querer ayudar a otros, los imaginarios y representaciones que dan una visión anticipada sobre la profesión, que esperan encontrar en el periodo de prácticas donde se desempeñaran, las representaciones sobre los niños, donde algunos sitúan la función, del docente como la de transmitir conocimientos, otros mediante la conducción externa y la motivación, sus representaciones se construyen mediante experiencias.
El arte del buen maestro Emilio Tenti Este texto primeramente nos habla del magisterio, que no se define como una profesión sino como misión o sacerdocio. El ejercicio de este practica requiere no tanto un saber cuánto de una serie de cualidades de carácter ético-moral. La primera y más importante es la vocación, no es materia de elección racional, es al igual que el concepto teológico, un llamado, una predisposición que se define como innata, no adquirida. Existen dos tipos de vocación: una natural (autentica y deseable) y otra artificial, que es el resultado de un esfuerzo analítico y de una disciplina particular. De la vocación docente los pedagogos de la época decían que “solo el deseo de hacer el bien en el silencio y en el olvido es el móvil puro y verdadero de abrazarla. Sin embargo también existe “la crisis de la vocación”, en la que es necesario auxiliar la fuerza de la vocación con la promesa de incentivos y recompensas materiales. También nos habla del maestro ideal: “debe ser el alma moral de la comunidad en que reside, el corazón cuyo latido se sienta en todas partes, porque es quien reparte la vida y el calor del sentimiento”. Debe cubrir: lenguaje adecuado para dirigirse a los demás, ser maestro vigilante: buena vista y oído fino y dignificándose dignifica su profesión.