La elección del 5 de julio de 2009 representó un sinsabor, en lo general, para el panismo nacional. En lo particular, los nuevos triunfos obtenidos representan la responsabilidad de responder a una ciudadanía que ha buscado en el PAN una opción distinta de gobierno, una sociedad que depositó su confianza en el partido y a la cual es necesario responderle con acciones y hechos que redunden en una vida mejor, más segura y menos injusta.