CENTRO FANZINE #1

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EDITORIAL

La realidad es el pretexto para darle una temática al primer número de Centro. Nos atrevemos a definirla a reserva de contestar el quién más que el qué de la realidad, y encontramos en ella la multiplicidad de manifestaciones, que a su vez recogemos en éstas los elementos que nos permiten darle orden al mundo. La

recaudación es un intento de darle forma a

la realidad. Es recrear pequeños mundos en una cuartilla, a veces dos o las que sean necesarias. Estamos convencidos que toda sustancia precede

En portada LA REALIDAD Por: Heriberto Contreras

de su esencia. Aquí encontrarás algunas cuantas. Esperamos que lo disfruten. H

CONTENIDO La suerte nunca se olvida Bala

RedemptionSW.com

Que hacer en caso de ansiedad Edén Guadarrama

FUTURA 2000 Frank G

Es una publicación mensual por el team RDMPTN en la Ciudad de México. Año 1. Núm. 1. Fecha de impresión 12 de marzo de 2020

Hache • Director Editorial / Mala Calle • Diseño / Frank G •Redacción / La Peligrosa • Corrección de estilo / Redacción: San Jerónimo 110, segundo piso, colonia Centro alcaldía Cuauhtémoc. C.P. 06020.

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centro.fanzine@gmail.com

El avión del presidente Josué H Álvarez

Eones de polvo Amor prohibido Dafne Macías

Serie Fotográfica Eric Guerrero

Virgen Ness

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Edén Guadarrama QUE HACER EN CASO DE ANSIEDAD

“Hay tanto porque seguir aquí,

el mundo no es un mejor lugar sin ti”

LGN-SHT

Hace 6 años que estoy diagnosticado con ansiedad generalizada, la he sufrido desde que era un adolescente, pero fue hasta mi edad adulta que me di cuenta de que en realidad tenía un trastorno mental. A veces no nos damos cuenta de la importancia de informarnos a tiempo sobre este tipo de enfermedades, y es hasta que tocamos fondo. Mi fondo fue en un cuarto oscuro a las tres de la mañana en una casa al sur de París, no podía respirar y no dejaba de temblar, mi mente no paraba de mandar imágenes aleatorias de todo lo que yo había hecho mal ni de inventar una “realidad” que, ciertamente no era; mi fondo fue no dormir por 4 días, llorando cada una de sus noches y buscando con quién hablar para dejar de tener esos pensamientos recurrentes de suicidio. Ahí toqué fondo a mis 28 años de edad, cuando pensé que tenia esto bajo control y que mi problema sólo era parte de mi pasado, pues me di cuenta que a veces queremos y creemos controlar todo, pero nos es imposible. Advertí la importancia de no dejar a un lado nuestros trastornos y de hacer consciente a la gente que nos rodea de que algo como lo que me ocurrió, puede llegar a ocurrir en cualquier momento. Más aún si no hay medicamentos o terapia de por medio, y es que muchas veces no lo explicamos o simplemente no lo decimos por temor al rechazo, a la pérdida... “Qué hacer en caso de ansiedad” es mi forma de decirte a ti, si es que sufres de cualquier tipo de trastorno mental, que no estás loco, que no tengas miedo de decirlo y que le des la importancia que amerita. Si estás leyendo esto, aún estás a tiempo de buscar ayuda, de tener una red de apoyo: pueden ser tus amigos, tu familia, tu pareja o la gente que te aprecia; de igual manera, busca ayuda profesional, para que encuentres tu tratamiento, sigas y veas hacia qué camino llevar y dominar tu enfermedad. No estás solo. Está la gente que te ama, que se informa, que te procura, también están los profesionales; todos ellos te ayudarán a mantener el control de la mejor manera. Pero lo más importante... estás tú para salir de esto, para darte cuenta de que no es el fin, sino el nuevo inicio a una vida de aceptación y ganas de seguir viviendo.





Josué H. Álvarez EL AVIÓN DEL PRESIDENTE Cuando despertó, descubrió que había ganado el avión presidencial. A partir de este día sería el dueño de un Boeing 7878, sin embargo la mañana lo sorprendió más cansado que de costumbre y la noticia le pareció una mala broma de sus viejos amigos. Salió de la cama con un movimiento lento, su cuerpo le pesaba y los años, que a pesar de no ser muchos, ya pasaban la factura. Miró el reloj, pero su vista fue atraída por la silueta del cachito ganador que salía de su cartera. Quinientos pesos encontrados en el bosillo de su pantalón, fueron los que lo animaron a comprar un cachito, en un momento de debilidad ya para él la suerte era el consuelo de los marginados. Sin embargo había comprado un boleto para la rifa del avión presidencial. De ninguna manera depositaría sus esperanzas en un burdo ejercicio democrático, y aún así lo hizo. En el fondo le avergonzaba saberse parte de esto, pero sin duda le emocionaba la idea de poder utilizar la aeronave. Fantaseaba con atender sus asuntos desde el despacho presidencial a más de mil pies de altura. Pensó que eso sería el giro que necesitaba para volver de lleno a su trabajo, que por malas decisiones lo habían obligado a retirarse. El avión representaba un lujo excesivo que el gobierno tachaba de ridículo, pero para él sería la llave para recobrar su identidad. El desayuno estaba listo y esta mañana no sería diferente; café, fruta, jugo, pan. No obstante la atmósfera era distinta. Nadie de los presentes se atrevía a comentar sobre el avión. Desde la cocina se escuchaba la televisión, eran las seis de la mañana, pues el himno de México se diluía entre el eco de sus pensamientos. La primera noticia sobre el premio la recibió en una llamada: una voz cálida,


amable y sobre todo emocionada. En la breve llamada le explicaron el protocolo de la entrega de su premio. En la mañanera del día siguiente le sería entregado por el presidente frente a todo México. La voz se limitó a felicitarlo, a sugerirle un código de vestimenta y de forma casi religiosa, insistirle que este gran premio era el inicio de una nueva vida. Su primera reacción fue más que confusa, expe rimentó una alegría momentánea que se disipó al racionalizar sobre lo complicado que sería llevar una vida en el aire. Finalmente se sintió enojado porque este premio no podría regresarle su trabajo. Al salir de su casa lo esperaban dos hombres de mal gesto, sin embargo lo trataban con una amabilidad que se deriva del respeto. No es lo mismo ser rico que ser afortunado, pensó. Subió al automóvil desganado, algo dentro de él no quería reclamar el premio mayor. Solo podía pensar en su trabajo, de cómo pudo haberlo hecho mejor, si sus decisiones no lo hubieran rebasado él sería un hombre satisfecho con su carrera, pero no podía sentirse así. La realidad era otra. Nada de lo que había hecho podría deshacerse, y mucho menos olvidarse. Buscó consuelo en el panorama que pasaba frente a sus ojos. Esta era su nueva realidad, la suerte lo habría puesto en esta posición. Entró a palacio nacional. Al verlo, una turba de fotógrafos lo bombardearon y los reporteros no paraban de hacerle preguntas sobre su premio. Él sólo se limitaba a mirar hacia la cámara, no respondía a ninguna de las preguntas y los dos hombres que lo acompañaban le abrían paso entre la multitud. La conferencia estaba por empezar. Reconoció a varias personas sentadas cerca del presidente. Y aquella voz que se comunicó con él un día anterior le dio la bienvenida, pero algo había cambiado, con un tono completamente diferente, y hasta un poco grosero le indicaba dónde se encontraba su silla; también le informó como sería su participación en este acto. Una vez más se dio cuenta de que había perdido el control y la presión comenzaba a invadir su esta-


do de ánimo. Todo México se encontraba presente y estaba a la expectativa para conocer quién sería el que había ganado la lotería. El presidente comenzó con “la mañanera”. Después de una largo discurso sobre democracia, que conforme avanzaban las palabras le resultaba de lo más contradictorio. Era como si tan sólo su presencia le restara credibilidad a la máxima figura política del país. Comenzó a experimentar una ansiedad que se le hacía familiar. La conferencia seguía su curso como si se tratara de un ritual ceremonioso donde se hacía una revisión superficial pero deslumbrante de las características de la aeronave y cómo esta rifa tendría un beneficio para todos los mexicanos, sobre todo para el que habría comprado el boleto ganador. Era momento de revelar la identidad del nuevo dueño del avión presidencial. El mandatario terminó su participación con la presentación del ganador, con una prisa que no lo caracterizaba, anunciaba a los medios el nombre del afortunado. Una ola de protestas se desató al mencionar el nombre del ganador. Nunca antes un nombre había provocado tanto enojo en la conferencia matutina. Muchos de los asistentes comenzaron a gritar su desaprobación, otros más indignados aventaban sus zapatos al no tener piedras a la mano. En este momento él supo que nunca sería el dueño de dicha aeronave y mucho menos sería capaz de recuperar su trabajo. Tras unas breves palabras que buscaban calmar a la multitud, el presidente dio paso a la sesión de preguntas y respuestas. Se sintió abandonado, las caras conocidas ya no estaban y la mano levantada de una reportera terminó con su sentencia y su pregunta fue la siguiente: Sr. expresidente, ¿qué hará con su nuevo avión presidencial?



Dafne Macías EONES DE POLVO El sol ardía sobre las aceras. La luz la enceguecía a su paso. Todo tenía un tono más bien blancuzco de sol lejano y seco de invierno. Se acercaba precipitadamente a la casa de él, esperando encontrar un latido familiar o algún olor que borrara el mundo sobre-expuesto de afuera. La calle estaba infamemente igual: la curva en ruinas, los perros del vecino, el policía de la entrada. Llegó y encontró una montaña de hojarasca sobre el auto viejo. La puerta de metal colgando de un hilo. Restos de un incendio. Polvo sobre el polvo, que con el devenir de los años había cubierto los libros y los discos sillón que tanto el habían amado. Todo estaba intacto. Ella deshojó unos libros sentada allí, sobre el polvo impregnado en el tapiz. Iluminada por la blancuzca luz de invierno. Recordando lo que había sido y nunca fue. Que ahora yace, debajo de eones de polvo y hoja seca. El refrigerador rugió.


AMOR PROHIBIDO No teníamos nada. Más que esto. Que es nada. Predije el futuro. Te viniste dentro de mi y llamé un taxi. Una y otra vez te rogué que me besaras como las putas. Para no enamorarnos. Para no vernos a los ojos me penetraste desde atrás. Para no confrontar nuestro amor frustrado. Hablamos como viejos amigos sobre la cama. Vestidos. Rogando a Dios que no se nos acabara la noche. Pidiéndole a la luna la posibilidad de desayunar juntos y abrazarnos al amanecer para no morir de frío. Esto es lo que somos. Esto es lo que hay. Una nada que se repite cada navidad. Una puta que se muere por visitarte en las noches. Por que la vean desnuda a la luz de las lámparas callejeras que se filtran a través de tus persianas americanas. La soledad. El frío. El sexo. Lo que nunca tuvimos. Una amistad llena de de fluidos, de carne, de lágrimas y olores agrios. Para siempre me perteneces Para siempre le perteneces a esta puta que te escribe como loca todas las noches. La que se viene pensando en ti. Mis sueños gélidos de ti. Llenos de fuego frío en mi vagina. De sudor y vómito de amor podrido.


Eric Guerrero


NESS



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