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Fotorreportaje: Una calle nos separa

TRABAJO REALIZADO EN EL MARCO DEL PROYECTO DE REALOJO DEL ASENTAMIENTO EL PROGRESO, EN EL BARRIO MALVÍN NORTE

Texto y fotografía: Florencia Gesto

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CCU cuenta desde hace décadas con experiencia de trabajo relacionado a lo que son los realojos de familias que viven en asentamientos. En 2020 comenzamos a trabajar con las aproximadas 65 familias que habitan los hogares del asentamiento El Progreso al borde del arroyo Malvín, en el barrio Malvín Norte.

En esta ocasión, les compartimos un extracto de un fotorreportaje que pretende visibilizar la vida cotidiana de los hogares del asentamiento.

Introducción

El Progreso comenzó a formarse alrededor de la década del 60´, cuando personas de diferentes partes del país, comenzaron a llegar a Montevideo en búsqueda de una mejor oportunidad laboral. Con pocos recursos, y algunas amistades o familiares en la zona (incluso los primeros pobladores del asentamiento), empezaron a construir sus casas con los materiales que conseguían. El lugar era estratégico, una zona que se veía atractiva para el trabajo en servicios para las familias y comercios del barrio Malvín, de mejor poder adquisitivo, capaces de contratar su mano de obra para distintas tareas, un barrio que presenta la particularidad territorial de convivir distintas formas de habitar el suelo, desde la construcción privada con fines de lucro, a la construcción colectiva, y los asentamientos hacia el norte.

1 - Una calle nos separa

El Progreso está poblado por diferentes generaciones de personas y muchas de ellas con lazos familiares. Bajo la lógica de la solidaridad, las familias se ayudan unas a otras generándose espacios para que nadie quede sin lugar para vivir, y generándose así desafíos para la convivencia del día a día entre las distintas generaciones. La niñez es una de las franjas más pobladas.

2 - Una calle nos separa

Como en cada hogar el espacio físico es fundamental, en estos hogares es habitual encontrar más de un núcleo familiar, generando la convivencia de familias ensambladas, en algunos casos se realizan construcciones aparte donde solo se comparten espacios comunes, pero en tantos otros, la convivencia es mucho más estrecha.

3 - Una calle nos separa

La pandemia del Covid 19 afectó a distintas áreas del trabajo y la economía, y quienes habitan el asentamiento no quedaron por fuera de esta realidad. Además de la pérdida laboral, la convivencia tomó otro sentido, pasando ahora a tener que generar mecanismos alternativos sea para el trabajo, la alimentación o el estudio.

4 - Una calle nos separa

Varios de los hogares están construidos sobre la rivera del Arroyo Malvín. Con las crecidas del agua se ha ocasionado algún derrumbamiento en las casas que están más próximas al canal, llevándose sus pertenencias y dejando en situación de extrema vulnerabilidad a sus habitantes. Los otros hogares, no ajenos a las inclemencias del tiempo, se ven sobremanera afectados ante lluvias, inundaciones, fríos y vientos, dado que las instalaciones eléctricas, sanitarias y las estructuras edilicias son altamente frágiles. En particular las sanitarias vierten directamente al arroyo, retornando con cada inundación. Otra problemática es la presencia de roedores.

5 - Una calle nos separa

Al poco tiempo de aprobarse el realojo para estas familias, cambió de signo el Gobierno nacional, se manifestó la pandemia, y con ella la crisis económica y sanitaria, una combinación que ha dejado en una situación comprometida a la continuidad del proceso mencionado. Si bien las autoridades están dando señales positivas, el desarrollo del mismo se ha podido ver más detenido de lo deseable,

Agradecemos especialmente a cada familia que nos abrió las puertas de sus casas y se animó a intercambiar con nosotros sobre su sentir, su historia y perspectiva.

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