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60 años de CCU y de CCFD-Terre Solidaire

INVITACIÓN A UNA BREVE REFLEXIÓN

60 AÑOS DE CCU Y DE CCFD-TERRE SOLIDAIRE1

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ENTREVISTA REALIZADA POR IGNACIO ARBOLEYA A FLORIANE LOUVET, REPRESENTANTE DE CCFD - TERRE SOLIDAIRE PARA LA PLATAFORMA MERCOSUR SOCIAL Y SOLIDARIO.

Es curioso y no tanto que el CCFD-Terre Solidaire y el CCU compartan el mismo año de creación. Ambas organizaciones tienen una historia común de sus fundadores pese a estar a miles de kilómetros de distancia y en contextos distintos. Los años 60 era una época de renovación y cambio. Movimientos de jóvenes estudiantes y trabajadores católicos, que visualizaban su compromiso de fe como un compromiso social y militante que debía ocuparse de buscar alternativas frente a las grandes inequidades del mundo, se organizaban en diferentes lugares del mundo.

Así nació el CCU y seguramente así nació el CCFD-Terre Solidaire hace 60 años. Hoy el CCU ya no es una organización confesional pero sigue manteniendo su compromiso con aquellas causas que motivaron su creación. Hoy el CCFDTerre Solidaire es un movimiento solidario que aglutina miles de voluntarios y donantes que junto a un equipo profesional apoyan y desarrollan acciones de promoción y defensa de derechos, nuevas formas de concebir la economía y de producción agroecológica amigable con el ambiente entre otros temas diversos.

No es casual entonces que el CCFD-Terre Solidaire y el CCU hayan transitado buena parte de su historia trabajando juntos. Hasta 1995 apoyando acciones y programas de trabajo que el CCU implementaba en Uruguay. A partir del año 2004 (o antes si consideramos la etapa de diseño del Programa), participando en la articulación regional del Programa MERCOSUR Social y Solidario y últimamente la Plataforma MERCOSUR Social y Solidario. En ese marco de trabajo tuvimos el gusto de participar como organización invitada de las actividades de los 50 años del CCFD-Terre Solidaire y de su ejercicio de prospectiva y planificación quinquenal del 2014-2020. También de diferentes encuentros de economía social organizados por el CCFDTerre Solidaire y sus organizaciones aliadas.

Por lo tanto, es muy bueno plantearnos como institución una breve mención del CCFD-Terre Solidaire respecto a los 60 años del CCU. Esto desde dos perspectivas:

En función de la larga trayectoria de intercambio y trabajo juntos y frente a los desafíos actuales. ¿Cómo se debería mantener una relación de intercambio y cooperación entre ambas organizaciones?

Me parece que cualquier organización, para ser pertinente, necesita renovarse, abrirse. Ahora bien, las relaciones de cooperación ayudan a mantener esta ventana de apertura. El CCFD-Terre Solidaire y el CCU se necesitan mutuamente, a distintos niveles :

» Para interpelarse sobre temas, tendencias, desafíos nuevos o permanentes. Nuestra relación actúa como despertador, juega un papel de provocación, que nos ayuda a abrir los ojos sobre nuestro mundo y a internacionalizar nuestra comprensión de las crisis que enfrentamos.

Img: Mapeo de organizaciones sociales en contexto de pandemia PMSS - CCFD Terre Solidaire)

» Para aprender y fortalecer sus capacidades. La experticia del CCU en cooperativismo es fuente de inspiración para el CCFD-Terre Solidaire y su trabajo con organizaciones sociales en América Latina. Reconocemos en el

CCU una capacidad muy valiosa de formación y transmisión de su experiencia en economía social.

» Para soñar juntos otro mundo, inventar una sociedad más justa, más inclusiva, más solidaria. Nos necesitamos para construir puentes entre los continentes, tejar lazos entre culturas y horizontes diferentes. La Plataforma

MERCOSUR Social y Solidario es uno de los espacios donde nos encontramos e intentamos dibujar este deseo de ciudadanía activa y de una integración regional social.

La economía social ha sido un eje transversal de trabajo del CCFD-Terre Solidaire. ¿Qué rol piensan que ocupará en el futuro? ¿Cómo piensa el CCFD-Terre Solidaire encarar este tema en el futuro?

No es casual que el CCFD-Terre Solidaire haya elegido entre sus ejes estratégicos para los 6 próximos años el tema de la “justicia económica”. Hoy en día, observamos grandes desigualdades internacionales y nacionales en la repartición de las riquezas y la dominación de una actividad económica muy destructora para los derechos humanos y ambientales. Frente a estas lógicas excluyentes, la economía social propone otro tipo de sistema económico, centrado en los valores de dignidad humana, protección del medio ambiente y solidaridad. El CCFD-Terre Solidaire pretende movilizarse a favor de una “justicia económica” y de una “sociedad de bienes comunes” de varias maneras : apoyando actores de la economía social y solidaria en los territorios ; construyendo y difundiendo un análisis sobre las consecuencias del sistema económico neoliberal y extractivista; documentando las diferentes formas de dominación (patriarcado, racismo…) y sus interconexiones con las desigualdades económicas ; abogando por la implementación de la Ley francesa del Deber de Vigilancia de las empresas multinacionales2 y militando por la adopción de un marco regulatorio vinculante similar a nivel europeo y de la ONU; informando y sensibilizando a los.as ciudadanos.as, a través de procesos de educación popular, sobre la necesidad de un cambio de paradigma económico etc.

El CCFD-Terre Solidaire reafirma su compromiso con una economía que garantice el respeto de los derechos humanos fundamentales, la justicia social y la preservación del planeta, al servicio de los seres humanos y del bien común.

2 Impulsada por un grupo de parlamentares y organizaciones de la sociedad civil- entre ellas el CCFD-Terre Solidaire – la ley sobre el deber de vigilancia, adoptada en marzo de 2017 y entrada en vigor a partir de 2019, marca una etapa histórica para la protección de los derechos humanos y del medio ambiente. Impone a las grandes empresas francesas, de más de 5000 asalariados en Francia o 10 000 en el mundo, un deber de vigilancia sobre sus actividades y las de sus filiales, proveedores y subcontratistas. Estas empresas tienen de ahora en adelante la obligación de establecer, publicar e implementar un plan de vigilancia para identificar los riesgos que ponen en peligro las libertades fundamentales, la salud y la seguridad de las personas, los derechos humanos y el medio ambiente.

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