COMPARTIENDO N° 24 ¡Por una vida productiva, sana y feliz; libre de transgénicos! viernes, 04 de julio 2014
INDICE
No al retroceso en la política ambiental para los peruanos y peruanas Ley de seguridad alimentaria y nutricional: un paso importante Parar el crimen globalizado CHINA SACUDE LOS MERCADOS DE GRANOS Y SOYA DE EE.UU. Quién avergonzó a Brasil aquí y fuera de aquí Alianza para certificar la sanidad e inocuidad de los alimentos en los restaurantes La economía ecológica y la propuesta decrecentista El impacto de la producción agroindustrial sobre el derecho a la alimentación Control Biológico de Enfermedades de Plantas en América Latina y el Caribe ! Cara a cara dos modelos: el agroindustrial y el agroecológico, ¿cuál elegimos?
CALENDARIO AGROECOLOGICO 2014
Editor: Fernando Alvarado de la Fuente E-mail: bioferdi@hotmail.com Blog: http://fernandoalvaradodelafuente.blogia.com/ FaceBook: Fernando Alvarado BioFerdi WEB: www.ideas.org.pe Facebook: http://www.facebook.com/centroideas.peru
NOTICIAS Y EVENTOS DE LA SEMANA
PRONUNCIAMIENTO
Señor Presidente de la Republica No al retroceso en la política ambiental para los peruanos y peruanas Las diferentes organizaciones de la sociedad civil representados por los abajo firmantes expresamos nuestra preocupación por los acontecimientos que se vienen dando en materia de política ambiental en el país como parte del paquete de reactivación económica recientemente aprobado por el congreso, que no toma en cuenta la sostenibilidad económica, social y ambiental; restan competencias y debilitan la institucionalidad del Ministerio Nacional del Ambiente (MINAM), asimismo se ha dado una Ley que flexibiliza el ingreso de agroquímicos entre ellos plaguicidas altamente peligrosos, y, la demorada implementación de la ley que establece la Moratoria al Ingreso y Producción de Organismos Vivos Modificados al Territorio Nacional por 10 años (Ley N° 29811). La situación mencionada pone en riesgo la salud en general y la preservación del medio ambiente por las siguientes razones: Consideramos Que el Ministerio del Ambiente es el ente rector en materia de política ambiental y su creación significó el primer paso para propiciar “el uso sostenible, responsable, racional y ético de nuestros recursos naturales…” (Según el DL Nº1013, de su Ley de creación); después de muchos años de desgobierno ambiental y sobre explotación de los recursos sin responsabilidad ambiental y social. Por ello, aprobar medidas que debiliten y le reduzcan las competencias al MINAM significará poner en peligro el ambiente, la estabilidad de nuestros ecosistemas, nuestra biodiversidad y el derecho a la vida de las generaciones futuras.
Que la Ley N° 29811 establece la necesidad de controlar y monitorear el ingreso de las semillas transgénicas al país; lamentablemente esta tarea no está siendo implementada por negligencia y dejadez de las autoridades competentes. Esta situación, es crítica porque se ha otorgado funciones al INIA, que en este caso podría estar actuando como juez y parte en el control de las semillas, situación que está generando un descontrol a nivel de importación y comercio de las semillas de origen dudoso. Después de 18 meses de su aprobación, no muestra avances en su implementación y aún no se realizan controles en aduanas o en campos de cultivo, como lo establece la Ley. La presencia de representantes de instituciones públicas y privadas abiertamente “pro-transgénicas” en la Comisión Multisectorial de Asesoramiento (CMA) están dificultando el cumplimiento de las metas establecidas. A esta situación se suman la falta de voluntad de las instituciones competentes para sumir su rol y la descoordinación con los distintos niveles de gobierno.
Que actualmente en el país el uso indiscriminado de plaguicidas viene provocando graves problemas de contaminación ambiental y afectando la salud de miles de trabajadores del campo y sus familias. Con un criterio antitécnico, esta situación se sigue promoviendo con la ley que flexibiliza el ingreso masivo de agroquímicos, dejando de lado estrategias de menor costo como la implementación de Programas de Manejo Integrado de plagas, que han sido exitosas en diversos cultivos; y que lamentablemente con la implementación de esta ley tendremos mayores impactos en la salud y el ambiente.
Por lo indicado demandamos: La revisión del “paquete” de normas que afectan directamente la institucionalidad del MINAM y pone en riesgo la gobernanza ambiental del país . Los grupos de poder económico tienen que entender que en el Perú, se debe respetar el marco normativo ambiental vigente; y más bien deberían contribuir en el fortalecimiento de la gestión ambiental para asegurar el desarrollo integral, económico y cultural, y
valorarnos a todos los peruanos, como seres humanos que necesitamos vivir en armonía permanente con nuestro entorno.
La implementación ordenada y transparente de la Ley de Moratoria al ingreso de los transgénicos, cumpliendo los compromisos establecidos, por parte de las instituciones involucradas (públicas y privadas). De ninguna manera se debe permitir la presión que vienen ejerciendo ciertos representantes para que los objetivos de la Ley no se cumplan.
La derogatoria de la Ley que modifica la Ley de Sanidad Agraria (Ley N° 1059), porque incrementará los riesgos a la exposición de los agricultores, trabajadores del campo y ciudadanos consumidores a los plaguicidas, y provocará mayores niveles de contaminación ambiental a la flora, fauna y aguas superficiales y subterráneas. En su remplazo se cree un fondo para implementar un programa nacional de manejo integrado de plagas e impulso a la agricultura ecológica según Ley 29196
Lima 6 de julio del 2014 Suscriben Consorcio Agroecológico Peruano-CAP Red de Acción en Agricultura Alternativa – RAAA Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios – ASPEC Asociación Nacional de Productores Ecológicos del Perú – ANPE Perú Instituto de Desarrollo y Medio ambiente – IDMA Centro IDEAS Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético - RPCJyCE Comité de Consumidores Ecológicos - CCE
Ley de seguridad alimentaria y nutricional: un paso importante Escrito por Enrique Fernández-Maldonado Mujica Correo: emujica@cepes.org.pe Miércoles, 02 Julio 2014 Por fin el Congreso de la República aprobó la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Luego de permanecer seis meses en salmuera, una mayoría significativa de parlamentarios (72 votos, contra 1) resolvió, el último 11 de junio, desestimar el pedido de reconsideración planteado por la congresista Martha Chávez (Fuerza Popular), que pretendía impedir su aprobación. Recordemos que en diciembre último, y en dos votaciones seguidas, el Pleno del Congreso votó mayoritariamente por la ley. Con esta decisión, el Legislativo da un trascendental paso hacia la constitución de un cuerpo normativo clave para asegurar que la población peruana pueda acceder a una alimentación adecuada. Con todas sus limitaciones (la más importante: el retiro de toda alusión al término soberanía, por presiones del Minagri y el MEF2), la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional es crucial por varios motivos. Listamos los principales: • Reconoce el derecho humano a la alimentación como parte del ordenamiento legal interno. En adelante, el Estado peruano deberá disponer de los recursos necesarios para garantizar que todos los peruanos y peruanas accedan a una alimentación saludable y nutritiva. • Establece una serie de lineamientos que deberán seguir las políticas públicas para garantizar la disponibilidad y accesibilidad (física y económica) a alimentos producidos localmente y de alto valor nutritivo. Esto implica promover tanto la oferta (pequeña agricultura familiar, sobre todo) como la demanda (alentar el consumo de alimentos inocuos, suficientes y nutritivos). • Dispone la creación de un Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria de composición multiactoral. Liderado por el Minagri, este sistema contará —en cada nivel de gobierno: nacional, regional, municipal— con un consejo integrado por representantes gubernamentales, pero también de las organizaciones campesinas, de los productores agropecuarios, comerciantes y trabajadores de la industria gastronómica, a fin de articular los distintos espacios de manera sostenible y productiva.
Toca ahora al Poder Ejecutivo promulgar la norma e incorporar sus lineamientos y objetivos en el diseño de las políticas públicas en materia agrícola, ambiental y social. La seguridad alimentaria es uno de los componentes del desarrollo humano, como lo señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y se inscribe dentro de los compromisos asumidos por el Estado peruano en tratados internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc, 1976)3. Su ejecución debe acompañarse con la implementación de la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (DS N.º 021-2013-MINAGRI)4, recién aprobada en diciembre del año pasado. Con ese objeto, el Gobierno deberá asignar los recursos necesarios —en el Presupuesto General de la República previsto para el próximo año— para que ambos instrumentos de política no terminen siendo letra muerta. La ley sola no basta Queda claro, sin embargo, que para universalizar el derecho a la alimentación y garantizar la seguridad alimentaria hará falta mucho más que un marco normativo adecuado. Un diseño institucional óptimo supone, además, el fortalecimiento de las instancias gubernamentales vinculadas con los objetivos asumidos en la ley, comenzando por el Minagri, convertido en un ministerio «cenicienta» en el marco del Estado neoliberal que tenemos desde Fujimori. La capacidad de una sociedad para avanzar hacia niveles de desarrollo social básicos (como proveer a sus ciudadanos de las condiciones necesarias para el disfrute de una alimentación sana) depende —en gran medida, aunque no solo— de la fortaleza de sus capacidades productivas. Dichas capacidades, en este caso particular, no deben ser entendidas exclusivamente en términos tecnológicos —que son importantes— sino, sobre todo, en términos sociales: el Estado deberá atender con prioridad a los sectores campesinos que hacen posible el consumo de productos agrícolas (y, de paso, el boom gastronómico). El objetivo de la seguridad alimentaria supone necesariamente el desarrollo social y económico de los productores agrícolas, especialmente de la pequeña agricultura familiar, la cual, paradójicamente, pese a su relevancia social y económica, representa la base pobre de nuestra estructura social (ver artículo sobre agricultura familiar en esta edición). Un dato importante Esta ley es importante, también, porque nace como resultado de un (inusual) proceso de diálogo y cabildeo entre los parlamentarios y los sectores directamente involucrados. Ya fuera en la Comisión Agraria como en la de Inclusión Social, del Congreso de la República, un conjunto de organizaciones sociales vinculadas con el sector agrario —como la Alianza de Organizaciones Agrarias (CNA, CPP, Femucarinap, ANPE), con el apoyo del Colectivo Perú por una Seguridad Alimentaria con Soberanía (que agrupa a diversas ONG y agencias de cooperación)— acompañó las discusiones e incidió en la decisión de los parlamentarios, quienes finalmente aprobaron, por unanimidad, el dictamen presentado ante el Pleno. Aliadas importantes en este proceso fueron las congresistas Claudia Coari y Rosa Mavila, quienes destacaron el impacto de género de la ley y su importancia para sectores clave en el objetivo de asegurar la seguridad alimentaria en el país, como son los pequeños productores agrícolas. El reto hacia adelante es consolidar lo avanzado, que no es poco, y planificar futuras iniciativas dirigidas a concretar el objetivo complementario: la soberanía alimentaria. Sin obviar la importancia (y necesidad) de profundizar nuestra vinculación comercial con el mundo, la meta de la seguridad alimentaria dependerá, en gran medida, de los grados de autonomía que asumamos como Estado para el diseño e implementación de políticas públicas que prioricen el derecho a la alimentación adecuada, por encima de cualquier consideración comercial o económica. Se trata, sin embargo, de una idea que suscita resistencia en los sectores defensores del libre comercio y de los acuerdos bilaterales firmados con países que, paradójicamente, cuentan con políticas agresivas de promoción y protección de su producción agrícola local (EE.UU., Unión Europea, etc.); acuerdos contractuales contradictorios que afectan, sobre todo, a países como el nuestro, que tienen una posición política débil en las negociaciones comerciales y carente de perspectiva estratégica hacia el futuro. El próximo proceso electoral presidencial de 2016 será, sin duda, una coyuntura propicia para debatir propuestas de desarrollo agrícola que incorporen estos elementos y, eventualmente, nos permitan enrumbar hacia una estrategia integral de seguridad y soberanía alimentaria. Veremos. Tome nota 1 Sociólogo. 2 Ministerio de Agricultura y Riego, y Ministerio de Economía y Finanzas. 3 Pidesc. <http://bit.ly/1bDPWCi>. 4 <http://bit.ly/MqyYj3>. Fuente: CEPES Fuente: http://www.agronegocios.pe/columnas/item/4111-ley-de-seguridad-alimentaria-y-nutricional-un-paso-importante
Parar el crimen globalizado La agricultura desposeída de la tierra → Gustavo Duch. La Jornada de México, 25 de junio de 2014 -Sofía, ¿y qué dijo Obama a tu reclamación? Cuando le contó de los cánceres y leucemias de los niños y niñas de su barrio en Córdoba (Argentina), de los abortos de sus vecinas, cuando le mostró las fotos de malformaciones y le explicó cómo anda la gente con pañuelos en el rostro para disimularlas. ¿Qué le respondió el presidente más poderoso del mundo cuando Sofía le interpeló? Con todos esos precisos detalles se lo pudo explicar, pues Sofía Gatica, recibida por Obama tras ser reconocida con el premio Goldman (el premio nobel alternativo), tiene memoria y no tiene miedo. Tiene vivencias que duelen, eso tiene. Pero realmente, ¿qué tiene Obama? ¿Miedo o en su defecto incapacidad para enfrentarse a una corporación estadounidense como Monsanto? Porque los campos que rodean el barrio de Sofia y muchos millones de hectáreas por otros lugares, son campos de soja transgénica de Monsanto que varias veces al año son fumigadas desde avionetas con el glifosato, pesticida también propiedad de Monsanto. Un negocio de muchas cifras responsable de lo que un informe del Ministerio de Salud cordobés ha corroborado: en las zonas donde se siembran trnasgénicos y se utilizan sus agroquímicos, la tasa de cáncer duplica al promedio nacional. Para doblegar ese miedo, para construir capacidad es que esta semana nos movilizamos. Por los pueblos fumigados de Argentina; por las más de mil costureras muertas en el derrumbe de las fábricas textiles en Rana Plaza (Bangladesh) donde sus manos y horas servían hacinadas a los intereses de grandes corporaciones del textil; por los 34 mineros muertos a tiros de la policía que defendió con puntería, en Marikana, al noroeste de Sudáfrica, los intereses de la multinacional Lonmin Platinum; por las comunidades que en Chiapas ven como Coca Cola es quien mejor y mayor acceso tiene al agua potable; por quienes, como esclavos del s.XXI, permanecen años a bordo de barcos thailandeses en faenas de captura de pescados que alimentarán a los langostinos criados en piscifactorías de grandes multinacionales y que se convertirán en coloridos coktails de platos de medio mundo; por las aves que caen, los peces que se ahogan, los árboles que lloran, las gentes que huyen de sus selvas en cuanto Shell, Chevron o Repsol ponen sus zarpas en ellas. Por tanta Vida afectada por las corporaciones, urge adoptar medidas efectivas que permitan controlar sus ansias y sus codicias. Porque no sólo es que Obama tenga o no tenga voluntad de detener los atropellos de una multinacional sino que la legislación existente está pensada para todo lo contrario, para aplanar las sendas de estos mastodontes insensibles. Si avanzan tan rápido, invictos e inviolables, también es por dos motivos. El primero, una «arquitectura de la impunidad» que, como una cuadrilla de guardaespaldas, les otorga una protección total mediante acuerdos incluidos en los tratados de libre comercio o las reglamentaciones de instituciones internacionales como el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio. El segundo, ese mantra capitalista, esa fe neoliberal que, anunciando que el interés propio es el mejor mecanismo para promover el interés general, viste a estas multinacionales con trajes acorazados. Un primer paso puede darse gracias al empeño de muchas organizaciones y movimientos sociales y su campaña http://www.stopcorporateimpunity.org/ centrada en presionar la 26ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que esta semana se está celebrando en Ginebra, y que incluye, en uno de los puntos a tratar, el debate sobre la “instauración de mecanismos eficaces para el seguimiento y evaluación de los impactos generados por las grandes corporaciones”. Y sobretodo puede permtir dar los primeros para la urgente necesidad de construir propuestas valientes y concretas para garantizar que el cumplimiento de los derechos humanos sea norma inviolable por parte de las empresas transnacionales. El reto es claro: obligar a quien no quiere ser obligada a respetar lo que no quieren respetar.
CHINA SACUDE LOS MERCADOS DE GRANOS Y SOYA DE EE.UU. WSJ en español 1 de julio del 2014 La postura firme de China sobre las importaciones de un ingrediente ampliamente usado en el pienso estadounidense está sacudiendo los mercados de granos y soya. En las últimas semanas, el gigante asiático ha reducido las compras de granos secos de destilería (DDG, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, un coproducto del etanol de maíz que se utiliza para alimentar al ganado vacuno y porcino, por preocupaciones de que los envíos contengan una modificación genética que Beijing no ha aprobado, dicen ejecutivos y operadores. La medida se produce después de que China disminuyó también las importaciones de maíz estadounidense por inquietudes sobre su alteración genética. China dejó de otorgar nuevos permisos de importación de DDG hace varias semanas, según fuentes de la industria. Funcionarios del gobierno no han confirmado un cambio de política y no respondieron a pedidos de comentarios. Esto ha provocado una caída de alrededor de 19% en los precios del ingrediente en EE.UU. desde el 3 de junio, según datos del Departamento de Agricultura de ese país. La mayor disponibilidad del producto en EE.UU. ha deprimido los precios de ingredientes alternativos para el pienso, incluyendo el maíz y la harina de soya. Los futuros del maíz cayeron 5% en junio. El lunes, los contratos para entrega en julio bajaron 18,75 centavos, o 4,2%, a US$4,2425 por bushel, su menor precio de cierre desde el 9 de enero en la Chicago Board of Trade (CBOT). Los futuros de la harina de soya, que se obtiene de la soya molida y que se usa para alimentar a cerdos y pollos, cayeron cerca de 6% el mes pasado y alcanzaron un mínimo de tres meses el 20 de junio en la CBOT. Tanto los granos secos de destilería como la harina de soya son ricos en proteínas, por lo que los productores ganaderos sustituirían los primeros por los segundos a medida que caigan los precios. El precio al por mayor del producto en la parte oriental del Cinturón del Maíz de EE.UU. fue de US$167,50 la tonelada el 24 de junio, frente a US$207,50 el 3 de junio, según datos del gobierno. La caída del precio podría reducir las ganancias de los productores de etanol de EE.UU., muchos de los cuales generan entre 20% y 25% de sus ingresos de este producto. Se prevé que EE.UU. produzca 42,9 millones de toneladas de DDG en la temporada 2013-2014, que termina el 31 de agosto, un alza interanual de 8,7%, según datos de la Universidad Estatal de Iowa. De esa cifra, cerca de un cuarto será exportado. China ha sido un gran comprador en los últimos años. Fue el destino de un tercio de las exportaciones de EE.UU. en 2013 y más que duplicó sus importaciones en los primeros cuatro meses de este año frente al mismo lapso del año pasado, a 1,85 millones de toneladas. La restricción de China a las importaciones de DDG llega después de que prácticamente dejó de comprar maíz estadounidense porque algunos cargamentos contenían el tipo transgénico MIR 162, desarrollado por la empresa de semillas y químicos suiza Syngenta AG SYNN.VX . Desde fines del año pasado, China ha rechazado cargamentos de maíz y DDG debido a que las autoridades afirmaron que contenían la variante transgénica prohibida. Los rechazos, que incluyen más de un millón de toneladas de maíz, han perjudicado las ganancias de los operadores de granos de EE.UU., entre ellos Cargill Inc. y Archer Daniels Midland Co. Parte de los cargamentos de maíz rechazados fueron revendidos a compradores en otros países de Asia, como Vietnam, Corea del Sur y Japón, según el Departamento de Agricultura de EE.UU. En cambio, es mucho más difícil desviar los cargamentos de DDG, ya que China es de lejos el mayor comprador del ingrediente que se produce en EE.UU.
Quién avergonzó a Brasil aquí y fuera de aquí 2014-06-18
Pertenece a la cultura popular del fútbol abuchear a ciertos jugadores, a los jueces y, finalmente, a alguna autoridad presente. Los insultos e insultos con palabras soeces que hasta los niños pueden escuchar es algo inaudito en el fútbol en Brasil. Se dirigieron a la más alta autoridad del país, a la presidenta Dilma Rousseff, situada en la parte posterior de la tribuna oficial. Estos insultos vergonzosos sólo podían provenir de la clase de gente que todavía tiene visibilidad en el país, "gente blanquísima de clase A, con falta de educación y sexista" como comentó la socióloga del Centro de Estudios Feministas, Ana Thurler. Los que conocen un poco de historia de Brasil o quienes hayan leído a Gilberto Freyre, José Honorio Rodrigues y Sérgio Buarque de Hollanda saben identificar inmediatamente tales grupos. Son sectores de nuestras élites, los más conservadores del mundo y rezagados en el proceso de civilización global, como solía recalcar Darcy Ribeiro; sectores que durante 500 años ocuparon el espacio del Estado y se beneficiaron de él a más no poder, negando derechos ciudadanos para garantizar privilegios corporativos. Estos grupos todavía no han conseguido deshacerse de la Casa Grande que tienen incrustada en la cabeza, ni olvidar la picota donde eran flagelados los esclavos negros. No sólo su boca está sucia; está sucia porque su mente es sucia Están anticuados y piensan todavía dentro de los viejos paradigmas del pasado, cuando vivían en el lujo y el consumo conspicuo como en la época de los príncipes renacentistas. En el duro lenguaje de nuestro mayor historiador mulato Capistrano de Abreu, gran parte de la élite «capó y recapó, sangró y resangró» siempre al pueblo brasileño. Y lo sigue haciendo. Sin ningún sentido de los límites y, por eso, tan arrogante, cree que puede decir los insultos que quiera y faltar al respeto a cualquier autoridad. Lo que pasó mostró a los brasileños y al mundo qué tipo de liderazgo tenemos todavía en Brasil. Nos avergonzaron aquí y en el extranjero. El pueblo no es ignorante, sin educación y descarado, como suelen pensar y decir. Descarado, inculto, sin educación e ignorante es el grupo que piensa y dice eso del pueblo. Son sectores en su gran mayoría rentistas que viven de la especulación financiera y que mantienen millones y millones de dólares fuera del país, en bancos extranjeros o en paraísos fiscales. Bien dijo la presidenta Dilma: "el pueblo no reacciona así; es civilizado y extremadamente generoso y educado". Puede abuchear, y mucho. Pero no insultar con lenguaje chulo y machista a una mujer, justo a la que ostenta la más alta representación del país. Con serenidad y sentido de soberanía dio a estos incivilizados una respuesta de cuño personal: "he sufrido agresiones físicas casi insoportables y nada me desvió de mi rumbo". Se refería a las torturas a las que fue sometida por parte de los agentes del Estado de terror que se instaló en Brasil desde 1968. En el pronunciamiento que hizo más tarde por televisión mostró que nada la desvía del rumbo ni la asusta porque vive de otros valores y pretende estar a la altura de la grandeza de nuestro país. Este hecho vergonzoso recibió el rechazo de la mayoría de los analistas y de los que se manifestaron en público. Sin embargo, la reacción de los dos candidatos a remplazarla en la presidencia fue lamentable. Prácticamente usaron casi las mismas expresiones, en la línea de los grupos embrutecidos: "Ella cosecha lo que siembra", dijo uno. El otro dio a entender que merecía los insultos recibidos. Sólo los espíritus tacaños y carentes de sentido de dignidad podrían reaccionar de esta manera. Y éstos son los que quieren definir el destino del país. ¡Con ese espíritu! Estamos cansados de liderazgos mediocres que siguen cual gallinas escarbando en el suelo, incapaces de levantar el vuelo alto de águilas que merecemos y con una grandeza proporcional al tamaño de nuestro país. Un amigo de Múnich, que sabe bien portugués, impactado por los insultos, comentó: “ni en el tiempo del nazismo se insultaba de esta manera a las autoridades”. Tal vez él no sabe qué tipo de prehistoria hemos vivido y qué tipo de sectores elitistas siguen dominando y de qué manera prepotente se muestran y se hacen oír. Ellos son los principales agentes que nos mantienen en el subdesarrollo social, cultural y ético. Nos hacen pasar una vergüenza que, realmente, no merecemos. Leonardo Boff
Alianza para certificar la sanidad e inocuidad de los alimentos en los restaurantes México Calidad Suprema
México Calidad Suprema, la certificadora SAHC y especialistas en la materia establecieron una alianza para promover entre los restauranteros mexicanos una certificación de higiene y sanidad que permita asegurar a los comensales la inocuidad de los alimentos que ofrecen. La asociación civil México Calidad Suprema, con el apoyo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), otorgará incentivos de hasta por el 50 por ciento del costo de la certificación a los restauranteros que decidan sumarse a esta alianza. El coordinador general de Promoción Comercial y Fomento a las Exportaciones de la ASERCA (Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios), Georgius Ricardo Gotsis Fontes, indicó que para la dependencia la inocuidad es una herramienta fundamental y estratégica que permite a los productos agroalimentarios competir en los mercados internacionales. Explicó que en 2013, a través de México Calidad Suprema, ASERCA apoyó a 1.200 productores para obtener la certificación de inocuidad, lo cual les permite ofertar productos sanos a los consumidores mexicanos e incursionar en nuevos nichos de comercialización. Por su parte, el presidente del Consejo Directivo de México Calidad Suprema, Juan Alberto Laborín Gómez, resaltó los beneficios de la alianza entre esta instancia, certificadores y especialistas, que se verán reflejados en un mayor rendimiento económico y salud pública. La directora general de México Calidad Suprema, Liz Quintero Posadas, explicó que se apoya a los productores para aplicar los Sistemas de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRCC) que implementa el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA). El vicepresidente legislativo del Consejo Directivo de México Calidad Suprema, Juan Barrio, informó que se trata de un esfuerzo sin precedente que incorpora además al Colectivo Mexicano de Cocina, que es representado por los más reconocidos chefs, a nivel nacional e internacional, quienes promueven el consumo de alimentos mexicanos, certificados y de calidad. Fuente: Sagarpa.gob.mx Fecha de publicación: 26/06/2014
La economía ecológica y la propuesta decrecentista 25/06/14 Por Carmelo Ruiz Marrero*
Parece que las disciplinas de la economía y la ecología siempre han estado reñidas. En prácticamente todos los conflictos ambientales, uno ve economistas y ecologistas en bandos opuestos. El principal problema de la ecología con la economía es que las principales doctrinas económicas de los siglos XX y XXI, sean de izquierda o derecha, se fundamentan sobre el crecimiento ilimitado. Dice Robert Costanza, uno de los máximos exponentes de la economía ecológica: “Los paradigmas económicos corrientes (capitalista, socialista, y las varias mezclas) están todos basados sobre la premisa subyacente de crecimiento económico continuo e ilimitado”. En las fórmulas económicas convencionales se presume que los recursos naturales son infinitos, y que cualquier objeción ecologista al crecimiento canceroso de la economía se puede atender apelando al optimismo tecnológico. Pero tan temprano como en 1963 esa visión tecno-optimista y modernista a ultranza recibía una cubeta de agua fría en la cara con la publicación de Scarcity and Growth de Harold Barnett y Chandler Morse. Una década más tarde fue publicado el histórico informe de Meadows et al., Los Límites del Crecimiento, conocido también como el Informe del Club de Roma. Según sus autores, si las tasas de crecimiento económico y de uso de recursos naturales continuaban, habría un catastrófico colapso ambiental y económico en algún momento en el siglo 21. El informe salió a la luz en un momento histórico que multiplicó su impacto: Coincidió con el embargo petrolero de la OPEP y con la Conferencia ambiental de Naciones Unidas en Suecia, conocida como la Conferencia de Estocolmo. Ya se hacía imposible para la profesión de los economistas el ignorar la problemática ambiental.
Desde entonces se dieron varios acercamientos entre los bandos economista y ecologista. En 1982 tomó lugar en Suecia el Simposio Wallenberg sobre integración de la economía y la ecología, y luego el Vienna Center realizó dos talleres sobre economía y ecología en Estocolmo y Barcelona en 1986 y 1987 respectivamente. Al otro lado del océano, el congreso anual de la Ecological Society of America de 1987 incluyó una sesión sobre la relación ecología-economía. Al final de la década estos acercamientos entre economistas y ecólogos rindieron fruto con la formación de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica y de la publicación académica Ecological Economics. La propuesta ecologista de parar el crecimiento económico (decrecimiento o decroissance) es un reto a la economía keynesiana e igualmente a la economía neoliberal de libre mercado. Ambas son muy distintas- en la primera el estado regulador e interventor es el motor de la actividad económica mientras que en la segunda se le deja todo a la empresa privada. Pero desde el punto de vista ecológico termodinámico ambas economías se fundamentan sobre el crecimiento continuo y el endeudamiento (más público que privado en el caso del keynesianismo), y en el uso de combustibles fósiles. Dice el economista y ecologista catalán Joan Martínez Alier: “La macroeconomía ecológica no cree en el crecimiento económico, menos aun cuando éste se alimenta de deudas, ya sea deudas de los consumidores o deudas públicas. Calla, paga la deuda con un plan de ajuste y después crece y podrás endeudarte otra vez, le dicen los doctores al paciente económico. Pero el verdadero alimento de la economía industrial no son las deudas. Son los combustibles fósiles.” El más importante pensador originario de la propuesta decrecentista fue sin duda el economista rumano Nicholas Georgescu-Roegen (1906-1994), autor de The Entropy Law and the Economic Process (1971). Combinando física y biología con teoría económica clásica, Georgescu-Roegen aplicó la segunda ley de la termodinámica (la ley de entropía) a la actividad económica y llegó a una conclusión horripilante: no importa qué hagamos, el mundo va encaminado al agotamiento de todos sus recursos naturales, es decir entropía total. Toda actividad económica, por abstracta y electrónica que sea, se fundamenta en última instancia en la explotación física de recursos naturales. Por lo tanto, mientras más crecimiento económico, más rápido nos aproximamos al fin fatídico. El que la actividad económica sea eficiente es totalmente irrelevante, lo que importa es si ésta crece o se reduce. Desde esta perspectiva, tenemos que reducir nuestra actividad económica para amortiguar esa caída inevitable que nos aguarda en el futuro. Georgescu-Roegen tuvo una gran influencia sobre Martínez Alier y también sobre Jeremy Rifkin y Ted Howard, quienes en 1980 publicaron el libro Entropy: A New World View. En este libro, que tiene un epílogo escrito por Georgescu-Roegen, los autores argumentan que un entendimiento de la ley de entropía es requisito fundamental para una sabiduría ecológica profunda y revolucionaria. Volviendo al reto al crecimiento económico presentado por Meadows et al., hubo muchas respuestas a Los Límites del Crecimiento, a favor y en contra. El más importante intento de refutación fue el informe de la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, Nuestro Futuro Común, publicado en 1987. La comisión, liderada por la dirigente socialdemócrata noruega Gro Harlem Brundtland, fue la respuesta keynesiana a Los Límites del Crecimiento. Desde sus primeras páginas, el documento opta explícitamente por el crecimiento económico como necesario para la sustentabilidad. Pero el mensaje del Informe Brundtland, como se le conoce, fue desplazado en unos pocos años por el economismo de libre mercado y el neoliberalismo. En la Cumbre Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de 1992 (la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro) el discurso en boga fue el del ambientalismo corporativo. Según Martínez Alier: “La batalla entre el fundamentalismo del mercado y el ecologismo es una gran batalla de nuestra época, en la que la socialdemocracia keynesiana del Informe Brundtland y el sistema de Naciones Unidas mediaron en 1987 con argumentos intelectualmente débiles pero muy jaleados según las cuales crecimiento económico y sustentabilidad ecológica eran compatibles, lo que reaparece para Rio de Janeiro en 2012 (La segunda Cumbre de la Tierra, la llamada Rio + 12) como ‘economía verde’.” (Paréntesis añadido) Ante la ofensiva neoliberal y los errores del extractivismo de los gobiernos progresistas suramericanos, los proponentes de la economía ecológica como Martínez Alier, el ecuatoriano Alberto Acosta y el uruguayo Eduardo Gudynas, entre otros, le apuestan al “ecologismo de los pobres”. Sobre esto podríamos elaborar en un futuro artículo. * Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño. Colaborador activo de la Organización Boricuá de Agricultura Eco-Orgánica y la campaña nacional Nada Santo Sobre Monsanto. Dirige además el Monitor de Energía y Ambiente de América Latina (http://energyandenvironmentmonitor.blogspot.com/) y el Blog de Bioseguridad
(http://bioseguridad.blogspot.com/). Ecoportal.net http://carmeloruiz.blogspot.com.ar/
El impacto de la producción agroindustrial sobre el derecho a la alimentación Micòl Savia
ALAI AMLATINA, 23/06/2014.- Hoy en día en el mundo se produce mucho más de lo suficiente para alimentar a toda la población, sin embargo, una de cada siete personas sufre de hambre crónica. En 2009, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) anunció la cifra vergonzosa de 1.020 millones de hambrientos. El 80% de ellos vive en zonas rurales: son campesinos, pequeños agricultores, trabajadores sin tierra, personas que viven de las actividades tradicionales de pesca, caza y pastoreo[1]. El hambre, como todos sabemos, no es un desastre natural, sino el resultado de políticas económicas deliberadamente impulsadas por los países capitalistas avanzados y sus instituciones financieras (Banco Mundial, OMC y FMI, o “jinetes del Apocalipsis” como las llama Jean Ziegler[2]) y de las cuales sólo se beneficia un puñado de grandes empresas transnacionales, en detrimento de los derechos humanos de grandes sectores de la población mundial. La progresiva industrialización, privatización y liberalización del sector agroalimentario, y la creciente concentración de la cadena alimentaria en manos de unas pocas empresas privadas que persiguen como único fin el de maximizar sus ganancias, están destrozando perentoriamente el medio ambiente, al tiempo que condenan a muerte millones de ciudadanos. Los campesinos, privados de los recursos productivos básicos, como tierra, agua y semillas no alcanzan a producir siquiera lo necesario para sobrevivir. Y, por supuesto, no pueden alimentar al resto del mundo, que consecuentemente queda a merced de las multinacionales. En 2012, el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Shutter, presentó al Consejo de Derechos Humanos un informe[3] en el que denuncia que los sistemas alimentarios actuales no sólo no han conseguido acabar con el hambre, sino que además promueven dietas malsanas que generan sobrepeso y obesidad, dos fenómenos que provocan aún más muertes en el mundo que un peso inferior al normal. Los datos son muy alarmantes: “hoy en día más de 1.000 millones de personas de todo el mundo tienen sobrepeso, y al menos 300 millones son obesas. El sobrepeso y la obesidad ocasionan 2,8 millones de muertes cada año, de forma que, en la actualidad, el 65% de la población mundial vive en países (todos los países de ingresos altos y la mayoría de los países de ingresos medianos) en los que el sobrepeso y la obesidad ocasionan más muertes que un peso inferior al normal”. Esto quiere decir que, por ejemplo, en un país como los Estados Unidos, por primera vez los niños podrían tener esperanzas de vida inferiores a las de sus padres. El aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cánceres gastrointestinales y otras enfermedades relacionadas a la malnutrición, suele atribuirse a un “estilo de vida elegido", es decir, a la decisión de hacer menos ejercicio físico y consumir más comida rápida. Pero, advierte De Shutter, no es así, “se trata de un problema sistémico. Hemos creado entornos generadores de obesidad y hemos diseñado sistemas alimentarios que, con frecuencia, se oponen a estilos de vida más sanos en vez de propiciarlos”. Los gigantes del agroindustria, tras quitar la tierra a los campesinos del Sur, inundaron los supermercados de los países del Norte con productos altamente procesados, hipercalóricos y ricos en sal, azúcar y grasas saturadas: la llamada comida basura o chatarra. La distribución capilar y a precio barato de estos productos ha provocado un verdadero cambio nutricional en nuestras dietas. Obesidad: la nueva amenaza En la actualidad, en los países ricos, una alimentación sana que incluya una amplia variedad de frutas y verduras es más cara que una alimentación rica en aceites, azúcares y grasas. Este es sin duda uno de los factores responsables del aumento del sobrepeso y la obesidad, que de hecho afectan de manera
desproporcionada a los más pobres. Estudios científicos demuestran una estrecha relación entre niveles bajos de educación y de ingresos y mayores tasas de obesidad, diabetes de tipo 2 y enfermedades coronarias. Sin embargo, la obesidad y las enfermedades no transmisibles vinculadas a dietas poco sanas ya no son una exclusiva de los países ricos. Los países en desarrollo están viviendo un cambio rápido hacia el consumo de alimentos procesados, que suelen ser importados, y el abandono de las dietas tradicionales. Los alimentos de alta calidad, en particular verduras y frutas tropicales, se exportan al extranjero mientras que importan cereales refinados. Además, la mayor inversión extranjera directa en la industria de procesamiento y la existencia de más supermercados provocan un aumento de estas enfermedades. “Por ejemplo, tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, empresas estadounidenses aumentaron masivamente sus inversiones en la industria mexicana de procesamiento de alimentos (de 210 millones de dólares en 1987 a 5.300 millones en 1999) y las ventas de alimentos procesados en México se dispararon a una tasa anual de 5% a 10% entre 1995 y 2003. El aumento resultante en el consumo de refrescos y refrigerios entre los niños mexicanos es la causa de las muy elevadas tasas de obesidad infantil en el país”, señala De Shutter. Las consecuencias son inexorables. Se calcula que, para 2030, en los países pobres 5,1 millones de personas morirán prematuramente cada año por enfermedades relacionadas con la malnutrición. Para las sociedades el coste de estas enfermedades es inmenso, tanto el coste directo (atención sanitaria) como el costo indirecto (pérdida de productividad). Ya actualmente en América Latina y el Caribe el costo sanitario por casos de diabetes se sitúa en 65.000 millones de dólares al año, o entre el 2% y el 4% del PIB[4]. En su informe, Olivier De Shutter recomienda a los Estados varias medidas para promover dietas más sanas como, por ejemplo, aplicar impuestos a los refrescos y alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal o reexaminar los sistemas existentes de subsidios agrícolas. Y fue muy claro en su diagnóstico: “Solo se conseguirá una transición hacia dietas sostenibles apoyando distintos sistemas de explotación agrícola que permitan garantizar a todas las personas el acceso a dietas adecuadas y al mismo tiempo respaldar los medios de subsistencia de los agricultores pobres, y que sean sostenibles desde un punto de vista ecológico.” A la misma conclusión llegaron otras agencias internacionales como la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todas concuerdan: el cambio de rumbo es urgente. La comida no es una mercancía sino una fuente de vida. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU está actualmente discutiendo un proyecto de Declaración sobre los derechos de los campesinos y otras personas que viven en las zonas rurales. La discusión es complicada. Los Estados Occidentales, a pesar de las repetidas advertencias del Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación y de otros expertos, se oponen al proyecto con fuerza. Sin embargo, los campesinos luchan con determinación. Su lucha por la tierra, el agua, las semillas, los medios de producción, la biodiversidad, etc., es nuestra lucha. Sin ellos no podemos sobrevivir. Notas: [1] Estudio definitivo del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos sobre la discriminación en el contexto del derecho a la alimentación (A/HRC/16/40) [2] Jean Ziegler, Destrucción masiva, la Geopolítica del hambre, Península, 2012. [3] Informe A/HRC/19/59, 2012 [4] Informe del Secretario General de las Naciones Unidas (A/66/83) - Micòl Savia esabogada, representante permanente de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas (AIJD) ante las Naciones Unidas en Ginebra. * Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No., 496 de junio de 2014, que trata sobre el tema de " Políticas y alternativas en el agro en el año de la agricultura familiar" http://www.alainet.org/publica/496.phtml URL de este artículo: http://www.alainet.org/active/74832
Control Biológico de Enfermedades de Plantas en América Latina y el Caribe ! En esta publicación se presentan la historia, situación actual y perspectivas del Control Biológico de enfermedades de plantas en América Latina y el Caribe. Control Biológico de Enfermedades de Plantas en América Latina y el Caribe. Bettiol, W.; Rivera, M. Mondino, P.; Montealegre, J.; Colmenárez, Y. Eds. 2014 Esta información podría servir de base para la implementación de políticas públicas destinadas al fomento de estas tecnologías en la producción vegetal. A su vez, investigadores, académicos, estudiantes, profesionales y técnicos interesados en control biológico de enfermedades de las plantas, encontrarán en este libro información acerca de las experiencias, éxitos y dificultades encontradas en esta parte del mundo por parte de quienes han trabajado en el desarrollo de estas tecnologías en la región. Para este libro, se invitaron a diferentes especialistas de los países, quienes escribieron el capítulo correspondiente. La invitación tuvo una respuesta positiva de parte de investigadores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, mientras que para la región del Caribe, se escribió un capítulo que incluye información recabada en diversos países de esa zona, que puede usarse como ejemplo y punto de partida. Este libro es el resultado del esfuerzo conjunto de especialistas de esos países y de los editores de Wagner Bettiol, Marta C. Rivera, Pedro Mondino, Jaime R. Montealegre y Yelitza Colmenárez (de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay) quienes pensamos que es necesario impulsar, incentivar e incrementar el uso de esta tecnología en nuestra región y aportar un marco histórico para esta área de la fitopatología en el continente. Junio 2014 Link: http://transocal.wordpress.com/2014/07/01/control-biologico-de-enfermedades-de-plantas/ Descargar Pdf: http://portal.fagro.edu.uy/phocadownload/Publicaciones/Libros/Control_Biologico/Control%20Biol%C3%B3gico %20de%20Enfermedades%20de%20Plantas%20en%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe.pdf
Cara a cara dos modelos: el agroindustrial y el agroecológico, ¿cuál debe ser nuestra ruta? Agricultura campesina y prácticas tradicionales
"La verdadera agricultura tradicional es la que ha permitido a la humanidad evolucionar en acompañamiento con la naturaleza, crear culturas diversas adaptadas a casi todos los ecosistemas planetarios, y sustentar sociedades complejas como los romanos y griegos, los incas, etíopes y aztecas, además del despegue de las sociedades industriales del siglo 19. A pesar de que en esos procesos se cometieron algunos excesos contra la naturaleza, el manejo sustentable de los recursos permitió que la capacidad agro-productiva del planeta llegara prácticamente intacta hasta el siglo XX." Por Nelson Álvarez Febles | 20 de Junio de 2014 Saludamos el 20 aniversario de la revista latinoamericana “Biodiversidad: sustento y culturas”. Hace unas semanas la Cámara de Representantes de Puerto Rico llevó a cabo unas vistas públicas sobre la ley que pretende reglamentar la actividad agrícola en el Bosque Modelo en la zona central montañosa de la isla. En una ponencia del Departamento de Agricultura se argumentó en contra de las prácticas agrícolas sustentables, mientras se hacía una defensa a ultranza de la agricultura industrial de altos insumos externos y depredadora de los recursos naturales.1 La ponencia incluyó argumentos sin fundamentar que contradicen numerosos estudios y experiencias exitosas, que demuestran que las prácticas agrícolas ecológicas y sustentables tienen una enorme capacidad para
producir alimentos en cantidad y calidad para aportar a la seguridad y soberanía alimentaria.2 La ponencia citada llama ‘usos agrícolas tradicionales’ a prácticas que se introdujeron a partir de los años cincuenta del siglo pasado. Esas prácticas surgen mayormente de modelos agrícolas industriales desarrollados para monocultivos en climas templados y suelos mayormente llanos, no necesariamente aptas para suelos inclinados en climas tropicales húmedos. Esa agricultura es dependiente de la importación al país de enormes cantidades de insumos externos: abonos de síntesis química, todo tipo de pesticidas (herbicidas, fungicidas, nematicidas, plaguicidas, etc.), maquinaria pesada, semillas híbridas y transgénicas, entre otros. Por lo tanto, nuestra alimentación sigue dependiendo de las importaciones. Además, ese modelo agrícola ha sido responsable en Puerto Rico de enormes impactos negativos documentados sobre la naturaleza: erosión de los suelos delicados de las montañas, sedimentación de cuerpos de agua y lagos, impactos sobre manglares y arrecifes, contaminación de aguas superficiales y subterráneas, destrucción de bosques y biodiversidad, entre otros. Además, se sigue ignorando la posible relación de esas prácticas, especialmente el uso de productos químicos tóxicos, con problemas de salud endémicos en nuestra población, entre ellos partos prematuros, diabetes y cáncer.3 Durante el siglo pasado, a partir de la revolución industrial y la extensión del paradigma reduccionista a todos los ámbitos de la actividad humana, se vivió una aceleración y aumento enorme de la capacidad tecnológica para interferir y modificar la naturaleza. En un siglo hemos visto una enorme intervención con consecuencias planetarias como el cambio climático, pérdida masiva de la biodiversidad, erosión extensiva de los suelos, depredación de los recursos marinos y contaminación de aguas. El modelo dominante ha perdido toda perspectiva a largo plazo, y parte de las metas a corto plazo y el lucro de una cantidad cada vez más reducida de personas y corporaciones.4 Mientras tanto, la verdadera agricultura tradicional es la que ha permitido a la humanidad evolucionar en acompañamiento con la naturaleza, crear culturas diversas adaptadas a casi todos los ecosistemas planetarios, y sustentar sociedades complejas como los romanos y griegos, los incas, etíopes y aztecas, además del despegue de las sociedades industriales del siglo 19. A pesar de que en esos procesos se cometieron algunos excesos contra la naturaleza, el manejo sustentable de los recursos permitió que la capacidad agro-productiva del planeta llegara prácticamente intacta hasta el siglo XX. En otro lugar hemos argumentado que la agricultura puertorriqueña, que produjo 65% de los alimentos consumidos en la Isla para dos millones de personas en el año 1939, mientras exportaba azúcar, café, tabaco y otros productos, tradicionalmente incorporó tecnologías que hoy se consideran modernas y sustentables.5 Sostenemos que muchas de las prácticas tradicionales de la agricultura campesina -entendida como aquella que parte de una estrecha relación con el medio social y natural mientras se potencian las relaciones y ciclos productivos de los agreocosistemas- son cercanas a las modernas tecnologías modernas propuestas por la ciencia agroecológica: “El rescate y afirmación de lo jíbaro [campesino puertorriqueño] aporta herramientas necesarias para manejar efectiva y exitosamente la complejidad que implica el desarrollo de un sistema agrícola y alimentario propio, eficiente, sustentable, económicamente viable y ecológicamente sensitivo. Es decir, movernos como país hacia la soberanía alimentaria mediante la agroecología.” Los y las agricultores y campesinos asumen el protagonismo Los argumentos a favor de un manejo sustentable y ecológico que los representantes de las organizaciones de la sociedad civil presentaron durante las recientes vistas públicas sobre el Bosque Modelo en Puerto Rico, y que se vienen ofreciendo en distintos foros y a través de los medios de comunicación, se apoyan sobre bases sólidas. En años recientes ocurre una confluencia de tres vertientes empíricas y teóricas importantes: la (re)valorización de la (verdadera) agricultura tradicional, campesina, familiar, local; el desarrollo de la agroecología en su vertiente académica; y una extensa experiencia con buenos resultados en agricultura sustentable en prácticamente todos los agroecosistemas del planeta. En los años ochenta América Latina salía de un periodo de dictaduras salvajes en el Cono Sur, mientras Centro América había sido desangrada por guerras civiles, todo parte de políticas imperialistas. Como parte del empeño de exterminar cualquier vestigio de luchas sociales a favor de la justicia y la equidad, los sectores campesinos y rurales sufrieron una brutal agresión, no solo física sino también social y cultural. En una reedición de los procesos coloniales tras la invasión europea a partir del 1492, las prácticas agroalimentarias locales fueron, una vez más, marginadas en muchos lugares.
Mientras tanto, como algo novedoso y en ocasiones llenando el vació de los sistemas de agricultura tradicional denigrados y marginados, llegan al sur modelos de agricultura ecológica y sustentable, mayormente como parte de programas para el desarrollo auspiciados desde sectores progresistas del norte. Desde el llamado primer mundo, llegan los movimientos de agricultura orgánica, biodinámica, permacultura, entre otros. En aquellos años vimos cómo se promovían técnicas más propias de climas templados, como las camas altas abonadas, en distintos países de América Latina. A través de una estrecha colaboración entre los y las agricultores locales pequeños, los campesinos y los cooperantes del norte, los modelos fueron adaptados a las condiciones locales en Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, República Dominicana, Nicaragua y en casi todos los países latinoamericanos. Hacia mediados de la década de los noventa, muchos de los que trabajábamos en organizaciones no gubernamentales en apoyo a los derechos de los agricultores, anticipábamos un cambio estratégico importante en cuanto a los actores llamados a ser los portavoces de aquellas reivindicaciones. A través de contactos informales entre las ONGs y organizaciones de base social local se fue recuperando, ampliando, rescatando valorando una re-aproximación el ser campesino. A partir de entonces se unieron los campesinos, agricultores pequeños, pueblos indígenas, los pescadores artesanales, agricultores urbanos, y se fueron articulando las bases para la soberanía alimentaria, una nueva estrategia para las luchas a favor del control sobre la vida, que se lanzó en el 1996 en Liebzig, Alemania, por la Via Campesina, durante una reunión de la FAO, el organismo de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura. Las organizaciones locales de productores de alimentos y otros medios biológicos para el sustento, fueron consolidando sus propias estructuras organizativas a nivel local, nacional e internacional. Algunas de las ONGs para el desarrollo ceden el protagonismo, y pasan a ser aliadas estratégicas de los campesinos y sus luchas. En aquel nuevo escenario, una vez los actores pasan a ser los mismos agricultores familiares, sus comunidades y organizaciones, se dan cambios importantes en las prioridades, tanto a nivel ideológico como estratégico. Las organizaciones campesinas deciden que no necesariamente es en los foros internacionales, en las estructuras de los estados o en la colaboración con instituciones de investigación bajo control de las multinacionales de la agroalimentación que mejor pueden adelantar sus causas. Desde lo local se trabaja sobre el control del territorio, la (co)gestión de la naturaleza, los derechos de las mujeres agricultoras, las decisiones sobre tecnologías apropiadas, el libre uso e intercambio de semillas y recursos genéticos agrícolas, el acceso a los mercados y los créditos, entre otras prioridades. Mientras se va gestando el nuevo protagonismo de las organizaciones campesinas, en muchos países se consolida la crítica a la agricultura contemporánea depredadora de los recursos naturales y de altos insumos externos. A la par, se extiende la práctica de una agricultura alternativa. Esa forma distinta de hacer agricultura intenta aprovechar los ciclos naturales en el manejo de energía, nutrientes, agua y biodiversidad. Sustituye las prácticas altamente contaminantes por estrategias que no son residualmente tóxicas para la naturaleza y el ser humano, algo muy bien recibido por los movimientos ambientalistas emergentes. Prioriza la inserción local tanto en los aspectos productivos como en la distribución y mercadeo de insumos y productos. La agroecología campesina En un proceso paralelo al afianzamiento de los movimientos campesinos, se van consolidando redes desde sectores académicos –universidades como la Mayor de San Simón en Bolivia, Berkley en Estados Unidos, Córdoba en España, Santa Clara en Cuba- las cuales se entrelazan con ONGs que trabajan en agricultura local en Brasil, Chile, Perú, Uruguay, Colombia, Centro América, el Caribe, entre muchas otras. Se llevan a cabo investigaciones sobre el conocimiento agrícola tradicional, se hacen adaptaciones locales y se articulan con las comunidades y sus movimientos. Toda esa actividad, nutrida de cientos de experiencias y procesada por instituciones respetuosas de la diversidad, sabiduría y cosmovisiones de los pueblos, consolida a la nueva ciencia de la agroecología como opción estratégica, una manera de ver la agricultura como parte de un paradigma de la complejidad.6 Muchas de las prácticas tradicionales de la agricultura campesina integran criterios de sustentabilidad ecológica y social que se nutren de y a su vez son integrados en la agroecología. Algunos ejemplos agronómicos son el manejo integral en el tiempo y espacio de la biodiversidad en los bosques, el uso diversificado e integrado de las parcelas para estabilizar los agroecosistemas, y estrategias en la agricultura de montaña para proteger y potenciar los ciclos de los suelos y el agua. En lo social existen una gran diversidad de propuestas comunitarias para compartir y colectivizar el trabajo, el uso de la tierra y el mercadeo de las cosechas. Además de importantes innovaciones en lo agronómico, la agroecología plantea desde sus primeras definiciones que la agricultura es un hecho eminentemente social, tanto en el desarrollo tecnológico, como en el manejo de los recursos y la gestión de sus productos. Así se coloca a la mujer y al hombre en el centro de la
cultura-del-agro, a la vez que se hace una crítica devastadora a la agricultura elitista que defiende una supuesta ciencia imparcial de pensamiento único, con frecuencia al servicio de las grandes multinacionales. A veinte años de la revista Biodiversidad: sustentos y culturas En los años noventa, junto a otros movimientos campesinos, el MST en Brasil comenzó a promover a la agroecología en sus asentamientos, capacitando, produciendo semillas ecológicas y creando infraestructuras apropiadas. Más recientemente, la Via Campesina ha integrado a la agroecología como parte de sus estrategias, tanto por su capacidad productiva ambientalmente sensitiva, como por la reivindicación a las fincas pequeñas y medianas como unidades locales de inserción comunitaria. Entendemos que la agroecología en su expresión campesina es parte de un proceso dinámico de prácticas y generación de conocimientos, capacitación e investigación apropiada, en unión a los campesinos y pequeños productores. Tiene la capacidad de contribuir a la intensificación productiva en ecosistemas sensitivos. También hace un aporte importante a los procesos de recampesinización, allí donde, como en Puerto Rico, las culturas campesinas han sido devastadas.7 Al mismo tiempo, se generan espacios de reflexión, que incluyen instancias académicas y políticas solidarias, apropiados al desarrollo, crecimiento y consolidación de las organizaciones agrícolas de base comunitaria y local. La Revista Biodiversidad: sustento y culturas ha sido y es un eslabón en la construcción de ese encadenamiento solidario.8 Notas 1) Departamento de Agricultura del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Ponencia ante el Comité de Recursos Naturales en relación al Proyecto de la Cámara 1635 / del Senado 893, “Creación del Bosque Modelo de Puerto Rico,” 5 de junio de 2014, San Juan. [↩] 2) Varios autores han escrito extensamente sobre las ventajas de la agricultura sustentable y ecológica para logras seguridad y soberanía alimentaria en Puerto Rico, aportando una gran cantidad de referencias para respaldar los argumentos. En 80grados.net se encuentran varios de esos trabajos, entre ellos, los del agrónomo Ian Pagán-Roig y el que esto escribe. [↩] 3) “Revealed: the glyphosate research the GM soy lobby doesn’t want you to read.” The Ecologist, 2010. Ver aquí; “Pesticides linked to type 2 diabetres.” Environmental Research, 2013. Ver aquí. “Pesticides Induced Diseases: Cancer.” Beyond Pesticides, Protecting Health and the Environment with Science, Policy and Action, 2010. Ver aquí [↩] 4) Para una perspectiva desde la colonización europea de América, ver: Breve vistazo histórico a la pérdida de la biodiversidad a través de la agricultura depredadora, julio/agosto de 1995. Curso de maestría sobre Políticas públicas en agrobiodiversidad, parte del programa de estudios del Instituto Latinoamericano de Ecología Social (ILES), Montevideo. [↩] 5) Nelson Alvarez Febles, “Lo jíbaro como metáfora del futuro agroecológico,” 80grados, San Juan, 2014. Ver aquí [↩] 6) Como un espacio de colaboración entre las instituciones solidarias y los movimientos campesinos, ver Observatorio de Soberanía Alimentaria y Agroecología (OSALA), Ver aquí [↩] 7) Peter Rosset y María Elena Martínez Torres. 2013. “La Via Campesina y la Agroecología.” En El Libro abierto de la Vía Campesina: celebrando 20 años de luchas y esperanza. Ver aquí [↩] 8) El autor fue uno de los fundadores de la Revista Biodiversidad en 1994. El primer número de la revista se presentó durante un seminario internacional en septiembre del 1994, en Montevideo. El presente artículo se basa en uno que aparece en el número 80 de Biodiversidad, mayo 2014. Ver aquí. Para información sobre la revista y suscripciones (la versión digital es gratuita): http://www.biodiversidadla.org/ [↩] - Más información: aquí Fuente: 80 grados
CALENDARIO AGROECOLÓGICO
JULIO
* 6 julio, Día del Maestro * 11 julio, Día Mundial de la Población * Lunes 28 y martes 29 de julio, feriado por fiestas patrias
AGOSTO * 9 agosto, Dia Internacional de las Poblaciones Indígenas. * 12 agosto, Día Internacional de la Juventud * 19 de agosto (1989-2014) vigésimo quinto (25) aniversario RAE Perú * 22 agosto, Día Mundial del Folklore * 27 de agosto (2011-2014) Tercer Aniversario del Mercado Saludable de La Molina * sábado 30 agosto, Santa Rosa de Lima
SETIEMBRE
* 1 setiembre, Día del Árbol * 11 al 21 setiembre, Mistura 2014 (2008-2014) VII Feria Gastronómica Internacional de Lima. * 16 setiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono * 21 setiembre, Día Internacional de la Paz. * 23 setiembre, Día de la Juventud y la Primavera.
OCTUBRE
* miércoles 8 octubre, feriado, Combate de Angamos * 15 octubre, Día Mundial de la Mujer Rural * 16 octubre, Día Mundial de la Alimentación * 19 octubre, (2007-2014) sétimo aniversario de la Plataforma PERÚ PAíS LIBRE DE TRANSGÉNICOS * 29 octubre, (2004-2014) décimo aniversario de la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético
NOVIEMBRE * viernes 7 noviembre, (2002-2014) décimo segundo aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos * 10 noviembre, Día del Libro * 17 noviembre, (1998–2014) Aniversario 16 del Grupo EcoLógica Perú * 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño * 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer * sábado 29 noviembre, (1978-2014) el Centro IDEAS celebra su 36 aniversario
DICIEMBRE
* 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA
* 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos. Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica. * sábado 13 diciembre, (1999-2014) Décimo quinto Aniversario de la BioFeria de Miraflores. * lunes 8 de diciembre, feriado religioso * 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos * 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano * jueves 25 diciembre, feriado por Navidad * jueves 1 de enero 2015, feriado
COMPARTIENDO #24- 2014 ¡ Por una vida productiva, sana y feliz, libre de transgénicos ! Miembro de Centro IDEAS: Innovando procesos de calidad de vida RAE Perú (Red de Agricultura Ecológica del Perú) Promoviendo sociedades con cultura agroecológica CCE (Comité de Consumidores Ecológicos): Por una vida productiva, sana y feliz; libre de transgénicos SEPIA (Seminario Permanente de Investigación Agraria) Perú: el problema agrario en debate