Boletín Compartiendo Nro. 23-2016

Page 1

¡Por una vida productiva, sana y feliz; libre de transgénicos! martes, 07 de junio 2016

INDICE        

Talleres Bio Gastronómicos, en el Mercado Saludable de La Molina. Alimentos amigos del bosque / Por José Alvarez Alonso FACTOR LIMITANTE / José Álvarez El glifosato sigue siendo motivo de discordia en la UE Transgénicos: el ocaso de un imperio Los mercados verdes, la clave para un futuro económico sostenible y saludable ¿Competimos o nos autocertificamos? Los candidatos y los transgénicos

 CALENDARIO AGROECOLOGICO 2016

Editor: Fernando Alvarado de la Fuente E-mail: bioferdi@hotmail.com Blog: http://fernandoalvaradodelafuente.blogia.com/ FaceBook: Fernando Alvarado BioFerdi WEB: www.ideas.org.pe Facebook: http://www.facebook.com/centroideas.peru


NOTICIAS Y EVENTOS DE LA SEMANA

Talleres Bio Gastronómicos, en el Mercado Saludable de La Molina. TODOS los sábados y domingos, totalmente gratuitos y con degustación SÁBADO 11 de Junio, 10.30am, FRUTOS DE PROCESOS, Platos a base de aceite de coco y aceite de palma DOMINGO 12 de Junio, 11.00am, VERLEZA, Cocinando comida vegetariana SÁBADO 18 de Junio, 10.30am, VERLEZA, Cocinando comida vegetariana DOMINGO 19 de Junio, 11.00am, FRUTOS Y PROCESOS, Platos a base de aceite de coco y aceite de palma SÁBADO 25 de Junio, 10.30am, LA SAZÓN DE MELI, Entradas y platos de fondo Domingo 26 de junio, 11.00am, INKANTO, preparados especiales Siempre en el Mercado Saludable de La Molina (cuadra 5 Av. El Corregidor)

Alimentos amigos del bosque Por José Alvarez Alonso Foto: seresponsable.com Mi amigo Noam Shany, que acaba de volver de Natural Products Expo West en California, la feria productos naturales (alimentos, cosméticos, etc.) más grande del hemisferio occidental, y que congregó a más de medio millón de agentes y representantes de empresas, me comenta: “no pasarán más de dos años y verás que la mayoría de alimentos en los mercados del mundo desarrollado deberán tener una etiqueta indicando que no han contribuido a la deforestación, esto es, que sus insumos no han sido cultivados a costa del bosque.” Efectivamente, cada vez más alimentos, cosméticos y otros productos se venden en ciertos nichos de mercado con etiquetas como ‘orgánico’, ‘comercio justo’, ‘amigo de los pájaros’, ‘amigo de los delfines’, ‘libre de transgénicos’, entre otras similares. Pero ahora la iniciativa busca entrar a las ligas mayores: muchas grandes compañías agrícolas y de alimentos, incluyendo Cargill, Danone, Nestle, Unilever y otras, están cambiando hacia productos más sostenibles y han asumido compromisos como el de “deforestación cero”. Esto es, no van a incluir en sus cadenas de abastecimiento ningún producto que haya sido cultivado a costa del bosque., con lo que a las etiquetas anteriores se sumará la de ‘forest friendly’ (amigo del bosque). Esto incluye a “commodities” como la palma aceitera y a la soya, que son


las causantes de la pérdida de varias decenas de millones de hectáreas de bosques tropicales en la última década, especialmente en Malasia, Brasil y Paraguay. En Perú no tenemos soya cultivada en los pobres suelos amazónicos, pero sí palma, cacao y café. El cacao se ha convertido en el motor más grande de deforestación en los últimos años, gracias a los programas de promoción de varias agencias, tanto gubernamentales como de cooperación, y de los gobiernos regionales y locales, que no han tenido en cuenta criterios de sostenibilidad y de ordenamiento territorial. La plaga de roya que asoló los cultivos de café también forzó a muchos campesinos a buscar otros cultivos alternativos. La que es buena noticia para el planeta no lo es tanto para los promotores de monocultivos en nuestra selva, que se han valido de la debilidad de nuestra legislación y de nuestro aparato judicial para seguir talando bosques primarios. Al final, el anunciado “cacao sostenible” de Tamshiyacu, en Loreto, se topará con el Señor Mercado… Si es que llega a producirse en estos pobrísimos suelos ricos en cadmio y aluminio… Estas decisiones tan drásticas no han sido tomadas por estas compañías gigantes solo por una voluntad de “greenwashing” o reverdecimiento para estar a la moda, sino por presión de los propios consumidores, cada vez más conscientes de los riesgos que enfrenta el planeta por el cambio climático y las emisiones de carbono (en este caso las causadas por la pérdida de bosques). Los consumidores, especialmente en los países más desarrollados, cada vez exigen productos más naturales y sostenibles, y presionan para que las cadenas de abastecimiento de los productos alimenticios y cosméticos se “limpien” de productos dañinos para el ambiente o que exploten a las personas. En los últimos años han tenido mucho éxito las campañas lanzadas por Greenpeace, Rainforest Action Network y otras organizaciones contra productos como la palma aceitera o la pasta de papel, que estaban aniquilando los bosques tropicales, especialmente en el sudeste asiático, o el cacao proveniente de plantaciones en Costa de Marfil, que usaban trabajo esclavo de niños. Los mercados están respondiendo a estas tendencias: Noam me explica que en EE.UU. el consumo de alimentos convencionales está disminuyendo en torno al 5 % al año, mientras el consumo de alimentos naturales se incrementa en cifras cercanas al 18 % al año. Muchas organizaciones conservacionistas también están haciendo incidencia, con las compañías agrícolas y de alimentación, y con los consumidores, para combatir las causas de la pérdida de bosques tropicales, especialmente la avidez insaciable de los mercados globales por esos commodities culpables de la pérdida de los bosques tropicales. Estas tendencias globales representan una gran oportunidad para el Perú, donde todavía existen 2.2 millones de pequeños campesinos que en buena medida cultivan productos nativos con técnicas tradicionales, sin muchos insumos químicos (unos 55 mil ya están certificados como orgánicos). Los países más desarrollados llevan décadas maltratando sus suelos con agroquímicos (algunos cultivan masivamente transgénicos), por lo que los agricultores tienen problemas para retornar a la agricultura tradicional y obtener la certificación orgánica. Cabe por ello felicitar por su visión a la Provincia de Datem del Marañón, en Loreto, la primera del Perú en declararse orgánica con una ordenanza municipal. Es casi seguro que en un futuro próximo cada producto puesto en el mercado incluirá en su precio no solo los costos de producción y el margen de ganancia de las empresas, sino los costos ambientales, las ‘externalidades’ que ha causado su cadena productiva en términos de recursos y energía consumidos, y de desechos liberados al ambiente (incluyendo las emisiones de gases efecto invernadero, por supuesto, lo que hoy se ha dado en llamar “la huella de carbono”, a través del tan reclamado impuesto al carbono). Lo mismo ocurrirá con los servicios. Algunas empresas peruanas ya se están preparando y anuncian sus metas para llegar a ser “carbono neutrales”. Así que ahora los consumidores de las ciudades, tan lejos del bosque tropical, sí pueden contribuir con su conservación y ayudar a salvar el planeta del cambio climático, al tiempo que llevarán una vida más saludable: consumiendo productos certificados en cuya producción no se ha dañado los bosques o contaminado el ambiente, y cuando haya oportunidad, consumiendo productos cosechados


sosteniblemente del bosque por comunidades locales, con lo que las ayudarán también a salir de la pobreza. Avisados están. http://espacio360.pe/noticia/actualidad/alimentos-amigos-del-bosque-80da-user58-date2016-04-04actualidad

FACTOR LIMITANTE José Álvarez

Acabo de ver un impresionante video sobre la producción agrícola, acuícola y forestal en el desierto del Négev, en Israel, uno de los más áridos del mundo, y me pregunto qué sería del Perú si aplicásemos la tecnología moderna adecuada a los extensos arenales de nuestra costa, con un poco de sentido común y la tecnología ya disponible. Podríamos convertir buena parte del desierto en un vergel y acabar con la pobreza en la costa de una forma amigable ambientalmente, a la par que social y económicamente sostenible, porque ese tipo de inversión sí requiere una gran cantidad de mano de obra bastante cualificada, cosa que no ocurre con la mayoría de las mega inversiones. “En la costa el único factor limitante para las actividades agrícolas es el agua, y es más fácil manejar uno, por más que sea difícil, que muchos factores, como los que ocurren por ejemplo en la Amazonía”, me dice Noam Shany, agrónomo israelí dedicado desde hace una década a la conservación de la Amazonía peruana. No por casualidad los antiguos peruanos, sin las enormes ventajas que provee la tecnología moderna, consiguieron irrigar extensas áreas y, gracias a los excedentes agrícolas, expandirse y crear sociedades prósperas y sofisticadas donde antes solo había arena o pedregales. Este nivel de desarrollo económico no se consiguió en la Amazonía, pese a que seguro los indígenas intentaron muchas veces. Y casi podemos asegurar que fue debido a los factores limitantes para las actividades agropecuarias, no por el factor humano. Los factores limitantes para la producción agrícola son definidos como las propiedades y características del ambiente geográfico que influencian el desarrollo de las cosechas. Pueden ser de diverso tipo, desde climáticos hasta socioculturales, pero los más relevantes están asociados con las características del suelo. La “Ley del Mínimo de Liebig” o Factor Limitante aplicado a la Amazonía, nos ilustra por qué han fracasado tantos proyectos de desarrollo agropecuario en la selva, a un costo enorme en términos económicos, de pérdida de bosques y biodiversidad, erosión de suelos, alteración hídrica y climática (grave en un contexto de cambio climático), y también conflictividad social. Justus von Liebig formuló hace más de 150 años la Ley del Mínimo, que indica que el desarrollo de una planta se ve limitado por el mineral esencial relativamente más escaso. Es decir, aunque se fertilice con ciertos minerales, basta que uno sea escaso para que el cultivo baje su rendimiento de acuerdo con este nivel. Salvo honrosas excepciones, los suelos amazónicos no inundables (donde se promueve indiscriminadamente cultivos comerciales como el cacao, el sacha inchi y la palma aceitera) suelen tener serias deficiencias en varios minerales esenciales, por lo que la fertilización, además de ser cara (especialmente en selva baja, adonde no llega la red de carreteras) no suele tener un impacto significativo en la producción. Pero la pobreza de los suelos y la alta acidez (que impide el intercambio de cationes y su absorción por las plantas) no es el único problema. También lo son la elevada humedad relativa y las altas temperaturas, que favorecen el ataque por hongos y otras plagas, así como la abundancia de insectos, ácaros y otros parásitos. Y, finalmente, la cuestión sociocultural y logística: comunidades amazónicas con una cultura más “bosquesina” (manejadores de los recursos silvestres, fide el antropólogo Jorge


Gasche) que campesina, y las enormes dificultades logísticas que encarecen tanto la provisión de insumos como el transporte de productos al mercado, convierten a la agricultura comercial amazónica en una auténtica quimera, salvo raras excepciones (por ejemplo, los suelos aluviales de los grandes ríos de agua blanca, como el Amazonas, Ucayali y Marañón). Lo mismo aplica para la ganadería, por cierto: se requiere hasta dos hectáreas de suelos de altura para alimentar una vaca flaca, y esto por unos pocos años, pues los suelos se compactan rápidamente con las pezuñas de las vacas y se llenan de malas hierbas. Una granja en Israel, en contraste, con siete hectáreas de pastos manejados alimenta cerca de mil vacas y produce unos cuarenta mil litros de leche al día (¡probablemente más que todas las ganaderías de la Amazonía peruana juntas!). No parece que los ‘desarrollistas’ modernos, diseñadores e impulsores de planes, programas y políticas de desarrollo, se hayan enterado todavía de lo que los indígenas amazónicos percibieron miles de años atrás. O no parece que les importe: finalmente, no van a pagar de sus bolsillos los gastos, ni a cargar con las consecuencias. Y así nos va. En los últimos años, y pese a los compromisos de Perú de reducción la pérdida neta de bosques a cero en el 2020, y de emisiones de carbono (la tala de bosques representa cerca del 45 % del total de emisiones) hemos batido los récords de deforestación de la década (177,000 ha en el 2014), y fortalecido irresponsablemente la vulnerabilidad ante los eventos climáticos extremos, como se comprueba a cada rato en el incremento de sequías, inundaciones, huaycos y demás desastres naturales… Tampoco han visto ni ven estos desarrollistas que la verdadera riqueza de la Amazonía no está precisamente en los suelos y su potencial agrícola o pecuario (salvo excepciones, de nuevo), sino en sus riquísima biodiversidad, en sus bosques, sus recursos genéticos, sus frutos, semillas, látex, cortezas, fibras, fauna, miel, etc., y sus servicios ecosistémicos (recreación y turismo, regulación hídrica y climática, captura de carbono), todos los cuales son destruidos al impulsar una agricultura irrisoria. Para poner en valor estas riquezas se requiere inversión, pero esta se ha ido a construcción de carreteras que promueven más deforestación y actividades ilícitas, y a impulsar el subdesarrollo agropecuario amazónico…

El glifosato sigue siendo motivo de discordia en la UE “El mes pasado, 150 miembros del Parlamento Europeo (MEP) donaron muestras de orina para determinar mediante analíticas químicas si tenían glifosato en sus sistemas. La detección se produjo antes de una votación en la Unión Europea, que se había convocado con el fin de decidir si se debía re-licenciar al producto químico Roundup por otros 15 años.” ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 23/05/2016, 12:01 H | (410) VECES LEÍDA Europa no lo quiere Una encuesta realizada entre más de 7.000 ciudadanos que viven en los cuatro estados más grandes de la UE encontró que la mayoría de las personas se oponen al uso del glifosato: así lo expresaron el 75% de los italianos, el 70% de los alemanes, el 60% de los franceses y el 56% de los británicos. A principios de este año, el Comité de la Unión Europea sobre el Medio Ambiente, la Alimentación, Seguridad y la Salud Pública (ENVI) se opuso formalmente a la reautorización de glifosato por parte de la Comisión Europea. La analítica de la discordia Por otra parte y a iniciativa del partido de los Verdes, muchos miembros del parlamento europeo (150 para ser exactos) se decantaron por demostrar de manera efectiva e irrebatible, que el glifosato no solo es un veneno sino que podría ser bioacumulable y que está presente en el organismo de los humanos por ingestión de productos que fueron fumigados durante su producción. Las pruebas, realizadas por el prestigioso laboratorio BioCheck en Leipzig, indican que el glifosato se ha detectado en la orina de todo el grupo de participantes y en proporciones que resultan alarmantes, ya que la tasa media de glifosato encontrado en la orina de los eurodiputados era de 1,7 microgramos/litro o sea, diecisiete veces la cantidad permitida por norma, para los residuos de esta sustancia en el agua potable Europea (que es de 0,1 microgramos/litro).


Más pruebas El glifosato ya se ha detectado en los seres humanos y el medio ambiente inmediato en varios estudios. En 2013, un grupo llamado “Amigos de la Tierra” de Europa, publicó un estudio en el que se demostró que la mayoría de las personas de los 18 principales países europeos tienen trazas de glifosato en la orina. Un estudio alemán publicado en febrero pasado reveló que 14 de las marcas más populares de cerveza alemana dio positivo en dicha sustancia química y un reciente estudio también encontró glifosato en el 100% de los 14 vinos más célebres de California. De acuerdo otra investigación alemana realizada en 2015, sobre 2.000 muestras procedentes de un amplio grupo de ciudadanos, el 99,6% de los individuos tenían trazas de glifosato con concentraciones de cinco a cuarenta y dos veces mayor a la cifra mínima establecida. La fiabilidad o no de los resultados de las pruebas presentadas (que han sido infinidad) según los miembros del parlamento de la UE, sólo ha aumentado la confusión y la falta de comunicación con respecto a la seguridad del glifosato y siguen posponiendo la toma de una decisión definitiva. Por esa razón los Países Bajos quieren retrasar la decisión de prohibir el uso del glifosato hasta finales de 2017, lo que le daría tiempo a la Agencia Europea de Sustancias Químicas a completar el estudio sobre el glifosato y sus agentes tensio-activos que están realizando. Varios gobiernos nacionales, entre ellos Bélgica, están actualmente apoyando la posición de la Comisión Europea en ese sentido, ya que desean renovar la autorización del uso del glifosato. Sin embargo, otros como Italia, Francia, Alemania y Suecia han rechazado firmemente esta petición. La última votación La Unión Europea volvió a retrasar la votación sobre la renovación de la aprobación de ventas de pesticidas en base al glifosato, utilizado en el herbicida Roundup de Monsanto, en medio de una controversia acerca de si este elemento puede causar cáncer (cuando la OMS ya lo declaró “potencialmente cancerígeno”). Fuentes de la UE dijeron que la votación se pospuso debido a la oposición de Francia y Alemania, que tienen grandes industrias agrícolas y de productos químicos que compiten con el glifosato y sin el apoyo de esos dos países, la Comisión Europea carece de la mayoría que necesita para una votación vinculante. Una reflexión final O sea que el rechazo viene de manos de los intereses económicos de las naciones que producen otros pesticidas (de los que habría que comprobar el grado de toxicidad) y no de la realidad de que este elemento resulta altamente perjudicial para la salud humana. Pero lo peor aún está por venir, ya que si la UE se decide de una vez por todas a eliminar el glifosato, ya se sabe que la empresa Monsanto planteará toda clase de demandas, porque aparentemente es legal vender cualquier tipo de venenos y promocionarlos falsamente como inocuos, pero no lo es decidir no comprarlos. Fuente: medioambiente Fuente: medio ambiente

Transgénicos: el ocaso de un imperio TRANSGÉNICOS 25/05/2016

La bola de nieve que nunca parecía detenerse y que venía a arrasar con todo, paulatinamente se está frenando, o al menos esos son los primeros indicios de que el modelo basado en transgénicos está en un franco descenso. Transgénicos: el ocaso de un imperio Esto lo certificó un informe de una ONG denominada ISAA (International Service for the Acquisition of Agribiotech applications), a pesar de ser una organización con una tendencia a favor de la biotecnología. Desde que comenzaron los cultivos transgénicos -hace 20 años- siempre tuvieron un crecimiento sostenido, excepto en 2015 que –según ISAA- retrocedió en un 1%. Esta cifra no parece significativa, sin embargo considerando que en los últimos años en el mundo este tipo de cultivos alcanzó las 2.000 millares de hectáreas, sí lo es.


Todo parece indicar que el apogeo de estos paquetes biotecnológicos se terminó y que la resistencia de millones de personas está teniendo efecto… Todo parece indicar que el apogeo de estos paquetes biotecnológicos se terminó y que la resistencia de millones de personas está teniendo efecto, y no solo eso, sino que el rechazo de la propia tierra es la que también está provocando importantes pérdidas a un modelo antinatural. Las razones del ocaso Según ISAA, esta reducción “marginal” es coyuntural y se explicaría por el hundimiento de ciertas materias primas agrícolas como el maíz (-4% en superficies) o el algodón (-5%). También esta disminución “es susceptible de invertirse cuando el nivel de los precios se invierta”. En Estados Unidos, líder con el 39% del total mundial, las superficies de cultivos manipulados genéticamente o transgénicos (OMG) retrocedieron en 2,2 millones de hectáreas, mientras que en Canadá, quinto productor mundial, también se redujeron en 0,6 millones de hectáreas, según indicó el informe. La disminución más fuerte fue en el territorio sudafricano, en este caso en un 23% debido a las severas sequías. Sin ir más lejos, en la provincia de Santa Fe (Argentina) se perdieron millones de hectáreas de soja a causa de las recientes inundaciones. Aunque nadie desea que el agua sea una amenaza en vez de un recurso esencial, en este caso la Madre Tierra se hizo escuchar. Por otro lado, el país de Burkina Faso, único de África occidental convertido a la agricultura biotecnológica desde los años 2000, renunció totalmente al algodón transgénico, evocando su falta de rentabilidad. Otro de los motivos por el que las grandes trasnacionales como Monsanto están retrocediendo sus inversiones en los países en desarrollo es la “reglamentación costosa, lo que sigue siendo el principal impedimento para su adopción, según indico el informe. También, por supuesto, aunque el informe no lo mencionó está la resistencia de los ciudadanos comunes que se niegan a la implementación de las plantas, como el caso de Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, en donde durante más de dos años los asambleístas sostuvieron un bloqueo en la planta de Monsanto de dicha localidad en rechazo a la habilitación de la misma. No obstante la resistencia, hay cinco países en desarrollo –Brasil, Argentina, India, China y Sudáfrica en donde se cultivan casi la mitad (48%) de los OGM del mundo. Patentamiento de las semillas: otra pulseada perdida Quizás no lo vio en los principales medios de comunicación pero la trasnacional Monsanto no podrá patentar semillas en Argentina –como era su pretensión- porque no son una invención de la multinacional, sino de la naturaleza. Un fallo inédito de de la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal –con fecha 26 de noviembre de 2015- detiene la intención de Monsanto de cobrar canon extra por sus “desarrollos” transgénicos. “La molécula de ADN recombinante y las células modificadas no constituyen una invención (de Monsanto) porque son materia viva y preexistente en la naturaleza [..]”. “La molécula de ADN recombinante y las células modificadas no constituyen una invención (de Monsanto) porque son materia viva y preexistente en la naturaleza. Ese material genético tiene la aptitud de generar una planta completa y los países tienen la facultad de declarar no patentables a las plantas”, sentenció el dictamen firmado por los jueces Guillermo Alberto Antelo y Ricardo Gustavo Recondo.


“Es discutible que pueda patentar todo el material por el sólo hecho de haberlo modificado; como indiscutible que el autor de una obra literaria no deviene en propietario del lenguaje empleado en ella por haberla registrado”, fundamentó la sentencia en su rechazo a Monsanto. Aunque la decisión final depende de la Corte Suprema de Justicia, sin duda es un duro golpe contra las empresas biotecnológicas que pretenden patentar las semillas, cual fuera una invención suya. Monsanto obtiene dinero cada vez que vende una semilla. Pero, al intentar patentar, también quiere cobrar sobre el grano producido (sobre las cosechas) y cada vez que el mismo se utilice como semilla mientras dure la patente, lo cual está prohibido por la legislación argentina. Por tal motivo la trasnacional solicitó declarar “inconstitucional” el artículo 6 de la Ley de Patentes (decreto 260/96): “No se considerarán invenciones toda clase de materia viva y sustancias preexistentes en la naturaleza”. Afortunadamente, la sentencia judicial rechazó el pedido de la empresa y confirmó la validez de la normativa. ¿Por qué se producen “alimentos” transgénicos? Según sus defensores, esta tecnología tiene como fin aumentar el rendimiento de cultivos, ayudar a resolver el problema del hambre y mejorar la rentabilidad. Sin embargo, hay estudios que demuestran que los transgénicos no rinden más que los cultivos naturales y a su vez tampoco se utilizan principalmente como alimentos sino que se exportan a otros países para engordar ganado o elaborar biocombustibles. Además, introducen contaminantes al medio ambiente y nuevos riesgos para el hombre, los cuales se siguen sumando. El interés y razón de ser de cualquier compañía es obtener ganancias, considerando el lugar donde esta se desempeña, la sociedad y el medio ambiente. Sin embargo, estas corporaciones pretenden obtener ingresos por las patentes sobre los transgénicos y a la vez ejercer un control sobre el sistema agro-alimentario mundial para controlar el insumo fundamental: las semillas. En Argentina la mayor parte de la superficie agrícola depende -en alguna medida- de los transgénicos y los agroquímicos. Sin embargo, decenas de asambleas ambientales surgieron a lo largo del país para tomar conciencia y resistir a este modelo productivo. Ecoportal.net Worms Argentina http://www.wormsargentina.com/ Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Transgenicos/Transgenicos-el-ocaso-de-unimperio

ECONOMÍA 26/05/2016

Los mercados verdes, la clave para un futuro económico sostenible y saludable Por Marta Gandarillas Conocidos internacionalmente como los “Green markets” (mercados verdes), los mercados de producto fresco ecológico proliferan de manera exponencial por todo el mundo y es que la venta directa


del productor al comprador, de un producto local, de temporada, libre de tóxicos y respetuoso con la tierra, es una cuestión de imperiosa necesidad para nuestra salud, la del planeta y para retomar las riendas de un modelo de economía más justo y sostenible. Los mercados verdes, la clave para un futuro económico sostenible y saludable Los productos frescos, de temporada y con mayor aporte nutricional; el mayor beneficio para la economía local; el apoyo a los pequeños agricultores en favor de una soberanía alimentaria e impidiendo el oligopolio de las grandes empresas que acaparan el mercado; y la reducción de la emisión de CO2 al evitar las largas distancias de transporte, son algunas de las ventajas de este tipo de mercados. En España, Cataluña está a la cabeza con multitud de mercados de producto ecológico repartidos por distintas localidades de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona pero encontramos también mercados ecológicos que siguen proliferando en Madrid, Baleares, Canarias, Andalucía (sobre todo Málaga, Sevilla y Granada), Valencia, Cantabria, Zaragoza… Muchos de ellos han surgido a iniciativa de los propios productores de la comarca, otros de grupos de consumidores y otros de los Comités de Agricultura ecológica y ayuntamientos. A finales del año pasado se supo que el ayuntamiento de Barcelona se sumó al pacto internacional Milan Urban Food Policy Pact, por el que 110 ciudades de todo el mundo se han comprometido a defender una alimentación más saludable y responsable y a reforzar el rol de los ayuntamientos y las administraciones regionales en el desarrollo sostenible del sistema alimentario. La idea es convertir, durante los próximos tres años, 25 de los 39 mercados municipales alimentarios en “centros de oferta de productos ecológicos y de proximidad”. El mercado ecológico de Pedralbes Centre en Barcelona lleva tres años y medio funcionando con éxito en un espacio que ya queda pequeño. Como dice su fundador y organizador, Salva Santacana Olivella “desde que empezamos hasta hoy el salto ha sido increíble. La demanda es cada vez mayor. El 75% de nuestro público es cliente habitual que hace su compra cada semana y que vuelve porque conoce al productor, sabe la calidad del producto, que es local, certificado y hasta puede saber la hora a la que se ha recolectado la lechuga que se lleva”. Además de la fruta y verdura, panes, quesos de cabra de la montaña de Montserrat, legumbres, embutidos… el mercado apuesta por una forma de vida en coherencia y, aparte de bolsas de papel y biodegradables, ofrece un servicio de transporte en vehículo eléctrico para aquellos clientes impedidos para acudir. Descendiente de varias generaciones de agricultores, Salva y su mujer Silvia, llevan 20 años en la producción ecológica y además de su frutería La Pera en Masquefa, localidad situada a 30 km de Barcelona, cada sábado montan su puesto en la calle de las distintas poblaciones por las que pasa otro conocido mercado ecológico de Cataluña, el Mercat ecològic del Vallès. “Si vamos a la periferia ¿por qué no a la capital?” así nos cuenta Salva cómo surgió la idea del Mercat de Pedralbes, que además de abrir todas las semanas, tiene un horario comercial de 9 de la mañana a 9 de la noche. Desde hace casi una década el Mercat ecològic Món Empordà visita también cada semana una localidad distinta de esta comarca y más allá de la venta de productos ecológicos, locales y de calidad, ofrece espacios para el arte, talleres, conferencias, etc... En los alrededores de Madrid también encontramos cada mes mercados ecológicos en localidades como Rivas-Vaciamadrid, Pinto, La Cabrera, Hoyo de Manzanares, Colmenarejo,... En cuanto a los mercados de la capital, el más antiguo es el de la Cámara Agraria de Madrid, también mensual y que tiene lugar en la Puerta del Ángel. Hace un par de años, el Mercado Productores del Matadero de Madrid abrió sus puertas para que, durante el último fin de semana de cada mes, productores ecológicos de toda la comunidad puedan vender directamente a los consumidores. Y cada domingo, el Mercado de la Buena Vida en la calle Embajadores, en pleno Rastro, además de la venta, organiza actividades.


Seguiremos hablando de estos mercados y de los “greemarkets” más importantes del mundo en próximos números. Ecoportal.net Bio Eco Actual http://bioecoactual.acmbems.com/ Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Economia/Los-mercados-verdes-la-clave-paraun-futuro-economico-sostenible-y-saludable

DESARROLLO SUSTENTABLE 27/05/2016

¿Competimos o nos autocertificamos? Los resultados en cascada de los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) Había una vez un mundo en el que se cultivaban los alimentos y otro en el que se consumían. Para explicar al segundo las formas de producción era necesario mandar la información en cohetes, hasta que algunos habitantes de un mundo y de otro empezaron a juntarse, a hablar y a organizarse. ¿Competimos o nos autocertificamos? El pasado mes de noviembre, en Valencia, participamos en la organización, junto a CERAI y la Plataforma per la Sobirania Alimentària del País Valencià, de un encuentro estatal de Sistemas Participativos de Garantía (SPG). Esta es una forma un poco compleja de nombrar lo que pasa cuando, en un territorio concreto, un grupo de iniciativas productivas se organiza para autocertificarse sobre criterios agroecológicos con la complicidad de otras partes, especialmente de quienes consumen sus productos. Y puede que si suena complejo, sea porque lo es. Pero una complejidad en positivo, que surge de una mirada despierta y amplia, cuando entendemos la acción de producir y de consumir alimentos no como acciones desconectadas y estancas, sino como parte de un sistema de relaciones con la naturaleza y con las personas, y entendemos que con ellas realizamos una incidencia, un efecto del que nos corresponsabilizamos y que queremos observar y trabajar colectivamente. Una mirada que probablemente la agroecología nos ha enseñado, abriéndose paso sobre la cortedad de miras del sistema alimentario capitalista. En este encuentro tuvimos la oportunidad de sumergirnos en los debates de nueve grupos que, bajo diferentes condiciones y tiempos, caminan estos procesos que empiezan a transformar las lógicas de funcionamiento del sector. ¿Cómo son en lo cotidiano? ¿Qué retos se les presentan? CERTIFICAR PARA COMUNICAR Las formas alternativas de certificación surgieron hace ya tiempo y no es la primera vez que las tratamos en esta revista. La certificación ecológica oficial muchas veces se percibe como un elemento ajeno, no integrado en las lógicas que se manejan desde la soberanía alimentaria, al estar pensada desde un sistema de mercado diferente, el de la especialización y los interminables eslabones (de hecho, vemos cada vez más estos sellos en marcas multinacionales que lanzan «líneas ecológicas»). Sus burocracias pesan y, a menudo, no se adaptan a las formas de producción agroecológicas, que, por ejemplo, en la finca manejan una biodiversidad subversiva que no encaja en formularios. También pueden ser muy cuestionables sus criterios, por insuficientes y por no adaptarse a las particularidades de cada circunstancia.


Por otro lado, cuando se hace uso de canales cortos de comercialización e incluso se establecen relaciones directas con gran parte de las personas que adquieren lo que producimos, el sello oficial puede dejar de tener sentido. ¿Por qué íbamos a fiarnos más de esa maquinaria burocrática anónima que de la campesina que conocemos o de la que tanto hemos oído hablar? Sin embargo, la agricultura ecológica sigue siendo «la otra agricultura». Puede que por eso, y por la tendencia a desconfiar que nos ha enseñado la sociedad capitalista, necesitemos «garantías». Bien, pues construyámoslas desde abajo y horizontalmente. Y ahí es donde nos situamos: personas productoras que coinciden en sus dudas sobre el sello oficial, dispuestas a construir juntas una garantía diferente, propia, que se adapte mejor a su filosofía y que mejore su acceso al mercado. En la gran mayoría de los casos, invitan a participar a personas y grupos que adquieren regularmente sus productos, e incluso a veces también a colectivos locales implicados en la transformación social, que pueden aportar metodologías y herramientas. Así, establecen sus propios criterios sobre qué consideran ecológico y a partir de ahí diseñan formas de autoevaluarse: cuestionarios, visitas, registros, etc. y formas de comunicar e informar («educar», decían muchas de las participantes en el encuentro) a la ciudadanía: vídeos, páginas web, folletos, charlas, visitas, jornadas de trabajo, actividades lúdicas, visibilización en mercados... Durante la organización del encuentro se hizo una consulta a los SPG sobre los temas que consideraban importante abordar en los talleres de trabajo. Los temas priorizados resumen muy bien lo que un SPG significa: construcción de confianza, relaciones e incidencia política. COMUNICAR PARA TRANSFORMAR Todo se construye desde espacios de participación horizontal; espacios de encuentro nuevos, entre personas que de otra manera podrían no haberse conocido y mucho menos reflexionar juntas. Porque la razón de ser de estos espacios no es otra que poner en común qué entendemos por agroecología, qué se quiere conseguir y transmitir, provocando así un debate muy valioso que cuestiona todo el proceso productivo desde diferentes puntos de vista. En este marco, y fruto de ese diálogo permanente, se toman decisiones y se van diseñando y construyendo poco a poco los pilares, la estructura y las tareas del SPG; un edificio que no es rígido, que debe estar dispuesto a ir modificándose y ser como un organismo que va creciendo y adaptándose. Las guías de las visitas a fincas, una herramienta que a menudo se utiliza, donde se plasman los aspectos que quieren conocerse, se pusieron como ejemplo: van cambiando, no serán las mismas dentro de dos años, porque con la puesta en práctica colectiva se aprende y ese aprendizaje ha de incorporarse. Y como un organismo, el crecimiento debe ser pausado, a su propio ritmo, porque un crecimiento descontrolado puede provocar desequilibrios en forma de conflictos. A raíz de ponerse en el papel de las personas que consumen, surgen muchas preguntas y algunas se trasladaron a los debates del encuentro: ¿Nos adaptamos demasiado a sus exigencias?, ¿estamos sabiendo explicar correctamente nuestro trabajo para que pueda ser valorado?, ¿hasta qué punto somos responsables de transmitir esto? Con suerte, en las reuniones de los SPG hay quien puede dar su opinión desde el otro lado, que argumenta desde una posición de consumo consciente que, al comprar, busca coherencia con sus ideales y filosofía. Lo mismo que busca quien produce, pero además ha de poder vivir de su trabajo. Si lo pensamos bien, estos espacios de conocimiento mutuo y discusión son muy escasos en las dinámicas convencionales de producción-distribución-consumo. Uno de sus lugares naturales pudo ser la cooperativa agraria o el mercado, pero ¿qué cooperativas tenemos ahora?, y ¿qué mercados? Puede que los SPG estén llenando un vacío muy importante para el empoderamiento del sector en lo relativo a la soberanía alimentaria. En cualquier caso, lo importante, se dijo en el encuentro, es estimular a la ciudadanía y que tome parte y, a partir de ahí, lo que surja, ya que el problema es la pasividad social. Porque de los SPG han salido muchas iniciativas: jornadas abiertas, mercados locales, actividades en centros de enseñanza,


interlocución con las administraciones públicas... e incluso este encuentro de experiencias a escala estatal. TRANSFORMAR HACIA FUERA ES TRANSFORMAR HACIA DENTRO En los dos días del encuentro, puede que una de las cosas que se destilaron más fue la capacidad de los SPG para interpelarnos en lo personal, concretamente sobre la manera en la que nos movemos colectivamente, las maneras de cuidarnos y las capacidades de cada cual para asumir funciones en momentos concretos. En los grupos de SPG se encuentran perfiles muy diversos (en el ámbito profesional, de edad, de prioridades...), por lo que es particularmente importante prestar atención a la comunicación y conocer el nivel de compromiso de cada persona. Los espacios y las responsabilidades que se generan en un SPG, requieren actitudes que normalmente no hemos aprendido a desarrollar o perfeccionar: escuchar, ceder en nuestros posicionamientos, asumir y manejar nuestros prejuicios, tener empatía... La presencia en el encuentro de algunas compañeras de organizaciones campesinas de Bolivia y su forma de entender el trabajo colectivo sirvió como espejo. En nuestra sociedad tenemos, en general, una enorme falta de educación organizativa, fruto del individualismo. Este es uno de los retos más importantes que se afrontan desde los SPG y, por ejemplo, en el caso de Ecollaures, en Valencia, ser conscientes de ello les motivó a apostar por una formación sobre facilitación de grupos, con una actividad final de convivencia que consideran que supuso un antes y un después para el proceso. Algo de lo que también se habló en el encuentro fue de cómo en muchos lugares la transformación del campo con la revolución verde hizo que la competencia se acentuara en el sector agrario, y se perdiera mucha comunicación y cooperación entre personas productoras. La falta de comunicación se da también entre modelos productivos diferentes en un mismo territorio. Estas rencillas, que a veces se cargan de generaciones anteriores, en algunos casos están superándose con las redes que se generan en los SPG, que a menudo trascienden a sus integrantes y provocan acercamientos entre personas que no participan en ellos pero que se mueven en la misma zona. Por otra parte, algunos SPG han conseguido ser un punto de dinamización y encuentro para los nuevos proyectos productivos, especialmente de personas jóvenes, que encuentran asesoramiento, redes de apoyo y motivación. Poner en marcha un SPG en un territorio supone activar multitud de procesos transformadores, los más importantes puede que se nos escapen y solo sean visibles a largo plazo. Con esta enorme potencialidad que vemos solo al asomarnos, ¿quién se acuerda ya de que el objetivo es certificarse?. II Encuentro de Sistemas Participativos de Garantía Tras el fructífero primer encuentro que tuvimos en Valencia, hemos coincidido en el deseo de celebrar un encuentro con carácter anual en el ámbito peninsular. El siguiente ya tiene fecha y será coordinado por el SPG A Gavela. El encuentro será entre los días 16 y 18 de junio, paralelamente con el VI Congreso Internacional de Agroecología que se celebrará en la Universidad de Vigo. Esperamos congregar a personas interesadas en crear redes e intercambiar experiencias para nutrirnos mutuamente en torno a sistemas que fomenten el fortalecimiento de lazos entre los agentes sociales que forman parte de la cadena alimentaria, tanto desde la producción como del consumo, pasando por los intermediarios, para profundizar en la soberanía alimentaria, apoyarnos y reafirmarnos en nuestros respectivos proyectos. Trataremos de visitar alguna experiencia, de compartir tiempo para el diálogo fructífero, además de abordar temas que nos preocupan, como la legitimación o la forma de llegar a un precio justo, pasando por la necesidad de participar en la conservación de las variedades tradicionales, etc. Más información en http://spg.saramaganta.info.


Patricia Dopazo Gallego - Associació Perifèries PARA SABER MÁS - Puede consultarse la sistematización del encuentro. Disponible en PDF - Eva Torremocha, «Menos burocracia, más confianza». Disponible en el número 8. Ecoportal.net Revista Soberanía Alimentaria http://soberaniaalimentaria.info/ Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Desarrollo-Sustentable/Competimos-o-nosautocertificamos

Los candidatos y los transgénicos Blog Expresión Genética / David Castro / El Comercio 27 de mayo 2016

“Usted defiende las semillas transgénicas”. “Yo defiendo las semillas mejoradas”. “Usted dijo que [la moratoria] era una medida de la inquisición”. “Yo defiendo las semillas que han salvado al mundo de la hambruna”… A esto se redujo una discusión vacía respecto a los transgénicos el domingo pasado en el debate presidencial. Hay que ser sinceros, una posición contraria a los transgénicos siempre generará más votos en una población que, en su mayoría, tiene una percepción negativa hacia esta tecnología. Lo mejor que pudieron haber hecho es aprovechar ese tiempo para exponer sus propuestas para mejorar o potenciar la agricultura en el país. De acuerdo con las estadísticas del INEI (IV CENAGRO), hay unos 2,5 millones de agricultores en el Perú. Esto quiere decir que al menos 10 millones de peruanos —la tercera parte de la población nacional— dependen directamente de la agricultura: el agricultor (a), su esposo (a) y dos hijos (que pueden ser más). El 23% de ellos tiene menos de 0,5 hectáreas (algo así como una canchita de fútbol) y el 56% menos de 5 ha (1,74 ha en promedio). Es decir, casi el 80% son pequeños agricultores quienes cultivan principalmente café, papa, maíz amarillo (para los pollos), maíz amiláceo (cancha y choclo) y arroz. La mayoría de las personas desconoce lo duro que es el trabajo en el campo. Como siempre encontramos todo tipo de frutas y verduras en el mercado —y a buen precio—, no nos detenemos a pensar todo el esfuerzo que significó su producción. Yo mismo era un completo ignorante hasta que —por el trabajo— empecé a recorrer distintos campos de maíz, algodón, arroz y soya en el país y conversar con los agricultores. En el campo, la naturaleza no es nada benevolente con los cultivos. Las malas hierbas (malezas) se apoderan de los nutrientes y, si crecen más rápido, de la luz. Algunos insectos se comen las hojas y los frutos. Las bacterias, hongos y virus provocan enfermedades. Los loros se comen las mazorcas antes de cosecharlas. Muchas veces se estropea todo el cultivo y esto provoca una pérdida significativa para el agricultor, más aún si lo único que tiene es una pequeña parcela de dos hectáreas. Hay diferentes soluciones para este problema. Los pesticidas químicos naturales (en la agricultura orgánica) o sintéticos (en la agricultura convencional), los controladores biológicos (depredadores y parásitos que exterminan a las plagas), las trampas, etc. Lamentablemente, se percibe una falta de asistencia técnica hacia los agricultores a pesar de los notables esfuerzos que realizan las Direcciones


Agrarias (los principales responsables), el SENASA, el INIA y las Juntas y Comisiones de Regantes. Más bien son los técnicos de las empresas comercializadoras de agroquímicos quienes les dan asesoría, obviamente, sesgada hacia la adquisición de sus productos. Por ello, de nada servirá dar un mejor acceso a créditos a los agricultores (a través de entidades como AgroBanco) si no harán un buen manejo del cultivo. Los transgénicos vienen a ser una tecnología más enfocada a solucionar ciertos problemas de la agricultura, pero no es LA solución al problema. Actualmente, de las 180 millones de hectáreas de transgénicos en el mundo, la mitad es soya, la tercera parte maíz amarillo, un 13% algodón y un 5% canola. Es decir, el 99% son estos cuatro cultivos. Luego hay un poco de alfalfa y remolacha GM en EE. UU., algunas docenas de hectáreas de papaya GM en Hawái, un poco de frijol negro GM en Brasil y berenjenas GM en Bangladesh, entre otros. Estos últimos desarrollados por instituciones públicas de los países donde serán utilizados. Es decir, desarrollo de biotecnología para solucionar sus propios problemas. He leído las opiniones de muchos investigadores relacionados con la biotecnología. Según ellos el uso de maíz y algodón transgénico incrementará el rendimiento y, por lo tanto, la productividad de estos cultivos. Esto no es tan cierto. El mismo reporte de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos lo dice: “Los datos nacionales para maíz, soya y algodón, no muestran una huella significativa de la ingeniería genética sobre la tasa de incremento de los rendimientos de los cultivos”. El rendimiento es inherente a la variedad y no porque sea transgénico. A esto se le conoce como rendimiento potencial, el cual podría ser alcanzado en el campo (rendimiento real) si se hace un buen manejo agrario, usando todas las tecnologías que tenemos a la mano (entre ellas la transgénica). Los transgénicos son una tecnología más que no está exenta de riesgos. Para hacer una analogía sencilla, los aviones son otro tipo de tecnología, muy buena por cierto. Permiten ir de un lugar a otro de manera rápida y segura (mucho más que otro medio de transporte). Sin embargo, los aviones no están libres de riesgos, podrían ser secuestrados en cualquier momento o alguna pieza clave podría fallar y provocar un accidente. Para evitar esto se establecen medidas y controles adecuados que en el caso de los transgénicos vendría a ser la bioseguridad. Para autorizar el uso de una planta GM primero se debe hacer un análisis de riesgos caso por caso (por cada variedad de transgénico y en el lugar donde se piensa utilizar). Es decir, identificar los posibles riesgos y ver si estos pueden ser manejados. El Perú todavía no establece un sistema nacional de bioseguridad, tal como lo tienen Brasil, México, Argentina, Colombia o Estados Unidos. La Ley de Moratoria da un plazo de 10 años para implementar todo eso a través de las líneas de base de la diversidad genética de especies prioritarias, infraestructura como laboratorios de detección de transgénicos (para los monitoreos) y el fortalecimiento de capacidades de los profesionales que regularán esta tecnología. En el país tenemos problemas muy graves de fondo en la agricultura. Por ejemplo, hay un gran comercio de semillas bambas (falsifican las etiquetas, cabecean las bolsas de semillas importadas, venden a granel cuando está prohibido, etc.). No hay facilidades para acceder a los créditos agrarios en ciertos cultivos como el algodón, lo cual es aprovechado por habilitadores de créditos y acopiadores que fijan los precios de los cultivos muy por debajo de lo establecido en el mercado (y que, a parte, evaden impuestos). El sobrecosto de algunos insumos agrícolas. Esto no lo soluciona ninguna semilla mejorada o transgénica. Es como comprarse un Ferrari de último modelo y manejarlo en las calles de Lima, llenas de baches y rompemuelles, que nunca permitirán expresar todo su potencial. Primero se debe empezar por solucionar esto, ya que influye directamente en la rentabilidad de los agricultores. No nos dejemos engañar por los números. Si bien, uno de los sectores que más ha crecido en el país es el de la agroexportación, esta se concentra en pocas empresas. La gran mayoría de los agricultores peruanos no cultiva productos de agroexportación. Esperemos que en este último debate se expongan propuestas serias sobre estos aspectos. Fuente: http://elcomercio.pe/blog/expresiongenetica/2016/05/los-candidatos-y-los-transgenicos


CALENDARIO AGROECOLÓGICO

JUNIO * 5 junio, Día Mundial del Medio Ambiente * 19 junio, Día del Padre * 21 junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía * 24 junio, Día del Campesino * Miércoles 29, Día de San Pedro y San Pablo, feriado * 30 de Junio, día nacional de los granos andinos: quinua, kañiwa, kiwicha, tarwi.

JULIO * 6 julio, Día del Maestro * 11 julio, Día Mundial de la Población * Jueves 28 y viernes 29, Fiestas Patrias, feriados

AGOSTO * 9 agosto, Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. * 12 agosto, Día Internacional de la Juventud * 19 de agosto (1989-2016) vigésimo septimo (27) aniversario RAE Perú * 22 agosto, Día Mundial del Folklore * 27 de agosto (2011-2016) Quinto Aniversario del Mercado Saludable de La Molina * Martes 30, Día de Santa Rosa de Lima. Feriado

SETIEMBRE * 1 setiembre, Día del Árbol * setiembre, Mistura 2016 (2008-2016) IX Feria Gastronómica Internacional de Lima. * 12 setiembre, segundo aniversario Red FyME (Red de Ferias y Mercados Ecológicos) * 16 setiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono * 21 setiembre, Día Internacional de la Paz. * 23 setiembre, Día de la Juventud y la Primavera.

OCTUBRE * Sábado 8, Combate de Angamos, feriado * 15 octubre, Día Mundial de la Mujer Rural * 16 octubre, Día Mundial de la Alimentación * 19 octubre, (2007-2016) Noveno aniversario de la Plataforma PERÚ PAíS LIBRE DE TRANSGÉNICOS * 29 octubre, (2004-2016) décimo segundo aniversario de la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético

NOVIEMBRE * Martes 1, Día de Todos los Santos, feriado * 7 noviembre, (2002-2016) décimo cuarto aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos * 10 noviembre, Día del Libro


* 17 noviembre, (1998–2016) Aniversario 18 del Grupo EcoLógica Perú * 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño * 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer * 29 noviembre, (1978-2016) el Centro IDEAS celebra su 38 aniversario

DICIEMBRE * 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA * 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos. * 3 diciembre, Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica. * Jueves 8, Día de la Inmaculada Concepción, feriado * 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos * sábado 10, (1999-2016) Décimo séptimo Aniversario de la BioFeria de Miraflores. * 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano * Domingo 25, Navidad, feriado * Domingo 1 de enero 2016, feriado

COMPARTIENDO #23- 2016 ¡ Por una vida productiva, sana y feliz, libre de transgénicos ! Miembro de  Centro IDEAS: Innovando procesos de calidad de vida  RAE Perú (Red de Agricultura Ecológica del Perú) Promoviendo sociedades con cultura agroecológica  CCE (Comité de Consumidores Ecológicos): Por una vida productiva, sana y feliz; libre de transgénicos  SEPIA (Seminario Permanente de Investigación Agraria) Perú: el problema agrario en debate


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.