Jesús, Maestro de la educación popular

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Marcel Arvea Damián

MARCEL ARVEA DAMIÁN

Educación Popular

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e pronto, la convocatoria a tequio integró esfuerzos y voluntades para materializar la idea del libro que hoy tiene Usted entre sus manos, frente a sus ojos, ante su curiosidad y pensamiento... No es producto de una idea cualquiera sino de una idea vital y por ello mismo valiosa y verdadera; idea valiente y creativa que logró alcanzar la materialización concreta del trabajo pedagógico de un colectivo docente animado a crear, desde su propia experiencia de lucha, desde su propia experiencia de vida, el libro que tengo el honor de inaugurar. Esta idea logró alcanzar la materialización para anunciar el bien supremo del ser humano que es la libertad. Esto fue posible gracias al trabajo organizado y disciplinado, al trabajo libre y voluntario, manual e intelectual, individual y colectivo, que un grupo de maestras y maestros asumieron al reconocerse únicos responsables de su propia formación humana y profesional. Porque este libro se arrancó al tedio y al fastidio de los sábados vespertinos, al partido de futbol y a la pereza infértil e improductiva de los fines de semana. Así nos decíamos…, así nos animábamos…, así pudimos cristalizar esta idea… «Educación Popular; apuntes de una experiencia liberadora» es entonces el producto concreto de la autoeducación que un grupo de personas, animados por el espíritu liberador de la Educación Popular, asumen la responsabilidad de decir su palabra; para compartir y socializar sus experiencias educativas y pedagógicas, experiencias de vida y de lucha... El desafío educativo y pedagógico consistió en reconocer, desde nuestra propia experiencia humana, en la existencialización de nuestras condiciones materiales y espirituales de vida, los elementos necesarios para definir nuestra organización colectiva, nuestra acción y pensamiento comunitario. Finalmente, este libro es una hermosa y amorosa guelaguetza que con mucha alegría, integrantes del Colectivo del Movimiento de la Educación Popular y de los Círculos de Investigación, ofrecen al magisterio democrático oaxaqueño… Sea recibido con el mismo amor que lo creó.

Educación Popular APUNTES DE UNA EXPERIENCIA LIBERADORA

Colectivo del Movimiento de la Educación Popular Círculos de Investigación

COORDINADOR Y COMPILADOR

MARCEL ARVEA DAMIÁN

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Jesús, Maestro de la Educación Popular

Marcel Arvea Damián

H'evenú Shalom Ale´hem, éstas son las tres palabras que el Maestro utilizaba cuando la vida y el camino le ponían frente al semejante, ante su prójimo. Son palabras hermosas que tienen ritmo y melodía, contenido y significado: «¡La paz sea

contigo!». Hoy regresé de Oaxaca pensando que Jesús fue un educador popular. En términos estrictos Jesús cumple cabalmente con todos los principios de la praxis de la Educación Popular. Por ejemplo, cuando nos dice Bienaventurados los anawin, que fue traducido por “pobres” pero en realidad es una palabra aramea sin equivalente en castellano que podría significar algo así como "humilde y con temor", en estricto sentido, está convocando al pueblo pobre, al pueblo oprimido por el imperialismo romano, por el gobierno “herodiano”, tal como nuestro pueblo humilde sufre el agobio del imperialismo gringo con nuestro Herodes actual, Felipe Calderón. En fin, todo esto lo escribo porque regresé de la verdinegra Oaxaca y en el camino pensé también que debemos seguir al Maestro de la Educación Popular, pues su mensaje es vigente y urgente, inaplazable e impostergable. Debemos analizar su didáctica, los contenidos de aprendizaje, la visión y misión de su práctica educativa. Debemos aprender su humildad, su ferocidad, su amor y esperanza por la niñez (“dejad que los niños vengan a mí porque tienen lugar de honor en el reino liberado...”). Su amor y respeto por la viuda, por la prostituta, por el enfermo, por el tullido, por el romano, por el poseído, por el lunático, por el muerto... Es decir, por cualquier persona que sufriera el agobio tumultuario y pulverizador del Capital. Jesús salió del templo a educar al pueblo, lo hacía en los montes, en los lagos, en los mares y desiertos. Sacó la acción educativa de las sinagogas y eso nunca lo perdonaron los escribas y fariseos. Él llevaba la Palabra donde fuese necesario. Jesús fue un educador ambulante, como dice Martí que son los educadores populares. El amor es la buena nueva del evangelio, lo mismo que de la educación; pues a decir verdad quien no ama no puede ni podrá nunca educar. Es el amor pedagógico que trasciende tiempos y horarios, es el momento en que la relación educativa adquiere conciencia extendiéndose ampliamente hacia una dimensión inusitada: afectiva, amistosa, fraternal, amorosa… El Maestro nos enseñó que el camino verdadero es la vida. Así pues, la Educación Popular ama, respeta, cultiva y preserva siempre y contra todo: la vida. Vida humana y vida plena, pues la vida libre y digna es el primer primero de la Educación Popular. Jesús nos enseñó que es necesario entregarnos plenamente a la vida para que la vida se nos ofrezca con mayor plenitud. El Maestro nos enseñó también con el ejemplo el poder de la humildad, de sabernos falibles y perfectibles y por eso mismo inacabados e inconclusos, mortales y trascendentes. Cuando pienso en ello me pregunto cuántos maestros de hoy tendrían la 1


humildad de lavar los pies de sus alumnos. Jesús nos enseñó que el verdadero poder del ser humano no consiste en dominar ni controlar la libertad y voluntad del semejante; el acto verdadero y supremo del poder es inclinarse ante el otro, ante el prójimo, sin que ello represente servidumbre ni sometimiento alguno, pues este acto de humildad es siempre un servicio digno, libre, consciente y voluntario. Así como cuando amamos es la humildad. La humildad es un orgullo invertido y por ello nos obliga a reconocernos sólo en la vocación trascendente de nuestro propio ser, para “ser más”, para “ser mejores”; “másmejor”, como decimos en Oaxaca. El Maestro de la Educación Popular nos enseñó amar a nuestros enemigos combatiéndoles, porque sólo así podremos liberarles de su condición de opresores. Es por eso que el enemigo no es propiamente el opresor sino el mal que le habita, que le deshumaniza. El opresor es el ejecutor enajenado del demonio del Capital ¡Pobre opresor tan enajenado! ¡Pobre Slim tan inhumano! Es increíble cuando un educador popular adquiere conciencia de su enajenación y decide liberarse de su condición de explotado; en verdad que uno siente que el demonio sale del cuerpo. El Maestro Jesús siempre se manifestó en contra de la iglesia reaccionaria, fue al templo y expulsó a los mercaderes, acusó a los escribas, fariseos y supremos sacerdotes: “¡Raza de víboras!”, les llamó… Hoy vemos que esa raza de víboras ha sobrevivido: Ratzinger y sus pederastas perversos, Marcial Maciel y sus legionarios, los Rivera de Tehuacán…, por ejemplo. La Educación Popular tiene esperanza en el pueblo; en su poder de organización, participación y lucha. Se asume y se suma, trabaja y contribuye en ello, está presente y es vanguardia porque sabe que la educación anima el desarrollo de la conciencia y convivencia humana. La Educación Popular sólo tiene fe en el pueblo, en su capacidad de organización y resistencia, en su digna lucha histórica, espiritual, material, cultural; porque ciertamente la Educación Popular viene en son de guerra para danzar al ritmo de la paz, desenvaina la espada al tiempo que ofrece la otra mejilla. Esto del Maestro Jesús nada tiene que ver con el laicismo de la educación. Por el contrario, se trata de analizar críticamente a Jesús para reconocer su importancia en la historia. Lo mismo debemos aprender de Buda, Quetzalcoatl, Moisés, Confucio, Mahoma, etc. Pues si en los programas de estudio aparecen Hitler, Cortés y Stalin, casi digo Ulises —por ejemplo—, no me explico cómo puede obviarse la presencia de Jesús en los contenidos de aprendizaje. No estudiarlo en acto de fe sino como proceso histórico, pues su influencia en el desarrollo de la humanidad es de cualquier manera incuestionable. Es estúpido que no tengamos una didáctica laica y crítica para el aprendizaje de una construcción histórica tan importante e influyente como Jesús. Otro ejemplo que pensé del Maestro Jesús es el uso de la parábola, la cual siempre ha sido un recurso infalible de la Educación Popular. La parábola tiene un impacto tremendo para cambiar la actitud del alumnado, para ampliar su conocimiento, para flexibilizar el pensamiento, para hacer derreflexión.... en fin, la parábola es para volar... De todo lo que se ha escrito sobre lo que dijo el Maestro, quizá, lo más importante se concentre en Mateo 25. Pues allí el Maestro Jesús traza la ética de la Liberación... que es el sustento de la praxis de la Educación Popular.

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Mateo 25 es síntesis de la ética semita y de la ética indígena. Por eso su importancia...

«Tuve hambre, tuve sed; estuve enfermo, encarcelado, con frío...» Y éste es precisamente el pueblo que tiene hambre y sed (de justicia y pan), el pueblo enfermo y perseguido, apresado, torturado, explotado. Es mi madre enferma, es la niña prostituyéndose, es Flavio encarcelado, son miles de muertos y asesinados… No tenemos por qué dudar de las palabras del Maestro: la verdad del pueblo nos hará libres.

H'evenú Shalom Ale´hem Marcel Arvea Damián Del libro: Educación popular; apuntes de una experiencia liberadora Editorial La Mano. Pp. 119-122

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