DIÓCESIS DE SEGORBE-CASTELLÓN
es que en su llamada a ser pastoressiempre permanezcan discípulos. San Agustín, en un conocido sermón sobre los que guían la comunidad cristiana, afirma que “el pastor es también un cristiano, miembro del rebaño que Jesús ha congregado en torno a sí mismo. Nunca deja de ser discípulo aquel que fue llamado a ser pastor”. Más Navidad
Los seminaristas. / Foto: Redacción
Vuelta a casa por NAVIDAD G. Farré OBISPADO
sta Navidad no será tan diferente en los Seminarios Mater Dei y Redemptoris Mater. Si no se impone un confinamiento como en marzo, los seminaristas volverán unos días con sus familias y a sus parroquias de origen. Es una ocasión de vivir la misión a la que como futuros sacerdotes estarán llamados de un modo especial. Precisamente el lema del Día del Seminario, celebrado hace pocas semanas, el 8 de diciembre, al trasladarse la fecha normal del 19 de marzo, es ‘Pastores Misioneros’. El rector del Mater Dei, Juan Carlos Vizoso, explica que el regreso a sus ambientes durante las fiestas navideñas es un momento muy educativo: “Es la primera vez desde el inicio del curso que vuelven a su mundo de origen, a su familia, a veces a su antiguo grupo de amigos… a “su
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mundo”. Salen de un lugar donde crece una vocación y la confrontan con el mundo de donde venían. Se puede decir que este periodo es la gran asignatura del seminarista porque es el momento en que a uno se le evidencia que en su vida se está empezando a encarnar Jesucristo igual que lo hizo en Belén”. Hace 450 años, nacía en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) Juan de Ávila. Tras ser ordenado, vendió las propiedades que le legaron sus padres, ya fallecidos, y se dedicó a la evangelización. El fuego por transmitir el amor de Dios le llevó a una intensa actividad apostólica, que le mereció ser nombrado patrono del clero secular español en 1946, y doctor de la Iglesia en 2012, precisamente en la ceremonia de apertura del Sínodo de Obispos dedicado a la Nueva Evangelización. En una carta exclamaba: “¡Si de veras nos quemase las entraña el celo de la casa de Dios!”. Este celo evangelizador es el que debe caracterizar a los
presbíteros, y cultivarse durante el tiempo de formación en el Seminario. Ahora, los seminaristas lo pondrán a prueba. Juan Carlos Vizoso da la pauta para conseguirlo: “Mantener el esqueleto interior de la vida espiritual”. Y concreta: “No encerrarse, ni siquiera físicamente”, a pesar que cuando se reincorporen al curso se encontrarán con los exámenes y ¡suelen aprovechar las vacaciones para estudiar!. En la Diócesis de Segorbe-Castellón existen dos se-
“Salen de un lugar donde crece una vocación y la confrontan con el mundo”
minarios mayores, el Mater Dei y el Internacional y Misionero Redemptoris Mater, además del Menor. En total acogen a 27 seminaristas (3, 13, y 11, respectivamente). Los formadores, son muy conscientes de la importancia de transmitir la dimensión misionera. La Ratio fundamentalis para la formación sacerdotal afirma que la finalidad de la formación es “la participación en la única misión confiada por Cristo a su Iglesia: la evangelización en todas sus formas”. Y en la reflexión de los Obispos para la jornada del Seminario, se decía que “se trata de que los seminarios puedan formar discípulos y misioneros enamorados del Maestro, pastores con olor a oveja, que vivan en medio del rebaño para servirlo y llevarle la misericordia de Dios”. Se preparan para anunciar la Buena Noticia a un mundo que conocen bien: “Son hijos de su tiempo - asegura el rector del Mater Dei -, han recibido una vocación estando en medio de su mundo, lo cono-
cen perfectamente y saben lo que hace sufrir a unos y otro”. Al mismo tiempo, su formación pasa por el servicio pastoral en las parroquias, el fin de semana. Allí “ven cómo los sacerdotes trabajan, su entusiasmo, anhelos y dificultades. Todo esto también ayuda a formar”. Por eso, estos días de Navidad Juan Carlos Vizoso también recomienda que estén disponibles para servir en su parroquia, sabiendo que puede ser un momento de testimonio vocacional. Lo esencial, en todo caso,
Los seminarios mayores de la Diócesis de Castellón acogen a 27 seminaristas
El espíritu navideño es aprovechado por numerosas entidades benéficas para solicitar la colaboración de las personas. Pero en el caso de las entidades católicas, es más que una filantropía. La llamada a la fraternidad nace del amor de Dios encarnado para la salvación de la humanidad, y revelado en primer lugar a los más pobres. Por eso las iniciativas de Cáritas, Manos Unidas, u otras realidades de la Pastoral Caritativo Social tienen un valor particular en estas fechas. A principio de mes Cáritas inició su campaña de nuevos socios, con un agradecimiento a todos los benefactores. Bajo el lema “Más cerca que nunca”, quiere invitar a no ahondar distancias entre las personas, en particular con aquellos que están en situaciones de precariedad. En un acto grabado que se puede visionar en el canal de youtube de Cáritas Diocesana, se recoge el agradecimiento del Obispo, D. Casimiro López Llorente, del director, Juan Manuel Aragonés, y también el testimonio de Rafael Pallarés, propietario del restaurante Voramar de Benicasim, que durante el confinamiento proveyó de comida al Albergue municipal Mare de Déu del Lledó, gestionado por Cáritas, para poder repartir más de 100 tuppers cada día entre las personas sin domicilio. Finalmente, Paco Mir, voluntario que colabora con el programa ‘Empresas con Corazón’, hace un llamamiento a hacerse socio. Por su parte, Manos Unidas realizan una campaña para recoger las antiguas pesetas antes de que no se puedan cambiar por euros en el Banco de España. Igualmente han preparado sorteos de productos navideños para recoger fondos que ayuden a cubrir los proyectos de este curso: desarrollo de formación y equipamiento y espacios sanitarios en Camerún, y mejora de capacidad de atención y prevención de enfermedades en Haití. El Mercadillo se ha adaptado a on-line.