El Sector Secundario
Mª José Sánchez Gómez Grado Superior Comercio Escuela Mercantil Febrero 2013
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INDICE • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Introducción 1. Subsectores 1.2. Industria 1.3. Minería 1.4. Construcción 1.5. Energías 2. Industria en España 2.1. Zonas Industriales 2.2. Industrias Básicas 2.3. Industrias de Bienes de Equipo 2.4. Industrias de Bienes de Consumo 2.5. Principales Sectores Industriales 3. Población Activa 4. Sector Secundario en Andalucía 4.1. Industria 4.1.1 Industria Agroalimentaria 4.1.2. Política Industrial Andaluza 4.2. Minería 4.3. Construcción 4.4. Energías 4.4.1. Recursos Energéticos 4.4.2. Energía Solar 4.4.2.1. Energía Solar Fotovoltaica 4.4.2.2. Energía Solar Térmica 4.4.2.3. Energía Solar Termoeléctrica 4.4.3. Biomasa y Biogás 4.4.4. Energía Eolica 4.4.5. Energía Hidráulica 4.4.6. Energías Marinas 4.4.7. Energía del Hidrógeno 5. Conclusión
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INTRODUCCIÓN El sector secundario es el sector de la economía que transforma la materia prima, extraída o producida por el sector primario, en productos de consumo, o en bienes de equipo, es decir, productos que serán utilizados en otros ámbitos del sector secundario. Comprende todas las actividades económicas de un país relacionadas con la transformación de industrias de alimentos y otros tipos de bienes o mercancías. Forma parte de la actividad económica. Los distintos procesos, son cada vez más automatizados. El sector secundario comprende también el secundo que es una manera vulgar de llamarlo. Como pueden ser los trabajos de mecánico, electricista etc.. Entre otros. Ahora ocupa el segundo lugar de los sectores más utilizados, por debajo del terciario. El sector secundario tiene un peso importante en la economía española. Las principales áreas industriales se localizan en las regiones costeras, como el País Vasco, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía, y en algunas zonas del interior, como Madrid, Zaragoza y Valladolid. Las industrias más importantes de España son la industria automovilística, la química y la alimentaría. En los últimos años, la construcción ha experimentado un gran impulso. Aunque actualmente, debido a la crisis se encuentra en un momento de dificultad.
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1. SUBSECTORES
1.1. ARTESANÍA La Artesanía es el resultado de la creatividad y la imaginación, plasmado en un producto en cuya elaboración se ha transformado racionalmente materiales de origen natural, generalmente con procesos y técnicas manuales. Los objetos artesanales van cargados de un alto valor cultural y debido a su proceso son piezas únicas. La artesanía fue el subsector básico de la economía en Europa hasta la Revolción Industrial, en el siglo XIX. Esta provocó el declive de la artesanía debido al surgimiento de la producción en serie.
1.2. INDUSTRIA La industria es una actividad económica surgida en la Primera Revolucón Industrial a finales del s. XVIII y principios del s. XIX en Inglaterra y que tiene como objetivo transformar las materias primas en productos comercializables utilizando, para ello, fuerza humana, máquinas y energía. La Revolución Industrial, a su vez, surgió de la transición del capitalismo comercial hacia el capitalismo industrial de la segunda mitad del siglo XVIII. En un primer momento, se basó en el vapor, el carbón y el hierro, pero a partir de 1860 surgió la Segunda Revolución Industrial, empleando acero, electricidad y productos químicos y, al mismo tiempo, se convirtió en capitalismo financiero. A partir de 1970 se produce la Tercera Revolución Industrial, con el desarrollo de la informática.
1.3. MINERÍA La minería española es poco importante. Los principales minerales son el carbón, el cobre, el plomo, el zinc y el estaño; poco rentables por la escasez de producción y las dificultades de extracción. Se mantienen minas de carbón en Asturias, León y Teruel.
1.4. CONSTRUCCIÓN La construcción es el proceso de armado de una estructura, cuyo tamaño puede variar desde una casa hasta un rascacielos o infraestructuras como un túnel o una carretera. Para ser considerado propiamente como tal, se debe disponer, antes de concretarse de un proyecto predeterminado y que se seguirá según unas determinadas directrices. Consiste en la construcción de edificios y obras públicas, como puentes y carreteras. En la actualidad es la más destacada por el número de trabajadores que ocupa y por el dinero que mueve. En los últimos años ha entrado en una profunda crisis.
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1.5. ENERGÍAS La generación de electricidad es el proceso mediante el cual se consigue electricidad mediante la conversión de una energía primaria. Estas energías primarias tienen como objetivo la de producir energía mecánica de rotación que, posteriormente, se transformará en energía eléctrica. La obtención de energía Las industrias orientadas a la producción de energía eléctrica son muy importantes. La energía eléctrica se obtiene del carbón, del petróleo, del gas natural, del agua, del sol y del viento.
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2. INDUSTRIA EN ESPAÑA La industria española tiene planteados graves problemas. Algunos de ellos son: - La escasez de materias primas y de energía. - La dependencia de tecnología extranjera. - Y la competencia de productos asiáticos más baratos.
2.1 ZONAS INDUSTRIALES La industria española se concentra en algunas regiones, que cuentan con mejores comunicaciones, más capital y abundante mano de obra cualificada. Las principales zonas industriales son Cataluña, Madrid, el País Vasco y las provincias de Valencia, Zaragoza y Valladolid.
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2.2. INDUSTRIAS BÁSICAS Las industrias básicas transforman las materias primas en productos elaborados para otras industrias. Las industrias metalúrgicas y químicas localizadas en el País Vasco, Cataluña, Comunidad de Madrid y Andalucía.
2.3. INDUSTRIAS DE BIENES DE EQUIPO Las industrias de bienes de equipo producen herramientas y maquinaria que necesitan otras industrias. Las industrias que obtienen máquinas, automóviles, barcos y material eléctrico localizadas en Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana.
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2.4. INDUSTRIAS DE BIENES DE CONSUMO Las industrias de bienes de consumo fabrican productos destinados directamente para el consumo de las personas. Las industrias de la alimentación, la textil, la del mueble, del calzado y la de artes gráficas. Están localizadas en toda España.
2.5. PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES Y SU IMPLICACIÓN AMBIENTAL Las actividades industriales se agrupan en torno a sectores que se identifican por el destino final de los bienes producidos o de acuerdo con la naturaleza u origen de las materias primas utilizadas. Según el primer criterio, distinguimos entre industrias de base, de bienes de equipo y de bienes de uso y consumo. Las industrias de base ocupan el primer eslabón en la cadena industrial, pues transforman las materias primas en productos semielaborados que, a su vez, son empleados como materia prima por otras industrias. Un buen ejemplo serían las industrias siderúrgica y petroquímica. Las industrias de bienes de equipo producen bienes de equipo producen bienes, máquinas o herramientas, que son utilizadas por otras industrias en sus proceso fabriles. Las industrias de bienes de uso y consumo transforman materias con distinto grado de elaboración o productos diversos en bienes que son usados o consumidos directamente por la población.
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Asimismo, los sectores industriales pueden establecerse considerando sus características generales; de este modo, distinguimos entre los sectores industriales tradicionales, los sectores dinámicos y los sectores de vanguardia. a) Entre los sectores tradicionales de la industria española incluimos aquellos que tuvieron una importancia capital en todo el proceso de industrialización contemporánea y que se relaciona con los metales. La metalurgia básica, tanto por ser la base de actividades industriales como por su dimensión económica, generación de empleo, conexión de otros sectores económicos, como la minería, etc., constituye uno de los principales sectores de la industria española. La industria metalúrgica más destacada del hierro, es decir, la siderurgia, en sus dos modalidades: la siderurgia integral, que obtiene acero en los altos hornos a partir del mineral de hierro, y la no integral, que lo obtiene en hornos eléctricos a partir de la refundición de la chatarra.
La industria siderúrgica se consolidó en el País Vasco, para luego extenderse al Mediterráneo (Altos Hornos del Mediterráneo) y a Asturias (Ensidesa). Tuvo un gran impulso en las actuaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Industria, que construyó grandes acerías, explotadas por empresas públicas. Su sobredimensionamiento con relación a las necesidades españoles fue una de las causas que originaron su crisis, razón por la cual fue necesaria una fuerte reconversión que tuvo importantes repercusiones sociales. La siderurgia no integral, en cambio, responde a una estructura empresarial de menor tamaño y que su ámbito de implantación se extiende también a Navarra, Asturias y Cataluña. Muy relacionada con la industria siderúrgica está la de transformados metálicos, que fabrica una gama de productos que abarca desde la ferretería hasta la maquinaria; va asociada a la pequeña y mediana empresa y tiene una mayor dispersión espacial, aunque se localiza preferentemente en los tres hogares clásicos de la industria española: País Vasco, Cataluña y Madrid.
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Mucho más reciente en la cronología industrial es la fabricación de electrodomésticos, que, por la naturaleza de los componentes que utiliza, tienen una clara filiación con las industrias metalúrgicas. Ha alcanzado una significación extraordinaria por su condición de abastecedora de bienes de uso a los hogares modernos. Su expansión fue paralela a las transformaciones experimentadas por la sociedad en los años 60, a la adopción de nuevas fuentes de energía para uso doméstico (gas butano, gas propano, gas natural) y a la generalización de la industria del frío. En principio, fue una industria muy atomizada en empresas de tamaño medio, aunque después sería reestructurada mediante procesos de concentración industrial. La construcción naval es otro de los sectores más importantes de nuestra industria tradicional. Es heredera de la vieja carpintería de rivera y, aunque los buques siguen construyéndose en las instalaciones denominadas astilleros, el material utilizado en la construcción es el acero, que ha permitido el aumento de tonelaje. Por iniciativa del INI se construyeron grandes astilleros en enclaves significativos del litoral (Ferrol, Cádiz).
Su estructura empresarial era la de grandes empresas públicas (Astano, Empresa Nacional Bazán) especializadas en la construcción de buques petroleros y graneros, y con los cuales España ocupó un lugar de privilegio en la lista de países constructores. Además de los grandes astilleros, existen empresas de menor tamaño dedicadas a la construcción de barcos de pesca o de recreo.
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La crisis del petróleo afectó a la industria de construcción naval; por un lado, se evidenciaron las deficiencias estructurales de nuestros astilleros, por otro, el encarecimiento del crudo obligó a transportarlo en barcos de tonelaje medio. A partir de 1990 descendió la construcción de barcos y el sector concluyó una dura reconversión industrial, que generó desempleo y cuyos efectos sociales trataron de paliarse con incentivos y concesión de zonas de urgente reindustrialización (bahía de Cádiz). Los sectores de la industria textil, del cuero y del calzado son, igualmente muy importantes en el tejido industrial español. La industria textil catalana constituyó uno de los pilares de la industrialización, aunque con el correr de los tiempos experimentó cambios profundos, unos relacionados con la sustitución de las fibras orgánicas (lana, lino, algodón) por fibras de origen químico, y otros relacionados con la reestructuración de las empresas, que han aumentado de tamaño al concentrarse multitud de pequeñas fábricas en unidades de producción más competitivas. La industria de la confección es una rama derivada de la industria textil que ha surgido a medida que la población demanda confecciones en lugar de tejidos. Está formada por un enjambre de pequeñas industrias que, al igual que la industria del calzado, se encuentra muy dispersa, aunque se extiende, sobre todo por las regiones mediterráneas.
b) Otros sectores industriales, como los de automoción, químico y agroalimentario, presentan un mayor dinamismo, que procede de su condición de abastecedores de bienes y productos absolutamente imprescindibles en el funcionamiento de la propia sociedad industrial. Por lo general, son actividades con un alto componente tecnológico, tributarias de grandes inversiones y capital multinacional, y de grandes instalaciones fabriles. El sector del automóvil se desarrolló en España en la década de 1960, siendo, a su vez,uno de los impulsores del crecimiento económico. Prosperó bajo la protección estatal y al amparo de las inversiones realizadas por grandes marcas multinacionales y por el INI. Constituye un sector de gran influencia en la economía, por sus efectos inductores y por su capacidad de activar las numerosas empresas de las que recibe componentes.
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España cuenta con importantes plantas de fabricación de automóviles distribuida por toda la geografía nacional (Madrid, Barcelona, etc) y es uno de los sectores exportadores de nuestra economía. La industria automovilística sufrió los efectos de la reconversión, que estuvo muy centrada en el saneamiento técnico y financiero, el cual fue posible con el concurso de inversiones extranjeras y estatales. El sector químico se articula en torno a la industria petroquímica y a la industria química de transformación. La primera constituye la química de base, que se lleva a cabo en grandes complejos industriales, por lo general asociados a las refinerías de petróleo (Huelva, Algeciras, Cartagena, etc.) Es tributaria de grandes capitales, por lo común extranjeros. La industria química de transformación obtiene productos diversos, como pinturas, fertilizantes, etc., que se elaboran en establecimientos fabriles de mucho menor tamaño. Estos tienen un alto grado de dispersión espacial, aunque su localización preferente coincida con las regiones más industrializadas del país: País Vasco, litoral catalán y en el área metropolitana de Madrid. El sector agroalimentario ha irrumpido con fuerza en las sociedades modernas. Consiste en un proceso de transformación de los productos agrarios impuesto por la disociación entre zonas productoras y consumidoras. Es un sector que se caracteriza por la diversidad en cuanto a la naturaleza de los productos, los procesos de transformación, la estructura empresarial, la distribución geográfica de las fábricas, etc. En general, predominan las fabricas pequeñas y medianas que coinciden en su mayoría con las áreas de regadío, aunque también se han establecido grandes empresas multinacionales, cuya presencia podría ser muy importante en ramas como la de los derivados lácteos, la del aceite, la del azúcar, etc.
c) A la vanguardia de la industria y con una clara proyección de futuro se hallan los sectores de tecnología punta, que aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para la mejora de la producción industrial. A partir de estos elementos, se habla de una nueva revolución industrial. Su importancia radica en la inusitada importancia que ha alcanzado la tecnología en el mundo contemporáneo, donde el valor de los bienes industriales no radica tanto en el de sus componentes materiales como en el de sus componentes tecnológicos. Se trata de un sector que integra las distintas ramas de la electrónica y su desarrollo ha sido impulsado por la Administración, pues es completamente imprescindible para en los restantes sectores industriales.
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En lo que a la implicación ambiental se refiere, la industria tiene una serie de impactos que generan problemas medioambientales. España genera más de 13 millones de toneladas de residuos industriales, de ellos una cuarta parte son tóxicos y peligrosos. Es la atmósfera la que más acusa la contaminación producida por la industria. Se traduce en la existencia de dióxido de azufre, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, y muchas partículas en suspensión. Son elementos que alteran la composición de la atmósfera y permanecen en suspensión en tipos de tiempo anticiclónico. Tanto en el aire como una vez arrastrado al suelo por la lluvia, son nocivos para la salud, para el patrimonio artístico y cultural, agricultura, etc. Los efectos ambientales de la producción industrial son: o Aumento del efecto invernadero que contribuye al calentamiento global del clima. o Desarrollo del agujero de la capa de ozono. o Lluvia ácida. Los elementos que llegan a la atmósfera se combinan con el oxígeno para formar óxidos, reaccionan químicamente con el vapor de agua de la atmósfera. Esos vapores de agua que contienen ácidos —conocidos comúnmente como lluvia ácida— entran en el ciclo del agua y, por tanto, pueden perjudicar la calidad biológica de bosques, suelos, lagos y arroyos. o Cenizas en el ambiente de ciertas zonas que perjudican el nivel de vida de las ciudades por la mala calidad del aire. o Contaminación de aguas y suelos por vertidos industriales. o Contaminación por residuos radiactivos generados durante el procesamiento de combustible para los reactores de centrales nucleares. o Etc….
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3. POBLACIÓN ACTIVA La población activa de un país es la cantidad de personas que se han incorporado al mercado de trabajo, es decir, que tienen un empleo o que lo buscan actualmente. No conviene confundir la población activa con la población en edad laboral o población en edad económicamente activa (PEEA), que es la que según la legislación tiene capacidad legal de incorporarse al mercado de trabajo (por ejemplo, entre los 16 y los 65 años, variando según la legislación en cada época y lugar -mayores de 14 o 18 en algunos casos; distintas edades de jubilación, etc.-). No se considera población activa la que realiza un trabajo sin remunerar, por ejemplo, el cuidado del propio hogar o el estudio, pero no busca en el mercado de trabajo un empleo remunerado (es decir, no está incorporada al mercado de trabajo). Tampoco conviene confundirla con la población ocupada, que es la parte de la población activa que efectivamente desempeña un trabajo remunerado. La población activa de un país (u otra entidad geográfica) está compuesta por toda persona en edad laboral que o bien trabaja en un empleo remunerado (población ocupada) o bien se halla en plena búsqueda de empleo (población en paro). Por tanto, la población activa se divide en dos grupos, los empleados y los desempleados. La fracción de población activa que busca empleo pero no es capaz de encontrarlo determina la tasa de desempleo.
A principios del XX incluía un escaso porcentaje de la población activa española ( 16%) debido a su insuficiente desarrollo industrial. Durante el primer tercio del siglo creció con el impulso dado a la industria y a las obras públicas durante la Dictadura de Primo de Rivera. La guerra civil y la posguerra significó un paréntesis en el desarrollo del sector debido a la destrucción de industrias y al desmantelamiento de muchas infraestructuras lo que llevó a un cierto de retorno de la población al mundo rural; además la política autárquica franquista dificultó el desarrollo industrial por la escasez de materias primas, de fuentes de energía y la falta de circuitos de comercialización. En la década de los 60 hasta 1975, tiene lugar el impulso de la industria española. Este desarrollo está unido al Plan de Estabilización de 1969 que entre otras medidas, internacionaliza la economía española, incentivó el desarrollo de Polos y áreas de desarrollo industrial, aumentó la construcción en las ciudades y de las infraestructuras y el desarrollo de áreas turísticas.
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Desde 1975, la población activa de este sector disminuyó, porque la crisis económica fue sobre todo industrial y produjo un trasvase de población al Sector terciario. Además la industria moderna utiliza nuevas tecnologías que requieren cada vez menos mano de obra y demanda cada vez mas servicios a la producción, dando lugar al fenómeno de " terciarización de la industria".
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4. SECTOR SECUNDARIO EN ANDALUCÍA El sector secundario comprende actividades que implican transformación de materias primas a través de varios procesos productivos. Está formado por la industria alimenticia, manufacturera, la construcción, la minería y las actividades vinculadas a la producción de energía eléctrica, gas, agua y productos petrolíferos. La riqueza minera de Andalucía, conocida y explotada desde la Prehistoria, contrasta con su pobreza en recursos energéticos. La actividad industrial tiene poco peso en Andalucía (en 2004 ocupaba al 11,0% de la población activa), y su aportación al PIB regional es escasa (13,76%;10,50% sin incluir la energía en 2004); en ambos casos las cifras son inferiores a la media nacional (18,1% y 25,9% respectivamente) En Andalucía el inicio de la industria moderna tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX, con el nacimiento de la industria siderúrgica, basada en la existencia de mineral de hierro que se instaló en Marbella (Málaga), El Pedroso (Sevilla) y la Garrucha (Almería), y llegó a producir el 85% del hierro colado español. Sin embargo, esta iniciativa fracasó debido a la inexistencia de carbón mineral para los altos hornos, que obligaba a importar hulla británica, a una demanda interior insuficiente y a la competencia de la industria del norte peninsular. También se instaló industria textil en Sevilla, Cádiz, Málaga y Antequera. Pero estos establecimientos cerraron pocas décadas después debido a la competencia de la industria textil catalana. Tuvieron más éxito las industrias agroalimentarias de vinos en Jerez y de aceite en Córdoba, Sevilla y Jaén. En el siglo XX, desde el Plan de Estabilización de 1959 las actuaciones más destacadas fueron las siguientes. La creación de polos de promoción en Huelva, Sevilla, Granada y Córdoba, a los que se añadió la Zona de Preferente Localización Industrial de Andalucía de 1977. Sus acciones de promoción incidieron sobre actividades agrarias, de servicios y, sobre todo, industriales. La creación de polígonos industriales por el INUR (Instituto Nacional de Urbanización), sobre todo en Andalucía occidental. Su fallo principal fue la marginación de las pymes, las empresas mayoritarias en la región. Los resultados fueron escasos: los polos no ejercieron el previsto efecto dinamizador sobre las áreas deprimidas del entorno y se intensificó la concentración demográfica y económica en Andalucía occidental, agravando las diferencias en el interior de las provincias afectadas. La crisis económica de 1975 afectó a todos los sectores industriales, especialmente a los maduros, y obligó a tomar medidas de reconversión y reindustrialización (como la creación de la ZUR de la bahía de Cádiz). La recuperación de mediados de la década de 1980, relacionada con una coyuntura internacional favorable, resultó claramente apreciable. Pero en los últimos años el índice de producción industrial ha vuelto a decaer.
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4.1. INDUSTRIA El sector industrial andaluz ha tenido tradicionalmente un escaso peso en la economía y se ha caracterizado por su debilidad. El aporte de producción representa un 9,15%, por debajo del 15,08% de la economía española, situación acrecentada con el descenso del peso del sector industrial con respecto a la economía andaluza a pesar del ligero aumento del peso de la comunidad en el último lustro. Al analizar los distintos subsectores de la industria andaluza el sector agroalimentario supone más del 16% del total de la producción. En una comparativa con la economía española, este subsector agroalimentario es prácticamente el único que tiene cierto peso en la economía nacional con el 16,16%. Muy por detrás se sitúa el sector de fabricación de materiales de transporte poco más del 10% de la economía española. Empresas como Cruzcampo (Grupo Heineken), Puleva, Domecq, Renault Andalucía o Santana Motor son exponentes de estos dos subsectores. Cabe destacar el sector aeronáutico andaluz, que es el segundo a nivel nacional sólo por detrás de Madrid y representa aproximadamente un 21% del total en términos de facturación y empleo, destacando empresas como Airbus, Airbus Military, o la recientemente creada Alestis Aerospace. En el sentido contrario es muy sintomático el poco peso de la economía andaluza en sectores tan importantes como el textil o el electrónico en el ámbito nacional.100 Otra característica de la industria andaluza es su especialización mayoritaria en actividades industriales de transformación de materias primas agrarias y minerales. La gran mayoría de las empresas son de tamaño muy reducido y sólo las empresas de participación pública o de capital externo son capaces de desarrollar grandes estructuras empresariales.
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4.1.1. INDUSTRIA AGROALIMENTARIA La industria agroalimentaria andaluza, con más de 6.000 establecimientos y unas 55.000 personas, representan el 27% de las personas ocupadas en el total de la industria de la comunidad, así como el 43% de las ventas de productos industriales. Si comparamos los datos andaluces con los nacionales, estos indicadores suponen el 15,3% de las personas ocupadas, el 18% de las ventas de producto y el 20% del consumo de materias primas de la Industria Agroalimentaria nacional, lo que sitúa al sector andaluz en el segundo lugar después de Cataluña. Dentro de la estructura económica de Andalucía, el sector agroalimentario es de singular importancia por su aportación al valor añadido, a la ocupación industrial y a las exportaciones regionales; además de ser el principal mercado intermedio para el sector agrario y desempeñar un papel importante en el equilibrio territorial.
Los establecimientos de este sector se encuentran dispersos por toda la región, reflejando la propia distribución de la actividad agraria, y manifiestan una diversidad de tamaños, desde empresas familiares de muy reducida dimensión hasta otras que se cuentan entre las mayores de la región, de las cuales algunas son actualmente propiedad de compañías multinacionales. Estas industrias están diseminadas por las ocho provincias, aunque sobresale la mayor presencia de industrias aceiteras en Jaén, Córdoba y Sevilla, y de industrias vinícolas en Jerez y el Puerto de Santa María (Cádiz), el Condado (Huelva) y en Montilla (Córdoba). El sector agroalimentario ha sido uno de los principales destinos de la inversión extranjera en los últimos años, conduciéndose con la reestructuración de algunos subsectores en los que han entrado empresas foráneas: elaboración de cerveza, refino de azúcar o refino de aceite, entre otros. El subsector vinícola, especialmente el productor de vinos de Jerez, ha sido objeto también de una importante reestructuración competitiva en los últimos años. La naturaleza de las diversas actividades conduce a diferentes estructuras de mercado, pero en general puede distinguirse entre un conjunto de grandes compañías que atienden a mercados nacionales e internacionales en algunas producciones, y una gran cantidad de pequeñas empresas que atienden a los mercados locales o a especialidades tradicionales. A ello se suman las plantas de algunas multinacionales de bebidas gaseosas y de panadería y bollería industrial, cuya presencia obedece a razones logísticas. Cabe señalar que la presencia del sector público ha sido tradicionalmente escasa, con la excepción del monopolio de la industria del tabaco.
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Una importante desventaja competitiva de las empresas agroalimentarias andaluzas radica en su tamaño, respecto al de las empresas foráneas que se han ido implantando progresivamente en el mercado nacional. Esa dimensión limita también la capacidad de desarrollo de nuevos productos y reduce considerablemente el poder de negociación frente a las empresas de distribución; sector en el que se ha producido una intensa concentración en los últimos años.
Entre los principales rasgos que caracterizan a la industria agroalimentaria andaluza, destacan los siguientes: Coexistencia de grandes empresas muy competitivas en importantes sectores agroindustriales junto a Pyme con problemas de competitividad, lo que determina una cierta estructura de carácter dual. Grado de diversificaciones relativamente escaso, al estar concentrada la producción en ciertas actividades tales como: aceite y grasas, azúcar y bebidas alcohólicas. Escasa presencia relativa de la industria de segunda transformación, que viene derivada de la especialización productiva en actividades muy ligadas al sector agrario y en las que se producen bienes con bajo grado de elaboración. Coexistencia de actividades tecnológicamente avanzadas con otras que utilizan sistemas tradicionales de producción. Desarrollo comercial desigual, con una presencia heterogénea en los mercados internacionales; asimismo, y debido al proceso de globalización y homogeneización del consumo se ha perdido cuota de mercado interna en este subsector. Insuficiente integración intersectorial entre la industria agroalimentaria y las actividades primarias, que se refleja en la fuerte orientación de la producción agraria a la demanda final de consumo y exportaciones. Progresiva generalización de procesos adecuados de gestión de residuos y vertidos generados por la actividad agroindustrial, aunque todavía insuficientes. En este orden de cosas, hay que resaltar las dificultades intrínsecas de estas empresas para mejorar su competitividad; ya que una de las especificidades del sector agroalimentario respecto al resto de las actividades productivas es la de requerir altas necesidades de capital circulante. El carácter biológico de las producciones agrícolas y ganaderas determina que se produzca en momentos muy determinados del año, lo que conduce a que la industria deba comprar sus materias primas cuando se producen (aceites, hortalizas, frutas) para transformarlas y almacenar el producto, mientras que se va abasteciendo el mercado. En otros casos, los procesos de producción son muy largos (vinos, quesos, chacinas) lo que obliga a realizar las inversiones en inputs y esperar a que, varios meses después, se obtenga el producto final y pueda venderse.
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Por otra parte, la naturaleza de las materias primas requiere que los procesos productivos de primera transformación, y la fase posterior de envase y embalaje, exijan fuertes inversiones muy difíciles de amortizar por las empresas de pequeña y mediana dimensión. Finalmente, los escasos volúmenes de producción obtenidos por las empresas son insuficientes para negociar con proveedores y distribuidores, lo que no favorece una adecuada posición en los mercados. Esta situación explica el grado de industrialización andaluza en comparación con el alto potencial de estos productos, que admite un mayor nivel de industrialización, así como la creación de empresas con actividades de segundas transformaciones. Este alto potencial agrario, en relación con las demandas actuales, facilitaría el lanzamiento de nuevos productos, tanto alimentarios como no alimentarios. Por otro lado, la existencia de Entidades Asociativas Agrarias con fuerte implantación en las zonas de producción permite disponer de producciones de calidad con posibilidades de mercado y de volúmenes de comercialización adecuados, no sólo para el mercado nacional, sino también para los mercados internacionales. En esta línea hay que mencionar también el gran esfuerzo llevado a cabo en los últimos años, tanto por la Administración, como por el sector privado, en la mejora de la industrialización, comercialización y promoción de productos agroalimentarios andaluces de calidad.
La racionalización del sector precisa de canales de financiación adecuados para hacer frente a la renovación tecnológica y a las mayores exigencias de capital circulante en cada campaña productiva, pero a su vez, obtener una financiación favorable obliga a las empresas a acelerar los procesos de concentración (fusión/absorción, cooperativas), y los de cooperación interempresarial en distintas fases de la cadena productiva y comercial. En la evolución futura de la industria agroalimentaria hay que prever la acentuación de las siguientes tendencias: En primer lugar, la nueva configuración de las coordenadas de competitividad intrasectorial de la industria agroalimentaria surgida, tanto de los acuerdos del GATT —que establecen un período transitorio durante el cual habrán de armonizarse los intereses en materia de productos agroalimentarios de los distintos países signatarios—, como del intenso proceso de desregulación a nivel mundial en favor de espacios económicos más amplios. Sin duda, esto va a influir de una manera decisiva en las estrategias empresariales de los diferentes agentes y grupos económicos que operan en el sector. En consecuencia, las grandes firmas agroindustriales de empresas de segunda transformación y de distribución instaladas en Andalucía tenderán a volver a localizar sus actividades de abastecimiento de materias primas, elaboración de bienes y distribución de productos finales con criterios espaciales bastante diferentes a los que regían en mercados más aislados y regulados, debido a que puede resultarles más rentable aprovisionarse de materias primas y productos procedentes del exterior de la región.
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En segundo lugar, es preciso evaluar las perspectivas futuras de los factores de competitividad de las empresas agroalimentarias, fundamentalmente los relacionados con la innovación tecnológica en procesos y productos y con las tecnologías de la información aplicadas a la gestión y a la organización (informática y telemática, fundamentalmente), con el objeto de adecuar los productos a la tendencia hacia una mayor calidad y la diferenciación que exigen los mercados. Otra faceta de las actividades de I+D son las actuales y futuras innovaciones en materia de ingeniería genética y de biotecnología —la comercialización de los productos modificados genéticamente empieza a ser una realidad—, por cuanto pueden provocar una auténtica ruptura tecnológica en el complejo agroalimentario de la actual forma de vinculación de la producción primaria con las etapas de transformación. En tercer lugar, las empresas agroalimentarias habrán de incorporar su estrategia comercial a la relación que se está estableciendo entre las fases de transformación y distribución alimentaria. El rápido avance hacia la fuerte concentración empresarial por parte del sector de distribución alimentaria, puesto de manifiesto en la región por el crecimiento de la inversión extranjera en las grandes superficies de venta, está originando un desequilibrio en las relaciones a lo largo de la cadena alimentaria en favor de la gran distribución, tanto en la fijación de los precios como en las especificaciones técnicas.
Como consecuencia de lo anterior, se está produciendo una mayor dualidad en la situación de las empresas agroindustriales, donde aquellas con mejor posición en los mercados adquieren una capacidad negociadora más equilibrada frente a la gran distribución. De otra parte, las nuevas exigencias medioambientales van a repercutir sobre el sector, ya que la actividad agroalimentaria es originaria de una importante producción de residuos. En esa dirección, la legislación comunitaria se orienta hacia el establecimiento de normativas que obliguen a las empresas a desarrollar una política de recogida selectiva y reciclado de residuos, así como a disminuir el peso de los envases y embalajes y a utilizar materiales reciclables. El futuro del marco normativo para estas actividades supondrá para las Pyme un importante esfuerzo para adaptarse a los requerimientos de calidad, marca, protección medioambiental, normativa técnico-sanitaria, etc., pero a su vez representará una garantía de calidad que supondrá una mayor competitividad frente a productos de terceros países.
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4.1.2. LA POLÍTICA INDUSTRIAL ANDALUZA El escaso éxito de la política industrial del pasado y el desarrollo de las competencias autonómicas, han dado lugar a una política industrial para corregir los problemas del sector. Esta política pretende fomentar la cooperación y las redes empresariales; apoyar las actividades de I+D, la participación en programas europeos y la creación de empresas innovadoras (Parque Tecnológico de Andalucía en Málaga y proyecto Cartuja 96 en Sevilla). Esta política intenta también corregir los desequilibrios territoriales, fomentando la industrialización endógena. Con este fin se han creado Sociedades de Desarrollo Industrial y el Instituto de Fomento Andaluz (IFA). En cuanto a los problemas medioambientales causados por la industria, se han creado varios planes correctores.
4.2.MINERIA La minería es la extracción de recursos minerales desde la corteza terrestre que son transformados mediante actividad industrial. Son obtenidos de las minas que se encuentran al aire libre o en el interior de la tierra. Andalucía posee importantes yacimientos mineros en la Cordillera Penibética y en Sierra Morena, aunque la mayoría no se explotan en la actualidad. Destacan las minas de carbón de Peñarroya (Córdoba), las de plomo de La Carolina (Jaén) y las de cobre de Riotinto (Huelva). La minería es una de las actividades más antiguas del hombre y ha sido la mayor fuente de materiales para la fabricación de herramientas, cuya evolución se ha producido de manera paralela a los avances de la humanidad. Son recursos no renovables, lo que significa que la cantidad de la que disponemos de ellas, es limitada, por lo que se pueden agotar. España es un país con escasos recursos mineros, por lo que la producción de minerales es deficitaria. La riqueza mineral de materias primas y dados los conocimientos que de ella se tienen, es irrelevante a efectos económicos.
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4.3. CONSTRUCCIÓN En cuanto al sector de la construcción ha vivido uno de sus momentos más dulces en nuestra comunidad autónoma, causa de la fuerte inversión realizada en obras públicas y vivienda. La construcción es el sector más dinámico de la economía andaluza en esta etapa, cumpliendo una doble función de motor del crecimiento y de creación de condiciones favorables para que este crecimiento sea autosostenido a través de la creación de infraestructuras básicas para el desarrollo económico. Las inversiones se comportaron muy dinámicamente durante los años 1986-1989, con un fuerte componente en nuevas instalaciones, aunque a partir de esa fecha se dirigieron preferentemente hacia ajustes de la capacidad instalada. El consumo de cemento sigue un comportamiento similar aunque se puede observar una fuerte concentración del consumo en las provincias de Málaga y Sevilla, donde principalmente incidieron las obras realizadas para la Expo´92. Se puede afirmar que el incremento del consumo de cemento en España se debe principalmente al crecimiento del mismo en Andalucía.
Por lo que se refiere a las obras de infraestructura, éstas se realizaron con tres objetivos fundamentales: Conectar Andalucía con el resto de España de forma efectiva. Esto se realiza a través de infraestructura viaria, como la autovía entre Madrid y Sevilla, ferroviaria, como la línea de alta velocidad, y aeroportuaria, como las ampliaciones de los aeropuertos de Málaga, Sevilla y, más recientemente, de Granada. Articular las comunicaciones en la región para así favorecer un desarrollo equilibrado del que Andalucía carece hasta el momento. En ello, inciden la Autovía del 92 y la Autopista del V Centenario, así como las anteriormente mencionadas. Modernizar los núcleos urbanos, con las mejoras de los accesos y las rondas de circunvalación de las grandes ciudades. Pese a que estas iniciativas se consideran muy positivas para mejorar las condiciones para un desarrollo sostenido de la comunidad autónoma, y para dotar a la región de unas infraestructuras modernas de las que carecía, hay que destacar varios puntos negativos.
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El crecimiento del sector de la construcción debido a las grandes inversiones en infraestructura no se puede considerar de carácter permanente, y no debemos caer en el engaño de esperar a grandes acontecimientos para dotar a Andalucía de los elementos necesarios para mejorar sus perspectivas de desarrollo. Esto es, sin considerar que nuevos proyectos como las Olimpiadas no sean interesantes para el conjunto de la comunidad autónoma, no podemos permitirnos depender de éstas para acometer aquellas obras que sean necesarias. En el mismo sentido, se perdió una gran oportunidad a finales de los ochenta para dar un paso definitivo en la mejora de las infraestructuras de comunicaciones, enlazando líneas de alta velocidad hasta las provincias de Málaga y Cádiz Así mismo, la permanencia del sistema de peaje en una vía de comunicación de alta velocidad como es la autopista Sevilla-Cádiz no contribuye excesivamente al desarrollo económico de la provincia con mayor índice de desempleo en España. Actualmente, la construcción en Andalucía se ha visto afectada por la crisis, por eso, no tiene recursos para continuar.
4.4. ENERGIAS La provincia presenta una elevada dependencia de la energía primaria procedente del exterior. Esta circunstancia, que es extensiva al resto de Andalucía y España, se hace especialmente patente en Jaén, dado que no disponemos de ningún yacimiento de carbón ni de ningún enclave de abastecimiento de productos petrolíferos. Sin embargo, se cuenta con un altísimo potencial de recursos energéticos renovables, en especial de energía solar y procedente de la biomasa forestal y agrícola, que no se encuentra suficientemente desarrollado. El sistema energético actual presenta una serie de problemas importantes, entre los cuáles destacaremos los siguientes: •
Agotamiento de los recursos energéticos. El actual sistema energético está fuertemente basado en los combustibles fósiles —un 80 por 100 aproximadamente— y el ritmo de consumo es tal que en un año la humanidad consume lo que la naturaleza tarda un millón de años en producir. De seguir con esta situación, el agotamiento de las reservas existentes, en un plazo más o menos largo, es una realidad que no admite discusión.
•
Deterioro ambiental. La quema de combustibles fósiles se traduce inevitablemente en emisiones de dióxido de carbono y también de óxidos de azufre y de nitrógeno. Debido a esto, la concentración de CO2 en la atmósfera se ha duplicado en los últimos cien años. Este incremento aumenta el efecto invernadero —en el que este gas juega un papel primordial— y eleva la temperatura media de la tierra. Son cada vez más los científicos que consideran como una posibilidad real un cambio climático y esta preocupación está alcanzando ya niveles sociales y políticos (de ahí los últimos acuerdos internacionales como el de la cumbre celebrada recientemente en Kioto). Por otra parte, los óxidos de azufre y nitrógeno son los causantes de la lluvia ácida al reaccionar con el ión OH- y precipitar en forma de ácidos (sulfúrico y nítrico) incrementando la acidificación del ciclo del agua en general.
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Esta precipitación daña la vegetación, destruyendo los bosques, y corroe los edificios y las estructuras metálicas causando cuantiosos daños. •
Modelos de desarrollo centralizados. Las tecnologías de aprovechamiento en el actual sistema energético propician un modelo de desarrollo centralizado que se traduce en que la cuarta parte de la población mundial consume las tres cuartas partes del total de la energía primaria en el mundo. En nuestra propia provincia tenemos ejemplos de esto viendo como en zonas rurales, de población dispersa, ésta no tiene acceso a una energía de alta calidad, como es la eléctrica.
Parece, por tanto, conveniente pensar en el fomento del ahorro y la eficiencia energética y en un incremento de la diversificación energética con el desarrollo de fuentes alternativas de energía que resuelvan, al menos en parte, los problemas antes mencionados. En el ahorro energético tendrá un factor primordial la concienciación ciudadana y las políticas de promoción en el sector público, mientras que en el campo de la eficiencia juega un papel importante la cogeneración termoeléctrica. Por lo que se refiere a la diversificación, no hay duda de que las llamadas energías renovables, por sus características de inagotables, respetuosas con el medio ambiente, de distribución regular de recursos y tecnológicamente accesibles, juegan un papel primordial y constituyen un elemento clave en el desarrollo futuro del sistema energético, al evitar los tres grandes problemas expuestos anteriormente. Entre sus ventajas, podemos mencionar que no emiten CO2 a la atmósfera, no contribuyen a la formación de lluvia ácida, no dan lugar a la formación de óxidos de nitrógeno y no producen residuos tóxicos de difícil tratamiento. Por otra parte, su carácter autóctono y accesible las convierten en elementos de desarrollo y generación de empleo para regiones tradicionalmente desfavorecidas.
4.4.1. RECURSOS ENERGÉTICOS RECURSOS ENERGÉTICOS NO RENOVABLES Carbón y petróleo Las únicas reservas de carbón significativas que existen en Andalucía son los yacimientos de la cuenca del Guadiato en Córdoba, no existiendo en la provincia de Jaén ninguna explotación de importancia, ni enclave de abastecimiento de estos productos, que se concentran en los puertos andaluces de Huelva, Algeciras, Carboneras (Almería), Málaga y Rota (Cádiz). Gas natural La red de gasoductos en Andalucía comenzó a crearse en el año 1988 con la construcción de la Planta de Regasificación de Palos de la Frontera (Huelva), que se abastece de gas natural importado por vía marítima. Posteriormente el gasoducto del Magreb, cuya primera fase fue terminada en 1996, ha permitido suministrar gas natural a la red andaluza directamente desde los yacimientos argelinos. Existen, además, algunos yacimientos en la marisma y en el valle del Guadalquivir, aunque ninguno de ellos situado en la provincia de Jaén.
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RECURSOS ENERGÉTICOS RENOVABLES Con el nombre de energías renovables se conocen una serie de fuentes primarias de energía basadas en el aprovechamiento relativamente directo e inmediato de la radiación solar. Su característica principal, por tanto, es que son fuentes que se renuevan de forma continua o, dicho de otra forma, en un período de tiempo corto —cada día o cada año— y de ahí su denominación. Aunque desde un punto de vista puramente económico son poco competitivas frente a las energías convencionales, su escaso uso proviene fundamentalmente de un bajo conocimiento de su estado tecnológico y, sobre todo, de la poca concienciación social de sus beneficios. Entre las que están tecnológicamente maduras para su aprovechamiento se encuentran la energía solar térmica — especialmente a baja temperatura—, energía solar fotovoltaica, energía eólica, biomasa e hidráulica. Además de ser recursos inagotables, tienen otras características comunes que se resumen brevemente en los siguientes puntos: a) Son recursos que se encuentran muy distribuidos en todo el planeta, lo que garantiza un suministro autóctono. b) Las tecnologías de conversión son generalmente modulares y con cortos períodos de construcción, lo que permite un modelo de suministro energético basado en la demanda. c) Los procesos tecnológicos asociados a su aprovechamiento son relativamente sencillos, lo que propicia su accesibilidad incluso en zonas sin elevado desarrollo tecnológico. d) Son las fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente. Tienen un reducidísimo impacto ambiental. e) Generalmente requieren grandes inversiones iniciales pero tienen bajos costes de operación. Las tres primeras características hacen de ellas unas herramientas de gran interés en el desarrollo endógeno: utilizando recursos propios, dándole gran valor añadido a los mismos, creando empleo, etc. Constituyen, además, una de las mejores opciones para contribuir a la disminución de las causas que generan los graves problemas ambientales, especialmente la reducción de las emisiones de CO2, NOx y SOx. Esta característica tiene en nuestra provincia —con una marcada orientación hacia los valores ambientales— un interés relevante. El último aspecto —apartado e)— es, sin embargo, un inconveniente para su uso generalizado. Tanto este aspecto, como su escaso conocimiento y la consiguiente necesidad de difusión y potenciación de uso, hacen imprescindible una intervención de la administración y otras instituciones en apoyo del incremento en el uso de estas energías.
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4.4.2. ENERGÍA SOLAR Es la energía obtenida directamente del sol, en forma de calor o transformada en electricidad.
Nuestra región ha sido pionera en la obtención de calor y electricidad a partir de la energía solar. Desde hace décadas el sol se ha convertido en uno de los recursos utilizados en los hogares andaluces para la obtención de agua caliente y climatización mediante equipos de energía solar térmica. Al mismo tiempo, los equipos fotovoltaicos de pequeña potencia conseguían abastecer las necesitades de suministro eléctrico de puntos remotos de nuestra geografía rural sin posibilidad de red eléctrica. Con el paso de los años, los tejados de viviendas y naves industriales se han ido cubriendo de módulos fotovoltaicos que generan energía eléctrica renovable para ser consumida a través de nuestra infraestructura eléctrica. También la tecnología fotovoltaica ha experimentado un gran impulso con la implantación de plantas generadoras conectadas a la red, sobre suelo de mediana potencia, que han contribuido al modelo de generación distribuida en nuestra región.
Ha sido en Andalucía donde se han puesto en marcha los primeros proyectos de energía termosolar de Europa y hace años ya fue promotora de esta y otras tecnologías solares con la puesta en marcha de la Plataforma Solar de Almería. Hoy nuestra región dispone de una amplia muestra de tecnologías termosolares experimentales y en explotación.
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Situación de la energía solar en Andalucía E.S. Termosolar Térmica Fotovoltaica (MW) (MWp) (m2) ALMERIA
66.828
81,47
CADIZ
100
125.689
72,83
CORDOBA
299,8
33.851
192,06
GRANADA
149,7
38.296
93,42
HUELVA
49.774
67,73
JAEN
17.187
86,78
MALAGA
169.227
48,60
SEVILLA
398
281.623
197,24
ANDALUCIA
947,5
782.475
840,13
4.4.2.1. ENERGÍA SOLAR FOTOVOLTAICA Consiste en el aprovechamiento y transformación de la energía que recibimos del sol en energía eléctrica. La radiación solar llega a los módulos fotovoltaicos, produciendo una corriente eléctrica que puede consumirse directamente, almacenarse en baterías o adaptarse para ser incorporada a la red eléctrica.
4.4.2.2. ENERGÍA SOLAR TÉRMICA Aprovecha la energía recibida del sol para calentar un fluido que circula por el interior de un dispositivo de captación. Esta energía puede utilizarse para climatización de edificios y piscinas, producción de agua caliente o aplicaciones industriales.
4.4.2.3. ENERGÍA SOLAR TERMOELÉCTRICA En las centrales termosolares, el sol calienta un fluido mediante dispositivos de concentración que transforman agua en vapor. Éste, al pasar por una turbina conectada a un alternador, produce electricidad que se inyecta a la red. La energía solar puede combinarse con otras energías renovables a través de tecnologías mixtas (fotovoltaica y eólica, solar térmica y biomasa, geotérmica y solar térmica, etc).
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4.4.3. BIOMASA Y BIOGÁS La energía del sol es utilizada por las plantas para sintetizar materia orgánica mediante el proceso de fotosíntesis. Esta materia orgánica puede dar lugar a subproductos que tienen la posibilidad de encontrar aplicación en el sector energético. Entre estas aplicaciones podemos destacar las puramente térmicas: producción de electricidad, biogás y biocombustibles. La biomasa ha sido siempre la energía renovable cuantitativamente más importante, debido a la posibilidad de recursos fácilmente disponibles y sus múltiples aplicaciones. Biomasa es cualquier fracción biodegradable de productos y residuos de origen biológico procedente de actividades agrarias y pesqueras (residuos agrícolas y ganaderos), de la silvicultura (residuos forestales), así como la fracción orgánica de los residuos industriales y municipales. Ejemplos de ello en Andalucía son: poda de olivo y encina, hueso de aceituna y orujillo; y cáscara de frutos secos.
Cuando la biomasa se procesa para uso energético se convierte en un biocombustible, que puede ser sólido (astilla, pellets o pequeños cilindros de madera triturada y prensada, hueso de aceituna limpio, etc.), líquido (biocarburantes líquidos, como biodiésel o bioetanol) o gaseoso (biogás o gas de síntesis). Su contenido energético puede aprovecharse a través de diferentes procesos de transformación para obtener energía útil en sus diversas formas: energía térmica (calor), electricidad o energía mecánica (biocarburantes): •Biomasa térmica: el uso de biocombustibles en calderas, estufas, hornos o chimeneas produce calor para climatización (frío y calor), agua caliente sanitaria o proceso industrial. •Biomasa eléctrica: los biocombustibles se utilizan en calderas para producir vapor que se aprovecha en una turbina para generar electricidad. También pueden transformarse en gases (biogás en procesos de digestión anaerobia o gas pobre en procesos de gasificación) que se utilizan en turbinas de gas o motores alternativos. Andalucía cuenta con un elevado potencial de biomasa procedente en gran parte del cultivo del olivar e industrias relacionadas. Se aprovecha para generar electricidad y también en procesos industriales para producción de calor (fundamentalmente en las propias industrias del aceite de oliva), así como para calefacción en edificios y climatización de piscinas. También con estos usos se aprovechan, en menor medida, los restos de invernadero y otras maderas.
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Andalucía cuenta con un número importante de proyectos de fabricación de pellets(biomasa densificada de pequeño tamaño) que ofrecen la posibilidad de hacer más eficientes los sistemas de combustión y facilitar la logística de la biomasa como combustible empleando como materia prima residuos de industrias forestales, poda de olivo y residuos forestales. En los últimos años están proliferando en Andalucía las plantas de aprovechamiento del gas de vertedero. Por lo general, estas plantas comienzan generando energía para su autoconsumo, en el propio vertedero. Recientemente, muchas de ellas se conectan a la red para verter la energía generada. En 2011, la biomasa aportó en Andalucía el 52,5% del consumo de energía primaria procedente de fuentes renovables. La situación general de las plantas existentes se indica en la siguiente tabla: Energía eléctrica Energía eléctrica biomasa (MW) biogás (MW) Almería
1,7
Cádiz Córdoba
81,14
Granada
Energía térmica biomasa y biogás (ktep) 47,42
2,12
33,48
3,05
93,51
1,22
120,61
Huelva
117,95
0,25
16,83
Jaén
39
0,80
158,52
Málaga
17,19
7,15
40,83
11,68
95,96
26,27
607,16
Sevilla Andalucía
256,98
4.4.4. ENERGÍA EÓLICA La energía eólica se ha aprovechado desde hace largo tiempo para el bombeo de agua mediante métodos mecánicos, pero ha sido el desarrollo tecnológico hacia la generación eléctrica el que ha permitido la implantación de cientos de aerogeneradores minieólicos aislados de la red para abastecer las necesidades de suministro en entornos rurales. La evolución hacia máquinas de gran potencia (alrededor de 2 MW) ha propiciado que nuestra región disponga en la actualidad de miles de megavatios eólicos que generan de forma distribuida y eficiente gran parte de la energía eléctrica consumida en nuestra Comunidad. Actualmente, hay en Andalucía 146 parques eólicos, con un total de3.250,43 MW instalados, que funcionando a pleno rendimiento generarían durante un año la electricidad que consumen 1.300.000 viviendas. Adicionalmente, existen en Andalucía 0,23 MW de instalaciones minieólicas aisladas de la red eléctrica.
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Situación de la energía eólica en Andalucía Potencia instalada
Eólica (MW)
ALMERIA
511,29
CADIZ
1.309,87
CORDOBA GRANADA
395,31
HUELVA
383,80
JAEN
15,18
MALAGA
499,71
SEVILLA
135,50
ANDALUCIA
3.250,66
La mayor empresa del sector eólico es la Sociedad Eólica de Andalucía surgida de la fusión de las empresas Planta Eólica del Sur S.A. y Energía Eólica del Estrecho S.A.
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4.4.5. ENERGÍA HIDRÁULICA La energía hidráulica se obtiene aprovechando la energía del agua en forma de movimiento y altura. Al pasar por una turbina se obtiene electricidad que se inyecta a la red. Este recurso natural se viene aprovechando desde tiempos antiguos en nuestra región y ha ido evolucionando en su tecnología hacia grandes instalaciones, aunque todavía se están rehabilitando pequeñas instalaciones abandonadas que vuelven a resultar rentables y útiles en la actualidad. Esta energía se denomina minihidráulica cuando tiene potencia menor de10 MW. El impacto ambiental que generan es menor, al no tener que desviar el cauce natural del río, respetando su fauna.
Existen básicamente dos tipos de aprovechamiento hidráulico, según la tecnología empleada: •En las centrales de agua fluyente o en canal se desvía el curso fluvial mediante canales sobreelevando el nivel del agua hasta una “cámara”. Desde allí se lleva hacia la turbina, que convierte la energía de movimiento del agua en electricidad, que se inyecta a la red. Tras atravesar la turbina, el agua se devuelve al cauce natural del río. •Las centrales a pie de presa aprovechan el desnivel creado por la propia presa. Los caudales de salida se turbinan, y pueden regularse según los usos de la presa (hidroeléctricos, regadíos o abastecimientos). La energía hidráulica es la fuente renovable de electricidad más utilizada en el mundo. España posee un gran parque hidroeléctrico, con unas 1300 centrales y 900 minicentrales que en total generan unos 23.000 MWh. En nuestro país esto supone el 18 % del total de electricidad que producimos En Andalucía existen un total de 85 centrales hidráulicas de menos de 50 MW que suman una potencia de 617,28 MW. Existen además dos centrales de bombeo para regular las variaciones en la demanda de electricidad, que suman 570 MW. Debido a nuestro clima seco, la demanda de agua para abastecimiento de la población, regadíos y usos agrarios es prioritaria frente al uso energético. La mayor parte del potencial se debe a la rehabilitación y renovación de instalaciones ya existentes (normalmente muy antiguas), y al aprovechamiento de presas aún sin explotar energéticamente.
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Provincia
Hidráulica (MW)
Almería
8,28
Cádiz
9,89
Córdoba
86,61
Granada
95,57
Huelva
15,00
Jaén
212,22
Málaga
126,66
Sevilla
63,05
Andalucía
617,28
4.4.6. ENERGÍAS MARINAS La fuerza del mar puede aprovecharse para la generación de energía. Las tecnologías marinas se basan en dispositivos relativamente modernos, en mayor o menor desarrollo, como resultado de la investigación llevada cabo a lo largo de los últimos años. Una excepción son los molinos de mareas que se utilizaban desde tiempos inmemoriales para la molienda de trigo. Hay varias formas de aprovechar las energías marinas: •Energía de las olas o undimotriz:se utilizan distintos sistemas de captación para transformar la energía de movimiento de las olas en electricidad. A través de distintos sistemas de captación se transforma la energía del movimiento de las olas en electricidad. •Energía de las mareas:Se construye un dique para hacer un depósito que se llena cuando sube la marea y se vacía cuando baja, pasando el agua por una turbina para producción de electricidad. •Energía de las corrientes marinas:se utiliza una tecnología similar a las turbinas eólicas. Las corrientes mueven unas palas y la energía del movimiento se transforma en electricidad. •Gradiente térmico:la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo del mar es aprovechable energéticamente mediante máquinas térmicas. La tecnología que las aprovecha está actualmente en un estado muy incipiente de desarrollo.
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Andalucía es la comunidad autónoma española que posee la mayor longitud costera y la única con costa atlántica y mediterránea. Las posibilidades de aprovechamiento que ofrecen los mares y océanos para obtener energía eléctrica de forma limpia, y las nuevas e innovadoras tecnologías marinas emergentes, están siendo objeto de estudio en la actualidad. •El Potencial bruto de las energías marinas en Andalucía estudia el potencial existente en la totalidad del litoral andaluz, aportando datos a nivel básico según las tecnologías de generación energética más prometedoras en la zona. •El Potencial de energías marinas 2ª fase estudia de forma más exhaustiva los potenciales más interesantes detectados en la primera etapa: las corrientes en el entorno Estrecho de Gibraltar y el oleaje en la zona de Cádiz-Huelva y Costa Oriental de Almería. •El Estudio preliminar sobre los molinos de marea en Cádiz y Huelva, instalados entre los siglos XVI y XIX, incluye una situación de la tecnología de los molinos de marea, censo de las instalaciones en Cádiz y Huelva y aspectos legislativos asociados.
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4.4.7. ENERGÍA DEL HIDROGENO El hidrógeno es el elemento químico más ligero y abundante del Universo aunque es complicado encontrar yacimientos de hidrógeno libre en la Tierra. Como gas se presenta de forma incolora e inodora y con la cualidad de ser altamente combustible, es decir, de oxidarse en presencia de oxígeno o aire desprendiendo energía en forma de calor y como residuo únicamente agua pura. No es una fuente de energía primaria sino un vector energético empleado para almacenar y transportar energía a partir de: una materia prima que lo contenga y un aporte de energía externo, pudiendo ser éste renovable. El hidrógeno es de esta forma, un vector energético limpio y sostenible, seguro y eficiente, llamado a complementar en un futuro a la electricidad a la hora de garantizar el suministro energético. Además está especialmente indicado para incrementar la penetración de las energías renovables cuando se utiliza como fuente de almacenamiento. La Agencia Andaluza de la Energía participa en proyectos innovadores como el Proyecto Hércules asociados a nuevos vectores energéticos como el hidrógeno. Procedimientos de obtención de hidrógeno.
Actualmente existen tecnologías en distintas fases (investigación, desarrollo y comercialización) que permiten producir hidrógeno a partir de diversos tipos de materias primas como el agua, la biomasa o los recursos fósiles (carbón, petróleo y gas natural) y con un aporte de energía que puede provenir de combustibles convencionales, energía nuclear o fuentes renovables. Por tanto, la sostenibilidad del proceso de producción dependerá de la tecnología empleada y de la fuente energética externa. Hoy día el 94% del hidrógeno producido a nivel mundial se origina mediante reformado de gas natural (metano), que consiste en partir la molécula de este gas al combinarla con vapor de agua, requiriendo para ello de un aporte de energía adicional. Este proceso, el de menor coste económico a gran escala, emite CO2 al utilizar una materia prima de origen fósil. Estas emisiones son, en la práctica, de aproximadamente7 kg de CO2 por 1 kg de hidrógeno producido. Por otra parte, existe un grupo de procesos (electrólisis, termólisis, fotoelectrólisis, etc.) limpios en lo que a emisiones de CO2se refiere, basados en la rotura de la molécula de agua según la siguiente reacción: H2O+ energía > H2+ ½ O2.
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5. CONCLUSIÓN El Sector Secundario es una parte fundamental para la economía y el desarrollo de un país es donde encontramos todos los sectores que avanzan el desarrollo y la tecnología. Es donde encontramos el mayor número de empleados, ya que indirectamente mueve todos los sectores, tanto el primario como el terciario. Encontramos empresas como ABENGOA, HIBERDROLA, ACCIONA, IDOM, FERROVIAL, CONSTRUCCIONES SANDO, TELVENT, EADS CONSTRUCCIONES AERONAUTICAS, INES ROSALES, FASA RENAULT.
Mª José Sánchez Gómez
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