Steven Spielberg & Daniel Day-Lewis

LOS DISEÑADORES DEL AÑO

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Estilo de vida para hombres

No. 113 MEX $39 USA $3.95 Venta sólo a mayores de edad

ENTREVISTA EXCLUSIVA

DANIEL DAY-LEWIS & STEVEN SPIELBERG LOS TITANES DE HOLLYWOOD VIAJAN AL SIGLO XIX

ALTA RELOJERÍA

EDICIONES LIMITADAS PARA FIN DE AÑO

FREELANCE WORLD

EL TRABAJO DE OFICINA QUEDÓ EN EL PASADO

s o L a do r e s ñ e id s a ñ o l e d

ARTE EN EL MUNDO

TENDENCIA INMOBILIARIA DE VANGUARDIA

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DANIEL DAY-LEWIS Y STEVEN SPIELBERG

UNA HISTORIA

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vés ue n”. wis orría el año de 1982 cuando, en Londres, un joven de 25 años con aspiraciones a convertirse en actor tuvo su gran oportunidad: interpretar al protagonista de la película de la BBC How Many Milles to Babylon?, basada en la novela del mismo nombre de Jennifer Johnston. Durante el primer ensayo, su falta de experiencia lo llevó a sentirse extremadamente nervioso y perdido en medio de una multitud desconocida. Ahí, entre rostros poco familiares, encontró una cara conocida, un actor al que él respetaba mucho. Cuando se acercó a saludarlo y presentarse como el protagonista de la cinta que comenzarían a grabar, éste le respondió: “Pensé que sólo eras el chico de la utilería”. Así, con una mirada hacia el espacio de veinte años que lo separan de ese momento, y un ligero fruncir de ceño que sugiere un viaje en su memoria, describe Daniel la primera vez que alguien lo hizo reconsiderar sus posibilidades en la actuación.

Ese desafortunado suceso en la carrera de Daniel trae a la memoria de Spielberg la primera vez que dejó de escribir, durante seis meses, debido a que alguien cuestionó su talento. Su moral se fue al suelo cuando reconoció una gran resistencia a sus ideas por par084

te de la gente a su alrededor. “Un día escribí un guión con un colega y la compañía productora Low And Behold nos llamó para que fuéramos a 20th Century Fox a conocer a Richard Zanuck, hijo de Darryl F. Zanuck, uno de los productores más famosos en la historia de Hollywood. Yo salí de la preparatoria para escribir guiones de televisión para Universal, y justo cuando empezaba mi carrera como escritor de televisión me pidieron que tuviera esta junta. Ahí, él dijo que quería comprarme el guión. Esa fue mi gran oportunidad, aunque se convirtió en la peor película jamás hecha. No diré de qué película se trata para no herir susceptibilidades”, rememora Spielberg.

Las risas llenan la habitación, y se hace notorio que estos hombres, a pesar de ser astros de Hollywood, tienen fuertes raíces que los mantienen con las mentes aterrizadas.

GRANDES HOMBRES El 13 de diciembre del 2011, en la tradicional ciudad de Virginia, Petersburg, comenzó la filmación de Lincoln, la más reciente película de Steven Spielberg, que retrata los últimos meses de mandato de Abraham Lincoln. Ha pasado un año desde esa fecha, y hoy, la película se encuentra cada vez más cerca a la pan-

talla grande. Actualmente, Spielberg y Daniel Day-Lewis, quien interpreta al entonces presidente de los Estados Unidos, están llevando a cabo la labor de viajar por el mundo para promocionar una cinta que promete gran éxito, no solo en taquilla, sino entre la crítica especializada. Por eso estoy aquí, junto a un selecto grupo de periodistas de todo el mundo que tendremos la oportunidad de platicar con ellos.

Cuando entro a la habitación me encuentro con dos hombres amables, sonrientes, y notablemente dispuestos a responderme casi cualquier cosa. Comienzo preguntándoles qué pasa por sus mentes cuatro meses antes de los Oscares, y sobre las posibles nominaciones de Lincoln. La respuesta de Spielberg llega con una exaltación de su parte: “¡Calma! Aún es muy prematuro hablar de esto, este film es nuestro nuevo bebé y apenas está aprendiendo a caminar: definitivamente no sabe cómo andar en una alfombra roja. Está dando sus primeros pasos con audiencias y críticos. Nada que tenga que ver con eso [los Oscares] está en nuestras mentes. Hay muchas otras cosas que hacer, como darte una entrevista a ti, ahora. Hacemos todo lo posible por evadir las preguntas de los Oscares, solo intentamos ofrecer lo mejor de la película para que la gente vaya a verla; eso es lo mejor que podemos hacer en este momento”. Daniel asienta con la cabeza.

Es evidente que no hablarán de ese tema.

Sin embargo, yo no pienso igual: Spielberg tiene tres Oscares en su anaquel, dos por mejor director (Saving Private Ryan, 1999 y Schindler’s List, 1993) y un reconocimiento Irving G. Thalberg Memorial que ganó en 1987 por su creatividad como productor. DayLewis, por su parte, fue premiado por sus impresionantes actuaciones en My Left Foot de 1989, y por There Will Be Blood, del 2007. Ambos representan lo mejor de sus profesiones, y pensar en ellos trabajando juntos por primera vez, lo intuimos sin necesidad de otras pruebas, los pone en la mira como muy probables ganadores de los premios de la Academia del 2013. Yo lo sé, y estoy segura de que ellos lo saben; sin embargo, son demasiado modestos para aceptarlo, así que tomo su negación como una muestra de la gran sencillez que ambos personajes poseen.

Su experiencia en la industria del cine les ha dado un lugar respetado, pero a pesar de una trayectoria tan reconocida, jamás han despegado los pies del suelo. Spielberg afirma: “La verdad está en la prioridades, y las prioridades siempre empiezan y terminan con la familia”. Daniel sonríe silencioso, confirmando que piensa exactamente lo mismo.

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Muchos perspicaces críticos han sospechado que la llegada de este nuevo film en un año electoral en Estados Unidos fue parte de una estrategia de marketing. No obstante, Spielberg lo desmiente y explica que si hubiera tenido la posibilidad de contar la historia de Abraham Lincoln antes lo habría hecho en 1999, cuando supo de la existencia del libro en que se basa la cinta. Se trata de Team of Rivals, de Doris Kearns, la autora que le vendió los derechos aún antes de concluir la escritura: “No fue intencional que la elección de este año de Estados Unidos coincidiera con el lanzamiento de la película, nada fue programado. Cuando ella [Kearns] me dijo que escribiría sobre el último año de administración del gobierno de Lincoln —no toda su vida, sino de esa parte en particular—, fue cuando se me enchinó la piel. Le dije que sabía que apenas estaba escribiéndolo, pero que ya quería comprarle los derechos para hacer una película. Ella dijo: ‘pero no sabes de qué se tratará’, y respondí que no me importaba, que lo único importante era que ya estaba escribiéndolo. Abraham Lincoln siempre ha tenido un lugar reservado en la Historia, sin embargo, siempre he creído que necesita un lugar en la historia del cine, es un personaje que tiene una vida que debe contarse. Además, he sido fanático de Lincoln desde que era pequeño”.

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Así comenzó la historia de la creación de esta cinta, en la que Daniel Day-Lewis fue el primer nombre que se le vino a la mente a Spielberg. “Nunca reparé en la la similitud física que hay entre Daniel Day-Lewis y Abraham Lincoln, fue su talento como actor y la completa admiración de mi parte lo que me hizo considerarlo para este rol”.

A pesar de no ser norteamericano, Daniel Day-Lewis está por convertirse en uno de los más memorables intérpretes de uno de los personajes emblemáticos de ese país: el involucramiento del actor en la vida y obra del decimosexto presidente de los Estados Unidos lo llevó a pasar del conocimiento superficial que le habían dado fotografías, estatuas y parodias a través de la cultura popular, a revisar sus escritos y quedar atrapado por ellos.

“Mi visión sobre Lincoln estaba basada en el material popular que existe de él, por ejemplo, algunas líneas de su primer discurso inaugural son conocidas en Inglaterra e Irlanda.

Así, pasó de ser una caricatura a una imagen admirable. Lincoln era un hombre muy accesible, y sólo si lees sus cartas y discursos, podrás acercarte más a él”.

No es la primera vez que Daniel Day-Lewis interpreta a un héroe humano. Lo hizo anteriormente cuando interpretó a Gerry Conlon en de In the Name of the Father, en 1993. Hoy,

afirma que siempre está dispuesto a nuevos retos y sugerencias. Daniel ha acumulado una larga lista de interpretaciones extraordinarias, a través de personajes como Tomas en la cinta dirigida por Philip Kaufman, The Unbearable Lightness of Being (1988), Nathaniel Poe en The Last of the Mohicans, dirigida por Michael Mann en 1992, y por supuesto al magnate del petróleo, Daniel Plainview, en There Will be Blood de 2007, que le valió su segundo Oscar por Mejor Actor. Ahora, DayLewis ha logrado, una vez más, una actuación destacada en su papel de Abraham Lincoln; la esencia, personalidad, carácter e incluso movimientos del entonces presidente, fueron captados exitosamente por él. ¿Cómo lo hizo? “Me tomó mucho tiempo.

Me gusta cocinar las cosas a fuego lento, dejar una olla en la estufa para alejarme y dejar que suceda. Mucho del trabajo que hago incluye leer, pensar, visitar lugares y mirar cosas, es entonces cuando me obligo a imaginar, a mirar hacia el pasado. Me tomo el tiempo de asimilar la esencia de una vida, e intento mantenerme abierto a cualquier cosa que emerja durante ese proceso de entendimiento. Nunca practiqué los movimientos.

No soy de la idea de romper a un personaje en los pedazos que lo componen para trabajar con sus aspectos uno por uno.

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MÁS ALLÁ DEL SÉPTIMO ARTE Steven Spielberg sabe dirigir, pero definitivamente tiene olfato para la producción: hasta la fecha, ha producido más de 120 películas, y se ha consolidado trabajando como un verdadero hombre de negocios, ya que para él, el cine es esencial. “Sólo acepto guiones e ideas que vienen de una agencia, nunca de individuos, pues no es legal, todo es un negocio. Uno de los grandes malestares de mi vida es que no sé decir ‘no’ a las personas, por eso se vuelve muy complicado negarme cuando que se me acercan con una nueva historia para que la lea”. Daniel por otra parte, cre-

ció en un ambiente donde reinaba la literatura: su padre, Cecil Day-Lewis, fue poeta; por eso me atrevo a sugerirle que escribir está en su sangre, a lo que él contesta: “A ratos escribo, aunque nunca pensando en un guión para el cine”.

Steven y Daniel crearon un vínculo de amistad durante este proyecto, es evidente al ver cómo se complementan en la plática.

Casi media hora después de haber conversado, se respira un ambiente de camaradería en la habitación, lo que me lleva a hacerles una última pregunta: ¿qué fue lo más valioso que aprendieron uno del otro? Spielberg

toma la iniciativa y se apura a responder: “Humildad. Lincoln la tenía, Daniel la tiene, y a mí siempre me vendría bien un poco más.

Algo que siempre viene con la humildad es la paciencia. Se trata de siempre tener paciencia y más en una industria tan demandante.

Daniel respira como ser humano y como actor, y una de las más grandes cosas que me enseñó fue a respirar como director. Se trata de tomarse un momento, no tiene que ser una hora, ni cincuenta minutos, solo un momento, ver lo que haces y preguntarte si hay algo más valioso en ese momento.Tomar un respiro antes de volver a empezar”.

TIMELINE STEVEN SPIELBERG THE HIT MAKER 1964 Escribe y dirige su primera película: Firelight. Una historia que representó uno de los temas más abordados a lo largo de su carrera: la invasión extraterrestre.

1978 Inicia su carrera como productor con la película I Wanna Hold Your Hand de Robert Zemeckis. Ese mismo año, recibe su primera nominación al Oscar por Mejor Director.

2006 Fue considerado el hombre más poderoso e influyente de la industria cinematográfica, por la revista Premiere.

1997 Después de grabar la película The Boxer, Daniel se retiró de los reflectores. Gangs of New York, de Martin Scorsese, estrenada en 2002 fue su regreso esperado a la pantalla grande.

2007 Graba la película que le dio su segundo Oscar por Mejor Actor, There Will be Blood.

DANIEL DAY-LEWIS CHAMELEON MAN 1990 Recibe su primer Oscar por su papel en My Left Foot del director Jim Sheridan.

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