El morfi
Revista gastronómica y cultural TEMBLORES DEL CORAZON Mexico 86 y una Argentina campeona del mundo FOTOS MATERAS Andres Toledo con su mágica cámara desde Argentina
PUERTANGOSTA
Cuento tanguero por Paco Rubín
AÑO 1- N °5- JULIO 2020 - PUEBLA- MÉXICO Rodrigo Carugati - Paco Rubín - Mariano Cuaderno
El morfi
Julio 2020
Rodrigo Carugati - Chef argentino y aventurero, viviendo en México, originario de Mar del Plata, con el corazón mexicano. Hoy en día lo puedes encontrar en su negocio en la ciudad de Puebla . Disfruta compartir la cultura de su país siendo la gastronomía y costumbres su mejor herramienta para transmitir su historia. Estudió gastronomía y administración de hoteles en Argentina.
Paco Rubín - Publicista, palabrero. Poeta de tiempo completo. Inquieto, ha hecho que sus palabras aparezcan en spots de radio, televisión, cajas de medicina, libros, corbatas, barajas, juguetes y todo aquel espacio que les de hospedaje. Poeta de festivales culturales, ferias del libro, casas de cultura, teatros, universidades, escuelas, espacios públicos, parques, cafeterías, bares, restaurantes, hoteles, cárceles, azoteas, peluquerías, canchas de fútbol, estudios de tatuajes y cualquier sitio que le permita compartir sus palabras. Su propuesta de poesía lúdica ha sido presentada en México, Argentina, Cuba y Colombia. Camina siempre debajo de un sombrero y aunque utiliza corbata, ésta no ahorca sus palabras.
Mariano Cuaderno - Periodista argentino, relator de fútbol, conocedor de música argentina e
hincha fanático de Boca Juniors (no se puede ser
perfecto), trabaja en radio hace 10 años y lo pueden escuchar actualmente en "Radio Vinilo 89.1" de Mar del Plata , Argentina.
contenido #5 5
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LOS CHILES MEXICANOS CHEF CARUGATI
FOTOS MATERAS POR ANDRÉS TOLEDO
PUERTANGOSTA POR PACO RUBÍN
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POESIA DE MONI CE
TEMBLORES DEL CORAZON
ANUNCIOS Y AGRADECIMIENTOS
Editorial La vida nos sigue juntando en esta revista que hacemos con todo el corazón y cada
cámara.
En la edición anterior, Mariano Cuaderno nos contó sobre el Chavo del Ocho y ahora es el momento del fútbol y recordar el último titulo mundial de Argentina en tierras mexicanas, con una historia que a culaquiera puede pasarle.
sobre
los
chiles
mexicanos que tanto destacan en este país. Moni
Ce
nos
comparte
mezcladas
con
pensamientos
representan.
No dejamos de nombrar a Paco Rubín, que desde el principio está con nosotros y en esta edición nos trae un cuento tanguero. Gracias por el apoyo y, si te gusta,
No nos olvidamos de la cocina, y les sazón
mates, ya que sumamos al fotógrafo de Mar del Plata, Andres Toledo y su mágica
mes con más ganas de sumarle temas.
compartiré
Podrán deleitarse con algunas fotos de
sus
letras que
la
comparte esta revista y ayúdanos a difundirla para seguir escribiendo más y más, ¡sos una parte fundamental de esta revista! Te dejo un fuerte abrazo virtual y hasta el siguiente mes con más M orfi para todos. Rodrigo Carugati EDITOR - CHEF
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Los chile mexicanos Si en Argentina decís "comida mexicana", lo primero que se te viene a la mente son los chiles y después las tortillas, ya que ambos son fundamentales y representativos de estas tierras.
Podemos contar que son 60 los tipos de diferentes chiles que se pueden probar, cada uno con su picor, suave, terrible, letal y más términos así.
Lo que hace picante a un chile no es el cuerpo, sino las semillas, por eso a veces te recomiendan quitarlas: "hay que limpiarlos bien, quitarle las semillas y las venitas".
Mi primera experiencia probando semejante fuego, fue en Estados Unidos, con un grupo de mexicanos y la verdad que sí la sufrí, hasta las lágrimas se me caían y desde ahí empecé a tenerle respeto y cierto temor al chile. Actualmente ya con 10 años en México, puedo decir que como poco picante y siempre con mucha precaución.
En Argentina existe la tradición culinaria de comer picante. Cuando vivía por allá recuerdo ver en las verdulerías un tipo de chile llamado "ají putaparió", ¡imagínense lo que pica, para ser merecedor de dicho nombre!
Desde ya hace un tiempo, en el fin del mundo, como llamo a mi país, se han puesto de moda las "fajitas mexicanas" y ya se puede encontrar mucha más variedad de condimentos mexicanos como los chiles jalapeños o habaneros, pero de costo mejor ni hablar,
ya que los precios son
desorbitados. Digamos que un guacamole por allá, es comida de magnates, debido al valor de la palta (aguacate). Pero dejemos de dar vueltas y vamos a entrar en la historia de los chiles, ya que fue un gran sustento de la cocina prehispánica de los mexicas, teotihuacanos y zapotecas que lo inmortalizaban en imágenes de códices y glifos hechos en piedra. Es un ingrediente fundamental en salsas, adobos, moles y aderezos o como dicen los fanáticos, "si no pica no sabe". El chile es una palabra náhuatl derivada del vocablo "chili", y este país es uno de los que más lo consume a nivel mundial y posee la mayor variedad, gracias a sus condiciones climáticas y geográficas, que permiten que en todos los rincones se pueda cultivar. Entre la gran variedad de chiles que existen en México, se encuentran los siguientes: -De árbol: sutil sabor ahumado natural, delicioso para salsas. -Habanero, que algunos dicen que se llama así por La Habana Cuba, pero otros los asocian con la Isla de Java, aunque en realidad es originario de Yucatán y punto. Es de los chiles más picantes, pero el que menos daño hace al estómago... ¡sólo para valientes! e ideal para acompañar a la "cochinita pibil" platillo yucateco.... ¡para chuparse los dedos! - Serrano: originario de la sierra norte, entre Puebla e Hidalgo. Es muy utilizado asado para salsas. -Jalapeño que se produce en Xalapa, Veracruz, se utiliza tanto en salsas cocidas como crudas.
-Manzano: también conocido como ciruelo, es originario de Michoacán y de las zonas norte del estado de México. Se cultiva en zonas elevadas altas y frías. Éste es muy picoso y de respeto, ¡ni de broma lo he probado! Ya vamos por los últimos: el pasilla de color negro y arrugado no es muy picoso; el guajillo de piel gruesa, dura y de picor variable y el último que nombramos el chile poblano, originario de este estado donde vivo. Es popularmente cultivado en México, de un picor leve y paredes muy gruesas, lo que lo hace ideal para rellenar y es el principal ingredientes de los famosísimos y nombrados "Chiles en Nogada", un plato emblemático de México y con mucha historia. Ya hablaremos de él en otra ocasión. Consultando con expertos en el tema, dicen que el más consumido en México es el chile jalapeño, también conocido como cuaresmeño, cuando aún está verde y llamado chiplote en seco. Un ingeniero señala que es un producto muy recurrente debido al placer que genera comerlo, pues se liberan dopaminas, que son hormonas o sustancias que ayudan al disfrute, de ahí vamos de vuelta a una frase típica que he escuchado por aquí “pica rico”. Y ya para terminar con los chiles les quiero contar que se ha creado una escala "Scovile" para poder medir el nivel de picor. Es un examen en el que se disuelve el extracto de chile en agua azucarada, por ejemplo, uno de los más picantes el habanero se puede disolver 300,000 veces antes de que ya no se detecte la capsaicina, que es un componente químico activo que tienen los chiles picantes. Si sos fanático, mi admiración, si no los probaste nunca, aunque sea una sola vez, próbalos.
¡VIVA UNA DE LAS COCINAS MÁS HERMOSAS DEL MUNDO! ¡VIVA MÉXICO!
Chef Rodrigo Carugati
ÁLBUM MATERO
¡Están para morfarse las fotos! Desde Mar del Plata, Argentina , tenemos el honor de tener en "El Morfi" al fotógrafo Andrés Toledo. Hace 4 años empezó a estudiar fotografía, le gustan los retratos, fotos de moda y fotoproducto. A través de su cámara nos muestra un mate argentino acompañado de los criollitos, un exquisito pancito de hojaldre salado, tradicional para acompañar el mate. Le agradecemos su participación y esperamos seguir contando con su presencia. La tapa y contratapa también son magia de él. ¡Gracias y bienvenido a la revista El morfi!
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PACO LETRAS
9 RUBÍN
PUERTANGOSTA Una mesa como hay muchas (…), una partida de tute entre cuatro veteranos, a media luz el salón, así es el escenario de este negocio de poca importancia como le llaman algunos. Y seguramente acá se han escrito grandes historias acompañadas de un bandoneón. - Así es. Existen tantas historias como parejas en este boliche. Por ponerte un ejemplo, esa mina del vestido rojo, le está haciendo cicatriz a la vida de aquel pibe que la toma de la cintura mientras bailan el tango que ahora escuchamos. Y aquellos de la mesa del rincón, también escriben su historia y los de la mesa de al lado y esas tres parejas que bailan, y hasta el que está detrás de la barra también escribe su propia historia… - Pero tal vez él la escriba en minúsculas, ¿no?. Puesto que es el impar en este bar de poca monta. - Él es Faustino. Y sí, también él escribe su historia. - Contáme de Faustino. - Pues es un personaje que se necesita en este lugar para que la imagen que mirás sea tan pintoresca. Él, a veces toca el bandoneón y las parejas dibujan armoniosos pasos en el suelo cuadriculado. - ¿Faustino baila tango? - Faustino baila tango perfectamente que hasta me atrevería a decir que es el mejor bailador que he visto en este lugar. Él baila siempre con Soledad, tomándola con el brazo izquierdo por la cintura y mirándole con los dos ojos la mirada. Pero por lo general, él está siempre en la barra observando entre naipes y tangos a las parejas que bailan y a los vecinos del barrio que entran por el zaguán. - ¿Y es bella Soledad?
- Si baila tan bien, también podría bailar con aquella de vestido negro como la noche.
IFROM LE
- Él le llama "Soledad" a su pareja de baile, puesto que siempre baila solo.
10 PACO RUBÍN - Faustino siempre ha bailado con Soledad. Dice conocer cada movimiento de ella y ser con la que mejor recorre el salón. - Me gustaría platicar con Faustino y su vida de tangos… - Es un personaje que todos admiran y todos respetan y todos también quieren. Faustino es el héroe dell barrio. - ¿Y por qué siempre está solo? - No está solo. Todos lo acompañan y disfruta la fiesta y este ambiente bohemio que se vive atravesando el zaguán del farol como todos llaman a este salón de baile de los arrabales. - Es verdad. Faustino no está solo. Se va acompañado, pero entra con Soledad. Y yo sé a qué se debe. - ¿A qué? - A que Faustino cuando acude a este nocturno cantar de vihuelas y acordes, entra por la puertangosta de atrás. Tan angosta, que es una palabra donde sólo entra un tango y él sólo puede entrar con Soledad. ¡Sos todo un literato!. Platicáme de vos… (Y tarareando la frase del tango que Faustino cantaba acompañado del bandoneón dijo:) - … “sé muy bien que debo irme”… (Le dio un beso en la mejilla a la dama con quien conversó y le dijo al oído) - …“no tengo más fortuna que el recuerdo de la noche cuando al son de un organito, con aires de compadrito mi primer tango bailé”… Porque con usted, esta noche bailé con su hermosa mirada. IFROM LE
(Le dio un beso en la otra mejilla y el tipo sin rutina salió por la Puertangosta.)
LETRAS
MONI CE
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LA REPOSICIÓN DE MIS SENTIDOS Voy cayendo de a poco en el sillón. Caigo a un vacío color gris... No sé cómo llegué a él, sólo sé mi nombre y mi eco está en silencio que no puedo escuchar nada, nada, nada. ¿Cómo lo hacía antes? Recuerdo que mis lágrimas eran fuertes, de a poco se aquietaban. También sonreía, volando cada noche al paraíso de infinitos. Pero ya no sé si fue verdad o solo fue producto de la imaginación donde ahora estoy. A donde ya no sé si estoy o ya no. Alguien que me diga por favor, lo suplico ¿Estoy viva? IFROM LE
MONI CE- FOTÓGRAFA, ACTRIZ, PRODUCTORA, GUIONISTA, LOCUTORA Y DIRECTORA DE CORTOMETRAJES. ACTUALMENTE ES LA PRODUCTORA DE TINGA Y TANGO PROGRAMA DE RADIO Y CONDUCTORA DE CHAVOS RETRO. APASIONADA DEL FÚTBOL. SU FRASE: "QUE LOS SUEÑOS QUE TENGAS LOS ESCRIBAS PARA INSPIRAR A QUIEN NECESITE SOÑAR"
MARIANO CUADERNO
TEMBLORES DEL CORAZÓN
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Sonó el despertador. Comienza una nueva jornada laboral. Carlitos mira el reloj, mientras la luz del día es protagonista en la ciudad. Anoche se durmió leyendo. No avanzó más de dos páginas de la revista “El Gráfico” que compró el martes. A su lado, debajo de la almohada, la foto de tapa: Roberto Passucci con su mano derecha levantada, mientras con la izquierda abraza al “Vasco” Julio Olarticoechea. La descripción reza “Llenos de barro y alegría. Los goles de la victoria de Boca” (le había dado vuelta el partido a Huracán como visitante). Además, 3 títulos resaltados: “El triunfo de Estudiantes”, “La jerarquía de River” y “La arremetida de Boca”. Más arriba y en diagonal, uno de tenis femenino: “El show de la piba Sabatini”. Y por último, como Reportaje exclusivo: “Por primera vez Suñé cuenta su drama”. Luego de vestirse e ir al baño, llevó la revista hasta la cocina, donde se preparó el mate y se sentó a avanzar 3 páginas más. Su trabajo es llevar papeles y documentos de un juzgado a otro, de una empresa a otra, pero todo en el centro. Como vive cerca, tiene tiempo de encender la radio, escuchar noticias frescas y ¡a la calle! Ese día salió con un sweater azul y pantalón clarito. Llevó la lista de los mandados en su bolsillo trasero. Típico del soltero que vive solo. Pasó algo extraño para ser jueves. Carlitos llevó unos sobres de una empresa de transporte a la sucursal del Banco Provincia que recién abría sus puertas y no tardó más de 7 minutos en salir. Sorprendido por la velocidad de su trámite, se dio cuenta que le sobraba media hora y decidió pasar por el bar de “Doña” Paulina, en la esquina de Sarmiento y Avellaneda. Al ingresar, se cruzó con un amigo taxista: -¿Viste lo que pasó, Carlitos?, pregunto José, el “tachero” sin siquiera decir buen día. Carlitos frunció el entrecejo con cara pensativa. Recordó la nota que leyó en la revista y respondió con una pregunta: -¿Con el “Chapa” Suñé?
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- No, salame. ¡En México! -¡¿En México?! Carlitos enseguida reaccionó como cualquiera de los que relacionamos todo con una pelota. Se puso blanco. Le faltaba el aire. Se sentó y casi sin poder soltar las palabras se arriesgó a querer saber: -No sé… ¿Qué pasó? ¿De qué hablás? Era 19 de septiembre de 1985. Un terrible terremoto sacudió a México y los números de fallecidos, heridos y destrozos, hasta ese momento eran incalculables. Carlitos pidió un vaso con agua. Paulina, la dueña del bar, se lo llevó mientras miró con cara de interrogación el estado de shock que tenía su cliente. José se sentó a su lado. Entre murmullos, Carlitos repetía “no puede ser, no puede ser”. Giró su cabeza en dirección a su amigo, que ya sabía lo que le iba a decir y con furia interna expresó: -¡En 9 meses ahí se tiene que jugar el Mundial! Es imposible reconstruir un país en tan poco tiempo. ¡Andá a saber cómo quedaron los estadios! No lo puedo creer, no puede ser cierto. ¿Por qué no pasó en otro lado? ¿Justo en México tenía que ser? Hizo una pausa y con los ojos vidriosos como quien está por derramar una lágrima, continuó: -¡Con el momento maravilloso en el que está Diego en el Nápoli! Es imposible que se suspenda. Ese Mundial se tiene que jugar sí o sí. ¡Ahí o dónde sea! No hace falta decir que Carlitos era un fanático de fútbol de esos que abundan en Argentina. Esa misma tarde, fue a buscar consuelo a lo de sus padres, Silvia y Ramón. Vivían como a 30 cuadras del centro, pero él necesitaba sus palabras. Después de su último trámite, tomó el 63 y en un ratito ya estaba en la casa donde pasó su infancia, donde aprendió a jugar al fútbol. Entre mates y bizcochos de grasa, su madre le dijo a Carlitos que del Mundial todavía no habían dicho nada, que no se preocupara tanto antes de tiempo. Aunque la más preocupada era ella. No por el terremoto ni la copa, sino porque notaba la desilusión de su hijo. Mientras, Ramón estaba sentado en un sillón junto a la ventana mirando hacia fuera sin pronunciar palabra. Su sentimiento era similar al de su hijo, pero la procesión iba por dentro.
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El contexto era extraño. En principio, ese Mundial debía disputarse en Colombia, pero su situación económica hizo imposible que esto sucediera y apareció México como una cercana rueda de auxilio, ya que había organizado la copa de 1970. Y unos días más tarde, Carlitos y su papá volvieron a sonreír al ver en el pequeño televisor de la cocina, donde su madre solía observar sus novelas, al Presidente del comité Organizador, un tal Guillermo Cañedo, quien expresó dulces palabras para este par de hinchas enfermos: “Podrá caerse la ciudad, pero los estadios del Mundial siguen en pie”. Fue el primer gol que festejó Carlitos, sin haber empezado la competencia. Hasta que llegó el gran día. Su departamento mostró tres tazas de café sin lavar. Todas de Carlitos. Una mala noche, no pudo dormir nada. La ansiedad le comió la cabeza y el trabajo matutino se hizo rápido, casi sin querer, con la mente en otra cosa. En otro sitio, en un país lejano. Era 2 de junio de 1986 y Carlitos se fue con su radio en la mano al café “Rey Patricio”, ubicado en la esquina del edificio donde vivía. Doña Paulina cerró todo el mes por vacaciones y él no tenía televisor en su monoambiente. Para colmo, el último partido que había visto con Silvia y Ramón fue derrota de Argentina frente a Francia 2 a 0, en un amistoso previo a la copa. Por lo tanto, ni pensó en ver el partido con ellos. Se sentó en el fondo, con un TV 14 pulgadas sobre una mesa y el relator de la radio en su oreja izquierda. El Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México vio como el equipo de Bilardo venció 3 a 1 a Corea del Sur. Carlitos ya estaba sin voz, no paró de gritar, como quien está en la tribuna. No era el único. De hecho, todo el bar se convirtió en un mini estadio. Como toda la ciudad. Como todo el país.
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El mejor Maradona Tres días después, en Puebla, Argentina no pudo contra Italia y fue empate 1 a 1. Había dudas, pero muchas esperanzas. Aunque una diferencia importante, la radio la tuvo todo el partido en la oreja derecha y de eso se dio cuenta al abandonar la misma silla, en la misma mesa y con la misma consumación del debut. Pero para el tercer encuentro, que había que ganarlo de manera obligada, Carlitos llegó al barcito y su mesa estaba ocupada por un señor de unos 70 años, con cigarrillo recién empezado y un cortado por la mitad. Lugar colmado, muchas banderas y sonido de previa. Con cara de preocupación por no poder cumplir una de sus cábalas, se sentó en mitad del salón, con la TV a solo 2 metros. Algo que no lo conformaba, por supuesto. El necesitaba de su sitio o temía que podía pasar lo peor. De repente y con los equipos en la cancha, una voz aparece desde atrás: -¡Mozo!, ¿Me trae la cuenta, por favor? Carlitos enseguida se puso de pie y miró fijo a Manuel, el camarero, para que vaya rápido a cobrarle así ocupaba su lugar. El partido comenzó y mientras el señor se abrigaba, apagó su cigarro con el poco café que le quedó en el pocillo. La alegría de Carlitos fue doble. Porque al mismo tiempo que colgaba su campera en el respaldo de la silla y el hombre cruzó la puerta, se escuchó el estruendoso alarido multitudinario por el gol de Jorge Valdano, quien a los 3 minutos abrió el marcador. Después llegó el segundo, convertido por Jorge Burruchaga, y la clasificación quedó asegurada. La cábala funcionó. Sobre todo, porque la radio no se movió de su oreja izquierda. A Manuel lo conocía de chico. Habían jugado juntos un torneo de fútbol 5 unos años atrás. Era un aguerrido defensor. Y Carlitos, un atacante letal. Pero pasó el tiempo, aunque esa conexión que una vez los encontró en una canchita de parquet, renació durante ese Mundial
16 Para el partido por octavos de final, Carlitos caminó directo al fondo, a su silla, su mesa, donde había un pequeño cartel que decía “Reservado”. El “Rey Patricio” estaba lleno de gente, sorprendido, llamó al mozo casi con indignación: -¡Manuel!, ¿para quién está reservada esta mesa? El camarero se acercó con una taza de café con leche y dos medialunas en su bandeja. Mientras colocaba el pedido en esa mesa, le contestó: -¡Para vos, “perro”! Así lo apodaban en aquel equipo. Sólo para molestarlo, porque de verdad que era bueno en cancha chica. Y “Manu” continuó: -Cábalas son cábalas. Así que, te guardé el lugar y ya te traje lo de siempre, que ya empieza y quiero dejar afuera a estos “charrúas” Seguramente, ese tipo se había asegurado un gran reinicio de amistad y sobre todo, una muy merecida y jugosa propina. Pero la mente estaba en ese tremendo y parejo partido entre Argentina y Uruguay. Pedro Pablo Pasculli anotó el único gol y Carlitos se fue nuevamente sin voz, con la garganta destruida de gritar y sin uñas en sus dedos por los nervios que hicieron su parte. Esa noche cenó con sus padres, con quienes compartió la alegría y comenzó a palpitar el gran duelo que se venía en cuartos de final frente a Inglaterra el domingo. ¿Domingo? Sí. Y los domingos el “Rey Patricio” descansa, está cerrado. Carlitos no se había dado cuenta de esto hasta que Ramón le dijo: -Si querés venir a verlo con nosotros, acá estaremos. La ficha le cayó al instante, mientras preparaba un “No” como respuesta moviendo su cabeza de lado a lado. Enseguida abrió los ojos grandes y supo que el partido más importante que tenía que jugar la Selección en mucho tiempo no iba a poder contar con su ayuda. Porque de eso se tratan las cábalas, los amuletos de la suerte y demás supersticiones: en pensar que porque uno haga o deje de hacer algo, el resultado será favorable o en contra. Tan absurdo como real entre los fanáticos. Si bien la silla, la mesa y el televisor eran diferentes, Carlitos tenía su radio en la oreja izquierda, se preparó un café con leche y se había llevado dos medialunas de la panadería de enfrente a la casa de sus padres. Mientras ellos comían tallarines. Porque claro, era el mediodía en Argentina. Igual, la carga emocional de ese partido le quitó el apetito a todo el país.
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Pero como todos sabemos, apareció “la mano de Dios” y el gol más maravilloso de todos los tiempos, que sonó en su oído con el hermoso e inolvidable relato de Víctor Hugo Morales, para que el equipo de Bilardo pase a semifinales. Como fue miércoles el duelo contra Bélgica, Carlitos volvió al bar, donde su amigo Manuel le tenía reservado el lugar, por supuesto. Otra vez Maradona se vistió de héroe para convertir los dos goles y volver a ser finalistas de un Mundial. Otra vez, el partido decisivo era un domingo. Mismo ritual que frente a Inglaterra, pero con el triple de nervios. Era la final. El Estadio Azteca estaba lleno como nunca antes y enfrente una temible Alemania Federal. La tensión duró todo el partido, incluso ganando 2 a 0. Porque los alemanes eran máquinas de ganar. De hecho, cuando empataron hubo llanto de Carlitos. Pero cuando “Burruchaga” tomó la pelota delante de la línea central y empezó a correr a toda velocidad hacia el arco, Carlitos se puso de pie al grito de “¡Vamos Burru!”, como quien alienta un caballo en los últimos metros de una carrera de turf. Gol, desahogo y abrazo interminable con sus emocionados padres. De rodillas ante el televisor los minutos finales y a festejar con el pueblo. Caravana y celebraciones en la plaza central. Allí también estaban Manuel, José y hasta Paulina, que había regresado de sus vacaciones en Perú y se acordaba de lo importante que era para Carlitos y para todos que, este campeonato se juegue, como sea y donde sea. Porque México demostró que ante la adversidad sacó pecho y se puso de pie para organizar un Mundial de fútbol inolvidable y para ser anfitrión de la proeza argentina más grande de la historia, con un Maradona superlativo, con un equipo maravilloso y con el entrenador indicado para que sucediera lo que tenía que suceder. Argentina también se levantó y se quedó con la copa en el Estadio Azteca, donde quedó demostrado que ni el sismo más fuerte hace vibrar tanto como el unánime y pasional grito de gol de toda una nación.
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ROPA MEXICANA ARTESANÍAS DE OAXACA
LUNES A VIERNES DE 15 A 17 HRS (HORA MÉXICO) PODÉS ESCUCHARLOS EN HTTP://WWW.ESTACIONVINILO.COM.AR
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JULIO / REVISTA N°5
A G R A D E C I M I E N T O S
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Esto se acabó, pero pronto nos volvemos a ver como corresponde, un agradecimiento al aporte poético de Moni Ce y a Cristina Aguilar por sus correcciones y consejos. Gracias a Paco Rubín por su importante participación y a Mariano Cuaderno desde la mismísima Argentina que se junta a nuestro fotógrafo Andrés Toledo. ¡GRACIAS TOTALES UNA VEZ MÁS! Nos pueden encontrar en Facebook y Instagram como: @DosPiantaos @MatesMéxico @PacoRubin @RodrigoCarugati @El pariancito @bidaani hecho con el corazón @chavosretro @cusocasacervecera @tangoyvida @cuadernomariano @andrestoledo
Fotografía cortesía de Andrés Toledo